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domingo, 12 de junio de 2022

Malas noticias que no sorprenden... @dealgunamaneraok...

 Malas noticias que no sorprenden... 

"While my guitar gently weeps..." - (Mientras mi guitarra llora suavemente) Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes. 

Mientras el Gobierno defiende dictaduras en la Cumbre de las Américas, la economía argentina sigue exhibiendo las mismas penurias. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 11/06/2022 y publicado por el Diario Perfil e la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

Alberto Fernández se dio uno de los pocos gustos de los que pueda jactarse en su desvaído y penoso peregrinaje por el poder: defender en la Cumbre de las Américas a los regímenes antidemocráticos de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Notable contradicción de quien se dice un defensor de los Derechos Humanos de avalar a gobiernos que abiertamente los vienen violando desde hace años y sin ningún remordimiento. Su discurso, que no sorprendió al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden –quien estaba anoticiado del tenor de la alocución– y en el que no se privó de pedir la renuncia del secretario general de la OEA, Luis Almagro, estuvo dirigido principalmente a satisfacer las demandas de la feroz interna que se vive dentro del Frente de Todos contra Todos. Fue como si se hubiese concretado la proyección de un sueño adolescente con arranques de rebeldía: cantarle las cuarenta al presidente de los Estados Unidos en su propia casa.

Por lo tanto no faltó la alusión a Macri a través de la mención crítica al presidente Donald Trump, en un guiño destinado a congraciarse con Biden. Con todo, lo más significativo del discurso fue su intrascendencia. La exposición claramente condenatoria hacia los regímenes antidemocráticos de La Habana, Caracas y Managua por parte del presidente de Chile, Gabriel Boric –un hombre de la izquierda– dejó al desnudo lo anacrónico de la postura de AF.

 

Lo curioso es que, horas después, el mismo gobierno se encargó de difundir con aparatosidad el saludo del presidente argentino con el de los Estados Unidos y en decir que no había recibido ningún reproche de su parte. Es otra de las contradicciones típicas del kirchnerismo. Despotrican contra Washington, pero luego se derriten buscando recibir la invitación para una visita de Estado por parte de la Casa Blanca. Lo mismo sucedió con Cristina Fernández de Kirchner quien, por un lado, hablaba pestes del gobierno de Barack Obama mientras que, por el otro, buscaba desesperadamente una reunión bilateral con él. 

 

En el Gobierno se entusiasman con la buena química que se generó entre AF y Biden. Creen que con eso se soluciona todo. ¡Cuán equivocados están! Deberían prestar atención a los mensajes que están circulando al interior del Departamento de Estado en donde de todo se toma nota. Al momento de escribir esta columna circulan por allí opiniones que se oponen abiertamente a que el presidente Biden asista a la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos (Celac) que lo obligue a encontrarse con Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Miguel Mario Díaz Canel. Por otra parte, la preocupación importante del gobierno de los Estados Unidos pasa por la creciente presencia de China en la región y, específicamente el tema del 5G.  

 

Durante el periplo de AF por Los Ángeles hubo también lugar para el colmo del cinismo, que llegó bien entrada la conferencia de prensa cuando se refirió a la salida del ex ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas: “Matías es un gran ministro que cometió un error y un error que yo no lo soporto, que en off se hable mal de otro. Es más, reniego de los que hablan en off, debo confesar. Es mejor hablar francamente”. Parece haber olvidado que construyó su carrera política en base a sus filtraciones de información en off the récord, práctica que se extiende con mucha intensidad hasta el presente. 


               ¿Quién se quiere llevar el Gobierno a la mesita de luz?

 


Kulfas negó en sede judicial que, en sus declaraciones en on y en off, se refiriera a un hecho ilícito y aseguró que se trataba de opiniones de índole política. 

 

Algunos líderes opositores celebraron las declaraciones del ex ministro. No se trató solamente de la voz del ex ministro Juan José Aranguren quien criticó las denuncias de los diputados opositores. Otras figuras de No Tan Juntos por el Cambio “prefieren no hacer olas” con una obra tan importante que los terminará beneficiando en el futuro. Como se ve, en todos lados se cuecen habas. 

 

Lo de Kulfas no fue la bronca de un día. Lo suyo tampoco fue un monumento a la dignidad. Durante dos años y medio aguantó en silencio el maltrato al que lo sometieron CFK y La Cámpora. Ido Kulfas, todas las miradas de CFK y sus secuaces están puestas en Martín Guzmán a quien el sector empresarial trata de apuntalar. “Si se va Guzmán, sabemos que el que venga será peor”, sentenció sin ambigüedad uno de los empresarios que acudió a la reunión organizada por  la Asociación Empresaria Argentina (AEA) en donde habló el ministro de Economía.


