sábado, 24 de octubre de 2009

Uruguay sueña con un nuevo Lula... De Alguna Manera...

El Frente Amplio, el partido al que todas las encuestas dan por ganador en las elecciones de hoy domingo en Uruguay, representa muy bien el cambio que ha dado una parte muy importante de la izquierda en América Latina, contrapuesto al que significan Hugo Chávez en Venezuela o Evo Morales en Bolivia. El Frente uruguayo, que aglutina todo el espectro de izquierda y centro izquierda, ha optado por una línea socialdemócrata, de continuidad y negociación, similar a la de Lula en Brasil o Bachelet en Chile y su candidato presidencial, José, Pepe, Mujica, un antiguo dirigente guerrillero, insistió ayer, en una reunión con corresponsales extranjeros, en esa convicción: Uruguay, dijo, necesita y alienta la inversión extranjera. "Lo digo en todas partes y quiero que esté absolutamente claro", precisó.

Mujica simboliza mejor que nadie esa evolución de la antigua izquierda: ex combatiente con las armas en la mano, encerrado por los militares en un pozo durante meses, vive aun hoy, a los 74 años, en una granja a las afueras de Montevideo y mantiene una manera de hablar que muchos uruguayos humildes identifican como propia, aunque haya traído de cabeza a los expertos de su partido durante toda la campaña.

El candidato es muy diferente al presidente saliente, Tabaré Vázquez, un médico oncólogo, que ha seguido yendo una día a la semana al hospital durante todo su periodo presidencial y que acaba de anunciar la publicación de un libro sobre nuevos tratamientos del cáncer. Pero Vázquez y Mujica, que no se tienen especial simpatía personal, comparten algo muy importante, una organización muy poderosa y técnicamente capaz, que representa la línea politica y que controla que no se produzcan grandes desvíos. "Quien gobierna en Uruguay, más que una persona u otra, es el Frente Amplio", analiza el rector de la Universidad, Rodrigo Arocena.

Por eso, Mujica lleva como segundo, y candidato a vicepresidente, a Danilo Astori, ministro de Economía con Tabaré Vázquez, que intentó sustituirle en la cabecera del cartel, pero fracasó en las elecciones primarias. "Si hay algo que admiro del Presidente de Brasil, Lula", dijo ayer Mujica, "es su manera de gobernar, la metodología que puso en pie de negociación y diálogo". Astori coincidió plenamente: "Lula encaró el principal desafío de América Latina, que era compatibilizar desarrollo social con orden y crecimiento económico, y todos los gobiernos de signo progresista de América intentamos ese mismo camino".

Casi nadie en Uruguay pone en duda la victoria de Mujica, bien sea mañana, en primera vuelta, con más del 50% de los votos, o si no alcanza ese listón, a finales de noviembre, en segunda vuelta. La atención se centra más en el resultado de las legislativas (se vota también para elegir 99 diputados y 30 senadores) y en el referéndum que anulará la ley que arrebató a los tribunales la posibilidad de procesar a los torturadores y asesinos de la dictadura. "Al tratarse de una anulación y no de una derogación", explicó Astori, "puede tener efectos retroactivos".

Uruguay es, probablemente, uno de los países con mayor participación política ciudadana y eso se aprecia con un simple paseo por la tranquila Montevideo: muchos ciudadanos han colocado en sus ventanas el distintivo del partido al que votan. "Aquí, como en la mayor parte de América Latina, el voto es obligatorio, pero aunque no lo fuera, la participación electoral alcanzaría el 90%", asegura Esteban Valenti, conocido periodista uruguayo, que fue responsable de la campaña electoral de Tabaré Vazquez.

Según Valenti, fueron los militantes del Frente Amplio los que lograron revertir la situación de parálisis en la que quedó el partido como consecuencia de unas desafortunadas y sorprendentes declaraciones de Mujica sobre la justicia de Uruguay la política argentina. "Las encuestas reflejaban esa paralización, y de repente, los militantes reaccionaron, salieron a la calle y lograron revitalizar la campaña". Claro que los asesores técnicos del Frente Amplio, claramente irritados por lo ocurrido, anularon todas las entrevistas de Mújica con la prensa extranjera y pusieron todo su empeño en controlar más estrechamente al candidato.

© Escrito por Soledad Gallego Díaz en el Diario El País de la Ciudad de Madrid el domingo 25 de Octubre de 2009

Diego Armando... De Alguna Manera...

Hace unos días, luego del partido jugado en la Ciudad de Montevideo, donde la selección de fútbol de Argentina superó en un gol a la selección de Uruguay y logró clasificarse para el Campeonato del Mundo del próximo año, nuestro seleccionador, Diego Armando, realizó una conferencia de prensa "heavy".


