sábado, 27 de julio de 2019

Defendamos a Aerolíneas Argentinas... @dealgunamanera...

Defendamos a Aerolíneas Argentinas...


Aerolíneas Argentinas es la línea aérea de bandera de la República Argentina, dedicada al transporte comercial de pasajeros y carga. Es la mayor aerolínea del país, el quinto operador más importante de América del Sur y la aerolínea estatal más grande de la región.


Historia…


Como resultado de la fusión de Alfa, Zonda, Fama y Aeroposta (las denominadas “aerolíneas argentinas”) en 1950 surge la principal compañía de transporte aéreo del país.

En sus primeros años incorpora algunas de las aeronaves icónicas de la industria aérea, como el DC-3 y el Comet IV el cual inaugura la “era del jet”, un salto tecnológico que permitiría reducir los tiempos de vuelo a la mitad. Aerolíneas Argentinas es una de las empresas pioneras en el uso de este tipo de aviones, así como también en la realización de vuelos internacionales de manera directa.

A comienzos de 1965, la compañía adquiere cuatro aviones Boeing 707 para vuelos de largo recorrido. Un año después realiza el primer vuelo sin escalas entre Buenos Aires y Madrid, en 11 horas y 31 minutos, récord mundial de velocidad para la época.

En 1969 se suman los primeros Boeing 737 y a mediados de la década del 70 comienza a operar el Boeing 747, conocido universalmente como “Jumbo”. Dicho avión realizó el 7 de junio de 1980 el primer vuelo transpolar: salió de Buenos Aires, hizo escala en Río Gallegos, atravesó el Polo Sur y llegó a Auckland, Nueva Zelanda.

Aerolíneas Argentinas fue privatizada a principios de la década del 90’, más adelante Austral Líneas Aéreas se une al grupo empresario. En 2008, las cinco empresas que componen el Grupo Aerolíneas vuelven a formar parte del Estado Nacional.

Aerolíneas Argentinas ha realizado una importante renovación de su flota y de su infraestructura general contando, por ejemplo, con su propio centro de instrucción de pilotos (CeFePra) o el nuevo Hangar 5, el más grande de Latinoamérica. Del mismo modo, se encuentra en un constante proceso de modernización en todas sus aéreas tanto operativas como de servicio al pasajero.

Actualmente el Grupo Aerolíneas cuenta con una flota compuesta por aeronaves Embraer 190, Boeing 737-800 y Boeing 737-MAX8, Airbus 330-200 y 340-300. Aerolíneas Argentinas cubre, junto con Austral Líneas Aéreas, una extensa red de destinos domésticos, regionales e internacionales.



Reclamo a la UAR por los 152 rugbiers desaparecidos... @dealgunamanera...

El 70 % de los deportistas víctimas del terrorismo de Estado tuvieron una pelota ovalada en sus manos...

Los All Blacks en la Ex ESMA. Imagen: Facebook Museo Sitio de la Memoria

Reclamo a la UAR por los 152 rugbiers desaparecidos Familiares y organismos de Derechos Humanos le pedirán a la Unión Argentina de Rugby que tenga un gesto por la memoria de sus jugadores desaparecidos.

© Escrito por Gustavo Veiga el  sábado 27/07/2019 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La idea germinó una tarde lluviosa. Carlos Pisoni, de H.I.J.O.S., la compartió durante la presentación de un libro en el café Tortoni. La venía compartiendo con Julián Axat, abogado, poeta y docente. Una iniciativa parecida había sido presentada a la Unión Argentina de Rugby (UAR) en 2013 y 2014. Pero ignoró el pedido. Ahora quizás no pueda desentenderse de una nueva solicitud que le formularán los organismos de Derechos Humanos, más familiares, amigos y compañeros de los 152 jugadores desaparecidos que tiene este deporte.

La carta que les entregarán a los dirigentes les reclama que organicen “un reconocimiento institucional a los rugbiers detenidos-desaparecidos que formaban parte de diversos clubes en todo el país”. Aquel número demuestra que el rugby fue la disciplina más afectada por el terrorismo de Estado

Son 220 los deportistas federados víctimas de la última dictadura cívico-militar y de los grupos de ultraderecha como la Triple A o la CNU (Concentración Nacional Universitaria). De esa cantidad, casi el 69 por ciento tuvieron una pelota ovalada en sus manos. ¿Por qué tantos? Las respuestas se abren en varias direcciones. No hay una que explique todo.

