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sábado, 7 de diciembre de 2019

Procesan a Juan José Aranguren y Laura Alonso por el "Caso Shell"… @dealgunamanera...

Procesan a Juan José Aranguren y Laura Alonso por el "Caso Shell"…

Juan José Aranguren y Laura Alonso. Fotografías: Cedoc 

El exministro de Energía y la titular de la Oficina Anticorrupción son investigados por negociaciones incompatibles en la función pública.

© Escrito por Cecilia Devanna el viernes 06/12/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Laura Alonso, titular de la Oficina Anticorrupción (OA), y Juan José Aranguren, exministro de Energía, fueron procesados este viernes 6 de diciembre por decisión del juez federal Luis Rodríguez por contratos firmados por el Gobierno de Mauricio Macri con Shell. En el caso de Aranguren es por el delito de negociaciones incompatibles con la función pública y en el de Alonso, por encubrimiento y abuso de autoridad.  

La causa, en la que ambos fueron indagados la semana pasada, comenzó por una denuncia de los legisladores del Frente para la Victoria (FpV), Rodolfo Tailhade y Martín Doñate. La presentación se hizo en el año 2016 y apuntaba a determinar si Aranguren incurrió en el delito de negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública. En particular, señalaba las decisiones tomadas durante su gestión, que —según la denuncia— habrían apuntado a beneficiar a la petrolera Shell en operaciones de compra de gas a Chile, lo que supondría para él un beneficio económico al continuar siendo accionista del Grupo Royal Dutch Shell PLC. 


En el caso de Alonso, la hipótesis de la justicia es que, como titular de la OA, habría encubierto la conducta de Aranguren, cuando estaba obligada a investigarlo.  El procesamiento es por el delito de encubrimiento para ayudar a eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse a la acción de ésta, agravado por ser funcionaria pública, en concurso ideal con el delito de abuso de autoridad.


En su resolución de 136 páginas, Rodríguez sostuvo que: “el denominador común que poseen las conductas reprochadas a los imputados Aranguren y Alonso, radica en que las acciones de los mismos son impropias a los compromisos internacionales asumidos por nuestro país en materia de anticorrupción”.

Tras lo cual apuntó directo a la titular de la OA y aseguró: “pero lo paradójico de este expediente es que Laura Alonso se encuentra a cargo de la Oficina Anticorrupción, es decir, el organismo administrativo que debía controlar la actividad del entonces Ministro de Energía y Minería de la Nación, Ing. Juan José Aranguren”.

Luego, el magistrado agregó que: “se ha demostrado, con el grado de certeza aquí exigido, que Juan José Aranguren en su calidad de Ministro de Energía y Minería se interesó en que la empresa Shell incrementara sus operaciones de importación de petróleo crudo y derivados, demorando los controles que le correspondían en razón a su cargo y determinando tardíamente la implementación de un registro que permitiera controlar esta situación”.

En esa línea, sostuvo: "Y que ello permite dar por acreditado el aspecto objetivo de la figura de negociaciones incompatibles en el ejercicio de la función pública en orden al incremento desmedido de la empresa Shell”. En tanto que, sobre las resoluciones tomadas en el caso por Alonso, Rodríguez consideró que "parecen estar más dictadas para calmar un clamor social en torno a una tenencia de acciones que no se encuentra prohibida por ley, que para disipar las cuestiones allí planteadas por los denunciantes en orden a los fines propios de esa oficina, esto es la lucha contra la corrupción”.


Para el juez, "todo esto sirvió como un vil intento de ayudar al encartado Aranguren a evitar la investigación llevada a cabo por estos estrados, dándole el respaldo de quien se encuentra a cargo de la oficina que debe velar por el cumplimiento de las previsiones establecidas en la Convención Interamericana contra la Corrupción”.


Con sus procesamientos, ambos se convierten en los dos nuevos funcionarios o ex funcionarios de Cambiemos en esta situación. Se suman a Luis María Blaquier, ex funcionario del actual oficialismo, quien fue procesado en el marco de una causa en la que se investigan irregularidades en el manejo del Fondo de Garantías de Sustentabilidad (FGS) del ANSES.  

CD/FF





domingo, 10 de abril de 2016

Infierno cercano… @dealgunamanera...

Infierno cercano…


Ricardo Jaime y Leonardo Fariña pusieron en la mira a la ex presidenta. Comodoro Py y Panamá Papers.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 10/04/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Leonardo Fariña abrió la puerta del infierno para la familia Kirchner y su núcleo más cercano, que, en forma planificada, tomaron al Estado como un botín destinado a enriquecerlos en niveles que no dejan de producir asombro. En su extensa declaración, el así apodado “valijero” aportó datos que impactaron tanto al juez de la causa, Sebastián Casanello, como al fiscal, Guillermo Marijuan. Fariña cumplió así su promesa de que hablaría.

