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viernes, 15 de septiembre de 2023

Llegar al ballottage como sea… @dealgunamaneraok...

Llegar al ballottage como sea…

La parte del león. Dibujo: Pablo Temes

El oficialismo improvisa medidas, JxC busca despejar la sombra de Macri y Milei sigue sembrando dudas.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 09/09/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El fallo adverso a la Argentina por la expropiación de YPF de la jueza de Nueva York Loretta Preska no representa ninguna sorpresa. Es la consecuencia lógica de un verdadero disparate. Ese es el calificativo que mejor describe aquella precipitada y temeraria decisión, tomada por Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof en abril del 2012 y acompañada en el Congreso por gran parte del peronismo. 

El caso YPF representa, además, un claro ejemplo –uno más– de la mentira y contradicción del kirchnerismo. En la década de los 90, el matrimonio Kirchner fue un propulsor entusiasta de la privatización de la empresa de la cual se benefició ampliamente. Las regalías que recibió el entonces gobernador de Santa Cruz fueron un oxígeno muy importante para su gestión y fuente de controversias y sospechas nunca aclaradas sobre el destino que se les dio. Tal fue la importancia de esos fondos que fueron la moneda de canje que llevó a Néstor Kirchner y a su esposa a apoyar fervorosamente esa privatización que no estuvo exenta de escándalos. Para completar este breve ejercicio de memoria, recuérdese que el miembro informante del proyecto fue el diputado por Neuquén, Oscar Parrilli, y que la vicepresidenta, que en aquel momento era diputada, presionó a los legisladores provinciales de Santa Cruz para que aprobaran a nivel local la privatización propuesta por el expresidente Carlos Menem. Queda claro, entonces, que la falsa épica kirchnerista y la defensa de las empresas del Estado son un compendio de mentiras y vanidades que forman parte del relato fundacional que quisieron hacernos creer. Sólo falta recordar la soberbia de Axel Kicillof en sus largas peroratas vacías de contenido en tiempos de la expropiación. Las consecuencias están a la vista.

Massa, en plan “vamos viendo”

Para Sergio Massa, este fallo ha sido un golpe fuerte. “Un verdadero mazazo”, como lo definió alguien del kirchnerismo que no profesa mucho cariño por el ministro-candidato. Los números de la economía son una catástrofe. El índice de inflación de agosto pinta mal. Por eso, con una cara de circunstancia poco creíble, Massa salió a hablar en la TV Pública después del partido que la Argentina le ganó a Ecuador por 1 a 0. Creyó que colgándose de la Selección obtendría algún rédito. Todo lo del oficialismo es burdo e impostado. Por supuesto que le salió mal. Para la mayoría de los que lo vieron, lo del ministro fue malo. Hasta se pareció a CFK cuando habló de funcionarios que no estuvieron a la altura. ¿Se incluyó él? ¿Lo incluyó al Presidente?

En el oficialismo todo es improvisación. Una muestra de ello es el anuncio que hizo el exintendente de Tigre sobre la eliminación del impuesto a las ganancias de los asalariados, un reclamo a todas luces justo. Massa dijo que, de ser electo presidente, lo eliminará. Ante esta aseveración, tuvo que salir el titular de la AFIP, Carlos Castagneto, a corregirlo, recordándole que la modificación del pago del tributo debe ser aprobada por el Congreso: “Hay que modificar una ley y hoy no tenemos el quórum para que esa ley salga”. Sin comentarios.

Los esfuerzos crecientes del oficialismo por rivalizar con Javier Milei no cesan. Hay que conseguir un lugar en el ballottage como sea. De ahí que la batería de promesas electorales incluyan propuestas que, de ser viables, bien podrían comenzar a implementarse en tiempo presente. Nada de eso. Todo está condicionado al resultado electoral. Hay que mantener el anzuelo a flote.

