viernes, 25 de marzo de 2022

(001) Libro Nunca Más. Prólogo... @dealgunamaneraok

Nunca Más

Informe final de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas o simplemente Nunca Más es un libro que recoge el informe emitido por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas respecto a las desapariciones ocurridas en la Argentina durante la dictadura militar. 

Fecha de publicación original: 1984

Autor: Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas

Tema(s): Detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado en Argentina

PRÓLOGO

Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda, fenómeno que ha ocurrido en muchos otros países. Así aconteció en Italia, que durante largos años debió sufrir la despiadada acción de las formaciones fascistas, de las Brigadas Rojas y de grupos similares. Pero esa nación no abandonó en ningún momento los principios del derecho para combatirlo, y lo hizo con absoluta eficacia, mediante los tribunales ordinarios, ofreciendo a los acusados todas las garantías de la defensa en juicio; y en ocasión del secuestro de Aldo Moro, cuando un miembro de los servicios de seguridad le propuso al General Della Chiesa torturar a un detenido que parecía saber mucho, le respondió con palabras memorables: «Italia puede permitirse perder a Aldo Moro. No, en cambio, implantar la tortura » .

No fue de esta manera en nuestro país: a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos.

Nuestra Comisión no fue instituida para juzgar, pues para eso están los jueces constitucionales, sino para indagar la suerte de los desaparecidos en el curso de estos años aciagos de la vida nacional. Pero, después de haber recibido varios miles de declaraciones y testimonios, de haber verificado o determinado la existencia de cientos de lugares clandestinos de detención y de acumular más de cincuenta mil páginas documentales, tenemos la certidumbre de que la dictadura militar produjo la más grande tragedia de nuestra historia, y la más salvaje. Y, si bien debemos esperar de la justicia la palabra definitiva, no podemos callar ante lo que hemos oído, leído y registrado; todo lo cual va mucho más allá de lo que pueda considerarse como delictivo para alcanzar la tenebrosa categoría de los crímenes de lesa humanidad. Con la técnica de la desaparición y sus consecuencias, todos los principios éticos que las grandes religiones y las más elevadas filosofías erigieron a lo largo de milenios de sufrimientos y calamidades fueron pisoteados y bárbaramente desconocidos.

Son muchísimos los pronunciamientos sobre los sagrados derechos de la persona a través de la historia y, en nuestro tiempo, desde los que consagró la Revolución Francesa hasta los estipulados en las Cartas Universales de Derechos Humanos y en las grandes encíclicas de este siglo. Todas las naciones civilizadas, incluyendo la nuestra propia, estatuyeron en sus constituciones garantías que jamás pueden suspenderse, ni aun en los más catastróficos estados de emergencia: el derecho a la vida, el derecho a la integridad personal, el derecho a proceso; el derecho a no sufrir condiciones inhumanas de detención, negación de la justicia o ejecución sumaria.

De la enorme documentación recogida por nosotros se infiere que los derechos humanos fueron violados en forma orgánica y estatal por la represión de las Fuerzas Armadas. Y no violados de manera esporádica sino sistemática, de manera siempre la misma, con similares secuestros e idénticos tormentos en toda la extensión del territorio. ¿Cómo no atribuirlo a una metodología del terror planificada por los altos mandos? ¿Cómo podrían haber sido cometidos por perversos que actuaban por su sola cuenta bajo un régimen rigurosamente militar, con todos los poderes y medios de información que esto supone? ¿Cómo puede hablarse de «excesos individuales» ? De nuestra información surge que esta tecnología del infierno fue llevada a cabo por sádicos pero regimentados ejecutores. Si nuestras inferencias no bastaran, ahí están las palabras de despedida pronunciadas en la Junta Interamericana de Defensa por el jefe de la delegación argentina, General Santiago Omar Riveros, el 24 de enero de 1980: «Hicimos la guerra con la doctrina en la mano, con las órdenes escritas de los Comandos Superiores» . Así, cuando ante el clamor universal por los horrores perpetrados, miembros de la Junta Militar deploraban los «excesos de la represión, inevitables en una guerra sucia» , revelaban una hipócrita tentativa de descargar sobre subalternos independientes los espantos planificados.

