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domingo, 14 de enero de 2024

El paper de Massa y las fuerzas de la tierra que operan para auxiliar a Milei… @de...algunamaneraok

 El paper de Massa y las fuerzas de la tierra que operan para auxiliar a Milei…

Patricia Bulrich y Javier Milei

El Presidente depende de la voluntad de un puñado de dirigentes, casta pura, para que su ley ómnibus sea aprobada. El trámite está encaminado pero eso implicará el desguace del proyecto escrito por Sturzenegger y que tiene rechazo en funcionarios del propio Gobierno. La demanda a Caputo y el reclamo para que la motosierra sea equitativa. El ránking que muestra Milei y la caída que tuyo su imagen tras el primer mes de gobierno.   

© Escrito por Pablo Ibáñez el domingo 14/01/2024 y publicado por el Periódico Digital elDiarioAR de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Las fuerzas del cielo que invoca Javier Milei son, fuera de TikTok, muy terrenales, responden al nombre de casta y operan desde una oficina del sexto piso de avenida Rivadavia. Con su lógica extrema, Milei presume que la maquinaria de poder que se activó para que su ley ómnibus avance en el Congreso es la prueba de que impuso su legado celestial, pero la verdad es bastante diferente: hay un esfuerzo descomunal del ecosistema político para darle una herramienta sin la cual su gobierno podría, muy pronto, naufragar. Esas son las fuerzas de la tierra.

Milei quizá no lo dimensione hasta que la Cámara de Diputados, probablemente el sábado 27, vote un texto que descuartizará la Biblia desreguladora que redactó Federico Sturzenegger“Mandó una ley ómnibus, le vamos a devolver una ley remise pero eso le va a alcanzar para andar”, ironiza un legislador que da por hecho que varios capítulos serán borrados, enteros, de un plumazo. “Que los otros temas los mande como leyes comunes y para tratar en ordinarias durante el año”, dicen en el despacho, fuera del Palacio, que es un vórtice de negociaciones contra reloj.

En Casa Rosada, como regla general, se afirma que Milei aceptará cambios que alteren el espíritu refundacional de la ley. Pero es un espíritu errante porque dentro del Gobierno hay posiciones antagónicas. Horacio Marín, el ex Tecpetrol que quedó al frente de YPF, hizo llegar el mensaje de que no está en su hoja de ruta privatizar la petrolera estatal. Al ANSeS, donde manda el cordobés Osvaldo Giordano, llegaron borradores de una nueva fórmula de actualización para ofrecer como variante a la propuesta original de eliminar esa pauta y darle discrecionalidad absoluta a Milei para la suba de jubilaciones. El dato intrigante es que esas propuestas circulan a través de Alejandra Torres, diputada por Córdoba y pareja de Giordano. 

Esa anarquía es casi una regla. En su visita a diputados, Patricia Bullrich anuló, in voce, el artículo 331 del proyecto oficial que proponía considerar como manifestación toda reunión de más de 3 personas en la vía pública. Lo hizo sin avisarles a los diputados de La Libertad Avanza (LLA) sobre esa decisión, lo que dejó en offside al bloque que preside Oscar Zago donde habían avanzado con una redacción aclaratoria que mantenía el artículo en pie. El rasgo común es que dentro del propio Gobierno hay objeciones y rechazos a la ley enviada por Milei. 

Equilibrio

El dato más extravagante es otro: el atajo para que Milei tenga una ley para bajar el déficit fiscal se nutre de un paper que confeccionó Sergio Massa cuando era ministro-candidato, la famosa separata del Presupuesto que proponía revisar un puñado de exenciones impositivas. Ese punteo es la llave para que el conglomerado opositor, sin Unión por la Patria (UXP), junte las manos para que Milei tenga una ley que no será, en gran medida, la ley que mandó pero le respetará un renglón esencial: la búsqueda del equilibrio fiscal.  

La suerte de la ley ómnibus depende de que LLA sostenga su pacto con el PRO y logre el apoyo de otros dos espacios, la UCR y Hacemos, que preside Miguel Pichetto y arma interbloque con los provinciales. Si se cae alguno de esos pilares, Milei se queda sin músculo. El único criterio en el que todos están de acuerdo es en darle a Milei una herramienta para bajar el déficit, pero no aceptan que eso se logre mediante la suba de retenciones a 15%, lo que consideran un impuestazo. La contrapropuesta es bajar retenciones a 7 u 8 puntos, pero incorporar, para compensar la diferencia, modificaciones que figuran en la separata massista. 

