sábado, 17 de diciembre de 2011
Esta hermosa locura llamada Huracán... De Alguna Manera...
Diego Bonadeo: "Florencia Peña descubrió los Derechos Humanos el año pasado" ... De Alguna Manera...
-¿Qué es el progresismo?
-Si no hay gestión, no puede haber rasgos de progresismo, ni de progresismo, ni de, como decía Perón, “apresurados ni retardatarios”. No hay gestión. Cristina lo único que hace es estrenar “pilcha” nueva, porque dijo el otro día que iba a haber default, y lo que hay es default de ideología. Ella no tiene ni default de pilcha, ni default de cirugía. Si lo único que hace es ir a actos y estrenar ropa.
-¡Un desastre! ¡Un desastre!
- Rescato a Pino Solanas, Claudio Lozano, Marcela Rodríguez que es diputada de Elisa Carrió.
-Yo fui concejal del ARI en algún momento. La última vez que hablé con ella fue en su casa. Y le dije: “Lilita estás construyendo para el orto”. Me dijo: “Tenés razón, pero es tarde”. Digo “¿Cómo, cómo es tarde?”. Esto era antes de las elecciones de 2001, nunca es tarde. La prueba está.
-Fulbito pa’ la tribuna. No es sustancial, no es importante, para nada.
-¿Con quién?
-Me parece más clara Carrió que “Freddy” Storani o Leopoldo Moreau. A los nuevos personajes del radicalismo no los conozco bien, Morales, Aguad, o Sanz.
-Cobos es como Kirchner. ¿Cobos no sabía cómo era Kirchner? ¿O Kirchner no sabía cómo era Cobos?
-No es culpa mía, me han hecho descreer. Yo creía a muerte sino no me hubiera presentado como candidato a concejal.
-Hay un uso de los derechos humanos, pero en todo caso es la Justicia. ¿O no hay división de poderes?
-Por supuesto, no puedo negarme a eso. De todas maneras, creo que lo más importante de este Gobierno en esos términos es lo de la Suprema Corte, que hizo que yo en un momento me sintiera casi oficialista; estoy diciendo cuando apenas llegó este Gobierno. Yo no puedo creer prácticamente en casi nada, en la medida en que el Consejo de la Magistratura, que se encarga de la designación o remoción de jueces, esté en manos de dos personas -lo de personas es casi una generosidad de mi parte-, como Diana Conti y Carlos Kunkel, por favor… ¿Cómo van a manejar una cosa tan delicada Diana Conti y Carlos Kunkel?
-Florencia Peña descubrió los derechos humanos el año pasado. ¡Que no me jodan a mí, que no me jodan! ¿O miento? Hablo de ella como militante de no se qué… Yo me manejo un poco con la memoria visual. Durante casi 30 años fui a prácticamente a todas las marchas que tienen que ver con DDHH, de toda esta gente que está hablando de esto. Allí encontré a Sandra Russo. Galende nunca estuvo; Barragán y Barone, tampoco. Sí Gerardo Romano, que el otro día dijo una cosa que yo no puedo creer. Dijo que Kirchner tenía que ser postulado a premio Nobel de la Paz porque impidió una guerra entre Colombia y Venezuela. A Raúl Rizzo y Arturo Bonin los encontré en muchas marchas, y hay varios más. Muchos músicos también, pero bueno, alguno será rehén del régimen.
-Hebe de Bonafini me llamó a los pocos días que pasara el episodio que yo conté de radio de la Ciudad, para invitarme a hacer el programa en la radio de las Madres. Fui a hablar con ella, le dije: “Hebe, acordate que yo no soy un chico K”. “No, acá podes hacer lo que quieras”, respondió. “Hablá con Lanteri, el director de la radio de las Madres”. Fui y le dije lo mismo: “Mirá que no soy un chico K”. “No, yo te voy a llamar para el presupuesto, para el horario, para todo”. No me llamaron nunca, nunca. Yo era amigo de todas ellas. Sólo me quedo con Nora Cortiñas. Norita es una maravilla. Hebe no, Hebe no.
-Nora Cortiñas y Estela de Carlotto están prohibidas en la radio de las Madres, no jodamos. Por qué no dicen eso el programa de Gvirtz, por qué no se ocupan de eso en “6.7.8”.
