sábado, 2 de enero de 2010

Ruta 40... Argentina... (RN 40) De Alguna Manera...

Ruta 40


La carretera más larga y espectacular de la Argentina. La mágica Ruta Nacional 40, a través de más de 5.000 Km por la Cordillera de los Andes, llega desde Cabo Vírgenes (Santa Cruz) hasta La Quiaca (Jujuy). Trepa sobre el nivel del mar hasta casi 5.000 metros, atraviesa 236 puentes, cruza 18 importantes ríos, bordea 13 grandes lagos y salares, lleva a 20 reservas y parques nacionales, y conecta con 27 pasos cordilleranos.

La RN 40, creada en 1935, une de sur a norte once provincias de tres regiones del país. Patagonia: Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Neuquén. Cuyo: Mendoza, San Juan y La Rioja. Norte: Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy.



© http://www.turismo.gov.ar


viernes, 1 de enero de 2010

Bloque Erótico... De Alguna Manera

Bloqueo Erótico
Ilustración: Ricardo Fumanal

Los sexólogos William Masters, Virginia Johnson y Robert Kolodny presentaron una relación de algunas de las formas que suelen bloquear el erotismo. Nosotros las hemos revisado y ampliado, de acuerdo con nuestra experiencia clínica:
  • La costumbre de tener relaciones sexuales "sólo en el momento oportuno". Si es sábado por la noche toca; incluso había una refrán de la España de la posguerra que ilustra este punto: Sábado sabadote, camisa limpia y polvote.
  • La falta de privacidad —ayer hablamos sobre ese tema, a propósito de donde tener relaciones—.
  • Los límites que imponen el tiempo y el cansancio, al no ser capaces de incluir en nuestra "agenda" los encuentros eróticos. Muy importante reservar nuestro tiempo para las relaciones afectivas y sexuales.
  • Asumir total responsabilidad de la relación: "El placer del otro depende solamente de mí". Cada uno debe ser responsable de su propio placer y de comunicarle a la pareja sus preferencias.
  • En el extremo opuesto está el no tener al otro en consideración: "Voy a la mía y no me preocupa compartir". Si la falta de empatía entorpece cualquier relación, en el terreno sexual es ésta determinante.
  • Tomar una actitud de enfrentamiento ante la relación sexual, en lugar de disfrute de la misma. Cuántas personas van a la cama como a un campo de batalla o a un examen. No hay nada más triste.
  • La creencia de que ya se pasó la época del disfrute sexual: "La satisfacción sexual es sólo para gente joven y atractiva". Para nada, una mano es una mano, aunque esté arrugada, y las caricias siempre son caricias.
  • Pensamientos lejanos, distracciones o preocupaciones durante el acto sexual: "Hay que llevar el coche al taller...". "El techo necesita una mano de pintura...". Aquí la cosa va muy mal; hay que ir aprendiendo a controlar los pensamientos intrusivos.
  • Estar enfadado con la pareja sin comunicárselo, pero actuando destilando malestar. La típica respuesta de: "A mí no me pasa nada", poniendo una cara que dan ganas salir corriendo. Si se está disgustado o disgustada se comenta, los dobles mensajes son dañinos.

Estos elementos bloqueadores del erotismo pueden llegar a ser severos y entonces se instalan las disfunciones sexuales. Es decir, los problemas persistentes que alteran de modo negativo el deseo, la excitación o el orgasmo o la eyaculación. Entonces viene el sufrimiento y se tiene que recurrir al sexólogo. No es que no queramos que vengáis a consulta, pero preferimos que disfrutéis y os encontréis bien, nosotros seguiremos trabajando en información, educación y orientación sexual, para prevenir estos problemas.

© Publicado por el Diario El Mundo de Madrid, España, el domingo 26 de Febrero de 2006.

¡¡¡Año 2010!!! Bienvenido... De Alguna Manera

¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!



DÉJAME sueltas las manos
y el corazón, déjame libre!
Deja que mis dedos corran
por los caminos de tu cuerpo.
La pasión —sangre, fuego, besos—
me incendia a llamaradas trémulas.
Ay, tú no sabes lo que es esto!

