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domingo, 18 de mayo de 2025

La sencillez del conjunto... @dealgunamanera...

 La sencillez del conjunto...


Hoy votamos una elección menor, teñida por la intención libertaria de disputarle poder al PRO en su propio territorio.

©  Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 17/05/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad de Buenos Aires, República Argentina.

El clima no ha sido el mejor, pero nada tiene que ver con la meteorología. Sin mucho preámbulo –más bien sin mucho entusiasmo– hoy se vota en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se eligen concejales a los que, pomposamente, se les llamará legisladores de la Ciudad. Hay que decirlo: es una elección muy menor que en nada –absolutamente en nada– cambiará la desvaída gestión del jefe de Gobierno, Jorge Macri, quien, más allá del boato de su denominación, es un intendente. Estas aclaraciones son imprescindibles para entender la disociación de la casta política vernácula, que incluye a La Libertad Avanza, que le ha dado a estos comicios un marco nacional totalmente desproporcionado con la clara intención de disputarle el poder al PRO en su propio territorio, para luego intentar someterlo a voluntad en el resto de las alianzas si es que finalmente se produjeran.

La presencia de Javier Milei en el acto de cierre de campaña de Manuel Adorni –del cual fue el orador principal– fue penosa. No hubo ninguna propuesta concreta y lo más “relevante” fueron las descalificaciones dirigidas principalmente al partido amarillo y a su líder, Mauricio Macri quien, a su vez, fue la figura central del cierre proselitista de su primo Jorge. Es lo que hay. Una jugada en espejo que muestra la pobreza y carencia de relevancia de estos comicios. Para decirlo de otra forma, si Leandro Santoro se alzara con el triunfo, todo se habrá reducido en una pelea encarnizada por el segundo lugar. Para completar este panorama mustio, Santoro –quien se dice radical-alfonsinista, pero pactó con lo peor del kirchnerismo sin ponerse colorado y juega en estas elecciones en representación del peronismo– concluyó su campaña en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, hecho insólito y reprochable. El Aula Magna de la Facultad de Medicina es un ámbito público y plural destinado a actos académicos y no a actos proselitistas. ¿Cómo es que el decano de la Facultad, Prof. Dr. Luis Héctor Brusco, autorizó esto? ¿Será porque la vicedecana de la Facultad, Prof. Dra. Claudia Viviana Negri, integra la lista de Santoro? ¿Cómo es que el rector de la UBA, Prof. Dr. Jorge Gelppi, no alzó su voz contra esto? El propio candidato debió haber declinado esta opción para darle, al menos, una pincelada de honorabilidad a su accionar.

La presencia de Milei en el acto de cierre de Adorni fue penosa, sin propuestas y con descalificaciones.      

Fue una campaña mala –en verdad, muy mala– dominada por la riña. Las ideas que se expusieron fueron pocas y tan pobres e irrealizables que es como si no hubiera habido ninguna. Es penoso observar cómo, elección tras elección, las campañas son peores: paupérrimas en proyectos y súper abundantes en peleas y reyertas que nada aportan. La pobreza cívica e intelectual de gran parte de los candidatos tiene poco o nada para ofrecerle a la ciudadanía. La autocrítica debería incluirnos a todos más allá de la clase política y dirigencial. Me refiero también al empresariado y al sector gremial. Todos juegan. Todos presionan y, por supuesto, todos ponen.
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Evidentemente, hemos bajado tanto la vara que, en estas circunstancias la apatía parecería dominar el ánimo general de las personas. Los que vinieron a combatir la casta han terminado por adoptar varias de sus formas. El Gobierno apareció con anuncios de medidas que tenían un irrefutable tinte electoralista que en nada se diferenciaban con lo que en similares circunstancias hizo –y hace– el peronismo en general y el kirchnerismo en particular. Incluso adelantó anuncios que finalmente no pudo concretar como el caso de la puesta en circulación en el circuito formal de los dólares que miles de argentinos tienen debajo del colchón. En su gran mayoría, plata no declarada. Propuesta de dudosa talla ética si se la mide con la vara de aquéllos que han cumplido siempre con la ley. Por otra parte, el proyecto tal como estaba podía haberle traído consecuencias jurídicas al Gobierno que, lógicamente, decidió llevarlo a boxes antes de la largada. 

Es nuestro deber cívico utilizar el voto como la herramienta capaz de sacar a la Argentina adelante.

En realidad, esto es solo el comienzo. El segundo turno será la batalla por la decisiva Provincia de Buenos Aires y, el tercero, las elecciones de octubre. ¿Imaginen por un momento qué podría haber pasado si el escenario de votación actual hubiera sido el Conurbano Bonaerense? La inclemencia del tiempo y la abundante agua caída habrían sumergido el proceso electoral en un escándalo y ahogado las chances de Axel Kicillof y de varios de los intendentes que llevan años aferrados al poder. Volviendo a la realidad lo cierto es que, de aquí en adelante, todo el aparato de gestión gubernamental estará puesto al servicio de los candidatos de La Libertad Avanza.

