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sábado, 7 de diciembre de 2019

Procesan a Juan José Aranguren y Laura Alonso por el "Caso Shell"… @dealgunamanera...

Procesan a Juan José Aranguren y Laura Alonso por el "Caso Shell"…

Juan José Aranguren y Laura Alonso. Fotografías: Cedoc 

El exministro de Energía y la titular de la Oficina Anticorrupción son investigados por negociaciones incompatibles en la función pública.

© Escrito por Cecilia Devanna el viernes 06/12/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Laura Alonso, titular de la Oficina Anticorrupción (OA), y Juan José Aranguren, exministro de Energía, fueron procesados este viernes 6 de diciembre por decisión del juez federal Luis Rodríguez por contratos firmados por el Gobierno de Mauricio Macri con Shell. En el caso de Aranguren es por el delito de negociaciones incompatibles con la función pública y en el de Alonso, por encubrimiento y abuso de autoridad.  

La causa, en la que ambos fueron indagados la semana pasada, comenzó por una denuncia de los legisladores del Frente para la Victoria (FpV), Rodolfo Tailhade y Martín Doñate. La presentación se hizo en el año 2016 y apuntaba a determinar si Aranguren incurrió en el delito de negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública. En particular, señalaba las decisiones tomadas durante su gestión, que —según la denuncia— habrían apuntado a beneficiar a la petrolera Shell en operaciones de compra de gas a Chile, lo que supondría para él un beneficio económico al continuar siendo accionista del Grupo Royal Dutch Shell PLC. 


En el caso de Alonso, la hipótesis de la justicia es que, como titular de la OA, habría encubierto la conducta de Aranguren, cuando estaba obligada a investigarlo.  El procesamiento es por el delito de encubrimiento para ayudar a eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse a la acción de ésta, agravado por ser funcionaria pública, en concurso ideal con el delito de abuso de autoridad.


En su resolución de 136 páginas, Rodríguez sostuvo que: “el denominador común que poseen las conductas reprochadas a los imputados Aranguren y Alonso, radica en que las acciones de los mismos son impropias a los compromisos internacionales asumidos por nuestro país en materia de anticorrupción”.

Tras lo cual apuntó directo a la titular de la OA y aseguró: “pero lo paradójico de este expediente es que Laura Alonso se encuentra a cargo de la Oficina Anticorrupción, es decir, el organismo administrativo que debía controlar la actividad del entonces Ministro de Energía y Minería de la Nación, Ing. Juan José Aranguren”.

Luego, el magistrado agregó que: “se ha demostrado, con el grado de certeza aquí exigido, que Juan José Aranguren en su calidad de Ministro de Energía y Minería se interesó en que la empresa Shell incrementara sus operaciones de importación de petróleo crudo y derivados, demorando los controles que le correspondían en razón a su cargo y determinando tardíamente la implementación de un registro que permitiera controlar esta situación”.

En esa línea, sostuvo: "Y que ello permite dar por acreditado el aspecto objetivo de la figura de negociaciones incompatibles en el ejercicio de la función pública en orden al incremento desmedido de la empresa Shell”. En tanto que, sobre las resoluciones tomadas en el caso por Alonso, Rodríguez consideró que "parecen estar más dictadas para calmar un clamor social en torno a una tenencia de acciones que no se encuentra prohibida por ley, que para disipar las cuestiones allí planteadas por los denunciantes en orden a los fines propios de esa oficina, esto es la lucha contra la corrupción”.


Para el juez, "todo esto sirvió como un vil intento de ayudar al encartado Aranguren a evitar la investigación llevada a cabo por estos estrados, dándole el respaldo de quien se encuentra a cargo de la oficina que debe velar por el cumplimiento de las previsiones establecidas en la Convención Interamericana contra la Corrupción”.


Con sus procesamientos, ambos se convierten en los dos nuevos funcionarios o ex funcionarios de Cambiemos en esta situación. Se suman a Luis María Blaquier, ex funcionario del actual oficialismo, quien fue procesado en el marco de una causa en la que se investigan irregularidades en el manejo del Fondo de Garantías de Sustentabilidad (FGS) del ANSES.  

