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domingo, 24 de noviembre de 2024

Riesgosa apuesta a tomar más deuda... @dealgunamanera...

Riesgosa apuesta a tomar más deuda...​​​​​​​

FMI. El ministro Luis Caputo con Kristalina Georgieva, directora del organismo: en busca de un nuevo acuerdo. Fotografía: argentina.gob.ar


Al Gobierno nacional le bastan, tal parece, algunos datos aislados para afirmar que la recuperación productiva es un hecho. El Estimador Mensual de Actividad (EMAE) que publica el INDEC no respalda ese optimismo. Al contrario, el indicador mostró para septiembre una caída interanual del 3,3%, mientras el retroceso frente al mes anterior fue de 0,3%.  
 

© Escrito por Carlos Heller el sábado 23/11/2024 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Lo que puede verse es una gran disparidad entre sectores, con once de ellos por debajo de los niveles de un año atrás. Por ejemplo, Industria manufacturera (-6,2%), Construcción (-16,6%) y Comercio mayorista y minorista (-8,3%).

El propio INDEC admite la relevancia de estos tres rubros, al punto que sus caídas le restan 2,7 puntos porcentuales a la variación interanual del Estimador de Actividad.

Desde luego, el resultado general no es peor debido a la buena  performance de cuatro sectores, entre ellos, particularmente Explotación de minas y canteras (que incluye combustibles, +7,6%) y Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (+3,1%). Es decir, ganadores ligados al sector primario (beneficiado por el mejor clima respecto al ciclo anterior) y al extractivismo.

Entre otras afirmaciones y sin datos que lo corroboren, el presidente Javier Milei dijo en una entrevista reciente: «No sufrimos en actividad ni empleo, los salarios básicos reales están encima que cuando asumimos».

De nuevo, las estadísticas del propio Gobierno y del INDEC refutan estas declaraciones. Hasta septiembre, los salarios registrados reales estaban un 6,8% debajo del valor que tenían en noviembre de 2023 y los del sector público perdían un 16,1%. Solo algunos trabajadores registrados, con convenio, le empatan a la inflación en los últimos meses, pero nadie les devuelve lo que perdieron desde diciembre.

El impacto de la recesión puede observarse, por ejemplo, en el proyecto de presupuesto nacional, que estima para este año una caída del PBI del 3,8%. El INDEC, por su parte, muestra que la tasa de desocupación aumentó del 6,2% en el segundo trimestre de 2023 al 7,6% en el mismo período de 2024. 

Lo cierto es que el Gobierno ratifica su rumbo, más allá de las verdaderas consecuencias en términos productivos o sociales. En ese sentido, sostiene que la meta de déficit fiscal cero no se negocia. El gran problema de estas políticas es que el sacrificio termina siendo en vano, porque en vez de cumplir el objetivo propuesto, terminan por agravarlo. 

La experiencia indica que cuanto más se achica el gasto público para cumplir el equilibrio entre ingresos y egresos del Estado, hay menos actividad, menos recaudación y vuelve a aparecer el déficit.

Recesión. El comercio registró una caída del 8,3% en septiembre de este año comparando con 2023. Fotografía: Jorge Aloy.

El paso siguiente. 

Por el momento, en la Casa Rosada plantean que a las bajas del gasto, los subsidios, los pasivos del Banco Central, la emisión monetaria y la brecha cambiaria (todo eso que llaman la normalización de la economía, obviando la fuerte caída que experimentan la producción y el consumo), le seguirá la posibilidad de refinanciar deuda con bonistas privados que comienza a vencer a partir de 2025.

Por otra parte, el Gobierno anunció que está tomando nuevas deudas con organismos multilaterales. El miércoles pasado, el Banco Interamericano de Desarrollo anunció un préstamo por 2.000 millones de dólares, al día siguiente el Banco Mundial sumó otros 1.000 millones. También se hizo público que se busca un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que según las expectativas oficiales debería incluir el aporte de fondos frescos.

Para el sector privado, en tanto, se procura facilitar ese proceso mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia 846/24, de septiembre pasado, que permite que se puedan canjear instrumentos de deuda en pesos por otros en moneda extranjera, o viceversa. 

¿Cuál sería el beneficio de canjear deuda en pesos por nuevos instrumentos en moneda extranjera? ¿O la urgencia para que una decisión tan importante, con canjes «a precios de mercado», no pase por el Congreso? Teniendo en cuenta, además, que se elimina la condición de que se obtenga la mejora de al menos dos de tres variables: tasa, plazo o monto. 

Ante esta especie de anormalidad institucional severa, legisladores y legisladoras de varios bloques políticos logramos que la presidencia de la Cámara de Diputados convoque a una sesión especial que tendrá lugar el próximo martes 26 con el objetivo de rechazar. 

