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domingo, 1 de diciembre de 2024

Los industriales confunden a Milei con Trump… @dealgunamanera...

 Los industriales confunden a Milei con Trump…

Error. Los industriales aplaudían a un Trump y se encontraron con un Milei. Alguien que, lejos del proteccionismo del estadounidense, los ataca y libera importaciones. Fotografía: Cedoc.

Qué habrán interpretado los industriales argentinos cuando Javier Milei les prometía eliminar al Estado y a cualquier política pública que limitara al libre mercado nacional e internacional. ¿Habrán entendido que el anarcocapitalismo consistía en defender a la industria nacional? ¿O creyeron que Milei, una vez asumido, no iba a cumplir con sus compromisos de campaña? Es posible que todo se trate de un malentendido de origen, producto del optimismo natural de los empresarios. Durante estos meses se la pasaron aplaudiendo a alguien que suponían Donald Trump y ahora descubrieron que siempre fue Milei. 

© Escrito por Gustavo GonzálezPresidente y CEO de Editorial Perfil. El domingo 01/12/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.  

Esta semana la Unión Industrial Argentina celebró su trigésima conferencia. Los industriales habían invitado al Presidente y a su ministro de Economía. Ninguno de los dos fue.  

El Presidente venía de declarar en septiembre que en los últimos años los industriales “se volvieron más dependientes del Estado. A mediados del siglo pasado se decidió que todo se tenía que producir acá y, para proteger a la industria, se le robó al campo”.      

En lo económico, Milei no es Trump, Bolsonaro, Meloni, Orbán ni Abascal. Hay un solo presidente...     

Durante la campaña, Milei casi no habló de la industria. Apenas sostuvo que “van a tener que competir, ganarse el pan con el sudor de la frente o irán a la quiebra”. En la plataforma electoral de La Libertad Avanza ni siquiera le dedicó un párrafo. Los industriales medianos, grandes y pequeños pidieron reiteradamente alguna definición. Siempre les respondieron extraoficialmente diciéndoles que se iría a una “apertura comercial unilateral a la chilena”, porque “el comercio libre produce bienes de mejor calidad a mejor precio”.  

Los industriales que ahora se sorprenden con las actitudes de Milei, quizá querían creer que se encontraban ante un liberal que lo que haría sería resolver el déficit, bajar la inflación y producir una reforma laboral que permitiera producir más con una mayor previsibilidad. 

Dicen que no hay peor sordo que el que no quiere oír.  

Si Milei es un anarquista que detesta la intervención del Estado en el comercio, enemigo de los aranceles y de los límites a las importaciones; si nunca se interesó por la industria argentina y si cuando habló fue para castigar a los industriales; por qué ahora tanta sorpresa.   

Un mundo sin aranceles. En la UIA trataron de minimizar la descortesía de Milei y Caputo. Su presidente, Daniel Funes de Rioja, sólo hizo una advertencia sobre la apertura indiscriminada de importaciones: “El punto es bajo qué condiciones se abrirá la economía. Hay que mirar la experiencia internacional. Hoy tenemos a Estados Unidos protegiendo su producción, Europa, Canadá, Brasil y, desde el punto de vista de las restricciones, tenemos distorsiones fiscales.”      

Tras la confusión inicial de haber festejado a Milei como si fuera Trump, los industriales se encuentran un año después con el peor escenario. En la Argentina hay un Presidente que pretende levantar las restricciones a las importaciones y en los Estados Unidos llega otro, el verdadero Trump, que restringirá aún más el ingreso de productos importados a su país.   

Esto es: las potencias podrán ingresar sin mayores restricciones sus productos, pero el país tendrá cada vez más problemas para ingresar los suyos en esas potencias.   

En ese mismo evento, el titular de la UIA de la provincia de Buenos Aires, Martín Rappallini, se mostró compungido por los ataques presidenciales y explicó que el sector no pedía protección, sino “igualdad de condiciones para competir. El Estado debe nivelarle la cancha a la industria nacional”.     

Cuando Rappallini habla de “igualar condiciones” se refiere a tres reclamos concretos: 1) bajar la presión impositiva local, 2) mejorar la infraestructura competitiva, y 3) modernizar definitivamente la legislación laboral para igualar los costos con los de otros países. 

En cualquier caso, ya se sabe lo utópico que puede resultar intentar igualar las condiciones comerciales de las potencias con las de las naciones subdesarrollados, sin que los Estados brinden algún tipo de protección adicional. Ni siquiera las potencias lo logran.     

