sábado, 26 de abril de 2025
Democrático y humanista… @dealgunamanera...
lunes, 21 de abril de 2025
Tareas pendientes del buen alumno... @dealgunamanera...
Tareas pendientes
del buen alumno...
El acatamiento, en exceso, del Gobierno nacional a las directrices del Fondo Monetario Internacional (FMI), junto con el respaldo del principal socio del organismo, mediante la reciente visita del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, son señales contundentes del regresivo encuadre socioeconómico presente y de la hoja de ruta que se pretende impulsar en el corto y mediano plazo.
© Escrito por Carlos Heller, dirigente cooperativista, el lunes 21/04/2025 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad de Buenos Aires, República Argentina.
El propio presidente Javier Milei definió el cuadro al comentar el encuentro con el funcionario norteamericano: «Los semejantes tienen que trabajar juntos, tanto para prosperar como para protegerse mutuamente, por eso la Argentina tiene la intención de ser un aliado firme de los Estados Unidos en la región».
Resulta cuestionable esa afirmación, en medio de la arremetida arancelaria global dispuesta por la Casa Blanca, al igual que la idea de que un tratado de libre comercio con Estados Unidos (EE.UU.) beneficiaría por igual a ambos países.
La argentina es una economía en desarrollo que necesita, entre otras cosas, un Estado que administre el comercio internacional para proteger y desarrollar la industria nacional, en particular el sector pyme.
Mientras, la forma más beneficiosa de vincularnos al mundo debería ser fortaleciendo el Mercosur, la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y otros acuerdos regionales, de modo de tener mayor poder de negociación.
Más allá de la polémica calificación de «semejantes», lo cierto es que el apoyo de EE.UU. y el aval del FMI al rumbo emprendido no garantizan mejoras reales para la mayor parte de las empresas y de la población nacional. Todo lo contrario: casi siete décadas de permanencia de la Argentina en el Fondo y decenas de acuerdos previos (con endeudamiento creciente) no dejan demasiado margen para el optimismo.
Por eso insistimos en que no hay razones para festejar. Menos aún cuando el trámite seguido para conseguir financiamiento volvió a incumplir leyes vigentes, al solicitar mediante un decreto de necesidad y urgencia la aprobación del Congreso (meta lograda) para las operaciones de crédito público.
Los 20.000 millones de dólares comprometidos por el FMI se suman al megacrédito otorgado en 2018, el mayor de la historia para el país y para el organismo y, como siempre, el préstamo viene atado a mayores condicionamientos y costos financieros.
Como ya se difundió, los recursos que empezaron a llegar esta semana tienen como contracara la promesa de los funcionarios locales de avanzar en la flexibilización laboral, la reforma jubilatoria, privatizaciones de empresas públicas y una profundización de la apertura importadora.
Esos planes se contemplan para después de las próximas elecciones, suponiendo que las urnas mostrarán el éxito del camino libertario.
El Gobierno y el FMI acordaron, además, un impulso a las inversiones en minería y energía, lo cual, junto con los grandes agronegocios, tiende a consolidar un modelo de economía dependiente del sector primario.
Adicionalmente, y para mayor estímulo al arribo de divisas, el Banco Central dio luz verde a inversores extranjeros que ingresen dólares, los cambien por pesos y mantengan sus colocaciones por seis meses. Luego podrán hacerse nuevamente de dólares para remitirlos al exterior, es decir, tendrán una garantía para hacer «carry trade» hasta octubre.
Entretanto, dada la incertidumbre ligada a la flotación del tipo de cambio, habrá que esperar para ver si los exportadores liquidarán divisas a los actuales valores exhibidos por la moneda estadounidense.
De momento, para favorecer esa liquidación, quedó confirmado que a fin de junio finalizaría la reducción a las retenciones dispuesta meses atrás.
Elogios
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, se apuró a justificar la nueva operación con la Argentina, tras elogiar la «rápida desinflación» y la «sólida recuperación económica», atribuidas a las políticas libertarias. Pero advirtió, a la vez, que el país aún enfrenta «vulnerabilidades externas y estructurales», por lo que, a su juicio, será clave mantener la «firmeza en las políticas y la flexibilidad para adaptarlas si el contexto global lo requiere».
