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domingo, 2 de febrero de 2025

Rosca política, al rojo vivo… @dealgunamanera...

Rosca política, al rojo vivo…

¡¡¡Cartón Lleno!!! Dibujo: Pablo Temes

Karina, “el Jefe”, expulsa a “traidores” y disciplina LLA, Macri lucha por la subsistencia del PRO, Kicillof sufre “la capacidad de daño” de CFK.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 02/02/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Por si a alguien le cabía alguna duda del poder real de Karina Milei, el episodio que tuvo como víctima de su enojo a Ramiro Marra fue contundente. La expulsión ipso facto del partido del legislador porteño de alto perfil mediático, causada por el hecho de haber votado favorablemente el aumento de impuestos requerido por Jorge Macri en el proyecto de Ley del Presupuesto en el ámbito de la Ciudad, fue la conclusión de un largo proceso de distanciamiento con la hermana del Presidente. Por lo tanto, cuando Javier Milei dice que ella es “el Jefe”, no está expresando un eufemismo. El legislador porteño ahora huérfano de partido había intentado mil formas de revertir esta animadversión que le prodigaba la secretaria general de la Presidencia. “Hablo con ella”, llegó a decir en un reportaje hace unos días cuando lo interrogaron sobre su relación. Eso, evidentemente, no era verdad. “Era un traidor”, lo fulminaron desde el círculo áulico del oficialismo. Hay dos datos curiosos: el primero es el retardo con que se adoptó la medida, ya que el presupuesto porteño fue aprobado el 13 de diciembre del año pasado; el segundo es que, además de Marra, también lo votaron a favor los legisladores libertarios Jorge Reta y Eugenio Casielles.

La onda expansiva de humillación a la que se lo sometió a Marra sigue haciendo sentir sus efectos dentro del Gobierno. En muchos funcionarios hay miedo. Para muchos, el mensaje es muy claro: no hay lugar para el disenso interno al que se lo toma como muestra de indisciplina que, por ende, merece un castigo. A eso se le agrega una cuota de maltrato y desconsideración. Por eso, el “indisciplinado” legislador se enteró de la medida por medio de un mensaje en la red X pasadas las once y veinte de la noche del miércoles.

A las peleas internas se les agregan las externas. El Presidente debió batallar a lo largo de la semana con los efectos nocivos que produjo su horrible discurso en Davos, en el que lanzó gruesos improperios contra las políticas de igualdad de género y contra los homosexuales. Intentó en vano hacer creer que había habido una maliciosa distorsión de sus dichos. Lo apoyaron en esa cruzada algunos de los intelectuales que le son afines, que hacen acordar por sus argumentos y formas de expresarlos a los kirchneristas de “Carta Abierta”. Algunos de estos estuvieron en la marcha de ayer a la que el peronismo se subió en su desesperada busca de obtener un rédito político. Salvo alguna muy rara excepción, a la mayoría de ellos nunca se les escuchó decir nada sobre José Alperovich, condenado por abuso sexual contra su sobrina; sobre Fernando Espinoza, denunciado por acoso sexual por una de sus secretarias; o sobre Alberto Fernández, imputado por lesiones leves y graves doblemente agravadas y por amenazas coactivas contra Fabiola Yañez.

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La rosca política está al rojo vivo. Esta semana se concretó la ruptura del PRO en la Legislatura porteña. Lo que se consignó en esta columna la semana pasada se viene cumpliendo inexorablemente: la demolición sostenida del espacio que es el último bastión de Mauricio Macri. El expresidente viene demostrando tener plena conciencia de esto y está actuando para tratar de evitar la extinción de su partido, algo que, a la luz de los hechos, le resulta cada vez más difícil de lograr. Por eso tuvo que interrumpir sus vacaciones en el Sur, para reunirse con sus leales e intentar parar la fuga de concejales, legisladores e intendentes.