Proteccionismo cero. Si Murray Rothbard estuviera vivo (el 7 de enero se cumplirán treinta años de su fallecimiento) sería un duro crítico de Donald Trump y su proteccionismo. Para el anarcocapitalista, ideólogo de Milei, proteccionismo es igual a destrucción de la prosperidad económica. Lo escribió así: “El ímpetu del proteccionismo proviene de la búsqueda de privilegios coaccionados y de la restricción del comercio a expensas de competidores y consumidores eficientes. En la multitud de intereses especiales que utiliza el proceso político para reprimir y saquear al resto de nosotros, los proteccionistas se encuentran entre los más venerables. Ya es hora de que nos los quitemos de encima.”   

La agresividad asertiva de los textos de Rothbard hace que parezcan escritos por Milei.   

¿Por qué entonces la confusión del empresariado en haber creído que Milei podría ser Trump? Más aún: ¿por qué el mismo Milei admira tanto a alguien que es tan distinto a él en lo económico?    

Con los mismos parámetros por los que llama “comunista” a otros proteccionistas y defensores del Estado, también lo podría calificar así al estadounidense. De hecho, hay autores clásicos del liberalismo como el francés Fréderic Bastiat para los cuales proteccionismo y comunismo son iguales.    

La misma dudosa similitud se da entre Milei y un primer ministro como Viktor Orbán, invitado especial a la asunción del libertario. Tan lejos está Orbán del anarcocapitalismo de Milei que el húngaro explica que su modelo es una democracia “iliberal”. O sea, no demasiado liberal, con fuerte raigambre nacionalista, antiglobalista y conservadora.    

Es la misma distancia que existe entre Milei y Giorgia Meloni; una mujer conservadora, nacionalista, con posiciones antimonopólicas y un pragmatismo en su relacionamiento interno y externo que está en las antípodas del dogmatismo libertario. O lo que separa a Milei del proteccionismo nacionalista de Jair Bolsonaro; o de Santiago Abascal, líder de Vox  y heredero español del franquismo, ultranacionalista y confesional.    

Lo que une a Milei con Trump, Orbán, Meloni, Bolsonaro, Abascal y otros líderes mundiales no es el modelo económico.    

Hay un solo presidente anarco en el mundo y es argentino.   

Milei es el único que propone un sistema económico que intenta revolucionar todo lo conocido hasta ahora, y está en las antípodas del conservadurismo, el nacionalismo, el antiglobalismo y de cualquier tipo de regulación (liberal o no) sobre los mercados.   

...anarcocapitalista en el mundo y es argentino. Es el único que no quiere proteger a la industria de su país.    

¿Trump también era zurdo? Los industriales argentinos pueden estar confundidos; pero el Presidente, no. Por eso, antes para Milei, Trump ni siquiera llegaba a la categoría de liberal: “Creer eso es de zurdo burro”, solía decir.    

Hoy es Presidente de la Argentina y se aferra a estos “socios” internacionales por el solo hecho de que no tiene otros presidentes libertarios con los que asociarse.  

En su camino solitario hacia un mundo sin Estados, en el mientras tanto se une a aquellos líderes que no buscan eso, pero que al menos representan a los sectores sociales más refractarios a lo que, genéricamente, se denomina el progresismo. Como él.  

Todos ellos enfrentados a la corrección política internacional, como la defensa de las minorías, las políticas de género o el cuidado del medio ambiente. Son líderes igualados por un mismo populismo comunicacional, violento y enfrentado al escrutinio de los medios críticos tradicionales.  

La confusión ideológica de los industriales parece similar a la de otros liberales y republicanos del PRO, del radicalismo y de cierto peronismo, que creen que Milei también es liberal y republicano.  

Y eso pese a lo que el Presidente les dice y les hace cada semana.  

Lo que confirma, una vez más, una razonable tendencia humana.  

La de siempre creer en lo que nos gustaría que fuera cierto. 





domingo, 17 de noviembre de 2024

 Algarabía oficialista…

"Let’s dance", Donald Trump y Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes.

Los libertarios festejan la caída de la inflación y la condena a CFK. Pero el salario sigue en el fondo del pozo.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 17/11/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Lo ocurrido en Mar-a-Lago, en la noche del jueves pasado, quedará en los anales. Nunca antes un presidente electo de los Estados Unidos había recibido a un presidente argentino. No solo eso: Javier Milei fue el primer mandatario extranjero con el que Donald Trump se encontró desde que fue electo por una mayoría abrumadora en las elecciones del 5 de noviembre.