Desde sus oficinas en Washington, Georgieva también avizoró «incipientes mejoras sociales», que aquí no alcanzan a percibirse.
Lo que sí se ve es que el pregonado «levantamiento del cepo», que arrancó con una devaluación del peso de 12% (luego levemente morigerada), podría derivar en un nuevo repunte inflacionario para perjuicio de la mayor parte de las familias nacionales.
Esta situación coincide con el fuerte deterioro del empleo. Según informó el Indec, el 42% de los/as trabajadores/as estaba bajo condiciones de informalidad laboral en el último trimestre de 2024. Pero esa proporción de trabajo en negro se elevaba al 58,7% entre los jóvenes de hasta 29 años, mientras ascendía al 51,9% en el comercio y al 76,6% en la construcción. Se sabe que más informalidad implica menor posibilidad de aportar al sistema previsional, y menor calidad de los empleos disponibles.
En este escenario, paradójicamente, las autoridades preparan reformas que se traducirán en una mayor desprotección y quita de derechos conquistados en decenios anteriores. A la vez, el probable rebrote inflacionario y los anticipos sobre un mayor ajuste fiscal desdibujan lo que deberían ser los objetivos centrales de la política económica. Esto es, crecer de modo equilibrado, con ejes en el fortalecimiento del mercado interno y las pymes locales, y con un Estado activo que intervenga en la economía para que los frutos de la eventual expansión se distribuyan más equitativamente entre la población.
domingo, 20 de abril de 2025
Dominado por la Furia... @dealgunamanera...
Dominado por la furia…
El desempleado del mes, Milei. Dibujo: Pablo Temes.
El equipo económico dio muestras de carácter. Es tiempo ahora de que Milei frene sus arranques.
© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 19/04/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Ni aún en los momentos
de logros indiscutibles hay paz en los espíritus y en las mentes de los que constituyen
el Triángulo de Hierro instalado en la cúpula del poder. Por si algún distraído
no lo supiera, estamos hablando de Javier Milei, de su hermana Karina y de
Santiago Caputo. No importa cuál sea el hecho y la circunstancia, todo es
bienvenido para generar disputas tanto con los adversarios como así también
entre los mismos integrantes del oficialismo.
Dominado por la euforia causada por
la decisión del Fondo Monetario Internacional de concretar el préstamo de 20
mil millones de dólares que le permitió al Gobierno dar comienzo al proceso de
progresivo levantamiento del cepo, y por una incontenible verborragia, el
Presidente se dedicó en sus apariciones mediáticas del lunes pasado –una
entrevista con Luis Majul y otra muy extensa con Alejandro Fantino– a
descalificar y a agredir a políticos, economistas y algunos de los periodistas
que osaron discrepar y/o criticar aspectos de la gestión. Esto –que ya no
sorprende– se ha transformado lamentablemente en parte de un folklore que deja
al descubierto –una vez más– un aspecto patológico de su personalidad que, con
sus expresiones agresivas y sus reacciones de furia, exhibe rasgos que bien
podrían ser compatibles con algunas de las manifestaciones de conductas que
corresponden a lo que se conoce como trastorno explosivo intermitente.
El presidente se dedicó
esta semana a agredir periodistas y economistas, sus blancos predilectos.
Hoy más que nunca Suscribite
Las consecuencias políticas negativas de esta conducta disruptiva ya
tuvieron una primera evidencia en la elección a constituyentes del último
domingo en la provincia de Santa Fe. Hubo no sólo una ausencia absoluta de
voluntad para acordar con el gobernador Maximiliano Pullaro y con el PRO, sino
también entre Karina Milei y Santiago Caputo para consensuar candidaturas.