CD/FF





domingo, 24 de junio de 2018

Momento crucial… @dealgunamanera...

Momento crucial… 

¡Saltó la térmica! Juan José Aranguren | Dibujo: Pablo Temes

Conflictos puertas adentro y afuera. Macri necesita dar un golpe de timón y hacer un relanzamiento.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 24/06/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el Gobierno se vive un estado deliberativo. Aun cuando en la jura de los nuevos ministros se respiró un aire de optimismo que no se veía desde hacía semanas, las aguas siguen revueltas. Las causas para esto fueron dos: el ascenso de la Argentina a la calificación de país emergente y la liberación de los 15 mil millones de dólares correspondientes al primer desembolso del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). No obstante, el impacto de la crisis sigue siendo alto dentro del oficialismo.

La decisión de Mauricio Macri de anunciar el relevo de dos de sus ministros –Francisco Cabrera, de Producción, y Juan José Aranguren, de Energía– el sábado por la noche dejó sorprendidos a muchos.

Cabrera es alguien que nunca tendría que haber sido designado al frente de la cartera de Producción. Su proveniencia del mundo de las finanzas lo puso lejos, muy lejos, del paradigma conceptual que requería su cargo. “Nunca fue un ministro de Producción”, sostiene una voz de consulta del Gobierno. Ningún grupo de empresarios quería hablar más con Cabrera porque consideraban que la relación con él era inservible. Pero todo el mundo sabía que era un protegido de Macri y que criticar a Cabrera era criticarlo a él. Por eso muchos silenciaron sus críticas. Esa pertenencia al entorno presidencial explica también por qué el ahora ex ministro fue designado presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).

En cambio Aranguren no tuvo la misma suerte: para él hubo palabras de agradecimiento de parte del jefe de Estado pero ningún cargo. El ex ministro se fue del Gobierno enojado y dolido. Se enteró de que lo habían echado en medio de una reunión de trabajo con empresarios del sector que se estaba desarrollando en San Carlos de Bariloche. Aranguren, un hombre que dejó su cómodo sillón de la actividad privada para ingresar a la función pública, quedó expuesto al escarnio como consecuencia de la mala implementación que hizo de los aumentos de las tarifas de gas y electricidad. Le faltaron calle y sensibilidad social. Eso lo convirtió en el blanco de las críticas no solo del ciudadano de a pie sino de varios de sus colegas dentro del Gobierno. En su descargo hay que decir que todo lo que hizo –lo bueno y lo malo– contó con el respaldo total del Presidente. Por eso pudo resistir los embates del triunvirato Peña, Quintana y Lopetegui que, luego de los tarifazos –no antes– lo lapidaron.

Reacomodamiento. El presente ha descolocado al Gobierno. Lo ha sacado de un limbo en el que entró después del resonante triunfo electoral de octubre. Por eso hay un estado de reunión permanente del equipo de comunicación en el que hay suma preocupación por la evaluación día a día de la imagen de la aceptación del Gobierno. 

Los datos muestran una caída significativa. 

Esa caída lo acerca peligrosamente a los números de Cristina Fernández de Kirchner. El Gobierno hoy está en 32 puntos y la ex presidenta en 30. Por ello, en el oficialismo se está analizando la estrategia comunicacional a seguir para manejar en un momento en el que casi todo lo que se tiene para anunciar es peor que lo que había.

Por ello, a diferencia de lo que pasaba tres meses atrás, hay una suerte de integración de los equipos técnicos de Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Marcos Peña, a quien se ha decidido correr de la actividad diaria, sin que ello signifique que deje de monitorearla. De ahí sus recientes viajes al Reino Unido y a los Estados Unidos. El esquema de comunicación está siendo revaluado todo el tiempo porque lo que el Gobierno todavía no encuentra es un discurso que lo ayude a contener el mal humor social reinante. Esa suerte de desesperanza que generó la bochornosa actuación de la Selección de la Argentina contra Croacia y su posible vuelta anticipada encendió las alertas dentro del oficialismo, que percibe que esa desgraciada alternativa lo perjudicaría. No fue casual que haya habido un intercambio de mensajes entre el Presidente y el Kun Agüero.  