La relación de afecto nacida entre ambos se extendió por carácter transitivo a todo su entorno y a sus más fanáticos seguidores. No es habitual que en esos círculos haya un conocimiento tan detallado y extendido de lo que hace un presidente argentino. Ni siquiera ocurrió algo así con Carlos Menem ni con Arturo Frondizi ni con Mauricio Macri, que fueron los presidentes argentinos que más estrechas relaciones tuvieron con las administraciones estadounidenses. West Palm Beach, el lugar en donde se encuentra la residencia de Mar-a-Lago, trae reminiscencias de otra cumbre presidencial histórica. Ocurrió cuando, en la Navidad de 1961, John Fitzgerald Kennedy recibió en su residencia a Arturo Frondizi, por quien sentía un profundo respeto. En aquella ocasión, el encuentro tuvo como tema excluyente el análisis de la situación en Cuba.

El nivel de popularidad que tiene Milei en la militancia trumpista es notable. La motosierra se ha convertido en un símbolo que encuentra emulación en la decisión del presidente electo en la designación de Elon Musk y de Vivek Ramaswamy para hacerse cargo del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Serán los Federico Sturzenegger del nuevo gobierno.

No obstante esta corriente fervorosamente elogiosa hacia él, sería bueno que Milei hiciese una lectura adecuada de lo que, en términos prácticos, pudiera traducirse en acciones concretas por parte de Trump. Hay que recordar que, durante su primera presidencia, no hubo para Jair Bolsonaro, con quien la afinidad también fue muchísima, beneficios extraordinarios de parte de Trump. Como ya se expresó en esta columna, Mauricio Macri sí tuvo una ayuda muy concreta y crucial: el apoyo de los Estados Unidos que llevó al directorio del Fondo Monetario Internacional a aprobar los préstamos de magnitud nunca vistos antes que recibió la Argentina. Al respecto, hay que decir que la aspiración primigenia del ministro Luis Caputo es que ese apoyo se repita para poder acceder a un acuerdo que le permita llegar a obtener los dólares necesarios para poder levantar el cepo cmbiario. Esos dólares hoy faltan y eso crea un problema porque, más allá de las declaraciones tanto de Caputo como de Milei en las que tratan de minimizar su impacto, el cepo representa un obstáculo a las inversiones extranjeras que nuestro país tanto necesita.

El 2,7% de inflación de octubre fue la mejor carta de presentación que, al partir, Milei llevó a su reunión con Trump. En las recorridas periodísticas que se hicieron, la mayoría de los comerciantes de distintos rubros reconoció que las remarcaciones habían disminuido sensiblemente. Sin embargo, esta estabilidad –que no es uniforme– no redunda en un aumento del consumo. La razón es muy simple: la caída del salario. Muchas familias con un trabajo formal no logran esquivar la línea de la pobreza.

Por eso, el Presidente debería ser más prudente cuando habla de la recuperación de los ingresos. Ningún salario se ha acercado ni remotamente al nivel de inflación de este año, que ronda el 107%. Pudo haberse frenado la recesión pero aún queda un largo camino por recorrer para que la actividad económica despegue a niveles que generen un derrame que pueda ser percibido por la mayoría de la gente. “El Presidente es consciente del esfuerzo que está haciendo el pueblo argentino para poder acompañar las medidas que nos llevarán a estabilizar el país pero también sabe que a poco menos de un año de gestión los resultados obtenidos han sido superlativos. Nos decían que íbamos a durar tres meses y hoy estamos siendo reconocidos a nivel mundial”, se jactó un libertario de la primera hora.

Existe otro motivo para la algarabía oficialista. Es el pasado que vuelve y les recuerda a los argentinos lo peor de los veinte años de kirchnerismo. La Cámara de Casación Penal confirmó la condena contra Cristina Kirchner por el caso Vialidad a seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Aún le queda la opción de ir hasta la Corte Suprema, que no tiene un plazo temporal para resolver el caso. Por eso CFK no irá a prisión y, de no aprobarse el proyecto de ley de Ficha Limpia en el Congreso Nacional, podrá competir en las elecciones del año entrante.