Conclusión: el Gobierno, que pudo haber sido parte de una coalición victoriosa,
debió morder el polvo de la derrota. De cara al futuro, lo mismo podría estar
ocurriendo en la Ciudad de Buenos Aires, en donde la falta de acuerdos entre La
Libertad Avanza y el PRO le está abriendo el camino a una posible victoria al
candidato del kirchnerismo, el radical K Leandro Santoro. Algo impensado hace
no mucho tiempo atrás. Lo mismo sucederá en la provincia de Buenos Aires, si no
se alcanzan los acuerdos entre el oficialismo y el PRO. Por si alguien no lo
recuerda, eso ya pasó en 2023 cuando Néstor Grindetti y Carolina Píparo se
negaron a unir fuerzas en pos de obtener una victoria que era segura,
regalándole así la elección a Axel Kicillof. No aprenden.
Lo increíble de todo esto es que Milei no se dé cuenta de lo ilógico que
es conducir a sus candidatos a una derrota y de lo nocivo que eso sería para el
futuro de su gobierno. En efecto, un fracaso electoral en la Capital Federal y
en la provincia de Buenos Aires a manos del kirchnerismo afectaría severamente
la fortaleza política del oficialismo. Le impediría, además, sumar legisladores
en ambas Cámaras del Congreso, algo que necesita imperiosamente para revertir
su situación de extrema debilidad que, de prolongarse, lo alejaría de cualquier
posibilidad de obtener las leyes que necesita para continuar con las medidas
que precisa implementar a fin de seguir adelante con su programa de gobierno.
“Todos los logros obtenidos hasta aquí, han sido bajo esta misma mecánica de
manejo del poder. Mal no nos ha ido” –retrucó una alta fuente de La Libertad
Avanza. Lo que no debería olvidar el oficialismo es que, con o sin acuerdos
rubricados de manera formal, el PRO de Mauricio Macri los apuntaló en distintas
oportunidades. La paciencia tiene un límite y nadie puede prever si la
oposición dialoguista seguirá acompañando de la misma manera. Por las dudas,
los libertarios mantienen en alto su plan de seducción para pintar de violeta a
todo el que se le cruce.
El PRO de Mauricio Macri apuntaló el déficit político libertario: la paciencia tiene un límite.
A pesar de sus conductas dañinas para la construcción política, el Gobierno es pragmático. La primera semana de apertura del cepo cambiario trajo los resultados que el Presidente y su equipo económico esperaban. El régimen cambiario anunciado con una flotación entre bandas de mil pesos y $ 1.400 no ha tenido sobresaltos. El lunes, primera prueba sin cepo para los ahorristas, el dólar oficial subió 12% y cerró en $ 1.230. El martes se mantuvo alrededor de ese valor para luego cerrar el miércoles a la baja a $ 1.160. Es decir, bastante más cerca de la banda inferior. Los supermercadistas –grandes cadenas, mayoristas, pero también pequeños almacenes– hicieron sonar las alarmas al recibir listas de precios que contenían aumentos desmedidos, incluso antes de que hubieran trascendido los valores reales de la divisa norteamericana. Avisaron que no estaban dispuestos a convalidar las subas de precios impulsadas por las empresas alimenticias.
Discretamente, desde la Secretaría de Comercio habían operado para
lograr la ayuda de los hombres vinculados al retail. Incluso el propio Luis
Caputo salió a celebrar la medida en la red social X. Las empresas apuntadas
fueron Molinos y Unilever. La presión surtió efecto y volvieron sobre sus
pasos. El Gobierno se plantó e hizo valer su poder de control con éxito. El
Presidente y sus funcionarios deberían darse cuenta que la intervención del
Estado de forma adecuada y sin abuso de poder no es algo de lo que deban
arrepentirse. Una cosa es el Estado bobo, cuna de militantes y fuente de
corrupción de los tiempos del kirchnerismo. Inaceptable; otra muy distinta es
condenar al Estado de antemano haciéndolo responsable de todos los males del
país.
El equipo económico ha dado una muestra de carácter. Ahora, es necesario
que el Triángulo de Hierro pueda calibrar sus arranques de furia y de euforia
para reaccionar en su justa medida a los desafíos que demanda el ejercicio del
poder.
domingo, 13 de abril de 2025
Euforia que no se entiende... @dealgunamanera...
Euforia que no se entiende...
Recibir otro préstamo del FMI no es
algo para celebrar, salvo por la inminencia del abismo. El levantamiento del
cepo y la devaluación.
