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domingo, 17 de marzo de 2024

Tiempos turbulentos… @dealgunamaneraok...

 Tiempos turbulentos…

Axel Kicillof. Dibujo: Pablo Temes.

Nadie se salva en una Argentina que intenta salir adelante, mientras es víctima de sus propios males.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 16/03/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El Gobierno sufrió su segunda derrota legislativa en poco más de un mes. La primera vez sucedió cuando decidió retirar el proyecto de ley “Bases y Puntos de Partida para la Liberación de los Argentinos” –algo desprolijo y pocas veces visto en la vida parlamentaria–, la segunda, el jueves pasado, cuando el Senado rechazó el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del 17 de diciembre. En el caso del DNU, además, despuntó una situación de crisis entre el Presidente y la vicepresidenta. El enojo de Milei contra Victoria Villarruel se hizo público, no bien se confirmó la convocatoria a la sesión de la Cámara Alta. “La relación entre los dos, está rota desde hace tiempo”, señalan varias voces desde las entrañas del oficialismo. El epíteto más liviano que se escuchaba por los pasillos del poder contra la vice en esas horas de enojo incontenible, de Milei y de su entorno, era el de “traidora”. En las redes, los trolls del mileísmo se expresaban con una agresividad mucho mayor. Los pocos que, con algo de sentido común, consideraban que había hecho lo correcto, lo decían en voz baja para no caer en la lista negra. “Hizo lo que tenía que hacer, pero por favor, no me nombres” –se atajó un funcionario.    

Villarruel le había advertido a Milei que el Gobierno se encaminaba a sufrir una derrota contundente en el Senado.  También le advirtió que no tenía mucho margen de maniobra para postergar indefinidamente el tratamiento del DNU. El kirchnerismo tiene el dominio numérico de la Cámara Alta, por lo que, con la colaboración de algunos otros opositores, hubiera logrado el quórum por iniciativa propia.

Los gobernadores saben que necesitan del gobierno nacional para no arriesgarse a pasar un invierno malo

El episodio tuvo, en principio, dos consecuencias adversas: la primera fue que lo puso al Gobierno frente a la dura realidad de su debilidad en el ámbito legislativo, lo cual lo complica fuertemente. El oficialismo debe asimilar que el 56% de los votos con los que ganó la elección, no tiene un correlato ni en las gobernaciones ni en el Congreso. Para decirlo con más claridad: el Gobierno no tiene los legisladores suficientes ni en la Cámara de Diputados ni en la Cámara de Senadores. Además, lo ocurrido el jueves, sumado a lo que pasó tanto con el proyecto de ley ómnibus, como con el DNU, ha terminado por envalentonar a la oposición en su objetivo de atacar y poner en jaque no sólo estos proyectos, sino también la gobernabilidad. La vicepresidenta es una mujer muy inteligente y siempre supo que la aventura de gobernar en minoría le traería interminables dolores de cabeza. Una fuente parlamentaria recreó una cruda charla que tuvo con Villarruel meses antes de asumir el poder. Ambos estaban a la salida del Salón de los Pasos Perdidos, que está contiguo al recinto donde se llevan a cabo las sesiones de Diputados en el Congreso. El intercambio fue el siguiente:

X: Victoria, ¿ya tenés jefe de prensa?

V: No, por ahora, me voy a arreglar sola.

X:Pero si llegan a ser gobierno, no podés seguir así.

V: ¿De dónde querés que saque gente, si somos cuatro gatos locos?

X: Imagino que lo decís en sentido figurado

V: Te digo que somos cuatro. Los de confianza, no llegamos ni a los dedos de una mano.

A sabiendas de esta realidad, en las redes del kirchnerismo no cede el deseo de hacer caer al Gobierno.