Los operativos de secuestro manifestaban la precisa organización, a veces en los lugares de trabajo de los señalados, otras en plena calle y a la luz del día, mediante procedimientos ostensibles de las fuerzas de seguridad que ordenaban «zona libre» a las comisarías correspondientes. Cuando la víctima era buscada de noche en su propia casa, comandos armados rodeaban la manzanas y entraban por la fuerza, aterrorizaban a padres y niños, a menudo amordazándolos y obligándolos a presenciar los hechos, se apoderaban de la persona buscada, la golpeaban brutalmente, la encapuchaban y finalmente la arrastraban a los autos o camiones, mientras el resto de comando casi siempre destruía o robaba lo que era transportable. De ahí se partía hacia el antro en cuya puerta podía haber inscriptas las mismas palabras que Dante leyó en los portales del infierno: «Abandonad toda esperanza, los que entráis» .

De este modo, en nombre de la seguridad nacional, miles y miles de seres humanos, generalmente jóvenes y hasta adolescentes, pasaron a integrar una categoría tétrica y fantasmal: la de los Desaparecidos. Palabra - ¡triste privilegio argentino! - que hoy se escribe en castellano en toda la prensa del mundo.

Arrebatados por la fuerza, dejaron de tener presencia civil. ¿Quiénes exactamente los habían secuestrado? ¿Por qué? ¿Dónde estaban? No se tenía respuesta precisa a estos interrogantes: las autoridades no habían oído hablar de ellos, las cárceles no los tenían en sus celdas, la justicia los desconocía y los habeas corpus sólo tenían por contestación el silencio. En torno de ellos crecía un ominoso silencio. Nunca un secuestrador arrestado, jamás un lugar de detención clandestino individualizado, nunca la noticia de una sanción a los culpables de los delitos. Así transcurrían días, semanas, meses, años de incertidumbres y dolor de padres, madres e hijos, todos pendientes de rumores, debatiéndose entre desesperadas expectativas, de gestiones innumerables e inútiles, de ruegos a influyentes, a oficiales de alguna fuerza armada que alguien les recomendaba, a obispos y capellanes, a comisarios. La respuesta era siempre negativa.

En cuanto a la sociedad, iba arraigándose la idea de la desprotección, el oscuro temor de que cualquiera, por inocente que fuese, pudiese caer en aquella infinita caza de brujas, apoderándose de unos el miedo sobrecogedor y de otros una tendencia consciente o inconsciente a justificar el horror: «Por algo será» , se murmuraba en voz baja, como queriendo así propiciar a los terribles e inescrutables dioses, mirando como apestados a los hijos o padres del desaparecido. Sentimientos sin embargo vacilantes, porque se sabía de tantos que habían sido tragados por aquel abismo sin fondo sin ser culpable de nada; porque la lucha contra los «subversivos» , con la tendencia que tiene toda caza de brujas o de endemoniados, se había convertido en una represión demencialmente generalizada, porque el epíteto de subversivo tenía un alcance tan vasto como imprevisible. En el delirio semántico, encabezado por calificaciones como «marxismo-leninismo» , «apátridas» , «materialistas y ateos» , «enemigos de los valores occidentales y cristianos» , todo era posible: desde gente que propiciaba una revolución social hasta adolescentes sensibles que iban a villas-miseria para ayudar a sus moradores. Todos caían en la redada: dirigentes sindicales que luchaban por una simple mejora de salarios, muchachos que habían sido miembros de un centro estudiantil, periodistas que no eran adictos a la dictadura, psicólogos y sociólogos por pertenecer a profesiones sospechosas, jóvenes pacifistas, monjas y sacerdotes que habían llevado las enseñanzas de Cristo a barriadas miserables. Y amigos de cualquiera de ellos, y amigos de esos amigos, gente que había sido denunciada por venganza personal y por secuestrados bajo tortura. Todos, en su mayoría inocentes de terrorismo o siquiera de pertenecer a los cuadros combatientes de la guerrilla, porque éstos presentaban batalla y morían en el enfrentamiento o se suicidaban antes de entregarse, y pocos llegaban vivos a manos de los represores.

Desde el momento del secuestro, la víctima perdía todos los derechos; privada de toda comunicación con el mundo exterior, confinada en lugares desconocidos, sometida a suplicios infernales, ignorante de su destino mediato o inmediato, susceptible de ser arrojada al río o al mar, con bloques de cemento en sus pies, o reducida a cenizas; seres que sin embargo no eran cosas, sino que conservaban atributos de la criatura humana: la sensibilidad para el tormento, la memoria de su madre o de su hijo o de su mujer, la infinita vergüenza por la violación en público; seres no sólo poseídos por esa infinita angustia y ese supremo pavor, sino, y quizás por eso mismo, guardando en algún rincón de su alma alguna descabellada esperanza.

De estos desamparados, muchos de ellos apenas adolescentes, de estos abandonados por el mundo hemos podido constatar cerca de nueve mil. Pero tenemos todas las razones para suponer una cifra más alta, porque muchas familias vacilaron en denunciar los secuestros por temor a represalias. Y aun vacilan, por temor a un resurgimiento de estas fuerzas del mal.