Vale la pena hacer un paréntesis para desarticular la insostenible perorata de la expresidenta. Como buena oradora, Cristina intenta justificar todo lo que le sucede por un supuesto intento de proscripción y misoginia. “Como no me pueden pegar una piña, hacen lo que están haciendo desde Comodoro Py”, se la escuchó decir en su impostada aparición en territorio amigo luego de ratificada la condena. Sabe perfectamente que es el segundo tribunal que falla en el mismo sentido y que la maniobra de corrupción para desviar fondos del Estado en triangulación con Lázaro Baez a sus propias cuentas fue tan pero tan burda que no quedó la más mínima duda de aquel procedimiento.

No existe proscripción y, por si quedaran dudas, es bueno recordar que Ficha Limpia surgió hace varios años por iniciativa ciudadana. No podrán ser candidatos a cargos públicos quienes tengan una condena por corrupción contra el Estado ratificada por un tribunal de alzada. Es lógica pura y un intento por mejorar la calidad institucional y evitar que el Estado se convierta en un aguantadero para quienes se refugian en los fueros de manera indefinida para eludir la Justicia. Argentina se merece, de una vez por todas, un salto de calidad en su sistema democrático. Boleta única es ley. Ficha limpia es una deuda pendiente que ya debería quedar saldada.



lunes, 11 de noviembre de 2024

Se alinearon los planetas... @dealgunamanera...

 Se alinearon los planetas…

Empleado del mes, Donald Trump. Dibujo: Pablo Temes.

Javier Milei y su gobierno recibieron con euforia la victoria de Donald Trump. En política, las relaciones interpersonales juegan un papel clave.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 09/11/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Se alinearon los planetas. No quedan dudas. Ese es el significado que para Javier Milei y su gobierno tiene la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. A medida que en la noche del martes los resultados iban consolidando una tendencia imparable a favor del candidato del Partido Republicano, la euforia del Presidente y su entorno iba experimentando una especie de crescendo casi extático. Es claro que para el actual gobierno no daba lo mismo que ganara uno u otro candidato. Con Kamala Harris en la Casa Blanca las cosas hubieran sido muy diferentes. 

En la política –como ocurre prácticamente con cualquier otra actividad– las relaciones interpersonales juegan un rol fundamental. Y esa importancia se agiganta cuando esa relación de afecto y afinidad se da entre los jefes de Estado. En el caso del vínculo entre la Argentina y los Estados Unidos, la historia es rica en ejemplos que confirman el postulado precedente: Carlos Menem con George Bush padre y Bill Clinton; Arturo Frondizi con John Fitzgerald Kennedy.  

Donald Trump siente afecto verdadero y gratitud por Milei, cuya gestión valora enormemente. Afecto por la afinidad ideológica absoluta existente entre los dos; gratitud, por la actitud del mandatario argentino de ir a visitarlo en un momento en que el flamante presidente electo era denostado por la mayoría de la dirigencia política estadounidense. En la tarde del miércoles en Miami, dos integrantes del Comité de Campaña de los republicanos señalaban que a Trump lo conmovió esta actitud de Milei. De ahí que la reunión de la próxima semana en Mar-a-Lago, la exuberantemente lujosa residencia de Trump en West Palm Beach, debe ser tomada como una muestra de ese afecto. Y como una verdadera señal política. Afecto y valoración que son compartidos por Elon Musk, cuyo protagonismo en la campaña y en estos primeros días posteriores a la elección es evidente y significativo. 

Las reacciones de los mercados del miércoles reflejaron con contundencia el impacto positivo que el triunfo de Trump produjo en la macroeconomía vernácula. Una de las expectativas de mayor envergadura está dada por la posibilidad de conseguir el apoyo por parte del futuro presidente de EE.UU. para obtener el dinero fresco necesario para levantar el cepo. En 2018, durante la realización de la cumbre del G20 en Buenos Aires, se recuerda que Trump le preguntó a Mauricio Macri –a quien lo une una amistad de años– qué necesitaba. Y, más allá de lo que Macri le haya contestado en ese momento, los hechos posteriores demostraron que Trump ayudó mucho a su amigo para conseguir aquel préstamo inaudito que le otorgó el Fondo Monetario Internacional.  