Macri ya decidió que va a hacer campaña. El distrito que recorrerá como en sus épocas de jefe de Gobierno será el de la Capital Federal. Eso lo complementará con actos proselitistas en el resto del país. Hay que recordar que este año se renuevan 24 senadores correspondientes a ocho distritos y 127 diputados. El expresidente es plenamente consciente de que con el PRO solo no le alcanza para ganar. Por eso deberá buscar aliados. Y esos aliados no pueden salir de otro lado que no sea la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica. Notable la paradoja de la política vernácula: se pasan la mayor parte del tiempo peleándose en disputas vanas dominadas principalmente por los egos para después caer en la cuenta de que no tienen otra alternativa que la de juntarse.

Las aguas están también revueltas en el peronismo. Cristina Fernández de Kirchner batalla fuertemente para evitar que Axel Kicillof le arrebate la provincia de Buenos Aires. Sin ese distrito, el poder de la expresidenta sufriría una mengua casi letal. “El gobernador está sufriendo ahora en carne propia lo que es la capacidad y voluntad de daño de Cristina”, confesaba hace unos días una voz que conoce al dedillo lo que está pasando entre los dos. En su incesante búsqueda de limitar a su exdelfín, CFK autorizó que se aprobara el presupuesto 2025 para la provincia. No lo hizo como un acto de racionalidad ni muchos menos de bonhomía. Lo hizo para tenerlo controlado. La falta de aprobación del presupuesto 2025 hubiera obligado a la prolongación del de 2024, lo cual siempre le hubiese dado al gobernador un poder de discrecionalidad en el manejo de esos fondos públicos prácticamente ilimitado. Ella bien lo sabe.

La lucha ahora es por el desdoblamiento de las elecciones. Eso es lo que quiere Kicillof. Eso es lo que no quiere la expresidenta. La razón de esto es muy simple: los dos se quieren despegar de la elección nacional que, según las encuestas de hoy en día, serían ampliamente favorables al oficialismo.

Mientras ellos se distraen en estos menesteres, el asesinato de Lucas Aguiar, el joven de 20 años que previamente había contado en una entrevista a C5N que había sido víctima de cinco intentos de robo, generó manifestaciones con muestras de violencia e indignación. Como siempre hace el gobernador, lo único que atinó a hacer es a echarle la culpa al gobierno nacional por la falta de envíos de fondos. Una mentira de las tantas de Kicillof. Durante los cuatro años del gobierno de Alberto Fernández, CFK y Sergio Massa, la inseguridad en Moreno y el Conurbano profundo era la misma que ahora.

Como se dijo desde el comienzo del mandato de Javier Milei, la gobernabilidad de su gestión está atada a la evolución de la economía. Y, desde ese punto de vista, el Gobierno viene siendo exitoso en el nivel de la macroeconomía. En la micro las cosas son distintas: la realidad que vive el bolsillo del ciudadano de a pie sigue siendo dura.

Los técnicos del Fondo Monetario Internacional terminaron su gestión en Buenos Aires que dejó al Gobierno bien parado.

Los informes del Bank of America y del JP Morgan lo reflejaron en forma precisa, augurando un préstamo importante del organismo –con un primer desembolso de unos 5 mil millones de dólares y otro posterior que podría llegar hasta los 20 mil millones– para que se pueda implementar el levantamiento del cepo. Esta es una medida clave sin la cual el programa del Gobierno de atraer inversiones no podrá avanzar. Se vienen semanas decisivas.



miércoles, 25 de diciembre de 2024

Sondeo de Opinión - Encuesta: el 42% elige creer y ven en Milei algo distinto, ni mejor ni peor... @dealgunamanera...

Encuesta: el 42% elige creer y ven en Milei algo distinto, ni mejor ni peor...


Javier Milei. Fotografía: AFP.

El estudio también registró una mejora en la imagen positiva desde enero hasta diciembre de este año, con un aumento del 48,6% al 50,2%.