La reaparición en el escenario político vernáculo de Daniel Scioli conmocionó al oficialismo. El más afectado es Sergio Massa. Scioli llega con un objetivo: la revancha en 2023. Su aspiración a la candidatura presidencial, reverdecida desde hace meses, tiene en este nombramiento un trampolín que le da vuelo a su sueño. “Daniel quiere la revancha. Siente que el único candidato de unidad del peronismo es él”, afirma, categórica, una voz de su entorno.   
 

La calma financiera parece haber llegado a su fin. El dólar Blue alcanzó los 210 pesos y el contado con liqui se fue a 277. 

 

Mientras el Gobierno se entretiene defendiendo a Maduro, Ortega y Díaz Canel, y con el proyecto de ampliación a 25 del número de miembros de la Corte Suprema, la crisis interna y las dificultades para cumplir los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional hacen que las alternativas adversas de economía argentina no sorprenden a nadie.

 

“A menudo hace falta más coraje para hacer lo correcto que lo incorrecto.” Abraham Lincoln.




domingo, 5 de junio de 2022

La mano que mueve la lapicera… @dealgunamaneraok...

 La mano que mueve la lapicera… 


‘Tomá nota’ Cristina Fernández de Kirchner. Dibujo: Pablo Temes 

En el acto de Tecnópolis fue muy evidente que los avances por subsanar la fractura en el Gobierno brillaron por su ausencia.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 04/06/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

La novela de encuentros y desencuentros del Presidente con su vice, un grotesco que parece salido de alguna de las canciones de los Pimpinela, sumó el viernes y el sábado un nuevo capítulo que –como no podía ser de otra manera– no modificó en absoluto el fondo de la cuestión. Se reencontraron luego de 95 días sin verse las caras en el acto de festejo por los cien años de YPF. Una celebración paradójica: elogios, historia y orgullo impostado para la petrolera estatal en medio de la crisis por falta de gasoil que afecta al menos a ocho provincias y complica el abastecimiento y la producción. Nada que festejar. Una muestra más de kirchnerismo en su estado puro: relato y mentiras.

 

El protagonismo fue, como siempre, de Cristina Fernández de Kirchner. Fue su yo y la historia. El síndrome de Hubris en toda su dimensión. Eso agregado a su intención de dañar. Es algo irrefrenable en la vicepresidenta. La alusión crítica a Techint, a semanas de la cena que AF tuvo con su dueño, Paolo Rocca, fue un proyectil dirigido para torpedear las negociaciones destinadas a asegurar la provisión de los tubos necesarios para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner por medio de las que, además, el Presidente busca recomponer su relación con el sector empresarial.   

 

Los reproches de la vicepresidenta fueron los mismos de siempre. Los avances por subsanar la fractura en el Gobierno brillaron por su ausencia. Cada uno ratificó posiciones, entre lapiceras, pedidos de unidad y una frialdad que se vivió tanto en el escenario como en las plateas. Las caras mustias de los ministros y secretarios de Estado que tuvieron que aguantar el acto lo decían todo. Hasta la expresión del mismo Daniel Scioli, cuya presencia allí no tenía ninguna explicación, contribuyó a ese marco de resignación y disgusto. El que mejor reflejó el tedio reinante en Tecnópolis fue el ministro de Defensa, Jorge Taiana, quien sucumbió y cayó en un sueño que, según mostraron las cámaras de TV, pareció profundo.

 

“Aprendan a valorar la paciencia. Venimos pidiendo cambios desde hace mucho y no nos escuchan. Nosotros ya sentamos nuestra posición, si del otro lado nos siguen ignorando no habrá solución posible. Pedimos un cambio de jugadores y nos responden con su empoderamiento, si quieren morir en la suya que lo hagan, pero no nos van a arrastrar en su fracaso”, dispararon desde el Instituto Patria. La estrategia del kirchnerismo duro se mantiene en realidad porque no le quedan muchas opciones. La tozudez de Alberto Fernández los dejó sin aliento.

 

Ante tanto ninguneo y mentira, del otro lado del Frente de Todos Contra Todos aprendieron a no callarse. Una de las respuestas a la perorata de CFK fue un mandoble dirigido directamente a La Cámpora, la agencia de colocaciones para sus integrantes que, bajo el paraguas de un discurso con ideología y militancia, utiliza los fondos públicos para vivir bien y construir poder. Refiriéndose a la frase que la vicepresidenta le asestó al Presidente – “ya te dije Alberto que uses bien la lapicera”– el albertismo arguyó que los que no habían utilizado bien la lapicera habían sido los funcionarios de Ieasa, la sigla de Integración Energética Argentina Sociedad Anónima que hace poco volvió a llamarse Enarsa –Energía Argentina Sociedad Anónima–. Ieasa, que estuvo a cargo de la licitación del gasoducto que tuvo infinidad de idas y vueltas, es manejada por funcionarios que responden a CFK. Finalmente en los pliegos de licitación se estatuyó que la chapa a utilizar tenía que ser de 33 milímetros de espesor.

