Mostrando las entradas con la etiqueta Fernando Sabag Montiel. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Fernando Sabag Montiel. Mostrar todas las entradas

sábado, 2 de septiembre de 2023

Atentado contra Cristina Fernández. Justicia Ausente... @dealgunamaneraok...

 Atentado contra Cristina Fernández. Justicia ausente… 

Sin responsables. La débil investigación judicial no llegó a establecer quién o quiénes estaban detrás del arma empuñada por Fernando Sabag Montiel. Fotografía: NA

A un año del intento de asesinato, quedan por investigar irregularidades en la causa y develar quiénes fueron los autores intelectuales y los financistas del ataque.     

© Escrito por Franco Mizrahi el viernes 01/09/2023 y publicado por la Revista Acción (*) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.     

El 1º de septiembre se cumple el primer aniversario del intento de asesinato de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, un suceso cuyo impacto debió cambiar la inercia política de la Argentina y provocar una reacción contundente del sistema político que no existió. Aún hoy hay dirigentes que no se manifestaron en contra del ataque. La tentativa de homicidio de la expresidenta terminó encapsulada como un hecho policial más, como si no hubiera estado en juego la democracia. 

La causa que se abrió por el atentado se elevó parcialmente a juicio el pasado 12 de junio con tres detenidos: Fernando Sabag Montiel (el joven que gatilló a centímetros de la cabeza de Cristina Fernández), su novia Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, el jefe del emprendimiento de venta de copos de azúcar que parece haberse usado como pantalla para el ataque. A los primeros dos se los consideró coautores de tentativa de homicidio. Al tercero, partícipe secundario del hecho.  

No obstante la elevación de la causa, quedaron pendientes de resolución distintas líneas investigativas sobre posibles autores intelectuales y financistas del ataque, tramo que sigue abierto en instrucción. Para los abogados de Cristina Fernández, Marcos Aldazabal y José Ubeira, la investigación, que está en manos de la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo (recientemente respaldado por las cámaras Federal porteña y la de Casación), fue paupérrima. Pidieron apartar a la magistrada con cuestionamientos muy duros. Y se opusieron a que el caso fuera enviado a debate oral y público de forma fragmentada porque «daña el descubrimiento de la verdad». Consideran que aún quedan muchas medidas probatorias por realizar y que hay otros responsables detrás del atentado. 

En esa línea, el pasado 26 de agosto pidieron nuevas medidas, entre las que se destaca hacer foco en la panelista de Crónica TV Delfina Wagner, a quien señalan como posible vínculo entre los distintos sospechados de tener participación en el ataque: Wagner, de acuerdo con los abogados de Fernández, es una activista de ultraderecha que podría ser quien una a los ejecutores del atentado (dialogaba con Uliarte), integrantes de Revolución Federal (intercambiaba mensajes con uno de sus fundadores), Gerardo Milman (Wagner trabajaba en el mismo canal que la socia de una asesora clave del diputado PRO), Hernán Carrol (referente de la agrupación Nueva Centro Derecha) y la vecina de la vicepresidenta, Ximena Tezanos Pinto (Wagner contó que vive en su departamento). 

«Wagner es la única persona que parece conocer a todos los actores sospechados. Las coincidencias son demasiadas y es necesario investigarla inmediatamente», sostuvieron Aldazabal y Ubeira. Y añadieron: «Las personas investigadas tienen una cantidad de puntos de contacto entre sí que hacen muy difícil ver lo sucedido como una casualidad». En su último escrito solicitaron medidas de prueba sobre Wagner, Carrol y la vecina de Cristina, entre otros. Wagner dijo ser una perseguida política.   

Los límites de la pesquisa  

El 1º de septiembre de 2022, Sabag Montiel, infiltrado entre la militancia que saludaba a la vicepresidenta, gatilló en la cabeza de la vicepresidenta, pero la bala no salió de la pistola Bersa que había conseguido cinco meses antes. Apenas los militantes se percataron, detuvieron al joven. Eran días de ebullición social porque el fiscal Diego Luciani había pedido la condena a 12 años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos de Cristina Fernández en el caso de la Obra Pública Vial y la militancia kirchnerista se congregaba en el domicilio de la expresidenta en Recoleta para brindarle su respaldo.  

