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lunes, 18 de noviembre de 2024

La confirmación de la condena contra CFK y la polémica por la suspensión de su jubilación… @dealgunamanera...

La confirmación de la condena contra CFK y la polémica por la suspensión de su jubilación…


La Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena a 6 años de prisión contra Cristina Fernández de Kirchner en la causa “Vialidad”. Al día siguiente, el gobierno de Javier Milei le quitó la jubilación de privilegio como ex presidenta y la pensión que recibe como viuda de Néstor Kirchner. Repasamos en detalle el fallo judicial y la decisión del Ejecutivo.

© Escrito por Manuel Tarricone el miércoles 13/11/2424 y publicado por Chequeado.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:

  • La Sala IV del tribunal ratificó la condena a 6 años de prisión por el delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública que le había dictado el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 en diciembre de 2022.
  • Por el momento, la ex presidenta no irá presa ya que el fallo no está firme y puede ser apelado ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
  • La Cámara de Casación, además, ratificó las condenas que había dictado el Tribunal Oral contra Lázaro Báez, José López y los responsables de Vialidad nacional y de la provincia de Santa Cruz. También se confirmó la absolución de Julio De Vido y Abel Fatala.

La Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena a 6 años de prisión contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner (Frente para la Victoria) en la causa “Vialidad”. Los jueces ratificaron la sentencia dictada en diciembre de 2022 por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2. 

Es la primera causa judicial en la que se condena a Fernández de Kirchner, aunque no irá presa ya que todavía el fallo no está firme porque la ex presidenta puede recurrir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

En esta nota, las claves del fallo de Casación y la causa “Vialidad”.

Qué resolvió la Cámara de Casación.

En la audiencia, Gustavo Hornos, presidente de la Sala, leyó la parte resolutiva de la sentencia, en la que se confirmaron todas las condenas y absoluciones dictadas por el Tribunal Oral. En el caso de la ex presidenta, se la condenó a 6 años de prisión por el delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública pero se la absolvió por la acusación de asociación ilícita. También se le dictó la inhabilitación especial perpetua para ejercer cargos públicos.

También se confirmaron las condenas dictadas por el Tribunal Oral contra el empresario Lázaro Báez (6 años); el ex secretario de Obras Públicas de la Nación, José López (6 años); el ex titular de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV), Nelson Periotti (6 años); los ex responsables de la DNV en Santa Cruz, Mauricio Collareda (4 años) y Raúl Daruich (3 años y 6 meses); y los ex titulares de la Administración General de Vialidad de la Provincia de Santa Cruz, Juan Carlos Villafañe (5 años), Raúl Pavesi (4 años y 6 meses) y José Santibáñez (4 años).

También confirmó la absolución del ex ministro Julio De Vido y del ex subsecretario de Obras Públicas Abel Fatala. Además, se ordenó el decomiso de $ 84 mil millones.

Qué dice el fallo de la Cámara de Casación.

El fallo tiene más de 1.500 páginas. Los jueces Mariano Borinsky y Diego Barroetaveña votaron por confirmar la condena a 6 años por administración fraudulenta en perjuicio del Estado, mientras que Gustavo Hornos, en minoría, votó, además, por sumar el delito de asociación ilícita, que había sido solicitado por la fiscalía en el juicio oral y por el fiscal de la Cámara de Casación, pero fue rechazado por los jueces del Tribunal Oral y por la mayoría de Casación.

Según Hornos “se probó de manera contundente” que los imputados, “utilizando la estructura estatal, abusaron de sus cargos, y de las herramientas que facilitaba el ser parte del Poder Ejecutivo Nacional, para realizar sus actividades ilícitas en perjuicio del erario público y de la ciudadanía toda. Todo ello fue realizado de manera organizada y con distribución de roles y coordinados por quien fuera la jefa de la empresa criminal: Cristina Fernández de Kirchner”.