Está claro que el mayor endeudamiento no es una solución, es un verdadero problema. En rigor, los mejores momentos de la Argentina fueron cuando le pagamos al FMI y nos libramos de su tutela, no cuando nos dieron 45.000 millones de dólares, ese fue el peor momento. 

Por eso, se deberían ir construyendo coincidencias en el plano legislativo para formar los consensos necesarios e ir poniendo frenos a los intentos del Poder Ejecutivo de obviar los procesos parlamentarios necesarios.  

El Congreso Nacional es un ámbito privilegiado para ir tejiendo esos consensos, buscando las coincidencias entre aquellos que tenemos la voluntad de poner límites a la avanzada neoliberal o anarco capitalista, como se la quiera definir.

sábado, 25 de mayo de 2024

El frío de la recesión… @dealgunamanera...

El frío de la recesión…


En picada. El consumo en supermercados registró una caída interanual del 9,6% en marzo.

Después de soportar en lo que va de 2024 el rigor de la recesión productiva y niveles de inflación altísimos, con un claro impacto sobre el poder adquisitivo de la mayor parte de la población, aún lucen lejanas las perspectivas de una mejora que, en caso de producirse, tendría un saldo de empobrecimiento y exclusión social. Del mismo modo, es imprescindible que el drástico recorte en el gasto público sea revertido cuanto antes, particularmente en lo que respecta a servicios esenciales que benefician a millones de familias y fueron puestos en riesgo por decisión del Gobierno nacional. En tal sentido, están a la vista las consecuencias de los tijeretazos en las transferencias a provincias (véase, por ejemplo, la protesta policial en Misiones) y en las partidas para obras de infraestructura.

© Escrito por Carlos Heller, dirigente cooperativista, el viernes 24/05/2024 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

Retroceso

Las expresiones oficiales de respaldo al ajuste pierden consistencia cuando se las coteja con la difícil coyuntura que atraviesan los sectores productivos, con excepción del agro. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) mostró en enero-marzo una caída del 3% frente al trimestre previo y una baja interanual de un 5,3%. Esto quiere decir que el panorama, del conjunto de la industria, la construcción y los servicios (que nada hace pensar que se haya revertido en abril y mayo) es muy similar al de 2019.

Es lógico que la situación se corresponda con una fuerte caída del consumo, como muestran las estadísticas de ventas en supermercados y autoservicios mayoristas, cuya baja fue del 9,6% interanual en marzo.

El registro se ubica un 10,4% por debajo de noviembre pasado y es el peor dato desde que el INDEC empezó a elaborar las series en enero de 2017. 

Más allá de los pronósticos libertarios, en cuanto a que ya se llegó al punto «más bajo», cabría la pregunta sobre las probabilidades ciertas de recuperación de lo perdido en estos meses, en particular por las familias trabajadoras, jubilados/as y pymes.

Es preocupante en esta materia, dados los lineamientos estratégicos de este Gobierno, que el repunte en el dinamismo económico, si se produce en los próximos meses, se respalde en rubros como la minería, que no tienen grandes encadenamientos con la industria y el mercado interno. Un modelo de este tipo generaría muy poco empleo y de baja calidad, en consonancia con un ensanchamiento de la brecha distributiva y con un deterioro creciente de los ingresos populares.

Universidades 

Mientras en el Senado el tratamiento de los proyectos de ley «Bases» y de reforma fiscal se postergó sin fecha, ya que el oficialismo no consiguió los votos necesarios para emitir dictamen, en Diputados avanza una iniciativa para actualizar el presupuesto de las universidades. 

Esta semana se alcanzó en la Cámara Baja un acuerdo en plenario entre distintos bloques, entre ellos el de Unión por la Patria (UxP), al cual pertenezco, para que se trate en reunión conjunta de las comisiones de Educación y Presupuesto y Hacienda, la demanda de las casas de altos estudios y, además, la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), vital para mejorar el salario de los educadores.  

El oficialismo venía dilatando el tratamiento de estos temas, pero en la sesión se consiguieron 152 votos y se conminó a que se reúnan las comisiones, lo cual ocurrió el pasado jueves, cuando se produjeron cuatro dictámenes. El de UxP fue el mayoritario, con 34 firmas, mientras el de la UCR, acompañado por Hacemos Coalición Federal, la Coalición Cívica e Innovación Federal, reunió 21 firmas. Este último propone la actualización de las partidas para los gastos de funcionamiento de las universidades y los hospitales universitarios según la inflación, con ajustes bimestrales.  

A esos puntos UxP agregó la simultánea adecuación presupuestaria para ciencia y técnica, desarrollo de proyectos especiales y de institutos tecnológicos; el restablecimiento de todas las obras de infraestructura en ejecución; la actualización de los salarios docentes y no docentes; y el aumento de la cantidad y monto de las becas universitarias. En este, como en otros aspectos, las políticas públicas deben garantizar de forma prioritaria los derechos básicos de la población.


domingo, 25 de junio de 2023

Un ensayo de mano dura… @dealgunamaneraok...