Al momento de la detención, a Sabag Montiel se le secuestró un celular que la Policía Federal no pudo desbloquear y terminó reseteado. Según denunció la querella, el confuso episodio ocurrió luego de que se produjera la ruptura de la cadena de custodia por parte del juzgado sobre el teléfono. El contenido de ese aparato aún no logró rescatarse.  

No fue el único hecho irregular que hubo en la pesquisa. Los abogados de Fernández resaltan que hay pistas que no fueron investigadas, como la línea que conduce al diputado Gerardo Milman o la que apunta al dirigente de derecha Hernán Carrol, a quien Sabag Montiel pidió en una carta desde la cárcel que le pague un abogado. También consideran que el caso del atentado debe investigarse de forma conjunta con el que se centra en los ataques que realizó la violenta organización Revolución Federal, que tramita en otro juzgado. 

La querella quería que se profundice en la vinculación que podría existir entre los integrantes de esa organización que atacaba dirigentes y los imputados por el intento de magnicidio. Brenda Uliarte, por ejemplo, participó de una de las manifestaciones de esa asociación. En el caso de Revolución Federal también se investigan llamativos pagos millonarios por parte de la empresa Caputo Hermanos S. A. –vinculada a exfuncionarios de Macri– a Jonathan Morel, uno de los fundadores de la organización, procesado por incitar a la violencia. En teoría esos pagos fueron por trabajos de carpintería.  

Ante la creciente tensión entre la querella y Capuchetti, la jueza delegó la investigación en el fiscal, pero lo hizo con la pesquisa avanzada, algo poco habitual.  

El desencadenante de este cambio de mando en la pesquisa fue la forma en que Capuchetti abordó la pista que vincula a Milman, exfuncionario de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad de la Nación, con la trama del atentado. Luego de que un testigo dijera que dos días antes del ataque escuchó al legislador decir en el bar Casablanca «cuando la maten yo voy a estar en la costa», la querella pidió que se lo investigara. Fueron citadas a declarar como testigos las dos asesoras con las que estaba reunido Milman en el bar ese 30 de agosto del año pasado: Ivana Bohdziewicz y Carolina Gómez Mónaco. Ambas entraron en contradicciones y la querella pidió que se les secuestre los celulares. El 26 de octubre pasado, la jueza rechazó la medida, que finalmente fue corregida por la Cámara Federal porteña. Cuando volvieron a ser citadas, Gómez Mónaco dijo que había cambiado de celular y Bohdziewicz que había borrado todo el contenido de su aparato.  

Pero Bohdziewicz provocó un giro en el caso cuando el 5 de mayo pasado se presentó nuevamente en la Justicia, de forma espontánea, y relató que había ido por indicación de Milman (y pedido de Bullrich) a borrar su celular a las oficinas de una ONG que preside la candidata a presidenta. Bajo juramento de decir la verdad, narró que su aparato fue manipulado por un perito informático antes de presentarse a declarar por primera vez. Tras este episodio, Rívolo solicitó que se analice el celular de Milman.  

Este 23 de agosto, a casi un año del atentado, el Congreso habilitó que se abra el teléfono del diputado, quien lo había acercado a la Justicia un día antes. Un elemento más que puede comprometer al legislador PRO: este 27 de agosto, Página/12 publicó que Carlos Telleldín, abogado de Uliarte, afirmó que su defendida ampliará su indagatoria para manifestar que una persona allegada a Milman «pagaba para concentrar gente frente a la casa de Cristina Kirchner».   

En este marco, la causa fue elevada a juicio de forma parcial. En instrucción, se seguirá investigando lo que falta esclarecer, que a un año del atentado no es poco. 


  

(*) Acción, en defensa del cooperativismo y del país es una publicación del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), fundada el 1º de abril de 1966. Se accede por suscripción. El IMFC es una cooperativa de segundo grado y cuenta entre sus asociadas al Banco Credicoop, Cabal, Segurcoop, Red Cooperativa de Comunicaciones y Residencias Cooperativas de Turismo, entre otras. El IMFC creó el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, situado en Avenida Corrientes 1543, Buenos Aires, que desarrolla una intensa actividad artística y de investigación en ciencias sociales.   

domingo, 4 de septiembre de 2022

El Odio (II) ... @dealgunamaneraok...

 Continúa de ayer: “El odio”


Fotografía: Noticias Argentinas.

Leo a la mañana a un importante colega remarcar que la CNN tituló “La vicepresidente argentina sobrevive a un aparente intento de asesinato” connotándolo con versiones que circulan por las redes sociales sobre que no se trató de un atentado verdadero sino de un montaje para favorecer al Frente de Todos y perjudicar a la oposición.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 03/09/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.


