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domingo, 16 de noviembre de 2025

Apoyo de Washignton - El acuerdo con EE.UU. y el optimismo de Milei…@dealgunamanera...

Apoyo de Washignton - El acuerdo con EE.UU. y el optimismo de Milei…

Mejor ni mirar, ni preguntar. Dibujo: Pablo Temes

El pacto comercial consolida el respaldo de Trump al Presidente mientras se abren disputas internas.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el domingo 16/11/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


El Gobierno vive un momento de apogeo. El anuncio del acuerdo comercial entre nuestro país y los Estados Unidos es la confirmación del nivel inédito de apoyo que la administración de Donald Trump ha decidido darle a Javier Milei. El rescate que, en momentos dramáticos para la economía argentina, llevó la Casa Blanca salvó al oficialismo de una posible derrota a la que lo hubiera llevado una crisis producida por la escasez de dólares que se había acentuado después del triunfo electoral del peronismo en las elecciones en la provincia de Buenos Aires.

Como ocurre siempre a estos hechos los acompaña siempre la controversia. Están las generadas por los que siguen aferrados a ideologías y visiones políticas ancladas en el tiempo. Esta pasión por lo anacrónico es lo que exhibe hoy –como ayer– el peronismo. Esta idea de que “vienen por nuestra soberanía”, un cliché que le ha dado resultados políticos al justicialismo y ha traído el atraso del país. Eso sí, el ”vienen por nuestra soberanía” se aplica para los Estados Unidos y no a la hora de hacer concesiones a China o a Venezuela. El peronismo y sobre todo el kirchnerismo duro todo lo contaminan de su ideología con olor a naftalina y su desesperación para volver a servirse del poder cueste lo que cueste.

Más allá de los detalles que aún no se conocen de este acuerdo, cuyo anuncio se demoró a causa del cierre del gobierno federal ocurrido en los Estados Unidos que acaba de ser levantado, hay algunas cosas ciertas que van a suceder para que esto se ponga en práctica. Una de ellas –que es fundamental– es el levantamiento total del cepo. Se sabe que va a haber un desembarco de importantes empresarios estadounidenses ávidos de explorar nuevas posibilidades de negocios. A la cabeza de esta avanzada habrá muchos del sector energético. Con cepo, nadie pondrá un dólar más allá de oportunidades muy puntuales. Las inversiones no ingresan a donde no pueden salir. Otro asunto de peso es el de las reformas tanto laborales como impositivas.

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Para alcanzar las reformas hacen falta consensos políticos de la mano de Santilli.

Para alcanzar esas reformas hacen falta consensos políticos. En eso están trabajando Manuel Adorni y Diego Santilli para contener el desbande del peronismo y las necesidades económicas de los gobernadores. La CGT es hoy otro de los frentes de batalla abiertos para La Libertad Avanza. Nuevamente las posturas vetustas de los sindicalistas de turno chocan contra la necesidad de una renovación necesaria para las nuevas formas de trabajo y producción. Todo esto con un agravante que está –más que nunca– a la vista de todos: sindicalistas devenidos empresarios –algunos multimillonarios– que se resisten a soltar sus privilegios. La familia Moyano es el ejemplo perfecto de esta categoría que se sirve del sudor de los trabajadores para llenarse los bolsillos. El vaciamiento de la obra social de Camioneros habla por sí solo. Pero el caso de los Moyano no es el único. El modelo de sindicalistas ricos y trabajadores pobres se ha extendido demasiado en el tiempo y en el territorio. Modelo que enfrenta una severa crisis de liderazgo puesta de manifiesto en la elección del último triunvirato de la central obrera peronista, incapaces de encontrar una figura única de consenso que represente la voz real de los trabajadores. Ante esta combinación, el oficialismo exhala un optimismo excesivo. No es la primera vez que esto le pasa a un gobierno cuando todo parece ir viento en popa. La historia es una escuela realista aunque muchos se nieguen a mirar para atrás. Con buen tino, Jorge Macri advirtió de un exceso de optimismo, siempre nocivo. “No nos comamos la curva”, graficó el jefe de Gobierno porteño. Sin ir más lejos, eso fue lo que le pasó a su primo Mauricio después de haber ganado las elecciones de medio término en 2017. Se creyó que se “comía” la cancha y dos años después fue derrotado en forma contundente por el kirchnerismo. Claro que, para ese dramático final, influyó el hecho de haberse encerrado en un círculo cada vez más chico comandado por Marcos Peña y unos pocos leales, que lo llevaron a perder el contacto con la realidad. Ese es el peligro de los triángulos de hierro de la vida y de los magos y gurúes de turno.