En un par de semanas o más, sin un plazo prefijado, la carta que busca un pronunciamiento de la UAR llegará a destino. Pisoni y Axat --también hijo de desaparecidos, su padre Rodolfo jugó en La Plata Rugby Club-- le dieron forma a la propuesta que ya recogió varias adhesiones. Es el principio del que tal vez sea un largo camino. A nivel institucional el rugby no ha mostrado vocación de revisionismo. Lo confirma el texto que recibirán sus dirigentes: “Como ya se hiciera formalmente a través de reuniones mantenidas por integrantes de los organismos de derechos humanos en los años 2013 y 2014 con autoridades de la UAR, volvemos a reiterar el pedido”. Un pedido de reconocimiento. Un gesto institucional hacia los rugbiers desaparecidos. Hasta ahora hubo una excepción. En el club de Gonnet hay una placa que recuerda a sus veinte jugadores desaparecidos. Axat les dedicó un poema: Los canarios románticos.

Se dieron otras iniciativas, pero no partieron de los clubes, ni de la UAR o las uniones provinciales. El torneo nacional Homenaje a los rugbiers desaparecidos realizará su cuarta edición este año en Bariloche, el 9 y 10 de noviembre. 

Carola Ochoa es su fuerza motriz. Una sanjuanina que recorrió el país buscando completar la lista de víctimas del terrorismo de Estado que sufrió el rugby. Por ella se supo que hasta hoy son 152. Eliseo Branca, ex Puma y símbolo del CASI, además de varios ex jugadores, la acompañan en esta búsqueda de memoria, verdad y justicia. El evento que se completa con talleres y exposiciones sobre la temática les interesó a las autoridades de la Federación Francesa de Rugby.

En nuestro país esta cuestión que cruza a los derechos humanos con el deporte, es como una piedra en el zapato para la dirigencia. Que además sufrió reproches del sector más conservador del rugby por un hecho que ocurrió el miércoles 17 de julio. Ese episodio está mencionado en la carta que se le enviará a la UAR: “Recibimos con alegría la noticia de que los jugadores de los ALL BLACKS (en mayúsculas) hayan visitado el Sitio de Memoria de la Ex ESMA, y se interiorizaran de lo sucedido allí, y veríamos con agrado que lo mismo pueda suceder con las distintas categorías que conforman el seleccionado nacional de LOS PUMAS así como también con los clubes que son parte de la UAR”.

En una detallada nota sobre la visita del plantel neozelandés al ex centro clandestino de detención y tortura, el colega Ezequiel Fernández Moores cuenta cómo nació la idea de acercarse al lugar: “En plena recorrida, el fisioterapeuta Pete Gallagher, autor de la iniciativa, cuenta por qué está él allí: ‘Vine muchas veces a la Argentina, pasé siempre por la puerta, me pareció que ya era tiempo de entrar y conocer’”. Catorce All Blacks se sacaron fotografías --fue casi la mitad del plantel que estuvo en Buenos Aires para la victoria 20 a 16 sobre Los Pumas-- y después las subieron a sus redes sociales. La visita no era obligatoria, pero el grupo que estuvo en la Ex ESMA escribió en su cuenta de Instagram:  “La angustia inimaginable de este período todavía se siente hoy”. 

El hooker Dan Coles agregó: “Escuchamos historias de mujeres que estaban embarazadas y les quitaron sus bebés. Siempre tratamos de aprender un poco de la historia de los países que visitamos”. Algo semejante hicieron los Springboks sudafricanos en isla Robben. En septiembre del año pasado viajaron desde Ciudad del Cabo al presidio donde estuvo Nelson Mandela. De los 27 años que lo mantuvieron detenido durante el régimen del Apartheid, 18 los pasó ahí en condiciones de aislamiento. La memoria no está disociada del deporte.

Los Springboks en la isla donde estuvo preso Nelson Mandela.

La presencia de los bicampeones mundiales en la Ex ESMA puede vincularse con un dato deportivo de aquel trágico pasado que los neozelandeses quisieron conocer. En 1976, cuando se produjo el golpe de Estado, los All Blacks visitaron por primera vez la Argentina, una gira que la UAR celebró en su memoria y balance de ese año. 

“Es nuestra esperanza que podamos asimilar todo lo bueno que hemos visto para perfeccionar nuestro juego y sacar suficiente provecho de su técnica, potencia y efectividad. También expresamos nuestro deseo de que esta visita sea comienzo de una vinculación que se mantenga en el futuro, lo que sin duda será sumamente beneficioso para el rugby nacional”, decía la Unión.