Voy al mediodía a un comercio de un barrio acomodado de la Ciudad de Buenos Aires y varias clientas me preguntan –con ganas de que responda afirmativamente– si es cierto que fue un montaje y no un atentado. 

Lo patológico tiene un nombre: inconciliabilidad. Hay polarización complementaria.

Creer en un otro (el kirchnerista, el peronista, el comunista) capaz de fraguar algo así es un síntoma en parte producto del odio sobre el que reflexionamos en la columna de ayer con la ayuda de Baruj Spinoza y su Tratado teológico-político, que comienza así: “Si los hombres pudieran conducir todos sus asuntos según un criterio firme, o si la fortuna les fuera siempre favorable, nunca serían víctimas de la superstición. Pero, como la urgencia de las circunstancias les impide muchas veces emitir opinión alguna y como su ansia desmedida de los bienes inciertos de la fortuna les hace fluctuar, de forma lamentable y casi sin cesar, entre la esperanza y el miedo, la mayor parte de ellos se muestran sumamente propensos a creer cualquier cosa”.

Desde estas páginas venimos bregando siempre por una oposición convergente y no divergente. Por un periodismo constructivo y no destructivo. Como es imprescindible el disenso para enriquecernos mutuamente con la razón del otro, es también imprescindible ejercitarlo con modos que no promuevan la violencia. Para Cornelius Castoriadis, la cortesía fue una herramienta imprescindible de la civilización, para poder reunir en ciudades a los solitarios habitantes de la ruralidad primigenia, habitada por salvajes atrapados en su mera supervivencia. Sin cortesía no habría ciudad ni civilización.

Disenso, ensayos sobre estética y política
 es el título de uno de los libros de Jacques Rancière. Allí se dice: “El tipo específico de conflicto que trae consigo el disenso político no tiene nada que ver con las formas de lucha asociadas a la supuesta separación entre amigo y enemigo”. Continua Rancière: “Cuando la política se identifica con el ejercicio del poder y la lucha por conseguirlo, se prescinde de ella desde el principio. Más aún, cuando se la concibe como una teoría del poder –o como una investigación de los terrenos de su legitimidad– también se prescinde de su forma de pensamiento”, haciendo referencia a Aristóteles, para quien el dominio político se distinguía de otros tipos de dominio por ser un dominio entre iguales y no vencidos.

La obsesión con Cristina Kirchner de una parte de la oposición no hace más que colocarla en el altar de primus inter pares: “La democracia –escribe Rancière– se inicia con el asesinato del rey, cuando lo simbólico se derrumba para producir una presencia social incorpórea”.

Argentina precisa desarrollar formas más avanzadas de un estado consensual, con la escenificación de un nosotros y de un otro más hospitalario.

Argumentos que pretenden escindir por completo el atentado de 
Fernando Sabag Montiel del clima de época atravesado por el discurso del odio apelando a que Alfonsín padeció tres atentados cuando, por entonces, no había grieta omiten que sí había un clima de época violento por entonces, encarnado en una dictadura que no se resignaba a fenecer y una democracia que recién estaba naciendo. Claramente, Fernando Sabag Montiel parece más un border line que un militante o un sicario a sueldo de alguna organización. Pero eso no quita que el discurso del odio está presente.

La inconciliabilidad de los sectores extremos de las coaliciones oficialista y opositora es lo patológico que hay que curar. Dado que el ser es conflictividad, la función de la política es venir a resolver o minimizar la conflictividad pero no a disolverla aniquilando al otro. La polaridad indica la inclusión del otro y no su extinción. Las aposiciones polares pueden no ser necesariamente conflictivas ni de mutua exclusión sino que, también, pueden resultar complementarias como la clásica armonía de los contrarios de Heráclito. 

El papel del periodismo como “perro guardián” garante del control de gobierno no implica ser un periodismo conflictivista. La diputada Amalia Granata, primera en decir públicamente que no creía que el atentado a la vicepresidenta fuera real, respondió así ayer las críticas que recibió: 
“No me busquen, porque miren que voy a empezar a hablar de todos sus ‘chanchurrios’, voy a empezar a hablar de sus amantes, miren que conozco todo lo que pasa... Sé todo en lo que andan, y voy a meterme no solo con sus amantes, también con sus familias, madres, hijos, con todos... No se olviden que además de política soy periodista e investigo...”. Pobre periodismo de investigación.