Hay diferencias internas sobre qué y cómo comunicar. Lo que están sugiriendo los especialistas en esta materia, a la que el oficialismo durante mucho tiempo despreció, es más presencia pública de los ministros, a los que se les pide que salgan a hacer el aguante. Sin embargo, hasta el momento no logran una unidad de criterio. Hoy por hoy, el Gobierno está perdiendo su contienda contra la realidad. Y el problema es que no hay una perspectiva de que las cosas mejoren significativamente en lo que resta del año. La única buena noticia fue el ascenso de la calificación de la Argentina a la categoría de país emergente, algo que pasa muy lejos de la realidad de la gente. Ni hablar del acuerdo con el FMI, que el Gobierno celebró y que muchos ciudadanos fustigaron.

Nuevo star. En el universo interno del Gobierno, la estrella del momento se llama Luis Caputo. De él fue la idea de recurrir al FMI, y su hiperactividad en estos primeros días al frente del Banco Central lo coloca en un primer plano en la consideración presidencial.

La caída del dólar y la suba de las acciones de las empresas argentinas operadas el viernes lo fortalecieron. Paradojas de la vida, su imagen fuera del Gobierno es exactamente la opuesta, sobre todo después de haber dicho que la devaluación es “lo mejor que le pudo haber pasado al país”. Solo alguien que no sabe lo que eso impacta en el día a día de la economía argentina puede decir algo así.

Es un momento crucial para Macri. Todas las expectativas generadas tras el triunfo electoral de octubre han sido barridas de un plumazo por la crisis que comenzó el 26 de abril pasado y que el Gobierno no advirtió. El Presidente necesita dar un golpe de timón y relanzar su gestión.

La conflictividad aflora. Alguna es altisonante, como el paro de la CGT de mañana y el enfrentamiento creciente con la Iglesia. Otras, como las quejas de los empresarios, son más corteses. Todas son representativas de la complejidad del presente. La tarea exigirá mucho diálogo y muñeca política. Para Macri está en juego su futuro político –su reelección–, y para el país, una vez más, su destino.

Producción periodística: Lucía Di Carlo





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domingo, 23 de julio de 2017

Encuestas y realidad… @dealgunamanera...

Encuestas y realidad…

¡De Números, ni hablar! Jaime Duran Barba. Dibujo: Pablo Temes

Los sondeos le dan valor de realidad al futuro. Así lo entienden Macri e intendentes que van con CFK.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 22/07/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Hay que pasar el invierno. El frío finalmente llegó con toda su crudeza, y en plena campaña, las cosas se complican para el Gobierno. Y ahí surgen las disputas internas entre los que se sienten cerca de la gente y los que ven la vida desde un escritorio o un despacho. Para estos últimos, no hay lugar para la sensibilidad. Vaya como ejemplo esta anécdota.

En la provincia de Buenos Aires, el intendente de General Madariaga, Carlos Santoro (Cambiemos), presentó un recurso de amparo para socorrer a los vecinos que estaban angustiados por la llegada de las facturas de gas que, en algunos casos, superaron largamente los 5 mil pesos. La intención del jefe municipal fue frenar los aumentos, considerando que el año pasado junto a su par de Villa Gesell habían elevado un pedido para que esas localidades fueran incluidas –al igual que sus vecinas Mar del Plata y Mar Chiquita– en la categoría de “zona fría”. Esta es una categoría que resulta en importantes beneficios para sus habitantes. La respuesta había sido negativa. A mediados de marzo de este año el jefe comunal insistió con esa solicitud que, al no tener respuesta positiva, desembocó en el amparo presentado hace diez días.

Reto. 

