martes, 14 de febrero de 2017

Carlos Babington: Confesiones desde el destierro… @dealgunamanera...

Carlos Babington: Confesiones desde el destierro…


Un ascenso, un descenso, un equipo inolvidable que no pudo salir campeón, peleas con referentes y transferencias bajo sospecha son la fórmula del cóctel explosivo que empujó su salida de Huracán por la puerta de servicio. Dice que la final perdida ante Vélez y las suspicacias en el pase de Javier Pastore rompieron su relación con los hinchas. A casi seis años de su caída, sin poder pisar el Ducó ni Parque Patricios, el inglés rompe el silencio para responder a las acusaciones.

© Escrito por Marcelo Benini el lunes 13/02/2017 y publicado por el Periódico de Noticias El Barrio, de Villa Urquiza, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Yo me fui mal de Huracán. Lo primero que puedo decirte es que me duele en el alma, siento que no merecía este final. Cuando sos jugador tenés una idolatría total, cuando pasás a ser técnico empieza a declinar y cuando sos presidente caés del todo. Me metí en la política, grave error, embalado por amigos. La experiencia no fue buena por culpa de los resultados. Ese partido con Vélez marcó un clic en mi vida. De ahí en adelante nada fue igual. Caí en una pendiente que no pude remontar”.

Carlos Babington escupe este alegato amargo desde el destierro, el castigo espontáneo que purga desde 2011 por su malograda gestión al frente del Globo. Hoy no puede pisar el Ducó ni caminar en paz por las calles de Parque Patricios. Él lo sabe y parece resignado a esa condena. Enfrenta además varias causas en la justicia, impulsadas por la actual Comisión Directiva del club, debido a supuestas  irregularidades en transferencias que involucran a los jugadores César Montiglio, Carlos Quintana, Luciano Nieto y Patricio Toranzo.

Como jugador, fue un volante exquisito que disputó 12 temporadas (309 partidos y 127 goles, con un hoy imposible promedio de 0,41) y logró el inolvidable título de 1973. Como entrenador fue responsable de los ascensos de 1990 y 2000. En el medio de ambas décadas, apareció la primera mancha en su relación con los hinchas: en septiembre de 1997 renunció como DT del Globo, a poco de iniciado el Torneo Apertura, para asumir en Racing. Volvió al club a fines de 1998, para descender seis meses después. El 25 de junio de 2000 lograría su segundo ascenso. Los desencuentros parecieron quedar momentáneamente en el olvido…

El 2 de julio de 2006, con el equipo nuevamente en la B Nacional, ganó las elecciones presidenciales con el 42 por ciento de los votos y menos de un año más tarde, como dirigente, consiguió el tercer ascenso del club. Dos años después, a caballito del tiki tiki de Ángel Cappa y el espaldarazo político del entrenador, fue reelecto presidente tras obtener más del 62 por ciento de adhesión. El mejor equipo de Huracán de los últimos 35 años jugó además una final ante Vélez, perdida tras un arbitraje irregular.

Desde entonces, todo sería caída libre para el inglés más famoso de Parque Patricios. En 2010 el desencanto comenzó a ganar a la gente y Babington dejó de ir a la cancha. A fin de año, tras la séptima derrota consecutiva de visitante, los hinchas tomaron la sede y exigieron su renuncia. Acorralado por las presiones y la inminencia del cuarto descenso, concretado el 22 de junio de ese año, decidió adelantar las elecciones para el domingo 3 de julio: Alejandro Nadur se impuso con el 70 por ciento.

Pasaron casi seis años desde entonces y Babington se convirtió en un fantasma. En los foros y redes sociales su apellido mutaría al humillante “Ladrington”. Cuando le propusimos la entrevista, esperábamos encontrarnos con evasivas. Lejos de eso, se mostró predispuesto. “Vos preguntá lo que quieras que yo te voy a contestar”, anticipó, en tono casi de necesidad. Nos encontramos con él una mañana de febrero, en el Bonafide de Pedro Goyena y Bertres, Caballito. A los 67 años, vestido con chomba beige, bermudas y sandalias, el inglés buscará explicar en dos horas sus cinco años de controvertida gestión dirigencial.


-Desde que a fines de 2009 dejaste de ir a la cancha siendo aún presidente, debido al rechazo de los hinchas, poco se sabe de vos. El último año y medio de tu gestión fue una agonía…
-Esto fue de mayor a menor. El primer gobierno, a pesar de cimbronazos como la renuncia de Mohamed, ascendimos, nos posicionamos en primera división y llegó el equipo de Cappa. Gané las elecciones dos semanas antes de la final y después de ahí todo fue barranca abajo. El equipo empezó a perder, se quebró mi relación con la gente y parecía que estaba solo contra el mundo. Todas las culpas eran mías. Algunas habré tenido, pero en estos temas te aseguro que no. Siempre banqué a los técnicos porque yo también lo fui y sé cómo es esta historia.