Para amplios sectores de la Argentina también se abrirán oportunidades de exportar. Uno de esos sectores es el de la carne. El desafío –ahí– será ver cuál es la capacidad de abastecimiento que tengan los productores y la industria y la necesidad de cortar lazos con viejos zares salpicados por la falta de escrúpulos y los negocios espurios.

En medio de todo el ir y venir de la realidad, el jueves fue un buen día para la lucha contra la corrupción. Ese día Julio De Vido fue llevado otra vez a la cárcel –su futuro será una larga prisión domiciliaria– y, por acción de la Cámara de Casación Penal, se dispuso que las audiencias por el caso de los “Cuadernos de Centeno” sean dos por semana en vez de una como el Tribunal Oral Federal N° 7 había dispuesto en un principio. Los tiempos de la Justicia deben ajustarse a la realidad. Al final del camino, a todos los acusados los espera la seguridad de una condena y a éste y los gobiernos que vendrán la oportunidad única de terminar con el flagelo de los sobreprecios y retornos en la obra pública. Se trata de un viejo mecanismo que el kirchnerismo perfeccionó y que ha producido no sólo grandes pérdidas para las arcas del Estado sino que también se ha llevado vidas inocentes como en el caso de la tragedia de Once. La corrupción mata y esa es una lección que ningún gobierno debería olvidar.




sábado, 15 de noviembre de 2025

La historia prohibida del contador de los K que contó todo… @dealgunamanera...

La historia prohibida del contador de los K que contó todo…

Víctor Manzanares. Fotografía: Cedoc

Los relatos de Víctor Manzanares son increíbles: bolsos en avión, coimas a jueces y el robo a los que robaron.

© Escrito por Carlos Claá el sábado 15/11/2025 y publicado en la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Cuando Víctor Manzanares empezó a trabajar con el matrimonio Kirchner, conoció a una pareja con más ambiciones políticas que recursos económicos. El rico era él, que venía de una familia con sobrado patrimonio. Ellos no tenían demasiado, pero Néstor acababa de convertirse en intendente de Río Gallegos y soñaba en grande.
 

Manzanares vio de cerca, y ayudó a acrecentar, el patrimonio que el matrimonio fue incorporando a través de la política, hasta llegar a recibir bolsos de coimas por entre dos y tres millones de dólares por semana que venían de Buenos Aires para colocar en distintas inversiones.

Fue el primero que cayó en desgracia con la causa Los Sauces, en 2017. Fue detenido y sintió la traición. Cristina Kirchner le hizo llegar un mensaje: “De ahora en más te manejas con la plata de tu familia. Yo soy una vieja jubilada y embargada”. Supo que estaba sólo y por eso, al año siguiente, decidió hablar.

A través del testimonio de arrepentimiento del contador Manzanares y de la investigación que el fiscal Carlos Stornelli pudo realizar, que llevó a más de 20 funcionarios y 65 empresarios al banquillo de los acusados en un juicio oral que marcará un hito en la Justicia, es que se conocieron decenas de historias insólitas de guita negra. Escenas pornográficas de millones de dólares robados al Estado durante el kirchnerismo.

El inversor. La declaración como imputado colaborador de Manzanares fue valiosa para la causa en cuanto el contador aportó datos que, hasta allí, se habían escapado del expediente: aparecieron nombres de sociedades y bienes que estaban en otros países.