 

Esa chapa la fabrica Techint en Brasil. “Pareció una licitación hecha a medida de la empresa de Rocca”, señaló sin eufemismos una fuente de la Casa Rosada. A punto de cerrar esta columna, las consecuencias políticas de este off reproducido por parte del Ministerio de Producción y Desarrollo acaba de costarle el cargo a su titular, Matías Kulfas, quien había tomado la posta una vez más para resaltar que, efectivamente, la lapicera la tiene el Presidente y responder las críticas a la gestión económica. “Nos sentimos con una profunda desazón. Por un off que Cristina le atribuyó sin pruebas a Kulfas, Alberto lo echó de un plumazo” –expresó con desconsuelo un cercano del Presidente quien concluyó: “A partir de ahora sentimos que estamos sin respaldo”.

 

El Presidente ha empoderado a Martín Guzmán y al equipo que lo acompaña. Está decidido a ratificar el rumbo mientras CFK repite ante quien quiera escucharla que “Guzmán está terminado”. Lo mismo ocurre con el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, por quien no siente ningún respeto intelectual. A la luz de lo sucedido con Kulfas, habrá que ver cuánto más pueden resistir. Más claro, agua. La mano que mueve la lapicera es la de CFK.  

 

En medio de esa decepción, hay coincidencia en que los próximos tres meses serán la bisagra temporal para que el equipo económico muestre resultados, al menos, en la contención de la escalada inflacionaria. Algo que parece bastante utópico con las pocas herramientas que manejan los encargados de pilotar la tormenta. Además es inevitable la pregunta por el después. ¿Qué hará el Presidente si las metas no se cumplen? No hay respuesta. ¿Entregará a Guzmán y a Pesce cuando el reloj de arena esté pidiendo un giro de 180 grados? No hay Plan B y quizás esa sea la venganza más dulce del Presidente. Ceder poder cuando ya no haya tiempo de maniobra. Es eso lo que desvela a la ex presidenta en funciones.  

 

Los gritos de un abotagado Dr. Fernández en el deslucido acto de inauguración de la Variante Cañuelas –obra perteneciente al proyecto de transformación de la Ruta Nacional 3 en autopista– que comprende solo 9,6 kilómetros, marcaron el comienzo de la campaña electoral. Recurrió, pues, al manual de campaña del oficialismo que indica que hay que subir al ring a Mauricio Macri. Es el “Ah, pero Macri” que usaron en el 2021 y que fracasó. En ese discurso destemplado habló de los “ladrones de guante blanco” a los que la Justicia no investiga. Errabundo en su gestión y en su decir, no advirtió que, al fin y al cabo, estaba hablando de él mismo, que fue asesor legal de Cristóbal López, quien evadió impuestos por $ 8 mil millones y acaba de ser condenado a pagar una deuda del impuesto a los Bienes Personales por $ 156 millones.

 

 

domingo, 15 de mayo de 2022

La Argentina cuesta abajo... @dealgunamanera...

La Argentina cuesta abajo...

Cristina Kirchner. Dibujo: Pablo Temes

El país asiste a los devaneos de un gobierno que navega por el barro de su interna brutal e imparable.


© Escrito por Nelson Castro el sábado 15/05/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


La inflación de abril llegó al 6% y volvió a impactar a la sociedad y a sacudir los cimientos cada vez más endebles de un gobierno que navega por el barro de su interna brutal e imparable. Con todo, no es ese el único dato que enciende las alarmas: el acumulado en el primer cuatrimestre llegó al 23% y en los últimos 12 meses tocó el 58%. La suba interanual, pues, es la más alta de los últimos 30 años.

Pero hay más: la Argentina hace 10 años que no crece y su PBI per cápita es 13% más bajo transcurrido el mismo período de tiempo. Y por si esto fuera poco, la inflación en el Conurbano alcanzó niveles aún mayores, pisando el 6,2% para todos los habitantes que moran en ese submundo atravesado por los contrastes y las acechanzas.

Los sectores acomodados con mayores posibilidades de hacerle frente a esta situación se protegen como pueden. Para los más pobres, en cambio, no hay protección posible. El desafío no es cómo llegar a fin de mes sino cómo llegar a mañana. Los empresarios, por su parte, no arriesgan inversiones de magnitud significativa. Tiene lógica: es mejor volar bajo radar a ver si a alguno se le ocurre gravar la renta inesperada. La clase media no da más y es, en líneas generales, la mayoría de la población (44%) sobre la cual recaen los mayores esfuerzos impositivos y laborales.