-Mencionaste al Turco Mohamed. ¿Por qué terminaste mal con él?
-Se fue después de una derrota con Boca. Me enteré en la última práctica. ¿Viste cuando dormís de todo? Quizá él sabía que tenía a la gente de su lado, que lo quería más que a mí, y especulaba con ganarle a Boca para luego irse y arrastrarme con él, no lo sé. Conmigo se comprometió a aducir temas personales, pero a los periodistas les dijo todo lo contrario: que no le traje jugadores, que no cobraban y que el estado del campo de juego era un desastre. Quizá me pasó factura de lo ocurrido unos años atrás. Todo llevó a una relación de mierda, me hacía la vida imposible. Por mi personalidad o estoy peleado o no: no tengo término medio. Me retrotraigo a 2002, cuando regresé a Huracán como DT. Me vino a ver Manolo Corrado para decirme que Mohamed quería jugar gratis en el club, para darle una mano. Averigüé con un amigo mío en México, Jorge Davino, ex jugador de Huracán, y me dijo que el Turco no estaba en condiciones. Le dije entonces que no lo necesitaba, porque iba a traer a Cabrol. Buscaba un armador más que un delantero. Se me puso de culo mal y me hizo la cruz, sin decírmelo. Al poco tiempo se retiró. Luego, siendo DT y jugador, se sacó a él mismo del equipo porque le daba vergüenza como jugaba.

-¿No creés que quizá, por respeto a su trayectoria, merecía retirarse jugando en Huracán, por más que no estuviera en su plenitud?
-Es probable, no calculé que iba a pasar de ser amigo a todo lo que fue después. Yo no me comporté mal, le fui de frente. Si me equivoqué, fue de buena fe. Después de la muerte de su hijo, recuerdo que en el Ducó vimos juntos el debut de Chiche Sosa en Huracán. Perdimos 5 a 1 con Tiro Federal y todos me puteaban, hacía un mes que había ganado las elecciones. La reflexión de mi etapa como presidente sería que me peleé con todos mis amigos, porque terminé mal también con Chiche. Después vino Mohamed, está demostrado que no es un mal técnico. Al año ascendimos, pero la relación no estaba bien. Se quedó enganchado con el hecho de no haberlo llevado a Huracán como jugador, no me lo perdonó. Estoy seguro de que es eso. Nunca más lo vi.

-Huracán perdió hace dos años un juicio con Osvaldo Ardiles por un incumplimiento contractual originado en tu mandato. También se fue mal del club…
-Fue una vergüenza lo que hizo. Lo traje por recomendación de Úbeda, que lo había tenido en Racing. Le pedí opinión a Carrascosa y me dio el OK. No lo conocía, porque vino a Huracán cuando yo me fui y volví cuando él se fue. Nunca lo había visto tête-à-tête. El equipo empezó a funcionar, andaba bien. Él era un personaje bastante atípico, hablaba la mitad en inglés y la mitad en castellano. A los jugadores les decía yes. Si me preguntás por qué se empezó a deteriorar la relación nunca supe ni él me lo dijo…

-Supongo que le gustaría la puntualidad en el pago y estaba atrasado…
-Es verdad, estaba fastidioso por el tema del pago, pero él hizo abandono de tarea, tenía contrato por seis meses más. El tucumano Montiglio me hizo lo mismo. ¿Sabés cómo se desencadenó todo con Ardiles? Un día en la cancha de Vélez estoy entrando al vestuario y veo que le están haciendo un reportaje. Estaba diciendo “porque el presidente no viene nunca” y mencionó el tema de la guita. Yo estaba atrás de él, escuchando con Pocho (N. de la R.: Norberto Giuliano, por entonces vicepresidente del club). “¿Vos escuchás lo que está diciendo este muchacho?”, le dije. Lo encaré a Ardiles, le pedí explicaciones y no sé qué me dijo. Se fue a Inglaterra y no vino más. Al poco tiempo nos inició una demanda, había que ponerse al día y Huracán no tenía un peso. Yo vivía en el Juzgado, había pedidos de quiebra todos los días.


-Ardiles nunca se sintió cómodo en Huracán…
-Un grave error mío fue alojarlo en un hotel de Constitución, donde Huracán tenía un convenio. En su época era un hotelazo, hasta paró Boca, pero luego la zona decayó, debo reconocerlo. A la semana se quejó de mala manera: “Escuchame, yo vengo de Londres, ¿cómo me vas a traer acá?”. Le pedí disculpas y hablé con el Coti Nosiglia, amigo mío, que tiene un hotel en Florida y Santa Fe, el Elevage. “Haceme un favor. Conseguime una habitación porque tengo a este muchacho que es muy pretencioso”, le pedí. Mirá qué paradoja: Ardiles tenía un Rolex Presidente y cuando fue a tomar un café a la esquina se lo robaron.

-Uno de las primeras experiencias amargas que tuviste como presidente de Huracán, seis meses después de haber asumido, fue el arbitraje de Daniel Giménez en San Juan, en una Promoción por el ascenso. ¿Tenés algo para decir al respecto?
-Huracán tiene una historia con los árbitros como ningún otro club. Se lo dije a Grondona dos días después de Brazenas: “Ya pararon dos árbitros por irregularidades con nosotros: Sinnott y Giménez”. “Y ahora van a ser tres”, me respondió Julio. ¿Te acordás del día que la gente de Huracán se manifestó en la AFA? Grondona me llamó a su oficina, apagó la luz y señalando la calle me preguntó: “¿Me merezco esto? Carlitos, si hay un equipo que no quiero que salga campeón nunca es Vélez”, me aseguró.

