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domingo, 28 de abril de 2024

Bisturí vs. Motosierra. Algo más que discursos… @dealgunamanera...

 Bisturí vs. Motosierra. Algo más que discursos…

 

Radical penitente arrodillado, Rodrigo De Loredo. Dibujo: Pablo Temes. 

Los constructores del relato oficialista deben buscar acuerdos políticos más profundos para tener paz en el segundo semestre.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 27/04/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

“Fue como tirarse un tiro en el pie”. Con esa frase, un conspicuo miembro del gabinete nacional reconoció el grueso error que cometió el Gobierno en su evaluación previa de la marcha en defensa de la universidad pública, que se extendió a lo largo y a lo ancho del país, hecho que, a su vez, resonó muy fuertemente en decenas de medios internacionales.  


El episodio, además, fue producto de una trama que ejemplifica los problemas internos que atraviesan al Poder Ejecutivo. Los protagonistas centrales de esta historia fueron el asesor sin cartera, Santiago Caputo –sobrino del ministro de Economía–, el secretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Caputo y Álvarez llevaron adelante una negociación con el vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, Emiliano Yacobitti con la esperanza de desactivar la marcha. Creyeron que liberando los fondos para los hospitales de la UBA la marcha se suspendería. Cometieron un grueso error. Parece que 
Javier Milei creyó que eso era posible. También se equivocó, motivo por el cual perdió la oportunidad de comunicar durante la inexplicable Cadena Nacional de Radio y Televisión del lunes pasado por la noche, que los fondos que reclamaban la universidades habían sido finalmente transferidos en la tarde de ese día.

Disonancia cognitiva

Así las cosas, el Gobierno le regaló a la oposición un escenario sin igual al que intentó subirse desesperadamente en pos de alguna reivindicación que, hay que decirlo, no logró. Los muy malos discursos que se escucharon de personas identificadas con el kirchnerismo –empezando por la integrante de Madres de Plaza de Mayo, Taty Almeida, hasta de referentes sindicales– generaron el rechazo de muchos de los asistentes al acto, que fueron a defender a la universidad pública y gratuita, y no a la dirigencia opositora y al Gobierno. Esos discursos inflamados de kirchnerismo –“perdimos” dijo Taty Almeida– contrastaron con el impecable documento consensuado por los rectores, leído por la presidenta de la Federación Universitaria Argentina, Piera Fernández.   


La educación pública es un factor determinante en la vida de la sociedad argentina. Es una de las pocas cosas sobre las que no hay grieta. El interminable cierre de las escuelas que, durante la pandemia, ordenó el tándem Alberto Fernández–Axel Kicillof, impactó negativamente a las clases más bajas que expresaron su bronca, a través del voto que capitalizó el hoy disuelto Juntos por el Cambio a lograr una victoria que sorprendió a todos. 

La universidad pública tiene decenas de cosas para mejorar. Claro que debe haber nichos de corrupción que investigar y esclarecer. No por nada el rector, Ricardo Gelpi, hablando con quien esto escribe por Radio Rivadavia respondió “no me consta” cuando fue interrogado acerca de la existencia de hechos de corrupción. Es decir, no negó la eventualidad de su ocurrencia. Para eso es clave el rol de las auditorías y, sobre todo, que se hagan en tiempo y forma. Pero todo eso debe hacerse con las aulas funcionando, así como también las tareas de investigación. Todo eso estuvo y está aún en riesgo. El Gobierno debería cambiar la motosierra por el bisturí. Ya ha sido dicho hasta el cansancio. Curioso que el Presidente y sus ministros no terminen de darse cuenta de esto.  

La conducta del ex superministro como le gustaba que lo llamen– 
Sergio Tomás Massa, en torno a dicha protesta, merece un párrafo aparte. No sólo por la utilización política del caso sino por el propio accionar y el de su gobierno respecto al tema. El derrotado por Javier Milei, había compartido en sus historias de Instagram el spot con el que la Universidad de Buenos Aires convocaba a la jornada nacional del 23 de abril en Plaza de Mayo, bajo el lema #YoVoy. Fue su forma de anunciar que estaría presente. Lo curioso es que Massa en pleno empoderamiento tras la inacción del gobierno de los Fernández para estabilizar la macro, recortó recursos para Educación, Producción, Obras Públicas, Transporte y Salud. En particular, el Tesoro recortó en $ 70 mil millones las transferencias previstas para el Ministerio de Educación, en $10 mil millones al de Salud y en $ 50 mil millones al programa Procrear. Ocurrió en agosto de 2022, cuando pretendió iniciar un ahorro o ajuste fiscal que le diera oxígeno para corregir los desequilibrios. En ese recorte significativo a la educación pública, estaban incluidos unos $ 5 mil millones asignados originalmente a “infraestructura y equipamiento” para educación. La conclusión es simple, histórica y reiterada: cuando el ajuste lo hace el peronismo, se encarga de controlar la calle para no pasar sobresaltos.     