El menú de ofertas parece calcado de gobiernos anteriores: intentar anclar los precios de la canasta básica, no hacer olas que agiten la calma del dólar, pisar tarifas y mantener la inflación bajo control. Salvo este último punto, el resto es historia repetida. Más allá de la eterna discusión sobre la conveniencia o no de un dólar cercano a la banda de flotación inferior, los otros no son objetivos desdeñables; el problema aparece cuando un gobierno se enamora de sí mismo y comienza a echar mano de toda clase de artimañas para acumular poder. Este oficialismo no ha demostrado ser la excepción. Las sospechas sobre lo ocurrido con el desenlace de Ficha Limpia en el Senado y las explicaciones tan poco convincentes terminaron por reforzar un manto de dudas, que no le ha hecho bien a los libertarios ni a la democracia. Javier Milei tuvo la oportunidad de mejorar la calidad de la clase política argentina y no la ha aprovechado; al menos hasta ahora. La sanción de un proyecto como Ficha Limpia es esencial para mejorar nuestra sistema electoral y asestarle un verdadero golpe a la casta, directo a la linea de flotación.   

Por eso, a pesar de la pobreza de las listas y de la apatía con la que se ha llegado a las elecciones de este domingo, el voto es y seguirá siendo esencial. Es responsabilidad de cada uno de nosotros depurar un sistema que hasta aquí ha demostrado estar lleno de vicios. El kirchnerismo puso de moda el término “empoderar” hasta convertirlo en una muletilla vacía de contenido. Pero es el voto el que nos otorga el verdadero poder, para correr de una vez por todas a quienes pretenden servirse de la cosa pública, para su propio beneficio. Es nuestro deber cívico utilizar esta herramienta lo mejor posible, para sacar adelante a la Argentina y para poder hacer realidad aquel mañana mejor que nunca llega.




domingo, 4 de mayo de 2025

Una explosión tras otra. El Presidente sin paz... @dealgunamanera...

El Presidente, sin paz...

Carnívoro, Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes

Milei se duerme en los laureles de una estabilidad cifrada en un dólar que les sirve a muy pocos.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 03/05/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

No hay un momento de sosiego. El carácter explosivo de Javier Milei –recuérdese lo señalado en esta columna hace dos semanas sobre los rasgos de su personalidad compatibles con el llamado trastorno explosivo intermitente– no cesa. “La tienen adentro”, fue la expresión que utilizó el Presidente para referirse a sus críticos durante su discurso ante hombres y mujeres de negocios en la edición 2025 de la exposición de Economía, Finanzas e Inversiones. La riña es con todos, incluidos los propios. En esa cercanía se ubican los embates contra Mauricio Macri, quien, con gesto de hartazgo, le salió a contestar con un torpedo: “No subieron un solo lugar en el ranking de transparencia”, dijo en tono fulmíneo.

Es claro que, los que en la cena de la Fundación Libertad, en la que coincidieron el expresidente y Santiago Caputo, se ilusionaron con la idea de que el tiempo de la beligerancia entre ellos había terminado, se equivocaron. La posibilidad de que el expresidente sea invitado nuevamente a la quinta de OIivos a comer milanesas con puré parece cada vez más lejana. Lo cierto es que, como consecuencia de las peleas entre Milei con Macri y las de este con Horacio Rodríguez Larreta, las encuestas están pronosticando un posible triunfo de Leandro Santoro en la elección de legisladores porteños. No parece que el Presidente haya hecho una apreciación correcta del impacto político negativo que esto tendría para su gobierno en medio de un ajuste que no cesa. “Ya sabíamos que lo de la Ciudad era inviable. Karina siempre quiso marcarle la cancha al PRO en su territorio, y el eslabón suelto de Larreta terminó apuntalando esa estrategia más allá de los resultados. El objetivo es mayor”, dijo una fuente de LLA que recorre la Legislatura porteña. Entre los empresarios la paciencia también está llegando a su límite, al menos en lo referente a la estrategia política del Gobierno: “No te podés dormir en los laureles de la estabilidad con un dólar que no le sirve a casi nadie. La reactivación debe ir mucho más allá de lo que se está viendo. Ya hemos tenido gobiernos encerrados en sí mismos y siempre se hace cuesta arriba”, se quejó un hombre de negocios.

"La tienen adentro", lanzó Milei a sus críticos ante un auditorio de hombres y mujeres de negocios.