Manzanares lo sabía porque había sido el encargado de negociar con compañías internacionales esos acuerdos. “Los bolsos llegaban a Río Gallegos en el avión presidencial e iban a parar a la casa de los padres de Néstor”, reconstruye su abogado, Roberto Herrera, de acuerdo a las declaraciones de su defendido. “Un par de esos bolsos, calculale entre dos y tres millones de dólares, le llevaban a ‘Polo’ (tal como le dicen a Manzanares) para que invierta. Así, todas las semanas”.

Entre las compañías que metió en el expediente, apareció el nombre de San-Up, una empresa de capitales franceses, líder en el mercado de nebulizadores e instrumentales para el cuidado de la salud. Manzanares la negoció a pedido de Muñoz y en nombre de un testaferro, Carlos Cortez, y la terminaron adquiriendo por 34 millones de dólares: tres veces el valor de tasación del mercado. En una década la justicia comercial terminaría decretando la quiebra. Como esas, varias.

La zona de influencia del contador era la Patagonia. No solía viajar a Capital Federal y conocía las historias de la plata por lo que le relataba Daniel Muñoz, ex secretario de Néstor y Cristina, que terminó la era K con propiedades en Nueva York y Miami y sociedades en otras partes del mundo.

Pocas veces acompañó a los Kirchner a Buenos Aires. De las más recordadas fue la de 2009, cuando Néstor le pidió que fuera a arreglar con el juez Norberto Oyarbide su primera causa de enriquecimiento ilícito. El contador se juntó con el magistrado e hicieron que le cierre el blanco. El expediente se cerró en tiempo récord.

Ventajeros. El fiscal Stornelli pudo avanzar más con la investigación. Y se encontró con el relato de más escenas disparatadas, como el “mexicaneo” entre compañeros de la investigada asociación ilícita.

El dinero debía terminar todo en el mismo lugar: el departamento del matrimonio Kirchner en Juncal y Uruguay o la Quinta de Olivos. Pero en el camino había quienes se tentaban con el botín. “Se robaban entre ellos”, indicó el fiscal.

De acuerdo a su investigación, incluso mandaron a confeccionar bolsos más chicos, para que faltaran 10 mil dólares de cada uno sin que los jefes se dieran cuenta del detalle. “Es que contaban por bulto. Era tal el volumen, que era imposible contar los billetes con la maquinita”, dijo Stornelli.

Las historias de “mexicaneos” incluyeron a Oscar Centeno, el chofer y autor de los cuadernos que iniciaron esta investigación. En un viaje, el conductor del vehículo se le animó a Roberto Baratta, mano derecha de Julio De Vido: “Acuérdense un poquito de los pobres, nosotros también puchereamos”, le rogó.

El funcionario tuvo un gesto que le despertó mucha bronca. Le regaló un bolso, pero vacío. Las escenas incluyen intrusiones a domicilios y hasta asesinatos que quedaron bajo un manto de sospecha, como el del secretario Fabián Gutiérrez. “Hubo varios robos en casas de distintos secretarios”, contó Stornelli. Y agregó: “Hacían pozos en el patio y rompían paredes”. El tesoro era tan grande que la búsqueda era incesante.

El juicio oral por la causa Cuadernos ayuda ahora a revivir historias increíbles de los millones de dólares del desfalco al Estado durante el kirchnerismo. Los robos de los robos. La corrupción en su máxima expresión.




domingo, 11 de diciembre de 2022

Sin sorpresas… 


Resorte. Dibujo: Pablo Temes 

Como se preveía, la justicia falló contra la vice. Efectos políticos. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 10/12/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.



No hubo sorpresas. No había ninguna razón para que las hubiera. Cuando Jorge Gorini, flanqueado por Andrés Basso y Rodrigo Giménez Uriburu, comenzó puntualmente a las cinco y media de la tarde del martes 6 de diciembre el veredicto de la causa Vialidad, llegó, al fin, un largo proceso judicial al que Cristina Fernández de Kirchner trató de frenar desesperadamente.

