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domingo, 14 de enero de 2024

Cuando el éxito es un drama… @dealgunamaneraok...

 Cuando el éxito es un drama…   

Voraz, Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes.

La inflación de diciembre es un disparate y no debería celebrarse. Un gobierno que es un experimento.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 13/01/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


La cifra dio la vuelta al mundo: 25,2%. El índice de inflación de diciembre es mucho más que un número: es la consagración del disparate. Es algo irracional que está sucediendo acá y ahora. Acá es la Argentina. Esto es de lo que habla la gente cada hora de cada día. Llamar esto un éxito es otro disparate.  

El Presidente debería ser cuidadoso con el vocabulario. Ese “éxito” significa para gran parte de la población un drama. Una cosa es que el índice de inflación haya sido menor al 30% que esperaba el Gobierno y otra cosa es llamar a ese guarismo un éxito. Para que se tenga dimensión de lo que enfrenta la gente en el día a día, conviene recordar algunos precios.  

Una docena de huevos, dependiendo de su clase, puede alcanzar los 3 mil pesos en un almacén de barrio; 200 gramos de jamón cocido oscilan entre los  mil y 3 mil pesos dependiendo de su calidad; el litro de nafta premium está cada vez más cerca de los 900 pesos. Llenar el tanque de un auto mediano, que tiene una capacidad de 55 litros, sale aproximadamente 40 mil pesos, dependiendo de la estación y barrio de la Capital. Es cierto que Javier Milei lo predijo, así como predijo que estos primeros meses serán duros. Es cierto que, a la luz de tanta mentira y promesa falsa del desastroso gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa y Alberto Fernández, la decisión de no ocultar la realidad es un valor. Pero con eso solo no alcanza. Con eso solo, la gente no llega a fin de mes.  

Nunca se vivió algo así en los 40 años de la reganada democracia       

El gobierno de Milei es un experimento en toda la acepción de la palabra. Nunca se vivió algo así en los cuarenta años de la reganada democracia argentina. Es decir, un gobierno en minoría absoluta en ambas cámaras del Congreso y sin ningún gobernador que le responda queriendo imponer un megadecreto de necesidad y urgencia y un megaproyecto de ley sin ningún acuerdo con el resto de las fuerzas políticas. Hay que recordar que, en el apogeo de su poder, el menemismo tejió un acuerdo con el radicalismo para lograr la aprobación de la Ley de Reforma del Estado.  

Las cosas se hacen aún más complicadas cuando La Libertad Avanza (LLA) busca aplicar un criterio de todo o nada en su discusión parlamentaria. 

Otra vez aparece aquí el tema del fondo y de las formas. Muchas de las reformas que quiere instrumentar Milei son loables. Otras, decididamente no lo son. Es francamente curioso ver cómo algunas de las personas con experiencia en la función pública en anteriores gestiones que forman parte de la actual administración no se dan cuenta de lo vulnerable que, desde el punto de vista del derecho constitucional, es el DNU. Las sucesivas cautelares que se vienen dictando lo demuestran. A esta altura ya son más de 60 los amparos presentados. El Gobierno apuesta a que, una vez terminada la feria judicial, sea la Corte Suprema la que se aboque al tema y le dé luz verde. Hay que recordar a su vez que, antes de iniciarse la feria judicial, la Corte aceptó la presentación que hizo el gobernador de la Rioja, 
Ricardo Quintela –el mismo que dijo que si Milei ganaba renunciaría, promesa que no cumplió, algo habitual en muchos dirigentes del peronismo que hacen de la mentira un dogma– pidiendo la declaración de inconstitucionalidad del DNU. 

A pesar de su reticencia, el Gobierno en general y Javier Milei en particular chocaron de frente con la política y no tuvieron más opción que negociar en el Parlamento. Haber enviado a cada ministro a defender la ley ómnibus no fue una mala jugada, pero se notó la diferencia de experiencia y solvencia de cada uno. Lo que sigue generando roces con los otros bloques legislativos –y lo seguirá haciendo– es que el Presidente no oculta su desprecio por todo este ejercicio que se vio obligado a hacer para poder avanzar. Es en el fondo, desprecio por la política. Debería reflexionar y darse cuenta de que una cosa es “la casta” y otra muy distinta el ejercicio democrático. En JxC –sobre todo en el PRO– salieron de urgencia a reclutar gente de la sociedad civil (empresarios, cámaras y académicos) para ir a defender la ley ómnibus en el plenario de comisiones del Congreso que continuará mañana. Algunos expondrán en forma presencial y otros de manera virtual. En el equipo amarillo, con algunos matices, están trabajando a destajo para darle soporte parlamentario al oficialismo. 