“Proponen eliminar la fórmula de actualización jubilatoria, pero no tocan los 90 millones de dólares que le subsidiarán a Mercado Libre este año. Es decir: quiere recortar las jubilaciones, pero le mantenemos los subsidios a Galperin”, explican en la trinchera opositora, y no del peronismo K, en referencia a la Ley de Economía del Conocimiento (LEC) que tiene una pauta para el 2024 de 137 mil millones de pesos que en un alto porcentaje beneficiarán a la empresa de Marcos Galperin. Son, claro, volúmenes distintos, pero se trata de una cuestión simbólica sobre por dónde pasa, y por dónde no, la motosierra. Figuran, también, la exención a depósitos bancarios y la dispensa sobre inmuebles rurales.
Separata  

El pedido para que Luis “Toto” Caputo vaya a Diputados tiene que ver con esto: que alguna autoridad de Economía valide, sea notificada y consultada, sobre un cambio en el renglón ingresos para no desarmar la hoja de ruta de reducción del déficit que el ministro ratificó en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La suba de retenciones es un reclamo de los gobernadores que, además, anticiparon el rechazo a la reforma de la ley de Pesca, al que modifica la normativa sobre hidrocarburos -los patagónicos se reunirán, el miércoles, en el CFI- y avanza, además, una propuesta para impulsar una reforma para que coparticipar parte del impuesto PAIS. En 2023, la recaudación de IVA -que se coparticipa- aumentó un 214% y en el mismo período lo recaudado por impuesto PAIS rondó el 800%. “Nación rica, provincias pobres”, dice un gobernador que anticipa que la recaudación en las provincias estuvo por debajo de la inflación. “Más que la eliminación de Ganancias, vamos a sufrir la baja de recaudación por la caída de la actividad”, dice un mandatario a elDiarioAR. 

La foto de esta semana es que los bloques opositores, menos UxP y la izquierda, votarán en general la ley ómnibus pero en el tratamiento en particular el trámite será una carnicería y muchos capítulos quedarán en la nada. Un ejemplo: la reforma del Código Civil, un texto que la Corte Suprema trabajó durante diez años, ¿se va a reformar a sola firma, sin consulta con otros actores involucrados?

Milei tiene otro registro. La semana que pasó difundió, eufórico, un informe de la Fundación Libertad y Progreso, que dirige el ultra liberal Agustín Etchebarne, y que pronostica que Argentina escalará 90 puestos en el ranking de la libertad económica si entran en vigencia las reformas que incluyen el DNU y la ley ómnibus. Es el parámetro que guio la redacción de Sturzenegger y que generó reacciones múltiples de sectores que no descubrieron el porqué de algunas reformas, por caso La ley de Pesca, cuyas concesiones terminan a fin de año y donde todos los actores de la cadena se oponen, además de producir daños en otros aspectos: la potencial pérdida de más de 50 mil empleos y resignar exportaciones por USD 1.800 millones.

Informe de la Fundación Libertad y Progreso que elogió Mile
i.

El lado B de esas libertades se mide en la estampida de precios que pegó, todavía parcialmente, en diciembre y derivó en una inflación del 25,5%. Entre el arrastre y los aumentos que se vienen, enero estará en esos niveles o más alta, mientras que en febrero, dicen en Gobierno habría una primera baja del índice. Así y todo, Milei le confía a su entorno que el escenario de precios será muy duro hasta abril o mayo y que después esperará a “aliviar”, tras lo cual avanzará con una segunda etapa de medidas que incluirán la flexibilización del cepo y una baja de impuestos.

En medio vendrá una avalancha de aumentos. En Transporte trabajan para una suba del boleto de transporte automotor en el AMBA que lo llevará de los 77 actuales a 250 pesos, a la vez que revisan si se modifica la tarifa social que usa el 50% de los pasajeros. Esto produce una paradoja: al subir el boleto se dispara, en paralelo, un aumento de los subsidios porque uno de cada dos pasajeros tiene algún tipo de subvención. Algo similar ocurre con los subsidios a la energía: por la devaluación, se duplicó el costo de la generación y eso no se trasladó, todavía, a las facturas. A datos de enero, lo que paga el usuario cubre solo el 17% del valor de la energía. El próximo paso sería reducir de 400 a 200 el piso de kilowatts subsidiados. La invocación de subsidiar la demanda se topa, siempre, con una dificultad instrumental. 

La brecha entre inflación y salarios es la cuadratura del círculo libertario. En noviembre, antes de la devaluación dispuesta por Caputo, los salarios tuvieron un retroceso brusco que se agudizará en diciembre, tal cual refleja el último informe de Suramericana, la consultora del exministro Martín Guzmán. El interrogante es cómo será el proceso de reapertura de paritarias para tratar de compensar. Más que el paro y la movilización del 24 de enero, la gran batalla de los gremios será la renegociación salarial.