Ha habido voces de todos los sectores, desde nuestro espacio "De Alguna Manera" entendemos su reacción, no justificándola. Lo que si pedimos siempre es hacer empatía, y al ponerse en el lugar del otro, y desde la otra perspectiva tratar siempre de entender que le pasa al otro.


En el programa 6, 7, 8, que se emite por el Canal 7 de la Ciudad de Buenos Aires, fue invitado Diego Armando y en los cinco bloques que a continuación podrán ver, sacarán ustedes las conclusiones del caso.


"De Alguna Manera" entiende a Diego Armando Maradona. Estamos dolidos porque sabiímos que sus declaraciones provocarían una "hecatombe de declaraciones periodísticas", con comentarios que seguramente dan "asquito", igualmente, de puro tolerante, hay que escucharlas, comparar y sacar conclusiones...


Eso sí... De fútbol, la pelota, los jugadores... Hablaron poco... Casi nada...


De Alguna Manera



Bloque 1



Bloque 2



Bloque 3



Bloque 4



Bloque 5



© You Tube (Locuras Animadas)

domingo, 18 de octubre de 2009

Holocausto... De Alguna Manera...

Hay que "Sembrar Memoria..." Para que no "Crezca el Olvido..."

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL

-Señor, tengo que decirle que el tatuaje que tiene en el brazo es bien aburrido, son solamente números...

-Te diré, cuando me lo pusieron yo tendría tu edad y no lo quite para que quede como recuerdo.

-Ahhh... para recordar tiempos lindos de cuando era niño.

-No... Para recordar un tiempo en que el mundo se volvió loco. Imagínate estar en un país donde tus propios con-ciudadanos siguen la voz de los extremistas políticos a quienes no les gusta tu religión. Imagínate que te quiten todo lo que es tuyo, que manden a tu familia a un campo de concentración donde tengan que trabajar como esclavos y luego, sistemáticamente, los asesinan. En ese lugar te quitaban hasta el nombre y te ponían un número tatuado en tu brazo. Eso se llama el Holocausto, cuando millones de personas murieron porque eran de otra religión.

-¿Así que usted se dejo el número para recordar los peligros del extremismo político?

-No, querida, lo dejé para recordártelo a TI.

Son ya más de 63 años desde que terminó la Segunda Guerra Mundial en Europa... Esta nota está siendo enviada en recuerdo de SEIS MILLONES DE JUDÍOS, 20 millones de rusos, 10 millones de cristianos y 1,900 curas católicos que fueron asesinados, masacrados, violados, quemados, hambreados y humillados mientras que los pueblos de Alemania y de la mayoría del Mundo miraba para el otro lado.

Ahora, más que nunca, con Irán y otros países diciendo que "el Holocausto es un mito ", es imperativo asegurarse que el mundo nunca olvide, porque hay otros que lo quisieran hacer de nuevo. La intención de este e-mail es que llegue a ¡40 millones de personas en todo el mundo!


Marisol... Pepa Flores... De Alguna Manera...

La vida no era una tómbola...

"Que la vida iba en serio, uno lo empieza a comprender más tarde", decía Jaime Gil cuando se dio cuenta de que ya no volvería a ser joven. El año de sus Poemas póstumos Marisol estaba dejando de ser la niña rubia que puso color en los franquistas años sesenta para ser una joven a la que había que disimular sus relieves. El negocio de aquellas falsas moralidades consistía en que siguiera siendo la perpetua adolescente. Las curvas eran para privado disfrute de sus inventores.

No pudo ser. Se empeñó en crecer, se despojó de los colorines de reina del pop aflamencado, se borró de estrella de luz y de color, o o or. Sabía que debajo del tecnicolor seguía la vida en blanco y negro. Después de la película se desmontaba la tómbola. La casta guapeada que la rodeaba iba de moderna entre Marbella y Torremolinos, una Sodoma y Gomorra españoleadas. Se paraba en estas santas fechas, se disimulaba. Disfraz de negro y mantilla, dejarse ver en procesiones y pasar del rayo de luz a las sombras de las caperuzas. Del corre corre caballito a los pasos de las cofradías. De las cabriolas a las cadenas. De la voz del angelito rubio a la gravedad en saeta.

