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domingo, 24 de marzo de 2024

De león a jamón del medio… @dealgunamaneraok...

De león a jamón del medio

Victoria Villarroel. Dibujo: Pablo Temes. 

El choque con Villarruel tiene una larga historia en la democracia. Todos los presidentes tuvieron malas relaciones con sus compañeros de fórmula.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/03/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

 

La semana comenzó para el Gobierno con una necesidad: la de hacer un control de daños. El rechazo del DNU en el Senado le causó al Presidente un profundo enojo no solo con la oposición, sino también con la vicepresidenta. Las críticas contra Victoria Villarruel devinieron en acusaciones, cuando José Luis Espert, flamante incorporación de La Libertad Avanza, dio sustento a la idea de un eventual plan de desestabilización encabezado por ella. Las conversaciones en pos de “desmentir” la tensión entre Javier Milei y su vice culminaron con la foto que compartieron el lunes durante el acto de conmemoración de los 32 años del ataque terrorista aún impune contra la Embajada de Israel. La paz así alcanzada duró poco. El estrépito producido por las declaraciones de la vicepresidenta el jueves en el programa de Jonatan Viale por TN dieron por tierra con el idilio y abrieron una caja de Pandora. No queda claro por qué Villarruel tomó la decisión de exponer tan abiertamente sus diferencias con el Presidente y de hacerlo hasta con un aire de ninguneo que fue motivo de cientos de memes y burlas en las redes sociales a las que Milei es tan adepto.

El Presidente, que se presenta a sí mismo como un león, quedó reducido a la dimensión del “jamón del medio” entre dos mujeres con ambiciones de poder: su hermana Karina y Villarruel. La vice lo trató a Milei de “pobrecito” y, además, le cuestionó las designaciones de 
Patricia Bullrich
 como ministra de Seguridad, y de Luis Petri al frente del Ministerio de Defensa, la participación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcoterrorismo, la elección del juez federal Ariel Lijo para integrar la Corte Suprema de Justicia, la anulación de los aumentos de las dietas de los senadores, las cesantías de empleados estatales y un largo etcétera.
Los gobernadores saben que necesitan del gobierno nacional para no arriesgarse a pasar un invierno malo.    
Es notable observar cómo la mala relación entre el presidente y el vice es una constante que se repite a lo largo de la historia de nuestro país. Fue Domingo Faustino Sarmiento quien limitó la función del vice –el suyo fue Adolfo Alsina– a tocar la campanita en las sesiones del Senado. En la renacida democracia argentina, esa relación estuvo contaminada por la desconfianza y la intriga. Víctor Martínez, que fue un vicepresidente absolutamente leal, fue el blanco de sospechas y teorías conspirativas durante todo el mandato de Raúl Alfonsín. Carlos Menem, no bien pudo, se lo sacó de encima a Eduardo Duhalde y lo mandó a la gobernación de la provincia de Buenos Aires. A Carlos Ruckauf, el vice durante su segundo mandato, lo ignoró olímpicamente. Carlos “Chacho” Álvarez renunció a su cargo a los nueve meses de haber asumido, hiriendo de muerte la presidencia de Fernando de la Rúa. Néstor Kirchner le prohibió a Daniel Scioli ir a la Casa Rosada después que el entonces vicepresidente hiciera un anuncio sobre la adecuación de las tarifas de servicios públicos. Cristina Fernández de Kirchner rompió para siempre con Julio Cobos después de que este emitiera su “voto no positivo” contra la Resolución 125. Para su segundo mandato, CFK con su dedo eligió a Amado Boudou, a quien terminó fulminando cuando se descubrió el negociado con Ciccone para quedarse con la Casa de Moneda. Mauricio Macri despreció a Gabriela Michetti durante sus cuatro años de gobierno. Y no hace falta ningún esfuerzo de la memoria para recordar la pésima relación entre Alberto Fernández y CFK.  

