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domingo, 17 de marzo de 2024

El rey está desnudo… @dealgunamaneraok...

El rey está desnudo…

El presidente sigue desfilando sin ropas por los desvanes del poder. Su indumentaria fue adquirida por las corporaciones locales y extranjeras para que su desnudez sea menos evidente.

© Escrito por Jorge Elbaum el sábado 16/03/2024 y publicado por el Diario El Argentino de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.   

Repasemos: Javier Milei es el único presidente en la historia democrática argentina que asume el poder con menos de un 20 por ciento de legisladores propios, que carece de una estructura partidaria propia y que no cuenta con gobernadores acólitos. Sus alianzas políticas se sustentan en el conglomerado partidario que obtuvo el tercer puesto en las últimas elecciones, que se encuentra hoy fragmentado. Su soporte simbólico más compacto, sin embargo, se monta sobre las propaladoras mediáticas y las redes sociales que han logrado –hasta el momento– conferirle un halo de fortaleza y seguridad útil para disimular su escasa red de contención institucional y su endeble equilibrio psíquico. 

Los titulares de los últimos días corroboran esa hipótesis: el radicalismo entra en crisis por el voto partido en el Senado y el pretendido superhéroe libertario vuelve a extorsionar a la sociedad con la promesa de la dolarización. En este nuevo capítulo, a ser sustentada por otro crédito del FMI que ya le advirtió que no había plafón para esa política. Mientras vuelve a encaramarse en espejismos promisorios acelera en la curva amenazando con la confrontación contra los gobernadores. Mientras el palacio tiembla, los sindicatos empiezan a moverse en forma descoordinada y los usuarios del transporte se miran aterrados ante las amenazas de aumentos. La licuación de salarios y jubilaciones comienza a hacer mella entre los propios votantes libertarios y las derrotas políticas siguen acumulándose en los pasillos del Congreso.  

Las diferentes apuestas legislativas no encuentran apoyos sólidos y el engranaje simbólico que lo rodea continúa fingiendo demencia. Insisten en disfrazar la debilidad en virtud: frente a sus votantes de 2023 se sigue explotando el imaginario de una especie de superhéroe (Milei), encargado de combatir contra los 
molinos de viento del “poder profundo” de la política, de las castas y de los enemigos de la prosperidad económica. Muchos de sus acólitos empiezan a dudar acerca del tiempo disponible para evitar que se note su desnudez.  

Pero esa continúa siendo su fortaleza. La fantasmagoría del uso de un traje blindado que descree de fechas de vencimiento. Sin embargo, en el prospecto de la historia política se inscriben, también, los hitos de los límites, las postrimerías y los desenlaces. La vigencia de su firmeza radica en la paciencia –por ahora apenas alterada– de los sectores más postergados, que fueron también parte de su sustento electoral, luego de sufrir sendas frustraciones con Macri y Fernández. En ese rechazo de los dos últimos gobiernos aparece una de las explicaciones de la pasividad política actual de los opositores: en Unión por la Patria se asume la frustración por el último cuatrienio y/o se disimula la ingratitud hacia el último presidente, que buscó gobernar sin quien lo instituyó como primer mandatario.    

Los primeros cien días de gobierno de Milei ya han transcurrido. En el retrovisor se acumulan las pataletas y los despidos de colaboradores. Cada uno de los exonerados acumulan resentimientos que fagocitan el entramado interno de las derechas más o menos libertarias. El desorden, la impericia y la negación de la realidad se acumulan en los pliegues de la incremental suspicacia del 
círculo rojo: mientras apuestan en forma denodada al éxito del brutal ajuste se miran desconcertados ante el peligro de su potencial desilusión. Prevén que la contracara del Macri-Mileísmo pueda devenir en un populismo desenfrenado.   

Mientras tanto, las diferentes piezas del rompecabezas social continúan su tarea de alineación y balanceo, sin lograr compactarse. Sucede que la especulación política apela a una temporalidad masiva: los actores políticos consideran que hay que mirar en forma estratégica. Y que eso requiere la paciencia de un armado aluvional. Conjeturan que la lógica de la política ha sido cuestionada con la elección de Milei y que su potencial revalorización solo puede provenir de una efervescencia originada en el entramado social, tanto de los movimientos como del espacio intersindical, acompañada de una solapada presencia política. En lenguaje peronista: desensillar hasta que aclare.    