-¿Qué pasó en San Juan?
-Llegamos al hotel y uno de los dirigentes me señala a dos personas reunidas: Giménez y Gioja, el gobernador de San Juan. Obvio hubo suspicacias. Ahora, analizando el partido, el arbitraje no me pareció deshonesto. Huracán hizo un gol, ellos también. Es verdad que adicionó siete minutos, pero el del final fue un tiro libre de mierda y hubo una falla nuestra. No lo defiendo a Giménez pero estaba a punto de retirarse, no fue el mismo caso de Brazenas.

-¿Cuál es la verdad de lo ocurrido el 5 de julio de 2009 en Liniers?
-Brazenas traía el antecedente de Racing-Vélez en 2001, que no tuvo repercusión porque no fue una final. Tenemos la mala suerte de que nos tocó definir dos campeonatos en la última fecha, de visitante, con el rival en cuestión. Lo de 1994 igual es distinto: con Independiente no teníamos ninguna chance. Yo no vi el partido con Vélez: acompañé a los jugadores hasta la cancha y después me fui a caminar. Soy cardíaco y tengo tres stents. Por eso largué la dirección técnica y evito mirar los partidos. Decidí caminar 45 minutos por el costado de la General Paz y luego volver, para coincidir con el final del partido. Llegué no recuerdo si hasta Av. San Martín, ya se veían los tanques de Constituyentes. Pero no calculé que con el granizo el partido se iba a suspender varios minutos. Al regresar por Juan B. Justo me lo cruzo a Carlos Fren, un amigo mío, en una parada de colectivos. “Carlitos, no te des vuelta, soy Babington”, le dije. Yo llevaba una capucha y anteojos. Le pregunté cómo iba el partido, para mí ya era la hora. “Andá tranquilo, que van a pasar tres años y Vélez no hace un gol. Ya son campeones”. Entré por el portón del club y nunca voy a olvidarme de esta imagen: un gordo pelado, con la camiseta de Vélez, gritando el gol. Quería que me tragara la tierra.

-¿Con qué sensación llegaste a ese partido? Se rumorean tantas cosas: que lo compró Vélez, que lo entregaste vos, que Grondona te pasó factura…
-Grondona era el último que quería que Vélez saliera campeón, te lo firmo. En las reuniones de Comité Ejecutivo el único que se le paraba de manos era Raffaini. Julio los odiaba: “Ustedes son una basura, ya van a ver”, les decía. La AFA no tuvo nada que ver. Si hubo un arreglo lo hizo Vélez. ¿Vos viste el partido? El gol de Domínguez lo anuló el lineman. Yo desconfío de él, no de Brazenas.


-Es verdad, Casas tampoco marcó la infracción de Larrivey cuando como asistente tenía toda la facultad para hacerlo.
-Grondona siempre nos decía que era más fácil “arreglar la banderita”. Después nosotros tenemos un arquero inexperto. Un arquero vivo se queda con la pelota una hora en el suelo. Éste la soltó. ¿Te metieron un planchazo? Faltaban siete minutos… Qué destino el de ese pibe, después de ese partido desapareció. Había atajado un penal, se llevaba la gloria, lo quería River… Al tiempo del partido fui a la AFA y me encontré con el capo de los árbitros de las tres A, Alejandro Toia. “Brazenas quiera hablar con vos”, me dijo. “Yo no tengo nada que hablar. Me arruinó la vida. Sólo él sabe lo que hizo”, le respondí. Yo estaba herido de muerte. Ese partido me hizo irme de Huracán de la peor manera, odiado. No veo cómo puedo congraciarme con la gente.

-Dijiste de Cappa: “Su ciclo fue rarísimo porque fue muy bueno el primero y el segundo muy malo. Y ahí comenzó a gestarse la situación de hoy”.
-Cappa se volvió loco, el segundo campeonato salimos últimos. Quería armar el equipo con vos y el tipo que está sentado allí (señala otra mesa del café). El creía que podía jugar con Bolatti y diez más. Así le fue. Me trajo cualquier cosa, fue a buscar a España al hijo de un amigo, Trecarichi, que no jugaba ni en la B. La amistad en el fútbol no existe. ¿Cómo le decías que no, si Ángel era el rey de Huracán? Yo fui el gran culpable de aceptarlo. Tuvo gran mérito en el equipo que armó, que lamentablemente se desarmó porque Huracán no podía sostenerlo. Se portó mal conmigo, estuve una semana seguida pidiéndole todos los días que se quedara. “Los jugadores no me escuchan más”, me dijo.

-Si bien fuiste ratificado por abrumadora mayoría en 2009, en parte gracias a que Cappa amenazó con renunciar si vos perdías, se te reprocha, entre otras irregularidades, no haber presentado balances y el ninguneo a los órganos de control, como la Junta Fiscalizadora, el Tribunal de Honor y la Asamblea.
-Como no soy político, creí que a un club como Huracán lo podía manejar por fuera de la política. La oposición no colaboraba. No es tan como se dice: los balances se hacían de la mejor manera que se podían, por ahí se presentaban atrasados. Creo que eso no tuvo que ver con mi final. No fuimos más que los de antes ni menos que los de ahora. El club estaba deteriorado en todos los sentidos y uno hizo las cosas como pudo, a los ponchazos. Creo que los que me resisten son los socios de menos de 40 años.