Para colmo de males no hay ideas nuevas para contener los precios y los desbordes de la economía. Massa sigue chocando con las viejas recetas que se utilizaban en tiempos de Guillermo Moreno. Los controles de precios y las amenazas a los empresarios con cucos que no existen para contener la inflación ya no surten ningún efecto. El secretario de Comercio Matías Tombolini, no tiene la impronta de su antecesor y los aprietes para contener las remarcaciones sólo funcionan con acatamiento dispar en la Capital Federal con las grandes cadenas de supermercados. En los comercios de cercanía del Conurbano Bonaerense la realidad es otra. La inflación castiga con fuerza a los más débiles. 

Hablando de debilidad, Patricia Bullrich no quiere quedar bajo el ala de Mauricio Macri. Considera que es un salvavidas de plomo tierra adentro del Gran Buenos Aires. Es por eso que durante la semana salió varias veces a pedir independizarse del líder del PRO. Lo que en verdad saca de las casillas a la exministra de Seguridad es el coqueteo del expresidente con Javier Milei. “Ahora sí estamos en la recta final, y no hay lugar para ambigüedades” –aseguran en el campamento bullrichista.

El porqué de los elogios a Milei

La apuesta por Carlos Melconian para ocupar el Ministerio de Economía, en un eventual gobierno suyo no fue gratuita. Apenas un mes atrás, el diputado nacional y economista Luciano Laspina, encabezaba reuniones de trabajo con empresarios de diferentes sectores como el futuro hombre de la cartera económica. En algunos de esos encuentros lo acompañaba Federico Pinedo como la pata política del binomio. Hay heridas que tardarán en sanar aunque Melconian se está encargando personalmente de contener a los desencantados, con ofrecimientos en distintos espacios de poder. El Banco Central de la República Argentina es uno de ellos.

Mientras tanto el libertario Javier Milei, sigue sembrando dudas. A los riesgos concretos en materia de gobernabilidad, se suman las observaciones de propios y ajenos sobre sus desequilibrios y falta de templanza a la hora de enfrentar adversarios, periodistas y a todo aquel que se atreva a pensar distinto.

La Argentina ya ha sufrido varias decepciones. La grieta es la consecuencia palpable de la división social provocada por líderes mesiánicos y caudillismos disfuncionales. El libertario debería aprender un poco más de la historia reciente para no cometer los mismos errores. La sociedad está quebrada y con una alta dosis de resignación. Ningún candidato puede darse el lujo de sumar otro fracaso.



   

domingo, 19 de marzo de 2023

Un salto de calidad… @dealgunamaneraok...

 Un salto de calidad… 


Mano derecha con fondo amarillo. Pablo Temes.

La Argentina debe ser capaz de salir del ambiente tóxico que generan los personalismos opuestos.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 28/03/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Con una inflación del 6% no se puede pensar en ganar una elección”, dijo el diputado ultra kirchnerista Rodolfo Tailhade en un reportaje que le hicieron en Radio Nacional el miércoles último. En verdad, el drama es otro: con un 6% de inflación mensual no se puede vivir. La pérdida de noción respecto del valor de las cosas se pierde totalmente. Nadie sabe cuál es el precio justo de un producto o un servicio, y ya es cosa de todos los días ver a los repositores de los supermercados y autoservicios haciendo tareas de remarcación de uno u otro producto.

 

En el kirchnerismo, el 6,6% cayó como una bomba. Increíblemente, algunos conspicuos referentes de ese espacio se sorprendieron por el número, lo cual representa una demostración más de lo absolutamente disociados que están de la realidad. Viven en un mundo gaseoso que, de alguna manera, es tóxico. Si se tomaran la molestia de hablar con el verdulero, el carnicero, el panadero del barrio en donde viven cada uno de los integrantes del oficialismo, se enterarían de lo desastroso de este presente incierto y angustiante para la mayoría de la población.

