martes, 25 de febrero de 2020

Opinión Calificada. Roberto Lavagna cree... @dealgunamanera...


Roberto Lavagna cree que "no es momento para un consejo económico y social"…

Roberto Lavagna dejó elogios para los primeros meses de gestión de Alberto Fernández. Fotografía: Marcelo Aballay


El exministro de Economía era el principal candidato a conducir esa misma entidad que él cree que aún no debe crearse. No obstante, tuvo palabras muy elogiosas para el Presidente de la Nación.

© Publicado el martes 25/02/2020 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

Si Alberto Fernández aún guardaba alguna esperanza de que Roberto Lavagna aceptara dirigir un eventual consejo económico y social debe ir olvidándose de ello, al menos por el momento. Este martes, el exministro de Economía, en una entrevista concedida a Radio Con Vos consideró que no es momento para crear esta institución: "Le he dicho al Presidente que no creo que este sea un momento adecuado para algo así. Veo en los distintos sectores, empresarios y gremiales, una actitud de no querer ceder en nada. Y no querer ceder en nada es asegurar que el país no va a salir del estancamiento". 

No obstante, aclaró en qué aspectos podría trabajar tal entidad, en caso de crearse: "Un consejo económico y social hoy en Argentina tiene que dedicarse a cuestiones estratégicas de más de mediano y largo plazo y permitirle al Gobierno que ha sido electo que proponga las políticas para la coyuntura".

A lo largo de la entrevista con Ernesto Tenembaum y su equipo, Lavagna se mostró elogioso de las políticas que viene desarrollando el actual gobierno.

"Lo veo al Presidente muy metido en lo que son las urgencias de su función, lo veo muy activo", dijo al comenzar la charla. Y luego amplió: "Veo un cambio de políticas respecto de lo que veníamos viviendo: el haber enfrentado la cuestión del hambre,la moratoria para las pymes, una muy fuerte tasa en la baja de interés. Durante años parecía que el Estado argentino solo trabajaba para pagar absurdos intereses, por Tesorería o por Banco Central". 


Crítico de la gestión macrista, Lavagna agregó también: "Veo un enfoque muy diferenciado de lo que fueron los cuatro años anteriores". Además, defendió el achatamiento de la pirámide jubilatoria impulsado desde el Ejecutivo: "Era inevitable, nosotros hicimos algo similar", consignó. 

Celebró además que, según su óptica, Alberto Fernández tenga una postura más favorable a cerrar la grieta que los gobiernos anteriores. Pese a ello, consideró que hoy el Gobierno tiene enfrente a una oposición "menos contributiva y flexible" que la que había cuando gobernaba Cambiemos.

Sin embargo a la hora de los matices, el exfuncionario aclaró: "Yo tengo una disidencia: el Gobierno ha puesto el centro de atención en el tema deuda. Y es algo complicado que lleva tiempo. Eso de que no se pueda a hacer tal o cual cosa hasta que se resuelva la deuda tiene una parte de verdad pero no hay que exagerarlo".

Respecto de la postura actual Fondo Monetario Internacional, opinó: "El FMI no es el mismo inflexible y durísimo de antes, pero tampoco va a jugar a favor de Argentina. 

Hoy el Fondo ya no representa al sector privado como antes y por eso puede decir, como dijo el otro día, que los privados tendrán que hacer una contribución sustancial para que el tema de la deuda sea encauzado. Pero no dice nada cuál es el aporte que va a hacer el propio Fondo".

JPA / CP






lunes, 24 de febrero de 2020

Superliga Argentina. Talleres de Córdoba 4 vs. Huracán 2... @dealgunamanera...


Talleres suma su segunda victoria seguida y agrava el presente de Huracán…

La "T" se sobrepuso de un mal comienzo y le ganó a Huracán por 4-2.

La "T" consiguió su segunda victoria consecutiva en el Superliga, al vencer como local a 4-2 al "Globo", que acumula once fechas sin triunfos y tres caídas en fila.