-¿No fue excesivo el tiempo que se quedó Pompei? El equipo no estaba para descender, pero su ciclo fue a pura derrota. Y en el club no hubo reacción…
-Es probable que Pompei no fuera el técnico indicado para ese momento. Pero el que me hace una mala jugada es Brindisi. En conferencia de prensa yo había dicho que sería el DT hasta el final de mi mandado. Hizo la pretemporada en Pinamar, un lugar insólito, gastamos una fortuna… En el campeonato estábamos en una situación media, sin demasiado riesgo de descenso: le traje a Cámpora y a Maidana. Empatamos con Argentinos, perdió con River y dijo “me voy, quiero lo mejor para Huracán”. Me dejó en banda. Y ahí me entró la locura, no sabía a quién traer. Pensé en Tito Pompei, hincha de Huracán… Yo trataba bien a todos los técnicos, pero la mayoría me abandonó mal.

El 40 por ciento del pase de Marías Defederico fue vendido en 2008 a Bluesand International, empresa radicada en Panamá de Bouza y Lavalle, en apenas 150.000 dólares. Marcelo Simonian también compró porcentajes de los derechos económicos de varios juveniles del club, entre ellos Rodrigo Battaglia y Gonzalo Martínez, ventas que no constaban en actas.
-Necesitábamos hacer caja, no había plata. Con el dinero de la televisión nos alcanzaba justo para el presupuesto del plantel, pero ante cualquier imprevisto flaqueábamos. Cuando vendimos a Larrivey, creo que en 800 mil dólares, nos alcanzó para todo el año del plantel profesional. Vendimos muchos puchitos, todos los clubes hacen en mayor o menor medida. Es una manera de subsistir cuando no te entra dinero. Pero todas las ventas pasaron por Comisión Directiva. Yo soy de Huracán de verdad y estoy dolido por lo que se dice. No soñé con irme de esta manera. Nosotros agarramos al club destruido y no lo dejamos tan mal. Pintamos toda la cancha, pusimos riego artificial, cañerías nuevas en la sede… Nadie lo reconoce. Todo lo que hicimos fue por derecha. El único error que me achaco es haberlo dejado en el descenso.

-A mediados de 2008 reconociste en “Semanario Quemero” la existencia de una opción de compra por Javier Pastore. Luego lo desmentiste y Javier fue transferido en ocho millones de dólares al Palermo. Esa compra hubiera significado la salvación económica de Huracán.
-La gente cree que yo me hice millonario con Pastore y nada que ver. Yo no me llevé la de Pastore porque nunca fue de Huracán. Este tema va adosado al partido con Vélez y fue mi perdición como dirigente. Yo iba siempre a la Quemita los sábados a ver las inferiores. Una mañana jugaban Talleres y Huracán y Pastore nos hizo cuatro goles. Le pregunté por él a un cordobés y me explicó que jugaba en cuarta porque Talleres estaba en quiebra. El pase era de Marcelo Simonian, un amigo. Le pedí que me lo diera para Huracán y llegó sin cargo y sin opción, como han venido en esa circunstancia más de veinte jugadores durante mi gobierno.

-Es algo que se cuestiona de tu gestión. Huracán fue vidriera y no tuvo beneficios.
-Por supuesto que no es la mejor opción, pero en esos años era agarrala o dejala. Pero me equivoqué con veinte jugadores, no sólo con Pastore. Simonian me lo prestó a regañadientes, los negocios los hace para él como todo empresario. ¿Por qué no me juzgan con Bolatti, que también vino sin cargo ni opción? Los 40.000 dólares por mes le pagaba el Porto. Cuando Cappa me dice “Bolatti y diez más” los 40.000 dólares debió pagarlos Huracán.

-En los primeros meses de 2009 se decía que por 250 mil dólares Huracán hubiera podido comprar a Pastore…
-No es así. Y pese a que no había firmado nada tengo entendido que Simonian le reconoció un cinco por ciento a Huracán del 50 por ciento que poseía de Pastore. Igual creo que Pastore está sobrevaluado, tiene condiciones pero muchos defectos. No es un crack. Es un buen jugador y nada más, siempre hablando del precio que se pagó por él. Es suplente hace tres años en el PSG.

-Una de tus deudas es que no capitalizaste a Huracán con jugadores…
-Hoy Huracán está más armado por las ventas que hizo, entonces no puede traer un jugador sin cargo y sin opción para que el negocio lo haga otro, ¿pero sabés lo que era el club cuando yo asumí? Todos los días había un pedido de quiebra, levantamos más de cien juicios y dejamos sólo tres: el más importante de Ardiles. Huracán no podía comprar nada y encima no te lo permitía el juez, que a lo mejor me lo hacía a propósito porque era de San Lorenzo. Nadie se imagina cómo recibí a Huracán…

-La gente que por un exceso de personalismo tiene dificultades para delegar corre el riesgo de equivocarse. ¿Creés que fue tu caso?
-Tenía un grupo de cuatro o cinco personas afines. Antes de asumir le pedí un consejo a Jorge Peña: “Consultá, pero resolvé todo vos”, me dijo. Yo no era tan personalista, pero las decisiones del fútbol me las reservaba. Igual al único técnico que puse de prepo fue a Cappa: me lo volteaban todos.

