sábado, 17 de septiembre de 2011

La Haya analiza para acusar al Papa…

Las pruebas que La Haya analiza para acusar al Papa…

Luis Moreno Ocampo está tras los pasos de Benedicto XVI.

Luis Moreno Ocampo está tras los pasos de Benedicto XVI. El fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) recibió esta semana una denuncia por crímenes contra la humanidad del Sumo Pontífice, por el supuesto encubrimiento de abusos sexuales de sacerdotes pedófilos. La acusación fue entablada por el Center for Constitutional Rights, una ONG de los Estados Unidos, y sostiene que la Iglesia diseñó un plan sistemático para encubrir y silenciar los delitos sexuales contra menores. PERFIL accedió al escrito número OTP CR 159/11, que el jurista argentino tiene en sus manos. Allí se sostiene que el Papa, junto a la cúpula de la Iglesia Católica, participó de una maniobra para garantizar la impunidad de los crímenes.

Según le confirmaron a este diario desde la CPI, Moreno Ocampo “recibió la documentación” y la examinará “de conformidad con el artículo 15 del Estatuto de Roma”. Según ese estatuto, el procurador puede abrir un caso de oficio, con previa autorización de la Sala de Cuestiones Preliminares.

La denuncia sostiene que “el Papa ordenó prácticas relacionadas con el encubrimiento de reclamos por violencia sexual, la obstrucción de la Justicia y la destrucción de evidencia, decidió cambios de diócesis de sacerdotes, aplicó castigos a los miembros de la Iglesia que denunciaban y fomentó la atmósfera de secretismo, que resultó y continuará resultando en el abuso sexual de niños y de adultos vulnerables”.

Además del escrito de 84 carillas, la ONG adjuntó 20 mil páginas con reportes y evidencia de violencia sexual, recogidos a través de causas judiciales civiles y penales, investigaciones periodísticas y documentos eclesiásticos.

“El Papa no es mencionado en el escrito solamente porque es el Papa, sino porque tiene responsabilidad por los crímenes contra la humanidad”, confió a este diario Katherine Gallagher, una de las abogadas que firmó y elaboró el documento presentado en La Haya. En el documento no sólo es acusado Benedicto XVI, sino también la cúpula del Vaticano: el secretario de Estado y segundo de la Santa Sede, Tarcisio Bertone, su predecesor Angelo Sodano y el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, William Levada, que sucedió en el puesto a Joseph Ratzinger cuando fue elegido Sumo Pontífice.

“A través de sus acciones y omisiones, estos hombres diseñaron políticas y prácticas que facilitaron, toleraron y alentaron los crímenes”, completó Gallagher, que representa a víctimas de abusos sexuales y considera que por tratarse de delitos sucedidos en todo el mundo puede englobarse bajo la figura de crímenes contra la humanidad.

Ante el impacto de la denuncia, el vocero del Vacticano, el padre Federico Lombardi, eligió el silencio. A pesar de ser la primera vez que las víctimas de sacerdotes pedófilos recurren a la Justicia Internacional, aún es incierto el éxito de la demanda, ya que la Santa Sede no ratificó el Estatuto de Roma, que dio forma a la CPI. Por ese motivo, David Bondia García, doctor en Derecho de la Universidad de Barcelona, no cree que Moreno Ocampo tenga competencia para enjuiciar a Benedicto XVI. “Hay responsabilidad por encubrir los crímenes, pero en todo caso, deberían ser juzgados por los tribunales internos. No veo la existencia de una planificación para la comisión de estos delitos. Es lamentable y jurídicamente punible lo sucedido, pero no creo que la instancia competente sea la Corte Penal”, explicó a PERFIL.

Para abrir el caso, el fiscal argentino debería basarse en crímenes cometidos en países que ratificaron el Estatuto de Roma, pero que no hayan iniciado investigaciones judiciales. Algunos de esos países, citados en la denuncia que recibió Moreno Ocampo, pueden ser Irlanda, México o Perú, pero no los Estados Unidos que no ratificó el estatuto, como tampoco lo hizo el Vaticano.

Sin embargo, también hay un límite temporal: la Corte podría investigar los hechos conocidos a partir de julio de 2002, cuando empezó a funcionar el tribunal, o a partir de la fecha en que el Estado en que se produjeron los crímenes ratificó el texto.

