martes, 2 de abril de 2019

El día que planifiqué asesinar a Leopoldo Fortunato Galtieri… @dealgunamanera...

El día que planifiqué asesinar a Leopoldo Fortunato Galtieri…

Leopoldo Fortunato Galtieri. Fotografía: Cedoc

El autor evoca sus meses más tensos de soldado y su particular vínculo con el dictador, empecinado en una guerra demencial. Whisky de veras y veneno de ficción.

© Escrito por Edi Zunino, Director de Contenidos Digitales y Audiovisuales en Editorial Perfil, el martes 02/04/2019 y publicado por el Diario Perfl de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
  
Entré al servicio militar el 6 de enero de 1982. Salí de baja en marzo del ’83. Mis 14 meses de “colimba” incluyeron la excitación, la furia y la depresión por Malvinas, donde la suerte me impidió combatir. Fui lo que se llamaba “soldado continental”.

Va una escena imborrable de mi conscripción en la sede porteña del Estado Mayor Conjunto... Los milicos nos obligaron a salir del edificio vestidos de civil y casi de noche el 30 de marzo del 82, porque había paro con marcha de la Confederación General del Trabajo, represión demencial e inconveniencias obvias para andar ostentando uniforme por la calle.

Otra escena imborrable... Tres días después, el 2 de abril, manifestantes enardecidos de presunto patriotismo me llevaron en andas desde Paseo Colón al 300, sede del EMC, hasta la Plaza de Mayo al grito de:

-¡Soldado, amigo, el pueblo está contigo!

Vi llorar ese día a mucha gente grande, sudorosa o de corbata o qué más da, hipnotizada frente al relato épico del dictador Leopoldo Fortunato Galtieri¿Cuántos de los apaleados, gaseados y detenidos de la escena precedente colmaban esa plaza con ilusión de gesta?
Delante del mismo Galtieri me cuadré días después en el 8º piso del edificio, clavando los tacos al grito pelado de:

-¡Buenos días, mi teniente general!

Con la mano en mi hombro al pasar, contestó:

-Descanse, pibe, que vamos a ganar.

En la Sala de Situación contigua se reunían los jefes máximos de una locura consensuada por la sociedad civil en la que moriría gran parte de la Compañía de Defensa de la VII° Brigada Aérea de Morón, un montón de misioneros gringos o guaraníes que, mientras compartimos mis únicos cuarenta y cinco días de instrucción, no se quejaban por la comida ni por las sábanas ni por nada.

En cada una de dichas cumbres estratégicas del 8º se bajaban trago a trago una botella entera, por lo menos, de Johnny Walker etiqueta roja. Fui testigo y algo más. Mi servicio a la Patria incluía el armado de las bandejas: el whisky, el hielo, la gaseosa en jarra, los sandwichitos de miga, los vasos...   

Leopoldo Fortunato Galtieri. Fotografía: Cedoc

Detalle destacable: el jefe de la Compañía Mixta del Estado Mayor Conjunto era el capitán del ejército Luciano Benjamín Menéndez, hijo. Su padre aún decidía sobre la vida y la muerte de los cordobeses, los santiagueños y los santafesinos. Su tío, Mario Benjamín Menéndez, “gobernaba” Puerto Argentino.

Mi amigo, colega, escritor y ex director de NOTICIAS, Jorge Fernández Díaz, me propuso alguna vez que con aquellos recuerdos debería escribir un cuento. “Algo tenés que hacer con ese dictador y esas botellas de whisky tan cerca”, me dijo. Le hice caso. En mi novela “Locos de amor, odio y fracaso”, le regalé mi vívida experiencia al protagonista, Mito Valdivia, para que hiciera con ella lo que le ordenara la ficción. Valdivia decidió asesinar al general Galtieri… Perdón… Al general Madero, quise decir. O no.

*   *   *   *   *   *   *

Las Fuerzas Armadas suspendieron de facto la prórroga al servicio militar que Mito había había tramitado “por razones de estudio”. Arrancaba 1982. Los jerarcas del régimen tenían decidido eternizarse en el poder invadiendo las Islas del Sur, apropiadas por los británicos en 1833.

