sábado, 7 de septiembre de 2013

El Nobel de la Paz se va de maniobras… De Alguna Manera...


El Nobel de la Paz se va de maniobras…


El famoso monólogo Gila en la guerra decía: “… y estaba yo matando tan calentito, cuando otra vez el sargento, que vayas al enemigo y que te den el avión, porque como nos llevábamos bien con el enemigo, con un avión nos arreglábamos todos…”.

Y me ha recordado esto lo que está pasando en Siria; ni los propios rebeldes quieren que vaya nadie a molestarles. Bromas aparte, y como ha dicho el papa Francisco, la guerra no va a traer la paz, la violencia engendra más violencia. Yo no entiendo ninguna guerra, todas me parecen absurdas (salvo en defensa propia).

Una intervención armada solo va generar más sufrimiento y no va a solucionar nada. Lo que menos me cabe en la cabeza es que haya unas formas de matar que sean más “éticas” que otras; es decir, que atentados terroristas con bombas y similares sean formas más “éticas” de matar que gasear, que eso ya es “cruzar la línea roja”.

La solución es atacar al país que supuestamente ha utilizado armas químicas, ¿alguien lo entiende? Es cierto que Siria está sumida en un gran sufrimiento; pero las cosas hay que solucionarlas por la vía diplomática. Que EE UU quiera organizar una guerra no es nuevo, ya se sabe que están para salvar al mundo; pero que sea precisamente un Nobel de la Paz quien apueste por ella, tiene guasa.

Unámonos a las oraciones del Papa con el fin de que los mandatarios americanos den marcha atrás y no intervengan en Siria. De otra manera, exigiremos a Obama que devuelva el Nobel de la Paz inmediatamente.

© Escrito por Virginia R. Mateos el domingo 08/09/2013 y publicado por el Diario El País de la Ciudad de Madrid, España.

 

Ricardo Darín... El "pelotudo" según Federico Luppi... De Alguna Manera...

Darín habló de su polémica con Federico Luppi…

Pasaron ocho meses desde que Federico Luppi opinó en duros términos acerca del pedido de explicaciones que hizo Ricardo Darín sobre el patrimonio de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner quien, como recordarán, le respondió a Darín a través de una carta en Facebook. Anoche, en “Tiene la palabra” (TN) le preguntaron a Darín por qué en aquel momento no le contestó a Luppi, “que te dijo pelotudo”. Lorena Maciel —co conductora del ciclo junto a Luis Otero— señaló que ella había considerado “sabia” la actitud de Darín de no subirse al ring de los insultos. “Alguno de los dos tenía que tratar de ser un poco sabio”, dijo el protagonista de “Séptimo”, el filme de Patxi Amezcua, estrenado anteayer.

 “Lo conozco desde hace muchos años —manifestó Darín en referencia a Luppi—. Y trato de no dejarme llevar demasiado por lo que la sensación térmica indica sobre una persona más allá de lo que yo conozco de él. A Federico, lo conozco, sé cómo es su manera de hablar y de expresarse. Y él se tomó un mínimo de atención antes de decir eso, que para mí es tan importante como lo que dijo. No soy yo quien va a juzgarlo ni a cortarle la cabeza por un exabrupto. Es un exabrupto, pero antes tomó la precaución de decir ‘con todo lo que lo quiero, con todo lo que lo respeto, para mí, es un pelotudo’. Ok, se lo perdono. Se lo entiendo”, declaró Darín. Y no descartó la posibilidad de que cuando la vida los cruce, puedan charlar tranquilamente.

Ante las preguntas de Silvia Fesquet y Fernando Cerolini (ayer estuvo ausente Cecilia Absatz), Darín se explayó sobre la necesidad de frenar las agresiones: “Si uno se preguntara ‘¿por qué?’ en el momento anterior a la reacción impulsiva frente a lo que considera un injusticia, la cadena de agresiones se cortaría. Si vos me insultás y yo te insulto y vos me pegás y yo te pego, esto no se termina nunca”.