Muchas de las reformas que se quieren implementar son loables. Otras, no.   

En la UCR la división es bastante más elocuente. Allí continúan las negociaciones para definir cómo pararse ante las reformas que plantea el Ejecutivo y ya se observa cierta tensión entre los duros y los dialoguistas. La Unión Cívica Radical es dueña de 34 bancas y se ha convertido en el principal bloque al que el Gobierno deberá convencer para poder avanzar con la ley ómnibus y el resto de sus proyectos. Facundo Manes, el jujeño Gerardo Morales y hasta Julio Cobos sostienen que la bancada debe adoptar una posición intransigente frente a los deseos del Gobierno.  

Del otro lado, 
Rodrigo de Loredo y Karina Banfi, entre otros, se anotan como una oposición constructiva y dialoguista. Aunque la ley ómnibus –con modificaciones– tiene grandes chances de ser aprobada, todo está por verse.  

El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional se alcanzó tras un trámite rápido. Nada que sorprendiera: el programa ultraortodoxo que intenta instrumentar el Gobierno no puede cosechar más que apoyo por parte del organismo. Atrás quedaron las tortuosas negociaciones que fueron moneda corriente durante los cuatro años de la administración kirchnerista.  

La pregunta que –más allá de ese apoyo– se hacen desde Kristalina Georgieva hasta el último de los funcionarios involucrados en las tratativas con 
Luis Caputo y su equipo es si lo que propone LLA se podrá implementar o no. Y más allá de los planes en materia económica que figuran en el Excel, el termómetro de viabilidad lo seguirá marcando la gente.




    

domingo, 23 de julio de 2023

Vamos viendo. El ritmo lo marca el Fondo… @dealgunamaneraok...

 El ritmo lo marca el Fondo…


“Rebencazo cósmico... de qué planeta viniste” Kristalina Georgieva. Dibujo: Pablo Temes.

La suerte del Gobierno dependerá en gran parte de cómo marchen las negociaciones en Washington. En Juntos, todo es disputa.


© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/07/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El Gobierno raspa el fondo de la olla en búsqueda de los dólares que no tiene. La dura negociación con el Fondo Monetario Internacional lo complica todos los días. Sergio Massa creyó que, a la manera de un encantador de serpientes, iba a poder convencer a los duros del board del directorio del organismo internacional de las maravillas de su plan “vamos viendo”. Creyó que con el despliegue de sonrisas para las varias fotos que ya se sacó con Kristalina Georgieva sería suficiente para destrabar cualquier negociación. Evidentemente, no hizo una buena lectura de la situación interna del FMI.  El Gobierno raspa el fondo de la olla en búsqueda de los dólares que no tiene. La dura negociación con el Fondo Monetario Internacional lo complica todos los días. Sergio Massa creyó que, a la manera de un encantador de serpientes, iba a poder convencer a los duros del board del directorio del organismo internacional de las maravillas de su plan “vamos viendo”. Creyó que con el despliegue de sonrisas para las varias fotos que ya se sacó con Kristalina Georgieva sería suficiente para destrabar cualquier negociación. Evidentemente, no hizo una buena lectura de la situación interna del FMI.

La directora gerenta no puede hacer nada por sí sola. Debe contar con el apoyo de los directores que pertenecen a los países claves. Ese apoyo, hasta hoy, no está. No significa que no pueda aparecer en la semana que comienza ante el vencimiento que tiene que afrontar el Gobierno. Lo que expresa este complejo momento es que la “magia” del ministro candidato está en declive. Es lo que refleja el aumento incesante del dólar blue, cuya consecuencia, como siempre, sufre la ciudadanía. Cuando el dólar paralelo sube, suben también los precios. Es inevitable.