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La estabilidad del precio del dólar –con el valor del blue por debajo del oficial–, un requisito fundamental para estabilizar la economía, ha transformado a la Argentina en un país caro –y en algunos rubros, muy caro– en dólares, algo negativo para el desarrollo económico. Se asiste así a la repetición de un fenómeno pendular que refleja los problemas estructurales de la economía vernácula que ningún gobierno, sea de la ideología que fuere, ha podido solucionar hasta aquí. Y, si esto no ocurre, asistiremos, una vez más, a la reiteración del pasado.

Consciente de esta situación, Luis Caputo salió el miércoles pasado a advertir a las automotrices que si rompían la confianza y aumentaban los precios de los autos cero kilómetro, el Gobierno usaría todas las herramientas disponibles para asegurar la defensa de los consumidores. La amenaza dio sus resultados. Solo dos automotrices cruzaron tímidamente esa línea. ¿Un émulo de Guillermo Moreno? ¿No era que el Estado no sirve para nada? Otra vez la Argentina pendular. La realidad no pasa ni por el Estado omnipresente con aires chavistas que pergeñó el kirchnerismo ni por su destrucción total. El Estado tiene un rol, y cuando lo cumple adecuadamente, la sociedad se beneficia. Un dato más: por primera vez desde 2008, Aerolíneas Argentinas dejará de pedir subsidios. Es decir que, bien administrada, la compañía estatal puede funcionar y ser rentable o, al menos, no convertirse en un agujero negro donde se dilapidan millones. Los principales factores que pusieron en riesgo la viabilidad de Aerolíneas fueron el kirchnerismo y el grupo de dirigentes sindicales que, durante muchos años, se apropiaron de la empresa y la llevaron a un virtual estado de quiebra. La aerolínea de bandera fue un refugio para militantes de La Cámpora y un sostén de privilegios para lo peor de la diligencia tanto política como gremial.

El jefe de Gabinete tuvo que salir a aclarar hasta dónde llega la autoridad del asesor Santiago Caputo.

El Gobierno no se equivocó en ese aspecto de la batalla cultural, pero, sin dudas, erró el tiro en tantos otros. No se puede generar enemigos sistemáticamente de forma tal que ni siquiera se suban peldaños en la cohesión interna. Salvo en un selecto grupo de hombres ligados al Ministerio de Economía, hay –en todas las áreas de gobierno– una parálisis provocada por el temor a las cuitas y rencillas internas. “He tenido que generar reuniones fuera de mi oficina para no despertar suspicacias en otros sectores del poder. Una forma muy incómoda y contraproducente de trabajar. Desde las decisiones importantes hasta las más triviales, todo debe pensarse tres o cuatro veces por temor al qué dirán”, reconoció un funcionario todavía sorprendido. Los apuntados son siempre los mismos: Santiago Caputo y Karina Milei. El propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, tuvo que salir a aclarar hasta dónde llegaba la autoridad del asesor estrella, respecto de su propia persona.

En la misma línea, los ataques constantes a la prensa no hacen más que recordar a lo peor del kirchnerismo. Alguien debería señalarle al Presidente que la ciudadanía votó otra cosa.

Mientras tanto, la pobre dinámica política actual continúa dándole un respiro al oficialismo. La única razón por la cual aún no se ha cerrado un acuerdo con la oposición dialoguista –en especial con el PRO– en la provincia de Buenos Aires es la división interna del peronismo, el kirchnerismo y La Cámpora que tiene su máxima expresión en la pelea entre Axel Kicillof y CFK. Llegó la hora del destete y ambos ya se encuentran haciendo campaña por separado. El propio Milei debería tomar cartas en el asunto y dejar de dar ventajas en un territorio mayormente hostil y difícil de domar con motosierra, como el conurbano profundo. La cuenta regresiva ha comenzado.




jueves, 24 de abril de 2025

Adiós al papa Francisco… @dealgunamanera...

Adiós al papa Francisco. Referente religioso, político y cultural…

Francisco instaló desde el Vaticano una agenda destinada a exponer los problemas del mundo, entre ellos, las migraciones, el cambio climático, las guerras y la deuda externa. El legado del papa argentino y los interrogantes sobre su sucesión en la nota de la semana de Revista Acción. 

© Escrito el miércoles 23/04/2025 por Washington Uranga y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Murió el papa Francisco. Difícil habría sido imaginar el 13 de marzo de 2013, cuando Jorge Bergoglio fue proclamado como máxima autoridad de la Iglesia católica, que este porteño nacido en el barrio de Flores y que siempre se siguió reivindicando como «cuervo» por su identificación futbolística con San Lorenzo, se convertiría en poco tiempo en uno de los máximos referentes del universo político, religioso y cultural a nivel mundial. Podrá decirse que esto sucedió –sin duda– en un escenario en el que la crisis de referentes es evidente, y el avance de las ideas conservadoras es notoria en buena parte de los países, mientras el poder económico se concentra en el capitalismo de plataformas y la sobreexplotación de los recursos naturales no se detiene ante la voracidad de la acumulación de riquezas.