Venía de Londres, de soportar en vallas, periódicos, televisiones o pubs la presencia de la última estrella de la telebasura, Jade Goody. No estaba preparado para enfrentarme con dos capítulos televisivos sobre nuestra estrella de los sesenta. Nada tienen que ver la vida, miserias, sonrisas y lágrimas de la tragicómica historia de Jade con la de una joven que se llamó de Marisol y que consiguió ser Pepa Flores, pero su explotación televisiva, el uso del morbo, esa intención de vendernos sus vidas privadas me parecieron negocios paralelos. Jade vendía sus nadas a pedazos. Marisol fue vendida a golpes de películas y reportajes. En Inglaterra se vende la muerte de una princesa real o la de los suburbios. Aquí nos ofrecen los interiores de una niña que se hizo mujer y que nunca se quiso vender.

No mejoramos. De aquellas simpáticas banalidades folclórico-infantiles de Marisol a estos polvos/lodos de una serie que abarata situaciones, sentimientos, músicas y letras. Para hacer una crónica sentimental de lo que fuimos hace falta un poco más de Vázquez Montalbán y un poco menos de estética de culebrón. No se lo merece Pepa Flores. Se desnudó cuando quiso, ante el envidiado César Lucas, con Mario Camus en compañía de maquis o con Antonio Gades como Pepa de día o de noche. Lleva banderas que no son las mías, dice cosas que no comparto, pero mantiene el silencio más clamoroso y digno de nuestros mitos. Su voz se hizo grave, profunda, emocionante. Pasó de la vida como tómbola al desgarro de las presas. Dejó las galas de antaño y se acercó a las que sueñan en las galerías de perpetuas. Dijo adiós a todo esto. ¿Por qué seguimos sacándola en procesión? -

© Escrito por Javier Rioyo y publicado por el Diario el País de Madrid, el domingo 29 de Marzo de 2009.

Nota del redactor:

"Marisol, para quienes nacimos en la década del 1950 (Siglo pasado), fue parte de nuestra infanica, aquí en la República Argentina. Esta publicación pretender recordarla con el afecto que ella merece..."

Bolivia en Buenos Aires... De Alguna Manera...

Fiesta, culto y tradición de Bolivia en el centro porteño...

Más de 200 fraternidades bolivianas desfilaron rumbo a Plaza de Mayo para venerar a la Virgen de Copacabana.

Máscaras, amplias polleras de colores, trenzas y orquestas en lo que fue una fiesta.

Tinkus, sayas, orquestas y bandas de sikuris y trompetas, bailes, fiesta, trajes, colores y más colores. El centro porteño fue hoy el escenario de más de 200 fraternidades bolivianas, residentes en el país, en una procesión para venerar a la virgen de Copacabana que se pareció más a un desfile de comparsas de carnaval.

Se trata de una celebración que realizan miles de fieles bolivianos cada octubre, que comienza en el barrio de Charrúa, frente a la cancha de San Lorenzo, para rendirle homenaje a su patrona boliviana. El domingo pasado (un día antes del 12 de octubre, Día de la Raza) la postal de coloridas comparsas comenzó al sacar a la virgen de la Capilla Nuestra Señora de Copacabana. Sucede que además de una celebración religiosa, se trata de una alegre forma de protestar contra el mestizaje.

Mañana volverán a guardar a la virgen en su altar. Mientras tanto, los festejos recorren la ciudad y desde este mediodía desfilaron por Diagonal Sur, en dirección a la Plaza de Mayo, donde las amplias polleras de colores, las máscaras, las trenzas y los caporales llamaron la atención de varios curiosos que deambulaban por las calles vacías de una zona que los sábados, cuando se apagan las oficinas, parece dormir.

El festejo comenzó en 1972 en el país, con una sola comparsa. Ahora, más de 200 forman un desfile que parece no terminar más. Del mismo modo, pasó de ser una fiesta barrial del Bajo Flores para convertirse en un gran festejo que copan diversas calles de Buenos Aires.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aies, el sábdo 17 de Octubre de 2009.



Brillos, matracas, platos y trompetas para bailar con los movedizos ritmos andinos.

El festejo comenzó en 1972 en el país, con una sola comparsa. Ahora, más de 200 forman un desfile que parece no terminar más.

Cholas y collas desfilaron, bailaron y desplegaron la wipala, la colorida bandera de los pueblos originarios.

Más de 200 fraternidades bolivianas, residentes en el país, desfilaron para venerar a la virgen de Copacabana.

Mañana volverán a guardar a la virgen en su altar. Mientras tanto,
los festejos recorren la ciudad y desde este mediodía desfilaron por
Diagonal Sur, en dirección a la Plaza de Mayo.


La celebración llenó de colores el centro de la ciudad.

