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domingo, 11 de mayo de 2025

Un nuevo Papa sorprende… @dealgunamanera...

Un nuevo Papa sorprende…

Oremus León XIV. Dibujo: Pablo Temes

León XIV inaugura una etapa en la Iglesia Católica que ilusiona. Y que podría completar el legado de Francisco.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 10/05/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Un nuevo Papa sorprende al mundo. El estadounidense Robert Prevost se convirtió en el 267° Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Fue elegido en un Cónclave rodeado de conjeturas e intrigas políticas con arduas negociaciones y otro mensaje para Latinoamérica; porque Prevost vivió y realizó la mayor parte de su tarea pastoral en Perú más allá de cualquier interpretación tirada de los pelos que implique un guiño hacia el país del Norte. 

El recién elegido papa León XIV ofreció su primer mensaje en el que dedicó unas palabras en español a Chiclayo, su querida diócesis. Había obtenido la nacionalidad peruana en 2015 y ese mismo año, el papa Francisco –a quien mencionó en su discurso recordando su voz “siempre valiente”– lo nombró obispo de esa ciudad que rápidamente lo adoptó como uno de los suyos. Su cercanía con Francisco es palpable, no sólo por su vínculo formal sino por una relación más cercana que supieron cultivar en Roma; ambos se reunían al menos una vez por semana e intercambiaban largas charlas pastorales. Es una señal de continuidad que haya sido elegido para un nuevo papado como jefe de la Iglesia. 

Invito al lector a sumergirse en la trastienda de un Cónclave tan esperado como apasionante. Lo primero que hay que decir es que la fumata blanca se hizo visible luego de cuatro rondas de votación de los 133 cardenales en el Vaticano. Esto implica cierta celeridad y consenso que resulta vital para contrarrestar la imagen de una Iglesia dividida que hubiera significado un proceso más duradero. Tras el fallecimiento de Francisco, todas las especulaciones estaban puestas en la profundización de la grieta entre el ala dura y el grupo más progresista de los cardenales. Esto quedó desarticulado prácticamente desde el principio y una ayuda providencial me ayudó a dar con los primeros indicios de este desenlace. Veamos.

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Era la una de la mañana del jueves 8 cuando me encontraba terminando mis tareas luego de salir al aire para Telenoche desde Roma. Una persona con atuendo religioso se acercó y me invitó a caminar diciendo que tenía algo para compartir conmigo: “Parolin va adelante con cuarenta votos y, en esta noche, habrá negociaciones intensas”. La fuente se refería al italiano Pietro Parolin, actual secretario de Estado que varias fuentes citaban como favorito de la Curia romana en abierta competencia con el cardenal filipino Luis Antonio Tagle. Sonaba el canto de las gaviotas mientras caminábamos por la Via della Conciliazione –que es la avenida que conduce a la Basílica de San Pedro– cuando sobrevino una segunda revelación: “El decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, omitió mencionar a Francisco en su homilía en la misa “Pro eligiendo Pontifice” considerada la antesala del Cónclave. No es casual.
Definitivamente esto cayó muy mal entre los presentes” –sentenció. Efectivamente los cardenales que tienen simpatía por Francisco dentro del Colegio Cardenalicio son más que sus detractores. “Los conservadores apenas llegan a treinta y no tienen posibilidades de elegir ningún candidato –por ende– olvídese de Péter Erdó” –agregó en referencia al húngaro de doctrina dura y tradicional con fuerte aval europeo.

El segundo día amaneció radiante. A las 10 de la mañana la misma fuente proporcionó nuevos vaticinios que posteriormente se cumplieron a rajatabla:


—“Si esta mañana no hay Papa, habrá que descartar a Monseñor Parolin y comenzar a ponerle atención a otro cardenal que empieza con P. . ..”   

—¡Prevost! –atiné a decir.   

—No olvide ese nombre –replicó– y dijo con voz firme: “El Cónclave termina hoy”.   

Efectivamente, el humo negro del mediodía terminó con las chances de Parolin y amplió la expectativa a medida que avanzaba la tarde. Otras fuentes confirmaron a cuentagotas lo relatado por mi nuevo interlocutor que, a esas alturas, ya era para mí un enviado divino. Imagínense mi felicidad cuando escuché el nombre de Robert Prevost luego de la fumata blanca. Una mezcla de sorpresa y satisfacción que quedará en mi memoria para siempre.  