© Publicado el 24/02/2020 por el Diario Jornada de la Ciudad de Trelew, Provincia del Chubut, República de los Argentinos.

Talleres venció 4 a 2 a Huracán en partido que cerró la 21ma fecha de la Superliga,acumuló así su segundo triunfo en fila y hundió más a su rival que suma 11 sin ganar.

Para los cordobeses anotaron Facundo Medina (42m. PT), Franco Fragapane (45m.) Nahuel Bustos (4m. ST) y Dayro Moreno (34m.) mientras que Sebastián Ramírez (6m. PT) y Rodrigo Gómez (27m. ST), de penal, marcaron para la visita.

Con esta su segunda victoria consecutiva como local (1 a 0 a San Lorenzo, en la fecha anterior), Talleres suma 31 puntos, y queda cerca de la zona de clasificación a la Copa Sudamericana, mientras que Huracán sigue sin ganar al cabo de once fechas (ocho derrotas y tres empates) y está penúltimo con solo 16 unidades.

Seis minutos habían transcurrido para que el ‘Globo’ se pusiera en ventaja en el estadio Mario Kempes, cuando Sebastián Ramírez, venció al dubitativo Mauricio Caranta, quien al comienzo dio muestras del tiempo sin jugar.

La ‘T’ acomodó sus líneas, ajustó marcas y con Andrés Cubas y José Mauri en el medio frenaron los intentos rivales, a la vez que sus delanteros comenzaron a tener presencia sobre la defensa del ‘Globo’.

En dos ocasiones arquero Fernando Pellegrino contuvo intentos de Diego Valoyes y un poco después desvió un disparo de Fragapane.

De tanto insistir, Talleres tuvo su premio cuando en los seis minutos finales de la primera etapa se fue al descanso en ventaja por los goles que anotaron el juvenil defensor Facundo Medina (su primer tanto en la carrera), al empalmar un centro de córner y Fragapane, con un preciso derechazo, al palo derecho de Pellegrino.

La levantada de los albiazules se sostuvo y con solo cuatro minutos de la segunda etapa se puso 3 a 1, tras la exquisita definición de Nahuel Bustos, que desairó con gran calidad la salida del arquero visitante.

El local desperdició un par de situaciones favorables para aumentar la diferencia con malas definiciones de Valoyes y Mauri.

El ‘Quemero’ con un gran amor propio subió un par de veces y sobre los 27 minutos el ingresado Rodrigo Gómez fue tomado por Rafael Pérez en el área y el árbitro Facundo Tello cobró penal, que convirtió el mismo Gómez.

No obstante, los de Alexander Medina anotaron su cuarto gol, cuando el hoy suplente colombiano Dayro Moreno, derrotó a Pellegrino luego de una buena cesión del brasilero Guilherme Parede.

Síntesis

Talleres: 4

Mauricio Caranta; Leonardo Godoy, Rafael Pérez, Facundo Medina y Nahuel Tenaglia; Andrés Cubas, José Mauri y Franco Fragapane; Diego Valoyes, Guilherme Parede y Nahuel Bustos. DT: Alexander Medina.

Huracán: 2

Fernando Pellegrino; Nicolás Romat, Ezequiel Navarro, Alejandro Salsedo, Lucas Merolla y Carlos Araujo; Mariano Bareiro, Joaquín Arzura y Mauro Bogado; Sebastián Ramírez y Nicolás Cordero. DT: Israel Damonte.

Goles en el primer tiempo: 6m. S. Ramírez (H); 41m. F. Medina (T); 45m. F. Fragapane (T).

Goles en el segundo tiempo: 4m. N. Bustos (T); 27m. R. Gómez H), de penal; 34m. D. Moreno (T)


Cambios en el segundo tiempo: al comenzar, Rodrigo Gómez por Araujo (H) y Martin Ojeda por Bogado (H); 13M. Juan Vieyra por J. Azura (H); 24m. Dayro Moreno por F, Fragapane (T); 31m. Pochettino por D. Valoyes (T) y 43m. Martín Payero por A.Cubas (T).

