Punto de partida...
Machín grita el empate con todo. (TELAM)
Brindisi debutó en Huracán y fue empate ante Godoy Cruz. Jairo Castillo, de rebote tras un penal atajado por Monzón, puso el 1-0 e igualó Gastón Machín, que terminó expulsado. Ramírez también vio la roja cuando iban 15 minutos.
Era el comienzo de una nueva etapa, con un prócer como Miguel Brindisi en el banco de suplentes y una buena oportunidad para la gente de dejar atrás los buenos recuerdos de Cappa que tanto mal le hicieron al Chulo Rivoira, al menos en la memoria colectiva del hincha que de principio a fin de su etapa le reclamó el juego que se desplegó en la etapa de Angelito y que por ahora, jamás volvió a aparecer por Parque Patricios.
Pero se sabe que cuando hay cambio de técnico siempre se respiran nuevos aires, más no sea por el simple hecho de quererse mostrar y de tratar de empezar con igualdad de condiciones en el nuevo recorrido. Y se vio a un Huracán metedor, con Gastón Machín como abanderado, que lejos de mostrar el camino del tiki – tiki, fue el principal orador del camino de la suela, la fricción y roce para calentar el partido.
Cuando iban apenas dos minutos, fue Machín quien bajó de atrás a Villar cuando se iba solito para encarar a Monzón, pudo haber sido roja, pero se salvó y apenas fue amonestado. Unos minutos más tarde, se cruzó con Ramírez y lo volvió loco. Primero le puso la mano en la cara y después lo insultó. Al jugador del Tomba le faltó algo de oficio y entró en la contienda con una patada no tan violenta como alevosa que lo dejó afuera con roja directa y sin margen para la discusión.
Jairo no lo puede creer. El colombiano la metió tras un penal que le atajó Monzón.
Pero fue el Tomba el que logró ponerse en ventaja con un penal, o mejor dicho con el rebote de un penal porque Monzón se lo debuto a Jairo Castillo y el Tigre, con la suerte del goleador, la encontró en el rebote y puso al Tomba en ventaja, para romper el maleficio de los visitantes en una fecha el que el Jairo fue el único que convirtió fuera de casa porque hasta acá habían sido sólo alegrías para los locales.
A Huracán le costó mucho generar juego, con Matute Morales apenas enchufado y con un Godoy Cruz bien plantado en el medio, que desde el gol, se dedicó más a destruir que a construir esperando algún descuido para la contra. Y pudo hacerlo en una jugada de Salinas, que fue tomado dentro del área después de un amague y que nadie podría haber discutido si Abal cobraba penal, pero no le creyó y fue roja para el Turco Asad, que se sacó desde su corralito y se tuvo que ir a enfriar a la zona de las duchas.
Fue empate. Un punto que sirve como base para comenzar el ciclo de Miguel Brindisi en Huracán y que también le sirve al Tomba para seguir prendido y soñando con mantener su clasificación a la Libertadores.
© Escrito por Rodrigo Calegari y publicado en el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 26 de Septiembre de 2010Brindisi saluda a su gente. (TELAM)
Pasó el debut y ahora a Miguel Brindisi lo espera una ardua tarea por delante… El campeón del Metropolitano `73 aceptó la superioridad del rival, al que calificó como "el mejor equipo de Argentina", y luego reconoció que a su equipo todavía “le falta un montón”.
"Nos complicaron demasiado porque juegan de memoria y nosotros hicimos lo que pudimos con apenas tres entrenamientos encima", comparó Miguelito. Y siguió con elogios para el Tomba: “Sabe a lo que juega y lo hace bien. Cuando quedaron con diez jugadores parecía que tenían uno más por cómo corrían", elogió el ex mediocampista.
"Es importante haber sumado mientras seguimos trabajando para lograr un funcionamiento como equipo", se conformó.
© Escrto por Ariel Cristófalo y publicado en el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 26 de Septiembre de 2010El entrenador volvió a su casa. Emocionante bienvenida.
En su vuelta al Ducó, Brindisi reconoció que Godoy Cruz fue más. “Ellos se quedaron con 10 y parecían 12”, tiró.