Con tristeza, con dolor hemos cumplido la misión que nos encomendó en su momento el Presidente Constitucional de la República. Esa labor fue muy ardua, porque debimos recomponer un tenebrosos rompecabezas, después de muchos años de producidos los hechos, cuando se han borrado liberadamente todos los rastros, se ha quemado toda documentación y hasta se han demolido edificios. Hemos tenido que basarnos, pues, en las denuncias de los familiares, en las declaraciones de aquellos que pudieron salir del infierno y aun en los testimonios de represores que por oscuras motivaciones se acercaron a nosotros para decir lo que sabían.

En el curso de nuestras indagaciones fuimos insultados y amenazados por los que cometieron los crímenes, quienes lejos de arrepentirse, vuelven a repetir las consabidas razones de «la guerra sucia» , de la salvación de la patria y de sus valores occidentales y cristianos, valores que precisamente fueron arrastrados por ellos entre los muros sangrientos de los antros de represión. Y nos acusan de no propiciar la reconciliación nacional, de activar los odios y resentimientos, de impedir el olvido. Pero no es así: no estamos movidos por el resentimiento ni por el espíritu de venganza; sólo pedimos la verdad y la justicia, tal como por otra parte las han pedido las iglesias de distintas confesiones, entendiendo que no podrá haber reconciliación sino después del arrepentimiento de los culpables y de una justicia que se fundamente en la verdad. Porque, si no, debería echarse por tierra la trascendente misión que el poder judicial tiene en toda comunidad civilizada. Verdad y justicia, por otra parte, que permitirán vivir con honor a los hombres de las fuerzas armadas que son inocentes y que, de no procederse así, correrían el riesgo de ser ensuciados por una incriminación global e injusta. Verdad y justicia que permitirán a esas fuerzas considerarse como auténticas herederas de aquellos ejércitos que, con tanta heroicidad como pobreza, llevaron la libertad a medio continente.

Se nos ha acusado, en fin, de denunciar sólo una parte de los hechos sangrientos que sufrió nuestra nación en los últimos tiempos, silenciando los que cometió el terrorismo que precedió a marzo de 1976, y hasta, de alguna manera, hacer de ellos una tortuosa exaltación. Por el contrario, nuestra Comisión ha repudiado siempre aquel terror, y lo repetimos una vez más en estas mismas páginas. Nuestra misión no era la de investigar sus crímenes sino estrictamente la suerte corrida por los desaparecidos, cualesquiera que fueran, proviniesen de uno o de otro lado de la violencia. Los familiares de las víctimas del terrorismo anterior no lo hicieron, seguramente, porque ese terror produjo muertes, no desaparecidos. Por lo demás el pueblo argentino ha podido escuchar y ver cantidad de programas televisivos, y leer infinidad de artículos en diarios y revistas, además de un libro entero publicado por el gobierno militar, que enumeraron, describieron y condenaron minuciosamente los hechos de aquel terrorismo.

Las grandes calamidades son siempre aleccionadoras, y sin duda el más terrible drama que en toda su historia sufrió la Nación durante el periodo que duró la dictadura militar iniciada en marzo de 1976 servirá para hacernos comprender que únicamente la democracia es capaz de preservar a un pueblo de semejante horror, que sólo ella puede mantener y salvar los sagrados y esenciales derechos de la criatura humana. Únicamente así podremos estar seguros de que NUNCA MÁS en nuestra patria se repetirán hechos que nos han hecho trágicamente famosos en el mundo civilizado.

El propósito de esta publicación es sencillamente ejercer aquello que pregonamos desde siempre: "Hay que Sembrar Memoria para que no Crezca el Olvido".

ADVERTENCIA

Los casos que se mencionan en el presente Informe surgen del aporte testimonial y documental recibido, habiendo sido seleccionados con la sola intención de fundamentar y ejemplificar la exposición, la que a su vez resulta de la totalidad del material reunido, es decir, de la palabra de testigos directos de esos hechos. No se excluye la posibilidad de algún error, ni se descarta la existencia de muchos otros casos que pudieran ser mas ilustrativos para cumplir esa finalidad.

Respecto de las personas que aparecen nombradas por las funciones que desempeñaron, o incluidas ocasionalmente en la transcripción de testimonios que las involucran en hechos que puedan ser configurativos de delitos, esta Comisión Nacional no les asigna la responsabilidad que la referencia del caso pudiera sugerir, en tanto carece de facultades para ello y en razón de que tal facultad es privativa del Poder Judicial en el ordenamiento constitucional argentino.


domingo, 20 de marzo de 2022

Copa de la Liga Profesional. San Lorenzo 0 vs. Huracán 0... @dealgunamaneraok

San Lorenzo y Huracán no se sacaron diferencia en el duelo barrial...