Que existan diferencias de opinión y de propuestas entre el presidente y el vice no representa, en sí, ningún problema en tanto y en cuanto sean parte de las discusiones que normalmente se dan en la vida política en un marco de diálogo. El problema surge cuando no existe el diálogo. Eso es lo que desnudó Villarruel con sus declaraciones. Y ese es el inconveniente que complica al Gobierno tanto en sus relaciones internas como en las que algunos funcionarios intentan llevar adelante con las otras agrupaciones políticas. Esto genera un ambiente de desconfianza que es el que predomina en las conversaciones con la oposición dialoguista. El Gobierno necesita tener dos certezas. La primera es que el 
DNU
 no va a caer. Eso está en las manos de la Cámara de Diputados. Si la oposición dialoguista decide apoyarlo, el Gobierno podrá tener la certeza de que el DNU se mantendrá vigente. Más complejo es todo lo concerniente a la ley ómnibus. La aprobación de “Bases para el Punto de Partida para la Libertad de los Argentinos” será más difícil. El Senado representa un escollo muy fuerte para el oficialismo.

Atendiendo a eso es que hay que entender la sorpresiva movida gubernamental con la propuesta del juez federal Ariel Lijo para cubrir una de las dos vacantes existentes en la Corte Suprema. El juez Lijo es la pieza de negociación con los gobernadores del peronismo. En la negociación tuvieron participación activa funcionarios del entorno más estrecho del Presidente, un miembro de la Corte y senadores del peronismo entre los que, coinciden varias voces del Congreso, destacaría José Mayans, el jefe del bloque. La elección de Lijo produjo mucho malestar tanto en sectores internos de LLA –tal cual lo manifestó la vicepresidenta– como en sectores de la oposición.

La explicación que el vocero presidencial Manuel Adorni le dio al periodista Ignacio Ortelli cuando le preguntó por los motivos de la nominación del juez fue endeble. La Corte está en el centro de la atención y la preocupación del Gobierno. De sus decisiones dependerá la suerte de varias de las medidas claves que el oficialismo necesita para llevar adelante su gestión. Está claro que el organismo está llevando las cosas a la larga a la espera de que la política resuelva algunas de las controversias sobre las cuales se le pide dictamen.  

El párrafo final es para Rosario, que está en el centro de la atención del Gobierno. Más allá de las polémicas generadas por la participación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico, lo vivido personalmente en las 48 horas que pasé en Rosario permite dar una idea de la complejidad de la situación. Estuve en los lugares en donde asesinaron a los dos taxistas –Héctor Figueroa y Diego Celentano–, al chofer de colectivo –Marcos Daloia– y al despachante de combustible –Bruno Bussanich. Como consecuencia de ello recibí una amenaza de muerte, en la que me advertían que me podría pasar lo mismo que a José Luis Cabezas. Hecha la denuncia, la policía de la provincia de Santa Fe actuó con una llamativa eficacia y detuvo al sospechoso, quien, sin muchas vueltas, confesó el delito. Luego de escuchar tal confesión, el juez lo dejó en libertad con una pena consistente en llevar adelante tareas comunitarias. ¿Alguien puede creer que así se puede combatir al narcotráfico con éxito?













domingo, 7 de mayo de 2023

El destino cíclico del país… @dealgunamaneraok...

El destino cíclico del país…


¿Por dónde salir? Sergio Masa. Dibujo: Pablo Temes. 

Tanto la dirigencia como el ciudadano de a pie, no logran escapar al círculo que aparece en cada elección.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 06/05/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El plan de Massa es llegar”, dijo Antonio Aracre a lo largo de la semana en el transcurso del raid mediático, en el que se dedicó a confirmar con todo detalle, tanto las inconsistencias de la gestión del ministro de Economía, como la situación de crisis interna que atraviesa al Gobierno. Es notable como día tras día van quedando expuestas las mentiras del kirchnerismo, circunstancia que en nada inmuta ni a Alberto Fernández ni a Cristina Fernández de Kirchner y sus respectivos entornos cultores del “miente, miente, que algo quedará”.

