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sábado, 30 de agosto de 2025

El problema… @dealgunamanera...

 El problema…

Foto Oficial. Con banda presidencial, Javier Milei en el sillón de Rivadavia. Fotografía: Presidencia.

Siempre pensé que no se alcanza a saber bien lo que no se ama.

Es el corazón el que decide a qué temas dedicará el cerebro la energía de pensar.

Y quien no ama la política y –peor aún– odia al Estado no es el adecuado para el cargo político más importante, que es presidir un país. 

© Escrito por Jorge Fontevecchia el viernes 29/08/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Siempre pensé que no se alcanza a saber bien lo que no se ama.

Es el corazón el que decide a qué temas dedicará el cerebro la energía de pensar.

Y quien no ama la política y –peor aún– odia al Estado no es el adecuado para el cargo político más importante, que es presidir un país.

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Este es el problema irreductible de Javier Milei: no puede y no sabe porque no quiere ser lo que debe ser un presidente: un político. Una persona con capacidad de convencer y llegar a acuerdos para que se instrumenten las decisiones necesarias para avanzar en alguna dirección.

Nuevamente la etimología nos dice mucho: acordar deriva de cordis, corazón en latín, es unir corazones, querer al otro (querer algo del otro).

Dice el refrán: “Hace más quien quiere que quien puede”. Entonces, ¿qué quiere Milei?

En una de las mejores columnas del año, que publicó el jueves en el diario El Cronista (y republicamos hoy en PERFIL con expresa recomendación de lectura completa), el director de la consultora Synopsis, Lucas Romero, escribió lo siguiente: “¿Quiere Milei producir decisiones colectivas o simplemente quiere que le den la razón? ¿Quiere Milei ser un político o simplemente quiere seguir siendo un economista? (...) No se es presidente para demostrar que se tienen ideas, se es presidente para producir decisiones colectivas que se crean necesarias para resolver los problemas. Si lo que se busca es reconocimiento intelectual o premios, el ámbito para buscarlos es otro”.

No es necesario ni conveniente esperar a convencer a todos ni acordar con casi todos (lo que es imposible) sino con la cantidad necesaria para que se puedan ejecutar las decisiones que precisan consensos.

¿Quiere Milei producir decisiones colectivas o simplemente quiere que le den la razón?, se preguntó Lucas Romero, director de Synopsis.

Y la decisión de Milei de confrontar y enemistarse con todos demuestra que no quiere ser político, o sea presidente. Que usa la presidencia como herramienta para otros fines personales.

El problema no es que las ideas del presidente sean malas, muchas de las cuales lo son. El problema de Milei no es su doctrina además de que en parte lo sea.

El problema es anterior a sus ideas o doctrina, el problema de Milei es existencial. ¿Cuál es el ser-para-sí de Javier Milei? Ser un profeta que cambie la cultura argentina por décadas no es el propósito de un presidente.

Cuando habla de la Argentina potencia de 2045, huye hacia un futuro incomprobable de un presente impracticable. Y evidencia su predilección por el mundo de las razones teóricas cuando la función de un presidente es el mundo de las razones prácticas.

El problema de Milei, antes que ideológico, es metodológico y antes que metodológico es psicológico. No hubiese aprobado un test laboral para el cargo para el que se presentó. Carece de la inteligencia emocional necesaria que requiere la función.


Escribió también Lucas Romero: “Este ciclo nos ha dado sobradas muestras de que este es un gobierno que carece de praxis política, es decir, de capacidad de llevar adelante el conjunto de acciones necesarias para producir decisiones. Esa carencia no debería sorprender, Javier Milei llegó al poder con dos diputados, sin ninguna experiencia ejecutiva en la administración de la cosa pública y sin un equipo de personas y profesionales que tengan experiencia en administrar el Estado. (...) De todos los candidatos a presidentes de 2023, Milei era el único que al desafío económico le iba a agregar un desafío político. Porque era el único que iba a quedar muy lejos de garantizar condiciones mínimas de gobernabilidad para tomar decisiones. Esa dificultad quedaba agravada por el hecho de que se trataba de un presidente sin experiencia política. (...)Por más enojados que estemos con el piloto del avión, a ninguno de los pasajeros de la aeronave en su sano juicio se le podría ocurrir sacar al piloto de la cabina y poner allí a un pasajero que sin ser piloto nos dijera que cree que puede pilotar el avión”.