 

Las promesas de Sergio Massa se han hecho añicos, a pesar de lo cual el ministro y sus adláteres siguen expresándose y actuando como si nada pasara y toda su gestión hubiese sido un éxito. El plan K para intentar ocultar la realidad hace a su esencia que, como bien se sabe, es la mentira. Tal como era previsible, todos estos mamarrachos de Precios Cuidados y Precios Justos fracasó. La épica de la militancia K recorriendo supermercados y sancionando a los que no respetaran esos “acuerdos” duró lo que dura la nada misma.

Las culpas por esta inflación imparable vienen recayendo sobre el exministro de Economía, Martín Guzmán, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y el secretario de Comercio, Matías Tombolini y, por supuesto, el Fondo Monetario Internacional y Mauricio Macri.

 

Mientras esto ocurre, en los gremios ya se encendió la alarma. El objetivo de Massa de hacer que en las negociaciones paritarias no se supere el 60% de aumento anual va quedando desfasado por las proyecciones inflacionarias para este año. El otrora superministro tuvo que rendirse ante una realidad que es evidente para todos. Sus planes presidenciales deberán esperar.

 

Es cierto que siempre dijo que este no era su momento, pero anidan allí dos especulaciones ocultas: la primera tiene que ver con sus propios deseos de poder y la fantasía de que una buena gestión al frente del Ministerio de Economía lo catapultaría al sillón de Rivadavia apuntalado por un operativo clamor. La segunda, que con un dólar e inflación controlados tendría el peso suficiente para elegir el cuándo y el cómo materializar su llegada a la Rosada. Todo esto quedó pulverizado y archivado al menos por un buen tiempo.

 

Asimismo, asistimos por estos días a una especie de película de ciencia ficción donde los personajes que son parte de los problemas centrales de la Argentina, se desligan de los mismos y critican la gestión buscando responsables. No es casual que el multifacético Aníbal Fernández haya salido a negar la proscripción de CFK –en primer lugar– y luego se haya tomado el tiempo de ocuparse públicamente de su hijo Máximo, alegando que nunca supo de qué trabajaba y poniendo de manifiesto que no tiene la talla ni la experiencia para tomar decisiones electorales. Casi a la par, el ex todopoderoso Guillermo Moreno cuyo fracaso como secretario de Comercio Interior quedará en algún libro de anécdotas del Far West, aseguró que “Cristina Fernández no es más la jefa del peronismo”.

 

Hay un claro intento de dar vuelta la página y despegarse de CFK y y los acólitos de La Cámpora. A no confundirse, ni Moreno ni Aníbal Fernández son aliados o simpatizantes del Presidente. Son la voz del peronismo más clásico encarnado en un nutrido grupo de intendentes y ex barones del Conurbano como Fernando Gray (Esteban Echeverría), Julio Pereyra (actual diputado nacional y ex jefe comunal de Florencio Varela), Juan José Mussi (Berazategui), Julio Zamora (Tigre), Fernando Espinoza (La Matanza) entre otros; y de un puñado de gobernadores con peso territorial como Sergio Uñac (San Juan) y Juan Schiaretti (Córdoba).

 

Algo similar se vive dentro del sindicalismo peronista. Saben que con el cuento de la proscripción no alcanza y no se resignan a tener a Axel Kicillof, Máximo Kirchner y a La Cámpora respirándoles en la nuca. “No hay forma de convencer a Sergio –por Massa– y no nos vamos a resignar a la idea de que no tenemos candidato para competir. Nosotros nos jugamos nuestro distrito y no nos vamos a suicidar con ellos”, sentenció una poderosa voz del Conurbano.

 

El único plan del Gobierno es seguir emitiendo para pagar las cuentas y ganar tiempo a riesgo de caer en una híper. Octubre es todavía una fecha muy lejana. “Alberto no está tranquilo, pero disfruta de los pocos placeres domésticos que le dan las internas políticas. Desde hace un tiempo él agita la idea de un peronismo sin Cristina y que ahora ese boceto esté empezando a tomar forma no es poca cosa. Además, sabe que la señora no tolera pensar que su elegido, a quien siempre destrató y humilló, se esté atribuyendo los planes para  intentar sepultarla políticamente”, dice una voz que conoce el pulso que se vive en ambos lados de la coalición de gobierno.

