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sábado, 3 de septiembre de 2022

El Odio (I)... @dealgunamaneraok...

 El odio (I) 


Captura de pantalla..

“El odio se incrementa con un odio recíproco y, en cambio, puede ser destruido por el amor (...). Quien quiere vengar las ofensas mediante un odio recíproco vive, sin duda, miserablemente”, escribió sabiamente Baruj (Benedicto) Spinoza en el siglo XVII. 

© Escrito por Jorge Fontevecchia el viernes 02/09/2022 y Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.



El odio integra las pasiones tristes de Spinoza: el miedo, la cólera, el resentimiento y la envidia. La alegría surge del amor porque “el amor es una alegría acompañada de la idea de una causa exterior”, y la tristeza surge del odio porque “el odio es una tristeza acompañada de la idea de una causa exterior”.

Perturbación de las pasiones: ciegas erupciones del afecto que impiden la razón


En su Tratado teológico-político, Baruch Spinoza escribió: “La servidumbre humana reside en la impotencia de moderar y reprimir las pasiones”.  

 

Para él la opinión que no necesita ni busca verificarse  era la primera fuente de las malas pasiones, entre las que se inscribe el odio, generalmente  basado en la ignorancia de los seres humanos sobre las creencias de los otros seres humanos.

Escribió también Spinoza: “El alma se esfuerza, cuanto puede, en imaginar las cosas que aumentan o favorecen la potencia de obrar del cuerpo” (Proposición XII). Y viceversa (Proposición XIII): “Cuando el alma imagina aquellas cosas que disminuyen o reprimen la potencia de obrar del cuerpo, se esfuerza cuanto puede por acordarse de otras cosas que excluyan la existencia de aquellas”.  

“Si imaginamos algo que odiamos afectado de tristeza, nos alegraremos. Y si lo imaginamos afectado de alegría nos entristeceremos (...) nos esforzamos por afirmar sobre una cosa que odiamos aquello que imaginamos que le afecta con tristeza (...) vemos que fácilmente sucede que la persona se estima a sí misma y estima a la cosa amada más de lo justo. Y, al contrario, estima menos de lo justo la cosa que odia”. 

Finalmente, si imaginamos que alguien nos odia sin haberle dado motivos, lo odiaremos. La Proposición XXXIV afirma: “En tanto están dominados por afecciones que son pasiones, pueden ser contrarios los unos a los otros”.

La doctrina de las pasiones de Spinoza arranca en su disquisición de la idea griega sobre que el ser humano era pasivo (esclavo) frente a sus pasiones. Ellas impedían el correcto funcionamiento de la razón. Esto último es percibido todos los días cuando personas inteligentes interpretan el mismo hecho de forma tan contradictoria. Nuestra famosa grieta es un túnel de viento perfecto para ver esas imperfecciones del pensamiento de manera agigantada.

Sobre las vallas que hizo colocar Horacio Rodríguez Larreta hace una semana se opina tanto que hubieran salvado a Cristina de su agresor manteniéndolo a distancia como que fueron la chispa que encendió provocando la llegada persistente de manifestantes apoyando a la vicepresidenta.

Pero la terapia de las pasiones que propone Spinoza no apela a extirpar las pasiones, como sí lo hizo el estoicismo, sino que propone encauzarlas racionalmente para aprovechar su fuerza. También en el siglo XVII Locke se preocupaba por los efectos nocivos de las pasiones encontradas y  publica su notable Carta sobre la tolerancia

Para el diccionario de Oxford, “El odio es un sentimiento intenso de repulsa hacia alguien o algo que provoca el deseo de rechazar o eliminar aquello que genera disgusto; es decir, sentimiento de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno”. Para Cicerón, las pasiones eran una perturbación, como ciegas erupciones de afecto. Pero para la filósofa Martha Nussbaum, las pasiones “son un elemento cognitivo: encarnan maneras de interpretar el mundo”.

Es en la modernidad cuando las pasiones ya no son vistas como “la locura de la racionalidad” (Kant) y el propio Spinoza buscando el tránsito de las pasiones tristes a las pasiones alegres (el amor). Las pasiones hacen que las personas difieran entre sí mientras que es la razón la que permite que se pongan de acuerdo. 

Hume sostenía que el impulso nunca surge de la razón y, al revés, Hegel creía que la razón usa las pasiones para realizar sus fines. La naturaleza humana es sobre lo que reflexiona la filosofía pero llegamos aquí a la cuestión irreductible sobre medios y fines. ¿Somos los medios responsables del discurso del odio que promueve  una retroalimentación de la beligerancia pasando de las palabras a las acciones y de la violencia simbólica a la práctica? ¿Es el propio kirchnerismo el que engendró ese discurso violento del antikirchnerismo en forma de reacción a su acción discursivamente beligerante? 

¿Fernando Sabag Montiel es el autor material del intento de homicidio y los autores intelectuales son quienes promovieron el discurso de odio, o desquiciados hay en todas las sociedades y en todos los contextos como lo demuestran los atentados a jefes de Estado de la varios países desarrollados y al papa Juan Pablo II, quien estaba en las antípodas de promover desentendimiento?