© Publicado el miércoles 25/12/2024 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Un estudio de la consultora 
Pulso Research analizó el primer año de Gobierno del presidente Javier Milei según la opinión pública y concluyó, entre otras cosas, que entre la sociedad prevalece la esperanza y el optimismo sobre la gestión del libertario y que gran parte ve a la oposición desdibujada. 

El 
sondeo de opinión expuso que el presidente libertario mantiene intacto su capital político a pesar de haber llevado adelante un fuerte ajuste durante todo el 2024, alcanzando una mejora en la imagen positiva desde enero hasta el momento, la cual aumentó del 48,6% al 50,2%.



Fuente: Pulso Research.
 

Parte del apoyo obtenido por Milei radica en que un 53,3% responsabiliza al gobierno anterior por la situación actual, contra un 36,3% que responsabiliza al oficialismo. Asimismo, la oposición se ve desdibujada, con un 43,10% que dice que no sabe quién es el líder o no considera a nadie como tal, contra un 34,70% que encuentra el liderazgo en la ex vicepresidenta Cristina Kirchner y otro 7,30% en el gobernador bonaerense Axel Kicillof.      

En paralelo, los 
sentimientos sobre el futuro son positivos y un 43,10% tiene esperanza sobre el futuro del gobierno libertario, del otro lado del 19,40% que siente incertidumbre, 17,90% que siente angustia, 9,70% bronca o enojo, 5,80% desilusión y 2,90% miedo. La consultora explicó que el porcentaje positivo "habla de una sociedad que ante el hartazgo y la acumulación de desilusiones ve en Milei algo distinto, ni mejor ni peor".

Fuente: Pulso Research.

Tras un año de gobierno, según indicó el estudio, las expectativas son positivas en un 43%, considerando que un 17,6% afirma que las superó, junto a un 25,4% que afirma que estuvo a la altura de las mismas, mientras un 13,9% afirma que estuvo por debajo y otro 36,7% sentenció que nunca tuvo expectativas sobre el gobierno. 

En este contexto, un 52,4% afirmó que el año que viene crecerán las inversiones, contra un 32,7% que lo niega; un 49,1% sostuvo que el próximo año habrá más trabajo, a diferencia de un 37,6% que lo negó; y 54,2% manifestó que la economía del país va a crecer en 2025, mientras un 34% considera que no lo hará. 


"El optimismo que predomina en el humor social le da crédito y margen de maniobra al gobierno. 
La confianza y expectativa depositada en su gestión le permite asumir riesgos y tomar decisiones de magnitud, y de cambio profundo", analizaron desde la consultora que realizó el estudio.



Fuente: Pulso Research.
 

Con respecto a los cambios profundos impulsados por el gobierno, y su aceptación en la sociedad, el estudio evaluó la opinión de las personas sobre cuatro temas de agenda impulsados por el oficialismo con el que los encuestados se manifestaron "de acuerdo" o "muy de acuerdo".  

En primer lugar, sobre los aranceles para extranjeros, un 70,9% se mostró de acuerdo o muy de acuerdo en el caso del sistema de salud y un 69,3% manifestó lo mismo en lo que respecta a la educación, contra un 23,3% y un 24% que estuvieron en desacuerdo o muy en desacuerdo respectivamente.  

En cuanto a la eliminación de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias), un 62,3% se expresó de acuerdo o muy de acuerdo, al contrario de un 20,9% que se posicionó en contra. De la misma manera, un 57,4% opinó que organismos externos deben auditar las universidades públicas, versus un 28,5% que pidió que sean auditadas por organismos propios para respetar su autonomía.

 

 Javier Milei. Fotografía: AFP.

"El optimismo de la gente es en sí mismo un activo del gobierno", consideró la consultora, haciendo foto en "la desconfianza a la política en general" y en "las expectativas hacia el futuro que se depositan en este gobierno". "Estas dos condiciones le permiten al oficialismo arrancar el 2025 con una ventaja significativa", se agregó.   

