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domingo, 6 de abril de 2025

Milei no aprendió la lección... @dealgunamanera...

Milei no aprendió la lección...

“Hay que pegarle al chancho... para que aparezca el dueño”. Dibujo: Pablo Temes.

El Presidente no comprendió la dimensión política de la derrota en el Senado de sus candidatos al máximo tribunal de Justicia. 

©Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 05/04/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Fue la crónica de una estrepitosa derrota anunciada. No es la primera vez que algo así le sucede al Gobierno. Ya había ocurrido en marzo de 2024 con el primer proyecto de “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”. Evidentemente, Javier Milei no aprendió la lección. Y, lo que es peor, no comprendió la dimensión política de una derrota de la contundencia que sufrió el jueves pasado cuando, por amplia mayoría, el Senado rechazó las postulaciones a ministros de la Corte Suprema de Justicia del Dr. Ariel Lijo y del Dr. Manuel García-Mansilla. Lijo se quedará, pues, en su cargo de juez federal de la Nación a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 4. García-Mansilla, a quien el Gobierno le pide que continúe en el cargo y “no se deje operar” (sic), hizo saber que va a consultar a los otros tres ministros de la Corte sobre qué conducta adoptar respecto de su continuidad en el cuerpo. Uno de ellos, el Dr. Ricardo Lorenzetti, ni lerdo ni perezoso ya le hizo saber su opinión. Lo hizo en la entrevista que le concedió a Eduardo Feinmann en su programa en radio Mitre.

Dijo allí que él no hubiera aceptado ser miembro del Alto Tribunal si hubiese sido nombrado por decreto. A buen entendedor, pocas palabras. García-Mansilla debería renunciar a su cargo de ministro de la Corte Suprema en comisión e irse a su casa. Recuperaría así algo de la dignidad que perdió al aceptar ser nombrado por medio de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), designación que, según él mismo expresó ante la Comisión de Acuerdos del Senado, “no hubiera aceptado”. Pero lo hizo.

Fue la primera vez desde la recuperación de la democracia –en diciembre de 1983– que los pliegos de los postulantes a miembros de la Corte propuestos por el Poder Ejecutivo son rechazados. Los números de la votación en la Cámara alta fueron contundentes: el pliego del juez Lijo obtuvo 27 votos a favor y 43 en contra, mientras que al de García- Mansilla le fue aún peor: lo votaron solo veinte senadores y lo rechazaron 51. Para ese rechazo concurrieron no solo la mayoría de los senadores kirchneristas, sino también un puñado de legisladores del PRO y la UCR. La política vernácula da para todo.

El Presidente ve conspiraciones por todos lados y cree que estas derrotas lo fortalecen. Está absolutamente equivocado. Es exactamente al revés. Todo el proceso de estas nominaciones frustradas, que comenzó en abril de 2024, les ha hecho un daño enorme tanto a él como a su gobierno. Es un daño autoinfligido y, por ende, carente de lógica.

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Lo que tampoco entendió el Presidente es que la designación por decreto de Lijo y García-Mansilla abría un cauce institucional peligrosísimo para el sistema republicano y para la independencia del Poder Judicial. Imaginemos lo catastrófico que hubiera sido que Cristina Fernández de Kirchner, en su apogeo en el poder, hubiese apelado a esta metodología de nombrar a jueces en comisión para cubrir no solo las vacantes en la Corte, sino también en el resto de los juzgados. La respuesta es muy simple: hubiera habido una colonización de la Justicia con una troupe de jueces militantes pertenecientes a ese engendro kirchnerista llamado pomposamente Justicia Legítima que habrían convertido a la Argentina en un espejo de la Venezuela chavista.

Desde ese punto de vista, el rechazo de los pliegos de García Masilla y Lijo sienta un antecedente jurídico de una gran importancia para el futuro a fin de que, en el caso de que a algún otro presidente se le ocurriera querer nombrar jueces por decreto, se lo pueda impedir. Lo increíble es que esto haya sido consecuencia del voto conjunto del PRO, la UCR y el kirchnerismo. Ver al kirchnerismo preocupado en defender los valores republicanos constituye un verdadero oxímoron político.

Tampoco Milei entendió que la designación de los dos jueces por vía de un decreto minaba el concepto de seguridad jurídica y encendía una alerta para los inversores, a los que el Gobierno está queriendo atraer y de los cuales tiene creciente necesidad. Sin esas inversiones, no hay éxito posible para este ni para cualquier gobierno futuro.

La economía sigue estando en el centro de la problemática del Gobierno y de la gente.

Las explosivas medidas arancelarias impuestas por Donald Trump han detonado la economía mundial. La guerra comercial que se ha abierto genera una incertidumbre de dimensiones mayúsculas y de consecuencias imprevisibles. Muy probablemente el mundo entero se encarecerá.