Un ensayo de mano dura…


Fotografía: Susi Maresca.

Esta semana se produjeron hechos trascendentes para el devenir de la economía, aunque de sentido opuesto. 

© Escrito por Carlos Heller el viernes 23/06/2023 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Por un lado, comenzó el proceso de llenado del primer tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), que permitirá transportar este insumo energético no convencional desde el yacimiento neuquino de Vaca Muerta hasta los centros de consumo de nuestro país. De manera simultánea, la aprobación de la nueva Constitución jujeña, que incluyó un fuerte recorte de derechos, entre ellos el de protesta, dio lugar a una represión salvaje tras el reclamo de una multitud, integrada entre otros por organizaciones sociales, pueblos originarios y docentes que advierten sobre el signo regresivo de la reforma. 

El caso del gasoducto es emblemático del rumbo emprendido por el Gobierno del Frente de Todos. Esta importante obra de infraestructura permitirá un ahorro de subsidios al obtenerse el gas mucho más barato. A ello se sumará el ahorro por la reducción de importaciones, que será de aproximadamente 2.000 millones de dólares este año y 4.200 millones de dólares el próximo, según precisaron funcionarios del área. 

Mirada estratégica

Es un buen ejemplo de las políticas públicas con mirada estratégica que se necesitan para aliviar el cuello de botella por la escasez de divisas, que impacta con particular fuerza este año, en el marco de la inédita sequía que afectó la producción agropecuaria. Esta mirada debe estar en consonancia con un manejo soberano de los recursos naturales, el cuidado del medio ambiente y de los derechos territoriales de los pobladores.

La buena noticia del avance en la explotación de los recursos hidrocarburíferos marcó un fuerte contraste con el futuro que anticipan los/as precandidatos/as opositores, que se pelean para ver quién promete más «mano dura», en caso de triunfar en las próximas elecciones. ¿Para qué sería necesaria esa represión, hoy ensayada en Jujuy? Para implementar en todo el país los planes de ajuste que, pese a su fracaso en el pasado, vuelven a enarbolar como banderas de su ideología neoliberal.


En este sentido, la provincia gobernada por Gerardo Morales, precandidato a vicepresidente de Rodríguez Larreta, anticipa a modo de laboratorio de prueba lo que piensan hacer y por cuáles medios, en el caso de que se produjera un escenario de retorno de Juntos por el Cambio al Gobierno de la Nación. 

Los políticos neoliberales que endeudaron al país insisten en la idea de que los problemas se solucionarán con una violenta redistribución regresiva de los ingresos, vía macrodevaluación de la moneda, recorte de salarios y jubilaciones, y entrega de recursos naturales para usufructo de empresas extranjeras. 

Políticas activas

Frente a esas propuestas, y sin negar cuestiones por resolver, como la elevada inflación, están a la vista los frutos de un conjunto de políticas activas, en las antípodas del modelo de ajuste. Según datos recientes del INDEC, durante el primer trimestre la economía creció un 1,3% interanual y el repunte del empleo acompaña esta dinámica. 

La tasa de desocupación fue del 6,9% en idéntico período, un valor históricamente bajo al compararlo con igual lapso de años anteriores, mientras la tasa de actividad en su punto máximo (48%) indica que la caída que se viene registrando en el desempleo no está asociada a un «efecto desaliento» de quienes buscan trabajo. 

En suma, a partir de esos y otros resultados favorables, la continuidad que propone la Unión por la Patria busca consolidar un esquema de desarrollo con inclusión social, alejado de planes sólo beneficiosos para sectores concentrados.


domingo, 2 de abril de 2023

Maremoto... @dealgunamaneraok...

 Maremoto...

El reposo del guerrero. Pablo Temes

Al Gobierno le pega la pobreza y la defección de su rival favorito.

 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 01/04/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El 39,2% de pobreza es una cachetada no solo para este gobierno y el peronismo, sino también para el resto de la dirigencia política de la Argentina. Representa el fracaso de todos los que han tenido protagonismo y poder político desde la recuperación de la democracia hasta aquí. Y, por si hiciera falta aclararlo, nada tiene que ver la democracia con esto que se ha convertido en una verdadera tragedia. Es una tragedia que refleja el presente, pero que se proyecta al futuro de nuestro país.