Pasaron muchas cosas durante el Cónclave. Hubo un gran lobby a favor de Parolín de parte de la prensa y del gobierno italiano. No solo de ellos. Grandes actores políticos de Europa jugaron el mismo partido. La mayoría de los cardenales detectó esta movida y coincidió con que no era el hombre adecuado por su falta de contacto con la gente y su falta de experiencia pastoral y parroquial. Así se elevó el nombre de Prevost, no por su origen estadounidense sino por su perfil y condición de misionero en Perú y su trabajo en favor de los pobres. Cada sector del establishment dibujará la interpretación que más le convenga; lo cierto es que –más pronto que tarde– aparecerán señales inequívocas que habrá que saber mirar y escuchar.   

La juventud volvió a decir presente en la Plaza de San Pedro. Los fieles le dieron la bienvenida a su nuevo guía. Así las cosas, una nueva página ha comenzado a escribirse en la historia de la Iglesia Católica. Una etapa que ilusiona y que podría completar el legado del querido papa Francisco. Que así sea.




domingo, 4 de mayo de 2025

Una explosión tras otra. El Presidente sin paz... @dealgunamanera...

El Presidente, sin paz...

Carnívoro, Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes

Milei se duerme en los laureles de una estabilidad cifrada en un dólar que les sirve a muy pocos.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 03/05/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

No hay un momento de sosiego. El carácter explosivo de Javier Milei –recuérdese lo señalado en esta columna hace dos semanas sobre los rasgos de su personalidad compatibles con el llamado trastorno explosivo intermitente– no cesa. “La tienen adentro”, fue la expresión que utilizó el Presidente para referirse a sus críticos durante su discurso ante hombres y mujeres de negocios en la edición 2025 de la exposición de Economía, Finanzas e Inversiones. La riña es con todos, incluidos los propios. En esa cercanía se ubican los embates contra Mauricio Macri, quien, con gesto de hartazgo, le salió a contestar con un torpedo: “No subieron un solo lugar en el ranking de transparencia”, dijo en tono fulmíneo.

Es claro que, los que en la cena de la Fundación Libertad, en la que coincidieron el expresidente y Santiago Caputo, se ilusionaron con la idea de que el tiempo de la beligerancia entre ellos había terminado, se equivocaron. La posibilidad de que el expresidente sea invitado nuevamente a la quinta de OIivos a comer milanesas con puré parece cada vez más lejana. Lo cierto es que, como consecuencia de las peleas entre Milei con Macri y las de este con Horacio Rodríguez Larreta, las encuestas están pronosticando un posible triunfo de Leandro Santoro en la elección de legisladores porteños. No parece que el Presidente haya hecho una apreciación correcta del impacto político negativo que esto tendría para su gobierno en medio de un ajuste que no cesa. “Ya sabíamos que lo de la Ciudad era inviable. Karina siempre quiso marcarle la cancha al PRO en su territorio, y el eslabón suelto de Larreta terminó apuntalando esa estrategia más allá de los resultados. El objetivo es mayor”, dijo una fuente de LLA que recorre la Legislatura porteña. Entre los empresarios la paciencia también está llegando a su límite, al menos en lo referente a la estrategia política del Gobierno: “No te podés dormir en los laureles de la estabilidad con un dólar que no le sirve a casi nadie. La reactivación debe ir mucho más allá de lo que se está viendo. Ya hemos tenido gobiernos encerrados en sí mismos y siempre se hace cuesta arriba”, se quejó un hombre de negocios.

"La tienen adentro", lanzó Milei a sus críticos ante un auditorio de hombres y mujeres de negocios.

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La estabilidad del precio del dólar –con el valor del blue por debajo del oficial–, un requisito fundamental para estabilizar la economía, ha transformado a la Argentina en un país caro –y en algunos rubros, muy caro– en dólares, algo negativo para el desarrollo económico. Se asiste así a la repetición de un fenómeno pendular que refleja los problemas estructurales de la economía vernácula que ningún gobierno, sea de la ideología que fuere, ha podido solucionar hasta aquí. Y, si esto no ocurre, asistiremos, una vez más, a la reiteración del pasado.

Consciente de esta situación, Luis Caputo salió el miércoles pasado a advertir a las automotrices que si rompían la confianza y aumentaban los precios de los autos cero kilómetro, el Gobierno usaría todas las herramientas disponibles para asegurar la defensa de los consumidores. La amenaza dio sus resultados. Solo dos automotrices cruzaron tímidamente esa línea. ¿Un émulo de Guillermo Moreno? ¿No era que el Estado no sirve para nada? Otra vez la Argentina pendular. La realidad no pasa ni por el Estado omnipresente con aires chavistas que pergeñó el kirchnerismo ni por su destrucción total. El Estado tiene un rol, y cuando lo cumple adecuadamente, la sociedad se beneficia. Un dato más: por primera vez desde 2008, Aerolíneas Argentinas dejará de pedir subsidios. Es decir que, bien administrada, la compañía estatal puede funcionar y ser rentable o, al menos, no convertirse en un agujero negro donde se dilapidan millones. Los principales factores que pusieron en riesgo la viabilidad de Aerolíneas fueron el kirchnerismo y el grupo de dirigentes sindicales que, durante muchos años, se apropiaron de la empresa y la llevaron a un virtual estado de quiebra. La aerolínea de bandera fue un refugio para militantes de La Cámpora y un sostén de privilegios para lo peor de la diligencia tanto política como gremial.