Y agregó: “No se trató de una unión circunstancial ni de un hecho aislado en particular, y ello se evidencia no sólo por la duración que tuvo la asociación sino también por el modo organizado en el que actuaban, existiendo una clara división de tareas y la existencia de un patrón común. Fueron 12 años de arbitrariedades, de un abuso sistemático en la obra pública de Santa Cruz, con claro apartamiento de sus normas, donde los más altos mandos de la administración pública dirigieron las órdenes al grupo para el desarrollo de las maniobras de corrupción juzgadas”.

Por su parte, Barroetaveña destacó que el Tribunal Oral probó que “se seleccionó una modalidad de contratación específica” que “permitió la cartelización de la obra pública (…) en favor de un grupo de empresas que respondían” a Báez; que “ante los incumplimientos de los contratos no se multó a las empresas de Báez ni se rescindieron ninguno de los contratos”; que Báez tuvo “un canal de pago preferencial (adelantos financieros)” de Vialidad que así lo permitieron; y que sus empresas eran las únicas que al finalizar 2015 no tenían pagos pendientes.

Además, agregó que en 2015, con el cambio de gobierno, “se ideó un plan para culminar con la maniobra fraudulenta”, del que participaron, según el fallo, José Francisco López, Lázaro Báez, Cristina Fernández de Kirchner, Nelson Periotti y José Raúl Santibáñez. En ese plan “se pretendió crear una deuda en favor de las empresas de Báez” y “se trató de atribuir el cierre de las empresas” al cambio de gobierno para evitar la “sensación de fuga”.

El juez también mencionó el Decreto 59/2009, dictado por Fernández de Kirchner, que permitió a la Dirección Nacional de Vialidad “beneficiarse de los fondos de un fideicomiso (…) para aplicarlo al financiamiento de obras viales”. Y que se probó que en el decreto “no se enumeraron ni describieron las obras que se ejecutarían con aquel financiamiento”.

Qué dijo Cristina Fernández de Kirchner.

El martes, un día antes de la confirmación de la condena, la ex presidenta publicó un comunicado en sus redes sociales en el que dio por hecho que la Cámara de Casación ratificaría el fallo del Tribunal Oral y cuestionó a los jueces y fiscales que intervinieron en el proceso

“¿Por qué me condenan “Los Copitos de Comodoro Py”? Por un delito que como Presidenta nunca pude haber cometido: el de administración fraudulenta en obras viales, aprobadas por el Parlamento en los presupuestos nacionales, licitadas, ejecutadas y pagadas por el gobierno de la Provincia de Santa Cruz y aprobada su rendición de cuentas por la Auditoría General de la Nación y el Congreso de la Nación desde el 2003 al 2015”, señaló Fernández de Kirchner.

Y agregó: “Tan es así, que ningún Jefe de Gabinete de la Nación -constitucionalmente responsable de la ejecución del presupuesto y la administración del país- fue acusado y que el propio Ministro nacional responsable del área durante nuestros tres gobiernos, fue absuelto. Se vuelve de cualquier lugar menos del ridículo”.

Qué dijo Javier Milei sobre la condena a Cristina Fernández de Kirchner.

Tras conocerse el fallo, el presidente Javier Milei escribió en X: “Recuerdo que en la campaña fuimos criticados por no expedirnos sobre la culpabilidad de Cristina Fernández de Kirchner. Por los mismos que hoy hablan de respeto a las instituciones. Bueno, en el día de hoy (durante este gobierno) la Justicia Argentina confirmó la condena e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos de la ex Presidente. Hoy podemos afirmar sin ninguna duda que Cristina Fernández de Kirchner es culpable de actos de corrupción”.

Cómo sigue la causa “Vialidad”.

Cristina Fernández de Kirchner ya fue condenada en 2 instancias, pero por el momento no irá presa. Es que el fallo aún no se encuentra firme, ya que la ex presidenta aún puede recurrir vía recurso extraordinario o recurso de queja a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el máximo tribunal del país. 

El mismo criterio aplica para la inhabilitación para ejercer cargos públicos. Es decir que mientras el fallo no esté firme, podría ser candidata a cargos electivos.

Si la Corte Suprema confirmara la sentencia de los 2 tribunales inferiores, la condena estaría en condiciones de ejecutarse. Sin embargo, la Corte no tiene plazos para expedirse.