Néstor Kirchner montó una aceitada máquina de corrupción que funcionó a pleno durante los 12 años que duró el kirchnerato. Fue algo pensado e instrumentado por un hombre que, además de haber sido un corrupto, exhibía frente al dinero conductas patológicas. Le gustaba tocar la plata, ante cuya presencia enloquecía. “Desconfiaba de los bancos y por eso le gustaba guardar la plata en cajas fuertes”, recordó Ricardo Cirielli, quien fue subsecretario de Transporte Aéreo durante la gestión del ex presidente.

El sistema que montó Kirchner una vez que llegó a la Presidencia fue simple: la plata le ingresaría a sus bolsillos a través de la obra pública. En esa operatoria, Lázaro Báez jugó un papel clave: el mismo que tuvo durante los dos períodos en que el ex presidente se desempeñó como gobernador de la provincia de Santa Cruz.

Austral Construcciones, la nave insignia del emporio montado por Báez, fue creada en mayo de 2003, poco antes de la asunción de Néstor Kirchner, ocurrida el 25 de mayo de ese año. A partir de ese momento, tanto uno como otro comenzaron a desandar un camino que los hizo inmensamente ricos a costa de sobreprecios de la obra pública. El volumen de dinero es a estas horas incalculable.

Por eso, la imputación a Cristina Fernández de Kirchner que ha hecho el fiscal Guillermo Marijuan no sorprende. Como tampoco sorprenderán las que seguramente hará a otros conspicuos personajes del universo K.

En su maratónica declaración, Fariña mencionó además al ex ministro de Planificación Julio De Vido, y al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime. Hizo alusión también al fideicomiso del Banco Nación –con el que Báez tenía una deuda de 350 millones de pesos y a la que contribuyó a reestructurar– y a Ernesto Clarens, otro empresario que formó parte del universo K. Aportó documentación y describió la forma utilizada para la implementación de las maniobras de lavado de dinero.

Puntualizó que el banco Lombard Odier, con sede en Ginebra, fue utilizado como vehículo para llevar adelante toda esta operatoria de corrupción. Al respecto, vale recordar que Federico Elaskar ya había mencionado a esta casa bancaria en la declaración que le hizo a Jorge Lanata en el programa PPT en 2013. Como dato significativo, hay que señalar que el Lombard Odier aparece involucrado en dos hechos relevantes de corrupción: el caso Bárcena –el tesorero del Partido Popular de España que transfirió 25 millones de euros de origen espurio– y el caso del Petrolão, que sacude a Brasil. Dio el nombre de una persona de quien dijo que podría corroborar toda la información presentada en su declaración.

Ratificó la veracidad del video de La Rosadita, en el que se ve a Martín Báez, a Daniel Pérez Gadín, a Esteban Pérez Gadín y a Fabián Rossi contar dinero, y describió el modus operandi para movilizarlo dentro del país.

La detención de Lázaro Báez ordenada por el juez federal Sebastián Casanello le dio a la causa de la ruta del dinero K un vuelco copernicano. La medida adoptada por el magistrado produjo estragos dentro de ese submundo de complicidades que se armó entre el ex cajero del Banco de Santa Cruz y los Kirchner.

“Seguramente esto también terminó de convencer a Fariña para que hablara”, señalaba un funcionario judicial de los tribunales de Comodoro Py que conoce el significado de todo lo que pasa allí. “Si la mujer de Báez habla o no es ahora de menor valor; la revelación de los negocios compartidos entre su esposo y los Kirchner ya ha sido detallada por Fariña”, agregaba la misma voz. Para decir todo esto, Fariña pidió entrar en el régimen del arrepentido. Esta figura que, como tal, aún no existe en la legislación argentina tiene una posibilidad de aplicación fáctica en las causas por lavado de dinero. Para otorgarle este beneficio –que representa la posibilidad de una quita significativa de la pena– es necesario que el acusado aporte datos que sean verificables o tengan sustento documental.

Esta semana ha sido mala para Cristina Fernández de Kirchner, no sólo por la imputación que le ha hecho el fiscal Marijuan sino también por la declaración que ante el juez federal Julián Ercolini hizo el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime. Allí, el ex funcionario dijo que en la operatoria de la compra de trenes a España y Portugal –que eran chatarra y por los que se pagaron sobreprecios escandalosos– obró siguiendo estrictas instrucciones del ex presidente y de la ex presidenta. Todos estos hechos exponen cómo, durante el kirchnerato, el país estuvo a merced de un grupo de corruptos provenientes de Santa Cruz.

Seguramente la detención de Báez terminó de convencer a Fariña para que hablara.