Empataron sin goles en el Nuevo Gasómetro y no pudieron cortar las rachas adversas en el clásico barrial porteño más tradicional del fútbol argentino: el "Ciclón" lleva 8 partidos sin vencer al "Globo", que por su lado apenas ganó una vez en el estadio del Bajo Flores hace ya más de 20 años.
© Publicado el sábado 19/03/2022 por el Diario Jornada de la Ciudad de Trelew, Provincia del Chubut, República de los Argentinos.
San Lorenzo y Huracán no se sacaron ventajas e igualaron en cero en el clásico más "grande del mundo", en un cotejo entretenido disputado esta tarde en el estadio "Pedro Bidegain", en el marco de la séptima jornada de la Copa de la Liga Profesional.
Con este empate, San Lorenzo suma seis unidades en siete cotejos y se aleja de la zona de clasificación.
Por su parte, Huracán alcanzó los diez puntos y quedó fuera de los puestos clasificatorios.
El resultado dejó a San Lorenzo todavía lejos de los puestos de clasificación a la fase final en la zona A y, en cambio, a Huracán el punto lo acercó a la zona de arriba en el grupo B del certamen.

En la primera mitad ambos equipos fueron muy parejos, con un poco mas de tenencia de la pelota por parte de San Lorenzo.

El local avanzó por la izquierda con Gabriel Rojas, Fernández Mercau y Ricardo Centurión para abastecer a "Uvita" Fernández y Agustin Martegani; y por la derecha con los desbordes de Gino Peruzzi y Ezequiel Cerutti.

Huracán por su parte se basó en las jugadas que elaboraban Franco Cristaldo, Jhonatan Candia y Matías Coccaro.

Tanta fue la paridad que la etapa terminó siendo completamente aburrida, con apenas una jugada de riesgo: a los 22m Cerutti la oportunidad de abrir el marcador, pero el arquero Marcos Díaz contuvo el balón. Esa fue la "gran emoción" antes del descanso.

En el complemento San Lorenzo salió más decidido y al minuto gestó una jugada entre Gabriel Rojas y Martegani que terminó en la parte externa de la red del arco del "Globo".

La visita, en tanto, apostó a salir con alguna contra que encontrara mal parada a la defensa del equipo azulgrana.

Hubo, entonces, algunas jugadas de cierto riesgo frente a los arcos. San Lorenzo pudo ponerse en ventaja a los 15 minutos: Martegani construyó por el medio y asistió a Centurión por la derecha, que definió y la pelota rozó el palo derecho de Díaz

El propio "Ricky" Centurión a los 18 lo tuvo otra vez tras un nuevo pase de Martegani, pero el árbitro Merlos lo anuló por offside.

A los 41m casi se lo lleva Huracán: Candia tuvo el triunfo en sus pies y Torrico le ahogó el grito; y a los 46 Leguizamón también tuvo la victoria para el "Ciclón" y Díaz le tapó el balón exigido.

El 0 a 0 los terminó calificando, y lo más destacado prácticamente estuvo afuera de la cancha: como parte de los homenajes del club de Boedo enmarcados en el Mes de las Mujeres Trabajadoras, hoy la Voz del Estadio fue de la patinadora tricampeona del mundo (2015-2016-2017), Anabella Mendoz.

El "Ciclón" registra dos empates, tres derrotas y una victoria en las seis primeras fechas y le urge recuperar terreno en la tabla.

Huracán, en cambio, sigue al acecho y con este punto en la cancha de su eterno rival logró recuperarse de la dura caída en el Ducó ante Godoy Cruz de Mendoza en la jornada pasada.

San Lorenzo aventaja por 33 partidos al "Globo" con 77 victorias, 43 empates y 44 caídas en 164 encuentros en la era profesional.

En la próxima fecha, la octava, San Lorenzo recibirá en el Bajo Flores a Atlético Tucumán y Huracán viajará a la provincia de Santiago del Estero para medirse con Central Córdoba, ambos en día y horario a definir.

Síntesis:

San Lorenzo: 0 

Sebastián Torrico; Gino Peruzzi, Federico Gattoni, Cristian Zapata y Gabriel Rojas; Yeison Gordillo y Agustín Martegani; Ezequiel Cerutti, Ricardo Centurión y Nicolás Fernández Mercau; Nicolás "Uvita" Fernández. DT: Pedro Troglio.