Amonestados: S. Ramírez, M. Bareiro, N. Romat en Huracán; F. Medina en Talleres

Árbitro: Facundo Tello.

Estadio: Mario Alberto Kempes.








No fueron “conductas inapropiadas” fue GENOCIDIO… @dealgunamanera...

No fueron “conductas inapropiadas” fue GENOCIDIO…


Se requiere urgente rectificación de los dichos presidenciales. 

© Publicado el domingo 23/02/2020 por la Liga Argentina por los Derechos Humanos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.  

Según la Agencia Oficial de noticias Telam (bajo la presidencia de Bernarda Llorente), cable del 21/2/20; en el contexto de la despedida de un grupo de soldados que viajan a una misión de la ONU: “El presidente Alberto Fernández remarcó que el país cuenta con "Fuerzas Armadas totalmente integradas a la sociedad” y, en ese sentido, consideró que "toda la Argentina debe dar vuelta una página, una página que nos distanció mucho tiempo por la inconducta de algunos", en referencia a la última dictadura militar”.

Denominar “conductas inapropiadas de algunos” a lo que fue un Plan Sistemático de Exterminio, planificado y ejecutado bajo la supervisión y conducción del gobierno de los EE.UU. que procuraba el dominio total de la región en el marco de la llamada Guerra Fría contra el comunismo constituye un claro acto de negacionismo, de esos que el propio Presidente proponía sancionar jurídicamente hasta hace unos pocos días. 

Así como no pensamos discutir la cifra de los treinta mil compañeros desaparecidos, tampoco pensamos reabrir debates política, jurídica y académicamente saldados: son treinta mil, fue genocidio y hay presos políticos. 

Reclamamos la inmediata rectificación por parte del Presidente de los dichos sobre las conductas inapropiadas que nos agravian de manera directa (en la Liga militamos compañeras y compañeros que somos sobrevivientes al Genocidio, abogadas y abogados que durante más de doce año luchamos contra la impunidad estatal y una nueva generación que creció en política de la mano de la lucha por Memoria, verdad y justicia) y como parte de un enorme colectivo plural de millones que derrotamos el dos por uno y todas las políticas negacionistas de Macri y sus cómplices civiles y militares.

Banalizar los hechos del genocidio con “conductas inapropiadas de algunos” y pretender resolver problemas bien complejos como es el de las relaciones de la sociedad con los aparatos estatales armados confronta con las tradiciones de lucha democráticas y de defensa de los derechos humanos que sostenemos desde 1937, y que nos proponemos honrar en estos días.











domingo, 23 de febrero de 2020

Impunidad: la peligrosa trampa que, por ahora, no logra eludir Alberto Fernández… @dealgunamanera...


Impunidad: la peligrosa trampa que, por ahora, no logra eludir Alberto Fernández

El presidente Alberto Fernández. Fotografía: Télam

El miércoles por la tarde ocurrió un hecho que no tuvo, ni por lejos, una repercusión acorde a su relevancia. Los abogados de la AFIP pidieron ocho años de prisión para Lázaro Báez, y condenas también para sus tres hijos, luego de acusarlos de lavar 60 millones de dólares provenientes de la adjudicación irregular de obra pública.

Ese reclamo, pronunciado por abogados del Estado, que ahora no comanda Mauricio Macri sino Alberto Fernández, es un inesperado reconocimiento al trabajo de Jorge Lanata porque evidencia que todo lo denunciado en aquel programa de Periodismo para Todos, en 2013, fue cierto. Luego de siete años de debate enardecido sobre si la denuncia se trataba de una mentira urdida por los enemigos del pueblo o de un trabajo periodístico riguroso, fueron los abogados de la AFIP de este gobierno quienes se inclinaron por la segunda opción.