El grueso de la gente que está en la economía informal recorrió las calles de la Ciudad de Buenos Aires el pasado jueves generando un caos que ya a nadie parece sorprender. No todos, los piqueteros afines al oficialismo que tienen sus caciques dentro del propio gobierno –es decir que están de los dos lados del mostrador– como Emilio Pérsico del Movimiento Evita y secretario de Economía Social en el Ministerio de Desarrollo Social; Fernando “Chino” Navarro del mismo Movimiento, es secretario de Relaciones Parlamentarias; Daniel Menéndez, subsecretario de Promoción de Economía Social y Desarrollo Local; entre otros– no movilizaron a sus agrupaciones. El Gobierno cuenta con protección en ese sentido. De no haber sido así, la movilización hubiera sido masiva y determinante. Lo mismo puede decirse de la CGT que parece dormir una larga siesta en su rol de defensa de los trabajadores. Peronismo explícito. 

En este marco, el Reporte de Expectativas del BCRA habla del 65% de inflación para todo el año. Un reconocimiento oficial que pese a su criticidad, choca con los cálculos de consultoras privadas que la ubican por encima del setenta.

Los jóvenes y los adultos mayores son quienes llevan la peor parte; los primeros por la presión que la mayoría sufre para abrirse paso en la vida en un país donde estudiar, comprar libros, terminar el colegio secundario y la facultad al mismo tiempo que deben salir a trabajar para solventar sus gastos, algo que cada vez se les hace más difícil de lograr. Los adultos mayores, porque pese al aumento anunciado, no van a poder subsistir con solo 37 mil pesos de bolsillo. Es de un cinismo inhumano.


Las invectivas de una Cristina enceguecida por el odio ya no tienen ningún efecto.


Luego del Aló Presidenta de Cristina Fernández de Kirchner en Chaco, donde se esmeró cuidadosamente en desairar a su otrora elegido, Alberto Fernández, se ha constatado la poca efectividad de sus dardos llenos de veneno político. Máximo Kirchner le mandó otro mensaje al Presidente: “Cuando uno quiere conducir también debe saber obedecer”. Es más de lo mismo. Ya no entran las balas. “Primero fue la época epistolar con cartas cargadas de ego y cinismo, luego los ataques de sus títeres, con su hijo y Kicillof a la cabeza, luego sus propios discursos, ahora nuevamente envía sus laderos. Al principio sorprende, después genera disgusto, y ahora es como escuchar la lluvia caer. Está desquiciada y enceguecida por el odio pero, sobre todo, porque Alberto resiste sin ella”, señala una voz desde la Casa Rosada.

En el entorno del tridente económico (Martín Guzmán, Matías Kulfas y Miguel Pesce) nadie camina con tranquilidad, aun cuando cerca de los dos ministros se ufanan de una cosa: “Ellos presionaron para hacerse cargo de bajar la inflación con recetas viejas que tenían el fracaso asegurado; ahora que vayan a llorar a La Plata” –en referencia a la Gobernación del predilecto de CFK. 

En el entorno de Guzmán apuntan a Kicillof y, en el de Kulfas, se mofan del malogrado Roberto Feletti. 

El asado del martes por la noche en la casa de Sergio Massa con los economistas Martín Redrado, Marco Lavagna, Diego Bossio, Miguel Ángel Peirano y Martín Rapetti –contado en detalle por Pablo de León– es una muestra más de la falta de sustento político con el que navega la gestión de Guzmán.

El viaje del Presidente a España, Alemania y Francia –en verdad, una excursión– dejó en evidencia su intrascendencia. Por eso, de lo único que se le preguntó en los reportajes con los pocos medios europeos que mostraron interés en entrevistarlo fueron temas vinculados con la interna gubernamental. 

En medio de tanta nada, la presencia de los miembros de la Corte Suprema en la reunión de los jueces federales en Rosario representó un hecho de alto voltaje político-institucional. En primer lugar por el alerta sobre la necesidad que tiene el país de que las autoridades políticas le otorguen la prioridad que exige la lucha contra el narcotráfico. En segundo lugar, por el cuestionamiento sin tapujos a la inexistente gestión del ministro de Justicia, Martín Soria, otro vendehumo nombrado por CFK para insistir en la terquedad de su fracasado intento de configurar una Justicia adicta que incluye la ampliación del número de sus miembros. Y, en tercer lugar, por el respaldo dado a la fiscal anticorrupción de Entre Ríos, Cecilia Goyeneche, cuyas investigaciones fueron clave para lograr la condena del ex gobernador de la provincia, Sergio Uribarri.

La Argentina asiste a los devaneos de un gobierno de la nada que no tiene remedio.




domingo, 10 de abril de 2022

Ensañamiento K contra Alberto... @dealgunamaneraok...