 

En el equipo amarillo están muy lejos del destete táctico y político del expresidente Mauricio Macri. Su regreso de Europa es esperado por propios y ajenos. Todavía creen que su definición acerca de una posible candidatura servirá para terminar de ordenar la interna. Un mal síntoma si lo que desean demostrar es la templanza y capacidad de mando para conducir un país. Macri hace su juego y condiciona su decisión a la esfera “personal”, el único aspecto lo suficientemente blindado que no permite cálculos ni aproximaciones.

 

La Argentina debe ser capaz de salir de una vez por todas del ambiente tóxico que generan los personalismos opuestos. Para eso, muchos dirigentes deben animarse a dar un salto de calidad, capaz de despertar el interés de una sociedad angustiada y adormecida por su propia incapacidad de mando.




   

domingo, 18 de diciembre de 2022

Cinismo e inflación… @dealgunamaneraok...

 Cinismo e inflación… 

Volador. Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes

La debacle inflacionaria se sostiene sobre una irracionalidad que construye su subrelato.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 17/12/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, república Argentina. 

La inflación sigue siendo el principal problema del Gobierno. Económico y político. El 4,9% registrado en el mes de noviembre generó suspicacias entre los analistas, festejos dentro del Frente de Todos contra Todos y hasta algunas reacciones desmedidas, como la de la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, que dijo muy suelta de cuerpo que “entramos en un proceso de descenso de la inflación, lo notamos todos los que vamos al supermercado”. El nivel de cinismo y de pérdida de contacto con la realidad es una marca registrada del oficialismo. Sin embargo, desde el ala dura de la coalición no se lo dejaron pasar: “La gente está sufriendo y resignando cantidad y calidad cada vez que va a hacer las compras. Es inadmisible que ante la primera señal de una leve mejora alguien salga a hacer este tipo de declaraciones. El horno no está para bollos. Nos mancha a todos”.

Pero ¿qué le hace una mancha más a un tigre que ya se parece a una pantera?

Está claro que la suba de los precios sigue generando un daño irreparable en los consumidores argentinos.

El país sigue entre las naciones más afectadas por este flagelo y acumula un 92,4% anual. La semana pasada, el Banco Central de la República Argentina publicó el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM).

Las consultoras y las entidades bancarias que participan de esa encuesta habían pronosticado un IPC de 6,1% para noviembre –el contraste generó algunas suspicacias respecto al número final–, también calcularon que subiría a 6,3% en diciembre y que sería del 6% en enero, Descendería en febrero al 5,9% y volvería a retomar la senda alcista en marzo al 6,2% impulsado por motivos estacionales.

El Gobierno sigue aferrado a lo simbólico. De eso se nutre para construir su subrelato. Por eso es tan importante cerrar el año con una inflación por debajo del 100%. Sin embargo, los consultores esperan que el año que viene termine con una inflación anual nuevamente muy cercana a esa cifra innombrable.

Desde lo político ya hemos narrado en esta columna la irracionalidad que sostiene y explica la debacle inflacionaria. El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, es quien endulza los oídos de la vice en funciones con los cuentos de empresarios buenos y malos, teorías conspirativas y recetas de látigo y banquito. Son tal para cual. Los dos sostienen que el elevado gasto público y la descontrolada expansión monetaria no alteran los precios. Dale a la maquinita hasta que reviente.