El color político de Santoro le valió un reto del propio ministro Juan José Aranguren, quien lo llamó y le preguntó qué era lo que estaba haciendo, para luego ordenarle que si no podía levantar el amparo le enviara lo presentado para su análisis a fin de estudiar el caso. La intención era evitar el efecto contagio ante la eventualidad de que la Justicia le diera la razón, hecho que generaría un nuevo problema que, en lo posible, sería mejor solucionar puertas adentro del paraguas partidario.

Esta es una parte de la realidad que no trasciende pero que mantiene en alerta a María Eugenia Vidal. Es que –a los ojos de la gobernadora– ante el afán de mantener la casa en orden hay funcionarios que pierden de vista el objetivo de máxima, que es estar cerca de la gente. La mujer fuerte de Cambiemos lucha para que no se pierda el costado social de la gestión por más que la planilla de Excel muestre los números en rojo. En campaña no se puede cometer esos errores.

La campaña de Cambiemos –ante la falta de resultados positivos en materia de economía– seguirá ligada a la confrontación con el pasado, la apelación a la lucha contra la corrupción y la necesidad de profundizar el cambio. Como le pasa a cualquier gobierno, el actual es rehén de la realidad. Y el presente abunda en datos y vivencias que reflejan una situación socioeconómica muy difícil para muchos.

El 33% del índice de pobreza es algo que se palpa en la calleLa vivencia que están teniendo los principales candidatos de Cambiemos en la tercera sección electoral –que es la que define la elección–los está impactando. El nivel de marginalidad es brutal. Allí no se vive sino que, en muchísimos casos, se sobrevive. Por eso, el propio Duran Barba sugirió que se dejen los temas de la economía de lado. Salvo en boca de expertos. Al parecer, más allá del lanzamiento de créditos blandos y el asistencialismo, agregado a la lucha por el control de la inflación, no habrá grandes novedades para los más necesitados. Cada maestro con su librito, y el oficialismo, con el mismo desde hace un largo tiempo.

En la vereda de enfrente también existen los cautivos de la realidad. Pero muy lejos del síndrome de Estocolmo, los rehenes de CFK comienzan a hablar por lo bajo: “No podíamos suicidarnos detrás de un nuevo proyecto de peronismo con los números de las encuestas indicando que en el Conurbano profundo y no tan profundo el clamor por CFK todavía es alto. Queremos un mandato en paz”, se escuchó decir al colaborador de un intendente que no está feliz por apoyar a la ex presidenta pero que prefiere tragarse el sapo. “Ella sigue igual que siempre, pero optamos por acompañar un resultado que parece puesto. Hay que tomarlo como mal menor. 

Los que realmente la quieren se cuentan con los dedos de una mano”, dijo otro funcionario municipal que recuerda muy bien alguna de las barbaridades que decía Martín Insaurralde sobre Cristina en reuniones del grupo Esmeralda, antes de cambiarse de bando. ¿“Alguien piensa que cambió de opinión? ¡No! eligió con las encuestas en la mano”, vociferó un economista que conoce las internas de ambos espacios. “El problema es que, más allá de la inquietud por la gestión, los intendentes son muy mezquinos. Nadie la quiere pero todos se tapan la nariz y acompañan”, concluyó.

Luego de un optimismo infundado que inexplicablemente imperó en despachos gubernamentales, el baño de realidad les va llegando a todos. La mayoría de las encuestas que se analizan en la Rosada generan preocupación. La ex presidenta está ganando. El primero en tener noción de esto es Macri. El Presidente ya comprendió que la suerte de su gobierno se juega ya en las PASO. Si el Gobierno pierde por más de 5 puntos, las posibilidades de un triunfo en octubre serán muy difíciles. Lo que está en juego, además, es la gobernabilidad.

Indicios. 

Lo que está pasando con el dólar en estos días es un indicio de lo que va a suceder si Cristina Fernández de Kirchner gana. Si hasta aquí –con todas las expresiones de entusiasmo que recibió– la lluvia de inversiones de la que tantas veces habló Macri nunca llegó, es un hecho que nunca vendrá si el Gobierno pierde. Y esto no es producto de un ejercicio deductivo, sino una información que el jefe de Estado ya conoce. Ha transcurrido casi la mitad de su mandato y la economía no arranca. Va a ser muy difícil que lo haga si no se atacan aspectos estructurales claves. Uno de ellos es el enorme déficit fiscal. Para lograrlo habrá necesidad de buscar acuerdos políticos que serán de cuasi imposible logro con una CFK triunfadora. 