© Escrito
por el Doctor Nelson Castro el sábado 12 de abril de 2025 y publicado por el
Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Para este último, hubo una puesta en escena prolijamente diseñada.
Primero la comunicación de la noticia y la posterior larga conferencia de
prensa del ministro de Economía, Luis Caputo, y del presidente del Banco
Central, Santiago Bausilli; después, la foto de familia en la Casa Rosada, y
finalmente, la del discurso de Javier Milei por la cadena nacional de radio y
televisión.
El Gobierno necesitaba –sí o sí– concretar este acuerdo con el FMI lo
antes posible. La incertidumbre causada por la demora en su concreción le vino
significando al Banco Central una hemorragia de dólares que no paraba. Salvo
una o dos jornadas, en los últimos quince días, tuvo que salir a vender, con lo
que las reservas de la entidad cayeron por debajo de los 25 mil millones de
dólares. La escasez de billetes de la divisa estadounidense se venía agravando
por la poca liquidación de los exportadores en estos meses, que son claves. Era
un secreto a voces que un levantamiento del cepo iba a generar automáticamente
un fenómeno de inestabilidad que, consecuentemente, podría llevar a una posible
devaluación. Esa incógnita se va a comenzar a develar no bien se abran los
mercados en la mañana del lunes. Pero, bajo las condiciones actuales de la
llamada fase 3 del plan económico del Gobierno, con una flotación sucia
controlada por el BCRA, es poco probable que suceda. Lo que es concreto es que
ya no existirá más el dólar blue sino que el valor de la divisa dependerá de lo
que fije el juego entre la oferta y la demanda, es decir, el mercado.
Hoy más que nunca Suscribite
En este punto es importante señalar que el levantamiento del cepo es
parcial. No hay dólares para todos, en especial, para las empresas. Por lo
tanto, quienes podrán operar con total libertad serán las personas humanas, es
decir, cada uno de nosotros. Eso es claramente un limitante que asegura que no
habrá una avalancha de compradores de grandes sumas de dólares. Por otra parte,
la gran mayoría de la sociedad llega con lo justo a fin de mes y lejos está de
pensar en variables de ahorro; más bien está preocupada por su subsistencia. El
aumento en la inflación de marzo, empujada por la suba del precio de los
alimentos, es una muestra de ello. El otro aspecto que habrá que tener en cuenta
es el impacto que la medida tendrá en las importaciones.
El Gobierno
necesitaba cerrar el acuerdo por la hemorragia de dólares del BCRA
Es menester subrayar la importancia de dos factores que se combinaron
para acelerar la concreción de este acuerdo del cual tanto dependía el
oficialismo: el primero es la magnitud del ajuste con el consecuente superávit
fiscal; el segundo es la estrecha relación entre Javier Milei y Donald Trump.
Eso se verá reflejado mañana durante el encuentro que mantendrá el secretario
del Tesoro –equivalente al ministro de Economía– de los Estados Unidos, Scott
Bessent, tanto con el Presidente como con Caputo.
En medio de tanta euforia en el Gobierno –en verdad hay que señalar que
recibir un préstamo del FMI no es algo para festejar– es importante hacer dos
observaciones: la primera, que, más tarde o más temprano, el préstamo habrá que
devolverlo; la segunda, que el FMI puso tres condiciones que deberán
implementarse a lo largo de lapsos futuros: la reforma previsional, del sistema
de coparticipación y del sistema tributario, metas para las que el oficialismo
va a necesitar acuerdos políticos que hoy no se ven en el horizonte.
Volviendo a lo inmediato, hay en el fondo –como siempre– un tema de
confianza. El anuncio del Gobierno parece acertado y lanzado justo a tiempo.
Sin embargo, el éxito de esta tercera fase, que comenzará concretamente el
lunes, dependerá de la reacción y del acompañamiento de los distintos actores
de la economía.
El campo había anticipado que aumentaría el ritmo de liquidación de la
cosecha entrado el mes de abril. Fuentes del sector señalaron que “habrá una
lógica prudencia al principio pero el aporte de divisas llegará más temprano
que tarde” y aseguraron que “el Gobierno está dando pasos en la dirección
correcta”.