Es la tempestad de mis sentidos
doblegando la selva sensible de mis nervios.
Es la carne que grita con sus ardientes lenguas!
Es el incendio!
Y estás aquí, mujer, como un madero intacto
ahora que vuela toda mi vida hecha cenizas
hacia tu cuerpo lleno, como la noche, de astros!

Déjame libre las manos
y el corazón, déjame libre!
Yo sólo te deseo, yo sólo te deseo!
No es amor, es deseo que se agosta y se extingue,
es precipitación de furias,
acercamiento de lo imposible,
pero estás tú,
estás para dármelo todo,
y a darme lo que tienes a la tierra viniste—
como yo para contenerte,
y desearte,
y recibirte!


Déjame sueltas las manos. Pablo Neruda. Poeta Chileno

jueves, 31 de diciembre de 2009

Los Ángeles van al Cielo... ¿No... Mónica?... De Alguna Manera

Mónica Carranza, fundadora del comedor "Los Carasucias", murió hoy.

Mónica Carranza, fundadora de la Fundación "Los Carasucias", falleció hoy a los 63 años a causa de un cáncer con el que luchaba hacía tiempo.

Ejemplo de solidaridad con los más necesitados y elegida "mujer del año" en 1997 por la obra que construyó en el barrio de Mataderos. "Una cosa es hablar del hambre y otra cosa es sentirlo", era una de sus frases de cabecera.

Mónica nació en Parque Patricios. Después de la muerte de su padre, cuando tenía nueve años, vivió en la calle y luego ella y sus once hermanos ingresaron en internados y diferentes institutos de menores, de donde se escapó.

Tras pasar varios años a la intemperie, se casó y fundó su propia casa - comedor "Los Carasucias", donde a diario comen 2.500 familias y reciben refuerzos alimentarios más de 1.500 chicos desnutridos y enfermos de Sida, diabéticos, tuberculosis y otras enfermedades.

Madraza. "Ella era una persona especial, luchó mucho de chica en la calle", afirmó a TN su hijo Roberto. "Hoy antes de las 5 am me dijo: 'Negrito, quedate con los chicos, dale para adelanté'", recordó. Sus últimas palabras fueron sobre los chicos del comedor, a los que ayudo como una "madraza".

Pero su lucha diaria no pudo contra el cáncer. "Ella pensó que podía ganarle", esgrimió emocionado su hijo, que la definió como "el alma" de la fundación y una madré "única".

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el lunes 28 de Diciembre de 2009

domingo, 27 de diciembre de 2009

Soldados de Malvinas Torturados por argentinos... De Alguna Manera

Guerra de Malvinas: Se reactivan causas por torturas...

Unos 150 testimonios nutren las 79 causas que acusan a decenas de militares por estaqueos, lesiones graves y enterramientos.


Cerca de 150 testimonios nutren las 79 causas que investiga la jueza federal de Río Grande, Liliana Herraez, sobre torturas y vejaciones en la guerra de Malvinas, que incluyen la muerte por hambre de dos soldados, y que tienen a decenas de militares como acusados.

Herraez investiga los casos de homicidio, abandono de persona, sometimiento a torturas consistentes en estaqueos a la intemperie por largo tiempo, padecimiento de hambre y frío, enterramientos, golpes, lesiones graves y reducción a la servidumbre, entre otras prácticas aberrantes.

Las causas recibieron un fuerte respaldo este año con la declaración de delitos de lesa humanidad, imprescriptibles, por parte de la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia.

El recurso de uno de los imputados, el ex subteniente Jorge Taranto -acusado por las muertes-, fue aceptado por la Cámara Nacional de Casación Penal número 1 de Buenos Aires; pero la medida aún no fue comunicada a las partes y no afectó la marcha de los juicios.

Este tribunal sostuvo que los delitos de lesa humanidad implican "ataque sistemático o generalizado a una población civil", lo que no ocurrió en los casos de Malvinas.

José Martín Araníbar, ex combatiente y coordinador de las presentaciones de los casos de todo el país en Río Grande, cuestionó ese fallo y afirmó que "los soldados sí eran civiles, que el Estado convocó a la guerra ante un enemigo externo, a los que debió cuidar pero, por el contrario, sometió a estas vejaciones".

De quedar firme esa sentencia -agregó-, los promotores de los juicios recurrirán a la Corte Suprema de Justicia e incluso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, "si es necesario".