Los Pumas jugaron dos partidos contra Nueva Zelanda en el ’76 en la cancha de Ferro. Perdieron 21 a 9 y 26 a 6. La UAR dejó constancia en su memoria de un dato insoslayable: “Por primera vez se contó este año con el concurso de la Compañía de Policía Militar del Cuerpo de Ejército 1, que tuvo a su cargo la seguridad interna del estadio”. Una postal de la época.

Los All Blacks que visitaron la Ex ESMA hace pocos días no habían nacido. Aquellos que vinieron a jugar cuando en el país se secuestraba, torturaba y desaparecía hoy ya deben estar jubilados. Se sabe ahora que 152 rugbiers integran la nómina más extensa de víctimas que deporte alguno haya sufrido en la Argentina. La UAR será notificada por carta sobre ello. 

Familiares, amigos, compañeros de equipo y organismos de derechos humanos esperan un gesto que se compadezca con la memoria de esos jugadores que estuvieron en sus registros. Los bicampeones mundiales que se conmovieron por lo que vieron en el ex centro clandestino más grande de la Armada seguramente estarían de acuerdo.




"Cristina Kirchner va a ajustar con apoyo popular, culpando a Macri"... @dealgunamanera...

Guillermo Calvo: "Cristina Kirchner va a ajustar con apoyo popular, culpando a Macri"...

El economista y profesor de la Universidad de Columbia, Guillermo Calvo. Fotografía: NA

El economista opinó sobre cómo será el panorama económico luego de las elecciones. Cuestionó el rol del Banco Central y el acuerdo con el FMI.

© Publicado el sábado 27/06/2019 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Guillermo Calvo, economista argentino y académico de la Universidad de Columbia, habló sobre la situación económica actual y los posibles escenarios en caso de que en las próximas elecciones sea reelecto el presidente Mauricio Macri o se imponga su rival, Alberto Fernández, quien encabeza la fórmula junto a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En una entrevista brindada al medio de Chile Diario Financiero, el economista sostuvo que entre ambos candidatos considera que “Cristina es lo mejor que le puede pasar al país” porque "va a aplicar el ajuste con apoyo popular, culpando al gobernante previo".

El académico aclaró que "ninguno de los dos" va a hacer que los problemas de la economía desaparezcan. Y consideró que "no está a favor de Cristina ni de su gente", aunque reconoció que —en caso de ganar— la expresidenta "puede mirar para atrás y decir ‘miren el lío que nos dejó este hombre. 

Ahora yo tengo que hacer el ajuste que él debió haber hecho y que no hizo'". "De repente Cristina es lo mejor que le puede pasar al país, curiosamente. Porque va a aplicar el ajuste con apoyo popular, culpando al gobernante previo", amplió.

Sobre la reacción que puedan tener los mercados, Calvo opinó que ante un triunfo del oficialismo los inversionistas "tienen más tiempo para sacar su plata", porque "Macri no ha mostrado ninguna capacidad de manejar esta situación. Más bien la ha empeorado". 

Calvo consideró además que "un gobierno con Cristina puede ser más creíble que el de Macri" porque según su visión, el jefe de Estado asumiría con pocos votos, en minorías legislativa, y sin la capacidad de reconocer errores previos. Además anticipó que en un segundo mandato esperaría un ajuste "muy malo". Macri va a necesitar a una persona de prestigio, pero no sé si esas personas van a querer ser parte de su gobierno. Está muy quemado", vaticinó el profesor universitario.

El acuerdo con el Fondo ayudó a que la economía no explotara, dijo Guillermo Clavo

Sobre el rol del acuerdo con el FMI, diagnosticó que es aún difícil saber si es bueno o malo. Destacó que "ayudó a que no explotara" la crisis económica, pero no ayudó a normalizar la situación. "Lo que hizo el Fondo fue poner un montón de plata encima de la mesa y decir no lo toquen. Y cuando tuvieron autorización para tocarlo, lo tocaron mal”, explicó a Diario Financiero.

A.G./F.F.

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martes, 23 de julio de 2019

"Cuatro años más de Macri serían devastadores"… @dealgunamanera...

"Cuatro años más de Macri serían devastadores"…

Eduardo Di Pollina reiteró su rechazo a la fórmula Lavagna-Urtubey.