Huracán: 0  

Marcos Díaz; Ismael Quilez, Fernando Tobio, Jonathan Galván y César Ibáñez; Santiago Hezze, Federico Fattori y Franco Cristaldo; Jhonatan Candia, Matías Coccaro y Rodrigo Cabral. DT: Frank Kudelka.

Cambios en el segundo tiempo: al inicio ingresó Malcom Braida por Cerutti (S); 13m Nicolás Blandi por "Uvita" Fernández (S); 16m Néstor Ortigoza por Fernández Mercau (S); 24m Mateo Bajamich por Cabral y Héctor Jonas Acevedo por Cristaldo (H); 41m Iván Leguizamon por Martegani (S); 43m Nicolás Cordero por Cana y Walter Pérez por Coccaro (H).

Amonestados: Ibañez, Galván, Bajamich (H); Fernández Mercau, Gordillo (S).

Árbitro: Andrés Merlos.

Estadio: Nuevo Gasómetro.



Posted: 20 Mar 2022 09:21 AM PDT © Patria Quemera

Se jugó el clásico de la ciudad de Buenos Aires y una multitud copó el estadio de San Lorenzo.  Obviamente sin el colorido de nosotros, los visitantes, pero con el calor de un partido jugado a dientes apretados.

Previamente se hablaba de un Huracán en mejores condiciones futbolísticas que su rival pero en la semana anterior las cosas habían cambiado porque nosotros perdimos y ellos ganaron.  Y todo había quedado en la duda de quien estaba mejor.  Y desde el comienzo, San Lorenzo fue el que quiso dominar las acciones ya que la posesión de la pelota fue casi de su exclusiva responsabilidad.  Huracán esperaba, ya que si bien el equipo salió mas retrasado que de costumbre, con sus líneas un poco más atrás, pero además por la presión de San Lorenzo que no permitía a los nuestros adelantarse.  Y ellos empezaron a llegar.  No era algo claro, no era contundente, era empuje y tener la pelota.  Nada más. Es que en realidad no tienen mucho, ya que dispusieron del control y nada, no pudieron concretar nada.

El segundo fue un calco hasta los 30, mas o menos.  Pero cuando un equipo trata y trata y no puede, empieza a frustrarse.  Y ahí apareció Huracán. Le robó la pelota, apretó desde el medio, frustró todos sus intentos con nuestra defensa y los delanteros tenían mas participación. Y tuvimos un par de llegadas y se notaba que los nuestros olían sangre y ellos aflojaban.  En ese momento creí que lo ganábamos. Las camisetas blancas copaban el césped y estaba ahí nomas… pero en una última jugada de ellos quedan cara a cara con Marcos y el arquero se juega la vida, recibiendo un corte en la cara y salvando las papas.  Final. Empate.

Me gustaron Marcos, Tobio y Fattori.  Esta vez flojos los uruguayos Candia Y Cóccaro, reconociendo que la pelota pasaba poco y nada por ese sector.

Un empate que me deja conforme con el desarrollo del juego pero con el convencimiento que si Huracán apretaba en el segundo tiempo un ratito antes, lo ganábamos.  Pero también me deja el no perder el clásico, ya tengo que hacer memoria para recordar cuando fue que nos ganaron por última vez.  El Nuevo Gasómetro era tierra prohibida pero la cosa cambió bastante y me deja tranquilo.

Matemáticamente bajamos, con la derrota del otro día y este empate, un poco en la tabla. Pero todavía nos muestra expectantes para lograr la clasificación, que es el objetivo final.

Ahora viene un receso por la participación de la selección y luego un viaje a Santiago del Estero.  Hay que traer los 3 puntos si queremos que este empate haya rendido.  Jugar el clásico es un flash pero clasificar en la zona debe ser lo mas importante.  No nos podemos quedar afuera.  Y creo que lo vamos a lograr. 

¡¡¡Abrazo Quemero!!!

Carlos Biondi.




Una batalla imprescindible... @dealgunamaneraok...

Una batalla imprescindible...

Fotografía: Juan Mabromata / AFP

El Senado dio luz verde para que el Ejecutivo avance en la refinanciación de la deuda inviable que dejó el gobierno de Mauricio Macri, y aunque ese compromiso no desaparecerá ni se resolverá, el acuerdo con el FMI permite despejar el horizonte financiero y económico por varios años para seguir fortaleciendo el crecimiento con inclusión.