© Escrito por Ernesto Tenembaum el domingo 23/02/2020 y publicado por el Diario Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

La presentación de la AFIP ante la Justicia tiene una significación política tremenda, porque más allá de la distribución de responsabilidades que se puedan debatir en los tribunales, la relación entre Lázaro Báez y la familia Kirchner ha sido íntima y pública al mismo tiempo. Lázaro Báez fue, por ejemplo, el constructor de uno de los sitios más sagrados para esa familia: el mausoleo donde descansan los restos de Néstor Kirchner. En su primera visita al lugar, la vicepresidenta fue escoltada por el hombre que ahora aparece acusado de lavado de dinero por el abogado del gobierno que ella misma integra. No está Mauricio Macri en el poder. No hay relato conspirativo posible. Parece haber concluido una discusión que sacudió a la Argentina durante años.

El episodio podría ser un símbolo de salud republicana porque la llegada al poder del sector que lidera Cristina Kirchner no influyó para que la AFIP retirara la grave acusación. Sin embargo, nadie exhibirá ese gesto como un mérito porque pertenece a un territorio de extrema sensibilidad que amenaza con dañar severamente las relaciones internas de la coalición gobernante. Ese territorio es la revisión judicial de los delitos cometidos entre 2003 y 2015 y, particularmente, el destino personal de los dirigentes que aún permanecen detenidos. Con el correr de los días, ese tema se ha vuelto crucial y, si no es bien manejado, sus consecuencias pueden ser muy dañinas para el Gobierno que, lentamente, empieza a hacer pie por sus desempeños en otros ámbitos.

En los primeros dos meses de su Gobierno, Alberto Fernández debió convivir con una intensa campaña que le reclamaba que libere a los supuestos presos políticos. Una seguidilla de pronunciamientos lo obligaron a defender con énfasis, y cierto enojo, la idea de que su gobierno no tiene presos políticos. Es un debate que, decididamente, no le conviene al oficialismo. Lo muestra dividido, obliga a focalizar en los vericuetos de la relación entre los Fernández, coloca en el centro del debate a personajes muy controvertidos de la década anterior y a hechos realmente muy trágicos, como por ejemplo la tragedia de Once o el escándalo que involucró a un ex vicepresidente. Sin embargo, como si no tuviera demasiados desafíos, desde el frente interno le imponen a Fernández la agenda del lawfare. Cualquier político sagaz desearía salir rápidamente de esa encerrona.

Lázaro Báez y Julio De Vido. Fotografía: Juan Mabromata / AFP


El fin de semana pasado, luego de su gesto de autoridad, el Presidente parecía haberlo logrado: no hay presos políticos sino detenciones arbitrarias, y solo la Justicia puede decidir cuáles son. Punto. Sin embargo, el martes fue el propio Fernández quien difundió un video donde reclama que quienes son víctimas de detenciones arbitrarias “soporten” los procesos en libertad. Ese video incorpora calificaciones contra el gobierno anterior que contrastan con la convivencia que se negocia con sutileza en el Congreso y otros ámbitos.

Parecía que el Presidente intentaba calmar al sector interno que lo azuzó en las semanas previas y, tal vez, a su propia vicepresidenta. En el mismo momento, un senador por Jujuy pidió la intervención del poder judicial de esa provincia, el Presidente volvió a colocar el sistema de testigos protegidos bajo la órbita del Poder Ejecutivo y un grupo de senadores oficialistas presentó un proyecto para que no se pueda aplicar prisión preventiva a un acusado cuyo caso hubiera sido difundido por los medios. Elisa Carrió acusó a Cristina de querer dar un golpe contra la Justicia. La oposición denunció un intento de copamiento de la Justicia. Tal vez sea una exageración pero, como sucedió en otros tiempos, el kirchnerismo hace todo lo posible para que la denuncia sea verosímil.