Para el gobierno argentino, estas medidas son malas noticias: el riesgo país aumentó casi 300 puntos en las últimas dos semanas y el dólar blue sigue su marcha ascendente a pesar de las ventas del Banco Central. Esto aleja la posibilidad de levantar el cepo.

Había la expectativa de que el Presidente volviera de su viaje relámpago por los Estados Unidos con dos logros: el primero, la foto con Trump; el segundo, la rebaja de aranceles a diversos productos argentinos. No obtuvo ninguno de los dos. Martín Menem salió rápidamente el viernes a desmentir el tema de la foto. Creer que una foto entre los dos mandatarios por sí sola cambia algo es una fantasía. Pero lo cierto es que el Gobierno buscó afanosamente ese cuadro. Veremos si con el correr de los días, las gestiones por la reducción de aranceles dan sus frutos o terminan siendo puro humo.

Otra ingenuidad se desprende de la creencia de que la simpatía personal que le prodigó el hombre más poderoso del mundo –y que es cierta– le dará vía libre para todo. Donald Trump enfrentará de ahora en más sus propios y mayúsculos problemas y, si bien su voluntad de ayudar a la Argentina es palpable, también es cierto que en el nuevo escenario mundial no tiene a nuestro país entre sus prioridades.

En paralelo a lo que pasa en los mercados, está lo que le pasa al bolsillo de los argentinos. Y lo que le pasa es que los productos de la canasta básica siguen aumentando. A la leche, la carne, los huevos, las verduras y las frutas, se les agrega ahora el pan y la suba en el pago de los servicios. Así las cosas, la posibilidad de que el índice de inflación perfore el piso del 2% mensual se aleja.

Ante el escenario local, varios economistas han advertido que América del Sur debe prepararse para lidiar con los coletazos de las medidas del presidente de los Estados Unidos. Lo han hecho en términos dramáticos: “De continuar por este camino, el mundo y nuestra región sufrirán consecuencias similares al colapso de la década del 30”. Más claro, agua.




domingo, 23 de marzo de 2025

El ruido y la furia...

Sanguijuela protocolis bullrichense. Dibujo: Pablo Temes

La moda de generar estrépito “garpa” a una clase política que no se cansa de escandalizar, naturalizando la peor cara del Parlamento.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 22/03/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Semana de victorias políticas para el Gobierno. Las dos ocurrieron el miércoles en una geografía reducida de no más de diez cuadras en el barrio del Congreso. Una de ellas sucedió en el edificio legislativo, donde la Cámara de Diputados aprobó el DNU que autoriza el acuerdo que el oficialismo busca con obsesión con el Fondo Monetario Internacional. Sin ese acuerdo será imposible alcanzar la cantidad suficiente de dólares que se requieren para levantar el cepo. La otra, ocurrió con la manifestación que se movilizó en la zona de la Plaza y de la Avenida de Mayo. No hubo nada de la violencia que se había visto una semana atrás. La marcha de apoyo a los jubilados –de escuálida concurrencia y escasa en adultos mayores– transcurrió en orden y sin violencia.

La sesión de la Cámara baja fue –lisa y llanamente– un bochorno. No es la primera vez que lo que protagonizan los diputados es escandaloso. Tampoco será la última. La moda ahora parece ser generar hechos que produzcan estrépito, aunque carentes de sustancia política. En ese ranking de penosa notoriedad, el miércoles pasado “sobresalieron” los cruces entre el presidente de la Cámara, Martín Menem, con el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, el megáfono verde de la diputada Marcela Pagano, la “finura” de la diputada Cecilia Moreau, exigiéndole al presidente de la Cámara que “no la pelotudee” (sic), la súbita muestra de “amor” del diputado Lisandro Almirón hacia el diputado Oscar Zago, con el que se había tomado a golpes de puño hace una semana, y un largo etcétera de actitudes propias de un reñidero. Es evidente que, los que vinieron a terminar con la casta, han terminado por adoptar varias de sus formas.

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Más allá de lo que pasó en el Congreso, la indefinición acerca de cuándo se firmará el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, de qué monto será el préstamo, de qué manera se desembolsará y qué dirá la letra chica generaron en la semana una turbulencia que afectó sensiblemente el mercado cambiario, hecho que obligó al Banco Central a desprenderse de reservas. Desde el viernes 14 debió vender más de mil millones de dólares. He ahí un problema, porque la falta de reservas es lo que está impidiendo el levantamiento del cepo, algo que el Gobierno necesita implementar lo antes posible. “El acuerdo se cerrará a mediados de abril”, dijo MiIei el jueves pasado a la agencia Bloomberg. Sin embargo, los conocedores de los procedimientos y los tiempos del FMI albergan muy serias dudas sobre la factibilidad de concretar ese anuncio en fechas tan tempranas.