Si algo positivo se puede rescatar del atentado a la vicepresidenta, será una reflexión sobre el odio, su naturaleza y su tratamiento. Sobre las pasiones y cómo la política tiene que ser la forma de encauzar las pasiones tristes en pasiones alegres, siguiendo los consejos de Spinoza, convirtiéndolas en una fuerza positiva para la sociedad.

La Academia Nacional de Periodismo en su comunicado de ayer, tras sostener que “repudia enérgicamente el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y considera que delitos de esta naturaleza son un atentado directo al orden democrático”, lamentó que “con su discurso, el Presidente no hizo un aporte a la paz social que necesita el país en estos momentos, al acusar prematuramente a los medios y a la Justicia de ser instigadores de este lamentable atentado”.

Pasiones tristes: miedo, resentimiento, envidia y cólera, a ser contenidas por la política

Desde mi perspectiva, hace mal el Presidente en colocar en el mismo plano a la Justicia, que viene siendo más ponderada (causas como el dólar futuro o el pacto con Irán no prosperaron), con ciertos medios audiovisuales de un lado y otro de la grieta que sí merecen críticas por su altisonancia discursiva sin tener que esperar que avance la investigación sobre el móvil de Fernando Sabag Montiel porque la crítica trasciende este hecho, de la misma forma que la crítica a la altisonancia de los medios audiovisuales oficiales es igualmente pertinente.

El discurso del odio no es responsabilidad de un solo sector de la sociedad, radicalizados de ambas coaliciones siembran desde hace tiempo violencia simbólica. Ojalá la fuerza dramática que tiene el video en el que emerge un arma ante la frente de la vicepresidenta imprima en nuestras mentes inhibiciones perennes a los impulsos primitivos que todos los seres humanos llevamos dentro.





   

domingo, 14 de septiembre de 2014

Errónea estrategia del Gobierno Nacional... De Alguna Manera...

No sirve de nada…

Solo le pido... Cistina Fernández de Kirchner. Foto: Pablo Temes

Errónea estrategia K. El relato en torno a la ley de pago soberano. Viaje al Vaticano y reto a las automotrices.

La mayoría de los bonistas no va a aceptar la propuesta del cambio de sede para el cobro de sus acreencias”. Esta fue la frase con la que Axel Kicillof se sinceró frente a los legisladores de las distintas comisiones ante las que defendió las “bondades” del proyecto gubernamental aprobado por el Congreso y rápidamente promulgado por la Presidenta. A la luz de tamaña confesión, es poco más lo que se puede agregar. La medida no servirá de nada. La estrategia del Gobierno es ganar tiempo y llegar al 1° de enero de 2014 –momento en el que la RUFO habrá vencido– para iniciar una negociación con los holdouts en busca de un arreglo que ponga fin al litigio. En ese sentido, las últimas decisiones del juez Thomas Griesa vienen ayudando: no sólo no declaró a la Argentina en desacato sino que, además, el miércoles pasado rechazó el pedido del fondo NML para que el Citibank informara sobre cuentas en la Argentina.

La última reunión del sector automotor con la Presidenta efectivamente no fue un lecho de rosas. Participaron las principales empresas del sector, representantes de las concesionarias y gremialistas del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata). Fuentes que conocen al detalle los diálogos –picantes y en tono elevado– que tuvieron lugar en ese cónclave aseguran que el reto presidencial tuvo como destinatarios principales a los representantes de Fiat, Volkswagen y del sector gremial, que no estuvo representado por el secretario general, Ricardo Pignanelli, sino por su adjunto, Mario Manrique.

A los primeros, Cristina Fernández de Kirchner les recriminó en durísimos términos el hecho de haber enviado a todas las concesionarias Fiat un cuestionario preguntándoles qué opinaban del plan Pro.Cre.Auto. Según su criterio, ese formulario inducía a respuestas negativas respecto del plan lanzado por el Gobierno. No hubo derecho a réplica; la primera mandataria puso sobre la mesa una copia de dicha encuesta y la leyó en voz alta, llena de furia.

A los representantes de Volkswagen les echó en cara no haber endurecido su postura ante los reclamos de la central de Brasil referidos al atraso en el pago de importaciones y la amenaza de cortar el envío de productos desde allí a la Argentina. Como ya se dijo en esta columna, es cada vez mayor el número de empresarios que, a nivel mundial, no quieren tener otra Venezuela entre su cartera de clientes.

Con todo, la nota más fuerte llegó con la lista de reproches a la dirigencia del Smata. Manrique tuvo que soportar que la Presidenta le enrostrara la falta de acción del gremio ante los despidos y suspensiones dispuestos por las automotrices: “Ustedes no defendieron a los trabajadores ante las medidas tomadas por los empresarios y yo tuve que bancarme a toda la ‘zurda’ cortando rutas y calles”, gritó desencajada Fernández de Kirchner.

Sin dudas esto explica el show montado por un reducido grupo de gremialistas del sector en uno de los balcones de la Cámara de Diputados, insultando y protestando ante cada una de las intervenciones de los legisladores de la izquierda y del resto de la oposición durante la sesión en la que se aprobó la ley de cambio de sede de pago a los bonistas de la deuda.