Porque una cosa es cierta: de ganar, al otro día habrá de comenzar su campaña por la vuelta a la presidencia en 2019, una obsesión fogoneada por una sed de revancha incontenible.

Producción periodística: Santiago Serra. 



domingo, 24 de julio de 2016

Beatriz Sarlo. Gobernar no es una prueba y un ensayo... @dealgunamanera...

Sarlo contra Macri: "Gobernar no es una prueba y un ensayo"… 

La ensayista comparó la forma de actuar de Macri y Trump, a los que calificó de "gerentes de empresas".  Foto: Cedoc

La escritora fue lapidaria con el Presidente, a quien comparó con Donald Trump: "Pertenecen a la misma tipología".

© Escrito por Beatriz Sarlo y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La intelectual y ensayista Beatriz Sarlo realizó unas duras declaraciones contra el presidente Mauricio Macri a quien comparó con Donald Trumpel candidato presidencial estadounidense del Partido Republicano. Los dos grandes reproches al mandatario: los tarifazos y los idas y vueltas en las decisiones del Ejecutivo. 

"Macri y Trump pertenecen a la misma tipología. Son empresarios con un capital que les permite iniciar una carrera política. Es un gobernante limitado políticamente, pero no es un estúpido", analizó la escritora en diálogo con Vuelo de Regreso. 

Sarlo siguió con la analogía: "No es un tonto. Es un burgués y los burgueses no tienen ideología, ni son tan cortantes. Un empresario no se hace problema". Además, calificó a ambos como "gerentes de empresas". 

Paralelamente, la ensayista cuestionó la forma de gobernar del gabinete macrista: "Veo al Gobierno carente de política. Lo que sucedió con las tarifas de gas es una muestra. El Gobierno reconoció las cosas después. Gobernar no es una prueba y un ensayo. Se puede fracasar, pero no se puede justificar ese fracaso con que probamos y no sale".

En el foco puesto en las tarifas, apuntó contra el ministro de Energía, Juan José Aranguren: "La presentación que hizo de la medida fue una elección de antipolítica. La política tiene giros, modales, y otras cosas que se aprenden. Aranguren carece de formación política. Si lo hubiera hecho en Shell, sus jefes tendrían una mala opinión de él. Se hizo a la bartola y eso es brutal", sentenció.

Asimismo, criticó la rápida implementación de la actualización del cuadro tarifario sin un análisis profundo previo: "Hacía falta uno o dos meses de estudio para que se pusiera una escala de aumentos. Con eso hubiera sido suficiente. ¿Dónde estuvieron los que gobernaron la ciudad durante 8 años? ¿En Saturno?"

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domingo, 17 de julio de 2016

No es cómo, es el qué… @dealgunamanera...

No es cómo, es el qué…

Cacerolazo: primera protesta contra Macri, déjà vu de 2002. Foto: Obregón.

En cada una de las medidas, se intenta salvar a Macri poniendo como responsables a sus asesores o ministros.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 17/07/2016 y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Cada vez que recrudecen las críticas al gobierno de Macri –el pico anterior fue previo a la balsámica aparición de los bolsos de López en el monasterio–, se escuchan reproches a la comunicación o a la instrumentación de las medidas. Muchos opinan que se debió comunicar de forma diferente para lograr adhesiones y convencimiento. Mientras que otros consideran que el problema lo generó una mala instrumentación de las medidas porque se debería haber hecho en dosis más espaciadas o con distintos procedimientos.