Quizá sea este el entramado que le brinda ventajas competitivas a Juan Grabois, quien transita un puente que va desde la dirigencia social hacia la referencia política. Juan no puede ser acusado de “casta” por quienes utilizaron el fracaso de Alberto Fernández para homologar a la reacción macrista con el movimiento nacional y popular. No fue parte del laberinto de la formalidad edulcorada de los consensos ni se postuló a través de las buenas maneras, asociadas a las prerrogativas de las sutiles imposturas.   

Los tiempos mediatos parecen encaminarse hacia propuestas esperanzadoras, pero al mismo tiempo radicalizadas.   

P
arece haber quedado atrás, por lo menos parcialmente, el consensualismo del empate suma cero, el acomodo de la rosca y la parafernalia de la retórica vacía. Milei desenmascara a la derecha y Grabois se postula para ser uno de sus antagonistas. Mientras que el presidente cabalga sobre la crueldad sacrificial de los más vulnerables, el reservorio de lo social se prepara para dar pelea. En apenas seis meses la ebullición será evidente. Las referencias políticas, para ese momento, podrán recuperar algo de su autoridad desteñida, solo si son capaces de asumir el fin de la timidez y la moderación.



   

domingo, 18 de febrero de 2024

El club de la pelea… @dealgunamaneraok...

 El club de la pelea…


Nuevas caras viejas, Federico Sturzenegger. Dibujo: Pablo Temes..

El pensamiento único, típico del kirchnerismo, es ejercido hoy por el presidente Javier Milei.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 17/02/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.



La dirigencia política de la Argentina atraviesa un particular momento en donde todo es pelea.

El gran impulsor de este presente en el que reina la agresividad entre quienes expresan pensamientos distintos es Javier Milei, para quien todo aquel que piensa distinto es lisa y llanamente un enemigo. Esto representa un verdadero problema porque socava el mismísimo concepto de democracia. La idea del pensamiento único representa la antítesis. Este concepto, que fue instalado por el kirchnerismo cuando llegó al poder, ha echado raíces en el Presidente. Y es notable ver cómo los enemigos se realimentan entre sí. Esto es tan viejo como tan vieja es la historia de la humanidad.

En el Instituto Patria, Cristina Fernández de Kirchner cree que el actual gobierno la revive. Y en el Gobierno celebran las apariciones de la expresidenta y ex vicepresidenta, porque perciben que eso los favorece fuertemente. Veamos.

La carta de 33 hojas de CFK demuestra varias cosas. La primera es que le sobra el tiempo libre. La segunda es que su necesidad de centralidad es afanosa. La tercera, que su voluntad de hacer daño permanece intacta. La cuarta, que su falta de autocrítica también permanece intacta. La quinta, la presencia –que no pasa desapercibida– de sus habituales confusiones y errores conceptuales. La sexta, sus contradicciones permanentes. A todas estas hay que agregar una séptima que sorprendió: su falta de timing. Haber publicado la epístola el mismo día en que se difundió el índice de inflación fue un error. “¡Qué favor nos hizo!”, señalaba una voz del oficialismo con euforia.

La carta de CFK demuestra que le sobra el tiempo libre y que necesita centralidad

Claro que los problemas que enfrenta el Gobierno son muchísimo más complejos que la carta de CFK. La persistencia del Presidente en querer romper cualquier puente de negociación, con casi todo el espectro político demuestra que no ha terminado de comprender que ya no está en el medio del fragor de la campaña electoral. Hoy el Gobierno no tiene la posibilidad de hacer aprobar por parte del Congreso ningún proyecto de ley. Ni aunque se aliara finalmente con Macri tendría los números para alcanzar las mayorías que se necesitan para sancionar leyes. Sobrevuela en el círculo áulico de La Libertad Avanza el siguiente razonamiento: “enviaremos al Parlamento proyectos de ley más cortos y cuando la oposición los rechace, nos encargaremos de dejarlos expuestos ante la sociedad”. Creen que haciendo esto –tal como hicieron con los diputados que no votaron el proyecto de ley “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” será suficiente para quedar exonerados de cualquier responsabilidad por los eventuales fracasos de la presidencia de Milei. Se equivoca el Presidente si cree que con esto solo se puede gobernar. También se equivoca si cree que los integrantes de “la casta” se van a rasgar las vestiduras ante supuestas revelaciones que ya son conocidas por todos. ¿Qué le hace una mancha más al tigre?