Mañana el Gobierno enfrentará un nuevo capítulo para alcanzar la aprobación de la Ley Bases. Los números parecen holgados para la aprobación en general, pero, una vez más, los problemas aparecerán en la votación en particular de cada artículo. En Balcarce 50 ya dan por sentado que el Congreso no le otorgará al Poder Ejecutivo facultades extraordinarias por más de un año. Para ser justos, prácticamente todos los gobiernos hicieron uso de ellas. Los otros puntos en los que los de Milei tuvieron que ceder posiciones fueron la reforma laboral que, tal como estaba redactada, chocaba de frente con los intereses de los sindicatos y los impuestos al tabaco. En los dictámenes de mayoría alcanzados esta semana, el oficialismo consiguió el apoyo total del PRO, pero la UCR, y Hacemos Coalición Federal anticiparon que plantearán disidencias en varios artículos. 

El Senado se presenta como una ruleta rusa para los libertarios por los constantes ataques verbales del Presidente a los legisladores, en particular, por la suba de las dietas. “Estamos siendo prolijos en todos los frentes. No podemos quedar expuestos otra vez, pero tampoco podemos controlar lo que Javier dice o deja de decir en su cuenta de Twitter” –atinó a decir un aliado de la Libertad Avanza. 

La carta final de los constructores del relato oficialista vuelve a ser el discurso en contra de los enemigos del cambio. Deberán bucear mucho más profundo en la construcción de acuerdos políticos si pretenden que el segundo semestre traiga más alivio que dolores de cabeza.



  

domingo, 25 de febrero de 2024

Sin margen de error... @dealgunamaneraok...

Sin margen de error...

¡Tic, Tac, Tic, Tac! Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes

El Presidente está acostumbrado a frenar antes del precipicio. Pero hoy no hay espacio para equivocarse. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/02/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.   


La presencia en Buenos Aires de la 
subgerenta del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath, y del secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinkenes una demostración del creciente interés internacional que genera Javier Milei. Para consolidar esa tendencia, hay que agregar la visita de un grupo de importantes inversores de primer nivel mundial ansiosos por ver en el terreno cómo funciona esta experiencia nunca vista en la historia de la Argentina y el tratamiento que recibe el Presidente cada vez que se desplaza al exterior. En algunos casos, como si fuera un rockstar, a lo que coadyuva su exuberante personalidad.

Gita Gopinath quedó efectivamente sorprendida y, a la vez, preocupada con lo que vio y escuchó. También habló haciendo hincapié en la necesidad de ampliar la base política del Gobierno para darle una sustentabilidad que hoy no tiene. Pidió prestar especial atención a la situación social, sobre la que se expresaron los diversos interlocutores con los cuales conversó en su breve estadía porteña entre los que se destacan algunos hombres fuertes del sindicalismo como Gerardo Martínez, líder de la Uocra. No fue el único que le hizo saber que los modales del Presidente no lo llevarían a buen puerto y que están siendo muy pacientes con el primer mandatario. La funcionaria del Fondo –por las dudas– también resaltó la inquietud creciente en Washington con la 
cercanía entre Milei y Donald Trump. Al paso que van las cosas, la elección presidencial de los Estados Unidos se va a dirimir entre Joe Biden y Trump. Algo similar le sucedió a Anthony Blinken. El secretario de Estado apoyó en un todo los postulados de La Libertad Avanza. Todos concuerdan con los objetivos del Gobierno. La duda se las genera cuán tolerable será el brutal ajuste que está en ejecución cuyos efectos recaen directamente sobre la población. El ajuste más grande está recayendo sobre la clase media y la clase baja. Por eso los índices de pobreza han experimentado un notable aumento. Las cifras que dio a conocer el estudio de la UCA –al que el Presidente tildó de “dibujo”– lo muestran con sobrada elocuencia. Para el Observatorio de la Deuda Social de esa casa de estudios, en enero la pobreza habría alcanzado su mayor valor en 20 años: 57%.
Por supuesto que no hace falta recurrir a ese estudio para comprobarlo: con caminar por la calle se lo ve.   

La número dos del FMI quedó sorprendida y preocupada con lo que vio y escuchó.

Milei es absolutamente consciente de que la gobernabilidad se la va a dar la marcha de la economía. Lo asiste la razón. Se equivoca cuando piensa que, mientras la economía no encuentre el camino de la prosperidad, hay que hacer show. El paro de trenes que afectó a los trabajadores que más necesitan el servicio pudo haber sido evitado fácilmente. Con haber dictado la conciliación obligatoria hubiese sido suficiente para frenar la medida de La Fraternidad y evitarle a más de un millón de personas la penuria de ir y volver de sus trabajos en condiciones desfavorables. Ello no hubiese implicado ninguna convalidación de la dirigencia sindical cuya mala imagen ya es contundente. 

