sábado, 18 de septiembre de 2010

Honda SOHC Lead 110i... De Alguna Manera...

Honda SOHC Lead 110i...


Como suele ser habitual en Honda, ésta no ha reparado en gastos y, las cabezas pensantes de la firma del ala dorada se han centrado en el scooter más humilde de su catálogo para dotarlo de nuevas y ostentosas vestiduras. Unos nuevos ornamentos que le otorgan un caché a la altura del más deseado. La transformación ha sido tal, que el estatus del nuevo Honda Lead ha subido como la espuma y, aunque ya no tiene nada que envidiar a sus hermanos mayores, sí ha perdido uno de sus puntos más fuertes, el precio. Sin embargo, esos mil euros que suma de más nuestro protagonista, sin duda alguna, los vale. Lo cierto es que no tiene nada que ver con el anterior Lead 100 y, como es lógico, no ha querido desprenderse de sus mejores cualidades, ligereza, manejabilidad y practicidad.



Empezando por la estética, el 110 es más voluminoso y mejor acabado que su antecesor con detalles más modernos y, sobre todo, elegantes. No es que sea mucho más largo entre ejes, pero sí apreciaremos nada más subirnos a él que es notablemente más ancho. Parte de esa amplitud extra se debe al hueco bajo el asiento. ¡Impresionante! Parece mentira que en un scooter de su categoría entren dos cascos integrales, justos, pero bien colocados incluso podemos aprovechar parte del espacio para pequeños objetos. Tampoco nos faltará una práctica guantera y una importante plataforma plana para sumar más capacidad de carga. Gracias a que el escudo es más ancho, también hemos ganado en protección para las piernas, un detalle a destacar cuando conduzcamos bajo la lluvia. Asimismo destacaríamos las estriberas para el pasajero y, pese a que quedan un poco altas para la escasa altura del asiento –muy bien acolchado y amplio para ambos ocupantes–, son confortables y al no usarse quedan perfectamente integradas.



El cuadro de mandos es tremendamente visible y de muy fácil lectura. Sería perfecto si no se hubieran olvidado de un práctico reloj horario y de un cuentakilómetros parcial. Y ya que estamos puestos, tampoco nos gustó el acceso al depósito de combustible. El tapón está justo en la plataforma, obligándonos a agacharnos en cada repostaje.


Dulce como la miel


Sí estéticamente poco tiene que ver un scooter con el otro, en la parte técnica la diferencia es todavía mayor. Y es que han incorporado tantos cambios que nada tiene que ver un propulsor con otro. Ahora, el Lead 110 cuenta con el mismo sistema de inyección que el Scoopy, Passion y S-Wing –PGM-FI-, y de refrigeración líquida (el radiador está ubicado en el lateral derecho del motor, consiguiendo un conjunto compacto y ajustado). Dos imprescindibles innovaciones que le otorgan una suavidad difícilmente comparable con otro scooter de su categoría.



El motor empuja enérgicamente desde que arrancamos del semáforo y sube con decisión hasta los 85 km/h, momento en el que propulsor decide cortar encendido y la aguja del velocímetro no sube ni aunque vayamos cuesta abajo. Pese a ello, hay que tener claro que está concebido para circular por vías urbanas, por lo que su motor, aunque pequeño, es de lo más eficaz en este hábitat. Y es que por su contenido tamaño, altura del asiento y posición de conducción, es una joya para movernos cómoda y rápidamente por ciudad. Además, ahora contaremos de una mayor seguridad al poseer una pisada más estable y segura al sustituir la llanta delantera de 10 pulgadas por una de 12 y al cambiar el arcaico tambor delantero por un disco de 190 mm, de tacto y potencia más que aceptables.



Al igual que ocurre con sus hermanos de 125 cc disponemos de una frenada combinada en la maneta izquierda, que actúa sobre el disco anterior yel tambor trasero. La maneta derecha sólo actúa sobre el disco. Respecto a las suspensiones –no por bieletas como antes–, éstas son de lo más básicas, pero no por ello efectivas y cómodas. La horquilla telescópica de 33 mm es algo blanda a nuestro gusto, pero absorbe de forma eficiente, incluso los antiguos adoquines, mientras que la trasera, un simple amortiguador, hace de la marcha un placer dulce y apetecible.

Ficha Técnica

Motor

Alimentación: Inyección electrónica

Cilindrada: 108 cc

Compresión: 11:1

Diámetro x carrera: 50 x 55 mm

Distribución: SOHC 2 válvulas

Par máximo declarado: 9,3 Nm 6.250 rpm

Potencia máxima declarada: 9 CV a 7.500 rpm

Tipo de motor:

Monocilíndrico 4T. Refrigeración líquida.