Comentarios:

·       Arnaud Iribarne: 15 de noviembre de 2024 a las 6:35 pm

El Dr. Rodolfo Barra especialista en Derecho Administrativo, ex Juez de la Corte designado por este Gobierno como Procurador General (imposible de ser considerado kirchnerista) se le pidió una pericia. En el extenso texto llega a la conclusión que NO HAY NINGUNA POSIBILIDAD de que haya podido intervenir en el delito. El Dr. Cuneo Livarona, actual Ministro de Justicia, también opina que hay un delito cometido en Vialidad de Santa Cruz pero NO HAY NINGUNA PRUEBA, ningún testigo que haya visto u oído ningún documento, ninguna grabación que la vincule con el hecho delictivo.

·        Liliana:16 de noviembre de 2024 a las 3:35 pm

Una pregunta, ¿Chequeado leyó y analizó la causa? Porque los comentarios de ambas partes ya los conocemos por la prensa, y las pruebas ¿dónde están? ¿Se analizaron? Pensé que estaría leyendo algo distinto, como ser las pruebas en forma directa. De lo contrario estamos frente a un lawfare.

Ernesto Passini: 
16 de noviembre de 2024 a las 8:42 pm

Para analizar este fallo primero que debemos mirar es el peritaje pedido por el Ing. Iguacel sobre 5 obras de infraestructura sobre 45. Esas 5 peritajes son en el sur En dicho peritaje, de público conocimiento en PDF al alcance de la mano de cualquiera, en Conclusiones Generales, si te es pesado leerlo, dice que las diferencias son insignificante respecto de lo contratado. Otro punto llama la atención que ninguno de los jefes de gabinete de Cristina no figuran en la causa. Llama aún más la atención que el arquitecto Julio de Vido sea sobreseído. En fin si el motivo es el odio a Cristina F de Kirchner es bueno decirlo " odio a la chorra" Y nos evitaríamos tiempo y esfuerzo de los Sr jueces. Vean las mediciones en prov. De Bs As en intensión de votos y tendrán una respuesta. Más la golpeas, más crece.




 

domingo, 12 de noviembre de 2023

Operación corrupta y berreta... @dealgunamaneraok...

Operación corrupta y berreta...


Huyamos hacia la derecha. Dibujo: Pablo Temes 

Es un auténtico Watergate, fruto de una investigación judicial detallada que ha provocado un revuelo fenomenal en UxP.

“Vamos a terminar con los sótanos de la democracia¨, fue una de las recordadas frases de Alberto Fernández en los albores de su presidencia. Como tantas otras frases dichas por un hombre que, como pocos, desnudó su pusilanimidad no bien llegó al poder, todo quedó en vanas promesas que la realidad ha desmentido de manera brutal en estas horas con el resonante caso del espionaje organizado por personeros del poder y con utilización de fondos públicos. 


Este hecho, un verdadero Watergate que descubierto por una investigación judicial abundante en detalles que dejó expuesta una operatoria corrupta y berreta. Todo dentro del kirchnerismo es así y, si algo le faltaba al kirchnerismo para quedar expuesto en todo su fracaso y en toda su mentira, es esto. No es que sorprenda. Es la esencia de la concepción antirrepublicana que movió siempre a Néstor Kirchner y que compartió su esposa y heredó su hijo. Son abundantes los testimonios que narran la compulsión que tenía el ex-presidente para sentarse en el final del día a escuchar las grabaciones ilegales de las conversaciones privadas tanto de sus acólitos y de sus adversarios que le proveían “los servicios”. A los unos para conocer sus traiciones, y a los otros, sus debilidades. 


En ambos casos, la finalidad era la misma: someterlos a la extorsión. Es allí donde tiene su génesis el escándalo político de baja estofa al que estamos asistiendo en estos días. Claro que no son prácticas exclusivas del kirchnerismo: también las hubo en el macrismo. 


La gran diferencia de este caso es que el objetivo principal fue la Corte Suprema de Justicia. Esto responde a la necesidad de una sola persona: Cristina Fernández de Kirchner.