Con los ojos del mundo enfocados en La Haya, el ex fiscal del juicio a las juntas militares estudia las pruebas que acusan a Benedicto XVI, sobre las que deberá decidir si abre una investigación contra el Papa o la desestima. Así, se le abre la posibilidad de no sólo perseguir a dictadores africanos, sino también de acusar a la máxima autoridad de la Iglesia Católica.

© Escrito por Leandro Diario y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 17 de Septiembre de 2011.

En familia. Joseph Ratzinger, junto a su hermano y el coro de niños en el Vaticano, frente a El Juicio Final, la obra de Miguel Angel.

¿En nombre de Dios?...

“Todos sabíamos qué día nos tocaba ser abusados”...

Habla una de las víctimas de un cura condenado. Juan tenía 7 años cuando fue internado en el hogar que dirigía el padre José Antonio Mercau. Fue sometido hasta que cumplió 16. Por éste y otros cuatro casos, el sacerdote recibió una pena de 14 años de cárcel.

Hay días en los que a Juan lo único que lo consuela es el sonido monótono de la ruta. Entonces, se sube a su auto y, cuando lleva kilómetros y kilómetros, se suelta. Grita, putea y llora sin consuelo. Son los días en los que se acerca una audiencia judicial por eso que le hicieron , una más después de tantas. Las imágenes regresan a su cabeza y las pesadillas se vuelven recurrentes: “Puedo recordar exactamente cada detalle de cada uno de los días que abusó de mí.

Cada día, desde los 7 hasta los 16 años”.

Juan no es Juan. Pero su testimonio es absolutamente real. El y otros cuatro compañeros se atrevieron a contarle a la Justicia cómo fueron abusados por el sacerdote que debía cuidarlos los años en que vivieron en el Hogar San Juan Diego, en Tigre. Por sus testimonios, el cura José Antonio Mercau fue condenado este jueves a catorce años de prisión por los delitos de abuso sexual y corrupción de menores .

Los años en aquel infierno no lograron robarle a Juan (22) cierto aspecto aniñado. En cambio, parecen haberle dado una fortaleza envidiable: “ Estoy orgulloso de la persona que soy . Yo soy de ir al frente, ese miedo lo saqué de lo que viví, pero no por eso tengo que devolver la mierda que recibí”.

La entrevista exclusiva con Juan es en el estudio de una de sus abogadas. Está en el centro de San Isidro, a pocas cuadras del Tribunal Criminal N° 7, que condenó a Mercau, y a otras tantas del obispado donde Juan rompió un jarrón, regalo del papa Juan Pablo II. Fue en una reunión que los chicos tuvieron con monseñor Jorge Casaretto que no terminó de la mejor manera . “ Nunca nos dijo nada ni nos dio una explicación ”. Justo antes de romper el jarrón, Juan comenzó a gritarle al obispo.

El joven habla suave. No se enoja. Tampoco llora. Y se ríe.

A pesar de todo, se ríe mucho.

Llega a la entrevista del brazo de su novia. Están juntos desde hace dos años. Fue la primera mujer con la que estuvo y en la primera cita le contó todo lo que había pasado .

Tenía siete años cuando llegó al hogar. Sus padres –que para entonces ya le habían enseñado lo que era el golpe de un cinturón– se separaron y él quedó en la calle. Sus otros seis hermanos se rebuscaron como pudieron. Las noches pasaban, el hambre apretaba y a Juan se le ocurrió ir a pedir ayuda a la parroquia del barrio . El primer día disfrutó el plato de comida y la cama limpia. Pero en la primera semana Mercau le dejó claro cuáles eran las reglas: “A los más chicos nos mandaba al piso de arriba donde él tenía su cuarto . Los más grandes iban abajo. Tenía todo organizado. Siempre aparecía tipo once o doce de la noche. Tenía horario fijo. Entonces, yo me tapaba en la cama y me hacía el dormido. Ni respiraba. Pero él tenía un día para cada uno: todos sabíamos qué día nos tocaba ser abusados. Estábamos clasificados. Venía y se acercaba a tu cama y te empezaba a tocar la pierna. Esa era la señal para que vayas a su cuarto”.

¿Y que te pasaba por la cabeza en ese momento? Yo era chico, no entendía. No era conciente de lo que pasaba.

