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martes, 11 de febrero de 2025

Oposición a la deriva... @dealgunamanera...

Oposición a la deriva…


El kirchnerismo, el radicalismo y el PRO, fragmentados, enfrentan crisis internas que solo fortalecen al mileísmo.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 08/02/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) fueron creadas por el matrimonio Kirchner luego de la resonante derrota que le infligió en las elecciones legislativas de 2009 a la lista integrada por Néstor Kirchner y las candidaturas testimoniales de Daniel Scioli y Sergio Massa el trío integrado por Francisco de Narváez, Mauricio Macri y Felipe Solá en la provincia de Buenos Aires. En aquel apogeo del kirchnerismo, el trámite legislativo fue vertiginoso: el 18 de noviembre se aprobó en la Cámara de Diputados y el 2 de diciembre se aprobó en la Cámara de Senadores.

El argumento con el que se intentó darle a este proyecto aires de vocación democrática fue que se buscaba el fortalecimiento de los partidos políticos. La verdad, como siempre ocurre con el kirchnerismo, en donde todo es una mentira, era otra: el objetivo de la barrocamente llamada Ley de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral era impedir que se repitiera un fenómeno como el que protagonizó en aquellas elecciones Francisco de Narváez que, a través de una costosísima campaña publicitaria, había podido instalar su figura, hecho que fue clave para arribar a su impactante victoria. El futuro de ese trío no tuvo final feliz por los aires de grandeza y los egos de cada uno de sus miembros, pero eso es ya otra historia.

El devenir demostró que fueron muy pocas las veces en que las PASO representaron una verdadera interna. La más recordada e importante fue sin duda la de 2015, que dio origen a Cambiemos: allí compitieron Mauricio Macri por el PRO, Elisa Carrió por la Coalición Cívica y Ernesto Sanz por la Unión Cívica Radical.

En ese año también hubo competencia interna en Una Nueva Alternativa, donde el binomio Sergio Massa-Gustavo Sáez se impuso al de José Manuel de la Sota-Claudia Rucci, y en la izquierda, donde compitieron Nicolás del Caño-Miriam Bregman contra Jorge Altamira-Juan Carlos Giordano.

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En la mayoría de los casos –y sobre todo en el peronismo, dominado por el kirchnerismo– lo que sucedió fue que las listas se cerraban a dedo, con lo cual las PASO se convirtieron en una especie de primera vuelta electoral ya que no había necesidad de competir para definir quiénes llegarían a la contienda electoral.

Eso lo padeció en carne propia Mauricio Macri durante su presidencia ya que, el 11 de agosto de 2019, día en que fue vencido en las PASO por la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner, en los hechos su poder se esfumó y su gobierno quedó reducido a una formalidad, absolutamente desahuciado. Fue la crónica de una muerte anunciada. Con esta experiencia en mente, el kirchnerismo intentó anular las PASO de 2021, en plena pandemia, porque presagiaba una derrota que, en los hechos, se concretó.

Las PASO han tenido a lo largo de estos años detractores y defensores cambiantes según sus necesidades y conveniencias políticas. Una verdadera vergüenza marcada por el desprecio a las reglas y la institucionalidad.

Fueron muy pocas las veces en que las PASO representaron una verdadera elección interna.

Es lo que ocurrió el jueves en la Cámara de Diputados, en la que se le dio media sanción al proyecto de suspensión. De hecho, ni siquiera se eliminaron. El final definitivo hubiera sido más coherente ya que la suspensión habla de algo temporal, enfocado en estas elecciones, y luego la vuelta a la misma discusión estéril para las próximas presidenciales.

El hecho más resonante políticamente hablando estuvo marcado por el declive irrefrenable del poder de CFK. Se vive en el peronismo un verdadero “cuesta abajo en la rodada” del poder de la expresidenta. El bloque de Unión por la Patria (UP) quedó fragmentado en tantas opciones como fue posible.