Otro mensaje de Di Pollina al interior del Partido Socialista. El dirigente admitió que el sector interno que integra piensa en "reconstruir" el Frente Progresista después del comicio.

© Publicado el martes 23/07/2019 por el Diario Página /12 (Rosario/12) de la Ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe.

"Tenemos que ser muy claros: no podemos votar en blanco", señaló ayer el diputado provincial Eduardo Di Pollina, tras adelantarle a Rosario/12 que un sector del socialismo no votará la fórmula Roberto Lavagna-Juan Manuel Urtubey que impulsa el gobernador Miguel Lifschitz. Por otra parte, el legislador afirmó que varios dirigentes del Frente Progresista "no comparten en absoluto" acompañar la fórmula presidencial de Consenso Federal. "Así como dentro del Partido Socialista hay diferentes miradas, diferentes posiciones políticas, hasta de perfiles ideológicos distintos, también va a ocurrir lo mismo en el Frente. 

No pasó desapercibida la elección en la provincia de Santa Fe porque ha reconfigurado todo para el Frente Progresista. El nuevo Frente será la reconstrucción del mismo y de lo que seamos capaces de hacer, no solamente desde el socialismo, sino de todos los partido afines que queramos reconstruir un proyecto político como el que venimos llevando", agregó.

Tras avisar que un sector del socialismo no votará la fórmula Lavagna-Urtubey por ser "una expresión más de la derecha conservadora", el diputado Di Pollina aseguró ayer en una entrevista realizada en el programa "Los días contados": "Cuatro años más de Macri serían devastadores para Argentina, que está en el borde de algo muy crítico".

"Nosotros tenemos que asumir un compromiso con los argentinos y tenemos que ser muy claros: no podemos votar en blanco, es un momento crítico", afirmó Di Pollina, para quien en 2015, cuando hubo que tomar decisiones, "se dio una discusión muy importante dentro del partido, no nos podíamos poner de acuerdo, y entonces encontramos esta salida salomónica y después cada uno asumió... el propio (Antonio) Bonfatti después dijo que lo votó a (Daniel) Scioli. Fue un momento muy especial, éste es otro momento, los militantes no podemos ser meros observadores de lo que está pasando".

Según Di Pollina, desde un sector del socialismo ya definieron que no acompañarán la fórmula Lavagna-Urtubey y que no van a votar en blanco. "La otra parte que nos toca discutir a quién vamos a acompañar, lo vamos a hacer en forma colectiva, en un plenario como lo hemos hecho siempre. Esta decisión fue tomada por unanimidad en un plenario del sector que integro, donde está la orgánica del MNR, los docentes y decanos de la UNR, los barrios que militan en nuestros sector, y los compañeros del interior, hablo en representación de ellos", adelantó el diputado provincial.

Además, señaló que varios dirigentes del Frente Progresista tampoco comparten acompañar a los precandidatos presidenciales de Consenso Federal. "No pasó desapercibida la elección en la provincia de Santa Fe porque ha reconfigurado todo para el Frente Progresista", apuntó.

Consultado por las diferencias que se plantearon por la decisión del PS de acompañar a la fórmula de Consenso Federal, motorizada por el gobernador Lifschitz, Di Pollina respondió: "No es menor el contexto político en el que estábamos, en un proceso de elección provincial donde todos sabemos lo que nos jugábamos, era el gobierno de la provincia de Santa Fe. Estábamos fundamentalmente imbuidos de ese procesos político, paralelamente Lifschitz estaba llevando adelante este otro proceso político.

Tuvimos la oportunidad de discutir una semana antes en la Mesa nacional cuál era la situación, hizo un informe el propio Lifschitz donde informó que estaba la posibilidad de Facundo Manes como candidato a vice o el propio Lifschitz, lo teníamos que definir. Aprobamos y acompañamos con la Mesa nacional, no se dio ninguna otra instancia orgánica, y cinco días después nos enteramos por los medios que Urtubey era el compañero de fórmula".

Sobre el apoyo a la precandidatura de Enrique Estévez, Di Pollina señaló: "Son dos elecciones distintas, la lista de diputados está constituida por un grupo de compañeros del Frente Progresista y la vamos a acompañar. Aquí el gran cuestionamiento está en la fórmula Lavagna-Urtubey, que no es compatible ni con la historia ni con la ideología del Partido Socialista, ni con las tradiciones que siempre hemos definido, del lado del pueblo trabajador. En este momento crucial de Argentina tenemos que tomar una definición distinta".