Cuando el problema es la conducta de quien conduce, el rumbo y el destino pasan a segundo plano.

“Sano juicio”. Ya se escribió lo suficiente sobre cómo la pandemia afectó el juicio de una parte significativa de la población. Y sobre cómo pudo haber empatizado esa afección de la sociedad con la afección del propio Milei.

Lo que ahora se precisa son copilotos que colaboren para aterrizar el avión sin estrellarse.

Las elecciones del domingo próximo en la provincia de Buenos Aires funcionarán como una especie de primera vuelta y las nacionales de octubre, como un balotaje. La sociedad tiene la posibilidad de confirmar o reformular la autonomía del piloto. No solo el rumbo y el destino, también el modo de conducir, con o sin turbulencias adicionales, consensualista o divisionista, aplacando la intranquilidad innata de nuestro conductor.

Conducir y conducta comparten su misma raíz lingüística referida a guiar, a dirigir (dirección). Cuando el problema es la conducta de quien conduce, el rumbo y el destino pasan a segundo plano.

En psicología, la neurosis de destino se asocia a la compulsión al fracaso, a la repetición de conductas inapropiadas para los fines y autoimpuestas inconscientemente como una forma de autocastigo.

Siempre somos responsables de nuestras elecciones. Siempre podemos hacer otras elecciones. No estamos determinados al autoboicot y continuar perpetuando la decadencia.

La democracia no pone a salvo de elecciones erradas a los votantes pero la democracia permite corregirlas de manera pacífica. Nosotros, los ciudadanos, somos los actores.

Milei retroalimenta la crisis de representación que creó a Milei. Él no puede superarla porque es parte de ella. Pero como decía el papa Francisco, no hay que personalizar los conflictos y cosificar los vínculos sino cosificar los conflictos y personalizar los vínculos. El problema Milei fuimos nosotros con nuestras elecciones y si no lo solucionamos con nuestro voto el problema Milei volveremos a ser nosotros.




jueves, 12 de junio de 2025

Francisco. El enemigo de los Kirchner... @dealgunamanera...

 El enemigo de los Kirchner...

¡Hagan lío... pero no tanto!” Papa Francisco-RIP. Dibujo: Pablo Temes.

De los micrófonos ocultos al “diablo con sotana”: el detrás de escena de una guerra silenciosa que terminó en derrota.


© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 07/06/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.



Si hay algo que ha caracterizado a Cristina y a Néstor Kirchner es la corrupción, la mentira y el egoísmo. A eso hay que agregarle el transfuguismo: estuvieron al lado de Carlos Menem, con Domingo Cavallo y con Eduardo Duhalde, a quienes traicionaron y denostaron.   

En este marco de mentiras y de uso de las personas para su propia conveniencia se ubica la relación del matrimonio Kirchner con Jorge Mario Bergoglio. “El mundo extraña a Francisco”, dijo CFK durante el reportaje con Gustavo Sylvestre por C5N en el que anunció su candidatura a diputada provincial por la tercera sección electoral del primer estado argentino, para agregar que “no había lugar para dos grandes hombres como su esposo, y el entonces arzobispo de Buenos Aires”. La verdad es absolutamente diferente: los Kirchner consideraron a Bergoglio un enemigo al que persiguieron en forma sistemática y obsesiva. Néstor Kirchner –un corrupto y un déspota– lo llamó “el diablo con sotana”.    

La inquina de los Kirchner se hizo manifiesta en toda su dimensión cuando en 2005 decidieron no asistir al tradicional Te Deum del 25 de mayo para no escuchar la homilía crítica del arzobispo de Buenos Aires. Tanto lo detestaban que, durante el cónclave que eligió Papa a Joseph Ratzinger, habían intentado operar para bloquear las chances de Bergoglio quien, siendo uno de los más votados, decidió declinar su postulación en aras de la unidad de la Iglesia.   