La inestabilidad cambiaria llevó al ministro de Economía, Luis Caputo, a aparecer en el programa de Antonio Laje por A24. Fue una mala decisión. ¿Habrá sido suya o de algunos de los “cráneos” que rodean al Presidente? Lo cierto es que las imprecisiones de sus respuestas generaron más incertidumbre que certezas. Eso fue lo que evidenciaron el aumento del dólar blue y del riesgo-país. Cuando no hay nada para comunicar, es mejor no exponerse. Sentido común, más allá de la necesidad imperiosa de ganar tiempo.

Los liderazgos pasados de moda de ambos extremos del abismo están en crisis.

Un párrafo aparte merece la actitud mezquina de gran parte de la oposición dura –con el kirchnerismo a la cabeza– que buscó truncar el apoyo legislativo para el desembolso del Fondo. Permitirle a un gobierno, que lleva poco más de un año hacerse de los fondos necesarios para terminar de estabilizar la política económica, es lo menos que pueden hacer si verdaderamente quieren colaborar con el futuro del pais. Más aún cuando se trata de un gobierno que, en poco tiempo, está logrando revertir los descalabros inflacionarios, financieros y fiscales que Sergio Massa, Cristina Fernández y Alberto Fernández –en ese orden– le dejaron de herencia a todos los argentinos en forma de tormenta perfecta. Se trata de una realidad objetiva que nadie puede negar y aquí entramos en un nuevo problema que afecta a la dirigencia política y a la sociedad toda: a casi nadie le importa la verdad y la promoción de su prójimo. Cuando en el recinto del Congreso diputados y senadores elegidos para desempeñar funciones legislativas se trenzan en peleas estériles de tinte partidario para sacar rédito con acciones desmedidas de alto impacto mediático, la verdad y el bienestar de la población pasan a un segundo plano. En un año electoral esto parece ser moneda corriente aunque no debería. El problema de este tipo de politiquería propia de una verdadera casta es que, ante la incapacidad del ejercicio del respeto y el diálogo hacia un otro, la reflexión y la verdadera construcción política en pos del progreso ciudadano se esfuman. Hacia fines del año 2016 se había vuelto a poner de moda el término “posverdad”. Tanto es así que un año después la Real Academia Española incluyó el término en su diccionario: Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Más claro, agua. La argentina ha vuelto a atrasar diez años –en el mejor de los casos–. Para los que siguen jugando a la grieta es también un llamado de atención.

Los liderazgos pasados de moda de ambos extremos del abismo están en crisis. Teléfono para Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner, ambos exponentes de un enfrentamiento estéril que no ha sabido dejar descendencia política duradera. Javier Milei es perfectamente consciente de este escenario y se entretiene jugando con el pasado, presa de la tentación de acabar con CFK de un lado y jubilar a Mauricio Macri del otro. El PRO se sostiene como puede en la Ciudad de Buenos Aires con un Jorge Macri carente de liderazgo. Juntos por el Cambio no existe más y difícilmente pueda reeditarse. Pero el Presidente Milei y su entorno deberían saber que nunca, jamás, por ningún motivo, se puede decir lo mismo del peronismo.




domingo, 16 de marzo de 2025

La Orfandad de los Jubilados... @dealgunamanera...

La orfandad de los jubilados...

Bullrich 9 mm. Dibujo: Pablo Temes.

La defensa de los adultos mayores no puede quedar en manos de barrabravas. Pero la violencia no se responde con más violencia.

Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 15/03/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Las catástrofes naturales dejan expuestas las deficiencias de la dirigencia política de un país, una provincia o una ciudad. Esa mala calidad de la dirigencia se traduce en déficits de infraestructura y de planificación que terminan combinándose en una ecuación desastrosa y fatal. Esto es lo que ha dejado en evidencia la tragedia de Bahía Blanca que tanta destrucción y tanto dolor causó, causa y aún causará por un largo, largo tiempo.

Veamos. Según un estudio de hidrografía urbana que se publicó en la web del Conicet en 2012, la ciudad de Bahía Blanca está localizada en la cuenca inferior del arroyo Napostá y del canal Maldonado por lo que, frente a un episodio de lluvias copiosas, el agua se acumula rápidamente. Además, la geografía del terreno, en especial en aquellas zonas de baja pendiente, empeora esta situación, ya que el escurrimiento generado en áreas más altas erosiona calles sin pavimento, desplazando así sedimentos hacia zonas bajas, lo que lleva al bloqueo de los sistemas de drenaje. A esto hay que agregarle la expansión urbana carente de planificación, hecho que agrava el problema porque crea áreas impermeables y reduce los espacios naturales de absorción. Todo esto lleva a un aumento del volumen de escorrentía superficial que dificulta el correcto drenaje del agua hacia el mar.

Desde que se realizó y publicó ese informe pasaron trece años. A lo largo de esos años ejercieron la presidencia Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández y, desde hace un año y tres meses, Javier Milei; en la Gobernación de la provincia de Buenos Aires estuvieron Daniel Scioli, María Eugenia Vidal y Axel Kicillof, quien continúa en el cargo; y los intendentes fueron Gustavo José Bevilacqua del PJ, Héctor Norberto Grey, PRO y ahora Federico Susbielles, PV. No hay registro de que alguno de los mencionados haya tenido en cuenta las advertencias de ese informe y encarado obras destinadas a corregir la situación y disminuir los efectos y los riesgos de un fenómeno como el sucedido el viernes 7 de marzo.