La semana arrancó con las nuevas medidas que aumentaron las restricciones para acceder al dólar. Lo que logró este cepo recargado fue poco. Le siguió el vergonzoso viaje a Brasilia de una numerosa comitiva encabezada por el Presidente saliente para –según se anunció oficialmente a tambor batiente– firmar un acuerdo con Lula para facilitar las importaciones de insumos producidos por empresas brasileñas. Lo cierto fue que, como dijo el primer mandatario del Brasil, AF se volvió más aliviado, pero sin dinero. A falta de dinero se asistió, en cambio, a una reyerta de peluquería entre alguna de las integrantes de la comitiva presidencial, tal cual lo describió en su imperdible artículo Roberto García. Si no hay pan que por lo menos no falte el circo. Vergonzoso.


Al mismo tiempo que el Tango 04 volaba hacia Brasilia, se desarrollaba en el estadio de Defensores de Belgrano el acto de la CGT para conmemorar el “Día del Trabajador”. Lo más relevante fue la escasez de la concurrencia y el faltazo de sindicalistas aliados a CFK. Sinuoso –tal cual es su estilo– Massa mandó un mensaje que a nadie le importó. Como parte de la estrategia acomodaticia de la dirigencia gremial, lo que se les escucha decir es que el objetivo es evitar la hiperinflación (sic). Si en lugar de un gobierno peronista hubiera uno de la oposición, la CGT estaría decretando paros y movilizaciones a diestra y siniestra, empujándolo a su caída. Sin embargo, este gobierno kirchnerista, tuvo mucha más suerte.

 

Antes de que lo echen

 

Producto de la desesperación del kirchnerismo, el Indec anunció el miércoles que, en vez del viernes 12, el índice de inflación de abril se daría a conocer el lunes 15. La inverosímil y descarada excusa que se dio es que, como el domingo 14 son las elecciones a gobernador en varias provincias, la difusión de esa información podría influir en la decisión del electorado (sic). El bochorno generado por el anuncio y su carencia de fundamentos –increíblemente sostenidos por el titular del Instituto Nacional de Estadística y Censos, Marco Lavagna– hicieron que la medida se revirtiera a las pocas horas. Lavagna hijo, parece haber olvidado el tiempo en el que supo ser frontalmente crítico de las maniobras de manipulación, destinadas a alterar los datos de la inflación.

Nada muy sorprendente: lo mismo hicieron Alberto Fernández, Sergio Massa, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, el secretario de Industria, José Ignacio De Mendiguren, el secretario de Comercio, Matías Tombolini, por nombrar algunos funcionarios de memoria débil. Por otra parte, el ocultamiento y la distorsión de las estadísticas, es un capítulo viejo que tuvo final trágico en los tiempos de Guillermo Moreno.

El plan “llegar” de Massa necesita los dólares como el oxígeno. Por eso se asiste al derrotero de un gobierno mendicante. Se le pide a quien: Brasil, China y el FMI. De ellos, el único que ofrece una cantidad significativa es el vilipendiado Fondo. Lo que para CFK es una herejía, para Massa es como el maná caído del cielo. Cuenta el Gobierno con la ayuda del gobierno de los Estados Unidos. En Washington se ha tomado la decisión de evitar que la Argentina caiga en default. Es una decisión que es producto del aprendizaje: el default argentino de 2002 le ocasionó daños severos a la mayoría de las empresas norteamericanas.

En materia electoral a “la jefa” tampoco le gustan las opciones que tiene sobre la mesa. A Daniel Scioli lo atormentó durante años, maltrató y destrató. Por eso insiste con Sergio Massa. No es una inclinación que le simpatice, pero, a sabiendas de una posible derrota, no quiere que el Superministro de Economía salga ileso. CFK es vengativa y no da puntada sin hilo.

 

Jugar con la paciencia

 

No tan Juntos por el Cambio merece un párrafo aparte. María Eugenia Vidal, desangelada y sola, publicó un tuit ambiguo dando a entender que no sería precandidata presidencial para las PASO. “Esperaba un apoyo interno que nunca llegó, y todo hace pensar que tampoco tendrá su operativo clamor si decidiera ir por el Gobierno de la Ciudad. Nadie se baja si los números lo acompañan. No sería el caso”, –argumentó una fuente que recorre el moderno edificio de Uspallata.