-¿De qué otra censura? Hay que ocuparse de todas, porque esto no es la teoría de los dos demonios, no nos equivoquemos. ¿Por qué no dicen que hasta hace seis años Timerman era columnista de Mariano Grondona? ¿O estoy loco? No jodamos más. Yo no estoy en contra de Timerman, pero ya que estamos contando las costillas de todo el mundo, contemos las costillas de todos.
Moyano... De Alguna Manera...
Diego Bonadeo: “Víctor Hugo Morales es un farsante”... De Alguna Manera...
-Y debe haber cientos de miles de razones.
-Cientos de miles de razones debe haber. No insinúo nada, digo que debe haber ciento de miles de razones.
-Lo que pasa es que en “678” acusan de desinformación al multimedio, lo que es verdad. De parte del multimedio, de parte de Jorge Fontevecchia que es el dueño de esto donde estamos hablando ahora, es verdad que hay desinformación. Pero no hablan de la desinformación de ellos. De la cosa absolutamente selectiva. Por ejemplo, no dijeron ni una palabra, y están vinculados al deporte de alguna manera, del envío de barrabravas del Gobierno a Sudáfrica, con la guita nuestra. A mí me habían llamado de “Tiempo Argentino” para escribir. Yo le dije: “Escúcheme, yo no soy un chico K como ustedes”. Responden: “No, acá somos plurales”. Escribí una nota sobre ese tema, no me la publicaron. Antes había escrito otra nota sobre la locura de los televisores cuando todo el mundo compraba televisores antes del Mundial, sí la publicaron. Esta no la publicaron. Esos son los pluralistas del Gobierno de Kirchner, de sus operadores, de los muchachos de Szpolski.
-No es tensa, yo lo desprecio.
-No.
-No, no.
-Yo te digo, con la única persona de mis enemigos que yo estaría en disposición para discutir es con Fernando Niembro, porque es al único que yo le reconozco entidad. ¿¡Cómo voy a discutir con Paenza!?
-Sí, alguna vez sí. Ahí me di cuenta cómo eran.
-Yo creí que eran otra cosa. Porque, aunque no parece, soy bastante ingenuo.
-Y nosotros inventamos “Sport80” viejo, que fue una bisagra en el periodismo de fútbol en la Argentina en radio. Le peleamos la hegemonía al gordo Muñoz, a “La Oral Deportiva”. Con Niembro y con Araujo y Negro Eguía, y con Néstor Ibarra, y con Lujambio. Era otra época. Ellos aparentaban ser otra cosa de lo que eran, o capaz que la vida los cambio.
CKF y su nuevo bastón de mando... De Alguna Manera...
Diego Bonadeo: “6,7,8 es repugnante”... De Alguna Manera...
- El que dice que no extraña la televisión y la radio, habiendo estado allí mucho tiempo, o está desmemoriado o miente. Pero yo no puedo quejarme porque soy una mezcla de proscripto con autoproscripto, así que calavera no chilla.
-Porque me aburrieron ciertas cosas, porque tome decisiones, cuando uno tiene nietos se da cuenta que la “abuelidad” es el mejor estado que puede haber. Y bueno, tiene que ver con eso.
-Tiene un poco que ver con “Fútbol Prohibido” y la última experiencia que tuve fue bastante oxigenante al principio y nefasta al final, que fue en Radio de la Ciudad. Cuando durante la última parte de la gestión de Telerman me sentí absolutamente manoseado, me cambiaban el horario, el programa y los compañeros, entonces en el último programa le avise a mis compañeros, el Ruso Verea y Gustavo Campana, que me iba.
-Veo mucha televisión, me hago bastante mala sangre por cierto y me doy cuenta por qué el canal Encuentro, pese a ser un canal de este Gobierno del que yo soy un entusiasta opositor, sigue siendo un canal que realmente vale la pena, porque tiene que ver con reivindicar algunas cosas de la cultura, que el que no las reivindica o valora eso realmente es necio. Además, también me doy cuenta por qué tiene audiencia el fútbol, porque las alternativas que hay son realmente de una mediocridad que me asustan realmente.