Déjà vù. Por si todo esto fuera poco, gran parte de la economía argentina se encuentra paralizada por el abrupto cierre de importaciones como medida para cuidar las alicaídas reservas del BCRA. Cualquier similitud con la época del “supersecretario” de Comercio Interior Guillermo Moreno es pura coincidencia. Pasaron diez años de aquel gran fracaso y la historia se repite. Empresas que no pueden operar, suspensión de personal y adelantos de vacaciones. No entran productos terminados pero tampoco insumos, incluidos medicamentos de primera necesidad para patologías crónicas que afectan la calidad de vida de los pacientes. En estos casos se registran demoras de 45 días para aprobar el ingreso de algunos medicamentos. Pero hay más ejemplos: metales para la fabricación de herramientas, plásticos y chips para tarjetas de crédito, alimento para animales y hasta insumos para contenedores domésticos de alimentos. Nada funciona con normalidad en el país donde lo anormal es la regla.

Rápido de reflejos, el presidente Alberto Fernández dijo –entre otras cosas– hace exactamente una semana en el reportaje que le concedió a Jorge Fontevecchia, publicado en la edición impresa de este diario, que “este gobierno también es el gobierno de Cristina”. No piensa hundirse solo. El problema es que, efectivamente, está cada vez más solo y distanciado de los intendentes y los gobernadores de peso. Pasa sus horas haciendo equilibrio para ganar tiempo. Sus chances se esfuman mientras repite que las PASO (elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) son una buena herramienta para dirimir el frente interno de cara a las elecciones, con la esperanza de tener alguna chance real de competir de manera digna. Las cosas tampoco están fáciles para la arquitecta egipcia, ahora condenada en primera instancia. Detesta su situación y la amenaza de no presentarse a ningún cargo electivo en las próximas elecciones tiene más que ver con la realidad que con un intento de operativo clamor: como están las cosas al día de hoy, nadie le asegura un triunfo. Por eso el debate en el seno del FdT tiene que ver con la ausencia de su figura en las boletas. Esa orfandad hace más difíciles las chances para quien quiera que se pruebe el traje de candidato ya sea un gobernador peronista, el ministro del Interior Wado de Pedro o el propio ministro de Economía Sergio Massa.

En la oposición el descalabro sigue. Diego Santilli lanzaría su candidatura a gobernador provincial en los primeros días de febrero. Acto seguido, lo haría Horacio Rodríguez Larreta. La relación con Mauricio Macri sigue fría. El témpano de hielo se instaló cuando el expresidente rompió los planes más o menos acordados y propuso a Cristian Ritondo en lugar de Santilli. La Unión Cívica Radical sigue siendo un misterio. Lo único seguro es que mantiene su encono por el destrato que recibió dentro de Cambiemos en la última gestión. Hay dirigentes que no olvidan pero suman al desconcierto general que pone en riesgo las chances de empezar a construir una Argentina coherente.

Si Argentina gana esta tarde el duelo ante Francia, el Gobierno debería ser muy cuidadoso en el uso político de un posible triunfo. La gente no es tonta, y el propio plantel albiceleste se ha venido cuidando mucho de no quedar como rehén de quienes quieren servirse de él.

El pan y circo es hoy una fórmula agotada.



  

domingo, 3 de julio de 2022

CFK consiguió la ida de Guzmán. Déjà vu con rumbo de iceberg... @dealgunamaneraok...

 CFK consiguió la ida de Guzmán. Déjà vu con rumbo de iceberg... 

Filosa relación, ex ministro Martín Guzmán. Dibujo: Pablo Temes. 

La ofensiva de la Vicepresidenta agudiza los problemas del Gobierno. El ahora ex ministro pegó el portazo cansado de los desaires constantes. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 02/07/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.

 

Es la ilusión de omnipotencia preferida del kirchnerismo creer que tienen el poder de controlar todo restringiendo, prohibiendo y maltratando. Una película que ya hemos visto y que tuvo su capítulo más populista en tiempos del ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Tiempo perdido. Pero la Vicepresidenta en funciones echó a rodar la cinta  y los fanáticos del libreto ideológico preparan las palmas para aplaudir, una vez más, el estrepitoso fracaso. 