Los octubre de cada año, el pueblo boliviano residente en Argentina se junta para venerar a la virgen de Copacabana.

Más 200 fraternidades bolivianas marcharon por el centro porteño.

Cholas y collas desfilaron, bailaron y desplegaron la wipala, la colorida bandera de los pueblos originarios.

Brillos, matracas, platos y trompetas para bailar con los movedizos ritmos andinos.


Cada octubre, el barrio Charrúa de Pompeya olvida su dura rutina de trabajo y silencio para convertirse en escenario de una fiesta que reúne baile, devoción y orgullo por las raíces. Es el multicolor milagro de la virgen de Copacabana, una de las celebraciones más importantes de la comunidad boliviana en la Argentina. Y también, uno de los mejores secretos que atesora el sur porteño.

© Escrito por Miguel Middinno y publicado en el Diario Clarín de Buenos Aires el viernes 16 de Octubre de 2009



Nota del redactor:

"No perder las tradiciones populares, es el principio para no perder la Memoria..."


Hambre Argentina... De Alguna Manera...

Las cifras abruman y en las últimas semanas hemos recibido datos y más datos sobre el hambre en la Argentina. Datos que necesitan ser contextualizados, pensados, discutidos. No podemos, como dice Reynaldo Sietecase, uno de los hemisferios de hoy, ver las cifras y dar vuelta la página.

Empachados de hambre

1.

¿Alguna vez revolviste una bolsa de basura buscando comida?

¿Comiste una fruta o un pedazo de pollo frío recién rescatado de un tacho de residuos?

¿Te desmayaste de hambre alguna vez?

¿Se puede hablar del hambre sin haberla sufrido?

Se puede, pero no es lo mismo.

¿Tiene sentido volver a escribir sobre el hambre?

Sí, pero no alcanza.

Para comer de la basura sin que el asco te espante hay que tener hambre de verdad. Sentir en el cuerpo ese malestar profundo que rompe todas las inhibiciones y las barreras.

Para comer de la basura hay que estar empachado de hambre.

2.

4 millones de argentinos tienen problemas para alimentarse.

10 por ciento de la población se levanta cada mañana sin saber si podrá conseguir comida para su familia. (Estos datos surgen de estimaciones privadas ya que los últimos datos oficiales son de 2004).

1.861.831 menores no tienen los recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas.

2.300.000 indigentes no tienen garantizada la comida diaria.

8 niños mueren por día por causas vinculadas con la desnutrición (información brindada por la Red Solidaria).

1.000 millones de personas pasan hambre en todo el mundo de acuerdo con una medición de Naciones Unidas.

Los números no dicen nada. Todas estas cifras sobre el hambre se publicaron en las últimas dos semanas en distintos medios gráficos de la Argentina.

Los lectores los pasaron rápido entre tostada y tostada. Dieron vuelta la hoja del diario y listo, allí se toparon con la guerra por la ley de medios o las desventuras del equipo de Diego Maradona.

Las cifras del hambre sólo duran unos segundos de indignación. Los números por sí solos no dicen nada.

3.

El hambre tiene nombre y apellido. El hambre tiene cara.

Barbarita Flores tenía 9 años en 2002. Los argentinos no conocían su existencia hasta que se desmayó de hambre en su escuela del barrio ATE de San Miguel de Tucumán. Recuerdo que en una reunión de producción del programa Día D, que conducía Jorge Lanata por América, recibimos un cable de una agencia de noticias que decía: “Chicos tucumanos se desmayan de hambre en la escuela”. La primera reacción fue de desconcierto e incredulidad. Aunque el país era un incendio, igual dudamos: ¿Será verdad? La única manera de saberlo era viajar. María Julia Oliván fue la cronista que mostró por primera vez la carita desconsolada de Bárbara y la cruel realidad en la que vivía junto a sus siete hermanos. Hacinados y sin cloacas. Cuando se desvaneció la nena llevaba 24 horas sin comer. Apenas había tomado un mate cocido.

Aquella nota conmovió al país. Hizo que llegara ayuda para su familia y motivó la preocupación de las autoridades. También le permitió a su papá obtener un trabajo. La nota desnudó una historia de la Argentina profunda, una historia de tantas. Reveló también la inacción oficial ante esa tragedia cotidiana.

Una semana después, invitamos a Barbarita al programa de tele cuando no hacía falta. La nota ya estaba cerrada con el viaje y el informe. Fue una estupidez. Todavía me arrepiento de haber producido aquella fallida entrevista de Lanata. Barbarita no pudo articular palabra. Estaba tremendamente avergonzada ante las cámaras. Ella se había desmayado de hambre, nosotros nunca podríamos entender la dimensión real de su drama.