-Es repugnante, es repugnante el mensaje permanente, de estos individuos e individuas, tomando la terminología de Cristina que dice ‘Buenas tardes a todos y todas’, bueno, todos y todas, yo no sé si Carla Chudnovsky trabajó alguna vez en el multimedio, pero los demás sí. Barone, aparentemente, también trabajó en el multimedio aunque borró la palabra Clarín de su curriculum. Barragán lo reconoció el otro día. Sandra Russo no lo reconoció aparentemente, pero ella era apostilladora de Lalo Mir en radio Mitre, que yo sepa radio Mitre es del Grupo Clarín. Para qué hablar de Galende, que si no se hubiera muerto Jorge Guinzburg, seguramente todavía estaría trabajando para el multimedio de ahora cuestiona.
-Sí, Diego Gvirtz y Sergio Szpolski. Szpolski que alguna vez fue el representante notorio del Banco Patricios -que alguna vez “esponsorizó” a José “Pepe” Ricardo Eliaschev, que ahora es opositor al Gobierno- y que aparentemente maneja radio Del Plata, Tiempo Argentino, Miradas al Sur, la revista Veintitrés. Y cuando Roberto Cox el otro día, en “6-7-8″, insinuó la posibilidad de que hiciera referencia de que se debatiera de que se trataba lo de Szpolski, hubo mutis por el foro, nadie dijo nada. Nadie dijo nada. Son una basura. Y Barone se arroga el derecho de haber inventado el periodismo de periodistas, Orlando Barone. ¿Cómo? Además, dicen que es un programa con mucha audiencia y que la gente se autoconvoca, mentira, lo convocan ellos, ellos convocan a que se convoquen. Es una mentira más del kirchnerismo.
-Una vez me lo cruce en la cancha de River. Me dijo “Ey, como andas”. Y le dije: “Tomátelas de acá”.
Grassi es bueno...
Mística y Silencio... De Alguna Manera
Moyano apela a su descarnada visión de la política; Cristina, a la mística en torno del difunto Néstor Kirchner.
Uno de los textos más corrosivos, ingeniosos y desconocidos de Antonio Machado es la historia de Juan de Mairena y su maestro Abel Martín, heterónimos del poeta: Mairena es un profesor de educación física que durante las horas libres da clases voluntarias de lógica y filosofía.
Como su maestro Abel Martín, Mairena, en el fondo, detesta la gimnasia (“no se puede educar físicamente a nadie”, dice) y aconseja a sus alumnos sobre la heterogeneidad del ser:
“El principal deber de la fidelidad es con la propia máscara”, les aconseja.
Hugo Moyano no debe haber pasado de Platero y yo, pero sin embargo se permitió citar las enseñanzas de Mairena a Cristina Kirchner, exigiéndole ser fiel con su personaje: si tan bien nos va, queremos nuestra parte del botín.
Moyano sabe, como decía el General, que “la única verdad es la realidad”, y que su poder real se asienta sobre los abultados salarios de los camioneros que se resisten a pagar impuesto a las ganancias.
Todo lo que rueda es camionero, y lo que rueda, rueda sobre concreto.Su visión de la política es descarnada: Moyano no sueña con Tecnópolis, ni con el Bicentenario, no invoca a “El” y sabe que el poder de la calle se arma con dinero, con piquetes, con porteros que aseguran el paso, con palos y carteles. En su tercer gobierno, el kirchnerismo deberá ser protagonista –quizá por primera vez en su historia– de ordenar las cuentas que desordenó: éste es el final de la ruta del doble discurso.
Aquí la inflación choca con la góndola, la “renuncia” a los subsidios se transforma en un cuentito de las damas mendocinas y la matemática se impone sobre la vida ideal.
Moyano ni siquiera está dispuesto a una “romana”: no quiere ser él quien pague la cuenta. Ante el exabrupto, la estrategia del Gobierno fue el silencio, falta de argumentos o simplemente nada para decir.
La imagen de Aníbal Fernandez, solo, buscando un móvil en el Congreso a las seis de la mañana, fue patética. Cuando le preguntaron por Moyano sólo atinó a decir que no lo había escuchado.
En la diagonal de la escena, la Presidenta plantó una flor de ceibo y le atribuyó un nuevo milagro a El, cada día más parecido al Gauchito Gil.
Va a hacer falta algo más que mística y silencio para responderle al futuro.
© Escrito por Jorge Lanata y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 16 de Diciembre de 2011.
Ley Antiterrorista... De Alguna Manera...
El CELS cuestiona la Ley Antiterrorista…
A través de su presidente, Horacio Verbitsky, el organismo de derechos humanos comparó la norma con las leyes de Blumberg.