La ética no es natural, es una creación de la cultura, casualmente porque la conflictividad es inevitable y, en lugar de exacerbarse, precisa ser atenuada. La política como moral no implica ser una filosofía de la ingenuidad.

La violencia no busca resolver los conflictos sino disolverlos y, en su utopía, no logra más que maximizarlos. Las armas siempre terminan volviéndose en contra de quienes las empuñan. Los mayores desastres de la humanidad surgieron de la búsqueda de eliminar definitivamente los conflictos: el orden perfecto congela la vida.

El Otro no es como el pan que como y me sacio. Ese Otro no llena sino que ahonda

El filósofo lituano/francés Emmanuel Lévinas estuvo confinado en un campo de concentración en el que murió casi toda su familia y dedicó sus reflexiones a la reconstrucción de un pensamiento ético después de la Segunda Guerra Mundial. Hizo grandes contribuciones en el campo de la otredad y la hospitalidad. En su libro Totalidad e infinito, en su capítulo “Mismo y Otro” escribe: “El Otro no es otro como el pan que como (...) de ese tipo de realidades puedo saciarme y en una medida muy amplia satisfacerme como si sencillamente me hubiera faltado (...) tiene una intención distinta: desea lo de más allá de todo cuanto pueda completarlo (...) lo deseado no lo llena sino que lo ahonda”. Por eso la transcendencia es “trans”-“ascendencia”, una forma del ser humano de ascender. Por eso el vínculo entre uno Mismo y Otro es un acto político de alteridad metafísica.

Los medios –medium– somos mediadores continuos entre Mismo y Otro. No se es uno suprimiendo o poseyendo al otro sino siendo con el otro, juntos. Lección que debemos aprender y continuamente recordar como sociedad. Ese fue el triunfo de la democracia. Esa fue la lección de Alfonsín.



    

sábado, 3 de septiembre de 2022

El Odio (I)... @dealgunamaneraok...

 El odio (I) 


Captura de pantalla..

“El odio se incrementa con un odio recíproco y, en cambio, puede ser destruido por el amor (...). Quien quiere vengar las ofensas mediante un odio recíproco vive, sin duda, miserablemente”, escribió sabiamente Baruj (Benedicto) Spinoza en el siglo XVII. 

© Escrito por Jorge Fontevecchia el viernes 02/09/2022 y Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.



El odio integra las pasiones tristes de Spinoza: el miedo, la cólera, el resentimiento y la envidia. La alegría surge del amor porque “el amor es una alegría acompañada de la idea de una causa exterior”, y la tristeza surge del odio porque “el odio es una tristeza acompañada de la idea de una causa exterior”.

Perturbación de las pasiones: ciegas erupciones del afecto que impiden la razón


En su Tratado teológico-político, Baruch Spinoza escribió: “La servidumbre humana reside en la impotencia de moderar y reprimir las pasiones”.  

 

Para él la opinión que no necesita ni busca verificarse  era la primera fuente de las malas pasiones, entre las que se inscribe el odio, generalmente  basado en la ignorancia de los seres humanos sobre las creencias de los otros seres humanos.

Escribió también Spinoza: “El alma se esfuerza, cuanto puede, en imaginar las cosas que aumentan o favorecen la potencia de obrar del cuerpo” (Proposición XII). Y viceversa (Proposición XIII): “Cuando el alma imagina aquellas cosas que disminuyen o reprimen la potencia de obrar del cuerpo, se esfuerza cuanto puede por acordarse de otras cosas que excluyan la existencia de aquellas”.  

“Si imaginamos algo que odiamos afectado de tristeza, nos alegraremos. Y si lo imaginamos afectado de alegría nos entristeceremos (...) nos esforzamos por afirmar sobre una cosa que odiamos aquello que imaginamos que le afecta con tristeza (...) vemos que fácilmente sucede que la persona se estima a sí misma y estima a la cosa amada más de lo justo. Y, al contrario, estima menos de lo justo la cosa que odia”. 

Finalmente, si imaginamos que alguien nos odia sin haberle dado motivos, lo odiaremos. La Proposición XXXIV afirma: “En tanto están dominados por afecciones que son pasiones, pueden ser contrarios los unos a los otros”.