El verbo “ceder” no aparece en el manual de las negociaciones aplicado por estos días. Lo peor es que los trapitos amarillos, se han vuelto a lavar al sol y la gente ha comenzado a tomar nota de ello. El hastío generalizado que manifiesta el votante con la clase política es palpable en todos lados. El único que sale beneficiado de esta situación es Javier Milei quien no deja de subir en las encuestas. Es justo decir que a medida que se acerca el calendario electoral el votante se vuelve más conservador, pero en este proceso hay ingredientes que se combinan para desembocar en un voto castigo.

Miley está tan seguro de sí mismo que no tiene ningún apuro en definir los nombres que lo acompañarán en la provincia de Buenos Aires, por citar un ejemplo. Ya hay varios intendentes y concejales que buscan un lugar bajo su melena. Para el Libertario, la lista sábana no es un problema y el tiempo y sus adversarios le juegan a favor. Por eso CFK lo eligió para subirlo al ring. Si el gobierno del iracundo economista terminara en un fracaso, el kirchnerismo volvería a la vida inmediatamente.

Argentina y un destino cíclico que tanto la dirigencia como el ciudadano de a pie, no logran esquivar.




   

domingo, 18 de septiembre de 2022

Humo. Ruido por lúmpenes… @dealgunamaneraok...

 Ruido por lúmpenes… 


Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes.

El Gobierno insiste en ver una conspiración detrás del atentado a Cristina para no hablar de economía. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 17/09/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Para ser claros: el principal problema –pero no el único– que afecta a la sociedad argentina en su totalidad es el incontrolable nivel de inflación. Y para este problema –así como para los otros– el Gobierno viene demostrando no tener ninguna solución.

Sergio Massa hizo bien los deberes con el Fondo Monetario Internacional y regresó al país con una palmada en la espalda –una ansiada palmada– de Washington. Allí se valoró el cambio de actitud política que explicó con detalle el ministro de Economía.  A decir verdad, se trata de un fuerte cambio en lo discursivo que llevó algo de tranquilidad a la cúpula del FMI, que todavía le reprocha a Kristalina Georgieva su mano blanda con la Argentina.

Una fuente que conoce el clima de lo que se vivió en esas reuniones lo describió así: “Los tipos no lo podían creer. Por primera vez en lo que va de este gobierno alguien llegó desde la Argentina para hablar un idioma similar al de ellos con cierta coherencia y en línea con los intereses del Fondo. No es poco: en la Casa Blanca ya no había paciencia para los berrinches revolucionarios y los discursos berretas. No son tontos, saben que el volantazo es abrupto y por imperio de la necesidad, pero consideran un avance que, al menos por ahora, se hable el mismo idioma”.

Traducido: las cosas estaban tan mal que ante el primer atisbo de razonabilidad, en cuanto a correcciones de los desajustes fiscales, desde el norte aplaudieron de pie.

A pesar de esto, Massa no se llevó un cheque en blanco. Aun cuando dio un paso fundamental para permitirle al FMI anunciar que la Argentina viene cumpliendo con las metas, los deberes que debe completar son muchos y de alto costo político en relación con el frente interno del Frente de Todos contra Todos.  

“Subsiste un estado de duda permanente. Eso lo genera la figura de Cristina. Todos acá saben que la que manda es ella, por lo que todos se preguntan hasta cuándo aguantará sin quejarse por las consecuencias de este inevitable gran ajuste que debe hacer”, señalaba otra voz del Fondo desde una de sus oficinas en el caluroso mediodía del último viernes en  Washington.

El 7% de inflación fue un mazazo. Lo fue para el Gobierno en lo político y para la gente; en especial, para los más pobres. Los promedios de aumentos de los precios de alimentos en distintas zonas del Gran Buenos Aires, en donde la pobreza y la marginalidad se vienen enseñoreando desde años, fueron todavía mayores que la general.     