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A pesar de los embates que recibía desde la Casa Rosada, el entonces cardenal que, como todo jesuita era un cerebro político, siguió alzando la voz crítica contra las conductas autoritarias del expresidente y de su esposa. Por lo tanto, decidió no permanecer indiferente ante el proyecto de reforma de la Constitución de la provincia de Misiones presentado en 2006 para habilitar la reelección indefinida del entonces gobernador Carlos Rovira. Ese proyecto era fuertemente apoyado por Kirchner quien buscaba posibilitar una segunda reelección del gobernador de la provincia de Buenos Aires Felipe Solá. Así, el 29 de octubre se desarrollaron los comicios para elegir la Convención Constituyente que debatiría la modificación de un solo artículo de la Constitución provincial: el que impedía la reelección indefinida del gobernador. Fue en ese momento que irrumpió en la escena política monseñor Joaquín Piña, un jesuita español que fue el primer obispo de la Diócesis de Puerto Iguazú, quien se puso al frente de una coalición que se opuso a ese proyecto. El arzobispo de Buenos Aires avaló la candidatura de Piña quien terminó ganando la elección por amplio margen, sepultando así no sólo las aspiraciones de perpetuación en el poder de Rovira sino también, por carácter transitivo, el proyecto de reelección indefinida no sólo de Solá y el del gobernador jujeño Eduardo Fellner. El hecho ahondó aún más la bronca del kirchnerismo contra Bergoglio.  

En medio de esas tensiones crecientes se llegó así en 2008 a la crisis con el campo desencadenada por la Resolución 125. Allí se alzó nuevamente la voz del arzobispo quien tuvo una postura absolutamente crítica hacia el Gobierno. Tras la derrota del kirchnerismo producida por el voto no positivo de Julio Cobos, sobrevino una tormenta política que forzó la renuncia de Alberto Fernández a su cargo de jefe de Gabinete. Su reemplazante fue Sergio Massa, quien convocó como colaborador a Jorge O’Reilly, abogado y empresario, miembro supernumerario del Opus Dei quien, obviamente, era opuesto a Bergoglio. Corría el mes de agosto de 2008 y la relación con la Iglesia atravesaba un momento crítico que se veía agravado por el hecho de que El Vaticano no terminaba de conceder el plácet para la designación del Dr. Alberto Iribarren como embajador ante la Santa Sede a causa de su condición de divorciado. En ese contexto, Massa y O’Reilly pergeñaron un plan para mejorar la relación con Roma que incluía un acuerdo de desplazamiento del arzobispo de Buenos Aires, iniciativa que contó con el apoyo de sectores conservadores de la Iglesia en la Argentina y en El Vaticano. Los que conocen al detalle esta maniobra coinciden en señalar que el elegido por el kirchnerismo para sustituir a Bergoglio era el obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar Domingo Sarlinga. La orden de llevar adelante esa intrépida maniobra fue de Néstor Kirchner. La embestida contra el futuro Papa –que estaba convencido de que tenía todos los teléfonos pinchados y de que la SIDE, manejada en ese tiempo por Antonio Jaime Stiuso había colocado micrófonos ocultos en todo el edificio del arzobispado– fue brutal. Los que lo visitaban en su despacho recuerdan que ponía música para que los micrófonos no captaran el contenido de las conversaciones.  

Como se dijo más arriba, los sectores conservadores de la Iglesia de la Argentina y del Vaticano también tuvieron un protagonismo relevante en este episodio. Entre los mencionados como partícipes de esta maniobra aparecen Esteban Caselli y el ex-Nuncio Apostólico, monseñor Adriano Bernardini.   

Cuando Bergoglio se enteró de esto reaccionó con su típico buen humor y con acción. Entre los que lo anoticiaron de esta maniobra estuvieron el canciller Jorge Taiana y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri. Testigos privilegiados de esta historia indican que, ante esta circunstancia, el arzobispo le hizo llegar a Massa, quien nunca terminó por desmentir el hecho en forma contundente, documentación comprometedora acerca de monseñor Sarlinga quien, en 2015, debió renunciar a su cargo ante numerosas acusaciones que incluían malversación de fondos, abuso de poder e inconductas.    

Ante estas complicaciones, la maniobra fue abortada. Bergoglio nunca olvidó esto y por ello no asistió a la despedida de monseñor Benardini, quien fue trasladado a Roma en diciembre de 2011 –ni tampoco recibió, ya siendo Papa, a Massa. El 13 de marzo de 2013, día de la elección de Bergoglio como Sumo Pontífice, fue para el kirchnerismo una gran derrota. El 20 de marzo CFK, luego de asistir a la Misa de Iniciación, fue recibida por el papa Francisco. En esa larga reunión, en la que ridículamente pretendió explicarle cómo usar el cuero de ante que le había llevado de regalo, le pidió ayuda. Fue ese el momento en que el Santo Padre, que nunca la quiso, la perdonó.





domingo, 11 de mayo de 2025

Un nuevo Papa sorprende… @dealgunamanera...