Pero habrá que reconocer también que el papa argentino instaló desde el Vaticano una agenda destinada a exponer los problemas y las atrocidades del mundo presente. Por eso su primera salida de Roma fue a Lampedusa, para encontrarse allí con los inmigrantes ilegales que llegan hasta Europa buscando una tabla de salvación. Fue el primer gesto de Bergoglio para con «los descartados» del sistema, como él los ha denominado en varias oportunidades.

La posición de Francisco –que se podría considerar, de alguna manera, su «plan de gobierno» al frente de la Iglesia católica– quedó expresada en sus discursos y alocuciones públicas, también en sus gestos, pero estuvo condensada y sistematizada en dos de sus encíclicas: Laudato si, sobre el cuidado de «la casa común» y Fratelli tutti, sobre la sociedad y la convivencia humanas.

En medio de conflictos. 

En la primera, Bergoglio planteó la corresponsabilidad de todas y todos en el cuidado del mundo en que vivimos. Denunció las consecuencias del cambio climático ocasionado por el modelo económico dominante, al que criticó con dureza basado en fundamentos y precisión técnica. En la segunda se centró en la necesidad de la fraternidad entre las personas, la advertencia sobre las migraciones masivas, los pobres y descartados del mundo, condenando las guerras y su infinita capacidad destructora. 

En todos los casos el papa propuso «la cultura del encuentro», que definió como diálogo en la diferencia y entre diferentes, como manera de crear y definir alternativas al costado de los modelos económicos y políticos dominantes.


A lo largo de su pontificado, Francisco repitió estas mismas ideas en centenares de encuentros con dirigentes, autoridades y jefes de Estado de todo el mundo. También lo hizo con los líderes de las religiones monoteístas a partir del convencimiento de que estas tradiciones religiosas tienen que contribuir a la construcción de alternativas de paz en un escenario en el que –según sus propias palabras– asistimos a una guerra mundial montada en pequeños o medianos conflictos armados de orden regional por motivos territoriales, étnicos, raciales o económicos. 

En esta búsqueda, Bergoglio decidió involucrar a la estructura institucional de la Iglesia católica. Para hacerlo tuvo que cambiar reglas de juego y también personas en el Vaticano. La Santa Sede desempeñó un papel más activo en los foros internacionales y en los organismos multilaterales donde se debatió sobre el cambio climático, pero también sobre migraciones o sobre la deuda externa. El propio Vaticano, a través de la Academia Pontificia de Ciencias, se ofreció como escenario para estos intercambios. La Iglesia se comprometió –no siempre con éxito– en mediaciones frente a conflictos tales como el de Rusia y Ucrania e Israel y Palestina, para mencionar tan solo dos. Y fue el propio Francisco el que intervino para acercar posiciones entre Estados Unidos y Cuba buscando disminuir el impacto de la agresión que implica el bloqueo al país caribeño.

En Bolivia. Francisco en su visita de julio de 2015, donde ofreció un recordado mensaje en favor de la justicia social. Fotografía: Getty Images


Las tres T.

No contento con lo anterior, Francisco se convirtió en un líder en defensa de los derechos humanos y vocero de los pobres y descartados. Para ello buscó una alianza con los movimientos sociales de todo el mundo, empoderándolos en sus reclamos. Un hecho sumamente significativo, en lo simbólico y en lo político, ocurrió con ocasión de su visita a Cochabamba (Bolivia), el 9 de julio de 2015. Allí el papa se presentó ante un auditorio plural de los movimientos sociales y los animó a ser protagonistas del cambio social sobre la base de su consigna de «las tres T: tierra, techo y trabajo». De allí en más, sin distinción de tipo religioso, los movimientos sociales fueron asiduos invitados a los debates y las iniciativas en favor de la justicia social promovidas por el sumo pontífice.

Fue su permanente defensa de la justicia social lo que llevó a Bergoglio a los mayores enfrentamientos discursivos con el presidente Javier Milei, quien rechaza ese concepto como categoría y como práctica, por considerarlo una aberración y un robo para quienes tendrían que ceder parte de las riquezas acumuladas para garantizar la sobrevivencia de los más pobres.


También puso en práctica cambios en la institución católica, cuya credibilidad estaba seriamente afectada por los casos de abusos, de pedofilia y de corrupción financiera. Francisco reformó el funcionamiento de la curia y estableció sanciones. Ydio el debate definiendo una «iglesia de puertas abiertas», incorporando a las mujeres a los puestos de mando y acogiendo también a los homosexuales y a las diversidades de género. En este frente interno encontró resistencias de todo tipo: de los ultraconservadores en lo doctrinario, pero también de quienes delinquieron amparados en el poder eclesiástico. 