Le quedaba ridículo el uniforme de marinero. Lo destinaron a la sede del Comando Superior Unificado, dependencia que coordinaba las operaciones del Ejército, la Armada y la Aeronáutica. En su efímero paso por la guardia del edificio, tuvo de jefe a un joven capitán que era hijo de El Chacal Cordobés, aquel general temible que asoló el territorio donde vivían su familia y la de Clara. Al mes fue reubicado en el octavo piso, donde, tras declararse la guerra, pasó a funcionar el Estado Mayor de las tropas con el Presidente de la Nación a la cabeza.

Por lo bajo, al mandamás anticonstitucional lo apodaban El Mariscal Etílico. El “soldado clase 61 Valdivia Anselmo” comprobaría muy pronto la razón, ya que pusieron a su cargo el armado de las bandejas para las cumbres bisemanales de la comandancia superior con sándwiches de miga, gaseosas y una botella de whisky escocés que volvía siempre vencida, no tanto por las certezas de batir al enemigo sajón. 

Leopoldo Fortunato Galtieri. Fotografía: Cedoc

Apenas completó el primer servicio, a Mito lo asaltó la idea fija de asesinar al presidente: el teniente general Alfonso Madero era el único bebedor de whisky. Clara lo trataba de chiflado por la ocurrencia. Aunque se divertía especulando, los dos desnudos en la cama durante las noches de franco, sobre si la mejor alternativa sería la estricnina, el bórax, la warfarina o el cianuro.

-En cualquier caso, moriría como una rata -se reían.

Pero lo del conscripto Valdivia iba en serio. Se inclinó por inyectar estricnina en el servidor plástico de la botella. El efecto de dolores, arcadas y convulsiones sería fulminante, pero los médicos tardarían en determinar que no se trataba de un síncope cardíaco. Debía planificar las cosas paso a paso, con horarios estrictos y las rutinas habituales del personal de turno en la cabeza; conseguir el producto, la jeringa, la aguja, los guantes quirúrgicos y algo más importante aún: la firme determinación de fugarse y cómo hacerlo. Eligió la escalera de incendios hasta el garage, escurrido entre los autos hasta la puerta de chapa del fondo que daba a las otras cocheras, las del Ministerio de Hacienda, y de ahí a la calle y a la terminal en un taxi y al exilio en ómnibus y al fin a pie por el Puente Internacional entrerriano, lo más tranquilo. Tal vez en poco tiempo podría regresar como un héroe. Dejar a Clara sola y expuesta lo frenaba.

Tomó coraje bajo una premisa convincente. Alguien debía terminar con toda aquella locura de sangre y fuego, marcar un antes y un después en la historia del fracaso nacional. Estuvo más de dos meses masticando cada movimiento. La derrota en las Islas cayó como una bomba. En el país y en el centro de su plan. Decidió ejecutarlo en la primera reunión del Estado Mayor posterior a la capitulación.


Estaba ansioso. Angustiado. Llegó antes del amanecer al edificio militar, con todos los implementos necesarios para su obra en una bolsita dentro del morral.Lo guardó en el gabinete con candado del vestuario donde se cambiaba, entre los baños y la cocina del octavo piso, y aguardó con unos mates, ahí mismo, la hora de armar las bandejas.

Era la segunda vez en su vida que tenía ganas de matar a alguien. La primera había sido aquel domingo del ’76 en que su padre, sacado de celos y alcohol, tomó del cuello a su mamá y estaba a punto de pegarle una trompada: lo retiró apuntándole a la cabeza con la Bersa 22 que el viejo guardaba en la biblioteca, tapada por las “Obras completas” de Lisandro de la Torre. Con eso se torturaba cuando el suboficial de turno trajo las cajas con el catering. Extrajo de una de ellas el paquete de los sándwiches. Un sudor pastoso, helado, le corría por la espalda y la frente. En la caja de las bebidas había tres gaseosas y una botella de chablis frapé, de esas marrones con cuello largo. Ni rastros del whisky. No entendía nada. Corrió alterado a preguntarle al sargento, con la excusa de evitar que lo castigaran a él por el error.

Leopoldo Fortunato Galtieri. Fotografía: Cedoc

-Menos mal que va a ser periodista, milico… ¿No escuchó la radio? El Mariscal Etílico ya no es más presidente. Lo voltearon. Bien hecho. ¡Con la vergüenza que nos hizo pasar el hijo de una gran puta! -casi lo desmaya la noticia. Los ingleses y las internas castrenses habían resultado un veneno más veloz que la estricnina para la carrera del teniente general Madero.