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A eso se le debe agregar el desamparo por parte de las autoridades que padeció –y aún padece– una gran parte de la población. La ausencia del Estado en muchas de las zonas afectadas es tristemente impactante. Javier Milei y Axel Kicillof siguieron enfrascados en su pelea. Los gestos de mancomunión fueron tan pocos y forzados que nadie los notó. “No vino ninguna autoridad por acá”, se escuchaba decir por doquier en los barrios periféricos de Bahía Blanca, en General Daniel Cerri y en Ingeniero White. Era como una letanía que se repetía con la resignación. A nadie le sorprendía. La mitigación la traían vecinos solidarios que, en muchos casos, apenas llegan a fin de mes, pero con un amor por el prójimo en desgracia conmovedor. Viendo esto está claro que una gran parte de la dirigencia política vernácula es parte del problema, y no de la solución.

La evidencia quedó a la vista en la vergonzosa batahola que se vivió dentro de la Cámara de Diputados en la sesión que se llevó a cabo el miércoles donde se buscaba tratar distintos proyectos, como el escándalo de Libra y también la emergencia que vive Bahía Blanca. A esto se le sumó la marcha de cada miércoles en la cual los jubilados reclaman un aumento en sus haberes. Esto merece un capítulo aparte. Oscar Zago y Lisandro Almirón fueron los protagonistas de una vergonzosa pelea donde hubo golpes e insultos. No fueron los únicos. Lilia Lemoine y Marcela Pagano también se agredieron dentro del recinto. Rocío Bonacci le tiró un vaso con agua a la ladera de Javier Milei. Todos compañeros y excompañeros o aliados de La Libertad Avanza. Rápido de reflejos, Martín Menem, presidente de la Cámara Baja, decidió levantar la sesión en medio de los insultos y reclamos de Máximo Kirchner. Ninguno estuvo a la altura de las circunstancias. No es que sea la primera vez que sucede un hecho de estas características, es la falta de estatura política que vuelve a poblar las bancas del Congreso de la Nación. Ningún argentino merece esta calidad deplorable en su dirigencia. Todos ellos, sabían que sesionaban en medio de un clima enrarecido por la marcha de jubilados que estaba convocada para las 17 y que prenunciaba el escándalo y los disturbios que tomaron la calle por la presencia de barrabravas de distintos clubes, organizaciones de izquierda y lo peor del sindicalismo. Aun así nadie pudo aportar un gramo de cordura.

La movida en redes sociales fue promovida por agrupaciones ligadas a los violentos del fútbol que encabezan dirigentes de La Cámpora, entre otros. No hace falta hacer mucha memoria para recordar la romantización que la propia CFK hacía de los “maravillosos muchachos de las tribunas”. Por la red social X habían confirmado su presencia “hinchas” de más de diez clubes entre ellos Boca, River, Racing, Chacarita, Deportivo Español y Chicago. Que quede claro: a ninguno le importaba los jubilados, el objetivo del encuentro no fue otro que, tras escudarse en una causa noble, volver a ganar la calle para llevarle un nuevo dolor de cabeza al gobierno libertario. Sin embargo, esto pone de manifiesto la orfandad política –salvo pocas excepciones– que padecen los adultos mayores. En los últimos 30 años ningún gobierno se interesó verdaderamente por ellos. Los jubilados merecen apoyo real e institucional con planes definidos de crecimiento de sus haberes y una revisión seria y profunda de la sustentabilidad del sistema previsional. La defensa de quienes aportaron toda su vida al país, no puede quedar en manos de barrabravas ligados a lo peor de la política a quienes –claro está– sólo les interesa utilizarlos para provecho propio.

El tendal de heridos dejó al borde de la muerte al fotógrafo y militante Pablo Grillo que se encontraba en la marcha haciendo su trabajo. Las destempladas declaraciones de la ministra Patricia Bullrich no hicieron más que echar nafta al fuego. Cualquier intento de obstrucción de la vida institucional merece una respuesta adecuada del Gobierno en defensa del orden público. Pero la violencia no se responde con más violencia. Los errores deben condenarse e investigarse. La historia argentina ha dejado muestras suficientes que la dirigencia política no debería olvidar.



 

lunes, 10 de marzo de 2025

La vida te da sorpresas... @dealgunamanera...

 La vida te da sorpresas...


Juez Lijo. Dibujo: Pablo Temes.

El voto de García-Mansilla en el Máximo Tribunal indigestó al Gobierno. Las lecciones que ha dejado la historia. 