Transmisión

Cambio: Variador automático

Embrague/Mando: Automático centrífugo

Chasis

Avance: 74 mm

Basculante: Grupo motor

Lanzamiento: 26º

Tipo de chasis: Tubo inferior de acero

Suspensiones

Suspensión delantera: Horquilla telescópica

Suspensión delantera. Barras: 33 mm

Suspensión delantera. Recorrido: 80 mm

Suspensión delantera. Reglajes: Ninguno

Suspensión trasera: Monoamortiguador

Suspensión trasera. Recorrido: 70 mm

Suspensión trasera. Reglajes: Ninguno

Frenos

Freno delantero: Disco 190 mm

Freno trasero: Tambor 130 mm (sistema combinado)

Ruedas

Rueda delantera. Llanta: 90/90-12"

Rueda trasera. Llanta: 100/90-10"

Cifras

Velocidad máxima: 85 km/h

Aceleración 0 a 1000 m: 48,7 seg / 85 km/h

Consumo medio: 3 l/100 km

Dimensiones

Altura total: 1.245 mm

Altura asiento: 735 mm

Distancia entre ejes: 1.300 mm

Distancia total: 1.830 mm

Capacidad depósito: 6,5 l

Peso

Reparto de pesos: 41,9/58,1

Peso verificado lleno: 113,1 kg




viernes, 17 de septiembre de 2010

La Vida es Bella... Banda de Sonido... De Alguna Manera...

La Vida es Bella... Banda de Sonido...



Video homenaje a la Banda Sonora Original de la película italiana "La Vida es Bella", compuesta por Nicola Piovani en 1997 y premio Oscar de aquel año.

© http://www.youtube.com/watch?v=fNb5B1lnsBY


Huracán 0 vs. Gimnasia y Esgrima de La Plata 3... De Alguna Manera...

Perdidos en el Bosque...


Huracán jugó mal y perdió frente a un Gimnasia que no había ganado ni anotado goles en el Apertura. Si bien el Lobo fue superior, los tres goles de diferencia no reflejan lo que se vio en la cancha. El Globo, otra vez, volvió a sufrir un fallo arbitral.


Más de un hincha quemero habrá tenido pesadillas durante la semana y se le cruzó por la cabeza la película que finalmente fue a presenciar a La Plata. Cuando se habla tanto de la racha negativa de un equipo, indudablemente el simpatizante rival espera que esa malaria no se corte justamente ante el club de sus amores. Bueno, todo eso ocurrió esta noche en el Bosque. Porque Gimnasia, que aún no había triunfado en el Apertura y ni siquiera había podido anotar un sólo gol, se desquitó con un Huracán que jugó mal y mereció volverse con las manos vacías, pero no por el resultado abultado tal como se terminó dando. A falta de un gol, el Lobo anotó tres y pudo sonreír por primera vez.


Héctor Rivoira movió fichas respecto al último partido, pensó un partido peleado en la mitad de la cancha y por eso optó por un esquema con dos líneas de cuatro, relegando a un intermitente Matute Morales al banco. Tan alejado de la realidad no estuvo el entrenador, porque se dio un juego friccionado en los primeros minutos, con el local tomando el rol protagónico y con Huracán agazapado, aguardando por una contra salvadora. De tanto ir, sin claridad, Gimnasia recién avisó a la media hora de juego con un flojo cabezazo de Neira, el más movedizo de la primera mitad, y un minuto más tarde el mismo 10 manejó el balón volcado a su izquierda y, tras un quedo de Agustín Peña, se la cedió a Navarro para que el conjunto platense celebrara con furia su primer conquista en el torneo. Sin ser muy superior, la ventaja era justa. Huracán no tuvo elaboración ni sorpresa, y su único aviso fue un tiro sin peligro de César Montiglio. Otra vez abajo, otra vez con un tiempo cedido.


La lesión de Diego Rodríguez y el poco peso ofensivo de Mariano Torres obligaron al Chulo a meter dos modificaciones. Con Formica y Brítez Ojeda en cancha, el Globo salió a batallar el segundo tiempo. Ojo, no fue una maquinita, pero con empuje logró incomodar a Gimnasia, que estuvo más atento a cuidar la mínima ventaja que a estirarla. Y quién si no el Roly Zárate para inquietar: el ex Vélez Sarsfield tuvo dos remates de pelota parada para conseguir el empate transitorio, pero en ambos encontró bien ubicado a Gastón Sessa. El local ya no atacaba, mientras que la visita avanzaba en el terreno sin llegar a mostrarse fino. Claro, la última línea que planteó Diego Cocca (se jugaba su cabeza) no mostró flaquezas y despejó toda pelota que asechaba su propia valla. En Huracán no anduvo Montiglio, Chichón Nieto no fue gravitante, Mariano Martínez estuvo más en el piso que en el área y, por lo tanto, sólo se esperaba algo de Zárate, nuevamente el encargado de pelear contra la muralla rival. Ni el debut de un movedizo Emiliano Lencina sirvió para que con tres delanteros pudiese haber mayores oportunidades de arañar un punto.