Una pregunta que resuena en el aire y que se hace mucha gente, católicos o no, es si la renovación y la perspectiva humanista basada en derechos de la que ha sido abanderado Francisco tendrá continuidad en la Iglesia católica tras la elección de un nuevo pontífice. Es un interrogante que hoy no tiene respuesta, porque a pesar de las previsiones tomadas por Bergoglio para asegurar en el cónclave elector a un grupo de cardenales afines a su perspectiva, esto no resulta hoy asegurado. Habrá que esperar entonces que las ideas y las propuestas sembradas por Francisco florezcan no solo en la Iglesia, sino más allá de sus límites, en otros espacios de la sociedad y para bien de la humanidad.



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lunes, 21 de abril de 2025

Tareas pendientes del buen alumno... @dealgunamanera...

Tareas pendientes del buen alumno...

El acatamiento, en exceso, del Gobierno nacional a las directrices del Fondo Monetario Internacional (FMI), junto con el respaldo del principal socio del organismo, mediante la reciente visita del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, son señales contundentes del regresivo encuadre socioeconómico presente y de la hoja de ruta que se pretende impulsar en el corto y mediano plazo. 

© Escrito por Carlos Heller, dirigente cooperativista, el lunes 21/04/2025 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad de Buenos Aires, República Argentina. 

El propio presidente Javier Milei definió el cuadro al comentar el encuentro con el funcionario norteamericano: «Los semejantes tienen que trabajar juntos, tanto para prosperar como para protegerse mutuamente, por eso la Argentina tiene la intención de ser un aliado firme de los Estados Unidos en la región». 

Resulta cuestionable esa afirmación, en medio de la arremetida arancelaria global dispuesta por la Casa Blanca, al igual que la idea de que un tratado de libre comercio con Estados Unidos (EE.UU.) beneficiaría por igual a ambos países.​​​​​​​

La argentina es una economía en desarrollo que necesita, entre otras cosas, un Estado que administre el comercio internacional para proteger y desarrollar la industria nacional, en particular el sector pyme.​​​​​​​

Mientras, la forma más beneficiosa de vincularnos al mundo debería ser fortaleciendo el Mercosur, la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y otros acuerdos regionales, de modo de tener mayor poder de negociación. 

Más allá de la polémica calificación de «semejantes», lo cierto es que el apoyo de EE.UU. y el aval del FMI al rumbo emprendido no garantizan mejoras reales para la mayor parte de las empresas y de la población nacional. Todo lo contrario: casi siete décadas de permanencia de la Argentina en el Fondo y decenas de acuerdos previos (con endeudamiento creciente) no dejan demasiado margen para el optimismo.​​​​​​​

Por eso insistimos en que no hay razones para festejar. Menos aún cuando el trámite seguido para conseguir financiamiento volvió a incumplir leyes vigentes, al solicitar mediante un decreto de necesidad y urgencia la aprobación del Congreso (meta lograda) para las operaciones de crédito público.​​​​​​​

Los 20.000 millones de dólares comprometidos por el FMI se suman al megacrédito otorgado en 2018, el mayor de la historia para el país y para el organismo y, como siempre, el préstamo viene atado a mayores condicionamientos y costos financieros. 

Como ya se difundió, los recursos que empezaron a llegar esta semana tienen como contracara la promesa de los funcionarios locales de avanzar en la flexibilización laboral, la reforma jubilatoria, privatizaciones de empresas públicas y una profundización de la apertura importadora. 

Esos planes se contemplan para después de las próximas elecciones, suponiendo que las urnas mostrarán el éxito del camino libertario.​​​​​​​

El Gobierno y el FMI acordaron, además, un impulso a las inversiones en minería y energía, lo cual, junto con los grandes agronegocios, tiende a consolidar un modelo de economía dependiente del sector primario. 

Adicionalmente, y para mayor estímulo al arribo de divisas, el Banco Central dio luz verde a inversores extranjeros que ingresen dólares, los cambien por pesos y mantengan sus colocaciones por seis meses. Luego podrán hacerse nuevamente de dólares para remitirlos al exterior, es decir, tendrán una garantía para hacer «carry trade» hasta octubre. 

Entretanto, dada la incertidumbre ligada a la flotación del tipo de cambio, habrá que esperar para ver si los exportadores liquidarán divisas a los actuales valores exhibidos por la moneda estadounidense. 

De momento, para favorecer esa liquidación, quedó confirmado que a fin de junio finalizaría la reducción a las retenciones dispuesta meses atrás. 