Pero, para el gobierno argentino, el alineamiento de los planetas no termina en esta posibilidad de obtener la cantidad de dólares necesarios para levantar el cepo. Las circunstancias políticas de la región hacen que Milei pueda transformarse en una pieza muy importante dentro del mosaico que hay en esta parte del continente ya que, con la ausencia de Jair Bolsonaro, la alianza con la Argentina es de obligada necesidad para tener influencia en gran parte de Latinoamérica. “Vamos a ser el faro de América del Sur y vamos a forjar alianzas duraderas con los amigos de la libertad. Con Trump en los Estados Unidos mucho de lo que estamos haciendo aquí cobra un sentido mucho más trascendental”, aseguró un diputado oficialista.

El Gobierno se siente cómodo en la pelea con los líderes sindicales, que no entienden el cambio de época.

En la política doméstica, una vez aquietadas las aguas por la salida de Cancillería de Diana Mondino, también se vivieron días de euforia y revancha. El Presidente, junto a Guillermo Francos y su hermana Karina, recibieron en Casa Rosada a los gobernadores radicales Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Leandro Zdero (Chaco). Fueron casi dos horas de reunión, donde se intentó dejar atrás la polémica por Alfonsín, tema en el que Milei ensayó una suerte de disculpa, y se centraron en la importancia de sostener el equilibrio fiscal, hablaron de la realidad que atraviesa cada una de las provincias y de cómo motorizar la actividad desde las economías provinciales para que el país salga adelante. En realidad, lo que al Gobierno le interesa es mantener esa suerte de alianza con los mandatarios provinciales que le permitirá luego contar con votos y apoyos que son vitales entre las bancas del Congreso Nacional. 

El otro tema en el que el Gobierno se siente cómodo es en la pelea con los líderes sindicales. Esta semana el conflicto con los gremios aeronáuticos se agudizó. Gente que quedó varada en los aeropuertos, pasajeros que tuvieron que sufrir más de tres horas de espera arriba de los aviones y otras postales para el olvido. La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), que conduce Pablo Biró, la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), encabezada por Juan Pablo Brey, y la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), liderada por Edgardo Llano, fueron las responsables de las penurias de miles de pasajeros. Ninguno de los responsables de estos gremios ha entendido que la gente pide a gritos un cambio de época mientras ellos mantienen sus privilegios de espaldas a la sociedad. Basta con citar las palabras de otro experimentado líder sindical que tuvo, al menos, un rapto de lucidez: se trata de Ricardo Cirielli, líder de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), quien cruzó a sus compañeros y dijo que “están obligando al Gobierno a cerrar Aerolíneas Argentinas” e incluso calificó su estrategia de paros eternos como de “lock out sindical”. Más claro, agua. Sus declaraciones son un símbolo que alumbra la futura relación de los gremios entre sí y de estos para con el Gobierno. Han perdido el apoyo de la gente y le están entregando a Milei un triunfo en bandeja para agigantar su figura. La mentalidad anacrónica y llena de vicios de gran parte de los líderes sindicales es un problema que se debe encarar de una vez por todas para que la Argentina empiece a sanar.



domingo, 3 de noviembre de 2024

Confianza en Trump... @dealgunamanera...

Confianza en Trump… 


El Gobierno espera que el magnate republicano gane las elecciones para recibir una ayuda de los amigos en el FMI.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 02/11/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Más allá del estrépito, la salida de Diana Mondino de la Cancillería era algo ya sabido. El estrépito fue producto de un hecho que dejó al descubierto la falta de comunicación interna del Gobierno. El voto argentino en la Organización de las Naciones Unidas fue, históricamente, contrario al embargo contra Cuba. Es un voto que tiene un valor meramente simbólico. La catastrófica situación de atraso y pobreza que soporta la ciudadanía cubana no está causada por ese embargo, sino por la concepción anacrónica de un régimen totalitario y autocrático cuyos dirigentes viven en medio de una opulencia escandalosa.  

Diana Mondino se ha encargado de decir que ese voto había sido puesto en conocimiento de la Casa Rosada antes de ser emitido. Hasta ahora no ha habido respuesta desde la Presidencia. Eso, sumado a las palabras elogiosas del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, hacia la exministra indica que hay voluntad de no tirarla por la borda. Sin embargo, queda clara la brutal forma de ejercer el poder que tiene el Presidente. Lo que sí hubo fue un comunicado dirigido al personal de la Cancillería, cuyo párrafo final sembró inquietud y encendió alarmas “… el Poder Ejecutivo iniciará una auditoría del personal de carrera de la Cancillería, con el objetivo de identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad”. Una cosa es que el cuerpo diplomático lleve adelante las políticas que emanan del gobierno de turno –esa es, al fin y al cabo, su tarea– y otra muy distinta es que todos sus integrantes piensen de la misma manera. La caza de brujas ha formado parte de los usos y costumbres del kirchnerismo, del peronismo y de los regímenes militares. El ideario libertario prometió otra cosa. Ese tipo de reacciones van en contra de los postulados de la libertad.    