Otro de los efectos de mayor impacto es el de la reducción de las importaciones. Subyace en muchos la equivocada idea de que la caída de las importaciones afecta a productos terminados o bienes suntuarios. Es la cantinela que quedó de las épocas de Guillermo Moreno como secretario de Comercio Interior y su fracaso absoluto. Se trata de un grueso error. En estos días se conoció el reclamo de las principales cámaras y entidades que proveen equipamiento, insumos, reactivos y elementos críticos para el diagnóstico. Denunciaron que “por las actuales restricciones normativas y cambiarias se les impide el normal abastecimiento del sistema sanitario”.


Un espectáculo decadente


De persistir esta situación se complicará aún más la realización de procedimientos médicos, intervenciones quirúrgicas de distintas especialidades, trasplantes, análisis de laboratorio y tratamientos odontológicos. Esto no solo afecta al sistema de salud privado, sino también al público. Uno de los empresarios del sector habló estos días con Sergio Massa para alertarlo sobre la situación. La respuesta que recibió lo dejó ensimismado: “No hay más dólares para nadie”, le dijo en tono cortante el ministro. La falta de previsión otra vez mostró su cara más dramática. Hace al menos seis meses, un empresario que pidió reserva de su nombre ya había levantado la voz para denunciar la falta de medicamentos para la epilepsia en menores de edad y la lentitud del trámite para su ingreso. En la misma línea y para tener una pintura exacta de lo que venía sucediendo, bancos, empresas de pagos y crédito carecían de los plásticos y chips para abastecer de tarjetas de débito y crédito a sus clientes. Esta es la realidad de un país que navega por aguas turbulentas. 

En materia de política electoral el oficialismo tampoco la pasa bien. A mediados de junio último, los intendentes habían recibido la indicación directa de potenciar a Wado de Pedro –el candidato que no fue–. Esa bajada de línea había llegado de parte de Máximo Kirchner y llegó a cada uno de los intendentes bonaerenses que responden a CFK. Al día de hoy la realidad es otra. Esos mismos jefes comunales deben tragarse el sapo de Massa, a quien infinidad de veces habían tildado de traidor. Tampoco se sienten cómodos cruzando de vereda para apoyar a Juan Grabois, rival interno del tigrense que los llevaría a una derrota segura. La tentación de ir con una boleta corta sobrevoló diferentes territorios pero 
Axel Kicillof está trabajando a destajo para que eso no sea posible justo en el distrito donde el oficialismo tiene chances reales de ganar. Es imperioso contener la tropa sea como sea. Sin embargo, el gobernador no tiene grandes ofertas para seducirlos. El contexto económico dominado por la crisis lo obligó a reunirse con los jefes comunales en la gobernación bonaerense y comunicarles que no tendrán la posibilidad de hacer inauguraciones con cortes de cinta y ampulosas recorridas en territorio.

Un Massa para cada gusto 

Más aún, les pidió un detalle de las obras en marcha en sus distritos para delimitar una hoja de ruta acotada que les permita mostrar gestión. “Esta será una campaña que traccione de abajo hacia arriba. Hay intendentes que en sus distritos miden mucho mejor que los candidatos nacionales. Con el respaldo del gobernador y la fuerza de los caciques territoriales estamos en condiciones de salir a dar pelea” –aseguró un peronista que conoce el armado interno de varios municipios–.  

Aun así, en algunas localidades persisten los problemas de cartel y los enfrentamientos clásicos entre peronistas y camporistas. Un claro ejemplo se vive en la localidad de Hurlingham, donde Juanchi Zabaleta intentará recuperar su tierra y deberá enfrentar en unas PASO dentro de Unión por la Patria a Damián Selci, fogoneado por Máximo Kirchner, que sigue haciendo de las suyas. 

Así y todo, hay entre los intendentes peronistas un sentimiento de reivindicación y revancha. Saben que Axel Kicillof los necesita y se frotan las manos cada vez que “el chiquito” les pide que trabajen en pos de la participación del electorado en las primarias. Reunir masa crítica será clave en esta elección.

Camino largo y tedioso


Es, en definitiva, un reconocimiento al poder territorial. Sin embargo, más allá de los armados internos, la suerte del Gobierno dependerá en gran medida del ritmo en el que se desarrollen las negociaciones con el Fondo. 

La oposición acarrea los mismos problemas de siempre. No logra salir de su pelea furibunda que genera vergüenza, cansancio y enojo entre los votantes. Nadie está dispuesto a ceder un ápice y todos creen alzarse con la razón. En el espacio comandado por 
Horacio Rodríguez Larreta se lamentan por el golpazo que significa la caída en la intención de voto en su propio distrito a manos de Patricia Bullrich. Los porteños parecen darle vuelta la cara a su jefe de Gobierno, y las encuestas –muchas de las cuales no se publican– le dan una ventaja a la exministra de Seguridad de más de 10 puntos en CABA.