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el domingo 09/03/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Hay un concepto que debe quedar bien en claro: en una República en la que rigen plenamente las instituciones, no es posible que haya jueces nombrados en comisión, es decir, designados por fuera de los mecanismos ordinarios que establece la Constitución Nacional. Por lo tanto, ni Manuel García-Mansilla ni Ariel Lijo deberían llegar a sus cargos tras la aplicación de un artículo de excepcionalidad. Esa excepcionalidad es la que hoy en día le permite al Dr. García-Mansilla ser nada menos que ministro de la Corte Suprema. Mientras tanto, la postulación del Dr. Lijo luce, al momento de escribir esta columna, absolutamente vidriosa.  

Cebado en el ejercicio del poder, el Gobierno vino asegurando que el jueves, Lijo juraría como miembro del Alto Tribunal. Daba por descontado que, después de la escandalosa y sorprendente convalidación del pedido de licencia extraordinaria sin goce de sueldo del juez ante “la inestabilidad de su cargo” otorgada por parte de la Cámara de Casación, lo de la Corte sería un simple trámite de convalidación. Pero, “la vida te da sorpresas, sorpresas te la vida”: el jueves en su sesión de acuerdo la Corte rechazó el pedido por mayoría y en fallo dividido. Tres ministros votaron por la negativa: Carlos Rosenkrantz, Horacio Rosatti y Manuel García-Mansilla. El voto a favor de concedérsela fue de Ricardo Lorenzetti. La gran sorpresa –absolutamente indigesta para el Gobierno– fue el voto negativo de García-Mansilla. Desde los rincones del poder libertario esperaban que, al menos, se abstuviera.   
 

A esta altura del partido el Presidente no debería insistir con Lijo y Lijo, en un acto de aprecio de su propia dignidad, debería declinar su candidatura ante tanto desgaste y manoseo. El prestigio es un valor que hace a la función de un juez y, mucho más, cuando se trata de un ministro de la Corte Suprema.

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Otro enfrentamiento desafortunado: la pelea mezquina e infantil entre Jorge Macri y Patricia Bullrich.

En la historia institucional de la Argentina hubo dos casos relevantes en los que el Presidente tuvo un gesto clave destinado a asegurar la independencia y, por ende, el prestigio de la Corte. Uno de ellos fue el caso de Bartolomé Mitre quien, el 16 de octubre de 1862 –es decir, cuatro días después de asumir la presidencia de la Nación, se dirigió al Senado para solicitarle el correspondiente acuerdo a fin de nombrar a los integrantes de la Suprema Corte. Consciente del delicado momento institucional que se vivía por entonces, la Cámara Alta prestó su acuerdo en 24 horas, por lo cual los postulados por Mitre fueron confirmados con una particularidad: entre los propuestos por Mitre estaba su acérrimo adversario, Valentín Alsina –quien fue nombrado presidente de la Corte– lo que aseguraba la independencia absoluta del Alto Tribunal. Con ese gesto, el entonces presidente le dejó a la sociedad un mensaje muy claro y contundente: la función de la Corte es resguardar los valores de la República y no los intereses de los hombres y las mujeres que forman parte de un gobierno.   

Quien buscó emular a Mitre fue Raúl Ricardo Alfonsín quien, no bien electo presidente el 30 de octubre de 1983–, con la misma intención de asegurar la independencia del Poder Judicial, le ofreció el cargo de presidente de la Corte a quien había sido su adversario en las elecciones, el Dr. Italo Argentino Luder quien, lamentablemente no comprendió la dimensión política de aquel gesto enorme, y no aceptó. ¡Qué lejos ha quedado todo aquello! Las lecciones que ha dejado la historia deberían ser el faro que sirve de guía a los nuevos funcionarios para sostener la institucionalidad –y su propia honorabilidad–, pero en una clase política desprestigiada sumida en la lucha por el poder esto resulta cada vez más difícil. Sobran ejemplos. Veamos pues, algunos de ellos.

Bahía Blanca: las tareas de coordinación entre rivales políticos no solo son posibles sino prioritarias.

La semana pasada tratamos en esta columna la disputa entre el Presidente Milei y el gobernador de la Provincia Axel Kicillof por la tremenda situación de inseguridad que atraviesa el Conurbano. Esta semana dejó un enfrentamiento similar igualmente incomprensible y desafortunado. Se trata de la pelea mezquina e infantil entre el jefe de Gobierno porteño Jorge Macri y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich que escaló en las últimas horas hasta involucrar al propio Mauricio (Macri) líder del PRO.