En este contexto, de cara a las elecciones de 2025, un 33,4% manifestó que piensa votar por un aliado del gobierno, contra un 27,9% que planea elegir a un opositor y un 31,5% que aún no lo ha definido. De la misma manera, en el hipotético escenario de que las elecciones legislativas fueran hoy, un 32,6% votaría a La Libertad Avanza, un 20,8% al Peronismo Kirchnerista, un 6% al Peronismo o Partido Federal, 3,9% a la izquierda, 3,8% al PRO y 2,8% a la UCR.  

"Luego de un año de gobierno de Javier Milei y pensando en el entrante año electoral, el sistema de partidos argentino es la expresión clara de un proceso de reconfiguración tanto de la oferta como las preferencias electorales. Existe un importante sector de la sociedad que no termina de definir su posicionamiento respecto al gobierno de Milei", concluyó la consultora.  


AS. /fl




 

viernes, 18 de octubre de 2024

Reescribir la historia… @dealgunamanera...

Reescribir la historia…

Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes.

Los libertarios vivieron una semana de euforia, pero no deben minimizar el riesgo de fomentar tanto la división.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 12/10/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Fue una victoria pírrica. El Gobierno tuvo que transpirar la camiseta para evitar que la Cámara de Diputados rechazara y revirtiera el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario. Lo mismo pasó con la Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, y con el veto a la Ley de

Reforma de la Fórmula de Cálculo de los Haberes Jubilatorios. En todos los casos, el Gobierno debió echar mano a algo que en la retórica y en el pensamiento del Presidente y su círculo áulico, se desprecia y se aborrece: la negociación política. De no haber pasado, ninguno de esos tres éxitos legislativos hubiesen ocurrido.

Surge de esos tres episodios la confirmación de un rol clave por parte de Mauricio Macri, cosa que los libertarios también hubieran preferido evitar. Sin la participación decisiva del ingeniero, los dos vetos hubieran caído y tampoco habría habido Ley “Bases”. Consciente de esto, el expresidente ya avisó a su propia tropa y a los ajenos, que es la última vez que le da un cheque en blanco al oficialismo. En adelante, todo se deberá negociar, es decir que, cada uno de los proyectos que se discutan con el Gobierno deberán tener en cuenta los puntos de vista –y exigencias–  que el PRO proponga. Se acabó la pasividad. Es un decir: “hasta acá llegamos” que expresa el nivel de fastidio de Macri quien, hasta aquí, se ha sentido usado. Ya se sabe que, por ahora, no hay ninguna posibilidad de fusión entre el PRO y LLA. Hay una diferencia muy fuerte entre el expresidente y Milei. Macri aboga por el diálogo con los sectores afines de la política. Milei y su entorno, en cambio, no. Desprecian esa herramienta. Ese es un problema grande. Si bien, tras lo ocurrido en la Cámara de Diputados con los dos vetos, las acciones de Cristian Ritondo y Diego Santilli van en ascenso, a fin de posicionarse como interlocutores directos del PRO con el Gobierno, nadie sabe hasta dónde llegan.

Argentina necesita verdaderos estadistas capaces de gobernar para todo un país sin sembrar la discordia.