El 54% de los menores son pobres. Eso significa que la mayoría de ellos no tendrá posibilidades de salir de esa situación, porque hay componentes estructurales que condenan a esos pobres a seguir siéndolo. Muchos de esos chicos no podrán completar, en el mejor de los casos, la escuela primaria. Habrá otros que ni siquiera terminarán la primaria. Pero aun en el caso de aquellos que terminen la secundaria, habrá que ver qué nivel de instrucción y educación logran. En donde hay más pobreza, la educación es más pobre, porque la escuela acaba transformándose en un lugar en el que el principal objetivo es la alimentación y la contención y no la educación. Sin embargo, vale la pena hacer aquí un pequeño paréntesis: incluso en sectores de clase media, los chicos egresan sin alcanzar un nivel aceptable en matemática y no pueden comprender textos básicos.  

La alimentación, además, es otro factor clave en el desarrollo madurativo del cerebro de las personas en sus primeros años de vida. Una alimentación deficiente en proteínas e incompleta en aportes vitamínicos altera esa maduración neurológica fundamental para el desarrollo de las capacidades intelectuales de un individuo.

La Argentina de hoy se ha convertido en una verdadera fábrica de pobres.


Así las cosas, la Argentina de hoy en día se ha transformado en una verdadera fábrica de pobres. Para emitir tal aseveración no hace falta recurrir a las cifras del Indec: Se lo aprecia con solo caminar las calles de cada una de las ciudades y pueblos del país. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires no es la excepción. La cantidad de gente que vive y/o duerme en la calle ha aumentado. El viernes por la madrugada murió una beba de 3 meses en las puertas de la Casa Rosada. Vivía con su familia en situación de calle. La tragedia social, el dolor propio y ajeno están hoy a la vista de todos. El número de concurrentes que asisten a comedores comunitarios crece a diario, así como la cifra de personas que supieron pertenecer a la clase media y que han perdido todo y hoy han tenido que ir a vivir a villas de emergencia. Al recorrer las calles de la ciudad, es notable la cantidad de gente que habla sola y deambula sin un lugar cierto a donde ir.


Las consecuencias de esta dinámica son letales. Nadie se puede extrañar, pues, de que jóvenes y adultos sean cooptados por el narcotráfico para ser agentes del narcomenudeo, actividad que les permite ganar el dinero que no tienen y que, en muchos casos, tampoco podrían obtener en una actividad decente.  


Le toca hacerse cargo de esta catástrofe a este gobierno del peronismo porque, hay que ser claros, hoy el peronismo es el kirchnerismo. El análisis de las cifras permite observar datos puntuales de alta significación política. En un marco de generalizada pobreza, las zonas con mayor incidencia del país fueron Concordia en Entre Ríos con el 55,2% y el área del Gran Resistencia en Chaco con 54% y luego Santiago del Estero-La Banda con el 46,5% y los partidos del Gran Buenos Aires en cuarto lugar con el 45% de pobres. Para los que no lo saben, en Concordia, Gran Resistencia, Santiago del Estero y en la mayoría de los distritos del Gran Buenos Aires, gobierna el peronismo desde hace décadas. ¿Hace falta algo más para explicar que el peronismo es, hoy en día, un generador de pobreza?

Tampoco fue la oposición una fuente de creación de prosperidad y movilidad social ascendente. ¿Y entonces? Esa es la pregunta que deberían hacerse hoy en día todos los que aspiran a ser gobierno en el futuro. Y, de lo que se ve, se lee y se escucha, esa pregunta está ausente del debate público de todos los que aspiran al sillón de Rivadavia a partir del 10 de diciembre de este año.   

Crece la cifra de quienes pertenecieron a la clase media y hoy han perdido todo. 

El renunciamiento del expresidente Mauricio Macri no tuvo –hasta el momento– el efecto ordenador que se esperaba en la interna del PRO y de todo Juntos por el Cambio. Lo que sucede en CABA es un ejemplo gráfico de ello. El senador Martín Lousteau, que se cansó de repetir que competiría por la Ciudad, es uno de los grandes perdedores de la interna en ese distrito. Supo coquetear con Horacio Rodríguez Larreta esperando de él no se sabe qué. El alcalde porteño enfrenta demasiadas presiones y todo indica que tuvo que ceder –una vez más– a los deseos del omnipresente Mauricio Macri, que postula para el distrito a su primo Jorge. El apellido funciona muy bien de este lado de la General Paz. Atrás quedaron los experimentos electorales encarnados en los ministros porteños Fernán Quirós (Salud) y Soledad Acuña (Educación).

Donde sí ha tenido un efecto desconcertante el alejamiento del expresidente de la carrera electoral ha sido en el seno del kirchnerismo donde la pregunta que se reiteró en la semana fue: ¿y ahora qué? Sin polarización con el eterno rival, todo se torna más difícil para un gobierno que se hunde en su propio maremoto interno y arrastra consigo a toda la Argentina.



    

domingo, 22 de mayo de 2022

Economía. Sortear las restricciones para seguir avanzando… @dealgunamenraok...