Consciente o inconscientemente, ambas críticas comparten una consecuencia común: salvar a Macri de la responsabilidad de las medidas utilizando de pararrayos a los ministros o asesores. Aranguren, con su frontalidad, es un gran pararrayos pero es obvio que la decisión no fue de él. Esa elaboración emocional, mayoritaria en la parte de la sociedad que votó a Macri, es comprensible: nadie que haya invertido en la compra de una casa, un auto o cualquier bien costoso aceptaría a los siete meses haber hecho la peor inversión o haberse equivocado, y elegir a un presidente disruptivo con el orden precedente es una enorme inversión para todos aquellos cuya calidad de vida cotidiana depende de lo que haga ese presidente.

Hay hipocresía en atribuir el problema del aumento de las tarifas a que no hubo audiencias públicas

Pero desde esa perspectiva algo negadora y algo más confortable, el problema nunca estaría en el “qué” de las medidas sino en el “cómo” de su pasaje a la práctica. Cuando en realidad el verdadero problema está en las cuestiones muy de fondo, aunque difíciles de digerir, como que la mayor parte de la población padecerá una reducción en sus ingresos reales porque la economía argentina se encaminaba a un ajuste debido a que su déficit fiscal venía aumentando año tras año. En alguna medida, “es un 2002 en cuotas”, como había anticipado Lavagna cuando el kirchnerismo quiso corregir el retraso de las tarifas y el dólar –la “sintonía fina” de 2012– y, al ver la reacción contraria de la población, decidió entregarse al facilismo de posponer el problema, asumiendo también ese día que no iba a continuar en el poder después de diciembre de 2015.

El cacerolazo del jueves a la noche, aunque incomparable en términos cuantitativos, tuvo un déjà vu de 2002: fue por cuestiones económicas y fue heterogéneo políticamente. Y al igual que en 2002, las protestas de las personas generan efectos políticos como acortar la vida política de determinados funcionarios y/o de un gobierno, pero no podrán torcer el rumbo de lo inevitable, en este caso una reducción de la capacidad de consumo. En 2002, la caída de esa capacidad vino por una inflación cercana a la actual (41%) pero sin paritarias. En 2016, las paritarias fueron en promedio un 15% menores que la inflación (30% contra 45%) pero las tarifas de los servicios públicos, que en 2002 prácticamente no se pudieron aumentar, en 2016 vinieron a agregar una pérdida del salario real.

El poder de compra del salario no se constituye directamente por el valor en dinero de éste, sino por el subsidio o no que tengan los productos que se consuman. En la ex Unión Soviética, donde el salario de las personas con estudios universitarios no alcanzaba los 100 dólares mensuales, no había pobreza, porque el transporte y todos los servicios públicos eran proveídos sin costo por el Estado agregándole al salario mucho más de lo que se recibía en dinero. Sumado a subsidios en todo tipo de productos que, al venderse a precios infinitesimales, había cupos de compra limitados y colas interminables para adquirirlos. Así como “altitud corrige latitud”, en las temperaturas acercándose al ecuador, “precio corrige cantidad” porque si el precio es inferior al costo, escasea el producto.

Se podría simplificar diciendo que si la Argentina arrancó 2016 con un déficit de alrededor del 8% del producto bruto y un déficit sustentable sería del 3%, los argentinos deberemos consumir el 5% menos.

¿Pero quién ganaría las elecciones prometiendo bajar el consumo un 5%? O ya en el gobierno, ¿quién no perdería apoyo más rápidamente si le dijera a la población que no hay más salida que apretarse el cinturón? Por eso, el problema del Gobierno no es de comunicación, hay temas que no se pueden comunicar.

En el macrismo aplican una frase de Macri cuando era presidente de Boca: en ciertas circunstancias hay que “hacerse el boludo”. Y cuando dicen “estamos aprendiendo”, en realidad es “vamos probando y cuando el paciente grita mucho, paramos y comenzamos el ajuste por otro lado, donde se sienta menos el dolor”, pero finalmente los sueldos reales bajarán.

Y el ajuste es mayor a ese 5% del déficit fiscal a reducir, porque desde hace varios años se había estancado el empleo privado a partir de que los salarios argentinos en dólares habían alcanzado un nivel superior a los de nuestros vecinos y países con similar competitividad, haciendo que no fuera rentable invertir para la mayoría de las empresas. La cantidad de trabajo también corrige por su costo.