Ella sabía que iba a ser condenada. Y lo sabía porque, más allá de su relato, ella sabe que todo lo que en el juicio se comprobó es verdad. Por eso fue tan mala su defensa, tanto la que encaró ella misma en su calidad de “exitosa abogada”, como la de su abogado, Carlos Beraldi. “El problema que tienen Cristina y sus abogados es la contundencia de las pruebas. No hay quien pueda ayudarla a rebatirlas”, coinciden en señalar voces de Comodoro Py conocedoras de lo que allí sucede.

Por eso su discurso inmediatamente posterior a la lectura del fallo fue tan deslucido y desenfocado. La única parrafada más o menos jurídica que desarrolló, en la que se refirió al artículo 173 del Código Penal, fue muy mala.

En ella, lejos de negar la existencia del delito allí descripto, lo que hizo fue intentar tirarles la responsabilidad tanto a los legisladores que aprobaron los presupuestos en los que se incluían las cuestionadas obras adjudicadas a Lázaro Báez a valores exorbitantes, como a sus ex jefes de Gabinete que dispusieron las correspondientes ejecuciones de las partidas asignadas. Nada que sorprenda.

El resto de su perorata fue para referirse al viaje a Lago Escondido de un grupo de jueces, fiscales, ex agentes de inteligencia y empresarios, hecho bochornoso que debe investigarse, pero que nada tiene que ver con la causa por la que la Vicepresidenta ha sido juzgada ni con los jueces que la condenaron.

Más temprano que tarde se conocerán en detalle los aprietes contra el TOF 2 de parte del kirchnerismo

Más temprano que tarde se conocerán con todo detalle los aprietes contra los integrantes del Tribunal Oral Federal 2 –todos nombrados por CFK– que se pergeñaron desde el kirchnerismo. Lo intentaron todo.

Las reacciones que desde el martes hasta la fecha se han producido en el ámbito del peronismo no ha hecho más que desnudar la imposibilidad de poner en práctica medidas concretas que permitieran modificar lo que a la expresidenta en funciones más la afecta y desequilibra: su situación de condenada.

Ello quedó expuesto en la cena realizada en la misma noche del martes 6 en Ensenada, en la que acompañaron a CFK los integrantes de su círculo cerrado. “Tenemos diputados, senadores, gobernadores, intendentes, concejales; usémoslos”, se dijo allí.

El problema es que ninguno de ellos tiene poder sobre los jueces. Y esto es, en verdad, un problemón. Para intentar tener injerencia y presionar a jueces y fiscales, el oficialismo debería tener mayoría en las dos cámaras del Congreso. Esa mayoría, hoy no la tiene.

Presión. El otro inconveniente que tiene CFK para llevar adelante una tarea de apriete político, es que hoy ella y el peronismo son gobierno.

Para que se entienda mejor el significado de esto, vale una extrapolación: si hoy gobernara No tan Juntos por el Cambio, el kirchnerismo le pararía el país y le causaría un daño político severo a su posibilidad de gobernar. Pero, ha querido el destino que hoy en día el peronismo sea oficialismo.


Hoy, CFK es el Gobierno. Por lo tanto, si se parara el país indefinidamente, el gobierno de CFK quedaría paralizado. ¡Qué paradoja del destino!  Quien mejor maneja la calle se encuentra atado de pies y manos para hacerlo.

Entre tanto, la agenda del presidente Alberto Fernández siguió navegando en la intrascendencia si no fuera por la reunión del Mercosur realizada en Montevideo, donde asumió la presidencia pro-témpore del bloque regional.

Una perla para destacar por su cinismo. Fernández intentó darle cátedra a Lacalle Pou y arremetió sin ponerse colorado: “Cuando en una sociedad las reglas se incumplen, alguien las está rompiendo”.

Sus palabras hicieron referencia a la intención de Uruguay de firmar tratados por fuera del bloque común. El presidente uruguayo, en un acto de generosidad y respeto a la investidura, le hizo precio. Eligió callar respecto a las atrocidades que el propio Fernández comete día a día en nuestro país, degradando su figura y las reglas que deberían imperar en un país serio.