Un exministro de Economía lo puso en estos términos: “Es lógico que se haya dado un paso adelante, pero, atención, solo se compró tiempo a cuenta. ¿Cuánto? Dos meses en términos económicos. Pero caemos en el cuento de la frazada corta. Lo que se pagó ahora faltará a fin de año. Igual festejan el paso a paso, el día a día, pero la situación sigue siendo agobiante”.

En el ámbito legislativo le escucharon decir con sorna al propio Massa: “¿De qué se preocupan? Estamos haciendo lo que hay que hacer. El cambio de discurso es clave. ¿Qué esperaban que haga? ¿Qué querían que dijera?”(Sic).

Para un referente de la oposición acostumbrado a los vaivenes discursivos del kirchnerismo, el volantazo es tan grande que tendrá consecuencias. “Lo que ayer era un elefante hoy es una tortuga y te lo dicen con total convicción. Ese cambio de discurso tendrá costos. Una parte de La Cámpora y del Instituto Patria no lo va a digerir”.

Los pronósticos para este mes en curso no son mejores. Los guarismos de las dos primeras semanas de septiembre no son buenos. El aumento de los precios trae augurios sombríos. Los productores venden soja y liquidan dólares, pero el dólar “blue” no baja de 270. “Muchos reciben pesos y, al instante, los cambian en dólares”.

En virtud de la necesidad de desplazar a la grave crisis socioeconómica del centro de la agenda, el Gobierno viene desplegando un arsenal de acciones ruidosas vinculadas con el atentado que puso a Cristina Fernández de Kirchner a centímetros de la muerte. El oficialismo pretende hacer de un hecho grave llevado adelante por personas propias del lumpen una conspiración terrorista de alto vuelo en la que, de paso, intenta asociar al macrismo.

Nada que sorprenda: la mentira y el relato son la esencia del kirchnerismo. Es algo que está en su génesis. Todo es puesta en escena: la fallida misa en la Basílica de Luján que generó una oleada de críticas y pases de facturas entre curas y obispos que aún no cesa. La reunión con trazos de teatralidad de la expresidenta en funciones con un grupo ultraminoritario de curas y laicas que han hecho de su devoción por ella un credo.

La calle está diciéndole al oficialismo que este plan no está dando resultados. El nivel de incredulidad sobre el atentado crece a medida que se le van aditando detalles que parecen extraídos del Día del chacal, la célebre novela del famoso escritor Frederick Forsyth.  
 

La supuesta intención de gestar un diálogo con la oposición que incluya una reunión entre CFK y Mauricio Macri. La promesa de otras convocatorias hechas por el ministro de Desarrollo de la provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque, una voz de CFK.

En medio de este humo, avanza a paso firme la idea de supresión de las primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). La excusa que se utiliza prende en muchos sectores de la población: son muy costosas. Con ese criterio, en el futuro podrían peligrar las elecciones. Lo curioso –pero no sorprendente– es que las PASO fueron una creación de CFK luego de la traumática derrota electoral de 2009, en la que, en la provincia de Buenos Aires, el trío Néstor Kirchner, Daniel Scioli y Sergio Massa fue vencido por Felipe Solá, Francisco de Narváez y Mauricio Macri. El objetivo es claro y burdo: complicar a la oposición y  aprovechar para reinstalar en muchos distritos la ley de lemas, una distorsión grave y aberrante del voto.       

La oposición tuvo ocasión de festejar una victoria de alto valor simbólico en la elección municipal de la pujante ciudad de Marcos Juárez, ubicada en el sur de la provincia de Córdoba. Sin embargo, todo lo que transmite hasta aquí es estar envuelta en una maraña de rencillas internas interminables. Mauricio Macri quiere ser candidato. Su voluntad es esa. A ello se opone Juliana Awada, su esposa. Habrá que ver cuánto pesa eso a la hora de las decisiones del expresidente. 




    

domingo, 12 de junio de 2022

Malas noticias que no sorprenden... @dealgunamaneraok...

 Malas noticias que no sorprenden... 

"While my guitar gently weeps..." - (Mientras mi guitarra llora suavemente) Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes. 