Sortear las restricciones para seguir avanzando…

 


Fotografía: Oli Scarff / AFP.

 

La recuperación de la actividad económica continúa, y el país ya ha dejado atrás la caída que generó la pandemia. De la misma forma en que el Estado resultó crucial en este proceso, hoy nos encontramos en una etapa en la que su presencia también es indispensable para garantizar el rumbo de crecimiento con equidad.

 

© Escrito por Carlos Heller el domingo 22/05/2002 y publicado por el Portal de Noticias Tiempo Argentino de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

Según los datos recientemente publicados por el INDEC, en el primer trimestre de 2022 la actividad económica creció un 6,1% interanual y un 0,9% con respecto al último trimestre del año pasado. Más allá de cierta desaceleración normal, una particularidad importante es que todos los sectores tuvieron una evolución positiva, excepto el agropecuario, producto de las condiciones climáticas adversas que afectaron la soja y el maíz. Se destacaron positivamente “Transporte y Comunicaciones”, “Comercio mayorista y minorista” e “Industria manufacturera”.  De hecho, es superior en un 3,7% a las cifras del primer trimestre de 2019.

 

Esta situación, a su vez, se refleja en la evolución del empleo. Según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo, en el semestre comprendido entre agosto de 2021 y febrero de 2022, 119 mil personas ingresaron al mercado laboral como asalariadas del sector privado registrado, es decir, un promedio de 20 mil nuevos puestos por mes. Desde el año 2011 que el empleo formal no se recuperaba a este ritmo.

 

El empleo industrial en particular, señala el informe del Ministerio, ha tenido un desempeño muy positivo en casi todo el país, con 21 de 24 provincias con más trabajadores en la manufactura que en los albores de la pandemia. Esta dinámica se condice con la evolución de la actividad industrial, que actualmente se encuentra en un nivel superior al del inicio de la crisis de 2018. 


El jueves, el Ministerio de Economía siguió obteniendo financiamiento en el mercado de capitales. En la primera ronda de la licitación se colocaron títulos por un monto superior a los vencimientos en $ 66.300 millones, siendo el 64% instrumentos a tasa fija, despejando las dudas que sembraban algunos analistas. Cabe señalar que durante el primer cuatrimestre las colocaciones superaron en un 29% a las amortizaciones. 


No es casual que cuando la economía empieza a tomar mayor impulso empiecen a aparecer restricciones sobre el crecimiento. Una de ellas está fuertemente asociada a la pulsión de los sectores concentrados por apropiarse, vía inflación, de los ingresos que la economía genera, lo cual termina atentando contra el propio mercado interno. Es crucial entender que existe una asociación indisoluble entre crecimiento y una matriz progresiva de distribución de la renta: el primero genera las bases para poder distribuir, y viceversa. Son dos cuestiones que deben ir a la par y que requieren de la existencia de un Estado activo. 


El presidente Alberto Fernández afirmó que la economía argentina está encendida, aunque recuperar el salario real “cuesta mucho trabajo (…); no estamos logrando que la distribución del ingreso se mejore y, por eso, hemos decidido mantener abiertas las paritarias”. 


Para darles sostenibilidad en el tiempo a este tipo de políticas, hace falta, para alimentar los ingresos tributarios, que la actividad interna no se detenga, pero también que se grave con impuestos a quienes más tienen. Son las discusiones que se dan en todo el mundo. Joe Biden señaló tiempo atrás: “Compatriotas, la economía del goteo nunca funcionó. Es el momento de hacerla crecer desde abajo”. Toda una definición, viniendo de boca del presidente de la principal potencia capitalista. Con respecto a lo que habría que hacer, Biden remarcó que busca “bajar el déficit exigiéndoles a las grandes corporaciones y a los más ricos que no hagan abuso de precios y que paguen lo que corresponde en cuanto a impuestos”. Banderas que han estado levantando organismos como la OCDE y el propio FMI.  


Los últimos datos de comercio exterior dan cuenta de un crecimiento del 35,6% de las exportaciones en abril, respecto de igual mes de 2021, producto de un 23,7% de incremento en los precios y un 9,6% en las cantidades. Pero, al mismo tiempo, las importaciones aumentaron un 47,3%, con mayor incidencia de las cantidades (24,5%) que de los precios (17,9%). Las compras de bienes intermedios en primer lugar, y de bienes de capital y accesorios en segundo, son los rubros que vienen traccionando el crecimiento. Ambos están relacionados a la mayor actividad económica. 


El saldo comercial de abril ha sido el más elevado del año, similar al del mismo mes del año anterior y, si bien se han registrado saldos positivos de comercio exterior en todos estos meses, no deja de estar presente la restricción estructural de fondo, ya que para que la economía crezca sostenidamente se precisan dólares para abonar las importaciones.