-¿Por qué se perdió la elección de Santa Fe?

-Se perdió porque se cometieron muchísimos errores a lo largo de este año. Es un tema que debemos discutir dentro del partido. Luego de finalizado el proceso electoral nacional nos vamos a abocar a discutir, a hacer una autocrítica muy clara porque todo lo que ocurrió no es producto de la casualidad. Hubo políticas erróneas, que no fueron solamente de los últimos meses si no de los últimos años, que nos llevó a una gran derrota en el 2017, siendo gobierno de la provincia y de la ciudad. Y luego los resultados de hace pocos días. Pudimos salvar Rosario y Santa Fe, pero una gran pérdida fue la gobernación, porque teníamos la expectativa de renovar este proyecto político.



domingo, 21 de julio de 2019

PASO a paso: el escenario político de cara a las elecciones de agosto… @dealgunamanera...

PASO a paso: el escenario político de cara a las elecciones de agosto…


Alberto Fernández y Miguel Pichetto son los protagonistas principales de una nueva etapa de polarización en la política argentina. En el medio, Roberto Lavagna intenta mantener en carrera a la tercera vía.

© Escrito el  jueves 11/07/2019 por Tomás Allan y publicado en el Diario La Vanguardia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Vivimos tiempos agitados para la política argentina. Más de un mes antes del cierre de listas del 22 de junio, Cristina Fernández anunció su decisión de correrse del centro de la escena para dejar a Alberto Fernández como candidato presidencial y acompañarlo desde la vicepresidencia. Rápidamente, más de una decena de gobernadores peronistas se alinearon con la novedosa fórmula, expresándole públicamente su apoyo. Luego, tres semanas más tarde, Mauricio Macri sorprendió a todos al ofrecerle la candidatura a vicepresidente a Miguel Pichetto, (ahora ex) jefe del bloque justicialista en el Senado de la Nación.

Numerosos análisis se han hecho hasta el momento sobre estas decisiones, intentando interpretar los gestos de los dos principales líderes políticos del país y tratando de decodificar cómo quedaba planteado el tablero político de cara a las primarias de agosto, las elecciones generales de octubre y un eventual ballotage en noviembre. Cristina Fernández tomó la iniciativa aquel 18 de mayo y produjo una serie de reacciones no solo en los sujetos destinatarios directos de su mensaje (¿el resto del peronismo?), sino también en otros actores políticos a quienes no fue dirigido (o sí, como contradestinatarios) pero que obviamente tienen interés en sus movimientos. De este modo, se produjeron varias decisiones en cadena que terminaron por reconfigurar el tablero político.

Para responder a la pregunta mayor (cómo quedó efectivamente configurado el escenario) podemos recorrer cuatro interrogantes que la preceden: a quiénes le hablaron Cristina Fernández y Mauricio Macri al desginar a Alberto Fernández como candidato a presidente y a Miguel Pichetto como candidato a vice; qué mensaje querían enviar; qué efectos produjeron en sus destinatarios y qué efectos produjeron en otros actores políticos.

DEL ALBERTAZO AL ROSQUERO SUPERPODEROSO


Mucho se ha dicho ya sobre la decisión de postular a Alberto Fernández como candidato a presidente, con una conclusión que destacó con claridad en la mayoría de los análisis: la búsqueda de moderación. La decisión de optar por una figura que se fue del gobierno kirchnerista en su momento de radicalización (post pelea con el campo), que criticó con dureza la forma de la ex mandataria de conducir los asuntos públicos en sus últimos años de gobierno y que parece tener (o poder tener) buen diálogo con sectores de poder en aparente tensión con el kirchnerismo (Clarín, “el campo”, el empresariado, el FMI), fue leído como una indudable muestra de moderación que permitiría ampliar el espacio de cara al cierre de listas y ofrecería la posibilidad de llevar a cabo algunos acuerdos en caso de llegar al gobierno, en una etapa que será complicada desde el punto de vista económico, gane quien gane. La decisión de colocar al ex Jefe de Gabinete también podría, hipóteticamente, mantener el piso de votos de la ex mandataria y perforar su techo, clave para un eventual ballotage.

Si los destinatarios principales del mensaje cristinista fueron los gobernadores y el resto del peronismo, este parece haber tenido relativo éxito si atendemos a los rápidos alineamientos que se produjeron luego del anuncio, incluido el de Sergio Massa, aunque con algunas idas y vueltas previas.