Diana Mondino hizo saber que la Casa Rosada conocía cómo se iba a votar en la cuestión de Cuba.

Un ejemplo de la volubilidad de la política vernácula lo representa el caso del reemplazante de Mondino, el flamante ministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein, quien se venía desempeñando como embajador de la Argentina ante el gobierno de los Estados Unidos, supo ser un acérrimo acólito de Cristina Fernández de Kirchner. “Habíamos podido abandonar el modelo de especulación financiera por uno de producción y, además, éramos de los países más desendeudados del mundo”, escribió el flamante ministro en 2011. El problema no es solo el cambio de opinión. Al fin y al cabo, ahí está el caso de Daniel Scioli, que también se desvivió en elogios hacia la expresidenta –que no le evitaron ser despreciado por ella– y hoy es funcionario estelar de este gobierno que le permite por estos días subirse a la ola del fenómeno Franco Colapinto e intentar traer la Fórmula 1 a la Argentina. El problema es de esencia moral: haber apoyado al kirchnerismo significa haber convalidado la corrupción reinante en esos gobiernos y el proyecto autocrático  –y por ende antidemocrático– que encarnaban. Queda claro que a La Libertad Avanza le está costando demasiado mantener una línea de coherencia entre sus nuevos funcionarios. En este mismo contexto se inscribe también la elección del titular de la Dirección General Impositiva (DGI), Andrés Vázquez, con un controvertido pasado kirchnerista.  

La próxima semana será de gran expectativa en la Casa Rosada como producto de la elección presidencial en los Estados Unidos. Prudente y acertadamente, el Gobierno viene sosteniendo en su discurso una postura equidistante de los dos candidatos. Se prenuncia una elección con un resultado muy cerrado. En el promedio de las encuestas más respetadas hay una ventaja mínima, pero sostenida para Donald Trump sobre Kamala Harris. Es claro que, en el sentimiento de 
Milei
, su deseo es que gane Trump. Su identificación y cercanía con el candidato republicano hace la diferencia para un acceso a la Casa Blanca que no tendría con Harris. Y eso, en el contexto de todo lo que falta negociar con el Fondo Monetario Internacional, pesa. Lo vivió Mauricio Macri: de no haber sido por su amistad con Trump, el extraordinario –y controvertido– préstamo que el organismo le dio al país no se hubiese materializado. Como ya se vio, en las filas del trumpismo, la figura de Milei despierta apoyo y euforia. De ser elegido, habrá que ver cuánto de todo esto se traduce realmente en medidas de apoyo para el gobierno argentino.  


El paro mostró que dirigentes como Pablo Moyano no entienden el cambio que vive la Argentina.

Mientras tanto, en la política de cabotaje, viejos fantasmas sobrevuelan la escena. Por un lado, el paro en el transporte que impulsó una parte del gremialismo duro, puso de manifiesto que dirigentes como Pablo Moyano no han entendido el cambio que se está produciendo en la Argentina. Más allá del gobierno libertario, la gente de a pie ya no tolera medidas que perjudiquen su vida diaria en pos de sostener los privilegios de la casta sindical. La Unión Tranviarios Automotor (UTA), el gremio que nuclea a los trabajadores de las principales líneas de colectivos del país, decidió no participar de la medida de fuerza luego de llegar a un acuerdo de recomposición salarial con el Gobierno y las cámaras empresariales. El oficialismo logró así una doble carambola: evitó un jueves sin el servicio de colectivos, aisló a los gremios díscolos y los convirtió –una vez más– en su sparring de cara a la sociedad.  

El otro hecho que se celebró dentro del Gobierno es que CFK se encamina a presidir el PJ. No solo eso, La ex vicepresidenta se reunió con gobernadores y otras figuras del peronismo para ponerse a trabajar de cara a las elecciones de medio término del año que viene. Sergio Massa está incluido en ese combo. Nada nuevo bajo el sol. Queda claro que la oposición no tiene figuras de renovación y les regala a los libertarios la posibilidad de arrasar con el pasado reciente que tanto mal le ha hecho a la Argentina.





domingo, 19 de mayo de 2024

Odio, aberraciones y Milei... @dealgunamaneraok...