El empresariado en general y el sector industrial en particular deberían
meditar sus próximos pasos pensando en el bienestar general. Son el eslabón
fundamental para darle sustento real a la actividad económica. La historia ha
dado muestras suficientes de su mezquindad. En años de la Alianza le soltaron
la mano a Ricardo López Murphy cuando les planteó la posibilidad de tener que
salir a competir abiertamente y esbozó sus planes de ajuste, infinitamente
menores a los que está llevando a cabo el gobierno nacional. Algunos fueron
cómplices con su silencio en los años del despilfarro kirchnerista y
posteriormente abandonaron a su suerte a Mauricio Macri a pesar de ser
considerado “uno de los suyos”. Al ingeniero le dieron de beber de su propia
medicina. “Acompañaremos en la medida de lo posible pero nos preocupan los
desplantes grandilocuentes y la falta de equipos. Salvo la cúpula de Economía y
del Banco Central, no hay en el Gobierno cuadros formados en gestión y eso se
nota”, resumió un empresario del sector alimentario.
Del otro lado de la ecuación, la dirigencia gremial sigue demostrando no
estar a la altura de las demandas sociales. Priman en la cúpula de la
desprestigiada CGT las internas y los intereses partidarios. La tenue
movilización y el paro llevados a cabo los días miércoles y jueves fueron una
muestra cabal de su falta de liderazgo. La gente les dio la espalda y salió a
trabajar como lo hace cada día para ganarse el sustento. Nadie come vidrio y la
sociedad se ha hartado de seguirles el juego a los sindicalistas millonarios,
que solo quieren conservar sus privilegios. La distancia con el trabajador de a
pie y la crisis de legitimidad es total.
Cada uno de los sectores de la dirigencia política, gremial y
empresarial debería replantearse su rol en una argentina que ya no tolera la
falta de empatía.
Reportaje al Dr. Nelson Castro por Ernesto Tenembaun (Septiembre 2024)
domingo, 30 de marzo de 2025
La Inestabilidad en los Mercados. Inquietud e impotencia... @dealgunamanera...
La Inestabilidad en los Mercados. Inquietud e impotencia...
Campea en el
Gobierno un aire de simplificación de la realidad que es propia de los
microclimas del poder. El FMI no resolverá todo.
© Escrito por el Doctor Nelson Castro el
sábado 29/03/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, República Argentina.
Hay inquietud en el Gobierno. La inestabilidad del dólar, que viene
forzando al Banco Central a vender billetes para frenar el alza del “blue”,
junto al aumento del riesgo- país representan un problema que, como se ha
visto, llevó al ministro a intensificar las negociaciones con el Fondo
Monetario Internacional, con el fin de apurar un acuerdo que es imprescindible
para apurar la salida del cepo. De ese acuerdo depende un
préstamo por el que el Presidente y su ministro de Economía vienen bregando
desde el comienzo mismo de la gestión.
La cronología de los hechos da una idea clara de las urgencias del
oficialismo.
El jueves por la mañana, de manera imprevista, Luis Caputo comunicó
intempestivamente un acuerdo –aún no firmado– sobre un entendimiento de cuya
letra grande y letra pequeña aún da mucha tela para cortar. Para que no
quedaran dudas que todavía existe un tramo por desandar, la vocera del FMI,
Julie Kozack emitió un comunicado sobre el mediodía de ese mismo jueves en el
que indicaba que todavía faltaba definir el monto del préstamo. “El volumen final del paquete financiero será determinado por
nuestro Board Ejecutivo”, terminaba diciendo el documento que causó
incertidumbre. Por lo tanto, hubo necesidad de conversaciones intensas para
que, finalmente el viernes se hiciera saber que el acuerdo estaba cerrado.
Hoy
más que nunca Suscribite
Todo este ir y venir dio pie a una ola de conjeturas que no hizo más
que mantener viva la incertidumbre de los mercados, lo que
se reflejó en la inestabilidad del precio del dólar y en los vaivenes del
riesgo-país. El enojo que Javier Milei exhibió en la entrevista que les
concedió a Luis Majul y a Horacio Cabak fue una consecuencia de la
impotencia para dominar la inestabilidad del mercado.