El segundo punto tiene que ver con la credibilidad y confiabilidad que genera el Gobierno. En el Fondo Monetario Internacional la inquietud aumenta en tanto y en cuanto, no se ve ninguna voluntad por parte del Presidente de buscar acuerdos con los diversos sectores de la vida política argentina. Del mismo modo, la confiabilidad por parte de los distintos grupos empresariales, que apoyan la mayoría de las medidas del oficialismo objeta su método de confrontación permanente. Temen, con fundamento, que la soga termine por romperse. Un hombre de negocios lo describió utilizando una metáfora circense: “Por más que seas el león, no podes correr a todos con el látigo y el banquito”.

La tensión en la relación con los gobernadores aflojó, pero no terminó. Los líderes territoriales saben que necesitan del gobierno nacional para no arriesgarse a pasar un invierno malo. De hecho, uno de los entredichos que dejó la semana que pasó tuvo como protagonistas a las principales figuras de la UCR. Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés, gobernadores de Mendoza y Corrientes respectivamente se enfrentaron a Martín Lousteau (presidente del Comité Nacional) por haber votado en contra del DNU en el Senado. Junto con Leandro Zdero (Chaco) y Carlos Sadir (Jujuy) firmaron un comunicado rechazando de plano la decisión del líder de Evolución. “Lousteau viene envalentonado, porque alcanzó un nivel de simpatía puertas adentro del partido que ni siquiera había soñado. Pero con estas actitudes termina votando junto al kirchnerismo. Podría haberse abstenido” –aseguraron en el entorno de unos de los gobernadores del norte. El vínculo de Milei con el centenario partido, parece no tener retorno y este tipo de acciones no ayuda a pacificar las aguas. La decisión es clara: ser una oposición responsable, asertiva, pero no destructiva. Que se lo vayan a explicar al Presidente.

Un fiscal implacable

Hablando de relaciones rotas, en la CGT siguen inquietos. Pablo Moyano, volvió a amenazar con un paro para “fines de marzo o principio de abril”, la eventual medida de fuerza, todavía está verde y muy lejos de reunir consenso interno de Los Gordos. Anida en el hijo del líder camionero un espíritu antidemocrático, que sólo sabe apagar el fuego con nafta. Todavía no entendió que la sociedad argentina les ha dado la espalda y ha terminado de comprender que el mote de “casta” les calza perfectamente.

Por estas horas aciagas, el ajuste y la presión sobre la clase media ha dejado de ser exclusividad del Gobierno. En la Provincia de Buenos Aires el gobernador Axel Kicillof fulminó a los contribuyentes con la suba de impuestos en bienes inmobiliarios, urbanos edificados, tierras rurales y patentes. Para que se entienda bien: el dueño de un automóvil nacional de gama media con cuatro años de antigüedad debe abonar más de 150 mil pesos de patente. El preferido de la ex vicepresidenta, está haciendo malabares para que no se le caiga la careta a la hora de criticar al primer mandatario por la suba de precios.

Nadie se salva ni resiste un archivo en tiempos turbulentos de una Argentina que intenta salir adelante, mientras es víctima de sus propios males.



   

domingo, 3 de marzo de 2024

Se abrió una puerta… @dealgunamaneraok...

Se abrió una puerta…

Una sesión ordinaria, bien ordinaria. Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes.

Un presidente hasta ahora intransigente se mostró dispuesto al diálogo. Descolocó a más de un político.     

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Escrito por Nelson Castro el sábado 02/03/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.



El discurso de Javier Milei tuvo tres ejes esenciales: el primero consistió en una reseña de la situación que heredó, que incluyó en la enumeración algunos de los casos de corrupción y malversación de fondos públicos que se descubrieron y se corrigieron; en el segundo se explayó sobre las medidas económicas adoptadas en los primeros 80 días de gobierno; y el tercero, la propuesta del Pacto de Mayo con los gobernadores y legisladores. 