¿Y cuando te diste cuenta de lo que pasaba? Un día, uno de los chicos me dijo “el cura abusa de mí”. Y ahí nos pusimos a llorar. Después supimos que no era a nosotros solos, que a todos les pasaba lo mismo .

Ese mismo día, Juan y su amigo le contaron todo a los maestros del colegio. No dudaron y esa tarde los llevaron a la comisaría a hacer la denuncia. Pero los dos chicos tuvieron que volver al hogar y pasar otra noche más con Mercau. “Tenía terror porque él sabía que habíamos sido nosotros. Y nos decía: ‘Yo que les di de comer, que les di una casa’ ”. Recién a la mañana siguiente, el cura fue detenido. Para entonces, Juan había escuchado los gritos de su padre cuando le contó lo que le pasaba. “Andate, no te quiero ver más, vos no sos mi hijo”, le dijo. También había pasado por tres intentos de suicidio, incluido el de una pistola que gatilló en la sien y no disparó.

Juan consiguió un empleo en las Fuerzas Armadas. Está terminando el secundario y quiere seguir Derecho.

Está enojado con el fallo.

No sólo porque pedían 30 años sino porque con el juicio abreviado le sacaron la posibilidad de hablar frente a Mercau. “Yo quería tenerlo delante para decirle que se atreva a jurar por Dios que yo mentía. Fueron 10 años de abuso, pero eso la Justicia no lo ve”.

© Escrito por Mariana Garcia y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 17 de Septiembre de 2011.

Las lisonjas de CKF... De Alguna Manera...

Binner descubrió y sospecha de 30 camiones de "Papá Noel" en Rosario…

El gobernador santafesino sugirió que los electrodomésticos y colchones que llegaban a Gendarmería tenían que ver con un viaje de Cristina Kirchner.

"Papá Noel fuera de temporada en Rosario", lanzó el candidato presidencial Hermes Binner en un sugerente comentario que puede abrir una inesperada polémica.

Según pudo saber Perfil.com, el gobernador de Santa Fe descubrió que treinta camiones ingresaban al predio de Gendarmería Nacional llenos de distintos tipos de mercadería, como electrodomésticos, catres y colchones.

El candidato socialista por el Frente Amplio Progresista (FAP) se acercó personalmente a la formación para revisar de qué se trataba y hasta se sacó fotos durante la caminata.

"En el Predio de Gendarmería Nacional 30 camiones descargaban mercadería anticipando la llegada de Cristina", dijo en referencia a la visita que hará la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner a esa ciudad el próximo lunes, en la que inaugurará el Instituto de Biología Molecular y Celular.

El comentario es ambigüo, pero podría entenderse como una acusación de clientelismo al iniciarse la recta final de la campaña para las elecciones de octubre.

Consultados por Perfil.com, en el entorno de Binner no pudieron brindar más información al respecto ni hicieron otros comentarios.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 17 de Septiembre de 2011.

domingo, 11 de septiembre de 2011

No te olvides de Julio Jorge Lopez... De Alguna Manera...

"Ellos saben donde esta Lopez"



Fragmentos del documental "Ellos saben donde esta Lopez", una producción de HIJOS Regional La Plata bajo la dirección de Camilo Cagni, Julio Avinceto y Juan Pablo Phillips.

Este video muestra la estructura del circuito represivo de la policía bonaerense durante la última dictadura militar, expone la faceta menos conocida de López a través de su militancia barrial, resume la victoria histórica de la condena por genocidio en el juicio a Etchecolatz, con su contracara en el secuestro y desaparición de López que reafirma la exigencia por el cese de la impunidad en nuestro país.

© http://www.youtube.com/watch?v=l-9Y4pwkTog&feature=related


"No te olvides de Julio Jorge Lopez"



4 años de la desaparición de Lopez y nada se sabe ni nada se dice sobre la investigación...

Se puede coincidir o no con Eduardo en los terminos o en las formas y más allá de cuanto y como defiendo al gobierno de Cristina Fernández y Néstor Kircher , no puedo dejar de pensar que tiene razón, el tema Lopez es ninguneado desde siempre y desde todas las esferas del gobierno, yo no culpor desde ya al Gobierno por la desaparición de quien fuera testigo fundamental en la causa contra Etchecolatz, pero si tengo presente que fue un desaparecido en democracia, y que nada se implemento para llevar hasta las últimas consecuencias la investigación, o por lo menos si fue así, se lo disimula bastante o se trabaja definitivamente mal....