Otra muestra de la impostada batalla que libra el mandatario es la pelea sin cuartel con los gobernadores por los fondos coparticipables. Los mandatarios de la Patagonia apoyaron el anuncio del gobernador de Chubut, Ignacio Torres, quien amenazó con cortar el envío de petróleo y gas desde su provincia si la Nación no le envía $ 13.500 millones de coparticipación. Ante semejante situación en lugar de apostar al diálogo y generar consensos, el Gobierno se ocupó de apagar el fuego con un bidón de 20 litros de nafta. La cuenta de la red social X  “Oficina del Presidente” mencionó que los $ 13.500 millones descontados que Chubut reclama “corresponden a una deuda que mantiene la provincia con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial” y que “por normas de emisión de dicha deuda, su cobro se realiza por descuento directo de la Coparticipación”. Hasta ahí la justificación técnica; pero el tono sobrador, canchero y patotero del resto del comunicado no hace más que dinamitar cualquier opción posible de diálogo. Este fulbito para la tribuna tiene su explicación en dos direcciones. Por un lado, busca marcar una senda de “escarmiento” que sea visible para el resto de los jefes provinciales. Por el otro, envía un mensaje a los mercados haciendo alarde de su política de cuidado y custodia de los fondos. Cualquiera sea su intención, el Gobierno se embarcó en un camino de ida cuyo efecto es de muy corto plazo. Se puede presionar a algunos por algún tiempo. Pero no se puede asfixiar a todos todo el tiempo.

La dinámica de la realidad jaquea  al nuevo organigrama de reducción de ministerios.

El día a día tampoco le está resultando fácil al oficialismo. La propia dinámica de la realidad, casi pone en jaque al nuevo organigrama de reducción de ministerios. La ministra de Capital Humano Sandra Pettovello no la está pasando bien. En una misma semana su megacartera debió afrontar conflictos muy complejos, entre reclamos docentes al borde del inicio de clases y marchas piqueteras en diversos puntos del país. Existieron fuertes roces con el Ministro de Economía, Luis Caputo. El propio Javier Milei había dicho públicamente que la única autorizada para usar la billetera era su amiga y titular del área de Capital Humano. Pero el hombre fuerte de las finanzas se ha convertido en el custodio de los números oficiales y ha empezado a cosechar críticas por lo bajo: “Toto hace su juego. Está ordenando el descalabro general, pero también aprovecha para sacar algunas ventajas en la consideración política. Molesta un poco, pero es natural”.

El otro receptor de críticas feroces a poco más de dos meses de gobierno es “el arquitecto de LLA”, Santiago Caputo. El ala moderada empieza a preocuparse por la ascendencia que tiene en el Presidente. “Lo potencia en el mal sentido, Javier necesita serenarse y pensar en frío y este chico no ayuda” –se quejan entre dientes.

El Presidente es el único responsable de sus ideas, sus formas y su temperamento. Es un hombre acostumbrado a levantar el pie del acelerador a pocos metros del precipicio, pero debe saber que la Argentina no está en condiciones de resistir nuevos errores de cálculo.




   

domingo, 17 de diciembre de 2023

Los Intransigentes de siempre... @dealgunamaneraok...

Los intransigentes de siempre…  


Felices grietas. Dibujo: Pablo Temes.

La CGT, que se mantuvo callada durante los años de los Fernández, alza la voz ante el nuevo gobierno. Hipocresía.


© Escrito por Nelson Castro el domingo 17/12/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El ajuste es brutal. Ricardo López Murphy lo calificó de “estremecedor”. Es la consecuencia de la desastrosa situación económica que dejó el kirchnerismo. Tan desastrosa es que el mismo ex viceministro de Sergio Massa, Gabriel Rubinstein, reconoció en el áspero diálogo radial que mantuvo con Eduardo Feinmann el jueves por la mañana que, de haber ganado la elección, habrían hecho lo mismo que ha comenzado a implementar la administración de Javier Milei. Claro que Rubinstein también es responsable de este desastre. Un hombre honesto que salió manchado de la gestión de un gobierno y de un ministro candidato al que solo le importó mantener el poder a cualquier precio. En vista de esta coincidencia, la pregunta es cómo reaccionará la sociedad ante las penurias de este duro presente. No es una pregunta que se hacen solo los analistas, los economistas, los sociólogos y los políticos a nivel local, sino que también se expande a todos los ámbitos internacionales en los que se sigue con particular atención y preocupación lo que muchos ya llaman el “experimento Milei”.