En el fondo de todo esto, hay un problema al que Alberto Fernández no le puede encontrar solución, porque tal vez no la tenga, como ocurre con muchos problemas en la vida: la sabiduría consiste en convivir con ellos. En el sistema democrático, a un presidente se le concede el poder de gobernar, no el de impartir justicia. Fernández puede dar una opinión sobre tal cosa o tal otra, pero quienes juzgan a Cristina, por ejemplo, son otras personas: tienen sus tiempos, sus puntos de vista, su dignidad. Eventualmente, pueden ser sometidas a presiones, pero reaccionarán de manera imprevisible ante ellas. Entonces, una presión torpe puede ocasionar una derrota al Gobierno en lugar de resolver el conflicto. Esa limitación presidencial se podría resolver con un indulto en cadena. Pero el Presidente ya dijo que no está dispuesto. O con una ley de amnistía. Pero, ¿se sometería el oficialismo al escarnio que sería ese debate? ¿Cómo defenderían sus diputados la liberación de José López, por ejemplo? ¿Por qué ningún legislador se atreve a presentar una ley de amnistía por delitos de corrupción?

La vicepresidenta Cristina Kirchner. Fotografía: Agustín Marcarian / Reuters

Si no hay indulto ni amnistía, el tema queda en manos de los jueces. Pero resignarse a ello es muy delicado. Para Cristina lo es, porque varias causas la involucran personalmente, a ella y a sus dos hijos y porque cada pronunciamiento -la acusación contra Lázaro, por ejemplo- es un veredicto sobre su Gobierno, una versión de la historia distinta a la que ella pretendería imponer. Para muchos de sus seguidores también es delicado, porque cada día que pasa con Amado Boudou o Milagros Sala detenidos es una afrenta a lo que ellos quisieran que haga un gobierno peronista. Entender que no está en manos del Presidente su liberación es someterse a las leyes de la democracia. Pedir un indulto es empujar al Presidente a un conflicto social lacerante que durará meses. No hay salida visible.

En los últimos días, figuras importantes del Gobierno comenzaron a analizar la idea de sostener que una sentencia firme solo es aquella dictada por la Corte Suprema de Justicia y, por lo tanto, deberían estar libres los ex funcionarios que tienen condenas de tribunales inferiores: en este caso, serían todos ellos. Esa doctrina debería ser avalada, una vez más, por los tribunales. Hasta ahora, la jurisprudencia de la Corte sostiene que sentencia firme es la dictada por la Cámara de Casación. Por eso, los ex funcionarios más comprometidos son Amado Boudou, Luis D’Elía y los secretarios de transporte y empresarios juzgados por la tragedia de Once. Julio De Vido tiene condena de un tribunal oral y Milagro Sala de la Corte de su provincia. José López y Lázaro Báez solo están procesados. Ahora, suponiendo que esa idea se imponga: ¿de verdad cree alguien que eso no sería un escándalo con alto costo político?

En el Gobierno conviven dos agendas: una pertenece al pasado y otra al presente. En la agenda del presente, el Gobierno enfrenta desafíos gigantescos pero donde se avizoran algunos logros significativos: las primeras señales de desaceleración inflacionaria, el crecimiento del consumo en algunas áreas, la recomposición de relaciones con el mundo occidental, la instalación de una sensación de alivio porque el dólar se mantiene estable, la existencia de un clima político de convivencia. Pero el pasado no lo suelta: desde allí vuelven ideas de copamiento del poder judicial, de indultos, reformas constitucionales, personajes muy comprometidos con hechos de corrupción, heridas que no han cerrado y algunos gritos de guerra. El pasado es simbolizado, por ejemplo, por Julio De Vido y Amado Boudou. El presente, por Alberto Fernández. Cristina oscila con ambigüedad entre el uno y el otro.

El presente no es nada sencillo. Pero la irrupción del pasado lo puede tornar insoportable.