-Muchos hinchas de Huracán consideran que la tuya fue la peor gestión de los últimos 50 años, junto con la de Jorge Batet. ¿Qué opinás?
-Me causa una pena muy grande esa comparación. Estoy muy dolido con la gente de Huracán. Muchos me saludan, pero sé que no es la realidad. Me gustaría ir a la cancha. No merezco este final, me fui de la peor manera, pero a mí nadie me quita el globo de acá (se toca el corazón). Babington es Huracán. Estoy identificado de por vida.

-No puedo evitar comparar el tuyo con el final de Passarella en River. Campeón como jugador y DT, fracasó como presidente…
-Sí, a veces pienso que él tampoco puede ir a la cancha ni caminar por la calle. Imaginate que si a mí alguien me putea, lo de él hay que multiplicarlo por diez.

-¿Te arrepentís de algo que hiciste o dejaste de hacer?
-Pude haberme equivocado en un montón de cosas, pero no me arrepiento porque todo lo hice con la intención de mejorar el club.

-Construiste dos edificios a pocas cuadras de aquí. Muchos presumen que son inversiones derivadas de ilícitos en tu gestión…
-Sí, las “Torres Pastore”. Yo me dedicaba desde antes al negocio de la construcción. Empecé en 2003 en Pinamar, después de dejar la dirección técnica. Allí construí diez casas. Cuando asumí en Huracán le dije a mi hijo que lo hiciéramos acá y nos asociamos con un arquitecto amigo. ¿Cómo le hacés entender a la gente que yo estaba en este rubro antes de agarrar Huracán?


-Me pongo en abogado del Diablo. Habiendo tantos antecedentes de conflicto con técnicos y jugadores, que se fueron mal del club, ¿no sos vos el que falló?
-(Silencio pensativo) No sé qué decirte, estoy tranquilo conmigo mismo y me considero un buen tipo, tendrías que preguntarle a ellos. Te cuento una anécdota que fue un golpe muy duro a nivel afectivo, cinco meses después de ganar las elecciones. Volvíamos de Mendoza tras el ascenso y fuimos a la sede, que estaba llena de gente, a festejar. Me asome al balcón de la presidencia a saludar a los hinchas y me putearon en cuatro idiomas. ¿Sabés qué hice? Fui al baño y me puse a llorar.


-Pensando en tu historia de desencuentros con Huracán, ¿hasta qué punto la relación con la gente se rompió definitivamente en 1997, cuando te fuiste a Racing? ¿Te reprochás hoy esa decisión?
-Yo tenía mala relación con Juan José Zanola desde que ganó las elecciones en 1988, pese a que salí campeón en 1990. En 1997 me trajo otra vez de técnico contra su voluntad. Un día en La Raya me encuentro con Coco Basile y Osvaldo Otero, el presidente de Racing, que me ofreció la dirección técnica por mucha plata: si en Huracán ganaba 200 mil dólares, en Racing me daban 600 mil. Me negué. Otero, muy pillo, me dijo “¿vos sos boludo, no sabés que Zanola te odia?”. Al otro día me invitó a su oficina, fui y mirá lo que hizo, con maldad. Llamó a Zanola, puso el teléfono en manos libres y le preguntó si podía hacerme una oferta. Juan, sin saber que yo estaba presente, le respondió: “Si me sacás ese cáncer de encima te doy lo que quieras”. Agarré el auto, me fui a La Bancaria y, sin mencionarle que había escuchado sus palabras, le comenté a Zanola que tenía una oferta de Racing. Como soy buen tipo, nunca hice público este tema. Y me comí todas las piñas.

-Lo que sucede es que en todas las internas que mencionaste -Mohamed, Ardiles, Zanola- la gente de Huracán quedó como rehén de tus disputas…
-Por ahí mi gran defecto es que nunca intenté congraciarme con nadie, soy como soy. Pero tengo argumentos para todo. ¿Te parece que alguien puede decir “sacame a este cáncer de encima”? Irme a Racing fue dejar un clavo en la pared de Huracán. Cuando volví saqué el clavo, pero el agujero quedó. Nunca me puse a pensar que debía haber actuado distinto. Soy espontáneo, hago lo que siento. Por supuesto estaba equivocado, porque los hechos lo demuestran. Pero no sirvo para ser de otra manera.