Entre tanto, el alcalde porteño se regocija con una leve ventaja en el Conurbano y el reciente triunfo en la provincia de Santa Fe. En el búnker de los bullrichistas aseguran que arrasan en el interior bonaerense y en las provincias más tradicionales. Pero una preocupación los aqueja por estas horas: saben muy bien que el aparato fiscalizador de HRL de la mano de una parte importante del radicalismo es marcadamente superior y esta será una elección que deberá ganarse en todos los frentes. Lamentablemente las disputas de poder continúan por encima de los problemas de la gente.




   



domingo, 26 de febrero de 2023

Todos contra todos... @dealgunamaneraok...

Todos contra todos...


Alberto Fernández y Enrique Rodríguez Larreta. Dibujo: Pablo Temes.

La política ignora problemas de la mayoría y se hunde en las luchas de poder internas.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 25/02/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Ya no es una humorada ni mucho menos una metáfora. Las peleas, tironeos y acusaciones tanto dentro de la coalición gobernante como de la oposición son –tristemente– el hecho más destacado de la semana. Una vez más, los intereses políticos estuvieron por encima de todo y de todos. Ciudadanos que ya no soportan la inflación, la inseguridad, el empleo precario y, sobre todo, la falta de rumbo y previsibilidad.

El inicio del ciclo lectivo sumó un nuevo frente de angustia para los padres de los millones de alumnos que han comenzado las clases como pudieron y con lo que pudieron. Equipar a un alumno de nivel primario para que pueda desempeñarse en la escuela con los útiles correspondientes –sin contar la vestimenta– significa para una familia una erogación que supera cómodamente los $ 50 mil. Ya nadie se sorprende de la gama de disparates en
tre precios de un mismo segmento. Por citar un ejemplo, una cartuchera puede costar desde $ 1.500 hasta los $ 19 mil. La Argentina es inviable para una porción cada vez más grande de sus habitantes. 

Sin embargo, la agenda política les da vuelta la cara a los problemas que aquejan a la mayoría y se sumerge egoístamente y de manera obscena en las luchas de poder internas y los problemas de cartel. Veamos pues algunos de los pasos de comedia de este show electoralista vergonzante.

La primera luz amarilla para el Frente de Todos contra Todos fue la fractura de su bloque en el Senado. Fueron cuatro legisladores del PJ que integraban el Frente de Todos más la cordobesa Alejandra Vigo, que responde a Juan Schiaretti.

Guillermo Snopek, jujeño y del PJ, salió a hablar pestes de Alberto Fernández prácticamente haciéndolo responsable de su decisión. Por las dudas –para no ofuscar a la jefa– habló con la vice en funciones y hasta le escribió una carta que hizo pública. Carlos Camau Espínola, peronista de la provincia de Corrientes en 2014, había sido secretario de Deportes de Cristina. Esta vez, arremetió contra ella y aseguró que no está proscripta y que puede presentarse a las elecciones, sumándose al elenco de Aníbal Fernández que, apenas unas horas antes, había dicho lo mismo para sacar de quicio a los K más rancios. La cordobesa Alejandra Vigo es la esposa del gobernador Schiaretti, lo que despertó suspicacias sobre los intereses del gobernador en que la fractura efectivamente se produjera. Edgardo Kueider es un hombre cercano al gobernador entrerriano Gustavo Bordet, y la puntana Eugenia Catalfamo responde al gobernador Alberto Rodríguez Saá. Más allá del paisaje variopinto, Cristina Kirchner tendrá mayores dificultades para conseguir el quórum de 37 senadores nacionales. 

El lanzamiento de la precandidatura a presidente de Horacio Rodríguez Larreta 
desató un terremoto dentro de No tan Juntos por el Cambio. No fue el qué sino el cómo. El alcalde porteño utilizó una catarata de metáforas audiovisuales para promover la unidad de los argentinos y el tan mentado final de la grieta. Luego de varios cruces por tuit con Patricia Bullrich, que salió a fustigarlo y a advertirle que no se puede dialogar con gente como CFK, Baradel o Hugo Moyano, redobló su postura. Parecería haber un problema de base en la concepción de “grieta” que se desprende de las reflexiones de algunos dirigentes.