Dentro de esa bancada se exhibieron votos a favor de la suspensión –como pretendía el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof– otros en contra de la misma –como mandó CFK– y hasta algunas abstenciones, como la del presidente de la bancada, Germán Martínez, que tuvo que hacer equilibrio para evitar un quiebre definitivo de su bloque. Cristina necesita del sostenimiento de las elecciones primarias para poder utilizarlas para contener el desafío de Axel Kicillof. CFK está convencida de que, compitiendo como cabeza de lista, las posibilidades de vencer en una posible contienda a Kicillof son mayores.

La señora sabe que aún conserva el voto duro del kirchnerismo más rancio pero el desafío de su otrora predilecto hijo político no deja de crecer de la mano de varios intendentes que no quieren volver a la hegemonía camporista. Además, para el gobernador sería más fácil desdoblar las elecciones sin la interferencia de las primarias.

Lo que parece una pelea que atrasa al menos unos quince años, cuando la hegemonía kirchnerista era sostenida, es en realidad una crisis que arrastra a todo el peronismo. Sin una figura capaz de alinear el partido, todos seguirán a la deriva respondiendo de forma reactiva a la agenda que impone el Gobierno.

Se trata de una crisis que se repite en el PRO y en un radicalismo fragmentado. Quizá las horas más dramáticas se viven en el partido amarillo. En primer lugar, porque nadie sabe a ciencia cierta si el libro de pases hacia el mileísmo está cerrado. El Gobierno insiste, y lo seguirá haciendo, con su plan de desgaste y seducción sobre la fuerza de Mauricio Macri. El desaire de Diego Santilli al primo Jorge, que decidió no trabajar en la mesa chica de su campaña, es una muestra de ello.

En segundo lugar, porque dentro de PRO no convence la figura del ex intendente de Vicente López. “La gestión en la Ciudad no está siendo buena, como tampoco lo es el manejo político de lo que ocurre en la Legislatura. Si hay cierto encolumnamiento detrás de Jorge es para no generar más internas en la Ciudad que facilitarían el avance de los libertarios”, aseguró un antiguo miembro del PRO que prefirió mantener en reserva su nombre.

El presidente Javier Milei respira tranquilo. Sabe perfectamente que nadie le hace sombra. Pero no debería olvidar que el tremendo ajuste llevado a cabo para ordenar las cuentas del Estado debería comenzar a dar sus frutos más temprano que tarde de la mano de la reactivación económica. Hay señales de incipiente recuperación, pero los ciudadanos necesitan mayor celeridad con un ritmo de crecimiento sostenido que les permita dejar atrás sus sacrificios y sus penurias.



lunes, 27 de enero de 2025

Mundo de Extremos. Favorito y privilegiado... @dealgunamanera...

 Mundo de Extremos. Favorito y privilegiado...

Desajustado, Donald Trump. Dibujo: Pablo Temes

Milei goza como pocos en el mundo de la simpatía de Donald Trump. Comparten, ideología y formas. Y como se vio en el Foro de Davos, objetivos.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 24/01/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Es necesario detenerse a reflexionar sobre lo que ha pasado esta semana en el mundo para darle contexto a lo que representa no sólo el discurso de Javier Milei en el Foro Económico Mundial de Davos sino también la forma de exponer sus ideas, su visión de la realidad, sus proyectos y sus conductas respecto de los que piensan diferente a él. No es que sea algo novedoso. El discurso del año pasado allí tuvo características similares. Lo que ocurre ahora es que los dichos de Milei cobran otra dimensión con todo lo sucedido tras la asunción de Donald Trump como cuadragésimo séptimo presidente de los Estados Unidos. Lo que representa Trump no es sólo un simple cambio de administración con una concepción más ortodoxa de la economía.