-Hay fracaso nacional para rato -se animó a decir, con depresivo alivio, antes de acomodar en la bandeja el vino blanco para Remigio “El Comodoro Pacto” Avignolo, que estaba entrando a la sala de reuniones con la banda presidencial recién puesta sobre el uniforme de gala de la Fuerza Aérea.

-¡Festeje, milico, usted es civil! ¿O no quiere debutar en las urnas?

Ahora se viene la apertura, nosotros ya fuimos -toreó el suboficial.

-Sí, sí, sargento… No me dé bolilla.



domingo, 31 de marzo de 2019

Malvinas: solo restan identificar 10 soldados argentinos enterrados como NN en Darwin… @dealgunamanera...

Malvinas: solo restan identificar 10 soldados argentinos enterrados como NN en Darwin…


© Publicado el domingo 31/03/2019 por el Portal de Noticias Punto Noticias de la Ciudad de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires.


De los 649 combatientes argentinos caídos en el conflicto del Atlántico Sur, 237 fueron enterrados en este cementerio de la isla Soledad y más de la mitad de ellos -122-, en una tumba sin identificación: hoy, 112 de estas cruces están en condiciones de llevar el nombre de la persona cuyos restos custodian.

El director ejecutivo del Equipo Argentino de Antropología Forense, Luis Fondebrider, aseguró que son solo 10 los soldados argentinos enterrados como NN en el Cementerio de Darwin sin identificar, de un total de 122, y la finalización de esta tarea depende “de que los familiares se acerquen” para aportar el material que permita la comparación.

Nacido a partir de un acuerdo celebrado entre Argentina, Gran Bretaña y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en 2016, el Proyecto Plan Humanitario Malvinas tiene por objetivo la identificación de los restos de los héroes de Malvinas enterrados bajo la leyenda “Soldado Argentino sólo conocido por Dios” en el camposanto construido en 1982.

Del los 649 combatientes argentinos caídos en el conflicto del Atlántico Sur, 237 fueron enterrados en este cementerio de la isla Soledad y más de la mitad de ellos -122-, en una tumba sin identificación: hoy, 112 de estas cruces están en condiciones de llevar el nombre de la persona cuyos restos custodian.

Fundamental para este logro fue el rol desempeñado por el Equipo Argentino de Antropología Forense, una organización reconocida internacionalmente por la labor desempeñada en la identificación de las víctimas de la última dictadura y por su participación en procedimientos similares en más de 50 países.

“Nosotros cumplimos tres funciones en este proceso: participamos en las entrevistas que se hicieron a los familiares para recopilar información genética, luego formamos parte del equipo forense conformado por el CICR para exhumar y tomar muestras de los cuerpos que están en las islas, y posteriormente nuestro laboratorio de genética forense realizó las comparaciones”, explicó Fondebrider a Télam.

Producto de este esfuerzo, el 1 de diciembre de 2017 se entregaron los informes forenses resultantes de la identificación de los primeros 89 soldados a la Secretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, organismo que tuvo a su cargo la tarea de informar a los familiares.

“El plan finalizó entonces una primera etapa y continúa en la medida en que se fueron presentando nuevos familiares, ya bajo la coordinación de Argentina. Esto permitió que 112 soldados hayan sido identificados”, dijo.

El experto aseguró que “no hay límite temporal” para la identificación del total de los cuerpos y que la consecución de este objetivo “depende de que los familiares se puedan acercar a dar sus muestras”, dado que “todos los cuerpos fueron analizados” y pudo reconstruirse el perfil genético de cada uno.

“No depende de nosotros (que se completen las identificaciones) y no hay un plazo para conseguirlo porque aunque quede un solo cuerpo sin nombre, los familiares tiene derecho a que sea identificado”, dijo.

En cuanto a las razones por las cuales aún hay familias que no han aportado su material genético, Fondebrider explicó que “algunas no han podido ser ubicadas” mientras que otras “tienen algunas dudas” que le impiden sumarse.

“Respetamos los deseos y los tiempos de los familiares: lo importante es que sepan que la opción está y que pueden informarse al respecto”, afirmó. (Télam)



Diez años sin Alfonsín… @dealgunamanera...

Diez años sin Alfonsín…

Raúl Alfonsí y Eduardo Duhalde. Fotografía: Cedoc/Perfil

¿Qué haría hoy Alfonsín con el partido radical si no hubiera muerto el 31 de marzo de 2009?