© Escrito por Carlos Heller el sábado 19/03/2022 y publicado por el Diario Tiempo Argentino de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

Como vengo sosteniendo en mis intervenciones, es el menos malo de los escenarios posibles y no hay nada para festejar, pero nos permite contar con un camino a transitar. Las opiniones y las subjetividades son infinitas y siempre se podrá decir que se podría haber negociado de otra forma. Pero lo cierto es que hoy tenemos un acuerdo en el que no está mencionada la palabra «ajuste» (o consolidación). Más aun, hay un gobierno que no se compromete a quitar derechos a trabajadores/as y jubilados/as, y por el contrario tiene un programa con aumentos en el gasto real, principalmente en las inversiones en infraestructura y conocimiento que el país precisa, y en el gasto social, junto con un mejoramiento de la recaudación fiscal, con un sesgo más progresivo. Se trata de un acuerdo radicalmente diferente de todos los que históricamente tuvo el país con el FMI. Se logró poner por delante los intereses de la economía, gracias a una intensa negociación del gobierno. Nada de esto se podría haber conseguido con un arreglo en “cinco minutos”.

También se logró instalar en el acuerdo que la inflación es un fenómeno multicausal, lo que habilita a que se puedan utilizar múltiples herramientas para abordarlo, entre ellas las políticas de precios.

Hay todo un plan, aunque muchos insistan en negarlo. Por ejemplo, el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, enumeró diversas fuentes de financiamiento para reforzar el frente externo: principalmente, aumento de las exportaciones. Además, “les estamos diciendo a las empresas que busquen crédito en el sector privado porque después del acuerdo con el FMI seguramente lo van a conseguir. Eso mejorará también el perfil de nuestras reservas”, citó Pesce. También se estima un aumento importante del financiamiento de los organismos multilaterales de crédito y de la inversión extranjera directa, que crecería hasta U$S 2500 millones este año y seguiría recuperándose.

Enfrentar el incremento de los precios.

El martes se conoció el dato de inflación del mes de febrero (4,7%), el mayor valor desde marzo del año pasado (4,8%). No deberíamos seguir teniendo estos índices de inflación, y mucho menos el 7,5% de alimentos y bebidas y un 4,9% en transporte en ese mismo mes, que es mucho más grave, porque es el consumo básico de los sectores de menos ingresos.

Este fuerte impacto sobre los sectores más desprotegidos de la población lo podemos ver en las subas de la Canasta Básica Alimentaria (por debajo de la cual un hogar es considerado indigente), que creció en febrero un 9%, y la Canasta Total (para establecer el nivel de pobreza), que se incrementó en un 6,6 por ciento.

No se puede permitir que se carguen en el mercado interno valores que paga un consumidor europeo, para dar un ejemplo. El problema es que hay sectores que no quieren resignar márgenes en un contexto de precios internacionales récord. Es una expresión más de la puja distributiva, que también se ve apuntalada por la gran concentración económica, que hace que los formadores de precios traten de imponer sus condiciones. Ante esta situación, el Estado no debe estar ausente.

Considero que es necesario actuar en las cadenas de valor, para saber qué aumentos son justificados y cuáles no, verificando cómo funcionaron los acuerdos que se firmaron, y aplicando los correctivos necesarios. Si el tambero se queja de que le pagan poco por la leche y el consumidor que va a la góndola se queja por el precio que paga por el sachet de leche, entonces deberíamos poder conocer todos los valores de la cadena, las intermediaciones, si todas son necesarias o no, y cuáles son los márgenes de ganancia en cada eslabón. Eso permitirá, por ejemplo, pensar herramientas para lograr que los productores tengan una compensación adecuada, porque son los que tienen que producir, pero con precios que los consumidores puedan pagar. Sin embargo, no resulta fácil. Para ilustrar, cuando el gobierno estableció que la televisión por cable o Internet eran servicios públicos esenciales, y que por ende esos precios tenían que estar regulados, presentaron un amparo y desactivaron la iniciativa del Ejecutivo. Y así con muchas otras medidas.

No obstante, el gobierno conserva poder regulador. Ante la decisión del consorcio que agrupa a frigoríficos exportadores de discontinuar la provisión de carne a los supermercados para mantener “Cortes Cuidados”, desde el gobierno respondieron: “Quienes no cumplan con los compromisos asumidos con las y los argentinos, no podrán continuar exportando carne”. Luego de la reunión, el consorcio cárnico decidió continuar con el programa.

La “guerra” contra la inflación

Cuando el presidente Alberto Fernández anunció que daría una “guerra contra la inflación”, varios opositores preguntaron: “¿una guerra contra quién?”. El presidente lo respondió claramente en su discurso del pasado viernes: “Nuestra batalla hoy es contra los especuladores. Contra los codiciosos. Contra quienes buscan aun en situaciones complejas sacar una renta extraordinaria”. Un adecuado enfoque.