Salario vs. Inflación en noviembre. Fuente
Suramericana

El clima callejero empieza a migrar. La consultora Synopsis de Lucas Romero encontró que la inflación tocó el punto más alto en la preocupación social en los últimos ocho años. El dato debe cruzarse con otras percepciones: el 51% cree que Milei no logrará bajar la inflación y el 40% está dispuesto a darle un plazo máximo de tres meses para que dé señales de mejora en ese aspecto. Synopsis registró, además, un deterioro en la imagen del presidente: en 30 días, la negativa subió 10 puntos entre diciembre y enero -de 33,2 a 43,6- y la positiva cayó 3 puntos. 

El estudio aporta otros datos interesantes: Mauricio Macri es la figura del ecosistema no peronista que tiene peores niveles de imagen -57,2 de negativa-, lo que parece limitar la posibilidad de un protagonismo futuro y que puede explicar que el expresidente haya elegido a dos laderos, María Eugenia Vidal Diego Santilli, como las figuras que expresan el apoyo a Milei y que podrían, eventualmente, ser actores para un potencial “segundo tiempo” si el libertario debe hacerle un refresh a su gabinete. 

El otro dato tiene que ver con UxP y es que Axel Kicillof se despega, por su buena imagen, del resto de los actores del pan peronismo. El gobernador mide 10 puntos más que Cristina Kirchner y casi 15 puntos más que Massa. Shila Vinker encontró, en noviembre, que Kicillof empezó a tener mejores indicadores que Cristina lo que sugería que la jefatura y representación de ese sector parece migrar pero, además, que el gobernador logra interpelar a sectores donde Cristina no tiene adhesión.  

La galaxia del PJ tiene su propia frecuencia, entre la imposibilidad de bloquear leyes y un ruido interno a partir de silencios o movimientos autónomos como los del gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, que además de empatizar con la Casa Rosada tendrá a una funcionaria suya, Yanina Martínez, en el equipo de Guillermo Francos, el ministro del Interior. “Tenemos que saber cuántos somos y quienes somos: si somos 6 gobernadores, vamos con eso pero es momento de empezar a discutir una estrategia que nadie tiene. Peor aún: nadie plantea la discusión sobre la necesidad de tener una estrategia”, apunta un dirigente bonaerense.

PI.



   

domingo, 30 de septiembre de 2018

Fuera de registro… @dealgunamanera...

Fuera de registro…

Ni en el banco... Luis “Toto” Caputo. Dibujo: Pablo Temes. 

Macri recibió palmadas en la espalda, mientras se iba Caputo y había un paro.

© Escrito Nelson Castro el domingo 30/09/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Caputo es el Messi de Cambiemos”, había dicho hace unas semanas Mauricio Macri. Hoy, Caputo ya no está en el gobierno y su ruidosa salida de la presidencia del Banco Central demostró que no es Messi. Todo fue tormentoso durante su gestión. Paradójicamente, habiendo sido él quien le aconsejó al Presidente sobre la conveniencia de acudir al Fondo Monetario Internacional, su relación con su staff técnico fue decididamente mala. Tanto que últimamente, cada vez que alguno de ellos lo llamaba para reprocharle por el uso indiscriminado de los dólares del empréstito otorgado a la Argentina, ni siquiera los atendía. Varias veces fue uno de sus directores, Enrique Szewach, quien tuvo a cargo esa ingrata tarea.

El anecdotario muestra a Caputo acudiendo a la mesa de dinero del Banco Central para ordenar la venta de divisas hasta neutralizar las pulsiones del mercado que, finalmente, lo derrotó.

Ante la necesidad de acudir a un nuevo acuerdo con el FMI, la salida de Caputo era algo inevitable. Lo que nadie pudo imaginar fue la forma y la circunstancia en que se concretó. Hacerlo con Macri en Nueva York fue un desplante innecesario y pernicioso para su imagen en esas horas en las que buscaba ganar la confianza de empresarios por cuyas inversiones desespera. Ningún presidente sale fortalecido de una dimisión así presentada por uno de los funcionarios claves de su gestión. La novela rosa que hizo correr el Gobierno sobre este episodio fue irreal. Nadie se la creyó.

Qué ves cuando me ves.

Las conductas públicas del Presidente y algunas de sus expresiones durante esta semana lo han mostrado sin registro de las reacciones adversas que ellas generan en una parte creciente de la sociedad.