En lo concreto, el próximo hecho que requerirá de negociación será el proyecto de ley del presupuesto. Ahí se va a necesitar también muñeca política. Sin el apoyo de los sectores dialoguistas de la oposición –con el PRO a la cabeza–, la aprobación del presupuesto será una quimera. “No es momento de festejar nada, pero sí es hora de hacer valer nuestro apoyo. El Presidente debe entender que gobernar en soledad, no es posible e implica un desgaste de su figura que se sentirá más pronto que tarde” –aseguró uno de los protagonistas del equipo amarillo. Otro detalle no menor al respecto: el kirchnerismo viene fogoneando un rechazo al proyecto. Tal vez haya olvidado que en el 2010, año en que la oposición lo dejó sin presupuesto, gobernó con amplia comodidad disponiendo de la caja a su antojo y sin control. Por lo tanto, la oposición debería repensar cuán funcional o conveniente resulta su idea de dejar al Gobierno sin esa herramienta. En parte del peronismo, la UCR, todo el kirchnerismo y la izquierda, todavía se frotan las manos por los resultados de la marcha universitaria. Deberían dejar de lado la idea siempre presente de ganar la calle frente a un gobierno que, aún con sus dificultades, sigue marcando la agenda. Milei ha demostrado ser un hombre de acción, y sin una oposición seria seguirá avanzando a paso firme.

En el Gobierno se vive un momento de manifiesta euforia. El 3,5% que arrojó el de Precios al Consumidor (IPC) se recibió con una alegría que, en algunos casos, fue desbordante. Perforar el 4% se había transformado en una especie de obsesión dentro del equipo económico. Dólar y riesgo-país a la baja, y un blanqueo que supera con creces el guarismo alcanzado por el que se vivió durante la presidencia de Macri. El oficialismo no debería confundirse ni engolosinarse con esto. Cuando la gente va al supermercado o al almacén de barrio, lo que vive nada tiene que ver con la euforia. Lo que abunda allí es la penuria. Eso es lo que padecen quienes hacen malabares para comprar leche, pan, fideos, arroz, huevos, algo de carne, verduras y frutas. Todo parece un lujo. Los bolsillos siguen flacos, porque los salarios no llegan a cubrir las necesidades básicas de la mayoría de la gente. Sin reactivación de la actividad económica esto seguirá siendo así.

Ante un nuevo escenario

Mientras tanto, la confrontación no para. El acto en el CCK demuestra que el Gobierno está lanzado a la campaña electoral, dentro de una estrategia que tiene como objetivo marcar la agenda para así mantener la centralidad política.

A eso ha comenzado a dedicarse con todo ímpetu Karina Milei, quien está dando pasos concretos en el armado de su plan que tiene, como uno de sus objetivos, dar la batalla cultural. Por eso lo de ayer en el CCK sumado a la sorpresiva y súbita revalorización de Tecnópolis que, hasta hace un tiempo tenía destinos de motosierra. Los libertarios han demostrado ser pragmáticos en la reconstrucción de su propio relato. Al igual que en tiempos del kirchnerismo, pero con ideología opuesta, la obsesión por reescribir la historia está siempre presente. Los riesgos de esta conducta –al igual que aquella del pasado reciente–, tienen que ver con los vaivenes abruptos que terminarán por agrandar la grieta. Para dar esa batalla cultural enfocada en el cambio, en el Gobierno –hasta el momento– apuestan a seguir profundizando la división. En esto demuestran no haber aprendido una de las pocas virtudes que dejó el menemismo: la unidad por sobre todas las cosas.

Argentina necesita de una vez por todas verdaderos estadistas capaces de gobernar para todo un país sin sembrar la discordia entre los argentinos. El tiempo dirá si Javier Milei tiene la capacidad de serenarse para pacificar un país, que ya camina cansado entre tantas disputas ideológicas.





 



domingo, 1 de septiembre de 2024

Sin rivales de peso… @dealgunamanera...

Sin rivales de peso…

Javier Milei vs. Victoria Villarruel. Dibujo: Pablo Temes

El oficialismo casi no tiene oposición y debería dejar ya las internas y ponerse manos a la obra.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 31/08/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Hay algo que el presidente Javier Milei debería aprender de manera urgente: pelearse con todo el mundo no conduce a nada. La realidad se lo viene demostrando permanentemente. Las derrotas legislativas que sufrió el Gobierno en las últimas semanas fueron la consecuencia de una actitud en la que Milei persiste con una obstinación carente de sentido. Si cree que con su comportamiento ostenta una demostración de fuerza, se equivoca. Tampoco parece muy conducente como estrategia para mantener la cohesión entre los propios. Puede funcionar en un puñado de oportunidades, pero pronto se agota como recurso.