También dejó en claro las dificultades que implica bajar los precios, en especial, pero no solo por ello, por la guerra en Ucrania.

¿Cuáles son los objetivos de estos planes? Fernández expresó: “Nuestro objetivo debe ser, por un lado, garantizar la provisión de insumos para que la cadena de abastecimiento se cumpla. Y, por otro, asegurar que los precios de los productos de consumo más relevantes sean accesibles para todas las familias argentinas”.

¿Cuáles son las líneas directrices de esta estrategia?

Una directriz es el diálogo, convocando “a los representantes de los sectores productivos, empresarios, trabajadores formales y de la economía popular, representantes del campo y el comercio, la pequeña y mediana empresa y la sociedad civil a una mesa de acuerdo que nos permita diseñar un mañana en la lucha contra la inflación”.

Por otro lado, ha dado indicaciones a sus ministras/os “para que construyan acuerdos con los diferentes sectores pero que no duden en aplicar todas las herramientas del Estado para fijar y hacer cumplir las medidas necesarias”. Más precisamente, se refirió a aplicar la Ley de Abastecimiento si ello es necesario.

Otra herramienta es la constitución de un fondo de estabilización para evitar el traslado de las subas del precio internacional al precio que pagan los/as argentinos/as.

En estas medidas no se agota el plan: desde el enfoque de la inflación multicausal, el presidente sostuvo: “Vamos a consolidar nuestras reservas del Banco Central. Vamos a promover la inversión y la producción nacional. Vamos a mejorar el financiamiento de las políticas públicas. Vamos a profundizar el diálogo y la búsqueda de acuerdos para contener los precios y mejorar los ingresos”.

Un tema poco mencionado y que me interesa resaltar: Fernández sostuvo que “necesitamos luchadores contra la especulación y la inflación en cada comercio, en cada mesa, en cada casa”. Una definición interesante, y que nos plantea continuar en la construcción de una fuerza política y popular, con participación plena de la ciudadanía, en esta “batalla” que debemos dar para revertir esta puja distributiva, que tal como está planteada no solo genera inflación, sino también pobreza y cada vez mayor desigualdad.  



Testimonios. Olores, disparos, bombas... @dealgunamaneraok...

Olores, disparos, bombas...

¿Quién está detrás de Zelenski?

El autor está en la capital ucraniana, Kiev, cubriendo la guerra y comparte sus impresiones en primera persona.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 19/03/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.



El horror de la guerra se cruzó en mi camino desde el mismo momento en que llegué a la frontera entre Polonia y Ucrania, hace exactamente ocho días. La experiencia en un centro de refugiados es terrible. Uno ve gente bajando de los micros con caras tristes, aunque sin tiempo para darles lugar a la tristeza y la amargura. Todos tratan de resguardar lo poco que llevan sin pensar en lo mucho que han dejado en sus casas; sus muebles, su ropa, sus fotos, sus recuerdos, su vida. El rostro de los que emigran refleja esa realidad. Chicos que ya casi no lloran porque lo han hecho amargamente al despedirse de sus papás, que han tenido que quedarse para luchar en el frente. La expresión de los niños que corren con sus familias para ponerse a resguardo es una postal que jamás voy a olvidar.

Los olores son muy fuertes, hay gente de distintas nacionalidades que cocina para los demás y para muchos esos aromas son la única vivencia, por fuera de sus recuerdos, que los devuelve a la sensación de normalidad. La solidaridad de la gente es conmovedora. La precariedad y el desamparo se hacen carne en la frontera. Hay miles de almas a la buena de Dios.

Todos tratan de resguardar lo poco que llevan, sin pensar en lo mucho que dejaron en sus casas.

Ya dentro de Ucrania, las ciudades se ven transformadas en fortalezas. Confieso que, luego de unos días, parece algo fantasmagórico pero, para muchos, es casi normal. Algunos de los habitantes han optado por no ir más a los refugios, lo que representa un peligro abismal. Los que optan por resguardarse también atraviesan una situación de incertidumbre total. Primero, porque cuando suenan las sirenas deben dejar inmediatamente todo lo que están haciendo y correr a ponerse a salvo.