El motivo no es otro que el traslado de presos de las comisarías porteñas –absolutamente colapsadas– al Servicio Penitenciario Federal. Las fugas de presos en la Ciudad son el telón de fondo que pone en riesgo la seguridad y la vida de todos los porteños. Ni Macri ni Bullrich han estado a la altura de las circunstancias y han convertido a los vecinos de la Ciudad en los rehenes de la pelea electoral, entre el PRO y La Libertad Avanza. La disputa por el control político del territorio porteño es lo único que los desvela. El problema, que tuvo su origen en tiempos de la intervención del Servicio Penitenciario por la exjueza y fundadora de la agrupación kirchnerista Justicia Legítima María Laura Garrigós de Rebori, ha ido escalando y llevado al extremo en la actualidad por funcionarios que supieron convivir durante años bajo el ala del partido amarillo. Los actos públicos y la red social X han servido como canal para declaraciones desmedidas y acusaciones cruzadas. Sin embargo, el 12 de diciembre de 2024, hace tan solo tres meses atrás, el Gobierno porteño y el Ministerio de Seguridad habían firmado un “Acta de entendimiento para la transferencia de las competencias del Servicio Penitenciario” expresando compromisos recíprocos orientados a transferir competencias del Servicio Penitenciario Federal a la Ciudad. ¿En qué quedó dicho acuerdo? Hasta ahora, en la nada. La pirotecnia verbal de las disputas políticas prevaleció otra vez.

La emergencia climática que desató la tragedia en la ciudad de Bahía Blanca, es una muestra de que las tareas de coordinación entre rivales políticos no sólo son posibles sino prioritarias. La clase dirigente argentina debería ponerse los pantalones largos y alcanzar la madurez de una vez por todas sin olvidar que la ciudadanía los votó para resolver sus problemas en lugar de hacer papelones propios de los egos de un teatro de revista.





lunes, 3 de marzo de 2025

Un peligroso precedente... @dealgunamanera...

Un peligroso precedente...

En busca de templanza y compostura (de calzados). Dibujo: Pablo Temes.

La designación de Lijo y García Mansilla en la Corte en comisión por decreto representa una seria amenaza para la credibilidad de la Justicia.


© Escrito por el Doctor Nelson Castro el domingo 02/03/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Lo sucedido con la designación de los dos nuevos ministros de la Corte Suprema ha abierto un peligroso cauce para la institucionalidad. Ni el kirchnerismo se atrevió a tanto. Y eso, claro está, es decir mucho. Cristina Fernández de Kirchner desesperó durante cada uno de los períodos en que gobernó por tener una Corte integrada por ministros adictos. La intención de tener al menos uno durante el gobierno compartido con Alberto Fernández chocó con la falta del número necesario de votos para su aprobación en el Senado. La designación en Comisión nunca fue una alternativa.


La designación de Manuel García Mansilla y la aún en ciernes de Ariel Lijo representa una amenaza seria para la independencia y, por ende, la credibilidad de la Justicia. Esto, que afecta profundamente la seguridad jurídica, tendrá consecuencias negativas para el gobierno y para el país. Una de ellas, las económicas. No hay posibilidad numérica – ni política – de que tanto uno como el otro puedan ser confirmados por el Senado. Por eso es que, astutamente, el Dr. Lijo pidió una licencia extraordinaria sin goce de sueldo. Lo dijo con todas las letras en su presentación ante la Cámara Federal: “Dado que la designación carece de estabilidad en el cargo, le solicito que me conceda licencia sin goce de haberes¨ (sic).


A lo discutido de su nombramiento, se le agrega su desprestigio. El desprestigio también lo abarca al Dr. García Mansilla. Cuando en la audiencia ante la Comisión de Acuerdos del Senado del 28 de agosto de 2024, le tocó responder a la pregunta de la senadora Anabel Fernández Sagasti, sobre qué hubiese hecho si lo hubieran nombrado en comisión, como ocurrió en principio con Horacio Rosatti y Carlos Rosenkranz dijo: ¨Visto el impacto que tuvo aquel decreto 83 del 2015 en la opinión pública, yo no hubiera aceptado¨. La contestación fue una respuesta escueta y contundente. No admitió lugar a dudas. Parece que la olvidó, haciendo realidad la famosa frase atribuida a Groucho Marx que dice: ¨estos son mis principios pero, si no le gustan, tengo otros¨. Está claro que la dignidad ha dejado de ser patrimonio de los dos nuevos arribados al cuerpo. No se conocen juicios de aprobación de esta maniobra por parte de ningún abogado constitucionalista de prestigio.  

Al interpretar el inciso 19 del artículo 99 de la Constitución, que señala que el Poder Ejecutivo podrá ¨llenar vacantes que requieran acuerdo del Senado y que ocurran durante su receso, por medio de nombramientos en comisión que expirarán al final de la próxima Legislatura¨, la mayoría de ellos coinciden en señalar que se refiere a designaciones de embajadores o militares que necesiten su aprobación.

El clima en la Corte está irrespirable. El jueves las discusiones fueron acaloradas, por decirlo de una manera elegante. ¨No podemos hacer nada para oponernos a los nombramientos¨ expresaba una voz desde el interior del cuerpo con absoluta conciencia de la verdadera caja de Pandora que abre estas incorporaciones por decreto. A lo controvertido de la medida se le agregan los cuestionamientos sostenidos que, desde distintos sectores de la sociedad y del derecho, se le hacen al juez Lijo.  