El jefe de Gabinete tuvo que salir a aclarar hasta dónde llega la autoridad del asesor Santiago Caputo.

El Gobierno no se equivocó en ese aspecto de la batalla cultural, pero, sin dudas, erró el tiro en tantos otros. No se puede generar enemigos sistemáticamente de forma tal que ni siquiera se suban peldaños en la cohesión interna. Salvo en un selecto grupo de hombres ligados al Ministerio de Economía, hay –en todas las áreas de gobierno– una parálisis provocada por el temor a las cuitas y rencillas internas. “He tenido que generar reuniones fuera de mi oficina para no despertar suspicacias en otros sectores del poder. Una forma muy incómoda y contraproducente de trabajar. Desde las decisiones importantes hasta las más triviales, todo debe pensarse tres o cuatro veces por temor al qué dirán”, reconoció un funcionario todavía sorprendido. Los apuntados son siempre los mismos: Santiago Caputo y Karina Milei. El propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, tuvo que salir a aclarar hasta dónde llegaba la autoridad del asesor estrella, respecto de su propia persona.

En la misma línea, los ataques constantes a la prensa no hacen más que recordar a lo peor del kirchnerismo. Alguien debería señalarle al Presidente que la ciudadanía votó otra cosa.

Mientras tanto, la pobre dinámica política actual continúa dándole un respiro al oficialismo. La única razón por la cual aún no se ha cerrado un acuerdo con la oposición dialoguista –en especial con el PRO– en la provincia de Buenos Aires es la división interna del peronismo, el kirchnerismo y La Cámpora que tiene su máxima expresión en la pelea entre Axel Kicillof y CFK. Llegó la hora del destete y ambos ya se encuentran haciendo campaña por separado. El propio Milei debería tomar cartas en el asunto y dejar de dar ventajas en un territorio mayormente hostil y difícil de domar con motosierra, como el conurbano profundo. La cuenta regresiva ha comenzado.




domingo, 20 de abril de 2025

Dominado por la Furia... @dealgunamanera...

Dominado por la furia…

El desempleado del mes, Milei. Dibujo: Pablo Temes. 

El equipo económico dio muestras de carácter. Es tiempo ahora de que Milei frene sus arranques. 

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 19/04/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Ni aún en los momentos de logros indiscutibles hay paz en los espíritus y en las mentes de los que constituyen el Triángulo de Hierro instalado en la cúpula del poder. Por si algún distraído no lo supiera, estamos hablando de Javier Milei, de su hermana Karina y de Santiago Caputo. No importa cuál sea el hecho y la circunstancia, todo es bienvenido para generar disputas tanto con los adversarios como así también entre los mismos integrantes del oficialismo.

Dominado por la euforia causada por la decisión del Fondo Monetario Internacional de concretar el préstamo de 20 mil millones de dólares que le permitió al Gobierno dar comienzo al proceso de progresivo levantamiento del cepo, y por una incontenible verborragia, el Presidente se dedicó en sus apariciones mediáticas del lunes pasado –una entrevista con Luis Majul y otra muy extensa con Alejandro Fantino– a descalificar y a agredir a políticos, economistas y algunos de los periodistas que osaron discrepar y/o criticar aspectos de la gestión. Esto –que ya no sorprende– se ha transformado lamentablemente en parte de un folklore que deja al descubierto –una vez más– un aspecto patológico de su personalidad que, con sus expresiones agresivas y sus reacciones de furia, exhibe rasgos que bien podrían ser compatibles con algunas de las manifestaciones de conductas que corresponden a lo que se conoce como trastorno explosivo intermitente.

El presidente se dedicó esta semana a agredir periodistas y economistas, sus blancos predilectos.