En Economía, confirmaron todas estas versiones. El ala técnica de funcionarios que no responde directamente a los camporistas asegura que  la situación volverá a tensarse como consecuencia de la falta de dólares y de la inflación. La presión que sobre la divisa estadounidense ejerce el aumento de los precios licúa los efectos de las correcciones realizadas en el tipo de cambio. “El componente ideológico del así llamado ‘modelo’ continuará acentuando las intervenciones estatales en cada sector donde la urgencia lo requiera. El barco se mantendrá a flote con el monitoreo diario, pero las urgencias harán imposible pensar a mediano plazo y generar previsibilidad. Eso es algo que, a esta altura del mandato, en el Gobierno no le importa a casi nadie”, aseguran las voces técnicas del Ministerio de Economía.

A la luz de estas alternativas, el aumento de la conflictividad social es una de las circunstancias que pueblan el horizonte de la vida política argentina de aquí hasta el final del mandato de Fernández de Kirchner. Se sabe que la preocupación del Sumo Pontífice por esta situación es permanente. Todos los que con él han hablado le han escuchado –a modo de prédica– la misma frase: “Hay que cuidar a Cristina”. Esto es producto, además, de una relación de amistad personal que nació entre ellos luego de aquel primer encuentro que mantuvieron un día antes de la asunción formal de Francisco, el 18 de marzo de 2013. En ese marco, pues, debe analizarse su próximo encuentro con la Presidenta.

La anécdota que llevó a su concreción fue la siguiente.Dos o tres días después del accidente en el que fallecieron la esposa y los dos pequeños hijos del sobrino del Papa, Emanuel Horacio Bergoglio, un secretario de la Presidencia llamó a la periodista Alicia Barrios, a quien le manifestó que la jefa de Estado quería comunicarse con Francisco sin pasar por los canales formales del protocolo diplomático. Barrios, amiga desde los tiempos en que el entonces cardenal Jorge Bergoglio padecía con estoicismo los embates y el ninguneo a los que lo sometía el kirchnerismo, telefoneó al Vaticano y tuvo una respuesta inmediata. La comunicación entre el Santo Padre y la Presidenta quedó fijada para la tarde de ese mismo día. En esa conversación, Francisco –afectado por la imposibilidad de estar cerca de su familia en esa instancia trágica– le manifestó a la jefa de Estado que le gustaría verla durante el transcurso de algún viaje que la llevara cerca de Roma. Esa “cercanía” la dio Nueva York, en donde Fernández de Kirchner deberá participar de la apertura de las sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Tras consultar su agenda, el Santo Padre fijó la fecha del encuentro –un almuerzo– para el próximo sábado al mediodía.

Los memoriosos recuerdan que, durante el cónclave que culminó con la elección del papa Benedicto XVI, Néstor Kirchner hizo todo lo posible para boicotear la postulación del entonces cardenal Bergoglio. “Si lo eligen papa, nos va a manejar el gobierno desde Roma”, repetía sin tapujos por esos días el ex presidente. La Argentina, una paradoja permanente.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el Sábado 13/09/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

jueves, 10 de abril de 2014

La madre que nos parió... De Alguna Manera...


La madre que nos parió…


Desperté en medio de la noche, sudado y casi a los gritos. Soñé con ella, vestida de negro, con su máscara Lancôme de 3 centímetros de profundidad, que se me acercaba y me decía “Lucca, I´m your mother”. Fue horrible.

Sé que usted me había pedido que, cuando tuviera situaciones difíciles de manejar, la llame sin importar el horario. Tendría que haberme advertido que no lo haga si son las 4,30 de la mañana, pero quédese tranquila, que esta madrugada tuvo la oportunidad de decírmelo con tanto énfasis que me quedó claro.

Le cuento. Todo comenzó cuando fui invitado a la inauguración de la ampliación de las obras en aeroparque. Emocionado, llegué y me encontré con Moria Casán, que desde la causita penal en Paraguay, pasó de bancar a los milicos a ser más kirchnerista que stencil del Nestornauta. Entre el público divisé a dos docentes bonaerenses. Fue fácil identificarlos: estaban junto a Anamá Ferreyra guardándose en las carteras la mayor cantidad de sanguches de miga que podían.

Finalmente, Cris llegó rengueando, acompañada de Rafael Bielsa -avisen a Missing Children que apareció-, Floppy Randazzo, Julio De Vido, el genio del déficit Mariano Recalde, el hobbit Kicillof y Eduardo Eurnekián.

La Presi contó que el Aeroparque Jorge Newbery es muy importante para el país porque ella lo usa mucho desde 1995, que fue privatizado en 1997 -esa parece que no les molesta- y que desde la recuperación económica, creció de la mano de Aerolíneas Argentinas.

Mientras una de las maestras me preguntaba si me iba a comer o no el folleto que me entregaron en la entrada, Cristina le contaba a Eurnekián que él pudo ganar mucha plata gracias a toda la que le pagó Aerolíneas Argentinas por el aumento de las frecuencias de vuelo, no sólo en Aeroparque, sino en todas las demás terminales aeroportuarias que administra el empresario. O sea, todas las del país.