 

Una de las formas de minimizar la necesidad de divisas ha sido la renegociación de las deudas con los privados y con los organismos, que postergó los pagos por varios años. También se han venido aplicando regulaciones para proteger y darles un uso adecuado a los dólares. En materia de comercio, una política de Estado, además del fomento de las exportaciones, es profundizar la sustitución de importaciones, que a su vez genera empleo local. Para ello hacen faltan políticas de largo plazo que no se interrumpan con la llegada de gobiernos neoliberales. 


El desacople necesario 


Al hablar sobre los impactos de la suba de los precios de las materias primas, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, señaló que “la mayoría de los países en desarrollo no disponen de espacio fiscal suficiente para atenuar el golpe de estas enormes subidas”. El mundo se encuentra frente a una situación que amenaza a decenas de millones de personas “al borde de la inseguridad alimentaria, seguida de desnutrición, hambre generalizada y hambruna, en una crisis que podría durar años”. Un panorama inquietante.

 

La guerra agudizó un fenómeno que venía desde antes, producto de la recuperación de la actividad global y del cambio climático. La India, que es el segundo mayor productor mundial de trigo, acaba de prohibir sus exportaciones de este cereal, debido a una cosecha inferior a la esperada, por un aumento repentino de las temperaturas durante la fase de su maduración, lo cual redujo los rendimientos. El fenómeno climático ha venido para quedarse y los Estados no pueden estar al margen de los impactos que trae. Argentina es uno de los grandes productores de alimentos a nivel global y como tal debe garantizar a la población un acceso adecuado a estos bienes esenciales. 


El presidente de la Nación afirmó: “El precio del trigo sube mucho y tenemos un gran problema para desacoplar el precio interno del externo”, y señaló las resistencias que existen por parte del sector privado, que demora la puesta en marcha del fideicomiso del trigo.

Hay una “riqueza inesperada, porque alguien en el mundo empieza a ganar mucho, es lo que nosotros pedimos que se redistribuya. El instrumento con que esto se desacopla son las retenciones. Ahora, las retenciones son un tema legislativo y necesito que el Congreso entienda el problema, y llegado el caso acompañe una decisión de esa naturaleza”. 


En cuanto a las diferencias al interior del espacio oficialista, destacó: “Tengo la certeza de que tenemos una mirada común sobre lo que la Argentina necesita en todo el frente”. Una mención que vale la pena tener en cuenta. 



martes, 19 de enero de 2021

Dólar, soja y fuga… @dealgunamanera...

 Dólar, soja y fuga… 


 Fotografía: Pablo Anelli

Informe especial: Cómo opera el circuito del contrabando y la simulación de importaciones de la oleaginosa. En 2020 la Argentina perdió 1.900 millones de dólares por el rulo de importar soja para su procesamiento y exportación. Doscientos camiones semanales, sin embargo, llevan previamente los granos desde la Argentina a Paraguay y a Brasil para su reingreso posterior. Las sospechas de la UIF. Por qué no se sostienen los argumentos de productores y exportadores del complejo sojero sobre una maniobra que les reditúa fortunas y al país le provoca una sangría de divisas.  

© Escrito por Rubén Manasés Achdjian (*) y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

“En casa de herrero, cuchillo de palo” es un viejo refrán que alude a la paradoja de un bien que debería abundar en cierto lugar y que, muy por el contrario, escasea. Tal parece ser el caso de la economía argentina, considerada como la tercera productora mundial de porotos de soja pero que aun así debe importar desde terceros países esos mismos porotos que sus tierras producen en abundancia.  

Si esta paradoja ocurriera en nuestra economía solo de manera excepcional -por ejemplo, ante una disminución coyuntural de la producción agrícola por causas estacionales o por emergencias climáticas- o en contextos donde la existencia de importantes stocks de divisas disipara cualquier expectativa devaluatoria, no habría mayor motivo de preocupación. Sin embargo, la economía argentina no transita por ninguna de estas dos situaciones.  

Por el momento, el gobierno logró superar con éxito la tormenta cambiaria que se desató hacia fines de octubre cuando el dólar ilegal, el CCL y MEP iniciaron una escalada que parecía no tener techo. En esos días, los habituales voceros del establishment vaticinaban una inminente y brutal devaluación que, por otra parte, asumían como inevitable. Finalmente, ello felizmente no ocurrió y hoy la situación del mercado de divisas pareciera estar controlada.  

Claro que la estrategia de intervención para tranquilizar al mercado cambiario no fue gratuita y tuvo su trade off: el precio de esta tranquilidad se pagó con reservas del BCRA que, como ya todos sabemos, son escasas. El stock bruto de reservas al cierre de diciembre (39.216 millones de dólares) mostró que, durante la última turbulencia, el Central debió desprenderse de poco más de 2.100 millones en divisas para lograr que volviera cierta calma al mercado.  