-Cuando eras DT de River cuentan que Dávicce te reprochaba tus habituales trasnoches en La Raya. En Huracán solía comentarse con preocupación tu placer por la ruleta. ¿Es un gusto controlado o se convirtió en adicción? ¿Pusiste alguna vez en riesgo tu patrimonio o el del club?
-Para romper con ese mito, hace siete años que no piso el casino. Me gusta el juego, tuve caballos de carrera, me gusta salir de noche… Ser bohemio es una manera de vivir que adopté y no me arrepiento. Jamás terminé arrumbado en un rincón a las cinco de la mañana ni fui adicto al juego. A las carreras sí voy de vez en cuando. Ponele que sea un vicio, pero la gran virtud que tengo es que lo controlo como pocos. Supongamos que llevo mil pesos para gastar, cuando se terminan me vuelvo a casa calladito. Ni mangueo ni voy a buscar y vuelvo. Lo que pasa es que me vieron tres veces en el casino y piensan “éste se va a gastar la de Huracán”. ¿Tengo que salir a desmentir algo sin asidero? Paro en La Raya, un lugar histórico donde me casé. Todos los lunes me junto con Mostaza Merlo, Horacio Pagani y Chicho Serna, pero antes lo hice con Pedernera, Di Stéfano, Néstor Rossi… Muchos asocian el lugar con la noche y el chupi. Pero yo no tomo, siempre fui muy controlado. Ahora soy muy tanguero.

-¿Qué sentís cuando se realizan los agasajos a los campeones de 1973 y no te invitan?
-Este es un club desagradecido con las glorias. En la época que fui presidente yo lo intenté: le hice homenajes a Jorge Carrascosa, a Sebastián Viberti, a Miguel Loayza, que fue mi ídolo. La última vez que me reuní con el equipo del 73 fue porque Clarín nos hizo una nota. Del club nunca me llamaron. La política me hizo pelearme con todos.

-¿Qué opinás del presente del club?
-No estoy muy al tanto, pero el club está económicamente mejor y logró un par de campeonatos importantes. Me dijeron que el presidente es muy personalista, pero si hace las cosas bien…

-¿Creés que algún día podrás congraciarte con la gente de Huracán o esta ruptura no tiene solución?
-Mi situación personal no me gusta para nada, me siento mal. No sé cómo revertirla. Si la gente piensa que me robé todo con Pastore, ¿qué voy a  explicar? Seguiré siendo de Huracán. ¿Sabés las ganas que tengo de ir al Ducó con mi nieto? (se quiebra, traga saliva, se recompone). No quisiera que alguno me diga algo adelante de él y sé que me lo van a decir. Sería un orgullo poder llevarlo. Hoy es el dolor más grande que tengo.



lunes, 13 de febrero de 2017

Los Trolesbuses del Rabino Bergman... @dealgunamanera...

La Justicia investiga una polémica licitación en Medio Ambiente…


El fiscal Delgado abrió una causa para investigar una licitación para adquirir cincuenta buses eléctricos que desató una pelea entre empresarios locales y chinos, y el ministro Bergman.

Escrito por Emilia Delfino el lunes 13/02/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Un negocio por US$ 35 millones del Ministerio de Medio Ambiente quedó esta semana bajo la lupa de la Justicia Federal. El fiscal Federico Delgado abrió una causa para investigar una licitación para adquirir cincuenta buses eléctricos que desató una pelea entre empresarios locales y chinos, y el ministro Sergio Bergman.

Perfil reveló hace dos semanas que el negocio exponía acusaciones cruzadas de corrupción. Entre el 26 y el 29 de diciembre, Bergman disolvió la comisión evaluadora que debía decidir a quién correspondía entregar el negocio y conformó una nueva que cambió el dictamen. La licitación quedó en manos de CTS, una firma representante de la compañía china BYD, constituida en el país a las apuradas. Para lograr las firmas necesarias para dictaminar a favor de CTS, Bergman autorizó a Julián Rousselot, jefe de Informática del Ministerio, a sustituir al técnico especializado en buses, Pedro Orbaiz, que había fallado a favor de otra empresa: Vía Bariloche.

Tres semanas más tarde, Bergman ascendió a Rouselot a subsecretario de Coordinación Administrativa, el área encargada de la revisión legal de las licitaciones públicas. Rousselot, hijo del denunciado ex intendente de Morón, es ingeniero en informática, sin ningún tipo de expertise en buses eléctricos.

La decisión del ministerio fue impugnada por dos de las finalistas de la licitación: Vía Bariloche y Newsan. La primera, vinculada al kirchnerismo, incluso envió una carta al jefe de Gabinete, Marcos Peña, denunciando supuestas irregularidades en la licitación. 

El ministro respondió la semana pasada denunciando ante la Justicia a uno de los funcionarios de su propia gestión, el técnico Pedro Orbaiz. Bergman lo acusó de los supuestos delitos de abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público por haber favorecido a Vía Bariloche, adulterando supuestamente informes oficiales del INTI y la CNRT para beneficiar a esta compañía, y omitiendo en su informe los altos costos de mantenimiento que ofrecía la empresa y las sospechas de corrupción que pesan sobre su socia china, Higen. 

La denuncia del ministro cayó en el juzgado de Rodolfo Canicoba Corral y en la fiscalía de Delgado. Pero el fiscal pidió esta semana no sólo investigar lo denunciado por Bergman sino la licitación en sí y así intentar dilucidar qué delitos se cometieron en el marco de este negocio millonario.