Pasaron algunas pocas semanas hasta la siguiente movida política de trascendencia. La decisión de incluir a Miguel Ángel Pichetto en la fórmula presidencial oficialista sorprendió a propios y extraños: llegaba un peronista de pura cepa a ocupar nada menos que el puesto de candidato vicepresidente de la fuerza política que hegemoniza el espacio no-peronista del sistema político.

Nuevamente, los análisis comenzaron y varios merodearon la tesis del fin de la grieta o, al menos, de su conmoción: si la decisión de ubicar a Alberto Fernández como candidato a presidente del espacio kirchnerista era el principio del fin de la grieta, la decisión de que Miguel Pichetto secundara a Mauricio Macri en la fórmula presidencial era el acto que lo consumaba.

Como sea, algo cambió. Las veredas se ensancharon; los desplazamientos de ciertos actores que hasta ahora habitaban el centro de forma dispersa ampliaron los sectores enfrentados.

Aunque otras lecturas sugieren que esta está más viva que nunca: ambas decisiones consolidan la grieta pero la moderan (giro al centro) o bien la ratifican ampliando sus respectivos espacios pero sin moderarse (los dirigentes que escapaban a su lógica van hacia los polos pero no los polos hacia ellos, como una especie de imán).

Cualquiera de estas presupone vocación de amplitud y un reconocimiento tácito de que para poder ganar las elecciones y, sobre todo, para gobernar luego de ello en una situación económica delicada, se necesitará salir del empate de minorías intensas y posiciones defensivas para lograr acuerdos amplios que garanticen la tan mentada gobernabilidad.

Como sea, algo cambió. Las veredas se ensancharon; los desplazamientos de ciertos actores que hasta ahora habitaban el centro de forma dispersa ampliaron los sectores enfrentados. Massa y varios gobernadores para un lado; Lousteau (que desde 2015 pareció estar con un pie adentro y otro afuera de Cambiemos) y Pichetto para el otro. Si tomamos la teoría del giro al centro de las dos fuerzas principales de la política argentina ello redundaría en un esquema de fuerzas centrípetas: ambas compiten por el centro. La grieta ya no centrifuga sino que aprieta, y los polos están más cerca que antes, dice Andrés Malamud. 

Sin embargo, ni bien Pichetto salió a la cancha a hacer declaraciones públicas, muchos comenzaron a poner en duda esta tesis: ¿de qué giro al centro hablamos si el flamante candidato comienza a tratar a sus adversarios de comunistas, vocifera contra la flexibilidad en la llegada de inmigrantes y propone rediscutir el rol de las Fuerzas Armadas para que puedan intervenir en tareas de seguridad interior?

Dice Ignacio Ramírez: “Lo de Pichetto fue un giro al centro en términos políticos, pero fue una bolsonarización en términos ideológicos”. El Pichettazo difuminó (¿diluyó?) la línea divisoria entre el espacio peronista y el no-peronista e implicó la cooptación de uno de los principales actores del peronismo no-kirchnerista, nucleado en torno a Alternativa Federal, hasta ese momento renuente a plegarse a cualquier polo de la grieta. Pero, en efecto, su discurso en temas de seguridad e inmigración y sus referencias elogiosas a figuras como Matteo Salvini o Jair Bolsonaro dan pie a la tesis de la radicalización cambiemista, que fue ganando terreno con el cierre de listas y los acercamientos a figuras como Amalia Granata y Alberto Asseff, probablemente algo obligados por la candidatura de José Luis Espert y Ricardo Gómez Centurión.

Hasta estas elecciones, el Gobierno no tenía amenazas concretas por derecha. Sus candidaturas lo obligaron a moverse para neutralizar o al menos atenuar esa fuga de votos.


Entonces, ¿a quién le habló Macri con la designación de Pichetto? En los primeros análisis primó la idea del mercado como “sujeto” destinatario, que aparentemente habría reaccionado positivamente a la postulación del senador por Río Negro. Esta alegría subrepticia obedecería a que su figura encarnaría una suerte de garantía de gobernabilidad para el segundo mandato macrista, por su aptitudes negociadoras y su estrecha relación con varios sectores del peronismo (especialmente los gobernadores), lo cual permitiría conseguir los votos suficientes para aprobar algunas reformas que el gobierno considera necesarias.