 Odio, aberraciones y Milei...


El discurso político basado en la mentira consiste tanto en la fabricación de falacias que denigren al rival como en el maquillaje de las propias fortalezas y defectos. Populistas de extrema derecha como Javier Milei están abonados a esta estrategia que no fue inventada por Goebbels ni Donald Trump, sino que es tan vieja como la política misma.

Por ejemplo, se atribuye a Octavio el haber desacreditado a Marco Antonio, hace dos milenios, mediante la difusión de bulos que presentaban a este como un desequilibrado sometido a Cleopatra. Al estilo de los tuits venenosos que circulan hoy por la red de Elon Musk, Octavio acuñó unas monedas con breves mensajes insidiosos contra su rival. Se explicaba así en la reciente exposición sobre fake news del espacio de Fundación Telefónica en Madrid.

© Escrito por Miguel Molina el lunes 20/05/2024  publicado por el Diario La Vanguardia de la Ciudad de Barcelona, Reino de España.

Milei, arropado por celebrities de la extrema derecha global, se abonó ayer a la mentira en un discurso en el que llegó a culpar al socialismo del asesinato de 150 millones de personas, sin aclarar en qué fuentes se basaba, y en el que calificó de “corrupta” a la esposa del presidente del Gobierno español sin aportar prueba alguna.

Además, en su fin de semana madrileño, Milei dejó anotada una frase estelar que trasciende el concepto de fake news: “La justicia social es una aberración”. Es una apreciación que a buen seguro comparten sus correligionarios europeos, pero que se cuidarán mucho de sostener en plena campaña electoral.

Hay maneras de combatir estos discursos. El Gobierno español reaccionó llamando a consultas a su embajadora. El filósofo Slavoj Žižek acaba de publicar un ensayo (Demasiado tarde para despertar, Anagrama) en el que urge a movilizarse contra la deriva apocalíptica de la historia. Y hay otras vías novedosas, como la que exploran unos investigadores del MIT, Cambridge y Cornell que tratan de probar que, con la ayuda de la IA, se puede lanzar mensajes que se ajusten como un traje a medida a cada receptor de discursos de teoría de la conspiración.

Esta focalización, sostienen, será mucho más útil para neutralizar estos embustes que los desmentidos que no tienen en cuenta el modo en que las mentiras del populista de turno impactan en las diferentes tipologías de creyente. La IA al rescate, quién lo iba a decir.


    

domingo, 25 de febrero de 2024

Sin margen de error... @dealgunamaneraok...

Sin margen de error...

¡Tic, Tac, Tic, Tac! Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes

El Presidente está acostumbrado a frenar antes del precipicio. Pero hoy no hay espacio para equivocarse. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/02/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.   


La presencia en Buenos Aires de la 
subgerenta del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath, y del secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinkenes una demostración del creciente interés internacional que genera Javier Milei. Para consolidar esa tendencia, hay que agregar la visita de un grupo de importantes inversores de primer nivel mundial ansiosos por ver en el terreno cómo funciona esta experiencia nunca vista en la historia de la Argentina y el tratamiento que recibe el Presidente cada vez que se desplaza al exterior. En algunos casos, como si fuera un rockstar, a lo que coadyuva su exuberante personalidad.

Gita Gopinath quedó efectivamente sorprendida y, a la vez, preocupada con lo que vio y escuchó. También habló haciendo hincapié en la necesidad de ampliar la base política del Gobierno para darle una sustentabilidad que hoy no tiene. Pidió prestar especial atención a la situación social, sobre la que se expresaron los diversos interlocutores con los cuales conversó en su breve estadía porteña entre los que se destacan algunos hombres fuertes del sindicalismo como Gerardo Martínez, líder de la Uocra. No fue el único que le hizo saber que los modales del Presidente no lo llevarían a buen puerto y que están siendo muy pacientes con el primer mandatario. La funcionaria del Fondo –por las dudas– también resaltó la inquietud creciente en Washington con la 
cercanía entre Milei y Donald Trump. Al paso que van las cosas, la elección presidencial de los Estados Unidos se va a dirimir entre Joe Biden y Trump. Algo similar le sucedió a Anthony Blinken. El secretario de Estado apoyó en un todo los postulados de La Libertad Avanza. Todos concuerdan con los objetivos del Gobierno. La duda se las genera cuán tolerable será el brutal ajuste que está en ejecución cuyos efectos recaen directamente sobre la población. El ajuste más grande está recayendo sobre la clase media y la clase baja. Por eso los índices de pobreza han experimentado un notable aumento. Las cifras que dio a conocer el estudio de la UCA –al que el Presidente tildó de “dibujo”– lo muestran con sobrada elocuencia. Para el Observatorio de la Deuda Social de esa casa de estudios, en enero la pobreza habría alcanzado su mayor valor en 20 años: 57%.
Por supuesto que no hace falta recurrir a ese estudio para comprobarlo: con caminar por la calle se lo ve.   