Fue desatinado anunciar su reelección en Nueva York. Sus respuestas ante las preguntas de los periodistas de Bloomberg demostraron su poca preparación para enfrentar ese tipo de interrogatorios, punzantes y abundantes en repreguntas. Su paso de baile en la entrega del premio al ciudadano –eran las horas previas al paro general decretado por la CGT– fue poco feliz e hizo acordar a otros infelices pasos de baile que en circunstancias también adversas supo dar durante sus presidencias Cristina Fernández de Kirchner.

Y hacer bajar el helicóptero en el colegio de su hija Antonia fue una muestra de abuso en un momento en el que todo es recorte y de lo que se habla es de la necesidad de la austeridad en el uso de los recursos del Estado.  

Con el alejamiento de Caputo se puso fin a la sorda disputa que existía entre él y Nicolás Dujovne quien, finalmente, ha quedado investido con el atributo de verdadero ministro de Economía. Lo ocurrido respecto del encumbramiento del ministro es novelesco.

Durante el fin de semana del 8 y 9 de septiembre que, con aires de cumbre borrascosa, se vivió en la quinta de Olivos, Dujovne estuvo renunciado varias horas. En todos lados se supo que el Presidente le ofreció el cargo a Carlos Melconian. Pero Melconian puso como una de las condiciones para aceptar el cargo designar a una persona de su confianza al frente del Banco Central. Macri rechazó esta demanda, por lo cual decidió la continuidad de Dujovne, de buena relación con Christine Lagarde. La depreciación del ministro fue difundida a los cuatro vientos desde el interior del Poder Ejecutivo.

Nadie pudo imaginar que tan solo tres semanas después haya sido él quien quedó al frente del Ministerio de Hacienda con más poder y con injerencia en el Banco Central a través de un hombre de su confianza, Guido Sandleris, flamante presidente de la entidad, algo que hasta aquí había constituido una herejía dentro de los postulados doctrinarios del oficialismo.

Desde el miércoles, el ministro comparte supremacía en el gabinete con Marcos Peña. Peña ha perdido poder. No confundir: perder poder no es lo mismo que quedarse sin poder. De hecho fue él quien estuvo al frente de la reunión del viernes que Cambiemos organizó en Parque Norte.

El viaje de Macri a Nueva York fue difícil. Eso fue lo que se percibió en cada una de sus reuniones con banqueros e inversores. Los banqueros siguen pensando que, a causa del bajo nivel de aprobación que hoy en día tiene el Gobierno y la posibilidad cada vez más cierta de no que gane las próximas elecciones, el porvenir político de nuestro país no es claro. Hay que tener en cuenta que los vencimientos de los bonos de Argentina son después del primer mandato y el Gobierno no puede mostrar una postura unificada con la oposición como para exhibir una continuidad política más allá del resultado de las elecciones.

Y como la posibilidad de que la oposición gane y acceda al gobierno, en términos de financiamiento y de ingreso de capitales el apoyo de los banqueros es más político y amistoso que real.

Lo que viene.

El acuerdo con el FMI fue de ardua gestión. Alemania, Francia y Holanda no dieron su apoyo a la renovación que todavía no está aprobada por el Board en su totalidad. La aprobación finalmente va a ocurrir, pero la resistencia a la renovación se originó en el hecho de que a los tres meses el país manifestó su incapacidad para cumplir el acuerdo previo.

La incertidumbre que genera eso es tanto externa como local. El ajuste que se convalida significa una reducción de gasto público del 3%. La pregunta es si eso es viable o no, ya que no se entiende por qué no se hizo antes, cuando había una oposición con menos poder y más apoyo. Por lo tanto, falta una decisión política que vaya más allá de 2019 que asegure la continuidad del objetivo de tener las cuentas equilibradas. El nuevo acuerdo sujeta los futuros desembolsos del FMI a un cumplimiento a rajatabla del presupuesto 2019 y, a decir verdad, la probabilidad de que esto suceda es baja.

Habrá revisiones trimestrales y el Gobierno no puede seguir planteando renovaciones de convenios y de acuerdos con el FMI cada tres o cuatro meses porque eso sería un papelón no solo para la Argentina sino también para el FMI.

Macri busca contrarrestar esos peros exhibiendo las muestras de apoyo político recibido de los líderes políticos del mundo. En ese universo, las cosas son más claras. La administración Trump necesita que a Macri le vaya bien para tener así un aliado fuerte que le sea funcional frente al caso de Venezuela, al casi seguro triunfo de Fernando Haddad –el candidato de Lula– en Brasil y la creciente influencia de China.

Sin embargo, por las primeras reacciones vistas el viernes por parte del mercado, ese apoyo parece no importar tanto. Lo que allí predomina es la duda. Como si hubieran leído la frase de San Agustín: “Dudo de todo, menos de mi propia duda”.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.



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