Taranto fue acusado por el ex combatiente Daniel Martires González por su responsabilidad en la muerte de hambre de los soldados Juan Quintana y Remigio Fernández, además de propiciar estaqueamientos de otros combatientes argentinos.

"Quintana estuvo 40 días tirado en una carpa y él estaba a diez metros de esa carpa y no hizo nada", expresó González en diálogo con Radio Fueguina de Río Grande, agregando que Taranto también lo agredió a él.

"Taranto usó su pistola para obligarme a hacer prácticas militares, usó su baquetón de acero que se usa para limpiar los fusiles para pegarme, para que le dijera quién le robó el dulce de membrillo y el cartón de cigarrillos, y después lo mandó a estaquear a Rosendo Prado", expresó el ex combatiente.

Además de Taranto, otro de los acusados directos es el teniente coronel Daniel Delfor Polano, y otros jefes a los que atribuyen responsabilidad por su jerarquía militar en la guerra, como el ex guardiamarina Carlos Ricardo Bianchi y el ex teniente Juan Magrabaña.

Araníbar estimó que después de la feria de verano los juicios recobrarán fuerza y la jueza Herraez recibirá testimonios claves.

"Incluso recientemente fueron al juzgado los coordinadores del Programa Nacional Verdad y Justicia, Elena Mariani y Juan Manuel Figueroa, que recorren los tribunales constatando que las causas de este tipo sigan su camino", señaló.

Además, días atrás se presentó como querellante en el juzgado fueguino la secretaria de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Sara Derotier de Cobacho, junto al abogado Eduardo Reczes, del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas de La Plata (CECIM), actuación en la que sumaron otros 20 testigos.

EL TESTIMONIO DE UN CURA. Entre los testigos que presenciaron actos de torturas y vejaciones en la guerra de Malvinas se encuentra el padre Vicente Martínez Torrens, autor del libro "Dios en las trincheras".

El sacerdote fue capellán de las Fuerzas Armadas durante la guerra y en su libro describe con crudeza estos delitos e incluso los ilustra con fotografías, entre otras de soldados escuálidos por hambre.

En la página 69 refiere concretamente a uno de los estaqueados y señala que pidió su liberación, sin ser atendido.

También relata otro caso en el que le llevó un Rosario, bendecido por el Papa, de regalo a un conscripto que cumplía 19 años, pero dice que no pudo entregarlo porque delante de él un jefe militar lo estaqueó por "blandito" -sin razón alguna- y lo dejó castigado sin comida.

"Todo esto sucedió en Malvinas y debe contarse, debe alcanzarse la verdad antes que nada, porque hay alguien arriba que nos está mirando", señaló el excombatiente José Martín Araníbar, uno de los impulsores de los juicios.

© Agencia Telan. Publicado en el Diario Crítica de la Argentian el domingo 27 de Diciembre de 2009.

El hijo del pueblo... De Alguna Manera...

El Hijo del Pueblo...

Pronto cumplirá 9 años. Casi la misma cantidad de tiempo que demoró la Justicia en resolver su destino, por un caso de adopción. Gabriel, el niño de La Pampa por el que se movilizó toda una comunidad
.

Veintidós de abril de dos mil cinco.

Escondido en algún lugar de la luna, con una sonrisa cómplice, Juan dibuja dinosaurios montados sobre nubes espesas y brillantes que luego soltará, para regocijo de Gabriel, sobre los cielos de cálidos atardeceres de Parera, un apacible pueblito rural de 1800 habitantes en el norte pampeano, 200 kilómetros al norte de la capital provincial.

No hay atardecer en Parera en que Gabriel no levante su cabeza rapada y morena para clavar sus ojos en los dinosaurios. Y ahí se quedará, extasiado como en el mejor de los cuentos, para descubrirlos, para gritarle a Juan, su papá del corazón, "ahí va uno, ahí va otro..." Juan no lo escucha. Está escondido en algún lugar de la luna. Pero Gabriel lo ve. Dice que es el único que puede verlo. Y cuando dice que no lo ve en la luna, de tan bien escondido que está, lo presiente en la casa: "Hay olor a papá", le susurra al oído a Nelly, de 50 años, empleada doméstica, su mamá del corazón.