Por su parte, el último balance cambiario publicado por la entidad señalaba que, al cierre de noviembre, se registró un nuevo déficit de 753 millones de dólares y que, a esa altura del año, la economía acumuló un “rojo” de 5.795 millones, lo que pone en relieve la clásica evidencia de que la economía argentina consume muchos más dólares que los que logra producir.  

La magnitud de déficit no es grave en sí -hablamos de un punto del PBI- sino que la gravedad que hoy representa se debe al contexto económico en el que tiene lugar. Por ejemplo, durante la gestión del macrismo en el Banco Central (2016-2019) se registró en el balance cambiario un déficit acumulado en cuatro años de 57.983 millones de dólares, a un ritmo promedio de casi 14.500 millones por año que fue cubierto a través de un gigantesco endeudamiento, de mayores liquidaciones de agrodólares y del ingreso masivo de capitales especulativos. Hoy, el actual directorio debe enfrentar una situación menos relevante en términos cuantitativos pero seriamente agravada por el hecho de no poder contar con ninguna de las alternativas mencionadas.  

La soja es hoy el “cuchillo de palo” del sector externo. Según datos del Indec, entre febrero y noviembre de 2020 se importaron poco más de 5 millones de toneladas de porotos de soja por un valor total de 1.900 millones de dólares, una cifra que tampoco sería relevante si no fuera por el contexto crítico que atraviesan las posiciones cambiarias. 

El 92 por ciento de la oleaginosa sin procesar proviene de Paraguay, el resto de Brasil y, en muy menor medida, de Uruguay. ¿Cuál es la razón que justificaría que Argentina les compre porotos de soja a los países vecinos cuando es capaz de producir 50 millones de toneladas al año? Los productores y exportadores del complejo sojero suelen recurrir a los siguientes argumentos.  

En primer lugar, destacan la necesidad del sector aceitero de cumplir en tiempo con sus compromisos de producción. Esto lo lleva a aprovisionarse en otros mercados de suficiente materia prima que ingresa al país en calidad de importaciones temporarias para, luego, procesarlo y exportarlo al mundo bajo la forma de aceite, harinas y pellets. Hasta aquí la respuesta parece más que atendible, si no fuera por algunas otras evidencias que la tornan inconsistente.  

Entre febrero y noviembre, mientras el sector aceitero importaba un promedio mensual de poco más de medio millón de toneladas de soja sin procesar, no se registraban faltantes que justificaran estas compras. Tampoco se interrumpió la exportación, lo que hubiese sido aconsejable para abastecer a la industria local en vez de importar.  

El ejemplo más claro para graficar esta situación tuvo lugar en agosto pasado: mientras los productores informaban la existencia de un stock de 14 millones de toneladas de porotos de soja, las aceiteras importaron 471.400 toneladas. Los agroexportadores, por su parte, declaraban ese mismo mes ventas al exterior por 250.150 toneladas que, de haber permanecido en el mercado local, hubiesen servido para absorber más de la mitad de los suministros externos demandados por las aceiteras. 

Estas operaciones cruzadas y aparentemente descoordinadas tienen, por cierto, nombre y apellido. En agosto, más de la mitad de las exportaciones de soja a granel (132.000 toneladas) fue realizada por la cerealera santafesina Díaz y Forti SA, firma que también exportó en el mismo mes 25.000 toneladas de aceite de soja. Recordemos al lector que hace un mes el BCRA suspendió las operaciones de cambio de Díaz y Forti SA, una módica empresa que creció exponencialmente gracias a vínculos bastante opacos -hoy minuciosamente investigados- con la intervenida aceitera Vicentin.  

Otra razón aducida por el complejo aceitero en favor de la importación es que la soja sin procesar de origen paraguayo posee un mayor contenido en proteínas que la que se cosecha en Argentina. Ello permite un proceso más eficiente de la molienda del poroto y, por ende, una mejor colocación del producto final en los mercados internacionales. Este problema planteado como una falta de aptitud de la naturaleza parecería no tener solución. 

Sin embargo, un estudio producido por Martha Cuniberti y Rosana Herrero, investigadoras del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) muestra que, entre 1997 y 2018, la soja cultivada en la Zona Núcleo (conformada por los principales departamentos agrícolas de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba) perdió 5 puntos porcentuales de valor proteico y que esta pérdida podría haber sido corregida con una adecuada rotación de cultivos y combinando, durante el proceso de industrialización, cantidades adecuadas de soja de 1ª (que tiene mayor contenido de aceite) con soja de 2ª (con mayor contenido proteico). “Estas pérdidas -señala este interesante estudio que el sector sojero parece haber ignorado- se trasladan al productor que recibe un precio menor, a la industria que disminuye su capacidad de molienda y al país por disminución de las primas de harina argentina implicando una caída importante en los ingresos por exportación, como primer exportador mundial de harinas proteicas”. De modo que no se trataría, entonces, de la falta de una aptitud natural de nuestros suelos ya que, luego de leer el informe, queda bien claro que “lo que natura non da, el INTA sí presta”.  