Debe siempre recordarse que, el motivo principalísimo por el cual batalló la expresidenta en funciones durante los cuatro años de este catastrófico gobierno, fue lograr la impunidad en las diversas causas que enfrenta por el delito de corrupción en sus diversas formas. ¨El principal problema que tiene Cristina en su contra en todos estos casos es el peso abrumador de las evidencias¨, suele señalar una voz que conoce al dedillo todo lo que sucede en el ámbito de los tribunales federales de la avenida Comodoro Py al 2000. Frente a esa realidad, la única alternativa que le quedó a CFK fue la de perseguir a los jueces a fin de presionarlos, amedrentarlos y vilipendiarlos. En ese afán investido de un creciente desasosiego motivado por el paso del tiempo y el temor a la pérdida de poder, el último y desesperado recurso fue el proyecto de juicio político a la Corte. Fruto de ese desasosiego, los operadores de la vicepresidenta y de su hijo Máximo cometieron dos errores garrafales: se metieron nada menos que con la Corte y lo hicieron con operadores de cuarta categoría. Hay un dicho que circula en los ámbitos de los servicios de inteligencia que dice así: “Para hacer lo peor, hay que hacerlo con los mejores”. Ni el expolicía retirado Ariel Zanchetta, ni Fabián “Conu” Rodríguez, número dos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), exdirector de la agencia oficial de noticias –y operaciones de prensa Télam y exfuncionario del gobierno de Axel Kicillof–, ni Rodolfo Tahilade, diputado nacional, integrante de la Comisión de Juicio. 


Político, exdirector de Contrainteligencia de la AFI durante la mala gestión de Oscar Parrili, pueden ser considerados como “mejores” en nada. Muy por el contrario, todo lo que emana de sus afiebradas mentes tiene el sello de lo definitivamente berreta. 

El escándalo por el espionaje responde a la necesidad de una sola persona: Cristina Kirchner.


El presidente de la Corte, Horacio Rosatti, es un hombre del peronismo que conoce muy bien a la familia Kirchner. Los conoce desde los tiempos de las sesiones de la Comisión Constituyente que sesionó durante tres meses a partir del 25 de mayo de 1994 en la ciudad de Santa Fe y que estuvo a cargo de la redacción de la Constitución de 1994. 


La vicepresidenta, su esposo y el ministro de la Corte fueron miembros de la Comisión, y todos los que fueron protagonistas y testigos de esas sesiones recuerdan la intrascendencia de Néstor Kirchner y la verborragia muchas veces vacua de su esposa, algo propio de abogados mediocres. Por si esto fuese poco, Rosatti fue ministro de Justicia del gobierno del Dr. Kirchner. Fue nombrado en julio de 2004, reemplazando a Gustavo Béliz. Duró en el cargo un año, al cabo del cual presentó su dimisión argumentando “razones personales”. Todos los que sabían lo que en verdad había sucedido tenían un cabal conocimiento de que la razón de esa renuncia tuvo que ver con un desacuerdo con el modo de manejo del dinero de la obra pública que hacía el secretario de Obra Pública, José López. El caso concreto que motivó ese desacuerdo fue una licitación para la construcción de cárceles que Rosatti se negó a convalidar al advertir los sobreprecios que se habían presupuestado.  


Es decir: el presidente de la Corte conoce las mañas, las trampas, las mentiras y la corrupción del kirchnerismo. Lo constató una vez más cuando, ante el comienzo del juicio político a él y los otros miembros del cuerpo, advirtió, a partir del descubrimiento de cuentas de celulares falsas que figuraban a su nombre y de otros de sus colegas, que toda la acusación estaba montada sobre pruebas ilegalmente obtenidas. Fue entonces cuando actuó. Hubo un fiscal de indiscutible probidad y decisión, Gerardo Pollicita, que con rapidez y sagacidad pudo llegar a investigar esta red de espionaje que conducen CFK y su hijo Máximo.  


El revuelo que esto está produciendo dentro del peronismo a una semana de la elección es fenomenal. 


Las broncas contra Máximo Kirchner se multiplican. El panorama electoral de repente se ha complicado. 