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Las consecuencias políticas negativas de esta conducta disruptiva ya tuvieron una primera evidencia en la elección a constituyentes del último domingo en la provincia de Santa Fe. Hubo no sólo una ausencia absoluta de voluntad para acordar con el gobernador Maximiliano Pullaro y con el PRO, sino también entre Karina Milei y Santiago Caputo para consensuar candidaturas. Conclusión: el Gobierno, que pudo haber sido parte de una coalición victoriosa, debió morder el polvo de la derrota. De cara al futuro, lo mismo podría estar ocurriendo en la Ciudad de Buenos Aires, en donde la falta de acuerdos entre La Libertad Avanza y el PRO le está abriendo el camino a una posible victoria al candidato del kirchnerismo, el radical K Leandro Santoro. Algo impensado hace no mucho tiempo atrás. Lo mismo sucederá en la provincia de Buenos Aires, si no se alcanzan los acuerdos entre el oficialismo y el PRO. Por si alguien no lo recuerda, eso ya pasó en 2023 cuando Néstor Grindetti y Carolina Píparo se negaron a unir fuerzas en pos de obtener una victoria que era segura, regalándole así la elección a Axel Kicillof. No aprenden.

Lo increíble de todo esto es que Milei no se dé cuenta de lo ilógico que es conducir a sus candidatos a una derrota y de lo nocivo que eso sería para el futuro de su gobierno. En efecto, un fracaso electoral en la Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires a manos del kirchnerismo afectaría severamente la fortaleza política del oficialismo. Le impediría, además, sumar legisladores en ambas Cámaras del Congreso, algo que necesita imperiosamente para revertir su situación de extrema debilidad que, de prolongarse, lo alejaría de cualquier posibilidad de obtener las leyes que necesita para continuar con las medidas que precisa implementar a fin de seguir adelante con su programa de gobierno. “Todos los logros obtenidos hasta aquí, han sido bajo esta misma mecánica de manejo del poder. Mal no nos ha ido” –retrucó una alta fuente de La Libertad Avanza. Lo que no debería olvidar el oficialismo es que, con o sin acuerdos rubricados de manera formal, el PRO de Mauricio Macri los apuntaló en distintas oportunidades. La paciencia tiene un límite y nadie puede prever si la oposición dialoguista seguirá acompañando de la misma manera. Por las dudas, los libertarios mantienen en alto su plan de seducción para pintar de violeta a todo el que se le cruce.

El PRO de Mauricio Macri apuntaló el déficit político libertario: la paciencia tiene un límite.

A pesar de sus conductas dañinas para la construcción política, el Gobierno es pragmático. La primera semana de apertura del cepo cambiario trajo los resultados que el Presidente y su equipo económico esperaban. El régimen cambiario anunciado con una flotación entre bandas de mil pesos y $ 1.400 no ha tenido sobresaltos. El lunes, primera prueba sin cepo para los ahorristas, el dólar oficial subió 12% y cerró en $ 1.230. El martes se mantuvo alrededor de ese valor para luego cerrar el miércoles a la baja a $ 1.160. Es decir, bastante más cerca de la banda inferior. Los supermercadistas –grandes cadenas, mayoristas, pero también pequeños almacenes– hicieron sonar las alarmas al recibir listas de precios que contenían aumentos desmedidos, incluso antes de que hubieran trascendido los valores reales de la divisa norteamericana. Avisaron que no estaban dispuestos a convalidar las subas de precios impulsadas por las empresas alimenticias. 

Discretamente, desde la Secretaría de Comercio habían operado para lograr la ayuda de los hombres vinculados al retail. Incluso el propio Luis Caputo salió a celebrar la medida en la red social X. Las empresas apuntadas fueron Molinos y Unilever. La presión surtió efecto y volvieron sobre sus pasos. El Gobierno se plantó e hizo valer su poder de control con éxito. El Presidente y sus funcionarios deberían darse cuenta que la intervención del Estado de forma adecuada y sin abuso de poder no es algo de lo que deban arrepentirse. Una cosa es el Estado bobo, cuna de militantes y fuente de corrupción de los tiempos del kirchnerismo. Inaceptable; otra muy distinta es condenar al Estado de antemano haciéndolo responsable de todos los males del país.

El equipo económico ha dado una muestra de carácter. Ahora, es necesario que el Triángulo de Hierro pueda calibrar sus arranques de furia y de euforia para reaccionar en su justa medida a los desafíos que demanda el ejercicio del poder.




 

domingo, 13 de abril de 2025

Euforia que no se entiende... @dealgunamanera...

Euforia que no se entiende...


Furia. Dibujo: Pablo Temes

Recibir otro préstamo del FMI no es algo para celebrar, salvo por la inminencia del abismo. El levantamiento del cepo y la devaluación. 

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 12 de abril de 2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.



Fue un viernes febril, de esos a los que la Argentina parece estar destinada a vivir con una periodicidad demasiado frecuente. Se aunaron dos anuncios significativos: a las 4 de la tarde, el del índice de inflación y, una hora después, el del desembolso del Fondo Monetario Internacional junto al comienzo del levantamiento del cepo.