Una tercera respuesta al fenómeno de la importación de soja es la que el propio sector evita comentar. Recientemente, las autoridades policiales y tributarias misioneras detuvieron y decomisaron en la localidad de San Vicente una decena de camiones cargados con soja (aproximadamente 250 toneladas) que se dirigían a Colonia Alicia, en la frontera con Brasil. La fuga de soja argentina desde Misiones al Paraguay y Brasil para eludir el pago de derechos de exportación es una modalidad recurrente del contrabando y, según algunas fuentes, moviliza cerca de 200 camiones semanales que se desplazan desde Chaco, Santa Fe e, incluso, de Buenos Aires hacia la frontera noreste.  

En torno a este problema, el presidente de la Unidad de Información Financiera (UIF), Carlos Cruz, señaló que “cuando los granos no se liquidan oportunamente, no es sólo que quedan en el silo, sino que son objeto de contrabando”. Precisamente, parte de la soja que se fuga por la canaleta del contrabando es la misma que vuelve a ingresar al país bajo la modalidad de importación temporaria para ser procesada en las plantas de molienda locales.  

Es importante recordar, además, que el régimen de importación temporaria permite que el industrial aceitero pueda deducir el valor de la importación de la materia prima de la base imponible sobre la que se aplican los derechos de exportación que debe pagarle al fisco argentino, de modo tal que solo debe abonar el gravamen por el valor agregado del procesamiento industrial. Ahora bien: ¿qué sucede en términos tributarios si una empresa lograra pasar de contrabando soja a granel a través de alguna de nuestras fronteras con destino a una filial o empresa asociada, por ejemplo, en Brasil o Paraguay para, luego, importar legalmente esa misma soja, en carácter temporario, para producir aceite, venderlo al exterior y pagar derechos de exportación solo por la diferencia de precios existentes entre el aceite y la materia prima? La respuesta es bien sencilla. Tan sencilla, que obliga a mencionarla en voz baja.  

En muchos meses consecutivos de esta larga pandemia y sus consecuencias más evidentes (retracción económica, caída de reservas y restricción cambiaria), las miradas del gobierno y de los principales medios estuvieron puestas en el goteo incesante de reservas para satisfacer el deseo de atesoramiento de los pequeños ahorristas, habilitados a comprar de a 200 dólares por mes con el fin de preservar sus ingresos o para obtener una pequeña renta diferencial haciéndolos puré en el mercado ilegal. No intento minimizar este fenómeno sino señalar apenas que, mientras esto ocurría, también sucedían estas otras fugas más relevantes y sofisticadas, sin duda. Fugas sobre las que se habla muy poco y distorsionadas con operaciones mediáticas e infundadas denuncias sobre un supuesto avance del gobierno sobre la propiedad privada. 

Una decidida estrategia de intervención pública en el mercado de granos, que no se agote en su aspecto exclusivamente cambiario y que se proponga coordinar la demanda y la oferta, evitando faltantes para el proceso industrial y, al mismo tiempo, combatiendo el contrabando y otras operaciones más complejas de evasión o elusión impositiva, aconsejan a todas luces que la cuestión un lugar de primer orden en la agenda pública. Sin estridencias ni anuncios oficiales que luego deben ser retrotraídos.  

En nuestra economía el complejo agroexportador en general -y el complejo sojero en particular- es, tradicionalmente, el principal generador de divisas. Es razonable pensar entonces que el control, la regulación y la transparencia en todas estas actividades merecen una acción coordinada y efectiva de numerosas agencias gubernamentales, y no solo de la cartera económica o del Banco Central de manera aislada.  

Por lo pronto, el esfuerzo público por frenar el drenaje de más de 1.900 millones de dólares anuales que van a parar a otras economías en vez de reinvertirse en el país bien vale la pena.  

(*) Politólogo (UBA). Director de la consultora Tramas & Tendencias.  

CLAVES: contrabando dólares 

* El 92 por ciento de la soja sin procesar proviene de Paraguay, el resto de Brasil y, en muy menor medida, de Uruguay. 

*  La fuga de soja para eludir el pago de derechos de exportación es una modalidad recurrente del contrabando. 

* En agosto, más de la mitad de las exportaciones de soja a granel fue realizada por la santafesina Díaz y Forti SA, vinculada a la intervenida Vicentin. 

* El control, la regulación y la transparencia del complejo sojero merece una acción coordinada de las agencias gubernamentales.