La fiscalía pidió “dilucidar los hechos ligados a posibles irregularidades en la licitación y contrastar ambas versiones”, y requirió el expediente administrativo de la licitación para que pueda ser examinado por expertos y la documentación relativa al vínculo laboral de Orbaiz con el ministerio. Además, dijo al juez que es necesario analizar las posibles relaciones de los funcionarios con las empresas oferentes.



domingo, 12 de febrero de 2017

Retos estratégicos para la empresa en 2017… @dealgunamanera

Retos estratégicos para la empresa en 2017…


Este año 2017 las empresas deberán ser capaces de superar varios retos estratégicos entre los que se encuentran potenciar el trato con el cliente y conseguir ser operador multicanal, entre otros.

© Publicado el lunes 30/01/2017 por http://www.marketing-xxi.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Si hacemos una lectura positiva de este hecho, la profunda transformación que atraviesa el mercado impulsará que a las tradicionales líneas de actuación y crecimiento de la empresa se le sume otras basadas en la revolución industrial. Nos encontramos ante una etapa en la que Internet es quien va llevar la voz cantante y la tecnología facilitará a muchas empresas el conocimiento de las nuevas necesidades del mercado.

Así al menos lo refleja, en un informe recogido por Cinco Días, José Ántonio Latre, socio de estrategia en Management Consulting de KPMG en España, en el que destaca algunas líneas de actuación como la transformación del modelo de negocio aprovechando la revolución digital o la transformación de la organización y la cultura corporativa.

A continuación desglosaremos cada uno de estos retos, profundizando en la importancia de cada uno de ellos:

Transformación del modelo de negocio aprovechando la revolución digital. 

Internet y las tecnologías han suscitado la necesidad de crear una nueva visión estratégica.  Es indudable que la transformación digital está modificando y abriendo nuevos canales de comunicación entre empresas y clientes, llevando consigo numerosas ocasiones de innovación comercial y generando nuevos modelos de negocio que aprovechan las posibilidades que proporcionan las nuevas tecnologías, dejando obsoletas los tradicionales modelos de negocio o de escalas. Ser capaces de aprovechar todo esto se traducirá en un importante salto cualitativo a la hora de hablar de eficiencia y rentabilidad en los procesos comerciales.

Implantación de modelos centrados en el cliente.
 


La mayor revolución en el mercado es sin duda el conocer a fondo al cliente. Un cliente que se ha vuelto más experto, informado y exigente, demandando soluciones, productos o servicios cada vez más completos y de mejor valor, y que ha pasado de una situación de pasividad a gran actividad. Por ello las empresas se enfrentan al reto de conocerlos en profundidad, logrando unos niveles de satisfacción del cliente elevados. Lo que se consigue integrando toda la información de la que disponen a través del desarrollo de Data & Analytics. De este modo la empresa conseguirá una hiperconectividad con su cliente. Y es que esta revolución digital ha dado poder al usuario convirtiéndole en el principal protagonista del mercado. Por lo que una atención personalizada será un aspecto a tener en cuenta.

Transformación de la organización y la cultura corporativa.

Los tradicionales modelos organizativos y la gestión de las compañías están sufriendo una importante transformación como consecuencia de la incorporación al mercado de los llamados ‘millenials’, jóvenes altamente preparados y cualificados que pisan con fuerza en el mercado laboral y que ya no se contenta con un puesto base. Son ambiciosos y aspiran a ser sus propios jefes. Para su correcta gestión es vital que los departamentos de recursos humanos sean capaces de atraer y gestionar todo este nuevo talento de la mejor manera posible.

Este nuevo paradigma empresarial en el que Internet juega un papel imprescindible obliga a las empresas tradicionales a converger a virtuales y muchos pueden pensar que no están lo suficientemente preparadas para estos nuevos retos.

Nosotros en FMK-Foromarketing creemos que ante la era digital las empresas pueden rendirse o reinventarse y prosperar. Entender la magnitud de este cambio sólo está en sus manos.


  



De Macri a los Kirchner... @dealgunamanera…

Justicia para todos…

COMPLIKADA, Cristina Fernández. Foto: Pablo Temes

El gobierno actual y el anterior, en la mira de los fiscales. Del Correo al pacto con Irán.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 12/02/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Correo Argentino S.A. le propuso al Estado nacional un plan de pago, que fue aceptado –luego de otros rechazados– en junio pasado por el director general de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Comunicaciones, Juan Mocoroa. El acuerdo de pago ofrecía 15 cuotas anuales con una tasa de interés del 7% anual.

La fiscal Gabriela Boquin calculó la deuda original, en 2001, en 292,8 millones de pesos o dólares. Pero de aceptarse la propuesta del Correo, la quita real rondaría el 98,8%, y eso se traduciría en una quita de $ 4.277,6 millones a valores de hoy, o de $ 70 mil millones a marzo de 2033, cuando se terminaría de pagar la última cuota de ese arreglo.

Los especialistas coinciden en la razonabilidad del planteo de la fiscal: “Ella no hace una indexación de la deuda ni la convierte de pesos a dólares, sino que calcula cuánto costaría esa deuda respecto de un hipotético valor presente y otro proyectado a 2033 –que es lo que ofrecía el Correo–”.

Fuentes de la fiscalía afirman que discutir si la deuda es en dólares o en pesos es caer en un falso dilema. “La deuda se generó en el marco de la convertibilidad peso dólar. Por otra parte, el artículo 19 de la ley de concursos y quiebras establece la suspensión de los intereses, no la interrupción de los intereses. Surge claro que ello significa que se suspenden los intereses para que el deudor pueda negociar con los acreedores. Pero no significa que se condonen.