Ensañamiento K contra Alberto...


‘Bombita”. Fernández. Dibujo: Pablo Temes

La vice está en llamas porque sobreviven en el gabinete figuras que le resultan intolerables, como Guzmán o Kulfas.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 09/04/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


La ex presidenta en funciones, Máximo Kirchner y La Cámpora están nerviosos. Una nueva etapa de la ofensiva contra el Presidente se ha puesto en marcha esta semana. “El divorcio es inevitable y sin retorno. Lo que se discute ahora son los términos de esa separación. Se puede convivir bajo el mismo techo con relativa concordia o pueden venir tiempos difíciles para todos. Parece ser que está ocurriendo lo segundo” –asegura un hombre de diálogo directo con el albertismo. Por mucho menos, al entonces vicepresidente Julio Cobos el kirchnerismo lo trató de destituyente.  

Los ejemplos sobre el estrepitoso divorcio en la cúpula del poder sobran. Los K más rancios pasaron de la expectativa ante las presiones ejercidas sobre el primer mandatario a la acción. Sin largas cartas autorreferenciales y con mensajes más cortos y contundentes salieron a la cancha nuevos-viejos interlocutores. Hay que proteger a la Reina y al Príncipe. Axel Kicillof y Roberto Feletti tomaron la posta. El gobernador bonaerense pidió al Fondo Monetario Internacional que no haya más ajuste porque en la Provincia “la situación social no da más” a la vez que el secretario de Comercio, Roberto Feletti, le advirtió al ministro de Economía Martín Guzmán que hay que tener una política económica clara sino, con el aumento de la inflación –que el propio Feletti no puede controlar –“esto se va a poner feo”.

En rigor de verdad –aseguran diversas fuentes que conocen la génesis de la puja– la vicepresidenta y los suyos han decidido acelerar el nivel de conflictividad al ver que el Presidente resiste los embates en su contra más de lo esperado. Un reconocido hombre de negocios coincidió con el diagnóstico: “Lo van a apretar contra los flejes, están jugando al límite porque Alberto no termina de definirse. No hay independencia total ni la habrá, pero tampoco sometimiento absoluto. Resiste como puede. Más allá del ruido mediático sobre la labilidad del Presidente, CFK está en llamas porque todavía sobreviven en el gabinete figuras que le resultan intolerables”, –sentenció.

El último tren de Alberto, Cristina no puede ubicar a Máximo y Macri con el corazón en Bullrich

Concretamente La Cámpora quiere fuera del gabinete al ya dado varias veces por terminado Martín Guzmán y al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas mientras mantienen en la mira al presidente del Central, Miguel Pesce. Lo que pretenden es aislar por completo a Fernández y asumir el mando de las relaciones con el Fondo Monetario de una manera más acorde con los manuales del buen populista. Si el acuerdo legislativo que respaldó la refinanciación de la deuda con el FMI enojó a Cristina Fernández de Kirchner, el incipiente lanzamiento de un grupo de irresponsables que salió a blandir la idea de la reelección de AF terminó de sacarla de quicio.

Desde el albertismo no se quedan del todo quietos. Puertas adentro celebraron la caída del ex gobernador de Entre Ríos y actual embajador en Israel Sergio Urribarri. Como no podía ser de otra manera, el Presidente le pidió la renuncia de inmediato. El mensaje que se pretende dar de cara a la sociedad es el siguiente: el kirchnerismo duro protegía y toleraba la corrupción, nosotros no vamos a proteger a nadie. Una verdad a medias teñida de épica. ¿Ese “nadie” incluirá a CFK?

La seguidilla de disgustos para la vicepresidenta no parece tener pausa. Germán Martínez, jefe del bloque del Frente de Todos contra Todos en la Cámara de Diputados, dijo que no hay tiempo para aprobar la reforma al Consejo de la Magistratura. Ésta fue una afirmación que le puso los pelos de punta a Cristina que había logrado la media sanción en el Senado. La composición actual del órgano que designa y remueve jueces surgió de un proyecto impulsado por la entonces senadora Kirchner en 2006 que, con excesiva mora, fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema que, a la vez, le dio un plazo de 120 días al Congreso para avanzar en una nueva conformación que reemplace a la actual. Caso contrario, se deberá retornar al viejo esquema de veinte miembros con el regreso del Máximo Tribunal a la presidencia del organismo.

Hay que recordar que uno de los objetivos esenciales de CFK para volver al poder fue asegurar su impunidad ante las distintas causas por casos de corrupción que la tienen en el banquillo de los acusados. Como están las cosas hoy en día, ese objetivo parece cada vez más inalcanzable.