Qué se yo, me resultó raro. Porque lo curioso del asunto, es que Eurnekián concentra el mayor de los monopolios que tiene la Argentina: administra la totalidad de los aeropuertos del Sistema Nacional y su empresita está reconocida como la red de aeropuertos más grande del mundo. Y todo gracias a una concesión hecha durante el segundo mandato de Carlos Menem de un modo un tanto raro, a tal punto que a Jorge Rodríguez -por entonces jefe de Gabinete- lo procesaron por favorecer a Eurnekián. No sé bien con qué, pero doy por sentado que no fue a cambio de caramelos Media Hora.

Y así fue como la Presi enumeró casi todos los aspectos en los que creció Aerolíneas. Y digo casi, porque se le pasó el punto en el que más creció: el déficit.

Luego, contó que “cuando uno llega a Ezeiza o a Aeroparque, se da cuenta que no está en un país de cabotaje, está en un país de nivel internacional”, y que “uno se da cuenta como es el país por dos cosas: la modernidad de las instalaciones y el sistema de autopistas”. Y la modernidad argentina se puede notar por los kilómetros de villas miserias que ofician de bienvenida a lo largo de la Ricchieri. 

Eso sí que es internacional: salir de un aeropuerto y jugar a adivinar si se está en Argentina o en Kenia.

Con la cosmovisión que le permite su vida de multimillonaria terrateniente, la Presi tiró que “las clases medias bajas se pueden permitir viajar en avión”. Intenté analizar el dato, pero justo me interrumpió otra vez la maestra para preguntarme si no me sobraba un sobrecito de mayonesa.

Mal momento el mío, porque justo Cristina empezó a hablar de los alfajores que repartían en los vuelos de Aerolíneas. “Se quejan, pero en los vuelos de cabotaje hoy no te dan nada y, si querés algo, tenés que pagar en efectivo”. Sí, me llamó la atención, dado que en un vuelo de tres horas a Ushuaia, los de LAN me dieron gaseosas, alfajores y tostadas con mermelada y cuando viaje por TAM hace cinco meses, en menos de dos horas y media me enchufaron una bandeja de almuerzo con entrada, plato principal y postre. Le quise comentar a la maestra que me acompañaba pero me dijo, con los ojos cerrados, que no la interrumpiera, que estaba comiendo alfajores por telepatía.

Y mientras la maestra babeaba, la que viaja en el Tango 01 le contaba a los que se mueven por Emirate Airways lo lindo que se viaja por Aerolíneas Argentinas. Y todos aplaudían.

Eso no es todo. Como me quedé con ganas de más, ayer me di una vuelta por Olivos. La primera impresión que me llevé fue que la militancia predica el ajuste con el ejemplo: antes llenaban la Plaza de Mayo, después se juntaban a tomar mate en Parque Lezama, luego pasaron a copar el living de la Rosada, y ahora se conforman con el rincón trasero izquierdo del jardín de invierno de la Quinta de Olivos.

Mientras pensaba si era realmente una buena idea hacer una cadena nacional justo en el horario de Avenida Brasil, entre el público, hallé de infiltrados a tres jubilados echándole mermelada a un pedazo de durlock que sobró de la última reforma. Me dijeron que me quede tranquilo, que todos pensarán que Virginia Lago se extendió demasiado en la presentación.

La idea era hablar de los parques industriales y los fondos destinados a los mismos, aunque muchos sean terrenos baldíos alambrados. Tema de estudio de los años kirchneristas debería ser el caso de Lomas de Zamora; un predio destinado a Parque Industrial que desde 2008 es una villa que va de Camino Negro a Camino de Cintura.


Obsesionada con los alfajores, por segundo día consecutivo la Presi mencionó a ese obscuro objeto de deseo. Se quejó porque el dueño de Fantoche le llevó un mini alfajor y no uno triple, mientras personal de seguridad forcejeaba con los tres jubilados que quisieron abalanzarse sobre el único objeto sólido y legalmente comestible que se hallaba en el lugar.

Ensañada con hablar de cosas que nadie entiende, anunció una nueva línea de créditos para PyMes a siete años, con una tasa anual del 14%, a la cual calificó de negativa, dando por sentado que ni en este año, ni en los próximos tres siglos, hará algo para que la inflación baje.

Luego de que la seguridad notara que uno de los jubilados llamaba a Simón mientras otro prendía un fueguito, los dejaron entrar de vuelta, justo cuando Cristina contaba que en 2003, desde el helicóptero, se veía que en Puerto Madero había sólo uno o dos edificios y que hoy no entra ni uno más. Ahí le falló la visión estratégica, porque desde el helicóptero también puede ver que en la Villa 31 no entra un ladrillo más, y sin embargo, siguen en permanente expansión hacia arriba, en una clara competencia por lograr el rascacielos más representativo de Argentina.