Un ejemplo es Rosario con la prohibición a los supermercados de abrir los domingos, el día de mayor consumo. El sindicato cree que las horas extras que perderán serán compensadas con otras mejoras en futuras negociaciones que conseguirán aun trabajando un día menos, como los continuos feriados. Ventajas que se extinguen porque, a mediano plazo, si una sociedad no produce mejor que otra, no podrá sostener un consumo mayor, aunque se trate de un discurso muy antipático y antipopular.

Aranguren es apenas el pararrayos de todo el e económico y de la política del propio Presidente

Hay cierta hipocresía en atribuir a la falta de audiencias públicas el problema del aumento de tarifas. Sería más justo reconocer que el Gobierno cosechó ahora las críticas acumuladas por un aumento significativo de la inflación y por paritarias con aumentos de sueldos por debajo de esa inflación, y que este nuevo aumento de tarifas fue la gota que colmó el vaso.




Cuentas que no cierran… @dealgunamanera...

Cuentas que no cierran…

Algo ha fallado para que, de la inflación anual del 25% pronosticada por el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, se pase a una que va a estar cercana al 40%. Foto: Cedoc

Los millones de la hija de Cristina en el banco y el ajuste del gas indignan, aunque son muy diferentes.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 17/07/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Una imagen vale, muchas veces, más que mil palabras. El hijo mayor de Lázaro Báez –Martín– y compañía contando dólares en La Rosadita y la valija con millones de dólares del ex secretario de Obras Públicas, José Francisco López, en el convento de las hermanas –que, ahora se sabe, no son monjas– penitentes y orantes de Nuestra Señora de Fátima en General Rodríguez son prueba de la validez de la remanida frase. A ese universo acaba de incorporarse la foto mostrando los más de 4.600.000 dólares encontrados en las cajas de seguridad que Florencia Kirchner posee en la casa central del Banco Galicia –embargados por disposición del juez federal Julián Ercolini– a los que deben sumarse US$ 1.032.144 y $ 53.280,24 depositados en otras dos cuentas bancarias de su propiedad. El embargo había sido solicitado por el fiscal Gerardo Pollicita en el marco de la causa Hotesur, que tiene –y tendrá– a maltraer a la familia Kirchner. El fiscal sospecha que, al depositar ese dinero de dudoso origen en las cajas de seguridad de su hija, la ex presidenta intentó evitar las medidas restrictivas dispuestas sobre su patrimonio por el juez federal Claudio Bonadio.

En su dictamen hay una pieza clave: se habla en ese escrito de una “matriz de corrupción” montada por la familia Kirchner y empresarios allegados como Lázaro Báez y Cristóbal López. Y señala que “el detalle de movimientos de las cuentas en dólares registradas por las nombradas en el Banco Galicia revelan cómo entre los días 3 y 4 de marzo se extraen en efectivo un total de US$ 4.664.000 y los mismos son depositados por la propia Florencia en las cajas de seguridad a su nombre con una intención que no habría sido otra que la de evitar que sean cautelados”.

En tanto, Margarita Stolbizer, sometida a una fuerte ofensiva legal por parte de la ex presidenta que tiene aires de actos de amedrentamiento, aseguró que no hay animosidad en su accionar ya que desde fines del año pasado había “denunciado las diferencias e inconsistencias de los depósitos a plazo fijo de la ex mandataria”. Una de sus investigaciones en las que basa estas afirmaciones sostiene que en el año 2011 CFK declaró ante la Oficina Anticorrupción que, luego de la liquidación de la sociedad conyugal por el fallecimiento de Néstor Kirchner, recibió la suma de $ 31.637.916 (incluyendo propiedades, empresas y dinero en efectivo y en cuentas/plazos fijos). En 2012, declaró $ 19.481.783. En 2013, declaró $ 22.467.693 en plazos fijos. En 2014, $31.035.620. En el año 2015, $ 39.878.273. Y al día de hoy en las cajas de seguridad de su hija Florencia hay en dólares más que el equivalente al total de la herencia recibida en 2011, tomando en cuenta la parte que le correspondería en su condición de hija. Para la diputada por el Gen Margarita Stolbizer, las cuentas no cierran. Más allá de lo que determine la Justicia, estas imágenes de millones de dólares acumulados en bolsas, valijas y cajas de seguridad han terminado de demoler la épica del “relato K”.