La grieta no es solo política, la grieta va más allá de los nombres, es un problema cultural y moral que dividió nuevamente a los argentinos. Hay en la entrelínea del discurso de HRL una idea que saca de sus cabales a Patricia Bullrich y al propio Mauricio Macri. La política de conciliación implica levantar la veda sobre ciertos personajes cuyos nombres no son compartidos ni aceptados puertas adentro del PRO. “Horacio con mucha sutileza en su mensaje está avisando que está dispuesto a sentarse con todos o casi todos en su idea de construcción política y eso para muchos es inaceptable”, asegura una fuente del PRO que tiene diálogo con halcones y palomas. Es correcto pensar que no se puede sostener un país dividido.

Pero ¿fué acertado el enfoque unidireccional y casi monotemático utilizado por el jefe de Gobierno? No hubo propuestas ni empatía con los padeceres de millones de argentinos. No tuvo determinación ni intención de abordar los temas más calientes de la coyuntura. Sabor a poco para todos los votantes que necesitan que la dirigencia les quite un pie de encima y los ayude a solucionar los problemas del día a día. 

En paralelo y con la frialdad de cálculo que lo caracteriza, el expresidente 
Macri se mostró con María Eugenia Vidal, que intenta recuperar terreno en la interna. El ingeniero alienta la competencia y sigue sin dar señales concretas sobre su futuro. Es el juego que mejor maneja mientras todos, aunque lo nieguen en público, esperan su guiño para definir la pulseada alimentando su poder interno y su capacidad de negociación con el futuro presidente, sea cual fuere el candidato. 

Todo esto ocurre con el descalabro de la economía como telón de fondo. El superministro Sergio Massa no logró sostener los compromisos que asumió la Casa Rosada con el 
FMI sobre los dólares y la acumulación de reservas que, según reconocieron en el propio Banco Central, apenas alcanzan los US$ 4.000 millones. La meta para marzo es incumplible y, curiosamente, la sequía que actuaba como verdugo podría convertirse en el nuevo salvador si se logra activar una especie de cláusula de contingencia prevista para estos casos. En el massismo vuelven a prenderle velas a Kristalina Georgieva, los tiempos se acortan y los números no cierran para esta Argentina del disparate donde los candidatos creen ser más importantes que la propia gente.




    

domingo, 23 de enero de 2022

Negociación con el FMI. Acuerdo sin ajuste… @dealgunamanera...

 Negociación con el  FMI. Acuerdo sin ajuste… 

El ministro de Economía, Martín Guzmán, junto a la directora del FMI, Kristalina Georgieva.

Las negociaciones de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional están trabadas en un punto: el gobierno nacional no está dispuesto a hacer el ajuste que le pide el organismo multilateral de crédito. La Argentina quiere un acuerdo, pero no el que la obligaría a la aplicación de las recetas económicas tradicionales del Fondo. Éstas ya se pusieron en práctica muchas veces, siempre con pésimos resultados.

© Escrito por Carlos Heller (*) 23/01/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

 

¿Qué quiere decir ajuste fiscal? Recortar lo que el Estado invierte en Salud, Educación, Ciencia y Tecnología, Obras Públicas, Medio Ambiente, entre otras áreas. Es decir, en todo lo que tiene que ver con el bienestar de la ciudadanía. 

El FMI lo ha expresado claramente: “las economías emergentes deben prepararse para el endurecimiento de la política de la Reserva Federal (…) Ante las condiciones de financiamiento más restrictivas, los mercados emergentes deben adaptar su respuesta en función de sus circunstancias y vulnerabilidades (…) En cualquier caso, parte de la respuesta debe consistir en dejar que las monedas se deprecien y en elevar las tasas de interés de referencia. Si surgen condiciones desordenadas en los mercados cambiarios, los bancos centrales que cuenten con suficientes reservas pueden intervenir, siempre que tal intervención no suplante el debido ajuste macroeconómico”. 

Es el manual histórico de las políticas regresivas. 