El mecanismo utilizado por el Gobierno para proceder a estas designaciones sienta un muy peligroso antecedente puesto que, si el presidente quedase habilitado a designar durante el receso del Congreso jueces sin acuerdo del Senado mediante un simple decreto y reiterar la maniobra al año siguiente, podría lograr cubrir vacantes de magistrados que no tienen acuerdo del Senado por tiempo indefinido. Esto sería, lisa y llanamente, el fin de la división de poderes, de la independencia de la Justicia y de la república. Demás está decir que, ante la llegada a la Corte de Ariel Lijo, quien festeja es “la casta” que el propio líder libertario dice combatir. El presidente Milei insiste en contradecir sus palabras y pensamientos. El perjuicio será para todos los argentinos de bien.  

El otro episodio de alto voltaje político que dejó la semana fue la disputa con el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof por los tremendos casos de inseguridad que azotan al conurbano bonaerense y que lo han convertido en un sitio invivible. El Presidente movió primero con un estrepitoso posteo en la red social X donde le pidió al gobernador que se corra del medio y lo “deje intervenir la provincia por la inseguridad”. La jugada no fue sólo un impulso incontenible a los que suele tenernos acostumbrados. El temprano horario de la publicación dejó en claro que tuvo toda la noche para meditarlo. Estaba escrito de antemano. Para concretar semejante petición el gobierno debería demostrar que se cumplen las condiciones previstas en la Constitución nacional y contar con el respaldo del Congreso. Cosas poco probables. Entonces, las declaraciones del primer mandatario parecieron destinadas a fustigar al gobernador en el terreno político en lugar de ofrecer ayuda real ante tamaño flagelo.  

La respuesta de Kicillof tampoco estuvo a la altura de las circunstancias. El bonaerense ensayó una puesta en escena con un rejunte de kirchneristas, ex kirchneristas y algunos peronistas para simular un apoyo que, en lo real, no siempre es explícito. También estuvo Malena Galmarini, la esposa de Sergio Massa, a quien todavía le cuesta aparecer.

Fue la foto de Unión por El Espanto. Allí, acusó al presidente de ser el “principal responsable del narcotráfico” en la provincia y agregó que lo denunciará penalmente. Semejante acusación no tiene ningún indicio de realidad y tuvo como fin último buscar la espectacularidad para desviar la atención. Mientras la dirigencia política siga enfrascada en peleas personales estériles, la inseguridad y ningún otro problema tendrá solución en el corto plazo. Debería darles vergüenza y ponerse en la piel de la gente que no sabe si sus seres queridos volverán a casa cada vez que salen a hacer un mandado.

Kicillof ha demostrado su total incapacidad para resolver el problema y el presidente debería convocarlo de manera seria y respetuosa si de verdad pretende ayudar.  

Al cierre de esta columna, terminaban los preparativos para el discurso de Javier Milei en el Congreso. Una nueva oportunidad para tomar la senda de la templanza y la compostura. El Presidente no debe olvidar que, en el medio, está la gente.





martes, 25 de febrero de 2025

Una mala imitación de Trump… @dealgunamanera...

 Una mala imitación de Trump…

¡Adelante erradicables!. Imágen: Pablo Temes

Así describió a Javier Milei el prestigioso semanario británico The Economist por su papel en el escándalo de la criptomoneda $Libra.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 22/02/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El criptogate sigue produciendo conmoción tanto al interior como al exterior del Gobierno. El impacto es fuerte. Esta vez entraron las balas. No hay evidencia –hasta aquí–, de que el Presidente se haya beneficiado económicamente de esta maniobra irregular. De lo que no quedan dudas, en cambio, es que su participación activa en ella hizo la diferencia. Estos casos son como una caja de Pandora: nunca se sabe cuántas cosas sorprendentes e impactantes se terminarán destapando.

Por lo pronto, hay que decir que Javier Milei no puede esgrimir ignorancia sobre lo absolutamente improcedente de su accionar, en medio de una historia en la que hay personajes grises que generan inquietud.

Uno de ellos es Hayden Mark Davis, CEO de Kalsier Ventures, una empresa dedicada a la consultoría en criptomonedas e inversiones digitales. Davis señaló que el Presidente no había cumplido con algunas de las cosas que había prometido hacer. ¿Cuáles? Una de las cosas que, por su condición de economista, Milei conoce, es lo que se llama “insider information”. Para quien desconozca el significado de este término hay que explicar que se denomina así a la información sobre una empresa que no está disponible públicamente, cuya posesión puede dar una ventaja injusta a quien la tenga.

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Vayamos al caso que nos incumbe para graficarlo. El Presidente promocionó –o, como él dijo, difundió– por medio de un posteo en la red X la criptomoneda $Libra, cuya supuesta finalidad era la de ser fuente de financiamiento para empresas argentinas. Los responsables del proyecto eran Hayden Mark Davis, Julián Peh y Mauricio Novelli, con los que Milei había mantenido reuniones en el pasado. A partir del posteo del Presidente, el valor de la criptomoneda se disparó, registrando así una suba exponencial que fue de corta duración, ya que en apenas cuatro horas la moneda perdió casi el 90% de su valor.