Fue un discurso que pudo ser entendido por todos y que llegó a la gente. Claramente, la primera parte fue la más fuerte desde el punto de vista de lo que representa. Hay en desarrollo un nuevo escenario social –que el Presidente comprende muy bien– y que tiene que ver con los privilegios de la dirigencia política, sindical y social. En eso, da en el blanco porque describe un sistema que les ha permitido a prácticamente todos –alguna excepción siempre hay– beneficiarse a través del uso de los dineros públicos. El uso de los pasajes de Aerolíneas Argentinas asignados a legisladores, gobernadores y otros funcionarios para sumar millas y lograr tickets gratis para viajar por el país y el mundo ejemplifica muy bien esta situación escandalosa propia de lo que el Presidente llama la casta. Los nombres concretos que dio potenciaron su discurso. 

No se quedó solo en el peronismo y sus aliados –Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa, Pablo Moyano, 
Juan Grabois, Máximo Kirchner y Roberto Baradel–, sino que se extendió hasta Gerardo Morales por el repudiable caso de persecución judicial abusiva a quienes osaron retuitear un mensaje que lo molestó. El silencio de la UCR en cualquiera de sus variantes es vergonzoso.

Sin margen de error


Se había fogoneado la idea de un discurso cargado de insultos y furia incontenible. Afortunadamente, nada de eso ocurrió. La exposición fue fuerte y directa. El tono, en cambio, fue agresivo. Es el tono de Milei. Es curioso escuchar la queja de muchos peronistas acerca de esto. 

Olvidan que 
CFK era –es– igual. Si revieran varios de los discursos de inauguración de las sesiones del Congreso que pronunció “la condenada”, observarían que ella hacía lo mismo y le agregaba un tono de maestra ciruela con el que pretendía erigirse en dueña de la verdad. 

Lo más débil del discurso tuvo que ver con las medidas destinadas a paliar la dificilísima situación por la que están atravesando vastos sectores de la sociedad. 

Lo único que hizo el Presidente al respecto fue reconocer esa dificultad y augurar que aún faltan más penurias por venir antes de llegar a la prometida mejoría con la cual se ilusionan él y sus seguidores. Pidió paciencia y se jactó –una vez más– de su legitimidad de origen. Ese caudal de votos en el cual se apoya para hacer equilibrio ante la falta de tropa propia en la arena política. En verdad, nadie debería haberse sorprendido por esa falta de anuncios. No hubo anuncios porque el Gobierno no tiene un menú diferente del que está ofreciendo. La sinceridad es algo que hay que reconocerle. Hasta aquí, la mentira no ha sido parte de la esencia de su gestión. Milei asoma como un hombre honesto, y eso es parte de su capital. 

El así llamado Pacto de Mayo, que en su texto escrito con caligrafía reminiscente de 1810 exhibía una falta de ortografía –en la propuesta 5 se lee “la rediscución” en vez de “rediscusión”, que es lo correcto–, Milei busca reflotar la ley ómnibus que, entre sus puntos, incluye los superpoderes del Presidente. El anuncio de esta iniciativa permitió entender el mensaje críptico que por la mañana el jefe de Estado había lanzado a las redes con la alusión al pasaje del Éxodo 34:1 – 25, “Y Dios dijo a Moisés: alisate dos tablas de piedras como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste”. La elección de la ciudad de Córdoba para la firma del pacto no es casual ni se debe a que Connan, el mítico can del Presidente es de Córdoba, sino a que allí es donde obtuvo el mayor porcentaje de votos de su aplastante victoria electoral de noviembre pasado. La iniciativa pone como condición la aprobación de la ley ómnibus, pero, en simultáneo, abre una negociación en busca de acuerdos que encabezarán el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; el ministro del Interior, Guillermo Francos; y el ministro de Economía, Luis Caputo.  

El club de la pelea


Esto marca una diferencia de lo que vino ocurriendo hasta ahora en donde nadie sabía a ciencia cierta quiénes eran los negociadores oficiales del Gobierno. Esto permitirá darle a la negociación otrovolumen político. Está claro también que esta apertura a la negociación es producto de una estrategia. Milei tensó la cuerda hasta el máximo con el caso Chubut para abrir esta instancia que comunicó el viernes. Como ya se ha dicho en esta columna, el primer mandatario suele pisar el freno centímetros antes de estrellarse contra la pared. 