El kirchnerismo no sólo no tiene límites sino que pisotea las reglas, las leyes y los acuerdos a su antojo para acomodarlas a su relato de fábula, que sólo le sirve para contener a un grupo de fanáticos.

Más claro, agua.



   

domingo, 4 de diciembre de 2022

Sufrir y soñar… @dealgunamaneraok...

 Sufrir y soñar… 

Barrabravas, Cristian Ritondo. Dibujo: Pablo Temes.

Mientras el Gobierno aumenta sus desmanejos, la gente padece. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 03/12/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

En la Argentina pasan cosas dentro del ámbito de la política durante el Mundial de Fútbol. Son hechos lamentables y peligrosos como, por ejemplo, lo sucedido el jueves pasado en la bochornosa sesión de la Cámara de Diputados en la que el oficialismo intentó extender por otro año la designación de Cecilia Moreau como presidenta del cuerpo. 

El escándalo al que contribuyeron tanto el oficialismo cuanto la oposición, fue causado por la negativa del Frente de Todos contra Todos de frenar el ingreso de la diputada Reyes, de No tan Juntos por Cambio, al Consejo de la Magistratura. El objetivo tanto de esta maniobra como la del Senado de desobedecer la decisión es claro: paralizar el funcionamiento del Poder Judicial. Los ataques no cesan. 

Salvo una sorpresa, el fallo que le aguarda a Cristina Fernández de Kirchner debería serle adverso. El cúmulo de pruebas es de tal magnitud que sería un escándalo que se le absolviera. La debilidad de sus argumentos obligó a que toda la estrategia defensiva de su abogado, Carlos Beraldi, tuviera un enfoque exclusivamente político. 

Las últimas palabras que pronunció la vicepresidenta el martes pasado fueron del mismo tenor. Habló de un “pelotón de fusilamiento”, una definición absolutamente falaz. Quienes la están juzgando son jueces de la Constitución a los que ella misma nombró.

El fallo que le aguarda a CFK debería serle adverso por el cúmulo de pruebas. 

Lo que en verdad se esconde en este Niágara de descalificaciones que enunció la expresidenta en funciones es el temor a la condena. Ella sabe que nunca irá presa. La afectan dos cosas: pasar a ser una persona con prontuario y los títulos de los medios. Para alguien que ha hecho del relato uno de los elementos clave de su accionar en la política, “Cristina condenada”, sin dudas el título que más se replicará si el fallo así lo determina, la perturba profundamente. No sólo la perturba; también la desequilibra emocionalmente. 

Al fin de cuentas, ingresará al club que ya integran su ex vicepresidente de la nación Amado Boudou, el ex Ministro de Planificación Julio De Vido, el ex secretario de Obras Públicas que fue sorprendido revoleando bolsos con dinero, José López, y el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime. 

Los llamados a resistir el posible fallo condenatorio a la vicepresidenta por parte de sus acólitos representa un desafío para la institucionalidad de nuestro país. Sin institucionalidad no hay democracia. Hasta que la sentencia quede firme, le resta a CFK un largo camino por recorrer en el ámbito de la Justicia a través de las apelaciones. 

Nada de esto parece serle suficiente. Las puebladas que se estimulan desde el kirchnerismo son un arma de doble filo. Tienen como objetivo desobedecer un fallo judicial. Tienen, además, el riesgo de derivar en actos de violencia. Son como una caja de pandora: una vez que se abre, nadie sabe en qué puede terminar. 

En el Gobierno algunos se jactan de que, quienes agitan la calle, son personajes secundarios. Entre ellos está Luis D’Elía, un hombre profundamente violento y antidemocrático. Pero también hay sindicalistas y líderes sociales como Juan Grabois que hace pocos meses increpó directamente al presidente de la nación Alberto Fernández enrostrándole la inflación y el hambre de la gente.   