El otro hecho resonante de la semana fue el cacerolazo en protesta por los aumentos tarifarios. En rigor de verdad, el resultado parecería algo así como la crónica de una reacción anunciada. Producto del relativismo moral que la atraviesa, fue curioso observar las posturas de buena parte de la dirigencia política vernácula. Así, pues, se vio fogonear la protesta a kirchneristas furiosos que hasta el 10 de diciembre pasado lapidaban a los que salían a la calle a batir cacerolas y otros utensilios de cocina con el descalificativo de “golpistas” y/o “destituyentes”. En el otro extremo hubo en el Gobierno quienes, habiendo participado de esas manifestaciones, se empeñaron en minimizar lo ocurrido el jueves pasado.

Más allá de los reproches contra el ministro de Energía, Juan José Aranguren, la decisión acerca de la forma en que se llevaría a cabo el aumento de las tarifas de los servicios públicos –esto es, el mayor o menor gradualismo a aplicar– costó muchas discusiones internas y más de un momento de tensión entre el Presidente y varios integrantes de su gabinete. Ante los hechos consumados, nuevas voces han comenzado a aparecer para revelar su verdadera trama. “Venimos discutiendo esto desde marzo. Es cierto que las primeras propuestas del ministro eran más gradualistas, pero muchos nos venimos a enterar de eso ahora, cuando cedió a la presión y terminó pasando al otro extremo con aumentos siderales”. El que habla es un hombre que conoce bien las internas en el gabinete y sostiene que “ahora parece que todos avisaron pero nadie tuvo el peso suficiente para encarrilar la situación. Ni siquiera los discursos moderados de Rogelio Frigerio que puertas afuera tuvo que salir a poner la cara para salvar la ropa”.

¿Cómo es posible que nadie advirtiera el shock que producirían semejantes aumentos? Quizás la respuesta la encontremos en la siguiente confesión de una persona muy cercana al entorno ministerial: en los últimos días al menos dos ministros –uno del riñón macrista que acompañó al Presidente cuando era jefe de Gobierno porteño, y otro que no proviene de su entorno más cercano– le pidieron que le diera una solución definitiva al tema tarifario luego de expresar sus críticas hacia el ministro Aranguren. Según relata la fuente, la respuesta de Mauricio Macri fue tajante: “Dejen de operar contra sus compañeros. Aranguren soy yo”. En estos términos era imposible que la postura gradualista se impusiera por sobre la política de shock.

En este marco, las novedades y estimaciones económicas no ayudan. Los analistas y las consultoras nacionales e internacionales sostienen que este año la inflación llegará al 38%, la recesión será del 1% con un repunte cercano al 4% para el año próximo. Con estas estimaciones quien no la pasó bien fue el titular del INDEC, Jorge Todesca. La inflación para el mes de junio arrojó un 3,1% que, si bien fue bastante menor a la de mayo, resultó mayor a la esperada por el Gobierno. Hubo toda clase de “sugerencias” y presiones para que el número se “acomode” por debajo del 3%. “Un 2,9 hubiera sido del agrado del Presidente, pero la realidad marcó otra cosa”, admitieron fuentes que estaban al tanto de esos pedidos. Ha habido en el Gobierno una subestimación de la profundidad de la crisis económica generada por la bomba de tiempo que dejó la administración de Cristina Fernández de Kirchner. Tal subestimación ha dejado en evidencia la falta de un plan económico articulado. Algo ha fallado para que, de la inflación anual del 25% pronosticada por el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, se pase a una que va a estar cercana al 40%. “Gobernar no es más que prever”, es una célebre frase de José Martí que el presidente Macri debería tener en cuenta.  

Producción periodística: Santiago Serra

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