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 31/03/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La pregunta ya se la formularon los radicales hace cuatro años, cuando tuvieron que votar aliarse o no al PRO en la agitada Convención Nacional de la UCR en Gualeguaychú, el 12 de marzo (día del cumpleaños de Alfonsín) de 2015. Tan agitada que aún resuena el ruido de las sillas que volaron por el aire expresando diferencias, y ese recuerdo hace que se venga posponiendo la Convención Nacional de 2019 del partido por miedo a que la mayoría vote romper, ya no sillas sino directamente Cambiemos.


¿Habría aceptado Alfonsín aliarse con Macri en 2015 para derrotar al kirchnerismo? ¿Volvería a aceptarlo ahora, en 2019, a la luz de la política económica experimentada? ¿Cuándo se opuso a Cavallo en la Alianza, fue por conflictos generacionales con De la Rúa o porque ese tipo de políticas económicas llevan al infierno, como Lavagna cree ahora de la de Macri?

¿Podrá ser Macri Hoy el Remes Lenicov de Lavagna y Duhalde aquel Alfonsín que vio a Lavagna presidente?

Quien mejor representa el espíritu ecléctico de la política centrista del siglo XX es su mayor aliado de toda la vida, quizá no paradójicamente un peronista, Eduardo Duhalde, quien primero como intendente del conurbano bonaerense, cuando Alfonsín era presidente, luego durante ocho años como gobernador de la provincia de Buenos Aires, y finalmente cuando asumió como presidente en un acuerdo de peronistas y radicales a comienzos de 2002, siempre buscó su aprobación y apoyo. Por eso Duhalde afirma que fueron, los suyos, casi cogobiernos. Probablemente Duhalde sea su mayor discípulo y por eso, un año antes que los propios radicales, observó que el candidato que mejor representa ese legado no es Macri sino Lavagna. Alfonsín ya había elegido a Lavagna como candidato presidencial de la UCR contra Cristina Kirchner en las elecciones de 2007.

Pero además de esa elección, otro legado actual del Alfonsín tardío (el que ya no era presidente y sufría el desafecto de parte de la sociedad) fue haber hecho a Macri presidente en 2015 porque, de no haber existido la reforma constitucional de 1994 con la inclusión del ballottage, Daniel Scioli sería hoy el presidente.

Ernesto Sanz es otro de los dirigentes políticos que representan la esencia de Alfonsín. Se peleó con muchos de sus correligionarios en la Convención Nacional de Gualeguaychú en 2015 para sostener la alianza con el PRO, única posibilidad para desalojar al kirchnerismo del poder. Una vez conseguido el triunfo, no quiso “cobrar” el premio del gobierno y rechazó ser ministro de Justicia de Macri en diciembre de 2015 y ministro del Interior en 2018. Prefirió el ostracismo de su San Rafael natal, en el interior de Mendoza, a las luces del poder y eligió no integrar un gobierno en el que no se sentía representado. Macri cumplió el papel de sacar a Cristina y eso se lo valorarán siempre, pero les genera rechazo su desprecio por la política. Claramente, Macri para los radicales es de otro palo, pero mantienen su lealtad por haber sido necesario para ganarle al kirchnerismo y devolverles una cantidad de gobernaciones cuando en su peor momento tenían solo intendentes.

En su último reportaje largo en Perfil, en 2007, Alfonsín dijo: “Lavagna es el candidato que el país precisa para presidente de la nación. Lavagna es peronista: padre radical y madre peronista, espero que haya influido más la madre”. Sobre Cristina Kirchner afirmó: “Tiene un déficit muy grande, que es su iracundia”. Y del populismo, agregó: “Es una plaga en cualquier parte, es algo sin doctrina, puja de poder, no respeta, crea su propia institucionalidad”. De la economía profetizó: “Vamos a tener problemas con la inflación, vamos a tener problemas energéticos. Va a haber problemas también cuando se empiecen a modificar los criterios de las tarifas privatizadas, para que en el caso del petróleo exploren e inviertan, va a haber problemas con los subsidios que hoy se cobran por miles de millones...”. Esto fue hace 12 años y sigue teniendo la misma actualidad. Vale la pena leerlo completo un día como hoy en: http://bit.ly/raul-alfonsin-fontevecchia-reportaje.