Sin embargo, esta teoría adolece de algunos puntos débiles: Pichetto garantizó la gobernabilidad durante el primer mandato macrista desde su posición de jefe de bloque del justicialismo, ¿pero puede garantizarla desde las filas del oficialismo? Por otro lado, no termina de entenderse el porqué de la alegría de los mercados por lo que pudiera pasar en un eventual segundo mandato macrista si la candidatura de Pichetto no aporta votos propios para cumplir una condición anterior, a la cual ese segundo mandato se encuentra obviamente sujeto: ganar las elecciones.

En fin: tesis verosímiles pero con cierta dosis de sobreestimación de las aptitudes negociadoras de Pichetto y de sobreinterpretación de los cálculos del Mercado, ese “sujeto” que solo puede hablar lo que los analistas políticos le hagan decir.

La ecuación del Gobierno es que Pichetto tranquiliza a los mercados, lo cual significa dólar calmo y, por tanto, se evita la fuga de votos potenciales que se produce ante cada subida de la moneda norteamericana.

Como fuere, desde esta perspectiva la ecuación del Gobierno es que Pichetto tranquiliza a los mercados, lo cual significa dólar calmo y, por tanto, se evita la fuga de votos potenciales que se produce ante cada subida de la moneda norteamericana. Carlos Pagni dice que la imagen de Macri está indexada al dólar: cuando este sube, aquella cae; cuando este baja, aquella sube. La paz cambiaria de acá a las elecciones podría favorecer a la victoria oficialista.

Visto así, su figura no sumaría votos propios pero evitaría indirectamente su fuga. La conclusión es verosímil, lo que se pone en duda es la veracidad de las premisas.

Finalmente, se ha dicho que su incorporación podría cobijar al votante peronista de derecha, algo también verosímil, aunque cuesta imaginar que estos votantes fuesen renuentes a optar por Cambiemos antes del anuncio de la fórmula, mientras que la fórmula Lavagna-Urtubey ofrece un resguardo para el electorado peronista descontento con el Gobierno y el kirchnerismo.

En el medio, Lavagna y Urtubey unieron fuerzas. Por lo general, la teoría de la ampliación de veredas que angostan y presionan la avenida del medio supone que la tercera vía saldría inevitablemente perjudicada. Sin embargo, pueden introducirse algunos matices.

Hasta acá, esa ampliación del polo oficialista y del polo opositor-kirchnerista se dio a nivel dirigentes. Sin embargo el desplazamiento de ciertos actores del centro hacia los polos no necesariamente conlleva un movimiento sustantivo de los votantes en el mismo sentido. Si bien el estrechamiento del centro podría perjudicar a Roberto Lavagna, la reducción de la oferta en una zona que pasó a ocupar en solitario podría beneficiarlo si el electorado se mantiene escéptico a los movimientos de Sergio Massa y Miguel Pichetto.

Hay que ver si, en efecto, ese movimiento de nombres va acompañado de una moderación en los discursos, y observar el comportamiento del electorado indeciso y su resistencia a moverse al compás de esos movimientos. De este modo, su aventura probablemente dependa (al menos en parte) de la (in)elasticidad de la demanda antigrieta con respecto a las variaciones que se produjeron en la oferta.

¿QUÉ HAY DE NUEVO, VIEJO?


El cierre de listas y los desplazamientos que se dieron en la previa exigen un análisis sobre cómo se ha (re)configurado el escenario político. En este sentido, puede ser interesante detenerse en la lectura que los propios actores hacen sobre el tema, dado que la batalla electoral pasa en buena parte por los términos en que ella se enuncia “desde adentro”. La pregunta que subyace es: ¿qué es lo que hay en juego en estas elecciones? 

Si para el Gobierno estos comicios plantean una disputa entre demócratas liberales republicanos versus populistas autoritarios, para la principal fuerza opositora se enfrenta el campo popular versus el neoliberalismo rampante. Mientras que para el lavagnismo estamos ante el enfrentamiento del fracaso del pasado y el fracaso del presente, solo superables con una alternativa que escape a la grieta.

Unos harán eje en la cuestión moral e institucional mientras que otros harán hincapié en la agenda socioeconómica, que parece ser el flanco débil del oficialismo. Veremos qué interpretación logra imponerse en esta disputa (¿superestructural?) sobre lo que se juega en estas elecciones.