"Si se quieren ir, que se vayan": Alberto Fernández solo aspira a concluir su mandato

La inflación y las paritarias

Ya no es un secreto que la inflación del mes de marzo llegará al 6%. Más allá de la utilización política del kirchnerismo –que actúa como si ya no fuera parte de este gobierno– para instalar este bombazo, los números reflejan la realidad. Un economista de contacto fluido con los gremios y sectores productivos lo definió con una claridad meridiana: “Hay que poner el ojo en la paritaria para descubrir movimientos subterráneos y verdaderas intenciones. Si los gremios más combativos van por un número racional –hoy un pedido racional giraría en torno al 50%– las cosas podrían sostenerse sin mayor conflictividad; en cambio, si la pauta de negociación se eleva por encima del 50 y llega hasta el 60% las turbulencias provocadas adrede serán inevitables”.

Como se vio desde un principio, el Gobierno carece de un plan económico. Todos son parches. Las aguas revueltas por las que navega el ministro de Economía, que demuestra cada día un creciente apego a su poltrona, son fatales. La interna en el Ministerio es feroz. “Guzmán está creído que es un gran ministro. Su ambición de poder no deja de sorprender”, señala una voz que conoce al dedillo lo que pasa en el laberinto gubernamental. Las quintas columnas que fustigan su gestión se multiplican. Algunas lo hacen público, como el secretario de Comercio. Los más, lo hacen aún por lo bajo.

No hace falta ser un oráculo de la política para caer en la cuenta de que nada de lo que intente hacer el Gobierno en materia económica va a funcionar. Así como están las cosas, la Argentina no despierta el interés de ningún inversor de importancia. El gobierno de AF es y será sinónimo de fracaso.




domingo, 30 de enero de 2022

CFK en Acción. Sin programa no hay acuerdo... @dealgunamaneraok...

CFK en Acción. Sin programa no hay acuerdo...

Muchas gracias por todo... Cristine Lagarde - Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes.

Pese al relato oficial sobre el entendimiento con el Fondo Monetario, lo acordado es algo mucho más modesto.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 29/01/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

En la mañana del viernes, el presidente Alberto Fernández anunció que el Gobierno cerró un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para refinanciar la deuda tomada por el gobierno de Juntos por el Cambio por US$ 44 mil millones. 

“Había un problema gravísimo y urgente y ahora tenemos una solución posible y razonable”. Las palabras del primer mandatario serán el nuevo latiguillo que pululará por las esferas del poder por tiempo indeterminado. El principio de acuerdo con el FMI es, sin lugar a dudas, una buena noticia; de otra forma, lo que venía era la caída al abismo. Sin embargo, el paso de las horas ha dejado expuesto con claridad los vaivenes del Gobierno, a los que intentó –como siempre– enmascarar con el relato, y las diferencias internas que afectan la credibilidad de AF quien, curiosamente, grabó su discurso en medio de una ambientación similar a la que utilizó Fernando de la Rúa para anunciar el acuerdo con el FMI al que se había arribado en el año 2000.       


Fuego amigo.
 “Todo pudo haber sido más sencillo”, afirmaba una voz importante del FMI desde su oficina en Washington en la gélida mañana del viernes. “El gobierno argentino tiene un importante elemento a su favor: después de los efectos negativos que internacionalmente produjo el default de 2001, nadie quiere repetir algo similar. Es curioso que no se den cuenta de esto para negociar más inteligentemente.” 

Las horas previas al acuerdo sumaron tensión. Desde Balcarce 50 hablaban de “cuestión de Estado” para evitar las filtraciones, pero al mismo tiempo, reconocían que las declaraciones que circularon a mitad de semana sobre la posibilidad de optar por no pagar y cerrar el diálogo con el FMI jugaron en contra.

El propio ministro de la Producción, Matías Kulfas, tuvo que salir a decir que no era razonable plantear un escenario de default: “Esa hipótesis no se valida con la realidad”. Los dardos fueron tanto para el diputado nacional cristinista Leopoldo Moreau como para el director del Banco de la Nación Argentina, Claudio Lozano.

En rigor de verdad, son muchos más los que agitaron esas versiones. La propia CFK arremetió desde Honduras contra los organismos de crédito internacional y ejerció una velada crítica a los Estados Unidos para tirarle un poco más de nafta al fuego.

Una fuente cercana al ministro lo reiteró en sus propias palabras: “El kirchnerismo duro y también el kirchnerismo bobo tiene la fantasía de no pagar y usar la plata para el bienestar del pueblo. Eso es exactamente una retórica estudiantil de las que se usan en el colegio secundario para hacerse el altruista. La realidad indica que si no se acuerda con el Fondo, el costo lo termina pagando la gente. Dejemos la estudiantina para los chicos” –bramó. 