El papa Francisco le dejó a Milei dos enseñanzas muy claras: la importancia del perdón y el valor de escuchar al otro. El afecto que el Sumo Pontífice le dispensó a Milei fue un mensaje muy potente que representó un mensaje no sólo para el Presidente sino para la sociedad argentina. No hubo reproches, no hubo malas caras, no hubo tensiones sino sonrisas, bromas y abrazos que Francisco promovió y aceptó. “Gracias por venir”, le dijo a quién lo había tratado de representante del “Maligno” en la tierra.

En la reunión del lunes –de duración inusual–, el Papa, que tiene una visión económica distinta a la del Presidente, lo escuchó con máxima atención. Por lo que se vio después, Milei no parece haber aprendido la enseñanza que dejaron los gestos de Francisco. Encerrarse en el pensamiento propio es como refugiarse en una caja de cristal. No sólo por su fragilidad, sino por la posibilidad de quedar a la intemperie a la vista de todo el mundo. Al expresidente Mauricio Macri le ocurrió algo similar en distintos tramos de su mandato. Se dejó acaparar –en su atención y hasta en su voluntad– por Marcos Peña y se alejó de quienes querían ayudarlo a ejercer el cargo con una visión más acertada de la realidad. El expresidente debería advertirle a Javier Milei que esa actitud no conduce a buen puerto.

Con una oposición tan fragmentada es difícil para el Gobierno encontrar aliados

Sin embargo, la actualidad política rica en discusiones estériles de una oposición dialoguista y no dialoguista totalmente fragmentadas hacen difícil la tarea de encontrar verdaderos aliados. Juntos por el Cambio ya no existe más. En el PRO las cosas ya no son como solían ser y la búsqueda de nuevos líderes agita las peleas internas. En el radicalismo no hay nada que sorprenda. Un partido con dirigentes que añoran poder enquistados en una estructura que no se renueva y que arrastra todos los vicios de la vieja política. Su límite es la institucionalidad. En eso se diferencian claramente de una gran parte del peronismo que hace y hará cualquier cosa para recuperar el poder. Dentro de Unión por la Patria las cosas no están mucho mejor. La expresidenta se sigue mirando el ombligo y se cuida las espaldas, temerosa de las causas judiciales que la acechan. Su hijo Máximo ha vuelto a ser una caricatura huérfana de poder, sin horizonte ni capacidad de conducción. Axel Kicillof, soporta a duras penas la realidad de la provincia de Buenos Aires.

No le está resultando fácil gobernar el distrito más complejo del país. Quienes veían en él una posibilidad de reagrupamiento serio, lo están pensando dos veces. En este caldo de cultivo para disputas y conspiraciones Sergio Massa espera su momento como un espectador de lujo. Por eso es tan importante que al Gobierno le vaya bien. La Argentina no puede permitirse retornar a lo viejo conocido. Un pasado que atormenta y del cual sería muy difícil volver a salir.





   

miércoles, 25 de octubre de 2023

Elecciones 2023. Massa-Milei, a todo o nada… @dealgunamaneraok...

 Elecciones 2023. Massa-Milei, a todo o nada…


El candidato de Unión por la Patria triunfó en la primera vuelta y confrontará con el libertario en el balotaje. Primeros movimientos tácticos hacia el 19 de noviembre y crisis en Juntos por el Cambio.

© Escrito por Alberto López Girondo el lunes 23/10/2023 y publicado por la Revista Digital Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.          