Mientras el Gobierno defiende dictaduras en la Cumbre de las Américas, la economía argentina sigue exhibiendo las mismas penurias. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 11/06/2022 y publicado por el Diario Perfil e la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

Alberto Fernández se dio uno de los pocos gustos de los que pueda jactarse en su desvaído y penoso peregrinaje por el poder: defender en la Cumbre de las Américas a los regímenes antidemocráticos de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Notable contradicción de quien se dice un defensor de los Derechos Humanos de avalar a gobiernos que abiertamente los vienen violando desde hace años y sin ningún remordimiento. Su discurso, que no sorprendió al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden –quien estaba anoticiado del tenor de la alocución– y en el que no se privó de pedir la renuncia del secretario general de la OEA, Luis Almagro, estuvo dirigido principalmente a satisfacer las demandas de la feroz interna que se vive dentro del Frente de Todos contra Todos. Fue como si se hubiese concretado la proyección de un sueño adolescente con arranques de rebeldía: cantarle las cuarenta al presidente de los Estados Unidos en su propia casa.

Por lo tanto no faltó la alusión a Macri a través de la mención crítica al presidente Donald Trump, en un guiño destinado a congraciarse con Biden. Con todo, lo más significativo del discurso fue su intrascendencia. La exposición claramente condenatoria hacia los regímenes antidemocráticos de La Habana, Caracas y Managua por parte del presidente de Chile, Gabriel Boric –un hombre de la izquierda– dejó al desnudo lo anacrónico de la postura de AF.

 

Lo curioso es que, horas después, el mismo gobierno se encargó de difundir con aparatosidad el saludo del presidente argentino con el de los Estados Unidos y en decir que no había recibido ningún reproche de su parte. Es otra de las contradicciones típicas del kirchnerismo. Despotrican contra Washington, pero luego se derriten buscando recibir la invitación para una visita de Estado por parte de la Casa Blanca. Lo mismo sucedió con Cristina Fernández de Kirchner quien, por un lado, hablaba pestes del gobierno de Barack Obama mientras que, por el otro, buscaba desesperadamente una reunión bilateral con él. 

 

En el Gobierno se entusiasman con la buena química que se generó entre AF y Biden. Creen que con eso se soluciona todo. ¡Cuán equivocados están! Deberían prestar atención a los mensajes que están circulando al interior del Departamento de Estado en donde de todo se toma nota. Al momento de escribir esta columna circulan por allí opiniones que se oponen abiertamente a que el presidente Biden asista a la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos (Celac) que lo obligue a encontrarse con Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Miguel Mario Díaz Canel. Por otra parte, la preocupación importante del gobierno de los Estados Unidos pasa por la creciente presencia de China en la región y, específicamente el tema del 5G.  

 

Durante el periplo de AF por Los Ángeles hubo también lugar para el colmo del cinismo, que llegó bien entrada la conferencia de prensa cuando se refirió a la salida del ex ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas: “Matías es un gran ministro que cometió un error y un error que yo no lo soporto, que en off se hable mal de otro. Es más, reniego de los que hablan en off, debo confesar. Es mejor hablar francamente”. Parece haber olvidado que construyó su carrera política en base a sus filtraciones de información en off the récord, práctica que se extiende con mucha intensidad hasta el presente. 


               ¿Quién se quiere llevar el Gobierno a la mesita de luz?

 


Kulfas negó en sede judicial que, en sus declaraciones en on y en off, se refiriera a un hecho ilícito y aseguró que se trataba de opiniones de índole política. 

 

Algunos líderes opositores celebraron las declaraciones del ex ministro. No se trató solamente de la voz del ex ministro Juan José Aranguren quien criticó las denuncias de los diputados opositores. Otras figuras de No Tan Juntos por el Cambio “prefieren no hacer olas” con una obra tan importante que los terminará beneficiando en el futuro. Como se ve, en todos lados se cuecen habas. 

 

Lo de Kulfas no fue la bronca de un día. Lo suyo tampoco fue un monumento a la dignidad. Durante dos años y medio aguantó en silencio el maltrato al que lo sometieron CFK y La Cámpora. Ido Kulfas, todas las miradas de CFK y sus secuaces están puestas en Martín Guzmán a quien el sector empresarial trata de apuntalar. “Si se va Guzmán, sabemos que el que venga será peor”, sentenció sin ambigüedad uno de los empresarios que acudió a la reunión organizada por  la Asociación Empresaria Argentina (AEA) en donde habló el ministro de Economía.