En segundo lugar, porque una vez dentro de los búnkeres nadie tiene noción de lo que está pasando en la superficie. Pueden arreciar los bombardeos o puede ocurrir que los ataques entren en pausa o sucedan a una distancia prudente del lugar donde permanecen los refugiados. Solo se puede esperar. Las casas que han quedado en pie están en juego. Un habitante de la ciudad me dijo: “Nos tenemos a nosotros mismos. Estamos unidos con el deseo de salvar nuestra vida, pero también está la incógnita de saber cuál será la suerte que correrá nuestro patrimonio,  aquello que hemos construido con el esfuerzo de toda la vida. Esto es muy injusto”, resaltó con angustia. 

Poder llegar a Kiev no fue fácil. Kilómetros y kilómetros de gente intentando salir. Viajamos en grupo junto a otros colegas y la sensación de ir a contramano del resto no deja de acompañarnos en ningún momento. El viaje en tren fue toda una aventura. Antes de salir debimos hacer los cálculos del horario de llegada porque, de arribar en horas de toque de queda, tendríamos que pasar la noche en la estación. Así fue; luego de un breve descanso dejamos la terminal central a las 7 de la mañana para adentrarnos en el centro de Kiev, camino al Hotel Nacional, que nos serviría de morada. Había estado en esta ciudad hace tres años, cuando llegué para la cobertura de Chernóbil. La ciudad fantástica que conocí con alternancia mobiliaria y urbana que mezcla lo antiguo con lo moderno ya no es igual.

El escenario en Kiev es impactante. Calles semidesiertas con defensas, refugios y barricadas

El escenario es impactante. Calles semidesiertas con defensas y refugios que se parecen más a la escenografía montada para una película que a la propia realidad. Los negocios de las avenidas principales están tapiados, a excepción de los rubros destinados a la venta de alimentos. Las barricadas se suceden una tras otra, la gente camina errante pero con una única convicción: “Vamos a ganar la guerra. No nos vamos a someter al régimen de Vladimir Putin”, exclaman con bravura. Todos y cada uno de ellos. Su pensamiento es unánime. Es algo que me impacta pero que augura una solución difícil para una salida del conflicto con una Rusia que parecería tener un arsenal infinito para sostener su invasión. Ucrania sufre, la guerra se siente. Olores, disparos y bombardeos. La guerra, lamentablemente, está presente a cada paso que damos.





20 de Marzo de 1967... De Alguna Manera...

20 de Marzo de 1967...

Foto: Biblioteca Digital Río Tercero http://www.historiaderiotercero.com

Hace hoy 48 años con apenas 16 años y pocos meses, mi vida tomaría un rumbo crucial y que sería el principio un camino plagado de experiencias riquísimas y que hoy deseo plasmar en este escrito como síntesis de gran parte de mi vida.

Video: DiFilm

Aquel lunes 20 de marzo de 1967 “me ingresaron” de prepo a la Armada Argentina, más precisamente a la Escuela de Marinería en la Isla Martín García, ya que no era lo que en aquellos tiempos se llamaba un niño prodigio, por el contrario, repetí dos veces el primer años de la escuela secundaria, primero en el Colegio Emmaus de la localidad de Palomar y luego del Colegio Padre Elizalde de la localidad de Ciudadela. 

Estos fueron los disparadores de la severidad de mi papá, quien no dudó ante tamaño “hijo descarriado”, -encarrilarme- en dicha institución…

Video: DiFilm

El lluvioso lunes 20 de Marzo de 1967 fui incorporado a la Armada Argentina, el punto de ingreso fue en el Hotel de  Inmigrantes de la Dársena Norte donde estuvimos hasta el día martes 21 de Marzo, donde zarpábamos hacia la Isla Martín García en un buque de transporte, el A.R.A. BDM 2, ya que la meteorología no permitió la zarpada del buque.


Seguirá...





Fue un 20 de Marzo de 1967, apenas 16 años de edad, una decisión no tomada por mí que cambiaría el rumbo de mí vida a vivencias de las que hoy puedo recordar con cierto dejo de tristeza, aunque en el "mientras tanto", también hubo aprendizaje y oportunidades... Pasaron lugares como la Escuela de Marinería en la Isla Martín García; pasó en Centro de Capacitación de la Base Naval de Río Santiago; pasó el Centro Receptor de Comunicaciones Buenos Aires, hoy campo de golf de la Armada Argentina en Martínez, Buenos Aires; pasó el A.R.A. Crucero La Argentina (C3); pasó la Base Aeronaval Río Grande, en aquellos tiempos Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; pasó el A.R.A. Aviso Thompson (A4); pasó la Central de Comunicaciones de Puerto Belgrano, ubicado en la Séptima Batería, cercana a la Ciudad de Punta Alta, en la Provincia de Buenos Aires. Aquello terminó un 31 de Diciembre de 1971. Dura adolescencia del suscripto... 🤔