Cuando el deudor va a ofrecer pagar, debe contemplar estos intereses que estuvieron caídos durante el trámite del concurso que, en este caso, la oferta del Gobierno no contempla. De 2001 a 2017 no se pagaría ningún interés. Este es un proceso concursal que duró 17 años. Se está ofreciendo pagar a partir de 2018, con suerte, hasta 2033. Es mentira que esté prohibido pagar intereses. En la misma sala hay antecedentes que establecen que la no contemplación de los intereses posconcursales es una nueva quita que se le hace al crédito”, sostienen.

“Las cuotas son anuales, no mensuales. Con una tasa del 7% anual, en pesos, hay una severa quita para el Estado, hay condonación de deuda. Y el artículo 52 de la Ley de Concursos, inciso 4º, dice que el juez no puede aprobar una propuesta abusiva o en fraude a la ley. Y en esta condonación, el beneficiario final es la familia del Poder Ejecutivo”, afirman en tribunales.

Los especialistas más críticos de la oferta del Gobierno sostienen que “teniendo en cuenta la meta inflacionaria para este año calculada en el 17 o 18% anual, la tasa de interés del 7% resulta incomprensible, por lo que se estarían licuando los intereses hacia delante (2033) además de la ausencia de cálculo de los intereses pasados”.

La Sala B de la Cámara Comercial es la que debe resolver si acepta el acuerdo o si hace lugar al dictamen de la fiscal y rechaza la propuesta. En el Gobierno las primeras voces salieron al cruce de manera vehemente contra la resolución de la fiscal, pero luego el propio Oscar Aguad cambió hacia un tono moderado más conciliador.

Estos aspectos técnicos son esenciales para comprender la raíz del problema que el Gobierno ha manejado mal. Se plantea una situación muy sensible al tratarse del grupo empresarial que pertenece al padre del Presidente y del cual él formó parte. Debió haberse consultado a la Oficina Anticorrupción y se debió haber informado a los representantes de la oposición durante todo el trámite de la negociación.

Más complicados. Esta ha sido una semana difícil para el kirchnerismo en materia judicial. En la causa por la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman por el acuerdo entre la Argentina e Irán, Julio De Vido, Oscar Parrilli y Angelina Abbona serán investigados por posible encubrimiento a Irán. El fiscal federal Gerardo Pollicita amplió el viernes la denuncia que había realizado Nisman antes de morir contra la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Quiere saber qué rol pudieron haber tenido los arriba mencionados en el hecho.

Pollicita pidió al juez federal Ariel Lijo la realización de 32 medidas de prueba, que incluyen el cruce de llamadas entre los acusados: Cristina Kirchner, Héctor Timerman, Carlos Alberto Zannini, Julio De Vido, Oscar Parrilli, María Esther Abbona, Luis D’Elía, Fernando Esteche, Jorge Khalil, Andrés Larroque y Ramón Allan Héctor Bogado.

Por su parte, el fiscal federal Eduardo Taiano le dio un nuevo impulso a la investigación de la muerte del fiscal. Para ello, comenzó la instrucción prácticamente desde cero, luego de haber denunciado a la fiscal Viviana Fein por la deficiente tarea llevada a cabo. Ello incluyó tareas básicas de instrucción que no habían sido terminadas por Fein como, por ejemplo, entrevistar a todos los vecinos de las torres Le Parc y al equipo de la fiscalía. A Taiano le interesa dilucidar el rol de Lagomarsino. Le llama la atención el vínculo que tenía con Nisman (amigo, subordinado, etc.). Ordenó, además, la realización de una junta interdisciplinaria para determinar las causales de la muerte que implican desde cruces de llamados hasta pericias informáticas.

Esto demorará tres meses. En el entorno de la fiscalía subrayan que “en una instrucción normal, Lagomarsino y la custodia debieron haber quedado detenidos desde el primer momento”. Objetan, además, la presencia del entonces secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien no supo responder en calidad de qué se había hecho presente aquella noche en el departamento de Nisman.

Con el telón de fondo producido por el escándalo de la filtración de escuchas judiciales, fuentes de Comodoro Py apuntan contra integrantes de la AFI que pudieron realizarlas para tapar el mal momento político de su jefe, Gustavo Arribas. El martes, el juez federal Ariel Lijo procesó a Oscar Parrilli y el miércoles el fiscal Guillermo Marijuan pidió su detención. Según el juez Lijo, Parrilli –ex jefe de Inteligencia del kirchnerismo– retuvo en noviembre de 2015 un informe que señalaba la presencia de Ibar Pérez Corradi en Paraguay. Luego del cambio de gobierno, ya en junio de 2016, fue detenido a partir de esos datos que se habían cajoneado.

Durante el kirchnerato predijimos –como también lo hicieron otros– que, una vez que dejaran el poder, los tribunales de la avenida Comodoro Py serían un lugar de frecuentación para los más encumbrados funcionarios de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. “La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés” (Antonio Machado).

Producción periodística: Santiago Serra.