En Washington hay una decisión clara de ayudar al flamante presidente. El embajador Marc Stanley, que en la campaña se había inclinado por Massa, viene teniendo una actitud muy proactiva para apoyar y facilitar la interacción con funcionarios de la administración Biden que son clave para destrabar los obstáculos de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. El comunicado que emitió el organismo a poco de conocerse las primeras medidas económicas generó comentarios risueños en los que conocen su dinámica. Durante el gobierno de Alberto Fernández hubo comunicados con textos similares.


Los que hablaron con el Presidente en las horas posteriores a la desprolija grabación del mensaje del ministro Caputo, lo escucharon conforme con la performance del ministro. No es un reproche al ministro, vale decir que, le ha tocado ser vocero a un hombre que en gestiones anteriores nunca quiso pararse frente a las cámaras. La realidad sugiere que aprenderá rápido. No tiene alternativa.

En el acomodamiento del nuevo gobierno ya se van definiendo los roles de cada uno de los ministros y demás integrantes el gabinete. Precisamente, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, es una de las piezas claves de la distribución de poder dentro de ese universo. En consecuencia, su poder es grande y muestra el alto grado de confianza que Milei deposita en él. Elocuencia de ello es la decisión de poner bajo su jurisdicción la Agencia Federal de Investigaciones (AFI).

La otra funcionaria de mucho peso es la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Es una mujer de fuerte carácter y de gran cercanía con el Presidente. Muestra del poder que tienen Posse y Pettovello tienen es que el jefe de Estado ordenó que se acondicionaran dos chalets aledaños a la residencia principal dentro de la quinta presidencial de Olivos para que los usen ellos.

Quien ganó puntos en la semana fue la vicepresidenta Victoria Eugenia Villarruel –que pide ser llamada vicepresidente–. Eso llevó a rehacer la relación con Milei, que estaba dañada. La muestra de poder que exhibió en la designación de autoridades en el Senado, producto de su habilidad en la negociación con otras fuerzas políticas desconocida para muchos, hizo que en la reunión de gabinete del jueves el Presidente pidiera un aplauso para ella. Aún quedan heridos luego del reparto de cargos dentro de La Libertad Avanza. Si bien siempre remarcó que no le interesaban los puestos, Ramiro Marra es uno de ellos. También habrá que ver –dentro del ámbito legislativo– cómo terminan jugando Carolina Píparo en Diputados y Francisco Paoltroni en el Senado. Al formoseño se lo vio furioso por haber perdido la posibilidad de quedarse con la conducción de la Cámara alta.  

El día a día se está haciendo cuesta arriba en muchos despachos de la administración pública. Aprender a utilizar la botonera del Estado no es cosa de un momento a otro. Quienes fueron funcionarios de Cambiemos en la gestión de Mauricio Macri pueden dar testimonio de ello. Hay una foto que se repite en cada despacho de los distintos ministerios y secretarías. Profesionales del ámbito privado –recién llegados a la función pública– desplegando enormes organigramas para estudiar cada uno de sus “ravioles” y comprender la dinámica y la interacción de los hilos del poder. Llevará tiempo. Habrá que ser pacientes.


Sin embargo, la intransigencia y la falta de compromiso con el bienestar general ha sido la regla de los intransigentes de siempre. En realidad, no de siempre. La CGT se mantuvo callada durante el gobierno de los Fernández demostrando una complicidad absoluta con los desastres del gobierno saliente. Que nadie lo olvide: no pelean por los derechos de los trabajadores, pelean por sus propios intereses y los de su color político. Cuatro años de silencio para volver a alzar la voz apenas asumido el nuevo gobierno. Un comunicado de La Bancaria que dirige Sergio Palazzo –a quien se vio muy cerca de Massa en la campaña– publicado en su cuenta en la red social X es una muestra de la desidia y la falta de vergüenza. “Consideramos que los anuncios del ministro de Economía son de una violencia inusitada para la clase trabajadora. Se trata de una confiscación masiva de la propiedad privada y de los derechos patrimoniales de los argentinos. Son los que tienen incorporados como parte de su salario diferido los subsidios a los servicios públicos y al transporte público”. Además de tratarse de una aberración jurídica, habría que preguntarle a Palazzo si los ataques a la propiedad privada del gobierno kirchnerista no le preocupaban, si la inflación del 120 por ciento no le generaba violencia y si haber mantenido pisados los precios de bienes y servicios con políticas populistas no fue parte del problema.

Cuando la hipocresía es la moneda corriente de parte de la clase dirigente, ya sea sindical, política o empresaria, nada bueno puede esperarse en materia colectiva. Más de uno debería reflexionar y pensar seriamente cuáles serán sus próximos pasos.