Milei había recibido a Davis en la Casa Rosada el 30 de enero pasado. En ese momento, Davis era ya una persona controvertida en el mundo de las criptomonedas. ¿Alguien chequeó eso?

El episodio no está en pleno desarrollo. Sin embargo, ya ha dejado secuelas aquí y en el mundo, el ámbito en el que Milei se siente más cómodo y en el que sigue generando atracción. El artículo de The Economist es una muestra. “Milei enfrenta el primer gran escándalo de su presidencia” señala en una línea de la nota en la que se agrega luego: “El Presidente trató de distanciarse del proyecto, insistiendo en que su cargo no constituye un respaldo. Dijo que actuó de buena fe y que ‘no estaba familiarizado con los detalles’. Curiosamente, su oficina dice que habitualmente respalda empresas”. Y termina diciendo: “La saga $Libra muestra que no toda imitación de MAGA es una apuesta segura”.

¿Por qué el Presidente se comprometió e insistió tanto en impulsar un proyecto impulsado por algunos desconocidos y otros cuestionados? Él mismo, se definió como un Tecno entusiasta que suele apoyar nuevos talentos. Su personalidad avasallante no le permitió advertir que estaba ante personas muy complejas, algunos sin huella digital en Google y otros con referencias más complicadas. ¿Nadie pudo advertirlo? La respuesta es sí. Su entorno falló y hasta facilitó su involucramiento con estos personajes, pero desde la industria cripto local existieron voces calificadas que, vía red social X, encendieron luces de alarma cuando se enteraron de lo que estaba sucediendo. El Presidente los ignoró.

¿Por qué el Presidente insistió tanto en impulsar un proyecto de desconocidos y otros cuestionados?

El universo Fintech y, especialmente el cripto local, ve con buenos ojos las políticas de desregulación de este gobierno. Sin embargo, estallaron de furia cuando el escándalo Libra terminó manchando a todos. Es que no todos son lo mismo. Existen en ese mundo relativamente nuevo, empresarios serios con proyectos serios que sí tienen intenciones de ayudar y aportar al crecimiento del país. Sucede que no han podido ni pueden acceder al Presidente. La Cámara Fintech de Argentina –entidad que reúne a los principales empresarios del sector– publicó un tuit donde pone a disposición del Presidente todas las herramientas para reunir a los principales talentos de la industria para seguir trabajando junto al Gobierno –algunos funcionarios sí los han recibido– “con el objetivo de profundizar el desarrollo de un sector que digitaliza y dinamiza la economía y emplea a más de 40 mil personas”. Teléfono para el hombre de la motosierra. Un ejecutivo de una de las empresas de intercambio cripto –de las top tres locales– se lamentó de que el Presidente y su entorno más cercano no se hayan sentado con los referentes de la industria para profundizar sobre sus proyectos.

Javier Milei conoció a Hayden Davis en el Tech Forum organizado por el también denunciado y cuestionado Mauricio Novelli. Dicho evento no está entre los principales del mundo fintech. Durante el 2024 el primer mandatario ignoró eventos serios y con trayectoria comprobable que se desarrollaron en la Ciudad de Buenos Aires, como el Argentina Fintech Forum y Labitconf. Ambos tuvieron lugar en el segundo semestre. Tampoco tiene entre sus fuentes de consulta a personas idóneas en el conocimiento del mundo blockchain como la ONG Bitcoin Argentina, entre otros. Milei no es arquitecto, ni abogado, ni médico. Es economista. Por más que haya declarado que no es un experto en el mundo cripto, no debería ignorar –al menos– los contornos y jugadores serios que se mueven en ese ámbito. La Justicia determinará las responsabilidades y tendrá la última palabra sobre este escándalo que dejó muy mal parado al Gobierno. Mientras tanto, el entorno presidencial debería poner las barbas en remojo y ayudar al líder libertario a rodearse de gente idónea.

El uso político del caso que han hecho personajes de la política de distintas bancadas ha resultado, al menos, curioso. La lista de diputados, senadores y otros exfuncionarios grises del kirchnerismo que han salido públicamente a condenar al oficialismo rasgándose las vestiduras por el espanto, no deja de llamar la atención. No les causaron el mismo espanto los billetes de la Rosadita, los negocios de Hotesur y Los Sauces, los bolsos de López y tantos otros hechos que aún se siguen investigando. Por lo pronto convendría que recuerden que la Justicia ya tiene una condenada: Cristina Fernández de Kirchner. La doble moral del kirchnerismo sigue siendo su sello. Deberían mirar hacia el interior de su gestión antes de blandir las banderas de la honestidad y las buenas costumbres.