Para este último, hubo una puesta en escena prolijamente diseñada. Primero la comunicación de la noticia y la posterior larga conferencia de prensa del ministro de Economía, Luis Caputo, y del presidente del Banco Central, Santiago Bausilli; después, la foto de familia en la Casa Rosada, y finalmente, la del discurso de Javier Milei por la cadena nacional de radio y televisión.

El Gobierno necesitaba –sí o sí– concretar este acuerdo con el FMI lo antes posible. La incertidumbre causada por la demora en su concreción le vino significando al Banco Central una hemorragia de dólares que no paraba. Salvo una o dos jornadas, en los últimos quince días, tuvo que salir a vender, con lo que las reservas de la entidad cayeron por debajo de los 25 mil millones de dólares. La escasez de billetes de la divisa estadounidense se venía agravando por la poca liquidación de los exportadores en estos meses, que son claves. Era un secreto a voces que un levantamiento del cepo iba a generar automáticamente un fenómeno de inestabilidad que, consecuentemente, podría llevar a una posible devaluación. Esa incógnita se va a comenzar a develar no bien se abran los mercados en la mañana del lunes. Pero, bajo las condiciones actuales de la llamada fase 3 del plan económico del Gobierno, con una flotación sucia controlada por el BCRA, es poco probable que suceda. Lo que es concreto es que ya no existirá más el dólar blue sino que el valor de la divisa dependerá de lo que fije el juego entre la oferta y la demanda, es decir, el mercado.

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En este punto es importante señalar que el levantamiento del cepo es parcial. No hay dólares para todos, en especial, para las empresas. Por lo tanto, quienes podrán operar con total libertad serán las personas humanas, es decir, cada uno de nosotros. Eso es claramente un limitante que asegura que no habrá una avalancha de compradores de grandes sumas de dólares. Por otra parte, la gran mayoría de la sociedad llega con lo justo a fin de mes y lejos está de pensar en variables de ahorro; más bien está preocupada por su subsistencia. El aumento en la inflación de marzo, empujada por la suba del precio de los alimentos, es una muestra de ello. El otro aspecto que habrá que tener en cuenta es el impacto que la medida tendrá en las importaciones.

El Gobierno necesitaba cerrar el acuerdo por la hemorragia de dólares del BCRA

Es menester subrayar la importancia de dos factores que se combinaron para acelerar la concreción de este acuerdo del cual tanto dependía el oficialismo: el primero es la magnitud del ajuste con el consecuente superávit fiscal; el segundo es la estrecha relación entre Javier Milei y Donald Trump. Eso se verá reflejado mañana durante el encuentro que mantendrá el secretario del Tesoro –equivalente al ministro de Economía– de los Estados Unidos, Scott Bessent, tanto con el Presidente como con Caputo.

En medio de tanta euforia en el Gobierno –en verdad hay que señalar que recibir un préstamo del FMI no es algo para festejar– es importante hacer dos observaciones: la primera, que, más tarde o más temprano, el préstamo habrá que devolverlo; la segunda, que el FMI puso tres condiciones que deberán implementarse a lo largo de lapsos futuros: la reforma previsional, del sistema de coparticipación y del sistema tributario, metas para las que el oficialismo va a necesitar acuerdos políticos que hoy no se ven en el horizonte.

Volviendo a lo inmediato, hay en el fondo –como siempre– un tema de confianza. El anuncio del Gobierno parece acertado y lanzado justo a tiempo. Sin embargo, el éxito de esta tercera fase, que comenzará concretamente el lunes, dependerá de la reacción y del acompañamiento de los distintos actores de la economía.

El campo había anticipado que aumentaría el ritmo de liquidación de la cosecha entrado el mes de abril. Fuentes del sector señalaron que “habrá una lógica prudencia al principio pero el aporte de divisas llegará más temprano que tarde” y aseguraron que “el Gobierno está dando pasos en la dirección correcta”.

El empresariado en general y el sector industrial en particular deberían meditar sus próximos pasos pensando en el bienestar general. Son el eslabón fundamental para darle sustento real a la actividad económica. La historia ha dado muestras suficientes de su mezquindad. En años de la Alianza le soltaron la mano a Ricardo López Murphy cuando les planteó la posibilidad de tener que salir a competir abiertamente y esbozó sus planes de ajuste, infinitamente menores a los que está llevando a cabo el gobierno nacional. Algunos fueron cómplices con su silencio en los años del despilfarro kirchnerista y posteriormente abandonaron a su suerte a Mauricio Macri a pesar de ser considerado “uno de los suyos”. Al ingeniero le dieron de beber de su propia medicina. “Acompañaremos en la medida de lo posible pero nos preocupan los desplantes grandilocuentes y la falta de equipos. Salvo la cúpula de Economía y del Banco Central, no hay en el Gobierno cuadros formados en gestión y eso se nota”, resumió un empresario del sector alimentario.