La reunión que mantuvo el viernes con los legisladores de La Libertad Avanza y el PRO parece haber sido una muestra de aprendizaje. La iniciativa la sugirió Mauricio Macri en la larga cena que mantuvo con Milei en la quinta de Olivos. El expresidente aprovechó para quejarse de varias cosas que le vienen molestando: Santiago Caputo, la mala conducción de la Cámara de Diputados, los muchos kirchneristas que aún ocupan cargos en el Gobierno, la operación montada contra él por algunos funcionarios de la SIDE y la nominación de Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia. El menú fue completo.

En el encuentro entre el Presidente y los legisladores en el Salón Balcarce de la Casa Rosada, el tema prioritario fue la necesidad que tiene el oficialismo de evitar que la oposición pueda alcanzar los dos tercios de los votos que se necesitan para revertir el veto presidencial. Si el kirchnerismo lograra neutralizarlo, le infligiría al Gobierno una nueva y dura derrota de consecuencias políticas muy adversas.

Una política patológica

Sin embargo, falta aún un largo devenir para pavimentar un camino en el que la voluntad de acuerdo entre oficialismo y la oposición que le es afín reine por sobre la discordia. Recuérdese que el 9 de julio pasado se firmó en San Miguel de Tucumán el así llamado Acuerdo de Mayo sin que hasta aquí haya habido algún signo claro de traducir ese acuerdo en hechos.

Sobre este asunto se habló en la semana que pasó durante una reunión empresarial, en cuyo transcurso los asistentes –que apoyan los objetivos y el rumbo del Gobierno– expresaron su preocupación por la falta de voluntad por parte del oficialismo para dejar de lado la metodología de la confrontación permanente. En tanto y en cuanto no haya acuerdos políticos de peso entre La Libertad Avanza y los sectores de la oposición que le son afines, las inversiones gigantes que necesita la Argentina para salir de su estancamiento e involución no vendrán. “Si no hay acuerdos, no habrá previsibilidad y, entonces, por más que se levante el cepo, nadie por fuera del sector energético pondrá un dólar acá”, dijo con todas las letras uno de los empresarios importantes que participaron del encuentro. El conflicto como política sostenida recuerda los tiempos del kirchnerismo.

 Los problemas del Gobierno no son solo con los opositores: los hay también internamente. Ello es producto de una falta de conducción de parte del Presidente a la que se le agregan los egos personales y que se exhiben de manera casi obscena. La inentendible y criticable visita a los exmilitares condenados por delitos de lesa humanidad dejó expuesto la existencia de una alarmante incomunicación y ánimo de enfrentamiento entre los legisladores de LLA que es tan asombrosa como inquietante. En realidad lo que se observa hoy día es el resultado de algo cuya génesis estuvo en los inicios de la campaña electoral: el oficialismo no tenía la gente suficiente para ocupar cargos en el poder. Vale la pena hacer un poco de memoria. Una vez ganadas las elecciones, los diputados electos por La Libertad Avanza se quejaban de dos cosas que resultaban sintomáticas. La primera es que no se conocían entre ellos. La segunda es que la mayoría jamás había tenido un contacto más o menos cercano con el líder del espacio ni tampoco con las figuras fuertes del Gobierno. Un rejunte que sirvió para presentar número, pero que hoy está mostrando sus consecuencias. Victoria Villarruel lo había señalado off the record por aquellos tiempos no menos turbulentos: “Somos cuatro gatos locos”, le decía con honestidad brutal a quien se animaba a consultarla.

Karina Milei y Santiago Caputo no digieren que Victoria Villarruel tenga peso político propio.