Al núcleo duro del kirchnerismo y a una parte importante de la sociedad estos temas no les mueven la aguja. Pero a un porcentaje alto de los ciudadanos que votaron por Patricia Bullrich, sí. Para el votante de No Tan Juntos por el Cambio, la corrupción y el espionaje son temas sensibles que están en su radar político.  


Sergio Massa, que no bien conocido el caso de Julio “Chocolate” Rigau y el yategate que comprometen seriamente a Martín Insaurralde, salió a pedir que lo echen, no ha tenido la misma premura para exigir y/o decretar la renuncia de Fabián “Conu” Rodríguez, que con fondos públicos pagó varias de las operaciones berretas de Zanchetta. Para quienes no lo sepan, Rodríguez responde directamente a Máximo Kirchner. 


Y Rodolfo Tahilade, a Cristina Fernández de Kirchner. ¿hace falta agregar algo más?.



   






domingo, 4 de diciembre de 2022

Sufrir y soñar… @dealgunamaneraok...

 Sufrir y soñar… 

Barrabravas, Cristian Ritondo. Dibujo: Pablo Temes.

Mientras el Gobierno aumenta sus desmanejos, la gente padece. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 03/12/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

En la Argentina pasan cosas dentro del ámbito de la política durante el Mundial de Fútbol. Son hechos lamentables y peligrosos como, por ejemplo, lo sucedido el jueves pasado en la bochornosa sesión de la Cámara de Diputados en la que el oficialismo intentó extender por otro año la designación de Cecilia Moreau como presidenta del cuerpo. 

El escándalo al que contribuyeron tanto el oficialismo cuanto la oposición, fue causado por la negativa del Frente de Todos contra Todos de frenar el ingreso de la diputada Reyes, de No tan Juntos por Cambio, al Consejo de la Magistratura. El objetivo tanto de esta maniobra como la del Senado de desobedecer la decisión es claro: paralizar el funcionamiento del Poder Judicial. Los ataques no cesan. 

Salvo una sorpresa, el fallo que le aguarda a Cristina Fernández de Kirchner debería serle adverso. El cúmulo de pruebas es de tal magnitud que sería un escándalo que se le absolviera. La debilidad de sus argumentos obligó a que toda la estrategia defensiva de su abogado, Carlos Beraldi, tuviera un enfoque exclusivamente político. 

Las últimas palabras que pronunció la vicepresidenta el martes pasado fueron del mismo tenor. Habló de un “pelotón de fusilamiento”, una definición absolutamente falaz. Quienes la están juzgando son jueces de la Constitución a los que ella misma nombró.

El fallo que le aguarda a CFK debería serle adverso por el cúmulo de pruebas. 

Lo que en verdad se esconde en este Niágara de descalificaciones que enunció la expresidenta en funciones es el temor a la condena. Ella sabe que nunca irá presa. La afectan dos cosas: pasar a ser una persona con prontuario y los títulos de los medios. Para alguien que ha hecho del relato uno de los elementos clave de su accionar en la política, “Cristina condenada”, sin dudas el título que más se replicará si el fallo así lo determina, la perturba profundamente. No sólo la perturba; también la desequilibra emocionalmente. 

Al fin de cuentas, ingresará al club que ya integran su ex vicepresidente de la nación Amado Boudou, el ex Ministro de Planificación Julio De Vido, el ex secretario de Obras Públicas que fue sorprendido revoleando bolsos con dinero, José López, y el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime. 

Los llamados a resistir el posible fallo condenatorio a la vicepresidenta por parte de sus acólitos representa un desafío para la institucionalidad de nuestro país. Sin institucionalidad no hay democracia. Hasta que la sentencia quede firme, le resta a CFK un largo camino por recorrer en el ámbito de la Justicia a través de las apelaciones. 

Nada de esto parece serle suficiente. Las puebladas que se estimulan desde el kirchnerismo son un arma de doble filo. Tienen como objetivo desobedecer un fallo judicial. Tienen, además, el riesgo de derivar en actos de violencia. Son como una caja de pandora: una vez que se abre, nadie sabe en qué puede terminar. 