Tal como quien mira por la ventana del bar el desfile de pibes vendiendo estampitas, Cristina toco de costado el tema de la quita de subsidios y nos contó que todos los mortales pasaremos a pagar mucho más de tarifas, menos aquellas empresas a las que les está regalando la guita -según sus propias palabras- para que produzcan alfajores y tornillos. Por si no quedó claro, remarcó que a las industrias no les tocarán un sólo pesito de los subsidios al gas, y todo para que cuando la temperatura baje de los 15 grados, haya que cerrar las fábricas para que la gente pueda prender la estufa.


Como si no estuviéramos al tanto del funcionamiento de El Modelo, la Presi contó que el esfuerzo no lo hace ella, sino los argentinos que pagamos el 21% de IVA. Al borde de las lágrimas dijo que “por ahí muchos no llegan al mínimo no imponible de ganancias”, y lo hizo al día siguiente de que el Indec anunciara que el 75% de los asalariados cobra menos de $6.500 pesos, que el 10% de la población no llega a 9 mil, y que otro 10% hace lo que puede con 1.200 pesos. Le pregunté a unos de los jubilados qué le parecía la apreciación de la mandataria, pero tenía la boca ocupada masticando uno de los potus del salón.

Y ahí pasó lo que nunca me esperé. Ni once años de kirchnerismo ni seis años de discursos de Cristina me prepararon para ese momento. “Yo me siento la madre del país, la madre de todos los Argentinos”, dijo Cristina, dejándome al borde de un accidente cerebro vascular.

No sé cómo tomarlo ¿Me entiende? Me llené de confusiones. Ahora, cada vez que un comentarista me dice hijo de puta siento que no me está faltando el respeto a mí. Es como un golpe al ego. Aparte, cuando me mandan a la de mi madre, no sé si ir Balvanera, a la Rosada, a Olivos o a Calafate.

Si bien ahora entiendo que el patrimonio de Cristina se puede justificar en los 40 millones de regalos que recibe cada tercer domingo de octubre, también me preocupa el tema de la sucesión. No, no estoy pensando en la muerte de nadie, pero uno tiene que ser precavido. ¿Se imagina el quilombo que será una división de bienes entre 40 millones de hermanos?

Después la Presi siguió con lo suyo y recordó que el país era un infierno cuando Néstor asumió en 2003 y que Scioli puede dar fe de ello porque lo acompañó como Vice. Scioli, justo Scioli, que venía de ser el secretario de Turismo del gobierno anterior. ¿Entiende lo difícil que se me hizo digerir el resto del discurso?

Mientras miraba, aturdido, como los tres jubilados se peleaban por el último tallo de lo que alguna vez fue una planta, Cristina contaba que su madre, como jubilada, pudo comprarse dos acondicionadores de aire para soportar el calor de La Plata. Decir que los tres viejos estaban en otra, porque creo que pasaban a mejor vida, que en el caso de ellos, sería literalmente una mejoría.

Si partimos de la base de que la propia madre de la Presidenta le tuvo que hacer juicio al Anses -y lo ganó- creo que no dio el mejor de los ejemplos. O en una de esas, en La Plata la jubilación alcanza para comprar dos acondicionadores de aire, comer todos los días y contar con un helicóptero para tomarse el palo cuando el agua empieza a subir.

Fueron muchas cosas para un mismo día. Hasta ayer, ayudaba a mi vieja a llegar a fin de mes y ahora me encuentro con que mi mamá no es mi mamá, que mi verdadera mamá es terrateniente, hotelera y multimillonaria estatal, y que mi abuela es hincha de Gimnasia ¿Cómo no me voy a despertar de esa manera?

Usted seguro tiene algo para aconsej…si, ya sé que terminó la sesión, pero no me puedo ir así. Miré si esta noche sueño con…¿300 pesos? ¿Qué pasó? Sí, entiendo lo de las tarifas, pero Capitanich acaba de decir que eso no repercute en la infl…sisi, la semana que viene a la misma hora. ¿Me baja a abrir? Bueno, me fijo si está el portero…


Viernes. No cualquiera tiene el lujo de contar con una madre arquitecta egipcia, papisa y exitosa abogada.


© Publicado el Viernes 28/03/2014 por relatodelpresente  de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Todo el contenido publicado es de exclusiva propiedad de la persona que firma, así como las responsabilidades derivadas.



martes, 4 de marzo de 2014

Complicidad escandalosa... De Alguna Manera...

Complicidad escandalosa...


Las maniobras del Gobierno frente a los hechos de Villa Lugano revelan un peligroso coqueteo con la ilegalidad.

Emitido por Pepe Eliaschev en Radio Mitre.

Es deprimente el desenlace que que, hasta el pasado viernes, venía teniendo la situación creada en la Capital Federal con la toma de tierras en Villa Lugano. Deprimente, ominoso, presagia las peores realidades. 

Estamos en presencia de un gobierno nacional que ha resuelto hacer todo lo que esté a su alcance para obstaculizar la marcha de la justicia en el seno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Acá no se trata de ventilar en clave ideologizada una crisis habitacional que forma parte de una indigencia general del país. Por supuesto que hay falta de vivienda popular. Por supuesto que existió Sergio Schocklender y los “Sueños Compartidos” de Hebe Bonafini. Cuando se habla de indigencia en materia de vivienda, hay que agregar indigencia de salud. Esta semana, millones de bonaerenses de escasos recursos fueron castigados directamente por la huelga de personal de salud que nunca afecta a los ricos ni a la clase media, sino a aquellos que no tienen más remedio que ir a un hospital público.