Campea en el Gobierno un aire de euforia y de excesiva simplificación de
la realidad que es propia de los microclimas que se generan en los ámbitos del
poder. Creer, por otra parte, que con el préstamo del FMI se solucionan los
graves problemas económicos del país es como creer en un cuento de hadas. Hay problemas estructurales de la economía que siguen sin
solucionarse. El costo de los alimentos es uno de ellos. Es algo que
castiga severamente el bolsillo de todos los argentinos, en especial, de los
que menos tienen. Hay una disociación entre lo que marca el Indec y lo que le
cuesta a la gente alimentarse, vestirse, viajar ida y vuelta a su trabajo –los
que lo tienen– asearse y mantener su vivienda.
Durante el gobierno de Mauricio Macri, se creía que, tras cumplir el
fallo del juez Thomas Griesa y saldar la
deuda con los fondos buitre, todas las dificultades de la economía se
solucionarían casi mágicamente. Lo cierto es que el pago se hizo en total
acuerdo con ellos, y sin embargo, la situación económica no mejoró. Así, pues,
dos años después, Macri debió acudir al FMI, el dólar se disparó, el
riesgo-país aumentó y ese gobierno tuvo que terminar reimplantando el cepo y
las retenciones a las exportaciones del campo. Las
cosas, desafortunadamente, no son tan sencillas.
Hablando del expresidente, con tono de visible enojo,
en su presentación ante empresarios en Córdoba le hizo a Milei una advertencia
muy pertinente: más allá del acierto de las medidas económicas, el clima de incertidumbre persistirá si, desde el punto de vista
de la observancia de los preceptos institucionales el Gobierno insiste con las
designaciones de los jueces de la Corte por decreto, y persiste en
su actitud de confrontación y desprecio hacia los que piensan diferente. En
este punto la similitud con lo peor del kirchnerismo no sólo es sorprendente
sino también preocupante. El vínculo entre ambos se encuentra estancado y
atravesado por los sinsabores de un año electoral. Los dos coinciden en ciertos
lineamientos ideológicos estructurales, pero los separan los métodos y la
concepción de poder actual.
Al líder del PRO lo desvela la necesidad de alcanzar acuerdos electorales con
La Libertad Avanza para asegurarse una victoria contundente y
definitiva frente a una parte del peronismo y a la amenaza de CFK. El ingeniero
vivió en carne propia el despertar del monstruo luego
de los errores cometidos por su gobierno. Le preocupa el futuro del país, pero
también le preocupa la situación terminal de su partido que, hasta en el
distrito que lo vio nacer, corre el riesgo de desaparecer. A Milei, por el
contrario, lo impulsa la obsesión de ser él quien acabe personalmente con el
kirchnerismo y, de paso, dejar a sus aliados amarillos de rodillas ante su
concentración de poder. Una jugada riesgosa que demuestra que sigue yendo por
todo. “El termómetro será lo que ocurra en la Ciudad de Buenos Aires, una mala elección del PRO los dejaría en inferioridad de condiciones
para negociar acuerdos en las nacionales”, apuntó un allegado al
Gobierno que recorre la Capital. De momento, la provincia que comanda Axel
Kicillof es la única excepción para explorar acuerdos en lo inmediato. Los
outsiders libertarios han demostrado tener un manejo del poder político
bastante más acertado de lo que todos esperaban. Para bien o para mal. El
tiempo dirá.
Mientras tanto, con el cierre de alianzas y listas ocurrido este fin de
semana, la bandera de largada ya se agitó en CABA. Mauricio Macri bajó al llano
y se reunió con Silvia Lospennato para
ofrecerle personalmente la posibilidad de encabezar la lista a legisladores
porteños ante la negativa de María Eugenia Vidal. Tuvo que
ocuparse de buscar desesperadamente figuras
de peso para contener el avance del mileísmo. Las malas lenguas dicen que no
confía del todo en la capacidad de construcción política de su primo y que,
además, está preocupado por las sorpresas que puedan aparecer en medio de una
campaña sucia y sin escrúpulos. Los libertarios ya avisaron.