La autora intelectual de este, uno de los peores gobiernos de la democracia, ordenó públicamente aplicar un duro cepo a las importaciones, acto seguido y en la misma línea, el Gobierno decidió prohibir las compras en cuotas con tarjeta en el exterior en los servicios puerta a puerta. Recordemos que en noviembre pasado había terminado con la financiación para pasajes y servicios turísticos fuera de nuestra frontera. 

“Van a seguir diciendo que no hay cepo y que las restricciones son un invento de la prensa o algún otro poder malvado pero ya nos hemos tropezado con esta piedra y sabemos que lo que sigue es más cepo y más ajuste. Por otra parte, entre la falta de planificación, de reacción y de criterio político, no les quedan muchas otras opciones. Van a dejar para lo último el dólar solidario para que la gente tenga la sensación de que puede comprar pero las medidas en ese sentido se van a profundizar”, aseguró un economista que conoce cómo piensan en el Gobierno.

La mano que mueve la lapicera

“No me gustaría estar en el lugar de Miguel Pesce pero tampoco me gustaría estar dentro del Banco Central. Quedan pocos pilotos de tormenta y encima no los escuchan. En una entidad de ese calibre necesitas tipos que las hayan pasado todas. No veo que eso esté ocurriendo y no se le puede echar la culpa a la línea, cada uno está cuidando su laburo en el medio de un descalabro generalizado por la falta de conducción política”, aseguró un ex funcionario del BCRA. 

“Creo que la fase moderada está agotada”, dijo el Cuervo Larroque para avivar la tensión en el Frente de Todos contra Todos. La división es lo que los mantiene vivos por estas horas. Horadar la imagen presidencial y agitar un operativo clamor para el regreso de “la jefa” es la nueva consigna de la estudiantina camporista. Sin embargo, hay otro movimiento que tiene lugar en el seno del peronismo. 

El encuentro de “la liga” de gobernadores peronistas hace una semana en provincia de Chaco es otro síntoma de una penosa realidad. Buena parte de los caciques provinciales se prepara para acercarse al Cristinismo de la mano de Jorge Capitanich y Axel Kicillof coincidiendo en banderas impulsadas por CFK como el pedido de las provincias para “descentralizar las políticas sociales”. No sería raro que la Vicepresidenta elija reconstruir su poder desde allí. 

El otro dato en la misma dirección es que los organizadores del acto por la conmemoración del fallecimiento del general Perón, se ocuparon de contar con la presencia de la mayor cantidad de intendentes del espacio. “Si alguien está pensando en una PASO debería entender que los deseos y la realidad no siempre van de la mano”, dijo una voz del Patria en clara alusión al Presidente.

Cristina se puso a gobernar

Impacto. Todo fue en vano. Una noticia inesperada sacudió la arena política. El ministro de Economía Martín Guzmán pegó el portazo interrumpiendo el ida y vuelta de la melodramática novela que vive el Ejecutivo. No lo hizo en cualquier momento, desairó con la noticia a la propia CFK minutos después de que la Vice le respondiera a Alberto Fernández en pleno acto. Las palabras de la jefa, que volvió sobre la metáfora de la lapicera, quedaron inmediatamente en el olvido.


“Es lógico que se vaya, no le iba a dar el gusto a Cristina de señalarlo de por vida como el culpable de la debacle del gobierno, una debacle que, ante todo, es política”, replicaron cerca del Presidente. 

A la hora de cerrar esta columna comenzaban las negociaciones febriles para ubicar al sucesor en Economía. La ofensiva de la ex presidenta en funciones no cesa. Ella tiene una noción clara del desastre en el que está sometido el gobierno del que forma parte. “No me hablen de Alberto Fernández. Es el peor error que he cometido en mi vida¨, se sinceró CFK ante uno de los interlocutores con el que habló hace unos días. Su enojo es creciente. Su preocupación abarca el presente y el futuro. 