La reaparición en el escenario político vernáculo de Daniel Scioli conmocionó al oficialismo. El más afectado es Sergio Massa. Scioli llega con un objetivo: la revancha en 2023. Su aspiración a la candidatura presidencial, reverdecida desde hace meses, tiene en este nombramiento un trampolín que le da vuelo a su sueño. “Daniel quiere la revancha. Siente que el único candidato de unidad del peronismo es él”, afirma, categórica, una voz de su entorno.   
 

La calma financiera parece haber llegado a su fin. El dólar Blue alcanzó los 210 pesos y el contado con liqui se fue a 277. 

 

Mientras el Gobierno se entretiene defendiendo a Maduro, Ortega y Díaz Canel, y con el proyecto de ampliación a 25 del número de miembros de la Corte Suprema, la crisis interna y las dificultades para cumplir los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional hacen que las alternativas adversas de economía argentina no sorprenden a nadie.

 

“A menudo hace falta más coraje para hacer lo correcto que lo incorrecto.” Abraham Lincoln.




domingo, 5 de junio de 2022

La mano que mueve la lapicera… @dealgunamaneraok...

 La mano que mueve la lapicera… 


‘Tomá nota’ Cristina Fernández de Kirchner. Dibujo: Pablo Temes 

En el acto de Tecnópolis fue muy evidente que los avances por subsanar la fractura en el Gobierno brillaron por su ausencia.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 04/06/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

La novela de encuentros y desencuentros del Presidente con su vice, un grotesco que parece salido de alguna de las canciones de los Pimpinela, sumó el viernes y el sábado un nuevo capítulo que –como no podía ser de otra manera– no modificó en absoluto el fondo de la cuestión. Se reencontraron luego de 95 días sin verse las caras en el acto de festejo por los cien años de YPF. Una celebración paradójica: elogios, historia y orgullo impostado para la petrolera estatal en medio de la crisis por falta de gasoil que afecta al menos a ocho provincias y complica el abastecimiento y la producción. Nada que festejar. Una muestra más de kirchnerismo en su estado puro: relato y mentiras.

 

El protagonismo fue, como siempre, de Cristina Fernández de Kirchner. Fue su yo y la historia. El síndrome de Hubris en toda su dimensión. Eso agregado a su intención de dañar. Es algo irrefrenable en la vicepresidenta. La alusión crítica a Techint, a semanas de la cena que AF tuvo con su dueño, Paolo Rocca, fue un proyectil dirigido para torpedear las negociaciones destinadas a asegurar la provisión de los tubos necesarios para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner por medio de las que, además, el Presidente busca recomponer su relación con el sector empresarial.   

 

Los reproches de la vicepresidenta fueron los mismos de siempre. Los avances por subsanar la fractura en el Gobierno brillaron por su ausencia. Cada uno ratificó posiciones, entre lapiceras, pedidos de unidad y una frialdad que se vivió tanto en el escenario como en las plateas. Las caras mustias de los ministros y secretarios de Estado que tuvieron que aguantar el acto lo decían todo. Hasta la expresión del mismo Daniel Scioli, cuya presencia allí no tenía ninguna explicación, contribuyó a ese marco de resignación y disgusto. El que mejor reflejó el tedio reinante en Tecnópolis fue el ministro de Defensa, Jorge Taiana, quien sucumbió y cayó en un sueño que, según mostraron las cámaras de TV, pareció profundo.

 

“Aprendan a valorar la paciencia. Venimos pidiendo cambios desde hace mucho y no nos escuchan. Nosotros ya sentamos nuestra posición, si del otro lado nos siguen ignorando no habrá solución posible. Pedimos un cambio de jugadores y nos responden con su empoderamiento, si quieren morir en la suya que lo hagan, pero no nos van a arrastrar en su fracaso”, dispararon desde el Instituto Patria. La estrategia del kirchnerismo duro se mantiene en realidad porque no le quedan muchas opciones. La tozudez de Alberto Fernández los dejó sin aliento.