Medidas retrógradas 

En el Frente de Todos contra Todos deberían reflexionar sobre ello. Al jurar como Vicepresidenta de la Nación, CFK prometió observar y hacer observar de cuanto ella dependa la Constitución Nacional que, entre otras cosas, contempla la división de poderes. Sus ataques al Poder Judicial son exactamente lo contrario de lo que prometió. La mentira está en la esencia del kirchnerismo. Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago. 

En tanto, en un clima social y económico cargado de tensión, donde los dólares escasean y las empresas no pueden importar productos terminados y, en muchos casos, tampoco insumos para la producción, el Presidente de la Nación decidió que era un buen momento para comprar un avión presidencial. El Gobierno desembolsará más de 22 millones de dólares. La operación se llevará a cabo mediante una ampliación presupuestaria que se financiará, además, con un crédito de la Corporación Andina de Fomento, con un plazo de 10 años. 

Mientras tanto la gente sufre el ajuste donde manda el tarifazo. Las boletas de AySa que dejaron atrás los subsidios en los barrios de la Capital Federal y vastas zonas de la provincia de Buenos Aires, llegaron con aumentos que superan el 200 por ciento. 

El avión presidencial es un capricho desmedido, una actitud que debería avergonzar al oficialismo todo y que terminaremos pagando el resto de los argentinos. En los momentos más difíciles el kirchnerismo siempre redobló la apuesta llevando el disparate al extremo. 

La gente sufre. 

Los poderosos sueñan.



  

domingo, 28 de agosto de 2022

Mitologías. Nada nuevo bajo el sol… @dealgunamaneraok...

 Mitologías. Nada nuevo bajo el sol… 

V, Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes. 

La épica de la proscripción y la persecución política, que hoy invoca Cristina Kirchner, al peronismo siempre le sienta muy bien.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.


Alberto Fernández está políticamente terminado, pero desde su penosa agonía sigue trabando como puede la gestión. Sabe que Massa –por el momento– ha decidido estar más cerca de CFK y eso lo mortifica”. Asegura un peronista que había comprado la ilusión de un gobierno moderado.
 

La lamentable sobreactuación que el Presidente tuvo en el reportaje que les concedió a Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano generó la furia de la vicepresidenta y el núcleo duro del kirchnerismo. El rostro desencajado que tenía la portavoz gubernamental, Gabriela Cerruti, a la salida de los estudios de TN dio el indicio de que haber reflotado el caso Nisman para descalificar al fiscal Diego Luciani constituyó un grueso –y repudiable– error político. Es bien sabido que, como lo ha determinado la Justicia, el fiscal especial de la causa AMIA fue asesinado.

“Es un pelotudo sin remedio. No solo porque trae al presente lo de Nisman que nos complica sino porque, además, saca del centro de la escena la causa de Cristina”, señalaban con indisimulada bronca varias voces del kirchnerismo duro. 

Si no fuera por el dramatismo de la compleja realidad argentina, bien podría decirse –parafraseando a Jorge Luis Borges– que AF se ha transformado en una “criatura risueña de una mitología casera”. 

Los interrogantes que las conductas del Presidente abren sobre su personalidad son inquietantes. En la política argentina hay abundancia de “panqueques” y mentirosos. AF es uno de ellos. Pero lo que estamos viendo no es solo la práctica de la mentira sino algo más: el poco respeto a su dignidad. Hace y dice cosas que lo degradan permanentemente. Lo de Nisman y Luciani es una muestra. Los efectos de la  enfermedad del poder son siempre brutales.  

Se acabaron las fichas

“Cristina sabe lo que hace. Está convencida de que no merece estar en el banquillo para ser parte del show de los fiscales. Los periodistas dejen de joder con lo del indulto. Lo dicen para mortificarla. La única salida que ella espera es la Justicia. Y la Justicia es la absolución. El indulto es para los culpables. Por supuesto que está muy preocupada por Máximo. Pero nadie va a permitir semejante atropello” –se limitan a decir desde el Instituto Patria. 