Va mucho más allá de ello: hay un proyecto que pretende implementar cambios profundos en la cultura política y cívica de la sociedad estadounidense y de Occidente. El flamante nuevo inquilino de la Casa Blanca actúa no como un presidente sino más bien como un emperador que pretende ubicarse por arriba de los preceptos republicanos establecidos por la Constitución de su país y, por ende, considera que su poder es absoluto e intocable. Y esto lo proyecta al mundo. Quienes piensan distinto a él son sujetos de hostigamiento, amenazas, desprecio y castigos. Lo inquietante es que esta concepción política ha sido votada mayoritariamente por la ciudadanía norteamericana.

Como ya se ha dicho en esta columna, Javier Milei es hoy en día un favorito privilegiado dentro del universo de amores y odios de Trump. Comparte su ideología y sus modos. Envalentonado por esta circunstancia, el presidente argentino arremetió una vez más en Davos contra el progresismo. Los que allí estuvieron señalan que eso generó inquietud en el auditorio. La idea de que el progresismo representa un cáncer para el mundo es equivocada y peligrosa. La lucha por la igualdad ha traído beneficios enormes no sólo para sectores que históricamente fueron víctimas de discriminación, maltrato y sumisión sino también para la sociedad toda. Una sociedad más igual es una sociedad mejor. Por supuesto que también están los que han hecho una mala lectura de lo que significa el progresismo y adoptado posiciones extremas tan retrógradas y nocivas como las de los ultraconservadores. Con los extremos no se construye. El mundo de los extremos es un mundo de destrucción y penurias. Es lo que enseña la historia.

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Mientras el presidente recorre el mundo sintiéndose un rockstar, en el país se conocen algunas de las iniciativas que generan inquietud. Una de ellas, por ejemplo, la de derogar el feminicidio. Antes de pensar en eso, tanto el jefe de Estado como su ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, deberían preocuparse en qué más se puede hacer para prevenirlo. Ese es el verdadero problema, con ley o sin ley. Y de eso, lamentablemente, el Gobierno se ocupa poco, como también poco se ocuparon los gobiernos precedentes, con ley y con Ministerio de la Mujer.

Los conceptos del presidente sobre la homosexualidad ligándola directamente al abuso infantil están equivocados. Un informe elaborado por Unicef y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos en 2020 señala que “Las estadísticas indican que la mayoría de los abusadores son varones heterosexuales adaptados socialmente”.

Al presidente y a su ministro de Economía les fue muy bien en las reuniones con la Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, el domingo pasado en Washington. El objetivo que se buscaba se logró: abrir las puertas a una nueva negociación que le permita a la Argentina acceder a un préstamo que haga posible el levantamiento del cepo. Por eso, se dispuso la venida al país de una misión del Fondo para evaluar in situ los números de la Economía. Esa fue la causa por la cual el ministro Caputo decidió regresar a Buenos Aires y no acompañar al presidente a Davos. Los conocedores de la trama de esta compleja y larga negociación en Washington confirman el viento a favor para el gobierno argentino no sólo por los números de la macroeconomía sino también por el apoyo decidido de Trump. “Queremos que a Milei le vaya muy bien. Y, además, necesitamos que así sea”, señalaba el jueves al mediodía con entusiasmo una voz del entorno directo del presidente de los Estados Unidos. Como ya se dijo, la cifra de la que se habla ronda los 11 mil millones de dólares.

Donde todo es furia y fuego es el ámbito de la política. El Gobierno está trabajando intensamente en todo el armado electoral para octubre próximo. En este camino debió desistir de la eliminación o suspensión de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Hoy los votos en el Congreso para lograr ese objetivo no están. El kirchnerismo las quiso eliminar en 2021 cuando estaba en el poder para perjudicar a la oposición, obviamente. Hoy, que está en la oposición, las quiere mantener. La doble moral es una de las esencias de Cristina Fernández de Kirchner y sus secuaces.