Del otro lado de la ecuación, la dirigencia gremial sigue demostrando no estar a la altura de las demandas sociales. Priman en la cúpula de la desprestigiada CGT las internas y los intereses partidarios. La tenue movilización y el paro llevados a cabo los días miércoles y jueves fueron una muestra cabal de su falta de liderazgo. La gente les dio la espalda y salió a trabajar como lo hace cada día para ganarse el sustento. Nadie come vidrio y la sociedad se ha hartado de seguirles el juego a los sindicalistas millonarios, que solo quieren conservar sus privilegios. La distancia con el trabajador de a pie y la crisis de legitimidad es total.

Cada uno de los sectores de la dirigencia política, gremial y empresarial debería replantearse su rol en una argentina que ya no tolera la falta de empatía.

Reportaje al Dr. Nelson Castro por Ernesto Tenembaun (Septiembre 2024)



domingo, 6 de abril de 2025

Milei no aprendió la lección... @dealgunamanera...

Milei no aprendió la lección...

“Hay que pegarle al chancho... para que aparezca el dueño”. Dibujo: Pablo Temes.

El Presidente no comprendió la dimensión política de la derrota en el Senado de sus candidatos al máximo tribunal de Justicia. 

©Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 05/04/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Fue la crónica de una estrepitosa derrota anunciada. No es la primera vez que algo así le sucede al Gobierno. Ya había ocurrido en marzo de 2024 con el primer proyecto de “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”. Evidentemente, Javier Milei no aprendió la lección. Y, lo que es peor, no comprendió la dimensión política de una derrota de la contundencia que sufrió el jueves pasado cuando, por amplia mayoría, el Senado rechazó las postulaciones a ministros de la Corte Suprema de Justicia del Dr. Ariel Lijo y del Dr. Manuel García-Mansilla. Lijo se quedará, pues, en su cargo de juez federal de la Nación a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 4. García-Mansilla, a quien el Gobierno le pide que continúe en el cargo y “no se deje operar” (sic), hizo saber que va a consultar a los otros tres ministros de la Corte sobre qué conducta adoptar respecto de su continuidad en el cuerpo. Uno de ellos, el Dr. Ricardo Lorenzetti, ni lerdo ni perezoso ya le hizo saber su opinión. Lo hizo en la entrevista que le concedió a Eduardo Feinmann en su programa en radio Mitre.

Dijo allí que él no hubiera aceptado ser miembro del Alto Tribunal si hubiese sido nombrado por decreto. A buen entendedor, pocas palabras. García-Mansilla debería renunciar a su cargo de ministro de la Corte Suprema en comisión e irse a su casa. Recuperaría así algo de la dignidad que perdió al aceptar ser nombrado por medio de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), designación que, según él mismo expresó ante la Comisión de Acuerdos del Senado, “no hubiera aceptado”. Pero lo hizo.

Fue la primera vez desde la recuperación de la democracia –en diciembre de 1983– que los pliegos de los postulantes a miembros de la Corte propuestos por el Poder Ejecutivo son rechazados. Los números de la votación en la Cámara alta fueron contundentes: el pliego del juez Lijo obtuvo 27 votos a favor y 43 en contra, mientras que al de García- Mansilla le fue aún peor: lo votaron solo veinte senadores y lo rechazaron 51. Para ese rechazo concurrieron no solo la mayoría de los senadores kirchneristas, sino también un puñado de legisladores del PRO y la UCR. La política vernácula da para todo.

El Presidente ve conspiraciones por todos lados y cree que estas derrotas lo fortalecen. Está absolutamente equivocado. Es exactamente al revés. Todo el proceso de estas nominaciones frustradas, que comenzó en abril de 2024, les ha hecho un daño enorme tanto a él como a su gobierno. Es un daño autoinfligido y, por ende, carente de lógica.

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Lo que tampoco entendió el Presidente es que la designación por decreto de Lijo y García-Mansilla abría un cauce institucional peligrosísimo para el sistema republicano y para la independencia del Poder Judicial. Imaginemos lo catastrófico que hubiera sido que Cristina Fernández de Kirchner, en su apogeo en el poder, hubiese apelado a esta metodología de nombrar a jueces en comisión para cubrir no solo las vacantes en la Corte, sino también en el resto de los juzgados. La respuesta es muy simple: hubiera habido una colonización de la Justicia con una troupe de jueces militantes pertenecientes a ese engendro kirchnerista llamado pomposamente Justicia Legítima que habrían convertido a la Argentina en un espejo de la Venezuela chavista.