Villa Lugano no es, en consecuencia, un caso aislado, excepcional, fácilmente atribuible a un diabólico “neoliberalismo”, teóricamente atrincherado en la ciudad de Buenos Aires. Es parte de una realidad que once años de década “ganada” no han podido modificar. Lo cierto es que no hay una vocación en el Poder Ejecutivo Nacional, no la hay en el Secretario de Seguridad -que opera como si “su” ministra fuera solo un dibujo- en torno de la obligación que tienen las fuerzas de seguridad federales para acatar las decisiones de la Justicia.

No soy de los que creen que la fuerza deba aplicarse ciegamente, sin tener en cuenta las consecuencias. Pero en los gobiernos de cuño ideológico auténticamente progresista como, por ejemplo, el de Dilma Rousseff en Brasil, la decisión de ingresar en zonas en donde, bajo el pretexto de la precariedad habitacional, se refugian bolsones de delincuencia, no ha cejado. Por el contrario, es una decisión consagrada por la propia ejecución política y práctica, con el uso de fuerzas militares, de las órdenes judiciales.

Los corazones sangrantes del autodenominado “progresismo” pretenden que, en todas las áreas, se aplique un “buenismo” redistribucionista que ellos naturalmente no van a pagar de su bolsillo. Ninguno de estos “redistribucionistas” se lleva a los okupas de Villa Lugano a vivir a sus casas. Al contrario, quieren que sea el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al que califican como enemigo, el que pague todos los costos políticos, prácticos, de seguridad y hasta judiciales.

Llama la atención la revelación de que muchísima gente está armada en esta ocupación ilegal. Llama la atención que la abrumadora mayoría de ellos no admite siquiera el elemental censo que le permitiría a las autoridades saber quién es quién y qué es lo que necesita cada uno.

Hay una pregunta elemental y que hay que hacerse sin anteojeras ideológicas: si el reclamo es auténtico, si padecen una carencia, si han sido víctimas de una injusticia social, ¿por qué no quieren dar su nombre? ¿Por qué no quieren decir cuántos son de familia?” ¿Quiénes son los que realmente manipulan e instrumentan este tipo de movilizaciones?

Si se tratara de una indigencia social, una necesidad claramente reconocible, ¿por qué las armas? ¿Por qué la violencia? ¿Por qué la brutalidad? ¿Por qué la barbarie? ¿O todo esto no es más que una vil excusa para generar actos extorsivos? Es una extorsión de la que ni siquiera es responsable el más humilde de esos ocupantes, sino los punteros que se disfrazan ideológicamente de militantes barriales.

Al evitar el desalojo de Villa Lugano este viernes 28 de febrero, y al no aportar fuerzas federales de seguridad, el gobierno nacional manifiesta -me da mucha pena decirlo- complicidad con formas implícitas del delito. Hay, además, una grosera violación del derecho de propiedad. No parece que hoy en la Argentina estén dadas las condiciones para que las fuerzas democráticas opositoras reivindiquen la plena legalidad del derecho de propiedad. 

Si este país comienza a consagrar de hecho la violación del derecho de propiedad, se aniquila el corazón mismo de nuestra Constitución. Muchos no se atreven a peticionar el respeto por este derecho, porque temen ser etiquetados de neoliberales, reaccionarios, o retrógrados, cuando en verdad es una de las garantías -no la única- pero una de las garantías primordiales de nuestro complejo jurídico institucional.

Deprime, entristece y preocupa lo que ha sucedido en Villa Lugano. Es evidente que la concepción de que el Gobierno está en guerra y que al enemigo no hay que darle ni siquiera justicia, ha calado profundamente en la manera de reaccionar del Poder Ejecutivo, que -además de ineptitud e incompetencia- acá manifiesta explícita complicidad con terribles formas de la ilegalidad.

© Escrito el Domingo 03/03/2014 por Pepe Eliaschev y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 30 de diciembre de 2012

Reportaje a Ricardo Darín... De Alguna Manera...


"Se producen muchas películas que no ve nadie"...

 Se producen muchas películas que no ve nadie. Foto Cedoc

Estrena Tesis sobre un homicidio y, en Telefe, reponen Mi cuñado, cosa que no le gustó. Habla del cine nacional y pide un porcentaje de pantalla, pero quiere otra forma de producción. Dice que el teatro es lo que más feliz lo hace.

Llega a los cines argentinos una nueva película con Ricardo Darín en el rol protagónico y, como ya es habitual en los últimos años, hay olor a éxito de taquilla. A primera vista, Tesis sobre un homicidio, basada en una novela de Diego Paszkowski y dirigida por Hernán Goldfrid –director que debutó en 2009 con Música en espera– tiene todo para rendir bien comercialmente: una trama policial ajustada e intrigante, un trabajo sólido de Darín y un lanzamiento fuerte en todo el país. Completan el elenco Calu Rivero, Antonio Puig y Alberto Ammann. Darín sostiene que aceptó el trabajo “porque me gustó la trama, que está muy bien urdida”. Asegura que no es el cachet lo primero que suele considerar. “En este caso, de hecho, lo económico apareció en tercer o cuarto lugar, tampoco era para volverse loco con lo que me ofrecían. Agarré viaje porque también me atrapó el personaje. Me atrapó de entrada. Y el entusiasmo del director, su enamoramiento por el género policial, me terminó contagiando”.