Como todos los ocasos de abril, el sol cae lento como un telón viejo sobre el pueblo, que no entrega más sonidos que el traqueteo de un carro viejo, el canto triste de un cardenal enjaulado, las campanadas de las seis sonando como a trueno en medio de un silencio de misa, y poco más que eso. Sobre las calles de tierra del barrio de Nelly, tibios ventarrones arremolinan hojas de acacias y de paraísos, las levantan como si nada y las arrastran en una burbuja de polvo gris hasta perderse pocos metros más adelante. Por ahí, despreocupado, anda Gabriel, ajeno a lo que está por suceder.

Ese día, el Juzgado del Menor y la Familia de General Pico, La Pampa, a cargo del doctor Luis Alberto García, les notificará a Juan y a Nelly Becerra de Biocca -familia inscripta en el Plan Nacional de Familias Sustitutas- que Gabriel, en el momento de sólo 4 años, va a ser entregado en adopción a una familia de Miguel Cané, un pueblo vecino de Parera, y que en el transcurso de un mes y medio los Biocca deberán cumplir con esa resolución.

Gabriel nació en Ingeniero Luiggi, La Pampa, el 16 de abril de 2001. Dos meses más tarde fue internado de urgencia en el hospital de General Pico. Había ingresado con signos de mala alimentación, con una costilla fracturada y un pulmón perforado por causa de esa costilla rota. El diagnóstico indicaba un fuerte golpe, como un puñetazo en el centro del pecho o aplastamiento con las manos. Inmediatamente de conocido el episodio, sus padres, que vivían en Ingeniero Luiggi, un pueblo vecino de Parera, fueron detenidos y procesados por maltrato. La causa, caratulada como "lesiones graves", recayó en el juzgado del doctor García.

No obstante las evidencias -tantas, que luego, tras un proceso de dos años, alcanzarían para quitarles a los padres biológicos la patria potestad-, en octubre de 2002 el Juzgado Penal 2 los sobreseyó por falta de pruebas y cerró el caso. Los padres biológicos de Gabriel, sin embargo, nunca apelaron aquel fallo para que se les restituyera la patria potestad. Y jamás volvieron a ver a su hijo.

Diez meses antes, el 22 agosto de 2001, mientras se sustanciaba el juicio a los padres biológicos, el juez García había entregado a Gabriel al cuidado temporario del matrimonio Biocca. Gabriel tenía apenas cuatro meses, "era un sol, pero también un Cristo roto", y Juan y Nelly Biocca conocían las reglas: la tenencia del niño por parte de una familia sustituta no debía extenderse más allá de seis meses. Pasado ese tiempo, Gabriel tenía que ser dado en adopción a otra familia. Pero fue la propia Justicia, con su lentitud, la que se encargó de transformar en pesadilla los sueños de una criatura que ya empezaba a conocer el significado de las palabras "papá", "mamá", "hermanos", "familia". Así, los meses se hicieron años: cinco. Lo recibieron de bebe, y el tiempo lo convirtió en parte de la familia. Para todo Parera, Gabriel era un hijo más de los Biocca, aunque nunca se le ocultaron ni su origen ni la identidad de sus padres biológicos.

Aquel 22 de abril de 2005 fue el peor día en la vida de la familia Biocca. Un mazazo a la esperanza. Y un golpe mortal: Juan Biocca, que arrastraba desde hacía mucho tiempo alteraciones renales y respiratorias, empeoró su cuadro producto de la profunda depresión en la que había caído después de recibir la notificación del juzgado. Internado en la Clínica Santa Teresita, de Realicó, pasó doce días en terapia intensiva, en coma farmacológico y con asistencia respiratoria mecánica hasta su muerte, ocurrida una fría mañana del sábado 28 de mayo.

Un mes después de su muerte, Nelly iniciaba los trámites de adopción.

Cuentan en Parera que a Juan Biocca, que tenía apenas 53 años y era cantinero del Club Agrario, no le cabía el corazón en el pecho de tan grande que lo tenía. Pura bondad, pura honestidad, puro sacrificio. Un hombre de una sensibilidad extrema que sobrellevaba, como podía, la cruz de la obesidad. Nelly, y todo Parera, nunca dudaron de que Juan murió de tristeza. Tiempo después, en marzo de 2006, cuando Nelly había logrado la preadopción de Gabriel, le comentó a este cronista que su marido había muerto sin saber que el juez les había otorgado ese beneficio. Lo dijo con voz ahogada, mientras una montaña de ropa que cubría casi la mitad de la mesa de la cocina esperaba el paso lento de la vieja plancha a carbón que todavía no se había calentado lo suficiente.