En la arremetida del oficialismo por construir su propio poder está claramente la idea de sacarlo del medio a Mauricio Macri. Su poder político, claramente menguado, representa para él un dilema y para el oficialismo un obstáculo. El dilema, significa que el expresidente es consciente de que La Libertad Avanza quiere –y puede– acabar con el PRO, esa construcción que es su creación. Terminar con el PRO equivaldría, lisa y llanamente, a terminar con la aspiración de Macri de ser un actor político de peso. Eso afectaría también directamente a Jorge Macri. Eso es lo que está en juego hoy en día. Macri debería haber previsto que la destrucción de Juntos por el Cambio llevaría inexorablemente al vaciamiento progresivo del PRO.

Construir una nueva estructura política no es algo que se logra de un día para el otro. Cuando Juan Domingo Perón se presentó a las elecciones de febrero de 1946, lo hizo como candidato de una estructura partidaria que no era el peronismo sino el Partido Laboralista con aliados menores. Una vez en el poder, el entonces presidente se encargó de crear el Partido Justicialista que debilitó y anuló a los partidos que le habían servido de estructura legal. Lo de Milei tiene semejanzas. La Libertad Avanza era poco más que un sello. Habrá que ver si el Presidente logra construir un partido que alcance la misma perdurabilidad que hasta aquí ha tenido el peronismo.

Hablando del peronismo, lo que domina también es el ánimo de pelea y confrontación. La disputa entre Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner no para. Kicillof no tiene otra alternativa que candidatearse a la presidencia en 2027. Lo sabe él e igualmente lo sabe ella. La fuente de poder de Kicillof es su condición de gobernador de la provincia de Buenos Aires. Terminado este mandato, la posibilidad de aspirar a una candidatura presidencial por el PJ estará acabada. Por eso es por lo que su enfrentamiento con CFK y Máximo Kirchner, es inevitable.

Cristina Fernández de Kirchner que siempre usó el poder buscando someter a propios y ajenos está bebiendo la amarga medicina de la rebelión. “Ut semens feceris, ita metes” (Cosecharás lo que siembres). Cicerón.





miércoles, 25 de diciembre de 2024

Sondeo de Opinión - Encuesta: el 42% elige creer y ven en Milei algo distinto, ni mejor ni peor... @dealgunamanera...

Encuesta: el 42% elige creer y ven en Milei algo distinto, ni mejor ni peor...


Javier Milei. Fotografía: AFP.

El estudio también registró una mejora en la imagen positiva desde enero hasta diciembre de este año, con un aumento del 48,6% al 50,2%.


© Publicado el miércoles 25/12/2024 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Un estudio de la consultora 
Pulso Research analizó el primer año de Gobierno del presidente Javier Milei según la opinión pública y concluyó, entre otras cosas, que entre la sociedad prevalece la esperanza y el optimismo sobre la gestión del libertario y que gran parte ve a la oposición desdibujada. 

El 
sondeo de opinión expuso que el presidente libertario mantiene intacto su capital político a pesar de haber llevado adelante un fuerte ajuste durante todo el 2024, alcanzando una mejora en la imagen positiva desde enero hasta el momento, la cual aumentó del 48,6% al 50,2%.



Fuente: Pulso Research.
 

Parte del apoyo obtenido por Milei radica en que un 53,3% responsabiliza al gobierno anterior por la situación actual, contra un 36,3% que responsabiliza al oficialismo. Asimismo, la oposición se ve desdibujada, con un 43,10% que dice que no sabe quién es el líder o no considera a nadie como tal, contra un 34,70% que encuentra el liderazgo en la ex vicepresidenta Cristina Kirchner y otro 7,30% en el gobernador bonaerense Axel Kicillof.      

En paralelo, los 
sentimientos sobre el futuro son positivos y un 43,10% tiene esperanza sobre el futuro del gobierno libertario, del otro lado del 19,40% que siente incertidumbre, 17,90% que siente angustia, 9,70% bronca o enojo, 5,80% desilusión y 2,90% miedo. La consultora explicó que el porcentaje positivo "habla de una sociedad que ante el hartazgo y la acumulación de desilusiones ve en Milei algo distinto, ni mejor ni peor".