En el Gobierno algunos se jactan de que, quienes agitan la calle, son personajes secundarios. Entre ellos está Luis D’Elía, un hombre profundamente violento y antidemocrático. Pero también hay sindicalistas y líderes sociales como Juan Grabois que hace pocos meses increpó directamente al presidente de la nación Alberto Fernández enrostrándole la inflación y el hambre de la gente.   

Medidas retrógradas 

En el Frente de Todos contra Todos deberían reflexionar sobre ello. Al jurar como Vicepresidenta de la Nación, CFK prometió observar y hacer observar de cuanto ella dependa la Constitución Nacional que, entre otras cosas, contempla la división de poderes. Sus ataques al Poder Judicial son exactamente lo contrario de lo que prometió. La mentira está en la esencia del kirchnerismo. Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago. 

En tanto, en un clima social y económico cargado de tensión, donde los dólares escasean y las empresas no pueden importar productos terminados y, en muchos casos, tampoco insumos para la producción, el Presidente de la Nación decidió que era un buen momento para comprar un avión presidencial. El Gobierno desembolsará más de 22 millones de dólares. La operación se llevará a cabo mediante una ampliación presupuestaria que se financiará, además, con un crédito de la Corporación Andina de Fomento, con un plazo de 10 años. 

Mientras tanto la gente sufre el ajuste donde manda el tarifazo. Las boletas de AySa que dejaron atrás los subsidios en los barrios de la Capital Federal y vastas zonas de la provincia de Buenos Aires, llegaron con aumentos que superan el 200 por ciento. 

El avión presidencial es un capricho desmedido, una actitud que debería avergonzar al oficialismo todo y que terminaremos pagando el resto de los argentinos. En los momentos más difíciles el kirchnerismo siempre redobló la apuesta llevando el disparate al extremo. 

La gente sufre. 

Los poderosos sueñan.



  

domingo, 28 de agosto de 2022

Mitologías. Nada nuevo bajo el sol… @dealgunamaneraok...

 Mitologías. Nada nuevo bajo el sol… 

V, Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes. 

La épica de la proscripción y la persecución política, que hoy invoca Cristina Kirchner, al peronismo siempre le sienta muy bien.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.


Alberto Fernández está políticamente terminado, pero desde su penosa agonía sigue trabando como puede la gestión. Sabe que Massa –por el momento– ha decidido estar más cerca de CFK y eso lo mortifica”. Asegura un peronista que había comprado la ilusión de un gobierno moderado.
 

La lamentable sobreactuación que el Presidente tuvo en el reportaje que les concedió a Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano generó la furia de la vicepresidenta y el núcleo duro del kirchnerismo. El rostro desencajado que tenía la portavoz gubernamental, Gabriela Cerruti, a la salida de los estudios de TN dio el indicio de que haber reflotado el caso Nisman para descalificar al fiscal Diego Luciani constituyó un grueso –y repudiable– error político. Es bien sabido que, como lo ha determinado la Justicia, el fiscal especial de la causa AMIA fue asesinado.

“Es un pelotudo sin remedio. No solo porque trae al presente lo de Nisman que nos complica sino porque, además, saca del centro de la escena la causa de Cristina”, señalaban con indisimulada bronca varias voces del kirchnerismo duro. 

Si no fuera por el dramatismo de la compleja realidad argentina, bien podría decirse –parafraseando a Jorge Luis Borges– que AF se ha transformado en una “criatura risueña de una mitología casera”. 

Los interrogantes que las conductas del Presidente abren sobre su personalidad son inquietantes. En la política argentina hay abundancia de “panqueques” y mentirosos. AF es uno de ellos. Pero lo que estamos viendo no es solo la práctica de la mentira sino algo más: el poco respeto a su dignidad. Hace y dice cosas que lo degradan permanentemente. Lo de Nisman y Luciani es una muestra. Los efectos de la  enfermedad del poder son siempre brutales.  

Se acabaron las fichas

“Cristina sabe lo que hace. Está convencida de que no merece estar en el banquillo para ser parte del show de los fiscales. Los periodistas dejen de joder con lo del indulto. Lo dicen para mortificarla. La única salida que ella espera es la Justicia. Y la Justicia es la absolución. El indulto es para los culpables. Por supuesto que está muy preocupada por Máximo. Pero nadie va a permitir semejante atropello” –se limitan a decir desde el Instituto Patria. 