El reportaje largo de esta edición de Perfil es a Eduardo Duhalde. Varias veces retirado, vuelve a escena cuando ya nadie lo esperaba. Alejado después de perder con De la Rúa en 1999, entró por la ventana a la presidencia en la crisis de 2002. Hizo presidente a Néstor Kirchner en 2003, pero en 2005 pasó a retiro forzoso cuando el kirchnerismo lo desalojó de su provincia de Buenos Aires, porque el Frente para la Victoria duplicó los votos del Frente Justicialista en las primeras elecciones legislativas.

Ahora, 15 años después, increíblemente vuelve a ser protagonista: es quien primero lanzó la idea de Lavagna presidente el año pasado, y ahora intenta ser el nexo de Cristina Kirchner con el peronismo. Su misión: que Cristina Kirchner baje su candidatura y haya un candidato único de la oposición.

Su historia con Editorial Perfil está atravesada por el asesinato del fotógrafo de la revista Noticias José Luis Cabezas en 1997, en Pinamar, cuando Duhalde era gobernador y Alfredo Yabrán –responsable del crimen–, el protegido del presidente Menem. En un contexto donde Menem quería modificar nuevamente la Constitución para lograr su re-reelección y precisaba sacarse a Duhalde del medio.

Las intimidades que cuenta en el reportaje son dignas de una novela de realismo mágico. Dice que cuando era presidente, durante la mayor crisis de la Argentina, el estrés lo afectó tanto que comenzó a ver en la quinta de Olivos un río con peces que saltaban. Cree que esa presión también puede estar afectando de alguna forma el entendimiento de Macri.

¿Como si la historia se empeñara en repetirse para cerrar sus ciclos, hoy Duhalde busca el deseo de Alfonsín?

Duhalde también cuenta que el propio Néstor Kirchner, en 2007, le dijo que Cristina era bipolar y que desde entonces nunca más habló con ella. Recuperó su relación el año pasado, cuando la ex presidenta lo llamó a su casa, sabiendo que estaba enfermo, para desearle mejoría. Pero tuvo que hacerlo dos veces porque la primera vez quien atendió le cortó, creyendo que se trataba de una broma. Ahora Duhalde le aconseja no ser candidata.

El ex presidente también le recomienda a Macri no ser candidato. Hace un año ya había dicho de él que no estaba preparado para ser presidente, además de decir que los de este gobierno “se ahogan en una palangana”. También su mujer los calificó con dureza: “Desastre con mayúsculas”. Duhalde rescata a la gobernadora Vidal, pero su preferido es Horacio Rodríguez Larreta, que pasó por el peronismo. Y quiere que el partido radical oficialmente deje Cambiemos y que su alianza sea con Lavagna.

Como si la historia se obstinara en repetirse para cerrar sus ciclos.





Aguante el optimismo… @dealgunamanera...

Aguante el optimismo…


Macri pide esfuerzo, Peña arma el credo y Vidal advierte y teme. Viejos pleitos.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 30/03/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las encuestas con números de victoria que, en modo desafiante, Marcos Peña solía enrostrarle a cuanto circunstancial interlocutor encontraba, ya forman parte del pasado. Hoy en día, ninguna encuesta presagia un triunfo del Gobierno. Las encuestas que se conocen –y también las que no se hacen públicas– la ubican por delante a Cristina Fernández de Kirchner. A muchos sorprenderá esta vigencia de la ex presidenta. A nadie debería sorprender, en cambio, la caída imparable de la imagen y de las chances electorales de Mauricio Macri, a quien se lo ve desbordado por la situación.

El “le pido a la gente que aguante” que lanzó hace unos días pareció más que una consigna, una apelación dramática a la gente que lo votó. No entiende que es muy difícil que pueda aguantar aquel a quien le falta el plato de comida diaria para sí y para su familia. El 32,9% de pobreza que dio a conocer el Indec el jueves pasado fue y es una cachetada, interpelante primero para el Gobierno y después para toda la clase dirigente política, empresarial y sindical. En este aspecto, Macri fracasó rotundamente. “Quiero que me juzguen por lo que hice con la pobreza” –supo decir al comienzo de su gestión–. En cumplimiento de esa consigna, es de estricta verdad afirmar que el Presidente fracasó, como también fracasó la ex presidenta a lo largo de sus ocho años de gestión. Y no es aventurado que fracasarán los que vengan después del 10 de diciembre próximo –sea Macri, CFK o quienquiera– si no se logran acuerdos políticos concretos.