4.

En la última campaña electoral todos los candidatos propusieron algún tipo de plan para mitigar el hambre entre los chicos argentinos. Con distinto grado de indignación, desde la izquierda a la derecha, desde los más liberales hasta los más conservadores, rechazaron la idea de que en un país que produce comida para millones existan niños con problemas de alimentación.

Hay cinco proyectos en el Parlamento nacional para crear “un ingreso universal para la niñez”. La idea no es nueva. La Coalición Cívica la impulsa desde 1996 y la Central de Trabajadores de la Argentina la tiene como una de sus principales reivindicaciones sociales. En el Gobierno dicen que la plata no alcanza y que el esfuerzo económico ronda los 20 mil millones.

Sin embargo, pasan los días y no sucede nada. Alberto Morlachetti, coordinador del Movimiento de los Chicos del Pueblo (impulsor de la campaña “El hambre es un crimen”), está indignado por la demora: “Cada niño que muere es irreemplazable y los que sobreviven mal alimentados sufren daños irreparables”. Dice bien. El hambre tiene consecuencias devastadoras en la infancia: las conexiones interneuronales no terminan de conformarse y eso provoca retrasos graves e irreversibles. No sólo se trata de chicos más bajitos y panzones. Bernardo Klikberg las llama “las marcas invisibles del hambre”.

5.

Hay hambres voluntarias. Ayunos místicos y hambres heroicas. Desde Mahatma Gandhi hasta los presos del IRA, la decisión de no ingerir alimentos se convirtió en un gesto de desobediencia civil. Una manera de rechazar la opresión y la injusticia.

Siempre me impresionó un poema de Nazim Hikmet escrito al quinto día de una huelga de hambre. El escritor turco estuvo una década preso por su militancia comunista: “Si no consigo expresar bien, hermanos,/ Lo que quiero decirles,/ Tendrán que disculparme:/ Siento algunos mareos,/ me da vueltas un poco la cabeza./ No es alcohol./ Apenas, es un poquito de hambre./ Hermanos,/ Los de Europa, los de Asia, los de América./ Yo no estoy en prisión ni en huelga de hambre./ Me he tendido en el césped, esta noche de mayo,/ Y los ojos de ustedes me miran de muy cerca,/ lucientes como estrellas./ En tanto que sus manos/ son una sola mano estrechando la mía,/ como la de mi madre,/ como la de mi amada,/ como la de la vida.”

6.

¿El hambre vino con Colón?

En la Argentina hay treinta pueblos indígenas y más de 600 mil personas se reconocen como tales. Un cuarto de esos hogares tiene sus necesidades básicas insatisfechas. Muchos niños mbyá-guaraní, wichís y de otras etnias pasan hambre. La situación sanitaria en los hogares indígenas hace que las diarreas, las infecciones respiratorias y la parasitosis, todas enfermedades curables, se conviertan en fatales para los recién nacidos.

Unicef acaba de lanzar la Campaña por los Derechos de la Niñez y la Adolescencia Indígena para crear conciencia sobre estos niños que viven lejos de los centros urbanos, sin documentos, sin asistencia sanitaria, sin escuelas bilingües, discriminados y sin respeto a sus costumbres y tradiciones.

El hambre de los antiguos dueños de la tierra tiene relación directa con la llegada del hombre blanco al continente americano. “Ya no hay montes, no hay animales para cazar, ni frutos del río, ni tierras para sembrar”, se quejan.

“Los indígenas están un escalón más abajo que los más pobres de los pobres. Y parece que a nadie le importa eso”. La frase me la dijo Samuel Ruiz, obispo de Chiapas, en pleno furor mediático por el levantamiento zapatista en México. Nunca lo olvidé.

7.

La mayoría de las personas reconoce que haría cualquier cosa por sus hijos. Pero les cuesta aceptar que el hambre pueda ser un motor del delito.

“En la Argentina no come el que no quiere”, dicen.

8.

El Gato Dumas, maestro cocinero, perdió su primer nombre en una cacerola. Se inició en el oficio de encantar con las comidas mirando cocinar a su abuelo, el escultor Alberto Lagos. El Gato tenía entonces tres años y un destino prefijado: mejorar con su impronta la gastronomía nacional. Una vez me animé a preguntarle sobre el hambre: “No sé si puedo describirla –me advirtió–, pero creo que es lo peor del mundo, la peor de las desgracias”.

© Escrito por Reynaldo Sietecase y publicado en el Diario Crítica de la Argentina el viernes 16 de Octubre de 2009.