Un sábado aciago para el Presidente. Un primer mandatario con pocas opciones, poco poder y, por supuesto, sin tiempo. El operativo clamor en pos de la candidatura presidencial de CFK lanzado desde La Cámpora es algo que desde esta columna se viene mencionando hace semanas. Es, en verdad, la única alternativa con la que cuenta el kirchnerismo. Ningún otro dirigente del peronismo tiene la envergadura política para liderar ese espacio ameboide que es hoy el peronismo. Lo significativo de lo expresado por el ministro Larroque es la reivindicación de las posturas chavistas del kirchnerismo que lo llevaron al fracaso. 

Los disparates que semana tras semana se le escuchan al Presidente superan con creces cualquier ficción. A ello contribuyen también los relatos de fantasía que intentan generar una épica que, en los hechos, son inexistentes. El abanico va desde decir que Alberto Fernández ¨lo paró en seco¨ al primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, hasta que ¨Macron me pidió que los ayude con el petróleo¨. Lo de Boris Johnson fue desmentido por el gobierno británico y lo del pedido del presidente francés fue lisa y llanamente un imposible: ¿Qué ayuda podría dar Fernández con el petróleo cuando aquí no hay gasoil para levantar la cosecha, realizar la siembra o transportar cualquier tipo de mercadería?  

Argentina está otra vez arriba de un Titanic con rumbo directo al iceberg.



  

domingo, 16 de mayo de 2021

Doble comando… La quinta columna de Alberto... @dealgunamaneraok...

La quinta columna de Alberto...


Gira Europea 2021. Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes..

El problema más importante que enfrenta el Presidente tiene nombre y apellido: Cristina Fernández de Kirchner.


© Escrito por Nelson Castro el sábado 15/05/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

No hay antecedentes en la historia reciente de algo como lo que sucedió dentro del Gobierno durante la semana que terminó. Fue de pasmo observar cómo desde el kirchnerismo se encargaron permanentemente de esmerilar la figura del Presidente en su transcurrir por Portugal, España, Francia e Italia con el Vaticano incluido. El periplo que, más allá de promesas de apoyos tuvo pocos logros concretos –el único ciertamente mencionable es la casi segura postergación del vencimiento del pago al Club de París del próximo 31 de mayo–, se vio boicoteado por el accionar sostenido que, desde el núcleo duro de las usinas K, se desplegó a lo largo de la semana. Parece que estuvieran celosos de Alberto, colegía un hombre de las cercanías del Presidente la tarde del viernes.  

Existe en el Gobierno un doble comando tóxico. Hubo doble comando en el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner mientras vivió su esposo. Néstor Kirchner era el ex presidente en funciones que era consultado antes de la toma de decisiones. Sin embargo, la situación era diferente ya que la sintonía política del matrimonio existía, más allá de las discusiones que tenían –algunas volcánicas– y nada se hacía públicamente. Nunca se lo escuchó a Néstor Kirchner hablar públicamente de funcionarios que no funcionan.  

Ya se sabe que CFK no lo quiere a Martín Guzmán. Si alguna duda había, la despejó esta semana Carlos Zannini en el reportaje que concedió a C5N. Entre sus provocadoras respuestas –en las que defendió su indefendible vacunación y  la de su esposa figurando ambos como personal de salud– no solo defendió al subsecretario de Energía, Federico Basualdo, en desmedro del ministro de Economía, sino también le marcó la cancha a AF.  

La interna del Frente Contra Todos está a la vista de todo el mundo con operaciones cruzadas infantiles pero de consecuencias imprevisibles. CFK contra AF, Axel Kicillof contra Guzmán y desde el Instituto Patria se encargan de dispararle a todo el que no comulga con ellos. La idea de impedirle a Guzmán utilizar los fondos de los Derechos Especiales de Giro que reparte el FMI para pagar deuda salió de allí.  