La doctrina de las pasiones de Spinoza arranca en su disquisición de la idea griega sobre que el ser humano era pasivo (esclavo) frente a sus pasiones. Ellas impedían el correcto funcionamiento de la razón. Esto último es percibido todos los días cuando personas inteligentes interpretan el mismo hecho de forma tan contradictoria. Nuestra famosa grieta es un túnel de viento perfecto para ver esas imperfecciones del pensamiento de manera agigantada.

Sobre las vallas que hizo colocar Horacio Rodríguez Larreta hace una semana se opina tanto que hubieran salvado a Cristina de su agresor manteniéndolo a distancia como que fueron la chispa que encendió provocando la llegada persistente de manifestantes apoyando a la vicepresidenta.

Pero la terapia de las pasiones que propone Spinoza no apela a extirpar las pasiones, como sí lo hizo el estoicismo, sino que propone encauzarlas racionalmente para aprovechar su fuerza. También en el siglo XVII Locke se preocupaba por los efectos nocivos de las pasiones encontradas y  publica su notable Carta sobre la tolerancia

Para el diccionario de Oxford, “El odio es un sentimiento intenso de repulsa hacia alguien o algo que provoca el deseo de rechazar o eliminar aquello que genera disgusto; es decir, sentimiento de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno”. Para Cicerón, las pasiones eran una perturbación, como ciegas erupciones de afecto. Pero para la filósofa Martha Nussbaum, las pasiones “son un elemento cognitivo: encarnan maneras de interpretar el mundo”.

Es en la modernidad cuando las pasiones ya no son vistas como “la locura de la racionalidad” (Kant) y el propio Spinoza buscando el tránsito de las pasiones tristes a las pasiones alegres (el amor). Las pasiones hacen que las personas difieran entre sí mientras que es la razón la que permite que se pongan de acuerdo. 

Hume sostenía que el impulso nunca surge de la razón y, al revés, Hegel creía que la razón usa las pasiones para realizar sus fines. La naturaleza humana es sobre lo que reflexiona la filosofía pero llegamos aquí a la cuestión irreductible sobre medios y fines. ¿Somos los medios responsables del discurso del odio que promueve  una retroalimentación de la beligerancia pasando de las palabras a las acciones y de la violencia simbólica a la práctica? ¿Es el propio kirchnerismo el que engendró ese discurso violento del antikirchnerismo en forma de reacción a su acción discursivamente beligerante? 

¿Fernando Sabag Montiel es el autor material del intento de homicidio y los autores intelectuales son quienes promovieron el discurso de odio, o desquiciados hay en todas las sociedades y en todos los contextos como lo demuestran los atentados a jefes de Estado de la varios países desarrollados y al papa Juan Pablo II, quien estaba en las antípodas de promover desentendimiento?

Si algo positivo se puede rescatar del atentado a la vicepresidenta, será una reflexión sobre el odio, su naturaleza y su tratamiento. Sobre las pasiones y cómo la política tiene que ser la forma de encauzar las pasiones tristes en pasiones alegres, siguiendo los consejos de Spinoza, convirtiéndolas en una fuerza positiva para la sociedad.

La Academia Nacional de Periodismo en su comunicado de ayer, tras sostener que “repudia enérgicamente el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y considera que delitos de esta naturaleza son un atentado directo al orden democrático”, lamentó que “con su discurso, el Presidente no hizo un aporte a la paz social que necesita el país en estos momentos, al acusar prematuramente a los medios y a la Justicia de ser instigadores de este lamentable atentado”.

Pasiones tristes: miedo, resentimiento, envidia y cólera, a ser contenidas por la política

Desde mi perspectiva, hace mal el Presidente en colocar en el mismo plano a la Justicia, que viene siendo más ponderada (causas como el dólar futuro o el pacto con Irán no prosperaron), con ciertos medios audiovisuales de un lado y otro de la grieta que sí merecen críticas por su altisonancia discursiva sin tener que esperar que avance la investigación sobre el móvil de Fernando Sabag Montiel porque la crítica trasciende este hecho, de la misma forma que la crítica a la altisonancia de los medios audiovisuales oficiales es igualmente pertinente.

El discurso del odio no es responsabilidad de un solo sector de la sociedad, radicalizados de ambas coaliciones siembran desde hace tiempo violencia simbólica. Ojalá la fuerza dramática que tiene el video en el que emerge un arma ante la frente de la vicepresidenta imprima en nuestras mentes inhibiciones perennes a los impulsos primitivos que todos los seres humanos llevamos dentro.