Elogios​​​​​​​

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, se apuró a justificar la nueva operación con la Argentina, tras elogiar la «rápida desinflación» y la «sólida recuperación económica», atribuidas a las políticas libertarias. Pero advirtió, a la vez, que el país aún enfrenta «vulnerabilidades externas y estructurales», por lo que, a su juicio, será clave mantener la «firmeza en las políticas y la flexibilidad para adaptarlas si el contexto global lo requiere». 

Desde sus oficinas en Washington, Georgieva también avizoró «incipientes mejoras sociales», que aquí no alcanzan a percibirse.​​​​​​​

Lo que sí se ve es que el pregonado «levantamiento del cepo», que arrancó con una devaluación del peso de 12% (luego levemente morigerada), podría derivar en un nuevo repunte inflacionario para perjuicio de la mayor parte de las familias nacionales.​​​​​​​

Esta situación coincide con el fuerte deterioro del empleo. Según informó el Indec, el 42% de los/as trabajadores/as estaba bajo condiciones de informalidad laboral en el último trimestre de 2024. Pero esa proporción de trabajo en negro se elevaba al 58,7% entre los jóvenes de hasta 29 años, mientras ascendía al 51,9% en el comercio y al 76,6% en la construcción. Se sabe que más informalidad implica menor posibilidad de aportar al sistema previsional, y menor calidad de los empleos disponibles. 

En este escenario, paradójicamente, las autoridades preparan reformas que se traducirán en una mayor desprotección y quita de derechos conquistados en decenios anteriores. A la vez, el probable rebrote inflacionario y los anticipos sobre un mayor ajuste fiscal desdibujan lo que deberían ser los objetivos centrales de la política económica. Esto es, crecer de modo equilibrado, con ejes en el fortalecimiento del mercado interno y las pymes locales, y con un Estado activo que intervenga en la economía para que los frutos de la eventual expansión se distribuyan más equitativamente entre la población.


domingo, 20 de abril de 2025

Dominado por la Furia... @dealgunamanera...

Dominado por la furia…

El desempleado del mes, Milei. Dibujo: Pablo Temes. 

El equipo económico dio muestras de carácter. Es tiempo ahora de que Milei frene sus arranques. 

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 19/04/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Ni aún en los momentos de logros indiscutibles hay paz en los espíritus y en las mentes de los que constituyen el Triángulo de Hierro instalado en la cúpula del poder. Por si algún distraído no lo supiera, estamos hablando de Javier Milei, de su hermana Karina y de Santiago Caputo. No importa cuál sea el hecho y la circunstancia, todo es bienvenido para generar disputas tanto con los adversarios como así también entre los mismos integrantes del oficialismo.

Dominado por la euforia causada por la decisión del Fondo Monetario Internacional de concretar el préstamo de 20 mil millones de dólares que le permitió al Gobierno dar comienzo al proceso de progresivo levantamiento del cepo, y por una incontenible verborragia, el Presidente se dedicó en sus apariciones mediáticas del lunes pasado –una entrevista con Luis Majul y otra muy extensa con Alejandro Fantino– a descalificar y a agredir a políticos, economistas y algunos de los periodistas que osaron discrepar y/o criticar aspectos de la gestión. Esto –que ya no sorprende– se ha transformado lamentablemente en parte de un folklore que deja al descubierto –una vez más– un aspecto patológico de su personalidad que, con sus expresiones agresivas y sus reacciones de furia, exhibe rasgos que bien podrían ser compatibles con algunas de las manifestaciones de conductas que corresponden a lo que se conoce como trastorno explosivo intermitente.

El presidente se dedicó esta semana a agredir periodistas y economistas, sus blancos predilectos.

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Las consecuencias políticas negativas de esta conducta disruptiva ya tuvieron una primera evidencia en la elección a constituyentes del último domingo en la provincia de Santa Fe. Hubo no sólo una ausencia absoluta de voluntad para acordar con el gobernador Maximiliano Pullaro y con el PRO, sino también entre Karina Milei y Santiago Caputo para consensuar candidaturas. Conclusión: el Gobierno, que pudo haber sido parte de una coalición victoriosa, debió morder el polvo de la derrota. De cara al futuro, lo mismo podría estar ocurriendo en la Ciudad de Buenos Aires, en donde la falta de acuerdos entre La Libertad Avanza y el PRO le está abriendo el camino a una posible victoria al candidato del kirchnerismo, el radical K Leandro Santoro. Algo impensado hace no mucho tiempo atrás. Lo mismo sucederá en la provincia de Buenos Aires, si no se alcanzan los acuerdos entre el oficialismo y el PRO. Por si alguien no lo recuerda, eso ya pasó en 2023 cuando Néstor Grindetti y Carolina Píparo se negaron a unir fuerzas en pos de obtener una victoria que era segura, regalándole así la elección a Axel Kicillof. No aprenden.