“La violencia y los generadores de violencia me dan miedo”, indicó. Convencido de que “de todos lados se tira cada vez más carne sobre la parrilla”, aconsejó que “acariciar el freno no está mal”. “Ya no necesitamos más confrontaciones ni peleas innecesarias”, opinó. Luego, describió el círculo de las discrepancias que terminan en enfrentamientos. “La intolerancia que viene en el combo de la conformación humana debería estar primera en nuestra orden de lucha, junto con  el ego y la soberbia. Nuestra primera tendencia es pensar que uno tiene razón y que el que no está de acuerdo con uno está equivocado. Entonces, el que no está de acuerdo con uno, es el enemigo. Y si es el enemigo, hay que eliminarlo”.

Mientras lo escuchaba, pensé en la seguidilla de agresiones que se habría generado si Darín, en vez de pensar por un instante en el Federico Luppi que conoce desde hace años, se hubiera concentrado sólo en el exabrupto de su colega y hubiera redoblado la apuesta. ¿Qué habría pasado? Imagino que unos cuantos días de festival mediático, animado por la pirotecnia verbal entre dos excelentes actores argentinos. No más que eso. Nada que pudiera enriquecer a nadie. Las visiones encontradas sobre cualquier asunto favorecen el debate de ideas. Pero el cruce de insultos se agota en la catarsis. El debate abre nuevas perspectivas, acerca posiciones; si se sostiene con honestidad intelectual, al final del camino, todos salen ganando, porque siempre habrá algo en la visión ajena que a uno le permita reconsiderar la propia. La batalla de los insultos, en cambio, es estéril, incapaz de generar algo que no existiera antes de comenzarla, es decir, una serie de vocablos lanzados como municiones.

Tal vez con esa idea de pensar antes de hablar esté relacionado el proyecto que Ricardo Darín y su hijo Chino está planeando. Según contó Ricardo anoche, quieren “diseñar, armar y cranear desde cero una historia para llevar al cine”. ¿Cómo será esa historia?, le preguntaron. “Será una película callejera —respondió—. Una historia que habla de los prejuicios heredados, de cuánto nos cuesta comunicarnos con las personas a nivel emocional”. “El 85 por ciento de los prejuicios que nos integran —siguió diciendo— los hemos heredado de la familia, la escuela, el barrio. Somos parte de la gilada cuando respondemos con esos prejuicios y decimos una estupidez discriminatoria. Después, cuando te ponés a pensar y a buscar dentro tuyo, descubrís que vos no sos eso, que no hablaste desde lo que sos sino en función de los prejuicios que heredaste”.

Confieso mi fascinación por el género periodístico de la entrevista. Me gusta verlas por televisión, escucharlas en la radio, leerlas y hacerlas. Siento que al final de una entrevista, quedás  enriquecido. Sencillamente, porque la entrevista te lleva al mundo de Otro. Y el Otro siempre es distinto de uno. Siempre habrá algo en los dichos del  entrevistado que te muestre algún hecho que no habías advertido, una manera diferente de mirar al mundo, una experiencia de vida que es ajena a la tuya. Anoche, me quedé pensando en la certeza de Ricardo Darín acerca de que si uno reflexionara antes de contestar un exabrupto con otro, “se cortaría la cadena de agresiones”. Al fin y al cabo, él lo aplicó con Federico Luppi y el resultado está a la vista: nos ahorró a todos el triste show de dos actores insultándose como chicos. No es una mala idea para aplicar en nuestras vidas, ¿verdad?

© Escrito por Adriana Schettini el sábado 07/09/2013 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



jueves, 5 de septiembre de 2013

La guerra y la paz… De Alguna Manera...


La guerra y la paz…

En una carta enviada desde Rusia a Mahatma Gandhi el 7 de septiembre de 1910, León Tolstoi coincidía con la experiencia de la no violencia que el Mahatma estaba desarrollando en la India y que culminaría décadas después con el triunfo sobre el ejército más poderoso de la tierra que era el de Gran Bretaña.