Hay un primer error a señalar en este intento permanente del kirchnerismo de atribuir todos sus males al periodismo. Quien habló de la idea del indulto fue el ex ministro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni. Esto disgustó a CFK que ordenó a sus secuaces detener cualquier intento de avanzar con esa idea. 

Ahí apareció entonces Oscar Parrilli para hacer saber el pensamiento de su jefa. Se indulta a quien comete un delito. 

La vicepresidenta está convencida de ser un prócer. Ella forma parte ya de la historia de la argentina. Pero eso no le alcanza: ella se considera a sí misma como la fundadora de la Patria. Cree que sus dos gobiernos y el de su esposo fueron los mejores de la historia. No solo lo cree sino que lo dice. La última vez fue el martes pasado en su desordenada y larga defensa realizada el martes pasado desde su despacho en el Senado. 

Esa extensa perorata dejó una conclusión muy categórica: sus argumentos defensivos son débiles. En medio de esa maraña de cosas todo fue echarle la culpa a Macri. A la confusión se le sumó el disparate de atribuirle al ex presidente la propiedad de los millones de dólares que contenían los bolsos de José López. 

La peligrosa andanada intimidante contra el fiscal Luciani es algo que los Kirchner viene haciendo desde siempre contra aquellos fiscales que, cumpliendo con su deber, los investigaron ante causas de corrupción que los incriminaban. En 1995 dejaron cesante al procurador de Santa Cruz, Eduardo Sosa, quien investigaba la contratación por fuera del Estado de un estudio de abogados para negociar el cobro de 600 millones de dólares que la Nación le adeudaba a la provincia en concepto de regalías petroleras. 

Una agonía premeditada 

La remoción de Sosa fue motorizada por la hoy vicepresidenta a través de la Legislatura provincial, que creó dos cargos nuevos – el de agente fiscal y el de defensor de pobres, ausentes e incapaces– y lo dejó cesante. 

En diciembre de 2013, la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, decidió iniciarle un juicio político al fiscal federal José María Campagnoli –sin ninguna prueba que indicara un mal desempeño del cargo de su parte– que estaba investigando a Lázaro Báez.

El 18 de enero de 2015 el cuerpo sin vida del fiscal Natalio Alberto Nisman fue hallado en su piso de Puerto Madero. Al día siguiente, el fiscal especial para el caso AMIA, debía presentarse en el Congreso a  ratificar las graves denuncias que había hecho contra la entonces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, por el memorándum de acuerdo entre la Argentina e Irán. Como se ha dicho más arriba, la Justicia ha determinado que Nisman fue asesinado.

Ahora, el que está en la mira del kirchnerismo, es el fiscal federal Luciani. Contra él se viene aplicando la misma metodología de la intimidación y la descalificación que ocurrió en los casos precedentes. Eso incluye los carpetazos, que no solo abarcan al fiscal sino que se extienden a los jueces.

El problema que tiene CFK no es la carátula de la causa sino las evidencias. Son las evidencias las que la incriminan más allá de la calificación del caso. Sobre si se podrá comprobar o no la figura de la asociación ilícita hay una intensa discusión jurídica. De lo que no hay dudas, en cambio, es sobre los actos de corrupción diligenciados por los Kirchner.

La teoría de que la corrupción en la obra pública de Santa Cruz fue culpa de funcionarios infieles de los que nada sabía el matrimonio presidencial, no resiste el más mínimo análisis, ya que los involucrados eran todas personas allegadas a ellos: Lázaro Báez, Julio De Vido, José López.

La causa que incrimina a CFK le ha permitido recuperar la épica de la proscripción y la persecución política que al peronismo siempre le sienta muy bien. Por eso el sueño del “17 de octubre de Cristina”. Hace 21 años, Carlos Menem hizo lo mismo y, al igual que la vicepresidenta, buscó por medio de su banca en el Senado los fueros para evitar la cárcel. Como se ve, en la política de la Argentina nada nuevo hay bajo el sol.