Señales de amateurismo en medio de un río revuelto…
Delivery Klauss (Lo pedís, lo tenés). Dibujo: Pablo Temes
Oficialismo y oposición
acumularon pasos en falso en los últimos días, y siguen divididos por duras
internas.
Escrito por Nelson
Castro el sábado 25/11/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.
La Cámara de Diputados de la Nación volvió a dejar
vencedores y vencidos esta semana. Juntos por el Cambio había
llamado a una sesión especial para avanzar con un proyecto propio que permitía
la baja del mínimo no imponible del impuesto a los Bienes Personales. Pero el viento a favor que
sopló con fuerza luego de la sesión del presupuesto 2022 no fue suficiente y
terminaron perdiendo por un voto ante el Frente de Todos contra Todos que
impuso el proyecto oficialista. Se adujo un poco de todo.
El propio Martín Tetaz enumeró algunas de las
falencias opositoras que cabalgaron entre la falta de coordinación y de viveza
política. Entre los casos resonantes por las ausencias se contaron tests
positivos de coronavirus –única causa atendible– casamientos de familiares en
Alemania y, aunque resulte difícil de creer, un viaje relámpago a Disney.
La protagonista
fue la diputada cordobesa Gabriela Brouwer de Koning,
del sector radical que se separó de sus pares para formar un nuevo bloque y que
se identifica con el senador Martín
Lousteau. El blooper
desató la furia dentro de la oposición y, muy especialmente, dentro de los
liderados por Mario Negri que aprovecharon para
darle una mano de cal al también miembro de Evolución Radical Rodrigo De Loredo: “La actividad parlamentaria
no es para cualquiera, lo de Brouwer de Koning es de un amateurismo total -en
el mejor de los casos- pero también es hora de marcar la falta de
profesionalismo de Rodrigo De Loredo en sus intervenciones en la sesión de
presupuesto queriendo argumentar cuando no se podía e intentando diferenciarse
de nosotros en cada intervención como si fuera un chico” -se le reprochó cerca
del radicalismo tradicional.
La
irresponsabilidad de los diputados opositores tendrá consecuencias muy
concretas que afectará a la clase media con la que el ensañamiento del
kirchnerismo no cesa nunca.
En el PRO las
fiestas tampoco se pasarán en paz. La reelección indefinida de los intendentes
y los vericuetos de la ley sancionada en tiempos de María Eugenia Vidal ha generado ya nuevos y
vehementes cruces. El martes habrá sesiones extraordinarias en la Legislatura
Bonaerense para tratar el proyecto de Presupuesto 2022, la Ley Impositiva y la
reforma de la Ley de Ministerios.
Diferentes fuentes
indican que podrían colarse en la agenda las modificaciones en la ley que
limita las reelecciones de los jefes comunales para asegurarse que el primer
mandato a considerar sea el iniciado en 2019 y, de esta manera, poder aspirar a
una nueva reelección. En este aspecto coinciden tanto intendentes que responden
a la Rosada como a la oposición. Nada nuevo bajo el sol.
A la hora de
conservar privilegios los colores políticos se confunden en una grisura poco
saludable para la democracia.
En su mensaje, un canto a la hipocresía, el Presidente habló de una
bonanza que no existe.
En el
oficialismo, reanimado tras la victoria legislativa de la semana, no cesan las
peleas internas ni los intentos por destruir a JXC. Son varias las voces
calificadas que han alertado sobre la posibilidad de una eventual salida a la
luz de una denuncia complicando a uno de los ministros importantes durante la
gestión de la ex gobernadora Vidal y, por ende, a ella misma. Los que conocen
el tema hablan de escuchas encontradas en las cuevas de la Agencia Federal de
Inteligencia, AFI. Habrá que estar atentos. De concretarse, sería una más de
las tantas historias producto de la utilización política de los servicios de
inteligencia, algo que este gobierno prometió terminar y, que como tantas otras
cosas, no cumplió.
En ese mismo
tren de chicana permanente hay que ubicar la ida y vuelta generado por el
crítico informe que el Fondo Monetario Internacional emitió sobre el crédito
que le otorgó al país durante la gestión de Mauricio Macri. Ese crédito sobrepasó las
normas de procedimientos habituales del organismo. La sintonía política entre
Macri y Donald Trump fue un elemento clave para su concreción. La necesidad de
apelar al FMI fue consecuencia de los errores cometidos en ese gobierno. Pero
es también cierto, que el endeudamiento que dejó el kirchnerato fue un salvavidas
de plomo que Cristina Fernández de Kirchner le dejó a su sucesor.
El informe del
Fondo no sólo es autocrítico y crítico de la gestión económica del macrismo
sino que también lo es del actual gobierno y, en definitiva, de toda la clase
política. Queda claro la falta de confianza que la Argentina genera en el mundo
y del papel clave que juega esa confianza en la posibilidad de encarar la búsqueda
de las soluciones que se requieren para lograr la consolidación de una economía
lo suficientemente sólida que permita acabar con los insoportables niveles de
pobreza que hoy padecen millones de ciudadanos.
Donde no hubo
mayores divisiones fue en la decisión de los legisladores de otorgar un bono de
22 mil pesos a los empleados del Congreso. La medida irrita no porque no lo
necesiten para enfrentar lo que significa vivir en un país con una inflación
del 50% sino por el bochornoso privilegio que ello representa frente al
miserable bono de 8.000 pesos otorgados a los jubilados que ganan la mínima.
El mensaje con musicalización
que dio el Presidente por cadena nacional en la noche del 24 fue un canto a la
hipocresía y a la fantasía. Alberto Fernández habló de una bonanza que no
existe y de un llamado a la unidad que, en los hechos, contraría día a día.
Nada que sorprenda. Al fin y al cabo es lo que hace habitualmente un mentiroso.