Desde ese punto de vista, el rechazo de los pliegos de García Masilla y Lijo sienta un antecedente jurídico de una gran importancia para el futuro a fin de que, en el caso de que a algún otro presidente se le ocurriera querer nombrar jueces por decreto, se lo pueda impedir. Lo increíble es que esto haya sido consecuencia del voto conjunto del PRO, la UCR y el kirchnerismo. Ver al kirchnerismo preocupado en defender los valores republicanos constituye un verdadero oxímoron político.

Tampoco Milei entendió que la designación de los dos jueces por vía de un decreto minaba el concepto de seguridad jurídica y encendía una alerta para los inversores, a los que el Gobierno está queriendo atraer y de los cuales tiene creciente necesidad. Sin esas inversiones, no hay éxito posible para este ni para cualquier gobierno futuro.

La economía sigue estando en el centro de la problemática del Gobierno y de la gente.

Las explosivas medidas arancelarias impuestas por Donald Trump han detonado la economía mundial. La guerra comercial que se ha abierto genera una incertidumbre de dimensiones mayúsculas y de consecuencias imprevisibles. Muy probablemente el mundo entero se encarecerá.

Para el gobierno argentino, estas medidas son malas noticias: el riesgo país aumentó casi 300 puntos en las últimas dos semanas y el dólar blue sigue su marcha ascendente a pesar de las ventas del Banco Central. Esto aleja la posibilidad de levantar el cepo.

Había la expectativa de que el Presidente volviera de su viaje relámpago por los Estados Unidos con dos logros: el primero, la foto con Trump; el segundo, la rebaja de aranceles a diversos productos argentinos. No obtuvo ninguno de los dos. Martín Menem salió rápidamente el viernes a desmentir el tema de la foto. Creer que una foto entre los dos mandatarios por sí sola cambia algo es una fantasía. Pero lo cierto es que el Gobierno buscó afanosamente ese cuadro. Veremos si con el correr de los días, las gestiones por la reducción de aranceles dan sus frutos o terminan siendo puro humo.

Otra ingenuidad se desprende de la creencia de que la simpatía personal que le prodigó el hombre más poderoso del mundo –y que es cierta– le dará vía libre para todo. Donald Trump enfrentará de ahora en más sus propios y mayúsculos problemas y, si bien su voluntad de ayudar a la Argentina es palpable, también es cierto que en el nuevo escenario mundial no tiene a nuestro país entre sus prioridades.

En paralelo a lo que pasa en los mercados, está lo que le pasa al bolsillo de los argentinos. Y lo que le pasa es que los productos de la canasta básica siguen aumentando. A la leche, la carne, los huevos, las verduras y las frutas, se les agrega ahora el pan y la suba en el pago de los servicios. Así las cosas, la posibilidad de que el índice de inflación perfore el piso del 2% mensual se aleja.

Ante el escenario local, varios economistas han advertido que América del Sur debe prepararse para lidiar con los coletazos de las medidas del presidente de los Estados Unidos. Lo han hecho en términos dramáticos: “De continuar por este camino, el mundo y nuestra región sufrirán consecuencias similares al colapso de la década del 30”. Más claro, agua.




domingo, 23 de marzo de 2025

El ruido y la furia...

Sanguijuela protocolis bullrichense. Dibujo: Pablo Temes

La moda de generar estrépito “garpa” a una clase política que no se cansa de escandalizar, naturalizando la peor cara del Parlamento.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 22/03/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Semana de victorias políticas para el Gobierno. Las dos ocurrieron el miércoles en una geografía reducida de no más de diez cuadras en el barrio del Congreso. Una de ellas sucedió en el edificio legislativo, donde la Cámara de Diputados aprobó el DNU que autoriza el acuerdo que el oficialismo busca con obsesión con el Fondo Monetario Internacional. Sin ese acuerdo será imposible alcanzar la cantidad suficiente de dólares que se requieren para levantar el cepo. La otra, ocurrió con la manifestación que se movilizó en la zona de la Plaza y de la Avenida de Mayo. No hubo nada de la violencia que se había visto una semana atrás. La marcha de apoyo a los jubilados –de escuálida concurrencia y escasa en adultos mayores– transcurrió en orden y sin violencia.