La número dos del FMI quedó sorprendida y preocupada con lo que vio y escuchó.

Milei es absolutamente consciente de que la gobernabilidad se la va a dar la marcha de la economía. Lo asiste la razón. Se equivoca cuando piensa que, mientras la economía no encuentre el camino de la prosperidad, hay que hacer show. El paro de trenes que afectó a los trabajadores que más necesitan el servicio pudo haber sido evitado fácilmente. Con haber dictado la conciliación obligatoria hubiese sido suficiente para frenar la medida de La Fraternidad y evitarle a más de un millón de personas la penuria de ir y volver de sus trabajos en condiciones desfavorables. Ello no hubiese implicado ninguna convalidación de la dirigencia sindical cuya mala imagen ya es contundente. 

Otra muestra de la impostada batalla que libra el mandatario es la pelea sin cuartel con los gobernadores por los fondos coparticipables. Los mandatarios de la Patagonia apoyaron el anuncio del gobernador de Chubut, Ignacio Torres, quien amenazó con cortar el envío de petróleo y gas desde su provincia si la Nación no le envía $ 13.500 millones de coparticipación. Ante semejante situación en lugar de apostar al diálogo y generar consensos, el Gobierno se ocupó de apagar el fuego con un bidón de 20 litros de nafta. La cuenta de la red social X  “Oficina del Presidente” mencionó que los $ 13.500 millones descontados que Chubut reclama “corresponden a una deuda que mantiene la provincia con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial” y que “por normas de emisión de dicha deuda, su cobro se realiza por descuento directo de la Coparticipación”. Hasta ahí la justificación técnica; pero el tono sobrador, canchero y patotero del resto del comunicado no hace más que dinamitar cualquier opción posible de diálogo. Este fulbito para la tribuna tiene su explicación en dos direcciones. Por un lado, busca marcar una senda de “escarmiento” que sea visible para el resto de los jefes provinciales. Por el otro, envía un mensaje a los mercados haciendo alarde de su política de cuidado y custodia de los fondos. Cualquiera sea su intención, el Gobierno se embarcó en un camino de ida cuyo efecto es de muy corto plazo. Se puede presionar a algunos por algún tiempo. Pero no se puede asfixiar a todos todo el tiempo.

La dinámica de la realidad jaquea  al nuevo organigrama de reducción de ministerios.

El día a día tampoco le está resultando fácil al oficialismo. La propia dinámica de la realidad, casi pone en jaque al nuevo organigrama de reducción de ministerios. La ministra de Capital Humano Sandra Pettovello no la está pasando bien. En una misma semana su megacartera debió afrontar conflictos muy complejos, entre reclamos docentes al borde del inicio de clases y marchas piqueteras en diversos puntos del país. Existieron fuertes roces con el Ministro de Economía, Luis Caputo. El propio Javier Milei había dicho públicamente que la única autorizada para usar la billetera era su amiga y titular del área de Capital Humano. Pero el hombre fuerte de las finanzas se ha convertido en el custodio de los números oficiales y ha empezado a cosechar críticas por lo bajo: “Toto hace su juego. Está ordenando el descalabro general, pero también aprovecha para sacar algunas ventajas en la consideración política. Molesta un poco, pero es natural”.

El otro receptor de críticas feroces a poco más de dos meses de gobierno es “el arquitecto de LLA”, Santiago Caputo. El ala moderada empieza a preocuparse por la ascendencia que tiene en el Presidente. “Lo potencia en el mal sentido, Javier necesita serenarse y pensar en frío y este chico no ayuda” –se quejan entre dientes.

El Presidente es el único responsable de sus ideas, sus formas y su temperamento. Es un hombre acostumbrado a levantar el pie del acelerador a pocos metros del precipicio, pero debe saber que la Argentina no está en condiciones de resistir nuevos errores de cálculo.