Hay un primer error a señalar en este intento permanente del kirchnerismo de atribuir todos sus males al periodismo. Quien habló de la idea del indulto fue el ex ministro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni. Esto disgustó a CFK que ordenó a sus secuaces detener cualquier intento de avanzar con esa idea. 

Ahí apareció entonces Oscar Parrilli para hacer saber el pensamiento de su jefa. Se indulta a quien comete un delito. 

La vicepresidenta está convencida de ser un prócer. Ella forma parte ya de la historia de la argentina. Pero eso no le alcanza: ella se considera a sí misma como la fundadora de la Patria. Cree que sus dos gobiernos y el de su esposo fueron los mejores de la historia. No solo lo cree sino que lo dice. La última vez fue el martes pasado en su desordenada y larga defensa realizada el martes pasado desde su despacho en el Senado. 

Esa extensa perorata dejó una conclusión muy categórica: sus argumentos defensivos son débiles. En medio de esa maraña de cosas todo fue echarle la culpa a Macri. A la confusión se le sumó el disparate de atribuirle al ex presidente la propiedad de los millones de dólares que contenían los bolsos de José López. 

La peligrosa andanada intimidante contra el fiscal Luciani es algo que los Kirchner viene haciendo desde siempre contra aquellos fiscales que, cumpliendo con su deber, los investigaron ante causas de corrupción que los incriminaban. En 1995 dejaron cesante al procurador de Santa Cruz, Eduardo Sosa, quien investigaba la contratación por fuera del Estado de un estudio de abogados para negociar el cobro de 600 millones de dólares que la Nación le adeudaba a la provincia en concepto de regalías petroleras. 

Una agonía premeditada 

La remoción de Sosa fue motorizada por la hoy vicepresidenta a través de la Legislatura provincial, que creó dos cargos nuevos – el de agente fiscal y el de defensor de pobres, ausentes e incapaces– y lo dejó cesante. 

En diciembre de 2013, la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, decidió iniciarle un juicio político al fiscal federal José María Campagnoli –sin ninguna prueba que indicara un mal desempeño del cargo de su parte– que estaba investigando a Lázaro Báez.

El 18 de enero de 2015 el cuerpo sin vida del fiscal Natalio Alberto Nisman fue hallado en su piso de Puerto Madero. Al día siguiente, el fiscal especial para el caso AMIA, debía presentarse en el Congreso a  ratificar las graves denuncias que había hecho contra la entonces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, por el memorándum de acuerdo entre la Argentina e Irán. Como se ha dicho más arriba, la Justicia ha determinado que Nisman fue asesinado.

Ahora, el que está en la mira del kirchnerismo, es el fiscal federal Luciani. Contra él se viene aplicando la misma metodología de la intimidación y la descalificación que ocurrió en los casos precedentes. Eso incluye los carpetazos, que no solo abarcan al fiscal sino que se extienden a los jueces.

El problema que tiene CFK no es la carátula de la causa sino las evidencias. Son las evidencias las que la incriminan más allá de la calificación del caso. Sobre si se podrá comprobar o no la figura de la asociación ilícita hay una intensa discusión jurídica. De lo que no hay dudas, en cambio, es sobre los actos de corrupción diligenciados por los Kirchner.

La teoría de que la corrupción en la obra pública de Santa Cruz fue culpa de funcionarios infieles de los que nada sabía el matrimonio presidencial, no resiste el más mínimo análisis, ya que los involucrados eran todas personas allegadas a ellos: Lázaro Báez, Julio De Vido, José López.

La causa que incrimina a CFK le ha permitido recuperar la épica de la proscripción y la persecución política que al peronismo siempre le sienta muy bien. Por eso el sueño del “17 de octubre de Cristina”. Hace 21 años, Carlos Menem hizo lo mismo y, al igual que la vicepresidenta, buscó por medio de su banca en el Senado los fueros para evitar la cárcel. Como se ve, en la política de la Argentina nada nuevo hay bajo el sol.