Fuente: Pulso Research.

Tras un año de gobierno, según indicó el estudio, las expectativas son positivas en un 43%, considerando que un 17,6% afirma que las superó, junto a un 25,4% que afirma que estuvo a la altura de las mismas, mientras un 13,9% afirma que estuvo por debajo y otro 36,7% sentenció que nunca tuvo expectativas sobre el gobierno. 

En este contexto, un 52,4% afirmó que el año que viene crecerán las inversiones, contra un 32,7% que lo niega; un 49,1% sostuvo que el próximo año habrá más trabajo, a diferencia de un 37,6% que lo negó; y 54,2% manifestó que la economía del país va a crecer en 2025, mientras un 34% considera que no lo hará. 


"El optimismo que predomina en el humor social le da crédito y margen de maniobra al gobierno. 
La confianza y expectativa depositada en su gestión le permite asumir riesgos y tomar decisiones de magnitud, y de cambio profundo", analizaron desde la consultora que realizó el estudio.



Fuente: Pulso Research.
 

Con respecto a los cambios profundos impulsados por el gobierno, y su aceptación en la sociedad, el estudio evaluó la opinión de las personas sobre cuatro temas de agenda impulsados por el oficialismo con el que los encuestados se manifestaron "de acuerdo" o "muy de acuerdo".  

En primer lugar, sobre los aranceles para extranjeros, un 70,9% se mostró de acuerdo o muy de acuerdo en el caso del sistema de salud y un 69,3% manifestó lo mismo en lo que respecta a la educación, contra un 23,3% y un 24% que estuvieron en desacuerdo o muy en desacuerdo respectivamente.  

En cuanto a la eliminación de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias), un 62,3% se expresó de acuerdo o muy de acuerdo, al contrario de un 20,9% que se posicionó en contra. De la misma manera, un 57,4% opinó que organismos externos deben auditar las universidades públicas, versus un 28,5% que pidió que sean auditadas por organismos propios para respetar su autonomía.

 

 Javier Milei. Fotografía: AFP.

"El optimismo de la gente es en sí mismo un activo del gobierno", consideró la consultora, haciendo foto en "la desconfianza a la política en general" y en "las expectativas hacia el futuro que se depositan en este gobierno". "Estas dos condiciones le permiten al oficialismo arrancar el 2025 con una ventaja significativa", se agregó.   

En este contexto, de cara a las elecciones de 2025, un 33,4% manifestó que piensa votar por un aliado del gobierno, contra un 27,9% que planea elegir a un opositor y un 31,5% que aún no lo ha definido. De la misma manera, en el hipotético escenario de que las elecciones legislativas fueran hoy, un 32,6% votaría a La Libertad Avanza, un 20,8% al Peronismo Kirchnerista, un 6% al Peronismo o Partido Federal, 3,9% a la izquierda, 3,8% al PRO y 2,8% a la UCR.  

"Luego de un año de gobierno de Javier Milei y pensando en el entrante año electoral, el sistema de partidos argentino es la expresión clara de un proceso de reconfiguración tanto de la oferta como las preferencias electorales. Existe un importante sector de la sociedad que no termina de definir su posicionamiento respecto al gobierno de Milei", concluyó la consultora.  


AS. /fl




 

domingo, 3 de septiembre de 2023

Realineamientos. Massa, en plan “vamos viendo”… @dealgunamaneraok...