 

Ante tanto ninguneo y mentira, del otro lado del Frente de Todos Contra Todos aprendieron a no callarse. Una de las respuestas a la perorata de CFK fue un mandoble dirigido directamente a La Cámpora, la agencia de colocaciones para sus integrantes que, bajo el paraguas de un discurso con ideología y militancia, utiliza los fondos públicos para vivir bien y construir poder. Refiriéndose a la frase que la vicepresidenta le asestó al Presidente – “ya te dije Alberto que uses bien la lapicera”– el albertismo arguyó que los que no habían utilizado bien la lapicera habían sido los funcionarios de Ieasa, la sigla de Integración Energética Argentina Sociedad Anónima que hace poco volvió a llamarse Enarsa –Energía Argentina Sociedad Anónima–. Ieasa, que estuvo a cargo de la licitación del gasoducto que tuvo infinidad de idas y vueltas, es manejada por funcionarios que responden a CFK. Finalmente en los pliegos de licitación se estatuyó que la chapa a utilizar tenía que ser de 33 milímetros de espesor.

 

Esa chapa la fabrica Techint en Brasil. “Pareció una licitación hecha a medida de la empresa de Rocca”, señaló sin eufemismos una fuente de la Casa Rosada. A punto de cerrar esta columna, las consecuencias políticas de este off reproducido por parte del Ministerio de Producción y Desarrollo acaba de costarle el cargo a su titular, Matías Kulfas, quien había tomado la posta una vez más para resaltar que, efectivamente, la lapicera la tiene el Presidente y responder las críticas a la gestión económica. “Nos sentimos con una profunda desazón. Por un off que Cristina le atribuyó sin pruebas a Kulfas, Alberto lo echó de un plumazo” –expresó con desconsuelo un cercano del Presidente quien concluyó: “A partir de ahora sentimos que estamos sin respaldo”.

 

El Presidente ha empoderado a Martín Guzmán y al equipo que lo acompaña. Está decidido a ratificar el rumbo mientras CFK repite ante quien quiera escucharla que “Guzmán está terminado”. Lo mismo ocurre con el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, por quien no siente ningún respeto intelectual. A la luz de lo sucedido con Kulfas, habrá que ver cuánto más pueden resistir. Más claro, agua. La mano que mueve la lapicera es la de CFK.  

 

En medio de esa decepción, hay coincidencia en que los próximos tres meses serán la bisagra temporal para que el equipo económico muestre resultados, al menos, en la contención de la escalada inflacionaria. Algo que parece bastante utópico con las pocas herramientas que manejan los encargados de pilotar la tormenta. Además es inevitable la pregunta por el después. ¿Qué hará el Presidente si las metas no se cumplen? No hay respuesta. ¿Entregará a Guzmán y a Pesce cuando el reloj de arena esté pidiendo un giro de 180 grados? No hay Plan B y quizás esa sea la venganza más dulce del Presidente. Ceder poder cuando ya no haya tiempo de maniobra. Es eso lo que desvela a la ex presidenta en funciones.  

 

Los gritos de un abotagado Dr. Fernández en el deslucido acto de inauguración de la Variante Cañuelas –obra perteneciente al proyecto de transformación de la Ruta Nacional 3 en autopista– que comprende solo 9,6 kilómetros, marcaron el comienzo de la campaña electoral. Recurrió, pues, al manual de campaña del oficialismo que indica que hay que subir al ring a Mauricio Macri. Es el “Ah, pero Macri” que usaron en el 2021 y que fracasó. En ese discurso destemplado habló de los “ladrones de guante blanco” a los que la Justicia no investiga. Errabundo en su gestión y en su decir, no advirtió que, al fin y al cabo, estaba hablando de él mismo, que fue asesor legal de Cristóbal López, quien evadió impuestos por $ 8 mil millones y acaba de ser condenado a pagar una deuda del impuesto a los Bienes Personales por $ 156 millones.