—Solés asegurar la taquilla. ¿Qué tipo de exigencias planteás cuando te llaman para una película?
—Bueno, no siempre aseguro eso, revisá bien (risas). Pero creo que es al revés: en vez de exigir más, quizás busque más los acuerdos. Sé que mi opinión es escuchada, pero no siento diferencias con lo que me pasaba cuando era más joven porque siempre me metí, siempre opiné. No me gusta ir a un rodaje a marcar tarjeta, yo laburo mucho ahí. En el set podés descubrir que una línea de diálogo, que parecía inteligentísima en el guión, al final está de más porque el contexto cuenta todo, por ejemplo.

—¿Te dejás dirigir o te rebelás?
—Me puedo llegar a rebelar, pero no es lo que más me gusta hacer. Para llegar a eso tiene que haber fracasado cada uno de los caminos de entendimiento posibles. Yo soy un experto en eso de encontrar un modo de convivir. Es, quizá, la faceta que más he desarrollado en mi carrera.

—Empezaste haciendo comedia y hoy casi no te llaman para hacer películas de ese género. ¿O es que vos no querés?
—Para nada, me encantan las comedias, pero es que muchas no se hacen hoy por hoy. Es un rubro que está atravesando una crisis. Durante décadas, la Argentina fue una factoría importante para el género, pero hoy no. Están muy viradas a la pantomima o son de fuste muy liviano. No me considero un actor “serio”, ni pretendo serlo. Hacer buena comedia es dificilísimo, además.

—Pero una comedia producida por Adrián Suar, “Dos más dos”, fue un éxito de taquilla y de críticas.
—Me gustó. Es una comedia digna, pero me pareció una película sostenida básicamente en el trabajo de los actores. Todos están muy bien, pero al Chueco lo vi mejor que nunca. No en vano esa historia salió de su cabeza. Igual, yo creo que las comedias que nos matan son las que también encuentran una partitura, una vibración interna, más allá del laburo de los actores. Acá había un tema muy original, el de los swingers, y dos caminos: profundizar para ver hasta dónde llegaba el disloque o ponerse más serios, que fue lo que eligieron. Eso es lo que menos me gustó de la película, la que considero su mayor equivocación.

—Desde hace un buen tiempo tenés una enorme popularidad en España. ¿Cómo lo explicás?
—Tuve suerte. Se encolumnaron varias películas muy diferentes entre sí en un mismo período. De hecho, los críticos españoles con los que hablé no recuerdan a ningún actor que haya tenido seis películas en cartel al mismo tiempo como tuve yo, una locura… Nueve reinas y El hijo de la novia fueron las que abrieron ese camino. Cuando vi eso, me animé a poner el cuerpo y llevé una obra de teatro, Art. Eso fue muy fuerte porque allá los actores de teatro sólo trabajan en teatro y los de cine sólo en cine. Los sorprendí. Y después, algo de química y un poco de culo.

—En la Argentina se producen muchísimas películas que no terminan de encontrar un circuito de exhibición. ¿Cómo se resuelve ese problema?
—Me parece muy bien que el Incaa apoye a directores nuevos, eso es encomiable. Pero te cuento algo: yo soy parte de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, y cuando a fin de año me llegan las planillas con todos los estrenos para que vote el mejor, veo ahí decenas de películas de las que no tenía ni noticias. No hay chance de ver todo, además. Pero creo que lo grave es que hay muchas que no las ve nadie. Prefiero que se hagan menos y que haya oportunidad de verlas. Estoy de acuerdo con que se reserve un porcentaje de las pantallas para exhibir cine nacional, incluyendo los experimentos más locos. Pero producirlos y largarlos en banda no tiene sentido. Me van a tildar de defensor del cine comercial, ya sé. Pero que alguien me explique para qué se produce algo que no va a ver nadie. ¿Para qué nos sirve como comunidad? Hay que garantizarles un circuito de exhibición a todas las películas que se producen y reglamentar que las salas proyecten un porcentaje obligatorio de cine argentino.

—En poco tiempo volvés al teatro. ¿Cómo vivís la previa?
—El teatro es lo que más me gusta. Y es una obra importante, además, un buen desafío: Escenas de la vida conyugal, de Ingmar Bergman, con Valeria Bertuccelli como compañera y Norma Aleandro en la dirección. Suena bien… En el teatro me siento más vivo que en cualquier otro lugar. Se produce una cosa mágica, misteriosa. Me gusta el peligro del teatro. No es lo mismo jugar en el Nou Camp que en el patio de tu casa.

—¿Y pensás en tomarte alguna vez un año sabático?
—No puedo.