La situación actual ha cambiado drásticamente. Ya no se trata de un presidente inflexible, sino de un hombre que, con habilidad, abrió una puerta al diálogo y colocó y descolocó a más de un gobernador. Será difícil para los mandatarios provinciales rechazar esa oferta. Una actitud semejante tendría un costo político muy alto. 

La jugada del 
Gobierno tiene sustento para llegar a buen puerto. Hubo alivio en gran parte del arco político de las provincias y también en los empresarios, que veían con preocupación la intransigencia inicial. “Milei abrió la única puerta que le permitirá avanzar con un plan de gobierno sostenible. Y comprometió a toda la clase política para la realización de esa tarea en este país donde la economía depende siempre de los vaivenes políticos, este nuevo escenario podría traer algo de tranquilidad”, reflexionó un hombre de negocios.

La duda sigue siendo el cuadro que pintará la realidad social. La paciencia de la gente no depende de su buena voluntad. Se trata directamente de las penurias que la clase media y media baja y los más necesitados pueden soportar. Alguien en el Gobierno debería advertirle al Presidente la necesidad de sostener y promover medidas paliativas que le permitan llegar con algo de aire a la tierra prometida. De lo contrario, el camino se tornará peligroso y utópico.
Las cosas no están como para poner al país a caminar por la cornisa.



domingo, 15 de enero de 2023

El reino del revés I... @dealgunamaneraok...

El reino del revés I...

Darse corte. Dibujo: Pablo Temes. 

Arrastramos décadas de decadencia y no se ve en el horizonte una posibilidad de cambio.   

© Escrito por Nelson Castro el sábado 14/01/2023 y publicado publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Dispuesto a quemar las naves, Alberto Fernández se ha adentrado en un laberinto de consecuencias inciertas y malas no sólo para el país sino también para su gobierno. El intento de juicio político a los cuatro miembros de la Corte Suprema genera un conflicto de poderes que paralizará al Congreso durante todo el año.

Las consecuencias más duras las sufrirá el propio Poder Ejecutivo ya que algunas leyes imprescindibles para su gestión quedarán en la nada. Uno de los más afectados será el ministro de Economía quien apostaba a que algunos proyectos como el de blanqueo de capitales le aportara los dólares que le siguen faltando a las magras reservas del Banco Central.Todo –absolutamente todo– tiene ribetes disparatados. Desde la nómina de testigos propuestos por el oficialismo hasta la cantidad de proyectos –27– ingresados al período de sesiones extraordinarias que durarán poco más de un mes. Va de suyo que ninguno de ellos tiene el más mínimo viso de ser aprobado. Está claro, pues, que esto responde a una estrategia de campaña electoral.

La idea es atribuirle a la oposición la culpa por la parálisis del Congreso. 

Vale la pena recordar que el 2022 fue uno de los años para olvidar en materia de actividad legislativa con sólo 37 leyes sancionadas y uno de los números más bajos en la cantidad de sesiones de los últimos diez años.

El Presidente ha terminado de incorporar como herramienta de gestión la metodología del kirchnerismo duro, es decir, la idea de destruir todo sin importar sus consecuencias.

Una de las herramientas fundamentales del kirchnerismo es la mentira. 

Al respecto, AF se ha transformado en un verdadero heraldo del embuste. En estas horas pulula por las redes el reportaje que el 19 de julio de 2019 le hizo por Cadena 3 el inolvidable Mario Pereyra. Durante esa entrevista, Fernández negó enfáticamente que estuviera dispuesto a cambiar la Justicia. “Grábelo, guárdelo de recuerdo, porque después no me va a poder retrucar nada”, completó con tono de ofuscación el entonces candidato presidencial del Frente de Todos contra Todos.