La actividad económica sigue en terapia intensiva. Más allá de cierta recuperación que el Gobierno pretende mostrar, no hay sector que haya recuperado los niveles prepandemia. Si se hacen las cosas bien, las miradas más optimistas señalan al segundo semestre del año que viene para salir de este parate.   

La inflación de abril le dio un nuevo disgusto al Gobierno. La marca de 4,1% no era la esperada y volaron palos hacia Martín Guzmán, la secretaría de Comercio, Paula Español, y hasta el propio Marco Lavagna por no haber avisado o abierto el paraguas ante semejantes nubarrones. Lo que más preocupa son los aumentos de los alimentos. “El control de precios es una receta que no sirve porque condiciona la producción y la venta a tal punto que con los precios autorizados, en algunos casos muchas firmas ya no encuentran conveniente vender. Ni hablar de la inversión que se calcula siempre en base a un recupero por rentabilidad. 

Aun cuando el empresario pyme siempre es optimista y busca comprarse una máquina nueva, la realidad es que hoy no puede hacerlo. Mi familia era dueña de una de las empresas grandes y pujantes del país. En veinte años la Argentina nos convirtió en una pyme”. Quien trazó ese panorama es el presidente de una de las empresas más antiguas del país. En el Gobierno parecen querer tapar el sol con las manos. 

Ante estos datos de la realidad, el kirchnerismo reacciona con el enojo. Parece que es lo único que sabe hacer. Es casi una actitud de vida. El enojo y echarles la culpa de todos los males a los otros. “Se convalidó un nivel de emisión que se calcula en un 70% de la base total. Eso no es culpa de Guzmán, sino de una concepción ideológica de la economía donde no se pueden recortar subsidios, ni ejercer la coherencia para equilibrar el déficit”, narra un economista que conoce las internas del Palacio de Hacienda.  

El tema es más profundo porque la inflación también señala la falta de actividad. Si el país no produce, lo que tiene para ofrecer es poco. Un dato: cuando la inversión está por debajo del 20% anual, no se llega ni siquiera a renovar los bienes de capital, tal como lo describió el testimonio citado en las primeras líneas. Si algo sale de servicio, no se repone, si se puede, se repara y si no, se pierde. “Fallabella y Walmart, entre muchas otras firmas, no se fueron de la Argentina porque querían. Son gente que sabe hacer negocios. Se fueron porque no tienen horizonte de mediano ni largo plazo en un país donde el principal problema es la falta de unidad de comando tanto en la política como en la economía”, aseveró un hombre de negocios.  

El Gobierno dejó trascender que  instrumentará el Plan Otoño para frenar los precios. La idea de Axel Kicillof es congelar precios y salir a controlar todo por 180 días. Se trata básicamente de un parche electoral para no disgustar al votante justo antes de las elecciones. Hay dos cuestiones que no cierran en torno a esta nueva-vieja receta. Cuanto más grande sea el torniquete que se aplique antes del período electoral, más fuerte será el torrente inflacionario y recesivo a la hora de desandar ese camino. 

¿Hasta dónde está dispuesto el Gobierno a enterrar la Argentina para conservar el poder? El otro aspecto tiene que ver directamente con la calidad del trabajo que se viene haciendo para contener la avanzada de los precios de bienes de primera necesidad. “La secretaria de Comercio, Paula Español, no es Guillermo Moreno y con Cristina agazapada detrás del Presidente y acorralando a Martín Guzmán no hay ningún escenario previsible. 

No se sabe en qué cancha jugamos ni con qué reglas. A esta altura para una mala copia es preferible el original”, se lamentó un empresario en alusión a la injerencia cada vez más evidente de la ex presidenta en funciones. El problema más importante del gobierno de Alberto Fernández tiene nombre y apellido: Cristina Fernández de Kirchner. 

Producción periodística: Santiago Serra.