«Nuestro país vive una situación difícil y sin embargo creyeron que éramos la herramienta para empezar a construir una nueva etapa en la historia argentina», expresó Sergio Massa y prometió no fallarle a los millones de argentinos y argentinas que lo eligieron. El ministro de Economía y candidato convocó a apoyarlo en segunda vuelta a quienes votaron en blanco, no votaron, lo hicieron por la izquierda y a los radicales de Juntos por el Cambio y manifestó que haría el mayor esfuerzo para ganarse su confianza. Asimismo, reiteró su llamado a un Gobierno de unidad nacional. Resulta evidente que el escenario para noviembre está abierto y ambos candidatos deben ampliar su base de sustentación para ganar la presidencia. 

Un poco después de las 21:15 cuando el secretario de la Presidencia, Julio Vitobello, anunció los primeros datos oficiales sobre el resultado de la primera vuelta presidencial, comenzaron a tejerse escenarios de cara al 19 de noviembre. Fue una sorpresa que se adelantara tres cuartos de hora la información que se había prometido para las 22. Sin embargo, esa no sería la única sorpresa: un Sergio Tomás Massa en primer lugar (36,29%) y con una diferencia de seis puntos sobre Javier Milei (30,19%), con el agregado de que Patricia Bullrich quedó bastante más lejos (23,82%), no estaba en los cálculos de La Libertad Avanza (LLA) ni en los de Juntos por el Cambio (JxC) y hasta era una suerte de aspiración quimérica para Unión por la Patria (UxP) en el marco de una situación económica difícil y de recientes casos de supuesta corrupción de dirigentes oficialistas que salieron a la luz pública. 

Además del triunfo de Massa –finalmente de 36,68% sobre el 29,98% de Milei– que pasa al balotaje con un guarismo a su favor interesante aunque no definitivo, el oficialismo celebró que Axel Kicillof retuvo la provincia de Buenos Aires con casi 20 puntos sobre el aspirante de JxC, Néstor Grindetti, y la candidata de LLA, Carolina Píparo (44,88% contra 26,62 % y 24,59% respectivamente).  

Desde temprano voceros de los partidos y los canales más identificados en contra del ministro de Economía venían mostrando sorpresa por los resultados que se traslucían desde los datos de telegramas que los fiscales enviaban a cada espacio. Y quizás el primero que mostró las cartas fue Guillermo Francos, la figura que Milei había anunciado como su ministro del Interior en caso de llegar al Gobierno, quien dijo que la elección había sido muy pareja. O sea, que la perspectiva de representantes de LLA sobre un eventual triunfo en primera vuelta no se verificaban. 

«El proceso electoral se ha desarrollado con normalidad», adelantó Francos, cuando desde LLA se había deslizado inicialmente que ya habían denunciado más de 4.000 casos de presuntos fraudes. Luego, con los cómputos ya en firme, el propio Francos salió al escenario del búnker en el hotel Libertador para reconocer que estaban en la segunda vuelta de acuerdo con la información que emitía la Cámara Nacional Electoral. Las caras de derrota entre los militantes libertarios eran evidentes. 

Luego de semanas de una euforia que les hizo pensar en un mayor crecimiento por eso de que muchos opositores apostarían por el «voto útil» contra el peronismo, quizás les hizo perder la perspectiva. Podría decirse que se apuraron a comer la cena antes que el almuerzo y los traspiés de algunos de sus personajes de mayor visibilidad mostraron un cariz intolerante y peligroso para la convivencia. Y eso, podría decirse que se pagó caro.  

Le costó a Milei disimular en su rostro la decepción por no haber alcanzado el triunfo amplio que vaticinaba. Volvió a plantear el siglo XIX como su ideal de país y tendió puentes hacia JxC, destacando los triunfos de Macri y Frigerio. Hizo suyo el discurso de Bullrich: «No podemos permitir que el kichnerismo nos siga arruinando la vida», dijo. Ya no habló de la casta, se limitó a un sector de la política. 

Caras largas y titubeos.     

Pero también en JxC hubo resbalones que tuvieron su impacto en las urnas y se reflejó en las caras largas en los pasillos del búnker de Parque Norte. Pocos minutos después de Francos salió a hablar el candidato a jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, el único que podía por entonces mostrar un triunfo dentro del PRO. Las palabras del exintendente de Vicente López se colaron entre las voces de los partidarios que cantaban «kirchnerismo nunca más». 