En ese escenario, en el plano internacional el gobierno nacional despliega una serie de acciones. Por ejemplo, trata de influir en distintos países, entre ellos Estados Unidos, quien fue clave para la autorización del crédito que el FMI le concedió a la Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri. Un préstamo de esas características, por fuera de lo estipulado en los estatutos del Fondo, no pudo ser aprobado sin la intervención activa de los Estados Unidos, que por su participación accionaria tiene poder de veto sobre las decisiones que se toman en ese organismo multilateral. 

La posición del gobierno argentino tiene apoyos diversos. Legisladores norteamericanos demócratas, entre otros, le demandan a la Reserva Federal que escuche los planteos de los países endeudados. En paralelo, un equipo de abogados del Centro de Investigación Social dependiente de la London School of Economics presentó un análisis jurídico en el que describe las condiciones absolutamente irregulares en las que se le dio el crédito a nuestro país. En síntesis: si el FMI hubiera actuado de acuerdo a su estatuto, la Argentina no tendría el actual endeudamiento. 

En los últimos días apareció un informe de OXFAM, la organización internacional que, entre otros temas, estudia la fuga de capitales hacia las guaridas fiscales. El mismo sostiene: 

Desde el inicio de la pandemia ha surgido un nuevo milmillonario en el mundo cada 26 horas. 

Los diez hombres más ricos del mundo han duplicado sus fortunas en este periodo mientras que, se estima, más de 160 millones de personas cayeron en la pobreza.

Solo con las ganancias que Jeff Bezos ha amasado desde que comenzó la pandemia se podría vacunar a toda la población mundial. 

Las riquezas de una pequeña elite de 2755 milmillonarios han crecido más desde los inicios de la pandemia que en los últimos 14 años. 

Los gobiernos de todo el mundo pierden más de 200 mil millones de dólares anuales a causa de la evasión y elusión fiscal de las empresas. 

En ese marco, el planteo del gobierno nacional es muy sencillo: en lugar de ajuste, propone aplicar políticas de progresividad impositiva y de distribución del ingreso como las que recomiendan hasta los organismos multilaterales. No está promoviendo políticas extrañas: son iniciativas expansivas similares a las que muchos países centrales llevan adelante. La Argentina afirma: “nosotros queremos acordar, nosotros queremos pagar, pero para eso primero tenemos que crecer para tener más recursos”. En definitiva, el país impulsa un modelo de crecimiento con la gente adentro.  

* Diputado nacional por el Frente de Todos y Presidente del Partido Solidario.



 

lunes, 1 de noviembre de 2021

Francisco dijo No… @dealgunamaneraok...

 Francisco dijo No…

 


Res, non verba. Papa Francisco. Dibujo: Pablo Temes


Trastienda del intento de cumbre de Alberto F con el Papa. La imagen argentina, muy afectada.

 

El Papa fue terminante: “No voy a recibir al presidente Alberto Fernández por la sencilla razón de que ningún papa recibe a un presidente cuando su país está en medio de un proceso electoral”.

 

© Escrito por Nelson Castro desde la Ciudad de Roma, República de los Italianos.


 

Una fuente inobjetable del Vaticano contó en detalle lo que sucedió. Hubo funcionarios del gobierno argentino –cinco– que llamaron a la Santa Sede para gestionar la entrevista con el Sumo Pontífice. Para el Gobierno, una foto del Presidente con Francisco era una carta electoral importante. Lo rudimentario de este pensamiento no deja de asombrar. En 2013, Cristina Fernández de Kirchner buscó denodadamente la foto de Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro.

 

Alberto Fernández llegó a Roma con el objetivo de obtener apoyos concretos para la compleja negociación que el gobierno argentino está llevando adelante con el Fondo Monetario Internacional para acordar mejores condiciones de pago para la pesada deuda contraída durante la gestión de Mauricio Macri. Curiosamente, el marco de la pandemia ha hecho que el tema de las ayudas a los países más pobres esté sobre la mesa de las discusiones de los líderes del mundo, categoría a la que no pertenece el actual jefe de Estado ni ningún otro de la Argentina. Nuestro país carece de centralidad desde hace décadas y nada parece augurar que esto vaya a cambiar en el presente ni en el futuro inmediato.

 

En este ámbito de mayor comprensión hacia los países con problemas graves de deuda, el Presidente choca con tres problemas puntuales: el primero es el endurecimiento del discurso de campaña contra el FMI y la actividad empresarial; el segundo, la falta de un plan económico concreto; y el tercero, las dudas que hay en cuanto a quién tiene el poder real.