Creo que fuimos superados por Godoy Cruz, esa es la verdad”. Honestidad brutal, con mucho crédito vacante, así empezó a analizar Miguel Brindisi el empate entre su nuevo Huracán y Godoy Cruz. El DT no tuvo problemas en admitir la superioridad del Tomba y la falta de ideas para ocupar el terreno con un hombre de más. “Godoy Cruz es uno de los equipos que mejor juega en el fútbol argentino y además lo hace de memoria. Ellos se quedaron con diez hombres y después parecían 12. Ellos saben muy bien a qué juegan y saben que pueden ganar de esa manera, esa no es una diferencia menor, eh”, elogió Miguelito, quien, sin poner ninguna excusa, aclaró que en tan poco tiempo mucho no pudo hacer. “Y, nos falta mucho. Tuvimos tan sólo tres días de entrenamiento, creo es muy poco. Nosotros hicimos lo que pudimos en ese contexto, espero que podamos ir mejorando, pero todavía nos falta un montón. Igual, ojo que cuando se cambia de entrenador es porque la situación no es la ideal...”, dijo. Y, en esa línea, agregó: “Esto es como tomar un tren. Vos sabés que se toma en la estación. Lo podés correr un poco y subir por el último vagón, pero cuando se fue, no vuelve. Creo que nosotros estamos a tiempo para subir”.
Brindisi ya está metido de lleno en la realidad de este tambaleante Huracán: el DT casi ni se refirió a la satisfacción que le dejó el recibimiento a puro aplauso que le entregó la gente de Huracán. A él lo obsesiona mejorar el funcionamiento, el trabajo. “Siempre es muy gratificante volver a lo que es mi casa en el fútbol. Esperamos comenzar a aceitar el funcionamiento a medida que vayan pasando los días para empezar a regalarle alegrías a esta gente. Ahora tenemos una semana completa para poder trabajar tranquilos. Eso nos va a ayudar muchísimo”, cerró Miguelito, quien vivió una tarde de emociones que no ocultaron su preocupación final. El “falta mucho” lo seguirá obsesionando.
© Escrto por Ariel Cristófalo y publicado en el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 27 de Septiembre de 2010¡En la que te metiste... Miguel...!
Sólo así: Ibáñez salió pésimo y gol de Machín.
Brindisi chocó contra la realidad: Huracán sufrió, pero empató gracias al arquero de Godoy Cruz, que fue más jugando con uno menos. Pésimo arbitraje.
La foto prototípica de Huracán, ayer, bien podría ser un hincha con las manos en la cabeza, recontradesencantado.
Otras imágenes, como en videoclips, se suceden tras las torpezas de sus jugadores: choques entre defensores mientras el rival se les lleva la pelota, pases al contrario, la ordinariez del pelotazo central, los transportistas sin destino tipo Mariano Martínez, los zafarranchos armados por desacoples defensivos, la pasiva posición de Matute al estancarse casi de 11 (aunque, tardíamente, se involucró al final como enganche atrasado)... Mucho, mucho más. Por eso, ¡en la que te metiste, Miguel! El partido, entre un equipo de probada identidad y funcionamiento, como Godoy Cruz, y un Globo con equívocos, pareció una comedia de enredos, y tintes de grotesco. Porque a Huracán le sobrepasó la responsabilidad que le cayó de golpe al deber jugar 67 minutos contra un notable adversario, disminuido por expulsión del, acaso, mejor enganche-goleador del torneo. No pareció un regalo sino un suplicio.
Es que a Huracán le manejaron el partido. En desventaja, hubo un coreo de la popular con una cuarteta imperativa: “Movete, Globo, movete/ Movete dejá de joder/ Que esta hinchada está loca/ Hoy no podemos perder”. Pero en el último suspiro del primer tiempo, el Globo recibió un regalazo de Ibáñez, a quien se le escurrió la pelota como si tuviera manteca en las manos, y Machín capitalizó con una cabeceadita un instante después de salir de su estupor ante semejante pifiada.
Huracán ya venía con la mochila de una malaria que tumbó a Rivoira, aunque sembró esperanza y emotividad que llegara una voz amiga, como la de Brindisi. Pero pronto quedaron al desnudo sus carencias en lo macro: porque la laboriosidad de Machín era el centro de distribución, mientras Matute miraba desde allá, lejos. Y en lo individual, faltó sentido común, serenidad y coordinación para avanzar. Empujó sin sociedades. No salía bien el pase al compañero, por fallas propias, y tampoco se advertían la virtudes de Godoy Cruz, tan aceitado en anticipos y retrocesos con escalonamientos defensivos, como al motorizar ataques, a lo ancho y profundo.
Nieto vivificó un poco al local, más cuando Matute se corrió de enganche atrasado. Brindisi metió cambios razonables, con sentido ofensivo. El rival tenía uno menos pero largó el fondo con cuatro, se quedó con tres, y se apoyó en una columna de oro: los de atrás, la calidad de Olmedo y el oficio y el manejo de un determinante Jairo.
Asad tiene un equipo-equipo. Miguel se metió en una corazonada con un flojo modelo por armar.
© Escrito por Carlos Rodríguez y publicado en el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 27 de Septiembre de 2010
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