Realineamientos. Massa, en plan “vamos viendo”…

 

El bono del ministro-candidato chocó con los gobernadores del PJ. Y la meta fiscal con el FMI es de difícil cumplimiento. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 02/09/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

No fue una buena semana para Sergio Massa. Las cosas no le vienen saliendo bien al ministro-candidato. El plan platita que necesita implementar desesperadamente para darle aire a su desvaída campaña electoral chocó contra una piedra impensada: los gobernadores, incluidos los propios. La negativa a pagar el bono de 60 mil pesos fue contundente. Nunca había ocurrido algo así en un gobierno peronista. El enojo de Massa es mayúsculo. “A lo mejor así Sergio se termina de dar cuenta de que son muchos los que dentro de Unión por la Patria no lo quieren”, afirmaba en la tarde del jueves una voz desde las entrañas de la Casa Rosada. Está claro que entre quienes lo quieren poco está el presidente saliente. En su creciente tiempo libre, Alberto Fernández se dedica a compartirles a algunos de sus interlocutores sus amargas quejas contra Cristina Fernández de Kirchner y contra el exintendente de Tigre.  

El plan platita representa un brutal aumento de la emisión monetaria. La maquinita está funcionando a full. Al ministro no le importa nada; al Gobierno, tampoco. Hay que ganar la elección como sea. Esa desaprensión también encuentra su razón de ser en que, en caso de no llegar a ser reelectos, la tremenda maraña de emisión de pesos que van directo a la inflación será un problema mayúsculo que deberá afrontar el próximo gobierno.

El porqué de los elogios a Milei

El resultado definitivo de las PASO confirmó el pronóstico de Cristina Fernández de Kirchner: el escenario electoral está dividido en tercios. Matemáticamente, Unión por la Patria tiene chances de acceder a la segunda vuelta. A Massa, eso lo envalentona. Es un dato que hace incomprensible a la Argentina en muchas partes del Mundo. “¿Cómo es que el ministro que ha llevado al país a la inflación más alta de los últimos treinta años tenga chances de ganar la elección?”, se preguntan con una pizca de azoro muchos analistas prestigiosos de distintos países.

Pero aún hay más en este descontrol económico y financiero desatado para sostener el plan de emergencia de cara a las elecciones generales. El Gobierno modificó el Presupuesto y otorgó un millonario aumento del gasto con partidas para subsidiar la campaña y ayudar a sostener a las empresas públicas. Todo debe estar aceitado a la perfección. Se trata de una de las mayores ampliaciones presupuestarias de los últimos tiempos. “No es el plan platita, es el plan justicia”, se atrevió a decir el presidente Alberto Fernández, como si él y su administración no fueran los responsables de este presente lleno de penurias que dejó al país al borde del abismo.

La vicepresidenta en funciones mantiene el silencio. Sabe que es mejor callar que hacer el papel de comentarista de la realidad que le es hostil y con un final abierto de cara a los comicios de octubre. No se jugará por Sergio Massa; ni ella ni los intendentes y gobernadores que le han dado vuelta la cara esta semana al ministro-candidato quieren quedar pegados a una posible derrota. CFK es experta en salir de la escena cuando las papas queman.

En este festival de emisión descontrolada, la meta fiscal del 1,9% de déficit que el Gobierno se comprometió para este año ante el Fondo Monetario Internacional parece difícil de cumplir. Es parte de otro modus operandi del kirchnerismo en general y de Sergio Massa en particular: el “vamos viendo”. Así lo describe un funcionario identificado con la antigua ancha avenida del medio: “Cuando estás tan cerca de las elecciones, no tenés opción: o pisás el acelerador o te despedís. Sergio es un campeón en ganar tiempo. Sabe cómo patear la pelota para adelante”.

En Washington no piensan lo mismo. El humor está caldeado. Los burócratas del Fondo exigieron –con razón– conocer el impacto fiscal de las medidas de auxilio anunciadas por el ministro de Economía en modo campaña. Estas son las consecuencias del doble rol del tigrense. No solo es una aberración ética, también aparecen las consecuencias de su accionar en materia ejecutiva. Un delgado equilibrio que ya ha sido violentado en otras oportunidades.