Gandhi liberó a la India sin armas, sin tirar un solo tiro, con un telar y una cabra, movilizando las explotadas energías de todo un pueblo.

Hoy el mundo asiste absorto al retumbar de los tambores de la guerra. Como ayer fueron Afganistán e Irak, hoy lo es Siria.

El régimen de Al Assad es un régimen corrupto, una dictadura sangrienta, pero sabemos que cuando los misiles caigan sobre Damasco morirán miles de niños, mujeres y ancianos inocentes.
La diferencia clara entre la guerra y la paz es la misma que separa la vida de la muerte.

En 2010 el presidente Barack Obama recibía el Nobel de la Paz “por sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos”. Se viven horas decisivas, que pondrán en tela de juicio dicha resolución.

© Escrito por Rubén Giustiniani, Senador Nacional del Partido Socialista por la Provincia de Santa Fe, el jueves 05/09/2013 y publicado en http://rgiustiniani.blogspot.com.ar

 

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Hambre de Agua: Lanata Horror Show… De Alguna Manera...


¿Quién nos enseña a ver lo que no queremos ver?...


Cómo mostrar la realidad cuándo ésta es inenarrable? ¿Quién tiene la fórmula éticamente correcta? Mientras en Canal 13, mediante el programa de Jorge Lanata, se denuncian los presuntos ilícitos - algunos de ellos - del Gobierno Nacional, en tiempo real se desmienten estos supuestos delitos vía Twitter, C5N, los cyber K, Página 12, América 2, CN23 y el aparato incansable de pseudo – periodistas devenidos en “sicarios” intelectuales dispuestos a justificar y negar todo. Periodismo para Todos, blanco furtivo de críticas, es señalado como un mero show televisivo por ciertos estilos y maneras de presentar la noticia, acaso, de exagerarla para sus propios fines. ¿O conviene decir que es sólo un show? ¿Cuál es el modo correcto de realizar investigaciones “serias” sin caer bajo una lluvia letal de ataques y acusaciones? ¿Cuál es la mejor manera de comunicar ciertas experiencias angustiantes que atentan contra la dignidad humana?

En la última emisión de PPT del Domingo último, el informe que llevó a la producción del programa a Formosa, entro otros lugares de Argentina, evidenció que algunas comunidades, en el Gobierno auto – adjudicado como el de los Derechos Humanos, viven sin agua, toman agua podrida o acceden a este bien básico dependiendo del negocio del clientelismo político de turno. Narrar lo indecible. Y acá los críticos más acérrimos podrían decir que con una musicalización eficaz y conmovedora, con un plano del quiebre en llantos del afectado por la problemática se estará utilizando el dolor y mucho más para un producto televisivo. En sintonía con lo que diría Florencia Saintout, decana de la Facultad de Periodismo de la UNLP, que en una nota de Página 12 cuestionó el modo en que se exponen a los familiares de las víctimas de la tragedia de Once utilizando la frase “pornografía del dolor”, concepto complejo, hasta interesante, pero seguramente de alguien que tiene las necesidades básicas satisfechas como para sentarse y escribir para su círculo de ególatras pensadores crónicos de la teoría. Esa teoría que, claro, dista muchas veces de lo que nos pasa cotidianamente. Como diría “Susanita”, célebre personaje de Mafalda, que no hay que solucionarle la vida a los pobres, sólo basta con “esconderlos”. ¿Cómo hay que mostrar la realidad entonces, quién tiene el parámetro justo para hacerlo sin caer en su enormidad absurda?