Lo increíble de todo esto es que Milei no se dé cuenta de lo ilógico que es conducir a sus candidatos a una derrota y de lo nocivo que eso sería para el futuro de su gobierno. En efecto, un fracaso electoral en la Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires a manos del kirchnerismo afectaría severamente la fortaleza política del oficialismo. Le impediría, además, sumar legisladores en ambas Cámaras del Congreso, algo que necesita imperiosamente para revertir su situación de extrema debilidad que, de prolongarse, lo alejaría de cualquier posibilidad de obtener las leyes que necesita para continuar con las medidas que precisa implementar a fin de seguir adelante con su programa de gobierno. “Todos los logros obtenidos hasta aquí, han sido bajo esta misma mecánica de manejo del poder. Mal no nos ha ido” –retrucó una alta fuente de La Libertad Avanza. Lo que no debería olvidar el oficialismo es que, con o sin acuerdos rubricados de manera formal, el PRO de Mauricio Macri los apuntaló en distintas oportunidades. La paciencia tiene un límite y nadie puede prever si la oposición dialoguista seguirá acompañando de la misma manera. Por las dudas, los libertarios mantienen en alto su plan de seducción para pintar de violeta a todo el que se le cruce.

El PRO de Mauricio Macri apuntaló el déficit político libertario: la paciencia tiene un límite.

A pesar de sus conductas dañinas para la construcción política, el Gobierno es pragmático. La primera semana de apertura del cepo cambiario trajo los resultados que el Presidente y su equipo económico esperaban. El régimen cambiario anunciado con una flotación entre bandas de mil pesos y $ 1.400 no ha tenido sobresaltos. El lunes, primera prueba sin cepo para los ahorristas, el dólar oficial subió 12% y cerró en $ 1.230. El martes se mantuvo alrededor de ese valor para luego cerrar el miércoles a la baja a $ 1.160. Es decir, bastante más cerca de la banda inferior. Los supermercadistas –grandes cadenas, mayoristas, pero también pequeños almacenes– hicieron sonar las alarmas al recibir listas de precios que contenían aumentos desmedidos, incluso antes de que hubieran trascendido los valores reales de la divisa norteamericana. Avisaron que no estaban dispuestos a convalidar las subas de precios impulsadas por las empresas alimenticias. 

Discretamente, desde la Secretaría de Comercio habían operado para lograr la ayuda de los hombres vinculados al retail. Incluso el propio Luis Caputo salió a celebrar la medida en la red social X. Las empresas apuntadas fueron Molinos y Unilever. La presión surtió efecto y volvieron sobre sus pasos. El Gobierno se plantó e hizo valer su poder de control con éxito. El Presidente y sus funcionarios deberían darse cuenta que la intervención del Estado de forma adecuada y sin abuso de poder no es algo de lo que deban arrepentirse. Una cosa es el Estado bobo, cuna de militantes y fuente de corrupción de los tiempos del kirchnerismo. Inaceptable; otra muy distinta es condenar al Estado de antemano haciéndolo responsable de todos los males del país.

El equipo económico ha dado una muestra de carácter. Ahora, es necesario que el Triángulo de Hierro pueda calibrar sus arranques de furia y de euforia para reaccionar en su justa medida a los desafíos que demanda el ejercicio del poder.




 

domingo, 13 de abril de 2025

Euforia que no se entiende... @dealgunamanera...

Euforia que no se entiende...


Furia. Dibujo: Pablo Temes

Recibir otro préstamo del FMI no es algo para celebrar, salvo por la inminencia del abismo. El levantamiento del cepo y la devaluación. 

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 12 de abril de 2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.



Fue un viernes febril, de esos a los que la Argentina parece estar destinada a vivir con una periodicidad demasiado frecuente. Se aunaron dos anuncios significativos: a las 4 de la tarde, el del índice de inflación y, una hora después, el del desembolso del Fondo Monetario Internacional junto al comienzo del levantamiento del cepo.

Para este último, hubo una puesta en escena prolijamente diseñada. Primero la comunicación de la noticia y la posterior larga conferencia de prensa del ministro de Economía, Luis Caputo, y del presidente del Banco Central, Santiago Bausilli; después, la foto de familia en la Casa Rosada, y finalmente, la del discurso de Javier Milei por la cadena nacional de radio y televisión.

El Gobierno necesitaba –sí o sí– concretar este acuerdo con el FMI lo antes posible. La incertidumbre causada por la demora en su concreción le vino significando al Banco Central una hemorragia de dólares que no paraba. Salvo una o dos jornadas, en los últimos quince días, tuvo que salir a vender, con lo que las reservas de la entidad cayeron por debajo de los 25 mil millones de dólares. La escasez de billetes de la divisa estadounidense se venía agravando por la poca liquidación de los exportadores en estos meses, que son claves. Era un secreto a voces que un levantamiento del cepo iba a generar automáticamente un fenómeno de inestabilidad que, consecuentemente, podría llevar a una posible devaluación. Esa incógnita se va a comenzar a develar no bien se abran los mercados en la mañana del lunes. Pero, bajo las condiciones actuales de la llamada fase 3 del plan económico del Gobierno, con una flotación sucia controlada por el BCRA, es poco probable que suceda. Lo que es concreto es que ya no existirá más el dólar blue sino que el valor de la divisa dependerá de lo que fije el juego entre la oferta y la demanda, es decir, el mercado.