Hablando de la vicepresidenta –para sumarle más temperatura a esto–, está la ruidosa disputa de poder que protagoniza con el líder libertario. La relación entre ellos es evidentemente tóxica. La ausencia de diálogo y la improvisación son asombrosos. En el entorno de Milei –léase su hermana Karina y Santiago Caputo– no digieren que Villarruel tenga peso político propio. Les guste o no, la vice tiene un número de simpatizantes que no es menor. Con más razón, deberían afinar la estrategia y no dejar cabos sueltos. El castigo no les está dando buenos resultados. “Deberíamos estar con un balde de pochoclo mirando las barbaridades de la causa contra Alberto Fernández, pero, en lugar de eso, nos estamos peleando entre nosotros”, dijo con preocupación un diputado libertario.

Mientras tanto, en el oficialismo siguen disfrutando de una realidad que no les presenta competencia. Juntos por el Cambio ya no existe, el radicalismo no encuentra su propio rumbo, en el PRO intentan ponerse de acuerdo para brindar un apoyo constructivo y el peronismo ha dejado –por el momento– de ser una variable desequilibrante. Tanto es así que en el entorno de uno de los barones del Conurbano señalaron con preocupación la dificultad que la realidad les presenta a la hora de movilizar gente. “Entre los planes, las asignaciones y toda la ayuda social que ahora llega a la gente casi sin intermediarios no tenemos herramientas para la movilización. La gente –por ahora– no se mueve de su casa. Veremos qué ocurre si la economía no se reactiva y siguen desapareciendo las changas”.

En lugar de descansar en esta falta de rivales políticos de peso, el Gobierno debería poner manos a la obra en alcanzar la concordia interna, levantar el cepo y reactivar la economía para evitar males mayores de cara a 2025.



domingo, 17 de noviembre de 2019

"Seguimos ganando"… @dealgunamanera...

"Seguimos ganando"…

Macri expone el 40% de los votos como un triunfo. Fotografía: Cedoc

Las derrotas sirven para mejorar aprendiendo de los errores. Ojalá Juntos por el Cambio cambie. Y comprenda que perdió porque parte del discurso de Macri, como el informe de Marcos Peña titulado “Ocho puntos sobre la economía”, en el que detalla la herencia que le dejarán a Alberto Fernández, hacen recordar a aquellos viejos títulos durante la Guerra de Malvinas: “Seguimos ganando”.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 16/11/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


El problema no es nuevo, se podría decir que fue el defecto estructural del gobierno de Macri: su relación con la realidad, la negación o directamente para algunos, la mentira. Las repetidas frases, “la inflación es muy fácil de resolver”, “segundo semestre”, “brotes verdes”, lo peor ya pasó” o “sí se puede” están en perfecta sincronía con “dejamos el país listo para crecer” (sic) del informe “Ocho puntos sobre la economía”, confirmando que su sesgo autista sigue vigente como si nada hubiera pasado.

No hay que confundir tolerancia a la frustración con tolerancia al fracaso. Falta lo primero y sobra lo segundo en el PRO.

Probablemente la simbiótica relación de Macri con Marcos Peña encuentre explicación en la especial necesidad del Presidente de tener un escudo protector de la realidad en forma de narraciones siempre optimistas que el jefe de Gabinete realiza como un posible calmante frente a la falta de tolerancia a la adversidad que Macri pudiera arrastrar desde su infancia y a lo largo de su privilegiada vida.

Pero que Macri lo haya podido sostener hasta aquí tiene explicaciones multicausales; por ejemplo, muchos argentinos tendrán que reconocer que creyeron que el éxito era garantía de saber sin ponderar cuánto la fortuna de contar con recursos facilita la consecución de esos logros.