Es justo decir que, para congraciarse con la parte más áspera del Frente de Todos Contra Todos, el propio Presidente optó por montar su propio show en Merlo cuando apeló a la memoria colectiva: “Cuando los ajustes llegaron el pueblo padeció” –dijo con un rostro de congoja impostado. Luego del preacuerdo alcanzado insistió en que el FMI debe hacer una crítica profunda de su política de las últimas décadas. 

En medio de este tira y afloje, el dato político más significativo fue el estrepitoso silencio de CFK. Es un silencio que habla de su desacuerdo y disgusto por el paso que se ha dado. Es producto de su vida en la irrealidad. Recuérdese que en sus dos primeros gobiernos se decidió no tomar préstamos del FMI a tasas del 4 al 6% y se optó por recibirlos de Hugo Chávez a intereses significativamente mayores.

En el discurso de su anuncio Fernández enfatizó diferentes aspectos teñidos de relato: “No restringe, no limita ni condiciona, los derechos de nuestros jubilados que recuperamos en el año 2020. No nos obliga a una reforma laboral. Promueve nuestra inversión en obra pública. No nos impone llegar a un déficit cero”.

Lo primero que hay que subrayar de este párrafo es la mentira de su primera línea: si hay un sector de la sociedad que nada ha recuperado es el de los jubilados y pensionados. Lo segundo es que, en su conferencia de prensa, Martín Guzmán dijo algo diferente: habló que el equilibrio fiscal –déficit cero– se alcanzaría en el 2025. Entonces, ¿se pidió o no se pidió déficit cero?¿Quién miente?

No se explicó cómo se va a financiar el déficit de los próximos años que, según el mismo Guzmán, será del 2,5% del PBI este año, del 1,9% el próximo año y de 0,9% en 2024. Dijo también el ministro que el nuevo programa representaría una cifra de 44 mil millones de dólares, algo que no está mencionado en la comunicación del Fondo. 

“También hemos acordado que el apoyo financiero adicional de los socios internacionales de Argentina ayudaría a reforzar la resiliencia externa del país y sus esfuerzos para asegurar un crecimiento más inclusivo y sostenible”, dice en otro de sus párrafos el parte del FMI. En la acepción segunda de la palabra resiliencia que aparece en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua se la define como la “capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido”. No queda claro, pues, cuál será la instrumentación por medio de la que la Argentina logrará reforzar la “resiliencia externa”.

“El personal técnico del FMI y las autoridades argentinas han llegado a entendimientos sobre políticas clave como parte de sus discusiones en curso sobre un programa respaldado por el FMI”, señala la declaración del organismo en su comienzo. Lo que hay son “discusiones en curso sobre un programa respaldado por el FMI”. Es decir, falta el programa y sin un programa no habrá acuerdo final posible. A buen entendedor, pocas palabras.



lunes, 6 de diciembre de 2021

Unos y otros. Diferencias que impiden… @dealgunamaneraok...

 Unos y otros. Diferencias que impiden… 

¿De quién es la Kulfas? Dibujo: Pablo Temes

Las internas en el Gobierno bloquean cualquier política racional. La oposición, enredada en pujas de nombres. 

Escrito por Nelson Castro el sábado 04/12/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 


En menos de dos meses, Débora Giorgi quedó fuera del Gobierno. Era la mano derecha de Roberto Feletti en la Secretaría de Comercio pero Alberto Fernández nunca le firmó su decreto de asunción en el cargo. Su jefe directo era el ministro de la Producción, Matías Kulfas, que semanas atrás había desautorizado a Feletti y le había recriminado públicamente haber instalado la versión de un posible aumento de los derechos de exportación a la carne justo en un momento de gran tensión con el campo.

Feletti tuvo una actitud que no es la más indicada, había dicho el ministro aclarando que “pensar en voz alta no es lo más apropiado” y que “de ninguna manera hay una decisión tomada, lo que se está haciendo es analizar diferentes alternativas respecto al tema”. La relación entre ambos se recompuso a medias pero lo cierto es que Kulfas y Giorgi nunca llegaron a trabajar juntos. El fondo de la cuestión está más lejos de los funcionarios de segunda línea. Luego de la remontada electoral en la Provincia y del acto falsamente triunfalista en la Plaza de Mayo, el presidente Alberto Fernández se convenció de que su momento había llegado y buscó empoderar su gestión con una impronta personal. Kulfas lidera la resistencia albertista mientras que Feletti responde al Patria y Débora Giorgi, a CFK.

Desde la usina de pensamiento kirchnerista aseguran que son “especulaciones y cruces domésticos” pero no le auguran mucha vida al ministro de la Producción en el Gobierno: “Hace rato que la jefa lo tiene entre ceja y ceja”, aseguran. 