—¿Por cuestiones económicas?
—Sí, no tengo espaldas tan anchas como muchos deben imaginar. Y además no quiero. A mí me gusta trabajar en lo que trabajo, tengo esa suerte. Por eso prefiero el cine antes que la tele, porque me permite hacer las cosas con tiempo, planificar, estar en mi casa, tener una vida más o menos normal. No me gusta trabajar todo el día como un enfermo, como si estuviera persiguiendo no sé qué cosa. Pero tampoco me gusta quejarme. Más oportunidades que las que tengo yo no tiene nadie, sobre todo en un país como éste, donde no sobran. Acá, casi todos se rompen el alma para sobrevivir y para lidiar con eso de trabajar en algo que no les gusta y a la vez mantener una familia. No es mi caso, soy un privilegiado, reconozco que tuve y tengo suerte.

—Entonces, difícil que hagas algo en la tele.
—Creo que me fui en el momento justo. Yo no le debo nada a la tele ni la tele me debe nada a mí. La de hoy es una televisión con una dinámica diferente a la que me recibió a mí. Aquella era una época en la que vos constatabas en la calle lo que pasaba con lo que hacías, no con una planilla de rating en la mano. Muchas veces se arma un buen elenco, con una buena idea detrás, y pierde frente a programas que son cualquier cosa. Es muy desalentador… Hay una histeria tremenda.

—¿Que opinás de la reposición de “Mi cuñado” en Telefe?
—Me sorprendió. A Francella le han hecho lo mismo varias veces ¿no? Pero en este caso no entiendo bien a qué necesidad responde. Nos metieron en un paquete con El Superagente 86 y La pantera rosa. Es un combo de caricaturas (risas). Puede que me equivoque, pero creo que es un programa que puede quedar un poco anacrónico.

—Si te hubiesen preguntado, ¿que habrías dicho?
—Hubiera preferido que no lo repusieran porque ese programa significó mucho para mí. Dejé la piel trabajando ahí y no quiero que quede una imagen distorsionada.

“Me gustaría vivir en un país más serio”

Aprovechando el momento de la charla con PERFIL, donde se habla de su fuerte relación con España, se le propone a Ricardo Darín un juego. Y él, siempre amable y bien predispuesto con la prensa, acepta.

Supongamos que un español le pregunta por la actualidad argentina. 

¿Cómo la sintetizaría hoy? 
Ahí va:

“Me parece que estamos mucho mejor que lo que algunas sensaciones térmicas indican. Es un momento histórico, irrepetible, una gran oportunidad. Pero creo que esa oportunidad puede ser desaprovechada si seguimos poniendo el foco en las antinomias, en descubrir quién la tiene más larga.

Tenemos todo para ser un país serio, sólido, sustentable, autónomo. Depende de nosotros, tenemos que zafar del Boca-River, del peronistas-radicales, etcétera. Eso me tiene harto, es una falta de respeto a la inteligencia. Yo entiendo y respeto que muchos piensen que éste es un momento brillante del país, pero si eso te lleva a pensar que los que no opinan lo mismo son unos boludos o unos golpistas, tenemos un problema. De mil personas que expresan su disconformidad, puede haber dos que son golpistas, y ya sabemos qué hacen y cómo piensan, así que no jodan con eso.

Me parece buenísimo que se hayan abierto las puertas para que muchos jóvenes se interesen por la política. Y creo que Néstor armó una cosa muy piola: la construcción del poder yendo a poner la jeta. Eso es irreprochable. El tipo puso el cuerpo. Pero con su muerte apareció un grupo de gente dedicada a proteger a Cristina que le aconsejó cosas que están bien y cosas que no están tan bien. Ésa es mi sensación, al menos. Por momentos, algunos parecen estar ajenos a la realidad.

Igual, no justifico a la gente que ataca a una mujer que también pone el cuerpo todos los días en un lugar tan complicado como la presidencia de un país. Y mucho menos cuando esos ataques son arteros, personales, irrespetuosos. No escucho esos ataques encarnizados.

Los argentinos somos tan individualistas que siempre pensamos que tiene que venir a salvarnos una sola persona. Por eso es Cristina sí o Cristina no, cuando lo que importa es el proyecto político y llevarlo adelante en equipo. En definitiva, me gustaría vivir en un país más serio”.

© Escrito por Alejandro Lingenti y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 29 de Diciembre de 2012.

Las fotos:

 Se producen muchas películas que no ve nadie. Foto Cedoc

 Llega a los cines argentinos la nueva película de Ricardo Darín, "Tesis sobre un homicidio". Foto: Cedoc

Junto al actor Alberto Ammann durante el rodaje de la nueva película. Foto:| Cedoc

 Con Calu Rivero, quien hace su debut en cine. Foto: Cedoc

 Darín compuso al cura villero en Elefante Blanco, la última película de Pablo Trapero. Foto: Cedoc

Con su mujer Florencia y su hija Clara. Foto: Cedoc 

  "Los argentinos somos tan individualistas que siempre pensamos que tiene que venir a salvarnos una sola persona", reflexionó el actor. Foto: Cedoc

 No está contento con el regreso de "Mi cuñado" a la pantalla de Telefé. Foto: Cedoc