En No Tan Juntos por el Cambio siguen ensayando fotos de unidad para intentar tapar las heridas autoinfligidas en la riña de campaña. No será tarea fácil. En la Ciudad de Buenos Aires, luego del ajustado triunfo de Jorge Macri sobre Martín Lousteau, un abismo separa a la UCR del PRO. Muchos radicales se sienten más cerca de Leandro Santoro a sabiendas de que no es un kirchnerista confeso. A nivel nacional la película no es muy distinta. En el radicalismo nadie está dispuesto a pactar con Javier Milei para “auxiliarlo” en materia de gobernabilidad y crece la desconfianza sobre el rol de Mauricio Macri en ese sentido. Ya no es un secreto que, ante un triunfo del libertario, el PRO cerrará filas con él. Las horas de la coalición opositora están contadas.

Hora de un baño de realidad

Patricia Bullrich tampoco se siente cómoda. “Si no es todo; es nada”, rezaba su claim de campaña mostrando su costado extremo de firmeza que apelaba al orden y el apego a la ley sin diálogo posible con el kirchnerismo. Sin medias tintas, cargaba contra Horacio Rodríguez Larreta. Ese perfil inflexible y aguerrido, sin lugar para los débiles, hoy es patrimonio de un irascible Javier Milei. En el intento de reconfigurar su perfil, la extitular de la cartera de Seguridad optó por cerrar filas con Carlos Melconian como su ministro de Economía. Un hombre experimentado en surfear las olas de las múltiples crisis argentinas y muy hábil declarante en los medios. Ideal para desarticular los puntos débiles del plan Milei que, según dijo el propio Melconian, hace agua por todos lados.

Entre tanta frivolidad, la realidad ha vuelto a golpear a la sociedad con el asesinato del joven ingeniero Mariano Barbieri. Un recordatorio cruel de que la Argentina actual es inviable. No se trata solo de la inseguridad. Es la impericia de todo el arco político, que dejó en su camino generaciones diezmadas sin educación, sin oportunidades y a merced del narcotráfico como mecanismo de ascenso social en el submundo de la delincuencia.

Una deuda gigantesca que los políticos y toda la clase dirigente tardarán años en pagar.



    

sábado, 5 de noviembre de 2022

Sobre las PASO. Modificar las reglas… @dealgunamaneraok...

 Sobre las PASO. Modificar las reglas…


Patricia Darth Vader. Dibujo: Pablo Temes. 

Cuando el kirchnerismo no puede ganar en la cancha, quiere cambiar el árbitro.
 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 05/11/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

“Yo siempre haré lo que diga el pueblo”, le dijo María Eva Duarte de Perón a la multitud que le pedía que aceptara la candidatura a la vicepresidencia de la Nación para acompañar a su esposo, el general Juan Domingo Perón, en lo que se denominó “la fórmula de la patria”. En su afán de protagonismo infinito, Cristina Fernández de Kirchner apeló a una frase con reminiscencia de aquella pronunciada por Evita el 22 de agosto de 1951: “Voy a hacer lo que tenga que hacer para que nuestro pueblo pueda realizarse y recuperar la alegría”, dijo el viernes en el acto de la Unión Obrera Metalúrgica.

La interpretación de este párrafo deja abierta claramente la puerta a su candidatura presidencial. La incógnita es algo de lo cual los políticos en general y la ex – presidenta en funciones se valen para crear expectativas en torno de sí. ¿Fue este el primer paso del operativo clamor? De ser así, no parece haber sido muy auspicioso.

Su alocución fue desordenada, contradictoria y, por momentos, delirante. La acepción segunda del significado de la palabra delirio que da la Real Academia Española de la Lengua lo define como disparate o despropósito. Eso es lo que representa la adjudicación hecha por CFK al macrismo de estar tras el intento fallido de asesinarla por parte de los integrantes de la así llamada “banda de los copitos”.