© http://www.youtube.com/watch?v=2RckEbP9XRI&feature=related



11 de Septiembre de 2001... Conspiraciones... De Alguna Manera...

11 de Septiembre de 2001... Conspiraciones...

El 11 de septiembre del 2001, el terrorismo internacional puso de rodillas a la principal potencia del mundo. Derribó las emblemáticas Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York e hizo un boquete en el Pentágono de Washington. Destruyó el centro financiero y vulneró el centro militar de la economía más grande y del ejército más poderoso del planeta.

De no ser por los casi tres mil muertos y por las escenas dantescas de personitas saltando de los edificios, podría decirse que se trató de una genialidad. Porque perimidas las hipótesis de conflicto de la Guerra Fría, prácticamente todo el aparato de seguridad de Estados Unidos se había puesto al servicio de prevenir lo que finalmente ocurrió, nada menos que un megaatentado terrorista. Literalmente millones de soldados, espías y contratistas privados gastaron fortunas para desarrollar respuestas a potenciales bombardeos de agentes químicos y biológicos, atentados cibernéticos, ataques suicidas contra estaciones de trenes y terminales de autobús, secuestros extorsivos, francotiradores magnicidas y unas cuantas ideas más. Pero nadie imaginó el daño que podrían causar los cuchillos y los tenedores que se usaban para comer la comida que se sirve en los aviones de línea, utensilios que por entonces todavía eran de metal. Con esos cuchillos y tenedores, diecinueve terroristas secuestraron cuatro aviones a poco de salir, y esos aviones con los tanques llenos de combustible y las butacas llenas de pasajeros se convirtieron en misiles teledirigidos de alto poder destructivo, envueltos en una multitud de escudos humanos.

Tres de esos aviones dieron en el blanco y el mundo cambió para siempre. Los estadounidenses de origen musulmán perdieron sus derechos civiles y cayeron varias barreras del derecho a la privacidad y el de no ser discriminado. Bush legalizó la tortura y arrasó poblaciones enteras en Irak y Afganistán con dos guerras que surgieron, más allá de los intereses que siempre están en juego, del clamor de venganza que bramó el pueblo norteamericano. Europa, que había sufrido sus propios atentados, se sumó a la cacería mandando soldados a esas guerras y facilitando bases y aviones para el traslado clandestino de prisioneros de Estados Unidos a centros de tortura en Asia, Africa y la base de Guantánamo.

El ataque terrorista del 11-9 no tiene demasiados secretos. En el 2003 agarraron en Pakistán a un tipo que se llama Khalid Sheikh Mohammed. El tipo ya había financiado un atentado a las Torres Gemelas en 1993, y era el tío del que puso la bomba. Ya antes del atentado no tenía problemas en decir que era enemigo de Estados Unidos por el apoyo de Washington a Israel en Medio Oriente. Tiempo después, tras unas cuantas sesiones de submarino, Mohammed confesó en una audiencia judicial que había planificado el atentado “de la A a la Z”. En Guantánamo dio todos los detalles necesarios para terminar de armar el rompecabezas: quiénes lo ayudaron, cómo y dónde los reclutó, cómo se le ocurrió el plan, dónde lo armó, de dónde sacó el dinero para llevarlo adelante, cuánto le costó, dónde estuvieron los terroristas antes y después del atentado, etcétera. Después se chequeó la información con cuentas bancarias, registros de escuelas de vuelo, contratos de alquiler, visas, tarjetas de crédito y demás.

A diferencia de la Argentina, donde todavía no se ha podido determinar de manera convincente quién voló la AMIA y la Embajada de Israel, ni cómo ni donde se colocaron los explosivos, ni quiénes financiaron y proveyeron apoyo logístico al o los atacantes, ni quién dio las órdenes ni quién los planificó, en Estados Unidos, así como en España y el Reino Unido, esas cuestiones están saldadas. Podrá discutirse si Sheikh Mohammed era miembro de la red terrorista Al Qaida y conocía y recibía órdenes de Bin Laden, como aseguran los servicios secretos estadounidenses, o no. Podrá discutirse si Al Qaida mantiene una estructura jerárquica y formal o es un paraguas simbólico que engloba grupos de terrorismo sunnita islamista en todo el mundo. Pero está a la vista quién lo hizo, cómo y por qué.