Sin embargo, luego de un centro que cayó en el área del Lobo, el ingresado Lucas Castro cabeceó la bocha junto al palo ¡de Sessa!, pero Faraoni, a instancias del línea Roberto Retta, anuló de manera inexplicable el gol, por un inexistente offside. Casualidad o no, otra vez un fallo arbitral (como ocurrió con Mariano Martínez ante Banfield) privó a Huracán de conseguir un resultado favorable. Y, como si fuese poco, en la siguiente jugada, el Sapito Encina, la gran figura, se la picó a un Monzón adelantado y le dio la estocada final, el gran golpe de KO. Para colmo, en la agonía del partido, Lucas Castro se la cedió a Encima para que el ex Central pusiera cifras finales al encuentro. Los tres goles se sintieron, más que nada porque de un error del juez se desencadenó un final inesperado e injusto. Tampoco hay que ser necios y pensar que si se empataba estaba bien: Huracán jugó mal y mereció perder, pero no por tamaña diferencia, que termina siendo importante y mentirosa a la vez para quien no vio el partido.


Las Fotos...



Los Goles...



El Partido...

© http://www.clubahuracan.com.ar

Los Amantes... Julio Cortázar... De Alguna Manera...

Los Amantes... Julio Cortázar...

Pintura: Los Amantes de Macarena Varela Munchmeyer


¿Quién los ve andar por la ciudad

si todos están ciegos ?

Ellos se toman de la mano: algo habla

entre sus dedos, lenguas dulces

lamen la húmeda palma, corren por las falanges,

y arriba está la noche llena de ojos.


Son los amantes, su isla flota a la deriva

hacia muertes de césped, hacia puertos

que se abren entre sábanas.

Todo se desordena a través de ellos,

todo encuentra su cifra escamoteada;

pero ellos ni siquiera saben

que mientras ruedan en su amarga arena

hay una pausa en la obra de la nada,

el tigre es un jardín que juega.


Amanece en los carros de basura,

empiezan a salir los ciegos,

el ministerio abre sus puertas.

Los amantes rendidos se miran y se tocan

una vez más antes de oler el día.


Ya están vestidos, ya se van por la calle.

Y es sólo entonces

cuando están muertos, cuando están vestidos,

que la ciudad los recupera hipócrita

y les impone los deberes cotidianos.




domingo, 12 de septiembre de 2010

Huracán 2 vs. Banfield 2... De Alguna Manera...

Acción y reacción...


Cada vez que Huracán se puso en ventaja, con dos gritos de Zárate, Banfield alcanzó el empate, primero por Carrusca y luego con Zelaya. En definitiva, un resultado justo.

“La acción y la reacción deben ser de la misma magnitud “, escribió Newton en unas de sus leyes. Banfield no fue la excepción, sino todo lo contrario. Cada vez que Huracán le pegó, ambas a través del Roly Zárate, el Taladro no tardó en responder, primero con Carrusca y luego con Zelaya. Casi lo gana sobre el final, pero falló en la definición y el 2-2 en el Ducó fue justo.

Acción I. Diego Rodríguez entró al área, lo agarraron de la camiseta y el Roly Zárate no perdonó. Ejecutó un penal como debe patearse: al medio, fuerte y arriba. Nada que hacer para Bologna. Reacción I. Gabriel Méndez probó desde afuera del área, su remate no parecía peligroso, pero Monzón dio un rebote y Carrusa la empujó. Gracias caja de empleados, Chelo. Empate justo en un primer tiempo entretenido.

Acción II. Zárate, el mejor de la cancha, recibió de espaldas al arco, la paró de pecho y sin dudar le dio de media vuelta y de zurda: golazo. La pelota entró contra un palo y fue tercer gol del Roly con la camiseta del Globo. Reacción II. Buen centro de Bustamante y mejor interpretación de Zelaya, que le ganó a Quinteros y la mandó a guardar de cabeza. Otra vez justicia en el Ducó. Si bien Banfield apretó el acelerador en el final y tuvo dos chances claras, el 2-2 no se discute.

Repartieron puntos porque en casi todo el partido miraron el arco rival y en algunas lagunas del segundo tiempo ambos bajaron la intensidad. Huracán sigue sin sumar de a tres en Parque Patricios y quedó con ocho puntos en el medio de la tabla. Sabor a poco. Banfield no aprovechó su chance para alcanzar a los punteros, pero sigue prendido con diez unidades. Sabor agridulce. Acción y reacción en igual medida.


© Escrito por Maxi Friggeri y publicado el el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 11 de Septiembre de 2010

Los Goles...



El Partido...

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