El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) insistió hoy en cuestionar el proyecto de ley para acciones terroristas, que recibió media sanción en Diputados, y advirtió que la iniciativa "crea un matete jurídico muy complicado".
"Si esto se aplica va a traer muchas complicaciones", vaticinó el presidente del CELS, Horacio Verbitsky, ante la posibilidad de que el proyecto sea votado en el Senado y se convierta en ley.
El CELS cuestionó la reforma del inciso 5 del artículo 41 del Código Penal "que establece en forma inapropiada un incremento al doble" de las máximas y las mínimas de todos los delitos si se cometieran bajo la figura del terrorismo.
Verbitsky afirmó que "es la misma técnica que se usó en el 2004 por la presión de Juan Carlos Blumberg", padre del chico secuestrado y asesinado Axel Blumberg, y sostuvo que "es una pésima técnica legislativa que carece de racionalidad".
Según dijo, "es absurdo agravar" la pena de todos los delitos por la posibilidad de que estén vinculados al terrorismo porque crea un desequilibrio en el Código Penal, donde estos hechos "pueden terminar teniendo penas más altas que delitos más graves".
En ese sentido, calificó de "matete jurídico" el proyecto que permitirá además dictar prisiones preventivas eternas por delitos leves por estar relacionado con el terrorismo.
"La ley debe ser clara y precisa, pero en este caso se habla de 'delitos destinados a aterrorizar a la población', lo cual es de una amplitud aterrorizante. Y además nos preocupa el contexto de este proyecto porque es una exigencia del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) bajo la amenaza de excluir a la Argentina" de ese organismo, dijo el titular del CELS.
Al menos, rescató Verbitsky, el proyecto de ley establece que estos hechos sean analizados por jueces federales y no por jueces provinciales.
Además, el CELS sostuvo que muestra "lo superfluo de la reforma" la aclaración por parte del Poder Ejecutivo en torno a que la figura de terrorismo no se aplicará en caso de ejercicio de "derechos humanos y/o sociales o de cualquier otro derecho constitucional".
© Publicado por el Diario Perfil el viernes 16 de Diciembre de 2011.
Papel Prensa... La mentira oficial... De Alguna Manera...
Mienten con Papel Prensa...
TV K: me muestra como mascota de Magnetto.
Desde que el Gobierno se enfrentó a Clarín, varias veces sentí el abrazo del oso de los kirchneristas tratando de sumarme o usarme para sus intereses. Frustrados por el rechazo y reavivados esta semana por Papel Prensa, desde la televisión oficialista me acusan de ser “esbirro (persona pagada por otro para actuar violentamente en su lugar) de Magnetto”, y desde los diarios oficialistas, de padecer síndrome de Estocolmo por ser víctima del abuso de posición dominante de Clarín y La Nación y defenderlos. El propio jefe de la bancada de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, en su argumentación a favor de la aprobación de la ley que declara de interés nacional la fabricación de papel para diarios, citó las críticas que fui formulando sobre Clarín.
Es cierto que Perfil padece la fuerte competencia de Clarín y La Nación más que ninguna otra editorial del país. A comienzos de este año, el mismo día que esta empresa lanzaba el diario popular Libre, Clarín lanzó otro similar llamado Muy, algo inédito en la historia de los diarios del mundo. Y con la advertencia de que si Libre costaba más barato Clarín también bajaría el precio de sus diarios, el sistema de distribución no permitió que Libre se vendiera a la mitad del precio de los otros diarios, como es lo normal en diarios populares de todo el planeta. Pero casi en la misma fecha La Nación sí pudo lanzar una competencia directa de la revista Caras, de Editorial Perfil, con un precio significativamente menor. Esto sólo por contar los conflictos de este año.
Pero el dolor que dejan los golpes en las batallas no puede alterar la percepción de la realidad. Personalmente, sigo juzgando inadecuada la intervención del Gobierno sobre Papel Prensa, lo que no quiere decir que Clarín y La Nación no merezcan críticas por Papel Prensa. Trataré de ser lo más equitativo posible con ambas partes en pugna.
Clarín y La Nación sostienen que hoy (en el pasado no era así) no se le produce ningún perjuicio a quien no tenga cupo para comprar papel de Papel Prensa y deba buscar papel de otra procedencia, porque el precio del papel importado es de US$ 680 la tonelada cuando el de Papel Prensa es de 753. Siguiendo la escuela del Gobierno, todos mienten a medias.