Claro que nunca faltan los buitres y los oportunistas que lucran del dolor ajeno. Un par de franceses parió un best-seller de teorías conspirativas al explotar la natural reticencia de los cráneos del Pentágono de aportar detalles sobre cómo le abrieron un boquete a su fortaleza supuestamente inexpugnable. Uno se imagina que los generales yanquis no van a querer despejar todas las dudas que mentes inquisidoras puedan tener sobre el daño sufrido por el Pentágono. Si encima tapan algunos agujeros de seguridad con operaciones de inteligencia para no quedar tan expuestos, no es difícil, con un poco de ingenio y picardía, saciar el hambre de los miles y miles de ilusos que piensan que Bush voló las torres para quedarse con el petróleo de Irak. Tiene sentido, ¿no? Nunca hay que dejar que la verdad arruine una buena historia, ¿no?

La revista Mother Jones, la principal publicación de la izquierda estadounidense, recopiló una larga lista de teorías conspirativas sobre el 11-9, incluyendo la de los franceses, y puso a un equipo de periodistas a investigarlas durante largos meses. Al final informó que no encontró nada. Los mismos medios que voltearon a Nixon y deschavaron las torturas de Bush peinaron el 11-9 con sus mejores sabuesos, pero tampoco encontraron nada raro. Y sin embargo...

Por lo de la AMIA y por lo de la embajada, Argentina es terreno fértil para las teorías conspirativas sobre autoatentados terroristas. Si lo sabrá el fotógrafo de la agencia de rescatistas FEMA, que aterrizó en este país después de pasar un tiempo en la cárcel por la muerte de su esposa. El tipo trabajaba para FEMA, una agencia estatal que ayuda cuando se producen desastres naturales como huracanes y terremotos. FEMA normalmente no se encarga de atentados terroristas, pero el de las Torres Gemelas fue tan grosso que además del FBI, la agencia encargada de manejar el tema, pidió ayuda a un montón de policías, bomberos y también a la gente del FEMA. El tipo sacó unas fotos de las Torres Gemelas como le pidieron y al año siguiente fue detenido en Colorado cuando lo encontraron con la sangre de su esposa muerta salpicada en su cara y restos de pólvora en el pantalón. El dice que ella se suicidó, pero el fiscal de Colorado dice que él la mató. Después de un tiempo lo largaron por falta de pruebas, pero sin cerrar el caso. Entonces el fotógrafo conoció a una argentina y se vino a vivir acá. Los investigadores juntaron más pruebas y pidieron su extradición. El tipo se cubrió: dijo que tenía unas fotos del 11-9 que demostraban que el atentado lo había cometido Bush, o algo por el estilo. Escribió un libro diciendo que Estados Unidos lo persigue porque sabe demasiado. Se acercó a algunas personas vinculadas con el movimiento de los derechos humanos que de buena fe, seguramente, le dio protección. A través de esos contactos consiguió status de refugiado del gobierno argentino y así trabó su regreso a Colorado.

Todo bien, cada cual se defiende como puede. Pero no deja de resultar chocante verlo en cada aniversario del 11-9 pasearse vendiendo su libro por las redacciones de los diarios y los estudios de las radios. Porque en su afán de evitar el proceso judicial por su presunto crimen pasional y financiar con regalías su estadía en el país, explota el dolor de dos grupos de personas que ya han sufrido demasiado. Por un lado, el dolor de las víctimas del terrible atentado, que golpeó a todo el pueblo estadounidense y no sólo a sus jerarcas. Por la hora en que ocurrió, las ocho cuarenta y cinco de la mañana, la mayoría de las víctimas era personal de limpieza y administrativo, cientos de ellos de origen hispano. Por otro lado, el dolor de algunas víctimas de las violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura argentina, que pagaron con sangre su ideología antiimperialista, y que cobijaron al fotógrafo de FEMA y consumieron su obra literaria con la esperanza de que algún día sus lindas fotos desnuden la soberbia yanqui.

Sería muy divertido jugar a las conspiraciones del 11-9 y tocarles el traste a Bush y la CIA, si no se estuviera jugando con el dolor ajeno. Sorry, yo no compro.

© Escrito por Santiago O’Donnell y publicado por el Diario Página/12 de la Ciduad Autónoma de Buenos Aires el domingo 11 de Septiembre de 2011.