 

Dos fuentes del entorno de Olaf Scholz, el actual ministro de Finanzas y casi seguro futuro canciller de Alemania, señalaban la sorpresa que produjo en Merkel y Scholz el conocimiento de algunas de las últimas expresiones del ministro de Economía, Martín Guzmán. Su virulencia sorprendió. Lo mismo se aplica al Presidente.

Lo mismo se aplica para la debilitada Kristalina Georgieva. La directora gerente del FMI tiene hoy poco margen de poder para maniobrar acuerdos por fuera de las estrictas normas que le impone el board del organismo internacional.    

 

La imagen internacional del gobierno argentino es mala. Esto no es ninguna novedad, más allá de los aspectos formales de lo que suceda con las reuniones que mantenga AF en este fin de semana como el lunes y el martes en Glasgow durante la cumbre del Cambio Climático.

A la hora en que escribimos esta columna desde Roma, el gobierno argentino sigue bregando por una reunión bilateral con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.

 

Esa foto con “el compañero Biden”, como lo llaman algunos funcionarios de los que forman parte de la comitiva presidencial, sería un logro para AF. Fernández y Biden se habrán de conocer durante esta reunión y habrá entre ellos algún intercambio de palabras circunstanciales.

 

De acá. Volviendo al ámbito local, en la UCR sienten que tienen la fuerza para poner un presidente en la Casa Rosada. En realidad, el impulso de luchar dentro de Juntos por el Cambio y de “dejar de ser el furgón de cola de la coalición”.

 

El acto en Ferro dejó su mensaje. Se trata de una intención manifiesta de señalar que van a disputar el poder de cara a 2023 pero siempre dentro de la coalición como marco político necesario.

El que avisa no traiciona.

 

Sin embargo, hay quienes prefieren dejar los manifiestos de lado y volver al pragmatismo del trabajo en el terreno.


Por eso, el día del acto en Ferro Martin Lousteau, uno de los hombres fuertes de la UCR, estuvo en Catamarca para apoyar a los candidatos a senadores y a diputados siguiendo con su estrategia de recorrer el país, en especial las provincias que eligen senadores. Lousteau cree que ahí se juega la clave del futuro: primero poder sacarle el quórum a Cristina Kirchner en la Cámara alta y recién después de las elecciones encarar todas las discusiones puertas adentro que deben darse para definir roles y protagonismos. “El posicionamiento interno debe estar en un segundo plano frente al debate sobre la construcción de un verdadero plan de salida para el país en 2023”, aseguran en su entorno.

 

Dentro del ala amarilla de JxC aceptan la discusión de sus socios, aunque la consideran “prematura y teñida de cierto tufillo de revancha”. El principal apuntado fue Gerardo Morales por su ímpetu y sus formas. De todos los que se expresaron en contra de la decisión del ex presidente Mauricio Macri de no presentarse a declarar y luego de mostrarse rodeado de partidarios el jueves en el juzgado de Dolores, fue el más duro al compararlo con el kirchnerismo.

 

No cayó nada bien.


“No fue una movilización armada al estilo K acarreando gente en colectivos bajo amenaza de no cobrar los planes sociales. Fue un acompañamiento espontáneo de dirigentes que quisieron estar ahí”.

 

El escenario actual de cara a las elecciones del 14 de noviembre es fluctuante. “La foto al día de hoy muestra un resultado ajustado en la Provincia. Pero atención: las boletas recién están saliendo a la calle y en sectores del Conurbano como La Matanza hay gente que aún no termina de asociar a Santilli y Manes dentro del mismo equipo. La semana que viene esto se debería revertir y ocasionar un despegue con un escenario más preciso”, admitió una fuente inobjetable de Juntos que conoce la PBA.

 

Respecto a la interna y la lucha de poder que se produce entre la Unión Cívica Radical y los referentes del macrismo, la misma fuente aseguró: “Me consta que todos hicieron el esfuerzo que debían para que haya paz. La unidad es el camino. Después lógicamente hay diferentes temperamentos y apetencias personales. Pero no debería haber sobresaltos”.

 

La realidad convierte el potencial en un imperativo que debe cuidarse a toda costa: no puede haber sobresaltos si se quiere construir una alternativa real, capaz de enfrentar al kirchnerismo y cambiar el rumbo de nuestra alicaída república.