Luego de algunos titubeos sobre la oportunidad de hablar, Patricia Bullrich enfrentó las cámaras para lamentar no haber podido alcanzar «los objetivos que queríamos para nuestra Argentina». En lo que parecía una toma de posición ante la ronda del 19 de noviembre, acusó al «populismo» de haber empobrecido al país, dijo que ratifica los «valores de nuestra causa» y se comprometió a «representar los valores de los que hoy nos votaron».  

Mientras tanto, la cúpula partidaria del PRO –Mauricio Macri, Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta– se reunía en otro salón para analizar un resultado que se interpreta como un golpe quizás definitivo contra el partido que el expresidente supo armar en 2007. Por otro lado, la gran incógnita será cómo va a jugar el expresidente, que se mostró mucho más cercano a Milei de lo que sus propios adláteres le toleraban. La irritación de los radicales, vilipendiados por el líder de LLA, podría ser una fuente a la que indudablemente Massa recurrirá para llegar a la Casa Rosada con la banda presidencial. 

Kicillof, en tanto, también salió al estrado para decir que si bien hay problemas tanto en la provincia como en el país, «los problemas se resuelven con más Estado y no con menos» y abundó: «Los problemas se afrontan con más solidaridad y no con egoísmo (…) tendiéndole la mano al que lo necesita» y completó: «Siempre fuimos un pueblo solidario, y la provincia sigue creyendo en más Estado, más solidaridad y más Patria». 

En la provincia de Entre Ríos, mientras tanto, la disputa entre el candidato de JxC, Rogelio Frigerio, y el de UxP, Adan Bahl, era voto a voto, se imponía el exministro del Interior de Macri por 41,7% a 39,2%. Mientras que en Catamarca, el gobernador Raúl Jalil ganó con comodidad.
   


   

domingo, 24 de septiembre de 2023

Una pobreaza de ideas... @dealgunamaneraok...

 Una pobreza de ideas…

"En bandeja"... Luis Barrionuevo. Dibujo: Pablo Temes.

La ciudadanía es rehén de una dirigencia que no está a la altura de las circunstancias.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/09/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El oficialismo avanza con el “plan platita” a toda prisa y sin pausa. El Gobierno se ha transformado en un grupo de nerones que, con tal de ganar la elección presidencial, está dispuesto a hacer cualquier cosa. Ese hacer cualquier cosa implica, entre otras medidas, aumentar el gasto público sin ningún tipo de límites y sin ningún pudor. 


Cuenta para ello con la “maquinita” del Banco Central y con la ayuda de sectores de la oposición. Es lo que se vio el martes en la sesión de la Cámara de Diputados en la que se aprobó la eliminación de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias y la creación del régimen de mayores ingresos para los que cobran más de quince salarios mínimos. Si bien el Frente de Todos contra Todos tenía asegurado el quórum debido a la ruptura del Interbloque Federal, fue Javier Milei, junto a sus diputados, quien le dio al kirchnerismo un apoyo que marcó la contradicción del líder libertario y le terminó abriendo definitivamente la puerta para dar media sanción al proyecto, hecho que significó un rotundo triunfo político para Sergio Massa y sus secuaces. Parte de la Unión Cívica Radical también se sentó en sus bancas. Las miradas de desconfianza y los reproches más severos se posaron sobre los disidentes de Evolución, el grupo de radicales liderados por Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti, por su rol en el manejo de las Universidades. La sospecha se basaba en un supuesto intercambio de favores con el oficialismo para aumentar los fondos para la creación de nuevas casas de estudio. Las mañas y la inmoralidad de la vieja política no se detienen ni siquiera cuando el conjunto de la sociedad reclama por mayor compromiso y transparencia. Es justo mencionar también a los otros diputados de la línea Evolución del radicalismo: Marcela Antola; Gabriela Brower y Danya Tavela que, haciendo caso omiso de las directivas de la jefatura de su bloque, también decidieron bajar al recinto para apoyar la creación de la Universidad Nacional de Río Tercero, tema que, casi a modo de anzuelo, Unión por la Patria  había incorporado  en el orden del día de la sesión. Crear universidades está muy bien; utilizar esa iniciativa noble como herramienta de la transa política –que muchas veces esconde negocios turbios– está muy mal.  