 

A la oratoria de la expresidenta en funciones le faltó el punch de otras ocasiones. La actitud del auditorio –bullicioso y poco generoso en el aplauso– fue un buen termómetro de ello. En verdad, aplaudieron más al secretario general de la UOM, Abel Furlán, cuyo discurso pareció durar una eternidad. Salvo el cantito alusivo a la candidatura de CFK para 2023, la concurrencia demostró no haberse conmovido por su discurso, que fue más corto que lo esperado, una confirmación más de que su perorata distaba de otras que supieron ser más explosivas y, por ende, de mayor impacto.

 

Les pasó facturas a la CGT, al Presidente y a los movimientos sociales junto con el consabido “¡ah, pero Macri!” cada vez más obvio y, por consecuencia, cada vez menos efectivo. También fue obvia la defensa que hizo de Sergio Massa. De todos modos, hay un detalle interesante para señalar: no pudo hablar de ningún logro puntual de la gestión del ministro de Economía. Solo dijo que Massa “está haciendo un enorme esfuerzo”. Está claro que el ministro es la única opción que tiene el oficialismo para evitar la debacle económica.

 

Esto explica el silencio del kirchnerismo ante las expresiones del viceministro, Gabriel Rubinstein, quien dijo ante la Comisión de Hacienda del Senado que hay que bajar el déficit fiscal y alertó sobre el riesgo de sufrir un proceso hiperinflacionario.

 

En otras circunstancias, CFK hubiese estallado de ira y exigido su renuncia. “En este momento Massa y Cristina son los únicos que pueden respetar un acuerdo de convivencia”, dijo una fuente del instituto Patria. De todas maneras, se sintió el reclamo que le hizo al Gobierno para que les otorgue a los trabajadores una suma fija por fuera de las paritarias, aunque nada dijo acerca de la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Es una muestra evidente de la contradicción que para ella significa proponer esa medida, que es propulsada por lo más rancio del kirchnerismo.

 

Habló, en cambio, de algo que supo mencionar el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro: el proyecto de eliminar las elecciones intermedias. Esto es consecuencia de las derrotas que el kirchnerismo sufrió en las elecciones de medio mandato en 2009, 2013, 2017 y 2021. A sus “cualidades” de contradictoria, delirante, confusa y poco apegada a la verdad, la expresidenta en funciones debe agregarles otra: la de obvia.

 

 

Cada vez que el kirchnerismo no puede ganar en la cancha, intenta cambiar de árbitro o modificar las reglas del juego. En vísperas de un año electoral, esta actitud reviste mayor gravedad.

 

También resulta obvio el intento de despegarse de su propio gobierno. CFK detesta a su criatura política y reconoció que las decisiones “hay que evaluarlas en el momento en que fueron tomadas”. Más claro, agua.

 

Despegarse del Gobierno para culpar de todo a Alberto Férnandez es el plan evidente que se ha puesto en marcha.

 

En la oposición hacen todo lo posible para darle vida futura al proyecto kirchnerista. Peleas, exabruptos, personalismos y traiciones están a la orden del día. “Con el cabaret opositor y emprolijando un poco los números de la economía tenemos todas las chances para 2023. Ni hablar si la jefa decide postularse”, dijo un reconocido kirchnerista del ala dura.

 

Efectivamente lo que está ocurriendo puertas adentro de Juntos por el Cambio es algo que solo se explica por el afán de poder y protagonismo. Hace muy poco tiempo desde el PRO criticaban a los miembros de la Unión Cívica Radical por sacar los trapitos al sol cada vez que embestían contra sus “compañeros” de coalición. Pero el equipo amarillo colapsó internamente y le dio aire al oficialismo.

 

Una oposición desmembrada que no discute ideas ni propuestas no es garantía de cambio y debería ser consciente de que, sin concordia y sin racionalidad, las chances electorales del kirchnerismo crecen. Si no generan acuerdos sostenidos y muestran madurez política, una parte importante de la sociedad no se lo perdonará jamás.