No existe ningún dispositivo, sería obvio aclararlo, que pueda mostrar “toda” la realidad, la televisión, un noticiero, sólo construye un recorte de ella, en un contexto, en un momento, una foto apenas, editada, retocada y/o mejorada, los contenidos adaptados a diferentes formatos. Se sabe. El formato de PPT cae, indefectiblemente, en el info – entretenimiento, género híbrido, respondiendo a ciertos cánones de la dinámica capitalista. Y es tal vez el mayor “pecado” de Jorge Lanata, más allá de denostar al Grupo Clarín y luego trabajar en él, de ornamentar un producto televisivo con humor político delirante, situaciones bizarras y personajes insólitos. Pero, ¿qué sucede con lo demás? ¿Cómo abordar la desnutrición en el norte argentino, el “hambre de agua” en Formosa y el crecimiento de las villas en Buenos Aires? A su modo, esto es narrado en el programa. ¿Cuál será el debate entonces? ¿Fortalecer la democracia o hablar de géneros televisivos y modos de presentar la información?

Los desmentidores crónicos se preocupan sólo de eso. Raúl Kollman, periodista de Página 12, se ocupa de sostener que los bolsos denunciados por la ex – secretaria de Néstor Kirchner, Miriam Quiroga, estaban “vacíos” o que jamás los vio. Pero Kollman quedaría en la historia del periodismo si se ocupara de develar  en serio el misterio de la fortuna de los Kirchner. Así nuevamente intenta decir que la “ampulosa” denuncia de Quiroga en el programa de Lanata fue sólo humo. Volvemos al show. 

¿Quién nos enseña a ver lo que no queremos ver? Un periodista debe ayudar, al menos, a pensar. ¿En serio podemos considerar que ningún funcionario y/o empresario kirchnerista se enriqueció en los últimos 10 años y todo forma parte de una ficción?

Mientras algunos hábiles comunicadores utilizan sus regodeos retóricos para negar lo evidente o desmentir tan sólo una pequeña parte de las historias, otros ciudadanos, en silencio y sin tiempo para poemas o artículos periodísticos, luchan en una batalla sin cuartel para conseguir agua y dignidad, cuándo las luces del “show” se apagaron y sólo queda el espíritu humano.

© Escrito por Sebastián Turtora el miércoles 4 de Septiembre de 2013 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


I have a dream... De Alguna Manera...


Sueños…


Hay oraciones que condensan enteros ciclos históricos. Martin Luther King Jr. tenía 34 años cuando el 28 de agosto de 1963 deliró en Washington ante una muchedumbre que lo veneraba. Esas 35 palabras en inglés las pronunció cinco años antes de que en abril de 1968 fuera asesinado a balazos en Memphis, Arizona. ¿Había sido tan poderosa esa frase? Era la confesión de un deseo: “Sueño que mis cuatro pequeños hijos vivan algún día en una nación en la que serán juzgados no por el color de su piel sino por el contenido de su carácter”.

Michael (Martin Luther) King Jr. había nacido en plena recesión, el 15 de enero de 1929, en Atlanta, Georgia. Lo mataron a balazos el 4 de abril de 1968. Aquella consigna fue un grito de paz, pero también un santo y seña para siempre: I have a dream. Era bien sencillo, pero tendría torrenciales consecuencias, porque asumía la promesa central del proyecto histórico de los Estados Unidos: “Todos los hombres fueron creados iguales” y tienen derecho a “la vida, a la libertad y la búsqueda de felicidad”. Como bien recordó The Economist, “‘todos’ quiere decir ‘todos’”.

Comparada con la Argentina, ¿cómo eran los Estados Unidos en 1968? ¿Cuánto se parecen a lo que son hoy? En medio siglo, en los Estados Unidos, cuyo presidente es hoy un negro, hubo cambios. En 1968, los negros del Sur podían ser linchados si intentaban votar en las elecciones; debían usar baños públicos y escuelas segregados y de calidad inferior, sólo para negros; y estaban confinados a ocupaciones subalternas. En 1940, el 60% de las mujeres negras con trabajo eran sirvientas en las casas de los blancos.