Juntos por el Cambio continúa sin hacer pie. Y las reiteradas apariciones de Mauricio Macri en distintos canales de televisión para apoyar a Patricia Bullrich terminan por sembrar más dudas que certezas. El expresidente no debió haber coqueteado nunca con el líder libertario. A pesar de todo y contra todo, en el equipo de la exministra de Seguridad sostienen que lo peor ya pasó y que han logrado encaminar la campaña. Hay que destacar los esfuerzos que viene haciendo Carlos Melconian, quien conducirá el Ministerio de Economía si JXC se alzara con el triunfo. El economista es la mejor espada que tiene el bullrichismo para contrarrestar y bajar a tierra las disparatadas ideas económicas de Javier Milei. De reojo lo miran Luciano Laspina y Hernán Lacunza que, hasta el momento, no tienen ubicación definitiva dentro del armado. 


Por estas horas el libertario sigue acelerando su motosierra y les dice a propios y ajenos que está a un paso de ganar en primera vuelta. Serían 2 puntos de acuerdo a sus mediciones. La noche del viernes no pasó desapercibida. Milei entró al salón de eventos del Golden Center de Parque Norte como si fuera un rockstar. El encuentro fue organizado por Luis Barrionuevo, el flamante aliado que entra en contradicción directa con el discurso anticasta. Es por eso que a último momento el líder gastronómico se bajó de la grilla y evitó la foto que hubiera puesto en peligro el relato libertario. La gente no come vidrio y el ánimo social no está para sufrir otra desilusión. Por eso, Milei busca pisar sobre seguro y, como buen admirador de Carlos Bilardo, mide cada centímetro de su avance. El ejemplo más claro es el hermetismo que mantiene con algunos de los nombres que lo acompañarían en un futuro gobierno. La figura del ministro de Economía está guardada bajo siete llaves. Lo mantendrá en secreto hasta después de la elección para blindarlo de cualquier posible operación política de desgaste. 


Llegar al ballottage como sea


En la vereda de enfrente, Sergio Massa sigue aprovechándose de su doble rol de ministro y candidato. Sus acciones son de una irresponsabilidad supina. El ministro sirve en bandeja un abanico de opciones para que el candidato se luzca. Una falta de ética pocas veces vista por su desfachatez sin pausa ni disimulo. En el Fondo Monetario están que trinan. El “plan platita” y su batería de medidas que dejan a la Argentina al borde de una hiperinflación es muy difícil de digerir. “Sergio sabe lo que hace. Cerró filas con Cristina para avanzar contra viento y marea y llegar al ballottage. Una vez logrado el objetivo será más fácil dar la pelea contra un personaje descarriado al que muchos temen por sus ideas extremas. Ya no se trata de liberalismo o de la derecha. Para muchos Milei representa el caos y, en ese contexto, Sergio ofrece una salida mucho más racional”, sostienen cerca del tigrense. 


Otros dos hechos políticos marcaron la semana. El primero –de corte judicial– pone la lupa sobre la corrupción y muy posiblemente sobre el origen de los fondos de campaña. Es que en tiempo récord la Cámara de Apelaciones de La Plata liberó a Julio Segundo Rigau, el puntero bonaerense del PJ que fue descubierto con cincuenta tarjetas de débito robadas de la Legislatura bonaerense mientras retiraba el dinero de un cajero automático. El total de los fondos es aún una incógnita pero el cálculo realizado en base a los tickets de los últimos movimientos bancarios llega a los 27 millones de pesos. Salvo contadas excepciones, la dirigencia política bonaerense ha mantenido un sugestivo silencio.  


El otro hecho político que no pasó desapercibido fue el debate de los candidatos a vicepresidente que, como es costumbre, se llevó a cabo en el programa periodístico A dos voces. Las chicanas, los golpes bajos, los gritos y las interrupciones constantes desnudaron la pobreza de ideas y la falta de profesionalismo de los participantes. Puede discutirse largamente quién ha sido el ganador de la noche; lo que no puede pasarse por alto es que los grandes perdedores serán los ciudadanos que continúan siendo rehenes de una dirigencia que no está a la altura de las circunstancias.