A US$ 680 la tonelada sólo pueden comprar Clarín, La Nación y Perfil, los tres mayores importadores de papel del país, porque para conseguir ese precio es necesario hacer una compra de 5 mil toneladas juntas y pagar al contado US$ 3,5 millones.
Además, tener depósitos para almacenar dos meses de stock. La mayoría de los diarios, y ni qué hablar los diarios pequeños del interior a los que no les vende Papel Prensa, deben comprar de a diez toneladas a un revendedor local, un mayorista que compra para fraccionar y revender (la diferencia entre el Mercado de Liniers y la carnicería) y pagar desde el 20% más caro.
Pero miente más el Gobierno cuando dice que al declarar de interés público la fabricación de papel beneficiará a todos los excluidos de Papel Prensa. El Gobierno declara que su plan es aumentar el capital de Papel Prensa con inversiones que permitan producir 30% más de papel: hoy fabrica 175 mil toneladas y el consumo de todos los diarios del país es 225 mil. El objetivo supuesto es que las 50 mil toneladas de papel que hoy se importan se fabriquen en el país.
Si así fuera, Editorial Perfil, que sí puede comprar su papel importado a US$ 680 dólares la tonelada, podría estar obligada a comprárselo a Papel Prensa a 753. ¿Cómo obligarían a Perfil a comprar su papel en Papel Prensa? Prohibiendo la importación de papel o colocándole un arancel a la importación de forma que el papel importado cueste más caro que el nacional. En cualquiera de los casos, ningún beneficio.
¿Por qué Clarín y La Nación no hicieron las inversiones necesarias que el Gobierno demanda para abastecer todo el consumo argentino?
Primero, porque no tienen el poder del Estado para garantizarse que todos los diarios estén obligados a comprarle a Papel Prensa. Perfil, más varios de los revendedores que compran grandes cantidades para fraccionar, preferirían seguir comprando papel importado que hoy se puede conseguir 10% más barato.
Segundo, porque no ganarían nada si Papel Prensa produjera todo el papel que Clarín y La Nación precisan más el de todos los diarios que deseen comprarle. Tendrían que invertir en una actividad que no da ganancia y que hoy (reitero, en el pasado fue distinto) les cuesta más barato importar lo que les falta para completar su consumo.
Clarín y La Nación se abastecen en el 90% de Papel Prensa e importan alrededor del 10% de su consumo. Así, la empresa puede justificar ante los diarios pequeños por qué no tienen más cupo para venderle, siendo que hasta sus propios accionistas deben importar papel.
¿Y, entonces, para qué Clarín y La Nación tienen Papel Prensa si ya no les trae ningún beneficio? Hay dos respuestas: en el pasado sí les trajo muchos beneficios. Y la respuesta actual sería que si la Argentina tuviera seguridad jurídica, Clarín y La Nación ya deberían haber vendido Papel Prensa como sí lo hicieron los diarios O Globo y O Estado de São Paulo, que eran dueños de la equivalente a Papel Prensa de Brasil. La fábrica se llama Pisa y hace diez años la vendieron a la multinacional noruega del papel Norske, que también es dueña de una de las dos empresas de Chile que fabrican papel para diarios: Bio-Bio. En Chile hay otra empresa similar que se llama Inforsa.
De las cuatro fábricas de papel en Sudamérica (dos en Chile, una en la Argentina y otra en Brasil), Norske es la única que actúa en dos países –Brasil y Chile– y hace algunos años quiso entrar a la Argentina ofreciéndole a La Nación y Clarín (fueron explorados en ese orden) comprar Papel Prensa. El precio que propusieron equivalía al 120% de las ventas. En 2003, Papel Prensa producía 150 mil toneladas y el precio por tonelada entonces era de US$ 500, lo que daba un valor total para el 100% de la empresa de US$ 90 millones. Hoy, con 175 mil toneladas de fabricación y US$ 753 dólares por cada una, el valor del 100% de Papel Prensa sería US$ 158 millones. La Nación recibiría por su 22,5% de las acciones alrededor de US$ 35 millones y Clarín por su 49%, alrededor de 77 millones.