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En este punto es importante señalar que el levantamiento del cepo es parcial. No hay dólares para todos, en especial, para las empresas. Por lo tanto, quienes podrán operar con total libertad serán las personas humanas, es decir, cada uno de nosotros. Eso es claramente un limitante que asegura que no habrá una avalancha de compradores de grandes sumas de dólares. Por otra parte, la gran mayoría de la sociedad llega con lo justo a fin de mes y lejos está de pensar en variables de ahorro; más bien está preocupada por su subsistencia. El aumento en la inflación de marzo, empujada por la suba del precio de los alimentos, es una muestra de ello. El otro aspecto que habrá que tener en cuenta es el impacto que la medida tendrá en las importaciones.

El Gobierno necesitaba cerrar el acuerdo por la hemorragia de dólares del BCRA

Es menester subrayar la importancia de dos factores que se combinaron para acelerar la concreción de este acuerdo del cual tanto dependía el oficialismo: el primero es la magnitud del ajuste con el consecuente superávit fiscal; el segundo es la estrecha relación entre Javier Milei y Donald Trump. Eso se verá reflejado mañana durante el encuentro que mantendrá el secretario del Tesoro –equivalente al ministro de Economía– de los Estados Unidos, Scott Bessent, tanto con el Presidente como con Caputo.

En medio de tanta euforia en el Gobierno –en verdad hay que señalar que recibir un préstamo del FMI no es algo para festejar– es importante hacer dos observaciones: la primera, que, más tarde o más temprano, el préstamo habrá que devolverlo; la segunda, que el FMI puso tres condiciones que deberán implementarse a lo largo de lapsos futuros: la reforma previsional, del sistema de coparticipación y del sistema tributario, metas para las que el oficialismo va a necesitar acuerdos políticos que hoy no se ven en el horizonte.

Volviendo a lo inmediato, hay en el fondo –como siempre– un tema de confianza. El anuncio del Gobierno parece acertado y lanzado justo a tiempo. Sin embargo, el éxito de esta tercera fase, que comenzará concretamente el lunes, dependerá de la reacción y del acompañamiento de los distintos actores de la economía.

El campo había anticipado que aumentaría el ritmo de liquidación de la cosecha entrado el mes de abril. Fuentes del sector señalaron que “habrá una lógica prudencia al principio pero el aporte de divisas llegará más temprano que tarde” y aseguraron que “el Gobierno está dando pasos en la dirección correcta”.

El empresariado en general y el sector industrial en particular deberían meditar sus próximos pasos pensando en el bienestar general. Son el eslabón fundamental para darle sustento real a la actividad económica. La historia ha dado muestras suficientes de su mezquindad. En años de la Alianza le soltaron la mano a Ricardo López Murphy cuando les planteó la posibilidad de tener que salir a competir abiertamente y esbozó sus planes de ajuste, infinitamente menores a los que está llevando a cabo el gobierno nacional. Algunos fueron cómplices con su silencio en los años del despilfarro kirchnerista y posteriormente abandonaron a su suerte a Mauricio Macri a pesar de ser considerado “uno de los suyos”. Al ingeniero le dieron de beber de su propia medicina. “Acompañaremos en la medida de lo posible pero nos preocupan los desplantes grandilocuentes y la falta de equipos. Salvo la cúpula de Economía y del Banco Central, no hay en el Gobierno cuadros formados en gestión y eso se nota”, resumió un empresario del sector alimentario.

Del otro lado de la ecuación, la dirigencia gremial sigue demostrando no estar a la altura de las demandas sociales. Priman en la cúpula de la desprestigiada CGT las internas y los intereses partidarios. La tenue movilización y el paro llevados a cabo los días miércoles y jueves fueron una muestra cabal de su falta de liderazgo. La gente les dio la espalda y salió a trabajar como lo hace cada día para ganarse el sustento. Nadie come vidrio y la sociedad se ha hartado de seguirles el juego a los sindicalistas millonarios, que solo quieren conservar sus privilegios. La distancia con el trabajador de a pie y la crisis de legitimidad es total.

Cada uno de los sectores de la dirigencia política, gremial y empresarial debería replantearse su rol en una argentina que ya no tolera la falta de empatía.

Reportaje al Dr. Nelson Castro por Ernesto Tenembaun (Septiembre 2024)