Acuerdos y desacuerdos. Las dirigencias argentinas deberían estudiar en profundidad el contexto del pacto de la Moncloa que consolidó la democracia en España. Ese pacto no nació de un enunciado de corrección política académicamente aceptado por las dirigencias. Ese pacto surgió de una extrema necesidad a la que había llevado una crisis económica profunda. Y ahí todos comprendieron que sin acuerdos básicos, y sin una voluntad firme de cumplirlos por parte de todos los signatarios, el futuro de España era tan ruinoso como lo había sido el pasado franquista que había dejado atrás. Todos cumplieron su parte y respetaron su compromiso y España despegó. Nadie de los que ha ejercido el poder en la Argentina democrática renacida en 1983 se preocupó por aprender esa lección. Las dos excepciones fueron Raúl Alfonsín y Eduardo Duhalde.

Vidal mide bien en Provincia, pero a nivel nacional tracciona lo mismo que Macri.

María Eugenia Vidal sigue disgustada con el Presidente y su entorno. Por si alguien no lo sabe, el entorno presidencial es Peña, cuya exposición del miércoles en el Senado dejó a más de uno boquiabierto. Se entiende: en muchos tramos de su presentación  habló de un país que, claramente, nada tenía que ver con la Argentina de hoy.

La gobernadora de la provincia de Buenos Aires acaba de producir un hecho que marca distancia con el Presidente: el acuerdo con los docentes. Los que conocen en detalle la trama de las negociaciones del año pasado con los docentes, señalan coincidentemente que Vidal tenía el dinero para satisfacer las demandas de los gremios. Fue su decisión de no desairar a Macri, que a los cuatro vientos ponía límites a las negociaciones paritarias con los docentes, lo que impidió ofrecerles ese algo más, que hubiese permitido bajar la conflictividad a niveles mínimos.

Vidal está también enojada por el escandaloso hecho de ser espiada por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Quien está a cago de ese organismo es Gustavo Arribas, alguien que es muy cercano al Presidente. Hubo una reunión a puertas cerradas que tuvo Mauricio Macri con Larreta y María Eugenia Vidal cuando surgió el tema del espionaje. No pueden ser socios estratégicos y espiarse mutuamente. Eso puso un manto de duda en la relación Provincia-Nación, hecho que no hace más que incentivar las ya diferencias importantes que tenían con Marcos Peña y Macri en el manejo económico. En la provincia de Buenos Aires son más acuerdistas. Por eso, avanzaron con la paritaria docente, tratando de mostrar un modelo de gestión diferente y en lo político también, ya que la relación con los radicales es más razonable.

En el retiro espiritual con su equipo de este fin de semana abundó la preocupación. La derrota es una posibilidad que cada día toma más cuerpo.

La semana estuvo atravesada por rumores de cambio de nombres en el gabinete. El Gobierno carece de figuras de prestigio y peso políticos en el área económica. Macri lo hizo. En las redes abundan los comentarios despectivos de funcionarios del Gobierno hacia Nicolás Dujovne y Guido Sandleris.

Cálculos. La usina del desdoblamiento vuelve a salir desde La Plata, en realidad Macri no quiere dejar la Presidencia, porque él no quiere dejar el lugar. Hay una preencuesta de Isonomía que está midiendo Macri-Vidal y da prácticamente igual Macri en Nación- Vidal en la gobernación, porque Vidal no mide bien a nivel nacional, mide muy bien en la Provincia, pero a nivel nacional tracciona lo mismo Macri presidente-Vidal gobernadora.

El Gobierno sigue embretado en la lucha con el dólar, tanto el riesgo político como el riesgo propio del sistema financiero argentino –cuando el Banco Central es el principal deudor de todo el sistema bancario argentino–, no hace otras cosa que agregarle más riesgo a los problemas que ya tiene la Argentina.

Cambiemos está pasando por su peor momento, no tienen conducción de la crisis, están corriendo detrás del dólar en lugar de plantear una agenda política de conducción y generación de expectativas. Cayeron en la trampa de dólar-tasa-tasa-dólar y la conducción debería estar más allá de esta coyuntura fatal.

El Gobierno ofrece un futuro de sangre, sudor y lágrimas. Es lo que Sir Winston Churchill le prometió a sus conciudadanos en las horas difíciles de la guerra. Y el pueblo lo votó. No parecería estar ocurriendo eso con Macri hoy en día.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.