Pero no venden por la falta de seguridad jurídica, algo que no padecen Brasil y Chile, donde a diferencia de la Argentina no existen mayorías legislativas aplastantes que pueden cambiar las leyes de importación o funcionarios con el poder de Moreno para imponer trabas a la importación de todo tipo o a la adquisición de divisas. Tampoco existe en Brasil y Chile la volatilidad cambiaria que hubo en la Argentina y tener una fábrica de papel con costos y precios de venta en pesos, que abastezca sin necesidad de pedido de permisos de importación, resulta un seguro que no necesita ningún diario brasileño o chileno.
Actualmente, el papel se importa con licencia automática, es decir, sin tener que esperar autorización del Estado, pero si esto fuera modificado y/o se colocaran gravámenes que encarecieran la importación de papel, allí se estaría produciendo la paradoja de que “papel para todos” sea papel preferentemente para los amigos.
Entre las voces de la oposición que se escucharon en el Congreso, la frase más lograda fue la de Eduardo Amadeo, quien dijo: “La verdadera intención del oficialismo es declarar de interés público (no al papel sino) al libre pensamiento para que pueda ser objeto de control de Estado”.
Mañana PERFIL publicará una excelente columna de Jorge Lanata, donde recorre la historia del peronismo con el papel, los diarios y el periodismo, y empíricamente se comprueba que cuando se declaró de interés público el papel fue para quitarlo de la esfera privada y darle el control arbitrario al Estado.
La falacia kirchnerista está muy bien construida: ¿quién se puede oponer a que todo el mundo tenga al mismo precio todo el papel nacional que quiera, y todos, amigos y no amigos, en las mismas condiciones? Nadie mientras no sea ésa la única alternativa y se pueda comprar libremente y sin encarecimientos papel importado. De lo contrario, el fin declamado termina siendo el opuesto al logrado.
Otra garantía jurídica que se debe cumplir será el justo resarcimiento a Clarín y La Nación por los cambios de condiciones. Si el Estado piensa aumentar el capital de Papel Prensa para producir más pero, también, para dejar en minoría accionaria a estos dos diarios, debería preguntarles si desean continuar siendo socios de la empresa en estas nuevas condiciones y, en el caso de que prefirieran dejar de ser socios, que se los indemnice comprando sus acciones al valor que podrían haberlas vendido en el mercado.
Aquí aparece la otra paradoja de esta construcción: si Clarín y La Nación dejaran de ser dueños de Papel Prensa, que es lo que correspondería si el Estado los indemnizara, ¿para qué Clarín y La Nación querrían comprarle el papel a Papel Prensa y no comprar en su lugar papel importado, que cuesta 10% menos? Y en ese caso Papel Prensa quebraría, porque hoy Clarín y La Nación compran el 74% de todo el papel que se fabrica allí. No tendrían a quién vendérselo y mucho menos si invierten en ampliar la fábrica para que produzca un 30% más. En esa hipótesis, Papel Prensa pasaría a fabricar 225 mil toneladas por año y solamente tendría compradores por alrededor de 70 mil.
Claro, siempre y cuando no prohíban la importación.
Todo indica que para que se cumplan los propósitos de la nueva ley el Gobierno prohibiría o limitaría drásticamente la importación, en cuyo caso el remedio sería peor que la enfermedad. He escuchado a tanta gente opinar sin conocer y, manipulada por las usinas del Gobierno, con buena intención creer que es bueno aquello que puede ser malo porque carecen de la información completa, que es compleja y requiere un conocimiento técnico profundo.
Por último, para ser justos, deseo criticar a Clarín. Cuando dice que el Gobierno hará con el papel lo mismo que hizo con la publicidad oficial, esto es, repartirlo entre amigos y castigar a adversarios, sería justo decir que también Clarín hizo eso con el papel de Papel Prensa: mientras el papel nacional fue más barato que el importado, Editorial Perfil no tuvo acceso a comprar en Papel Prensa. Y lo mismo se podría decir de la publicidad: el diario PERFIL no puede contar con los avisos de grandes vendedores de electrodomésticos porque Clarín tiene contratos de exclusividad que expresamente penalizan a esos anunciantes por publicar en medios competidores.
O sea, el Gobierno y Clarín se comportaron igual tanto con la publicidad como, se supone ahora lo harán, con el papel. Pero siempre serán más graves malas prácticas en el Estado que en cualquier privado, tenga el tamaño que fuere, como bien quedó demostrado en la última dictadura.
© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 16 de Diciembre de 2011.