Nada de esto tiene que ver con la realidad que sufren todos los argentinos. La inflación de diciembre que alcanzó el 5,1%  es una demostración más del fracaso de la actual administración. El año cerró con el 94,8% que, para el Gobierno es una victoria sólo por el hecho de no haber tocado el 100%. Se trata de arrebatarle a los medios de comunicación más críticos un título demoledor, como si haber quedado a las puertas de esa cifra no fuera ya una vergüenza suficiente. 

El primer papa emérito 

Escuchar a la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, afirmar que se cumplieron los objetivos inflacionarios de la gestión de Sergio Massa exhibe el desprecio por lo que le sucede en el día a día a los que menos tienen. La proyección del índice de inflación para el corriente año es el principal obstáculo que tiene el ministro para lanzar su candidatura presidencial. Massa es otro de los que ha hecho de la mentira un modus operandi. La bandera de largada del año electoral profundizará los disparates discursivos, la mentira y el todo vale. En tono de campaña: Alberto Fernández dijo que “Siente que cumplió su palabra” y que quien dejó “gente hambrienta se llama Macri”.

El Presidente no tolera la imagen que le devuelve el espejo. No tolera que cada vez más gente le reproche sus acciones y que el archivo no lo perdone. Él mismo ha destruido su carrera política, algo que definitivamente lo perturba. Sus asesores deberían revisar seriamente los actos y apariciones públicas que le ponen en su agenda de actividades oficiales. AF visitó el pasado lunes la ciudad costera de Miramar para anunciar la construcción de una cancha de hockey financiada por el Gobierno. Se trata de un anuncio que le quedaría grande al mismísimo intendente, pero allí estuvo el Presidente que se retiró del lugar insultado por vecinos y veraneantes. 

La incorporación del sindicato de Camioneros a los controles realizados en el marco del programa Precios Cuidados, es otro de los disparates de última hora. Un sindicato que hace del apriete y la extorsión una bandera. Oscar Borda, el jefe de Logística de Camioneros y hombre de confianza de los Moyano participa activamente de los nuevos controles. Su nombre salió a la luz cuando el 21 de septiembre pasado ingresó de manera violenta con cincuenta patoteros a golpear al dueño de la empresa Milo, en Avellaneda. Dejaron destrozos y trabajadores heridos. Las cámaras de seguridad registraron todo y una jueza ordenó su detención. Pero la causa no avanzó y Borda descansa tranquilo bajo el ala de los Moyano.

El secretario de Comercio, Matías Tombolini, defendió en Twitter la medida: “Junto a Pablo Moyano sumamos la colaboración de Camioneros para que los trabajadores de la rama logística del gremio aporten en la verificación del cumplimiento. Trabajamos para que las familias argentinas paguen lo que es justo en cada compra”. Otro de los que hace tiempo que ya no se pone colorado es el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio De Mendiguren quien objetó el modo de cobertura que los medios hicieron del caso: “Podríamos poner otras tapas más optimistas, de cómo está creciendo la economía. Hay cosas lindas para mostrar en la Argentina”. 

Detrás del escritorio casi todos pierden la brújula y someten al país al reino del revés. 

Nuestro país arrastra décadas de decadencia y no asoma en el horizonte una posibilidad certera de cambio. La oposición debería tomar nota de esto y dejar de pulular en la intrascendencia si de verdad quiere modificar el rumbo y devolverle a los argentinos algo de lo que han perdido después de tantos años de impericia, mentiras y sufrimiento.




domingo, 9 de octubre de 2022

Bombas que explotan… @dealgunamaneraok...

Bombas que explotan… 

Subordinación y bardo I, Sergio Berni. Dibujo: Pablo Temes.