La historia de Gabriel es un doloroso capítulo dentro de la vulnerable política de adopción que rige en la Argentina. Como otros miles de niños, Gabriel fue una víctima más del maltrato, el abandono y el desamor. Y por mucho tiempo, además, víctima de la negligencia y la desatención del Estado. Pero hoy es, también, ejemplo de lucha: la de él, por querer vivir; la de una familia, por haberle abierto los brazos y el corazón y acogerlo como un hijo más, y la de todo un pueblo, por haberse encolumnado detrás de una causa que trascendió, incluso, las fronteras del país.

"Al Gaby le fascinan los dinosaurios; por eso, Juan siempre le dibujaba dinosaurios. Todavía hoy, cada tanto, el Gaby sigue buscando dinosaurios en las nubes. Cuando era más chiquito y decía que lo veía al padre en la luna, lo decía tan seguro, tan convencido, tan emocionado que... hasta a mí también me daban ganas de levantar la cabeza -dirá Nelly, o la Neyi , como la conocen en el pueblo, con pudorosa vergüenza-. Y cuando decía que había olor a papá, es porque uno de mis hijos usaba el mismo perfume que Juan. Ese es nuestro Gabriel, el Gaby del pueblo, porque acá en el pueblo todos se sienten hermanos o tíos o abuelos del Gaby. Lástima... la pena profunda que tengo y que me estruja el corazón es que ya no está Juan para disfrutarlo."

En la Argentina hay 167 Pequeños Hogares y 95 Amas Externas (el folklore popular las llama "madres sustitutas") que tienen a menores a su cuidado y dependen del Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia. Pequeños Hogares y Amas Externas son programas creados por el Consejo para reducir al mínimo la institucionalización de los chicos abandonados o imposibilitados de reinsertarse en sus familias biológicas. Son niños que, una vez concluida la evaluación de los Juzgados de Menores, quedan en condiciones de ser entregados en adopción. Algunas cifras no oficiales indican que unas 3000 personas están registradas para adoptar en la Argentina. Actualmente, sólo en la provincia de La Pampa hay 320 chicos en guarda estatal, pero sólo se registran dos adopciones por año.

Nelly continúa con sus recuerdos: "Todo lo que siguió a la notificación del juez de que nos podían quitar a Gabriel para entregarlo a otra familia, en abril de 2005, fue tremendo, terrible... -suspira-. Ya a la semana yo veía que Juan se levantaba llorando, que comía llorando, que iba a trabajar llorando... A partir de esa noticia, se deprimió de tal forma que nunca lograría recuperarse. Llegó a tener 28 de presión. Es que para él Gaby era... todo... y yo lo veía cada vez peor. Gaby le decía todo el tiempo: «Papi, me cortás pan... papi, me das agua... papi, vamos a jugar... papi, me dibujás un dinosaurio grande...» Juan llegaba del trabajo, del campo o del Club Agrario, y Gaby lo esperaba en la puerta de casa. Así era. Todos los días igual. Juan siempre tenía tiempo para estar con él. Y a mí me decía en voz muy baja, con sus ojitos negros llenos de lágrimas, que nunca terminaban de caer para que el Gaby no se diera cuenta: «Me parece que lo perdemos». El pueblo empezó a movilizarse. Yo quería encontrarle otra vuelta, pero solos no podíamos hacer nada. El juez iba con todo el peso de la ley, pero después de casi 5 años, era una injusticia..."

