En crisis. La actividad
comercial, con gran incidencia económica y laboral, sufrió una caída del 8%.
Fotografía: NA
Los datos más recientes sobre la
actividad económica muestran un panorama bien alejado de la supuesta
recuperación que pregona el Gobierno. Y aun en las contadas excepciones
sectoriales, es poco lo que cabe esperar como fuente de creación de puestos
laborales, luego del crecimiento de la desocupación, consecuencia de la
drástica recesión inducida por las mismas autoridades con la mega devaluación
de la moneda desde diciembre pasado.
© Escrito por Carlos Heller, dirigente
cooperativista, el viernes 15/11/2024 y publicado por la Revista Acción de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Lo que evidencia el programa económico desplegado,
con eje en el ajuste del gasto público, las desregulaciones dispuestas y el
plan de privatizaciones en marcha es un sesgo favorable a los grupos
concentrados y perjudicial para las pymes.
Un repaso a los indicadores muestra que la
Utilización de la Capacidad Instalada de la Industria fue de apenas un 62,2% en
septiembre, cuando un año atrás estaba en 67,9%. El único rubro con crecimiento
interanual en el aprovechamiento de sus equipos fue Productos Alimenticios y
Bebidas (que pasó del 62,4% en 2023 al 68,2% en 2024). Pero
eso se debió principalmente a una mayor molienda de oleaginosas: la elaboración
de aceites y subproductos experimentó un aumento extraordinario del 115,1% interanual
debido a la comparación con un período afectado por la sequía.
Diagnóstico preocupante.
El preocupante escenario fue descripto incluso por
un centro de estudios privado e insospechado de populismo, la Fundación
Mediterránea (FM). Según su diagnóstico, solo 5 de los 14 principales
sectores de actividad exhiben un nivel de actividad superior al del año pasado:
Pesca, 17%; Minería, 6%; Agro, 4%; Electricidad, Gas y Agua, 2%; y Enseñanza,
apenas 1%.
El mismo informe de la Fundación Mediterránea
advierte, sin embargo, que esos cinco sectores representan el 15% del empleo
privado. En cambio, las actividades de mayor incidencia económica y laboral
exhiben caídas importantes: Construcción, -18%; Comercio, -8%; y la
Industria manufacturera, -7%.
No puede sorprender que los propios autores del
informe señalen «las dificultades que también comienzan a aflorar en el mercado
laboral, y que podrían profundizarse».
Hay que recordar que el desempleo abierto creció en
un breve período de tiempo, durante la actual gestión, del 6,2 al 7,6%,
mientras la tasa de subocupación pasó del 10,6% al 11,8% en
igual lapso.
Esta tendencia, según la Fundación Mediterránea,
tendrá un impacto previsible: «La recuperación económica seguirá siendo lenta,
debido a que está centrada en sectores con menores impactos en la masa
salarial, y posterga el crecimiento de actividades económicas vinculadas al
consumo masivo».
Desde luego, las consecuencias del modelo en curso
no son las mismas para el empresariado oligopólico que para las pequeñas y
medianas compañías. Al respecto, si ya estaba claro que las distintas medidas
oficiales que se van tomando no son favorables a las pymes, ahora el presidente
Javier Milei fue más explícito.
Dijo que «hacer distinciones entre grandes empresas
y pequeños emprendedores» es «una aberración». Y continuó: «Se pasan
preocupados por las pymes, así nunca van a crecer. ¿Cuál es el incentivo? Es un
incentivo a ser chiquitos, no es un horizonte para un empresario. El
empresario, si pudiera, se quedaría con todo el planeta y eso es lo que tiene
que hacer».
Esa defensa de las empresas de mayor participación
en cada mercado choca con múltiples ejemplos en sentido contrario, a partir de
conductas no competitivas, remarcación de precios, fuga de capitales. Se
conjuga, además, con el desconocimiento de las dificultades de crecimiento de
los países con escasa actuación de pymes en la economía y su contribución a la
mejora en la distribución de los ingresos.
Más allá de los discursos, el resultado de las
políticas aplicadas es contundente: de acuerdo con informaciones de cámaras que
agrupan a las pequeñas y medianas empresas, en lo que va del año
cerraron 16.500 pymes. Solo entre julio y octubre dejaron de operar
6.500, en medio de un cuadro de aguda caída del consumo interno y aumentos
de los costos de los servicios públicos, entre otras dificultades de contexto.
Lo cierto es que este Gobierno frena a muchas
empresas cuando no hace obras públicas, dispone tarifazos energéticos, achica
el mercado interno y dificulta la exportación con la apreciación cambiaria.
El presidente declaró, días atrás,
al visitar la firma tecnológica Ualá: «Prefiero venir acá a felicitarlos y no a
inaugurar una obra pública costosa e ineficiente, que nadie quiere. Dicho sea
de paso, no puedo inaugurar obras públicas porque, además, las corté de cuajo».
Un mercado cada vez más chico, donde solo se
desarrollen grandes empresas y unicornios, dejando en el camino a las pymes
argentinas, a los trabajadores y a los jubilados, generando una gran
concentración del ingreso e inequidad distributiva no parece ser la solución
para las necesidades insatisfechas de amplios sectores de la población.