El kirchnerismo está recogiendo el resultado de su mala gestión y sus mentiras. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 08/10/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

 

La descomposición interna del Gobierno no para. Elizabeth Gómez Alcorta quería renunciar a su cargo hace tiempo. Entre su mala gestión –en nada diferente de la mala gestión del Gobierno– y sus posturas contrarias al respeto del orden lógico del Estado de derecho, su presencia en el gabinete nacional era un sinsentido. 

Gómez Alcorta llegó al cargo de la mano de Alberto Fernández, por lo cual no era muy querida por el kirchnerismo, que le había picado el boleto hace tiempo. El episodio del desalojo de los delincuentes pseudomapuches que habían intrusado propiedades públicas y privadas, le sirvió a la hoy exministra para dejar su puesto. Lo significativo del caso va más allá de la ministra, de notoria intrascendencia. 

Hay otros que están pensando en hacer lo mismo. Uno de ellos es Juan Zabaleta, el ministro de Desarrollo Social. No solo porque está harto de tener que lidiar con la indomable ola de protestas sociales –para las que no tiene soluciones de fondo–, sino también porque ve peligrar su supervivencia al frente de la intendencia de Hurlingham, ante el avance descarado que allí está haciendo La Cámpora en su avidez por quedarse con el gobierno de ese municipio. Atornillado a su poltrona, el que resiste es el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, otro leal al Presidente que está bajo fuego amigo. Andrés Larroque, ante tal actitud, ya comenzó el trabajo de derrubio de Moroni. Y ya se sabe que, cuando Larroque habla, lo que hace es expresar el pensamiento de Cristina Fernández de Kirchner. 

A pesar de que ya no le quedan rincones en el poder, Alberto Fernández sostiene sus ilusiones como candidato. 

Repite sin parar que, por mucho menos del ajuste que está haciendo Sergio Massa en Economía, a él le voltearon a Martín Guzmán. En el fondo cree que él mismo es el ideólogo de parte del leve repunte de reservas y del intento de moderar el gasto público. Ante este devenir, el actual ministro de Economía debería estar más que atento y, tal vez, preocupado. Su gestión ha sido, hasta aquí, absolutamente ineficaz para combatir con algún éxito la inflación.

“Esta invasión terrible e inoportuna de contrarios sucesos nos aguarda desde el primer sollozo de la cuna”, reza uno de los párrafos de la inmortal Epístola moral a Fabio de ese sevillano ilustre que fue Andrés Fernández de Andrada, que bien podría aplicarse a varios de los integrantes del gobierno del Frente de Todos contra Todos. 

Un condimento adicional: las medidas del líder del Frente Renovador les ponen los pelos de punta a CFK, a su hijo Máximo y a todo defensor del relato kirchnerista. “Acusan a Sergio de ceder ante el campo y lo tildan de mano blanda con los empresarios. Para algunos es más importante hacer fulbito para la tribuna que mantener a salvo la gestión”, dicen allegados al Frente Renovador. 

A este compendio de artillería conocida como fuego amigo debe agregarse un capítulo central. Un reconocido economista que prefirió mantenerse al margen del Gobierno dijo en la primera rueda de paritarias: “Para determinar el grado de conflictividad social hay que prestar atención al número que reclaman los gremios. La desmesura es un indicador peligroso”. Pablo Moyano, líder de Camioneros, Sergio Palazzo, diputado nacional al mando de La Bancaria, y el ya conocido conflicto de los trabajadores neumáticos echaron nafta al fuego con paritarias que van de entre el 94% y el 130% –que intentan llevarse los Moyano para no dejar al peronismo detrás de la izquierda–. 

Con ese nivel de recomposición salarial en un contexto inflacionario como el actual, no hay país que aguante. La solución más fácil para el Gobierno es darle a la maquinita y continuar alimentando un círculo vicioso que no conduce a nada. 