Y Parera, en el mismo momento en que se preparaba para la inauguración del Festival Folklórico de Otoño -el acontecimiento más esperado del año- tuvo su "cabildo abierto". Las primeras reuniones se hicieron en la casa de los Biocca. Pero no fue Nelly la que salió a la calle a buscar apoyo. Fueron sus vecinos, de a uno, quienes empezaron a llamar a su puerta para decirle: "Neyi, estamos con vos para lo que necesités". Allí estaban los vecinos más cercanos: Gladys Mirco, Leticia Cometto, Norma Márquez, Olga Dosio y Mariela Lecitra. "La idea de marchar fue siempre la misma: velar por los derechos del niño... por el interés superior del niño", dicen las vecinas. Y a las marchas de mayo, que fueron seis, siguieron los petitorios al juez, y las firmas: 800, en una población de 1800 personas. Y se pusieron a pintar carteles (Parera grita en silencio Gaby no se va; La justicia lenta no es justicia; Señor juez: en este pueblo hay muchos chicos pero no sobra ninguno).

Y el párroco del pueblo montó en su bicicleta y se llegó hasta a la casa de Nelly. Y también el intendente, que fue caminando. Y el presidente del Concejo Deliberante de Parera, que acompañó la marcha del intendente. Y Rina Jurado, "la voz de Parera", cantó en el Festival de Otoño El hijo de todos, la zamba que Gaspar Montes, otro vecino de Nelly, le dedicó a Gabriel. Algo así como el himno de Parera: Niño no llores desconsolado,/ la ley del hombre causa dolor;/ los que legislan han olvidado/ ese derecho que da el amor./ Niño no llores, sigue soñando/ con ser un día zapateador./ De allá del cielo te están cuidando/ y todo un pueblo vela por vos./ Y le pedimos al ser divino/ que las tristezas no vuelvan más,/ hijo de todos ya te sentimos,/ junto a nosotros siempre estarás./ Niño sonríe, calla tu llanto/ vive la vida y sé feliz./ No dejaremos que tú te vayas,/ los que te aman están aquí..."

Exactamente un año después, el 5 de abril de 2006, empujado por las circunstancias y por la presión de todo un pueblo, el juez volvió sobre sus pasos y le concedió a la familia Biocca la guarda preadoptiva por la que habían luchado desde que Gabriel entró en sus vidas.

Nelly no estaba equivocada al plantear sus dudas. De no haber sido por la callada lucha de los Biocca y por esa toma de conciencia de los habitantes de un pueblo perdido en la llanura pampeana, Gabriel, hoy, podría ser un niño de la calle, o institucionalizado, o desaparecido, o explotado sexualmente, o esclavizado, o desarraigado, o adoptado ilegalmente (sólo el 25% de las adopciones comienza de forma legal). O muerto.

Nada de eso ha sucedido esta vez. Fueron 9 los años que se tomó la Justicia para resolver su destino, que concluyó con la adopción definitiva, a favor de Nelly Becerra de Biocca, el 22 de junio de 2008.

Gabriel cursa tercer grado de la escuela primaria de Parera. Su mamá dice que no perdió la costumbre de buscar dinosaurios en el cielo, y que a veces se pone medio triste porque ha empezado a olvidar cómo era la voz de Juan, su papá del corazón.

© Escrito por Jorge Palomar y publicado en el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 27 de Diciembre de 2009.

Figuras de protección

La ley argentina identifica diversas formas de protección al menor en riesgo:

  • Hogar de tránsito: lugar que cobija a niños derivados de los juzgados hasta que se solucione su situación.
  • Ama externa: es la que tiene niños bajo su cuidado en forma transitoria, con autorización del juez. Se establece un subsidio diario por niño, que cubre atención, alimentación, ropa blanca y traslados a la institución y a servicios asistenciales.
  • Acogimiento Familiar y Pequeños Hogares: programas que desarrolla el Estado para la protección de los niños cuando, por diversas causas, sus padres no los pueden cuidar. Es la incorporación momentánea de un niño en una familia que no es de origen, a través de la guarda provista por el juez.
  • Guarda: es la relación que se establece entre una persona mayor y una menor, que hace a su cuidado y protección inmediata. Puede tener distintos orígenes.
  • Guarda jurídica: la tiene aquella persona a quien el juez ha llamado para darle en guarda al niño porque sus padres no lo pueden atender. En algunos casos, el juez determina los tiempos.
  • Guarda de hecho: cuando, por distintas circunstancias, se deja momentáneamente al niño al cuidado de otra persona (un familiar, un vecino, etc.)
  • Tenencia: si bien "guarda" y "tenencia" funcionan como sinónimos, para el derecho de familia, cuando los padres se separan, "ejerce la patria potestad quien ejerce la tenencia".