Para ser exactos, no se trata de discusiones de cabotaje. Las diferencias internas en el Frente de Todos contra Todos ensucian cualquier intento de política racional y dejan a la Argentina renga a los ojos del mundo. La negociación para alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es una muestra de ello. La última carta de la ex presidenta en funciones dinamitó cualquier atisbo de cordura y cohesión interna. “La lapicera no la tiene Cristina... siempre la tuvo, la tiene y la tendrá el presidente de la Nación”. De esta forma, no solo no apoyó de manera clara y contundente las negociaciones con el Fondo, sino que se despegó de las exigencias naturales para llegar a un acuerdo con el organismo de crédito internacional y dejó el ajuste en manos del Presidente. La jugada es clara: ella no está ni estará para los momentos difíciles; es más, se cuidó de no quedar pegada en ninguna de las dificultades que vendrán de cara a la segunda parte del mandato. Si las cosas no marchan bien, la culpa será del Presidente.

Mientras tanto, la realidad sigue dejando su huella de espaldas a las internas. La inflación no cede, las reservas están al límite y el riesgo país sigue por las nubes. 

“Hemos trabajado de manera constructiva, pero hay mucho por hacer todavía. Seguimos comprometidos y estamos listos cuando estamos listos”, dijo Kristalina Georgieva en una entrevista con la agencia Reuters. Esta declaración muestra lo mucho que falta para lograr un acuerdo sin el cual el Gobierno no podrá articular ningún plan económico que augure crecimiento.

La permanente involución


Alberto Fernández finalmente volvió sobre sus pasos y decidió asistir a la jornada de cierre de la 27ª Conferencia Industrial de la Unión Industrial Argentina, pero los gestos ya no alcanzan. El jefe de Estado aseguró que “la Argentina está atravesando un claro proceso de recuperación económica” y volvió a cargar contra “los pícaros que abusan del contexto inflacionario” y aumentan los precios. Los empresarios descreen de cualquier iniciativa en el marco del doble comando y creen que “el Gobierno sigue estancado en persecuciones infantiles sin tocar los temas de fondo “. 

La crisis es de confianza y de credibilidad. Desde el Movimiento Nacional Pyme (Monapy) aseguraron que los hombres de negocios siguen aferrándose a la verdad objetiva. “Es cierto que el gobierno de Macri tomó una deuda impagable, pero también es cierto que con más impuestos hemos ido acumulando más desempleo y más pobreza. Es verdad que hay una incipiente mejora en el nivel de actividad económica pero lo que está logrando es mayor polarización social porque se da en sectores que tuvieron espalda para aguantar la crisis pero no llega al resto de las empresas. Hay que modificar las condiciones laborales y la base impositiva, y promover un desendeudamiento de las pymes, que generan el 70% del empleo en la Argentina”, remarcaron desde el sector. 

Mientras tanto, la oposición sigue enredada en la puja de nombres y pases a tres semanas de los comicios. Las disputas internas dentro del radicalismo se dirimen públicamente. Mario Negri seguiría al frente del bloque en Diputados a pesar del pedido de renovación del ala más cercana a Martín Lousteau y el diputado electo Martín Tetaz luego del veredicto en las urnas. En el entorno del cordobés quieren dar por cerrado el tema pero para los que responden al ex ministro de Economía no está dicha la última palabra. “¿Cómo le explicamos a Rodrigo De Loredo que le ganó la interna por goleada a Negri, después que este le hizo cuatro impugnaciones para que no pueda participar, que llega como diputado con el apoyo del 56% de los cordobeses, que tiene que respaldar a un jefe de bloque repudiado en su provincia?”, se preguntó un diputado de Evolución. En el PRO son algo más discretos pero diferentes fuentes admiten que “el río está revuelto aunque es algo normal en la reconfiguración del poder interno que se inició luego de las elecciones”. Se cruzan los intereses dentro de la coalición opositora.

Por ejemplo, Patricia Bullrich había apoyado de manera explícita a la dupla ganadora de la interna cordobesa y Mauricio Macri quedó del lado de los derrotados. Entretanto, Horacio Rodríguez Larreta sigue sumando nombres del radicalismo en su equipo de la Ciudad de Buenos Aires y esta semana consumó la jugada que cauterizaría las heridas de las PASO: el intendente Jorge Macri desembarcó en el gabinete de CABA como ministro de Gobierno y Asuntos Interjurisdiccionales. El alcalde porteño busca blindarse y ganar apoyo de cara a 2023. 

Lo de Jorge Macri hay que ubicarlo en el contexto de muchos intendentes, tanto del FdT como de JxC que, con la renuncia a su cargo, buscan evitar las consecuencias de la ley que les impide la reelección indefinida, para así poder postularse nuevamente en 2023. ¡Un bochorno!