A este “infortunio” hay que agregarle la desastrosa y fatal actuación de la Policía Bonaerense asignada a la seguridad del partido entre Gimnasia y Esgrima La Plata y Boca. El reguero de muerte, heridos y devastación que dejó la actuación de la fuerza fue producto de un accionar descontrolado y brutal. Si esto hubiese ocurrido en el gobierno de María Eugenia Vidal, desde CFK hasta el hoy Presidente, pasando por organismos de derechos humanos e incluyendo a Axel Kicillof, estarían exigiendo, cuando menos, la renuncia del ministro de Seguridad. En cambio, ninguno de los mencionados protagonistas lo ha hecho con Sergio Berni. El actual ministro es tan ineficaz como igualmente intocable. ¿Será, como lo hacen circular a modo de murmullo las voces de muchos de los habitantes del poder, porque conoce muchos de los secretos de la vicepresidenta? 

Los dos ministros de Seguridad más “notorios” del Frente de Todos contra Todos –Aníbal Fernández y el susodicho Berni– exhiben un nivel de fracaso monumental. 

Lo que le está ocurriendo al kirchnerismo es que le están explotando las bombas que, entre 2015 y 2019, le explotaron al gobierno de Mauricio Macri. Esos acontecimientos, de dolorosas consecuencias para la ciudadanía toda, van dejando al descubierto no solo la mala gestión del oficialismo, sino también sus mentiras. Como dijo Abraham Lincoln: “Se puede engañar a todos por algún tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero lo que no se puede hacer es engañar a todos todo el tiempo”.




   









 

martes, 23 de octubre de 2018

Inflación olímpica… @dealgunamanera...

Inflación olímpica…

“Es transitorio” Nicolás Dujovne. Dibujo: Pablor Temes

Las medallas deportivas no eclipsaron datos del Indec. De María Eugenia Vidal a Moyano.

Menos mal que tuvimos los Juegos Olímpicos de la Juventud para que la gente y nosotros festejáramos algo", afirmaba con una sonrisa mustia un funcionario del Gobierno con despacho cercano al del Presidente. Decía la verdad. Nada hubo por fuera de las medallas olímpicas que ganaron los deportistas argentinos que trajera algo de alegría para el ciudadano de a pie.

El 6,5% de inflación de septiembre fue un golpe fuerte para los esmirriados bolsillos de la inmensa mayoría de la población. Peor fue la inflación mayorista: 16%, en lo que es un augurio de otra cifra elevada a la hora de proyectar la inflación de octubre. Como se dijo en el Coloquio de IDEAes la peor crisis de la economía argentina desde la salida de la convertibilidad.

Tiempos. 

“Es un fenómeno transitorio”, dijo el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, al referirse al tema. ¿Cuánto es transitorio?, es la pregunta que debería responder el funcionario. ¿Dos meses, seis, diez, un año?

Habría que recordarle al ministro que otros predecesores suyos supieron decir las mismas cosas que, al final, no se cumplieron.



El debate por la Ley de Presupuesto ha representado un claro retroceso del oficialismo en cuanto a la observancia de sus promesas de campaña que, en lo económico, han venido cayendo una tras una. La referencia concreta es al tema impositivo. En esos días de 2015, Macri fatigaba las tribunas de campaña y los medios criticando la alta presión impositiva de la Argentina. Su compromiso iba a ser trabajar para reducirla significativamente. A tres años de aquel tiempo de campaña se asiste a la reinstalación de las retenciones a las exportaciones agrícolas, a un aumento del impuesto a los bienes personales y a la mantención del impuesto a las ganancias, con un mínimo no imponible que afecta fuertemente a los salarios. Esto, en un contexto paradojal en el que, por una parte, se habla de la necesidad de reducir el déficit fiscal mientras que, por otra, el gasto del Estado aumenta por una mayor demanda de asistencia. 