La sesión de la Cámara baja fue –lisa y llanamente– un bochorno. No es la primera vez que lo que protagonizan los diputados es escandaloso. Tampoco será la última. La moda ahora parece ser generar hechos que produzcan estrépito, aunque carentes de sustancia política. En ese ranking de penosa notoriedad, el miércoles pasado “sobresalieron” los cruces entre el presidente de la Cámara, Martín Menem, con el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, el megáfono verde de la diputada Marcela Pagano, la “finura” de la diputada Cecilia Moreau, exigiéndole al presidente de la Cámara que “no la pelotudee” (sic), la súbita muestra de “amor” del diputado Lisandro Almirón hacia el diputado Oscar Zago, con el que se había tomado a golpes de puño hace una semana, y un largo etcétera de actitudes propias de un reñidero. Es evidente que, los que vinieron a terminar con la casta, han terminado por adoptar varias de sus formas.

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Más allá de lo que pasó en el Congreso, la indefinición acerca de cuándo se firmará el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, de qué monto será el préstamo, de qué manera se desembolsará y qué dirá la letra chica generaron en la semana una turbulencia que afectó sensiblemente el mercado cambiario, hecho que obligó al Banco Central a desprenderse de reservas. Desde el viernes 14 debió vender más de mil millones de dólares. He ahí un problema, porque la falta de reservas es lo que está impidiendo el levantamiento del cepo, algo que el Gobierno necesita implementar lo antes posible. “El acuerdo se cerrará a mediados de abril”, dijo MiIei el jueves pasado a la agencia Bloomberg. Sin embargo, los conocedores de los procedimientos y los tiempos del FMI albergan muy serias dudas sobre la factibilidad de concretar ese anuncio en fechas tan tempranas.

La inestabilidad cambiaria llevó al ministro de Economía, Luis Caputo, a aparecer en el programa de Antonio Laje por A24. Fue una mala decisión. ¿Habrá sido suya o de algunos de los “cráneos” que rodean al Presidente? Lo cierto es que las imprecisiones de sus respuestas generaron más incertidumbre que certezas. Eso fue lo que evidenciaron el aumento del dólar blue y del riesgo-país. Cuando no hay nada para comunicar, es mejor no exponerse. Sentido común, más allá de la necesidad imperiosa de ganar tiempo.

Los liderazgos pasados de moda de ambos extremos del abismo están en crisis.

Un párrafo aparte merece la actitud mezquina de gran parte de la oposición dura –con el kirchnerismo a la cabeza– que buscó truncar el apoyo legislativo para el desembolso del Fondo. Permitirle a un gobierno, que lleva poco más de un año hacerse de los fondos necesarios para terminar de estabilizar la política económica, es lo menos que pueden hacer si verdaderamente quieren colaborar con el futuro del pais. Más aún cuando se trata de un gobierno que, en poco tiempo, está logrando revertir los descalabros inflacionarios, financieros y fiscales que Sergio Massa, Cristina Fernández y Alberto Fernández –en ese orden– le dejaron de herencia a todos los argentinos en forma de tormenta perfecta. Se trata de una realidad objetiva que nadie puede negar y aquí entramos en un nuevo problema que afecta a la dirigencia política y a la sociedad toda: a casi nadie le importa la verdad y la promoción de su prójimo. Cuando en el recinto del Congreso diputados y senadores elegidos para desempeñar funciones legislativas se trenzan en peleas estériles de tinte partidario para sacar rédito con acciones desmedidas de alto impacto mediático, la verdad y el bienestar de la población pasan a un segundo plano. En un año electoral esto parece ser moneda corriente aunque no debería. El problema de este tipo de politiquería propia de una verdadera casta es que, ante la incapacidad del ejercicio del respeto y el diálogo hacia un otro, la reflexión y la verdadera construcción política en pos del progreso ciudadano se esfuman. Hacia fines del año 2016 se había vuelto a poner de moda el término “posverdad”. Tanto es así que un año después la Real Academia Española incluyó el término en su diccionario: Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Más claro, agua. La argentina ha vuelto a atrasar diez años –en el mejor de los casos–. Para los que siguen jugando a la grieta es también un llamado de atención.

Los liderazgos pasados de moda de ambos extremos del abismo están en crisis. Teléfono para Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner, ambos exponentes de un enfrentamiento estéril que no ha sabido dejar descendencia política duradera. Javier Milei es perfectamente consciente de este escenario y se entretiene jugando con el pasado, presa de la tentación de acabar con CFK de un lado y jubilar a Mauricio Macri del otro. El PRO se sostiene como puede en la Ciudad de Buenos Aires con un Jorge Macri carente de liderazgo. Juntos por el Cambio no existe más y difícilmente pueda reeditarse. Pero el Presidente Milei y su entorno deberían saber que nunca, jamás, por ningún motivo, se puede decir lo mismo del peronismo.