Por otro lado, “desde afuera” han surgido algunas interpretaciones diferentes más allá de la reproducción de esas mismas lecturas. Si en Argentina siempre ha sido algo impreciso el esquema izquierda-derecha para interpretar la realidad política, las apariciones de Alberto Fernández primero y de Miguel Pichetto después habilitarían un análisis de ese tipo. La candidatura vicepresidencial de este último difumina el clivaje peronismo-no peronismo y da mayor nitidez a este esquema clásico en el que tendríamos dos grandes coaliciones -una en la centroderecha y otra en la centroizquierda-, que entre ambas se llevarían más del 70% de los votos; un centro “flaco” apoyado en la figura de Roberto Lavagna, que aspira a superar los 10 puntos en las generales, y alternativas minoritarias desbordando este esquema por izquierda (FITU) y por derecha (Espert y Gómez Centurión), que se calcula no superarán el 5% cada una.

Por su parte, si bien el Gobierno siempre eligió el confrontamiento directo con el kirchnerismo (y particularmente con la figura de Cristina Kirchner), el discurso de los “70 años de decadencia” (que implícita o explícitamente hace referencia al peronismo) y su intención de distinguirse claramente de “la vieja política” le han permitido presentarse como la fuerza no-peronista por excelencia, nucleando al antiperonismo más duro. Con la designación de un peronista de pura cepa y rosquero de la primera hora en la fórmula presidencial, esa línea divisoria pierde nitidez.

El Gobierno pudo jugar a distinguirse tan claramente del peronismo como un todo en tanto y en cuanto este estuviera, en los hechos, dividido (en tanto no fuera un “todo” real y actual sino ficticio e histórico). Cuando el peronismo amagó a unirse, previa designación de Alberto Fernández como candidato presidencial, Cambiemos decidió flexibilizar uno de sus componentes identitarios y volver a focalizar a su adversario en un círculo más pequeño, que representa solo una versión particular de aquel: el kirchnerismo.

El cambio ya no es respecto de “70 años de atajos y avivadas” sino respecto del proceso de 12 años kirchneristas. Se corre la frontera política. Digamos que para el Gobierno lo que está en juego en estas elecciones es la integridad de las instituciones republicanas, y eso no distingue entre peronistas y no-peronistas sino entre kirchneristas y no-kirchneristas. Esto implica reducir el espacio opositor y permitirse ampliar el propio.

Si bien el estrechamiento del centro podría perjudicar a Roberto Lavagna, la reducción de la oferta en una zona que pasó a ocupar en solitario podría beneficiarlo si el electorado se mantiene escéptico a los movimientos de Sergio Massa y Miguel Pichetto.

Lo cierto es que, a pesar de las advertencias de que podría producir la fuga del núcleo de votantes antiperonistas, esto no parece representar una amenaza concreta si tenemos en cuenta que ninguna de las fuerzas realmente competitivas quedó exenta de peronismo, por lo cual parece difícil que emigren a otros pagos.

Por último, la formación de un espacio progresista no-kirchnerista parece que tendrá que esperar. El progresismo depositaba en la figura de Lavagna la esperanza de la construcción de una alternativa progresista de escala nacional, pero una serie de eventos desafortunados hicieron caer esas expectativas. La decisión de incluir a Juan Manuel Urtubey como candidato a vicepresidente, la derrota electoral del socialismo en Santa Fe (que perdió la gobernación a manos de un peronismo unificado hacia la derecha, liderado por Omar Perotti) y la conformación de listas en las que primó la estructura del sindicalista Luis Barrionuevo por sobre las estructuras partidarias del GEN y del Partido Socialista terminaron por opacar esa tonalidad progresista que se esperaba darle a esta construcción a nivel nacional. De todas maneras, puede significar una buena oportunidad para ganar algunas bancas legislativas.

En suma, ambos gestos giraron en torno al cargo de vicepresidente; ambos han tenido efectos en lo inmediato y podrán tener otros de mediano y largo plazo que habrá que esperar para verificar; ambos mostraron apertura en sus respectivos espacios. No obstante, no está tan claro que esa potencia simbólica de las movidas que incluyeron a Miguel Pichetto y Alberto Fernández hayan tenido un correlato material en el armado de listas, en donde los sectores que podían ampliar los respectivos espacios no han tenido el lugar que se esperaba.

Aquel 18 de marzo Cristina tomó la iniciativa, Macri respondió y el resto de los actores se incorporaron al juego. El tablero político comenzó a reconfigurarse y el cierre de listas nos dio algunas certezas, pero la incertidumbre primará de cara a las PASO, en una competencia que se avizora reñida. Las fichas se van acomodando pero falta un largo trecho aún por recorrer.