Cuenta la anécdota que, hace unos días, durante una reunión de trabajo del Presidente con su equipo, Dujovne le estaba dando un informe acerca de la situación económica de las provincias y en un momento, el ministro dijo: "Señor Presidente, están todas las provincias con superávit fiscal en verdad, todas menos una". "Sí, ya sé: la provincia de Buenos Aires", respondió Macri, que siempre piensa que es esa la provincia que le causa los mayores dolores de cabeza. Pero, para su sorpresa, Dujovne le respondió: "No es Buenos Aires, sino la Nación la que tiene problemas fiscales".

En silencio, quien está dando una batalla muy dura es María Eugenia VidalLa gobernadora de Buenos Aires necesita que se le otorguen las compensaciones que está reclamando. Busca así evitar caer en un déficit primario de las cuentas públicas, lo que la llevaría a tener que endeudarse otra vez no solo para poder financiar ese déficit, sino también para hacer frente al pago de los servicios de la deuda pública.

Vidal está enojada con el Gobierno. Necesita que se le otorguen las compensaciones que reclama.

Batallas. 

Vidal está enojada con el gobierno nacional. Por eso sus críticas en lo interno van creciendo a medida que sus problemas presupuestarios se van ahondando. Para ella las cosas cambiaron significativamente –para mal– a partir de la crisis. Hasta entonces, todas eran buenas. Con el Fondo del Conurbano, con la obra pública, con una economía que se iba despertando en forma paulatina pero sostenida, se armó un combo que catapultó su figura a índices de valoración positiva muy altos. En una de las últimas mediciones de ese tiempo llegó a tener un 70% de imagen favorable. Hoy las cosas son distintas. Si bien su imagen sigue manteniendo índices positivos, viene experimentando una caída progresiva. Y eso se verifica en sus contactos con la gente que continúan siendo frecuentes y diversos, pero más difíciles. El repudiable escrache por parte de un grupo compuesto por militantes de la CTA, del kirchnerismo y de partidos de izquierda que sufrió en la Escuela de Música de Chascomús no fue el único.

Hay mucho hermetismo en el grupo económico de Vidal. Todavía no se sabe cuáles serán los números finales del presupuesto que está demorado, debido a que se está a la espera de algún tipo de aporte del gobierno nacional. Si se encuentra la manera de transferirle esos fondos a Vidal sin generar la protesta de las otras provincias, se va a hacer no cobrándole una deuda o atrasando su pago o financiando alguna obra que tiene que pagar la Provincia. No va a ser fácil “regalarle” algo. Pero Macri sabe que algo tiene que hacer porque si no logra una buena performance electoral en territorio bonaerense, sus chances de ser reelecto habrán de esfumarse. De ninguna manera, pues, puede soltarle la mano a la gobernadora, quien, por su parte, mantiene una muy buena relación con Sergio Massa.

El principal adversario del Gobierno es la realidad y no el peronismo de por sí que, esta semana, exhibió la dimensión profunda de su división. La foto del palco, en el acto de Tucumán –un acto organizado por y para el beneficio político del gobernador Juan Luis Manzur en su afán de marcarle la cancha a su predecesor, José Alperovich–, fue la de un rejuntado lanzado a ver cómo sacar partido de ese mar revuelto que es hoy en día el justicialismo. Massa y Scioli no tienen ya nada que los una.

A propósito del ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, su situación judicial asoma complicada. Muchos de los que nada lo quieren dentro del PJ le auguran –sin ningún pesar– la cárcel.

Al que le preocupa la cárcel es a Hugo MoyanoEn verdad, también a su hijo, Pablo. Los salvó –por ahora– el juez Luis Carzoglioun abogado que pasó de ser director del cementerio de Avellaneda a juez. La pantomima que protagonizó el miércoles por la tarde en la puerta de su juzgado para explicar su decisión de no convalidar el pedido de detención de Pablo Moyano solicitado por el fiscal Sebastián Scalera, hizo acordar a las del ex juez Norberto Oyarbide. "Es preciso preferir la soberanía de la ley a la de uno de los ciudadanos" (Aristóteles).

Producción periodística: Lucía Di Carlo.