Rosca política, al rojo vivo…
Karina, “el Jefe”, expulsa a “traidores” y
disciplina LLA, Macri lucha por la subsistencia del PRO, Kicillof sufre “la
capacidad de daño” de CFK.
© Escrito por el Doctor
Nelson Castro el sábado 02/02/2025 y publicado por el Diario Perfil de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
La onda expansiva de humillación a la que se lo sometió a Marra sigue
haciendo sentir sus efectos dentro del Gobierno. En muchos funcionarios hay
miedo. Para muchos, el mensaje es muy claro: no hay lugar para el disenso
interno al que se lo toma como muestra de indisciplina que, por ende, merece un
castigo. A eso se le agrega una cuota de maltrato y desconsideración. Por eso,
el “indisciplinado” legislador se enteró de la medida por medio de un mensaje
en la red X pasadas las once y veinte de la noche del miércoles.
A las peleas internas se les agregan las externas. El Presidente debió
batallar a lo largo de la semana con los efectos nocivos que produjo su
horrible discurso en Davos, en el que lanzó gruesos improperios contra las
políticas de igualdad de género y contra los homosexuales. Intentó en vano
hacer creer que había habido una maliciosa distorsión de sus dichos. Lo
apoyaron en esa cruzada algunos de los intelectuales que le son afines, que
hacen acordar por sus argumentos y formas de expresarlos a los kirchneristas de
“Carta Abierta”. Algunos de estos estuvieron en la marcha de ayer a la que el
peronismo se subió en su desesperada busca de obtener un rédito político. Salvo
alguna muy rara excepción, a la mayoría de ellos nunca se les escuchó decir
nada sobre José Alperovich, condenado por abuso sexual contra su sobrina; sobre
Fernando Espinoza, denunciado por acoso sexual por una de sus secretarias; o
sobre Alberto Fernández, imputado por lesiones leves y graves doblemente
agravadas y por amenazas coactivas contra Fabiola Yañez.
Hoy más que nunca Suscribite
La rosca política está al rojo vivo. Esta semana se concretó la ruptura
del PRO en la Legislatura porteña. Lo que se consignó en esta columna la semana
pasada se viene cumpliendo inexorablemente: la demolición sostenida del espacio
que es el último bastión de Mauricio Macri. El expresidente viene demostrando
tener plena conciencia de esto y está actuando para tratar de evitar la
extinción de su partido, algo que, a la luz de los hechos, le resulta cada vez
más difícil de lograr. Por eso tuvo que interrumpir sus vacaciones en el Sur,
para reunirse con sus leales e intentar parar la fuga de concejales,
legisladores e intendentes.
Macri ya decidió que va a hacer campaña. El distrito que recorrerá como
en sus épocas de jefe de Gobierno será el de la Capital Federal. Eso lo complementará
con actos proselitistas en el resto del país. Hay que recordar que este año se
renuevan 24 senadores correspondientes a ocho distritos y 127 diputados. El
expresidente es plenamente consciente de que con el PRO solo no le alcanza para
ganar. Por eso deberá buscar aliados. Y esos aliados no pueden salir de otro
lado que no sea la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica. Notable la
paradoja de la política vernácula: se pasan la mayor parte del tiempo
peleándose en disputas vanas dominadas principalmente por los egos para después
caer en la cuenta de que no tienen otra alternativa que la de juntarse.
Las aguas están también revueltas en el peronismo. Cristina Fernández de
Kirchner batalla fuertemente para evitar que Axel Kicillof le arrebate la
provincia de Buenos Aires. Sin ese distrito, el poder de la expresidenta
sufriría una mengua casi letal. “El gobernador está sufriendo ahora en carne
propia lo que es la capacidad y voluntad de daño de Cristina”, confesaba hace
unos días una voz que conoce al dedillo lo que está pasando entre los dos. En
su incesante búsqueda de limitar a su exdelfín, CFK autorizó que se aprobara el
presupuesto 2025 para la provincia. No lo hizo como un acto de racionalidad ni
muchos menos de bonhomía. Lo hizo para tenerlo controlado. La falta de
aprobación del presupuesto 2025 hubiera obligado a la prolongación del de 2024,
lo cual siempre le hubiese dado al gobernador un poder de discrecionalidad en
el manejo de esos fondos públicos prácticamente ilimitado. Ella bien lo sabe.
La lucha ahora es por el desdoblamiento de las elecciones. Eso es lo que
quiere Kicillof. Eso es lo que no quiere la expresidenta. La razón de esto es
muy simple: los dos se quieren despegar de la elección nacional que, según las
encuestas de hoy en día, serían ampliamente favorables al oficialismo.
Mientras ellos se distraen en estos menesteres, el asesinato de Lucas
Aguiar, el joven de 20 años que previamente había contado en una entrevista a
C5N que había sido víctima de cinco intentos de robo, generó manifestaciones
con muestras de violencia e indignación. Como siempre hace el gobernador, lo
único que atinó a hacer es a echarle la culpa al gobierno nacional por la falta
de envíos de fondos. Una mentira de las tantas de Kicillof. Durante los cuatro
años del gobierno de Alberto Fernández, CFK y Sergio Massa, la inseguridad en
Moreno y el Conurbano profundo era la misma que ahora.
Como se dijo desde el comienzo del mandato de Javier Milei, la
gobernabilidad de su gestión está atada a la evolución de la economía. Y, desde
ese punto de vista, el Gobierno viene siendo exitoso en el nivel de la
macroeconomía. En la micro las cosas son distintas: la realidad que vive el
bolsillo del ciudadano de a pie sigue siendo dura.
Los técnicos del Fondo Monetario Internacional terminaron su gestión en
Buenos Aires que dejó al Gobierno bien parado.
Los informes del Bank of America y del JP Morgan lo reflejaron en forma
precisa, augurando un préstamo importante del organismo –con un primer
desembolso de unos 5 mil millones de dólares y otro posterior que podría llegar
hasta los 20 mil millones– para que se pueda implementar el levantamiento del
cepo. Esta es una medida clave sin la cual el programa del Gobierno de atraer
inversiones no podrá avanzar. Se vienen semanas decisivas.