La revelación sobre los documentos de Panamá (Panamá Papers) salpicó a Mauricio Macri, que demoró en darse cuenta de su exacta dimensión. Recién cuando el fiscal federal Federico Delgado actuó, el Presidente reaccionó como correspondía y encomendó a sus abogados hacer una presentación ante un juez de la documentación que diera respaldo a sus explicaciones sobre la empresa offshore de la que fue director junto a su padre, Franco Macri.

Dicho sea de paso, tampoco la Justicia actuó en tiempo y forma. Conocida la información el domingo, un fiscal debió haber actuado de oficio el mismo lunes. “Nuestra reacción fue mala”, le reconoció a un confidente Marcos Peña. Contribuyó a ello la actitud de la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, más preocupada por justificar a Macri que por cumplir con las obligaciones de su cargo.
Por esas cosas del destino, en la Justicia Federal se vive un momento particular. Algunos de sus jueces son conscientes de la gravedad de la hora. “La sociedad, que está harta de la corrupción, nos está mirando”, reconoció uno de ellos. Es que, como nunca antes, la sociedad ha comenzado a tener noción exacta del impacto negativo que sobre aspectos concretos de su vida tiene la corrupción.

La tragedia de Once, rutas en mal estado, obras mal hechas o inconclusas, obras anunciadas y o nunca concretadas, son parte de una realidad que en unos casos ha costado vidas, y en otros las ha afectado y las complica y pone en riesgo aún hoy.

“Nadie piensa donde todos lucran. Nadie piensa donde todos roban” (José Ingenieros).

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

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viernes, 1 de enero de 2016

Mauricio Kirchner… @dealgunamanera...

Mauricio Kirchner…


En apenas dos semanas de gestión, Macri ha mostrado algunos rasgos de procedimientos más parecidos al nestorismo. Pero el fin nunca justifica los medios.

© Escrito por Javier Calvo el martes 29/12/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La peor de las herencias de la década en que Carlos Menem gobernó el país, con el voto de los argentinos, no fue la corrupción, la impunidad o la exclusión. Todas ellas juntas construyeron un legado cultural político, económico y social que lleva años desandar, porque incorpora mecanismos de acción y pensamiento que se tornan normales pese a sus vicios de origen.

Por ejemplo, Menem nos enseñó a no escandalizarnos con el enriquecimiento en la función pública, el pago de coimas, la domesticación judicial, el capitalismo de amigos y la hechura de leyes a medida según la ocasión.

El tema es que ya empiezan a notarse los efectos de la herencia cultural kirchnerista, nada menos que en aquellos que se construyeron políticamente como lo opuesto. En apenas dos semanas de gestión, Macri ha mostrado algunos rasgos de procedimientos más parecidos al nestorismo pragmático que al republicanismo declamado.

El primer caso fue la decisión de promover con un decreto la llegada a la Corte Suprema de los  abogados Horacio Rosatti y Carlos Rosenkranz. Aunque la medida tuvo un retroceso elegante, mostró la hilacha (la misma que muestra el kirchnerismo cada vez que puede: la primera impugnación a Rosatti para que llegue a la Corte lleva la firma de Alessandra Minicelli, esposa de Julio De Vido, el funcionario por el que Rosatti renunció como ministro de Justicia K al no avalar sobreprecios en la construcción de una cárcel).

Una segunda muestra la dio la modificación por decreto de la reglamentación de la Oficina Anticorrupción, para que la politóloga Laura Alonso pudiera asumir como su jefa. Hasta ahora, uno de los requisitos era ser abogado. Institucionalmente hubiera sido más prolijo que el cambio se instrumentara para la próxima gestión.

La tercera, que no parece la vencida, ha sido la intervención por decreto de la Afsca y la Aftic. Ayer, Perfil adelantó que el Gobierno ya tiene planeado en enero otro DNU para eliminar ambos organismos y crear uno nuevo, lo que consagra la reforma de una ley (en este caso la de Servicios de Comunicación Audiovisual) a través de una medida del Poder Ejecutivo.

La presión oficial para que la procuradora Alejandra Gils Carbó deje su cargo amenaza con erigirse en otra posible prueba de “makrichmo”. Y esto recién empieza.

En algunos de estos episodios son atendibles las explicaciones y justificaciones gubernamentales. Que aún no pudieron construirse consensos legislativos. Que los funcionarios afectados no cumplieron con el rol que las leyes les habían asignado, etc. etc. Se toma nota.

También se toma nota del patetismo con el que el kirchnerismo (en su fase política y mediática) se indigna por estas iniciativas del Gobierno, cuando ellos hicieron de la arbitrariedad, el doble estándar y la moral reajustable un sello de fábrica.

Por eso, más allá de todo y de todos, debería aprenderse que el fin nunca justifica los medios. Nunca. Aunque lo tengamos inyectado en nuestro cuerpo social desde hace décadas.