Medio siglo después, los afroamericanos votan más que cualquier otro grupo racial, al menos si Barack Obama es el candidato. El prejuicio blanco contra candidatos que no sean no blancos ya es difícil de detectar. El gobernador de la primorosamente blanca Massachusetts es negro. Obama tuvo más votos de blancos en 2008 que el también demócrata John Kerry en 2004. En la época de King, las relaciones sexuales entre “razas” diferentes eran ilegales en muchos estados. Hoy, el 15% de los nuevos matrimonios son entre personas de grupos étnicos diferentes, pero el 24% de los hombres negros no se casa con negras. En aquellos años, la segregación racial era legal en el Sur y era la norma en el Norte. Hoy ya no existen barrios exclusivos para blancos. La segregación va desapareciendo en todas las más grandes 85 zonas metropolitanas de los Estados Unidos. No sorprende que alcaldes negros sean los jefes políticos de grandes ciudades (Washington DC, Filadelfia, Denver) o grandes corporaciones (Merck, Xerox, American Express). Un actor negro hace el papel de Dios en el cine, Morgan Freeman. El salario de los negros aumentó de manera exponencial desde la revolución de los de derechos civiles, tanto en términos absolutos como en relación con los blancos, pero el progreso de los negros parece hoy detenido.

Entre 2000 y 2011, el ingreso familiar promedio de los hogares negros cayó del 64% a 58% respecto de los ingresos de las familias blancas. La brecha social es aún más grave. Se agudizó porque los negros se hipotecan más peligrosamente para adquirir vivienda, lo cual agravó su empobrecimiento después del estallido de la burbuja inmobiliaria. En 2005, los bienes promedio de una familia blanca promedio eran unas 11 veces mayores que los de los negros. En 2009, eran veinte veces superiores. El adolescente negro promedio, de 17 años, lee y hace cálculos aritméticos como un chico blanco de 13 años. Cuando llegan a los 30/34 años, uno de cada diez negros está preso, mientras que entre los blancos está en la cárcel a esa edad uno de cada 61. Comparada con los años de militancia de King, la familia negra tradicional se evaporó. En los años 60, casi el 25% de los hijos de los negros nacían de madres sin pareja. Hoy, el 72% del total nace de madres solteras, mientras que entre los blancos la proporción es de sólo el 29%. Muchos de ellos son criados por mujeres solteras y además solas.

El racismo no empeoró en la última década. Es una ofensa condenada por la sociedad, la desigualdad subsiste, pero muchos de los problemas de los negros son responsabilidad de ellos, incluyendo los alcaldes y jueces negros en funciones en todo el país. El salario promedio de mujeres negras y blancas con grado universitario es casi el mismo. A los norteamericanos que terminan la escuela secundaria, tienen trabajo de tiempo completo y esperan llegar a los 21 años para tener hijos, sólo los espera el 2% de posibilidades de ser pobres. Pero, como apunta The Economist, “lo deprimente es que pocos negros reúnen esas tres condiciones tan básicas”.

Pero si se piensa en los cincuenta años que van de 1968 a hoy, ¿cómo le fue a la Argentina? ¿Qué sueño de hace medio siglo se hizo aquí realidad? ¿Qué modelo de sociedad ofrece la nueva burguesía kirchnerista asentada en Puerto Madero y aledaños? ¿Estudian o al menos trabajan los hijos del poder? Martin Luther King Jr. reclamó el derecho a procurar la felicidad, pero ¿está garantizado ese derecho en la Argentina? Recorran las calles de Buenos Aires y cuenten la cantidad de personas indigentes sumidas en el sopor, tiradas sobre colchones mugrientos. Observen de cerca a la muchedumbre de familias e individuos que cada día rompen bolsas de residuos para vivir de la basura. ¿Qué pasó con los sueños de prosperidad y justicia, convertidos desde hace diez años en un espejismo armado desde el poder para seguir saqueando en provecho propio?

© Escrito por Pepe Eliaschev el domingo 1º de Septiembre de 2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.