Por ejemplo, con recursos también se puede disponer de intelectuales que construyan interpretaciones de la realidad siempre favorables, siendo ese uno de los  imprescindibles aportes de Marcos Peña al psiquismo de Macri. Pero resulta muy injusto tomársela con el jefe de Gabinete y exculpar a Macri como hacen muchos integrantes del PRO y sus aliados. Continúa siendo una perspectiva de súbditos frente a un monarca de una dinastía, quien al ser inamovible por su condición de elegido por los dioses o la fortuna, pero en cualquier caso por un más allá de los humanos, haya que disimularle los defectos y agregarle virtudes  de las cuales carece. No le alcanzará a Juntos por el Cambio haber hecho la reunión de mesa chica de esta semana incluyendo a los gobernadores radicales, a Pichetto ahora como integrante permanente, a Rodríguez Larreta más Vidal, y por primera vez sin Marcos Peña. Su problema no era Marcos Peña, era Macri.

No hay que confundir la tolerancia a la frustración con la tolerancia a la derrota. La tolerancia a la frustración es un componente indispensable para el triunfo porque enseña la existencia de límites casualmente para poder superarlos. Festejar que el 40% de la sociedad votó por Macri en lugar de preocuparse porque el 48% votó a la fórmula que incluye a Cristina Kirchner, presentada durante estos cuatro años por el Gobierno como lo que venía a dejar atrás, es parte de esa negación recurrente que los disocia de la realidad. Aprendió más de la derrota Cristina Kirchner que, esperemos que solo por ahora, Macri.

En lugar de reconocer que fue un error no haber desdoblado las elecciones en la provincia de Buenos Aires argumentan que quedó demostrado que María Eugenia Vidal no era tan buena candidata y hubiera perdido aun en elecciones desdobladas anticipando prematuramente el fin de Macri, sin siquiera registrar que fue Macri al impedirle el desdoblamiento quien le anuló sus condiciones de buena candidata al reducirla al lugar de asistente del Presidente: la campaña del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires fue “Vidal cuida a Macri más que a los bonaerenses”.

Nuevamente siempre con buenos asesores, como con buenos abogados, se puede argumentar casi cualquier cosa y si hay disposición, luego creérsela. Vidal logró la misma cantidad de votos que obtuvo en 2015 a pesar de haber gobernado con tres años y medio de recesión la provincia que cuenta con el conurbano más gigante y empobrecido del país. La economía y que desde la política no haya contribuido a crear condiciones para que el peronismo continuara dividido fueron responsabilidades del Presidente, no de la gobernadora.

Para que Juntos por el Cambio se convierta en una verdadera coalición precisa que el PRO se convierta en un verdadero partido y los partidos no tienen dueño, tienen alas internas que le suman riqueza en su diversidad, disenso y posterior consenso.

Invalidar una parte de la información desagradable saca a la luz el área del inconsciente que revela la inseguridad del negador.

Macri en su discurso en el CCK pidió “cuidar el legado” porque “tiene que haber lugar para el orgullo” y la “convicción de que finalmente lo que estamos haciendo es a favor de los argentinos”, porque “cuando uno entra en la senda del cambio y del círculo virtuoso lo único que tiene que hacer es, cuando las cosas funcionan, continuar haciéndolas de la misma manera”. Lo mismo que cuando antes de las PASO, en un indiscutible sincericidio, dijo que de ser reelecto “haría lo mismo, pero más rápido”.

El 40% no es de Macri, ni siquiera Juntos por el Cambio, que está más cerca del 30%, y el otro 10% es anti K.

El informe “Ocho puntos sobre la economía” comienza diciendo: “El país está listo para crecer. Sin magia, sin mentira, sin ficción.” La relación de Macri con la mentira es la fuente del opuesto: su tan declamada relación con la verdad. Quizás él genuinamente valore la verdad y critique la mentira en sus predecesores. Y al no poder conseguir que la realidad le devuelva la imagen que su espejo precisa de sí mismo, construye ficciones para tomarlas como verdades. Problema suyo y de su psicólogo, ahora Juntos por el Cambio precisa institucionalizar su acción política para en 2021 tener más y no menos diputados.