Un nuevo Papa sorprende…

Oremus León XIV. Dibujo: Pablo Temes

León XIV inaugura una etapa en la Iglesia Católica que ilusiona. Y que podría completar el legado de Francisco.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 10/05/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Un nuevo Papa sorprende al mundo. El estadounidense Robert Prevost se convirtió en el 267° Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Fue elegido en un Cónclave rodeado de conjeturas e intrigas políticas con arduas negociaciones y otro mensaje para Latinoamérica; porque Prevost vivió y realizó la mayor parte de su tarea pastoral en Perú más allá de cualquier interpretación tirada de los pelos que implique un guiño hacia el país del Norte. 

El recién elegido papa León XIV ofreció su primer mensaje en el que dedicó unas palabras en español a Chiclayo, su querida diócesis. Había obtenido la nacionalidad peruana en 2015 y ese mismo año, el papa Francisco –a quien mencionó en su discurso recordando su voz “siempre valiente”– lo nombró obispo de esa ciudad que rápidamente lo adoptó como uno de los suyos. Su cercanía con Francisco es palpable, no sólo por su vínculo formal sino por una relación más cercana que supieron cultivar en Roma; ambos se reunían al menos una vez por semana e intercambiaban largas charlas pastorales. Es una señal de continuidad que haya sido elegido para un nuevo papado como jefe de la Iglesia. 

Invito al lector a sumergirse en la trastienda de un Cónclave tan esperado como apasionante. Lo primero que hay que decir es que la fumata blanca se hizo visible luego de cuatro rondas de votación de los 133 cardenales en el Vaticano. Esto implica cierta celeridad y consenso que resulta vital para contrarrestar la imagen de una Iglesia dividida que hubiera significado un proceso más duradero. Tras el fallecimiento de Francisco, todas las especulaciones estaban puestas en la profundización de la grieta entre el ala dura y el grupo más progresista de los cardenales. Esto quedó desarticulado prácticamente desde el principio y una ayuda providencial me ayudó a dar con los primeros indicios de este desenlace. Veamos.

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Era la una de la mañana del jueves 8 cuando me encontraba terminando mis tareas luego de salir al aire para Telenoche desde Roma. Una persona con atuendo religioso se acercó y me invitó a caminar diciendo que tenía algo para compartir conmigo: “Parolin va adelante con cuarenta votos y, en esta noche, habrá negociaciones intensas”. La fuente se refería al italiano Pietro Parolin, actual secretario de Estado que varias fuentes citaban como favorito de la Curia romana en abierta competencia con el cardenal filipino Luis Antonio Tagle. Sonaba el canto de las gaviotas mientras caminábamos por la Via della Conciliazione –que es la avenida que conduce a la Basílica de San Pedro– cuando sobrevino una segunda revelación: “El decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, omitió mencionar a Francisco en su homilía en la misa “Pro eligiendo Pontifice” considerada la antesala del Cónclave. No es casual.
Definitivamente esto cayó muy mal entre los presentes” –sentenció. Efectivamente los cardenales que tienen simpatía por Francisco dentro del Colegio Cardenalicio son más que sus detractores. “Los conservadores apenas llegan a treinta y no tienen posibilidades de elegir ningún candidato –por ende– olvídese de Péter Erdó” –agregó en referencia al húngaro de doctrina dura y tradicional con fuerte aval europeo.

El segundo día amaneció radiante. A las 10 de la mañana la misma fuente proporcionó nuevos vaticinios que posteriormente se cumplieron a rajatabla:


—“Si esta mañana no hay Papa, habrá que descartar a Monseñor Parolin y comenzar a ponerle atención a otro cardenal que empieza con P. . ..”   

—¡Prevost! –atiné a decir.   

—No olvide ese nombre –replicó– y dijo con voz firme: “El Cónclave termina hoy”.   

Efectivamente, el humo negro del mediodía terminó con las chances de Parolin y amplió la expectativa a medida que avanzaba la tarde. Otras fuentes confirmaron a cuentagotas lo relatado por mi nuevo interlocutor que, a esas alturas, ya era para mí un enviado divino. Imagínense mi felicidad cuando escuché el nombre de Robert Prevost luego de la fumata blanca. Una mezcla de sorpresa y satisfacción que quedará en mi memoria para siempre.  

Pasaron muchas cosas durante el Cónclave. Hubo un gran lobby a favor de Parolín de parte de la prensa y del gobierno italiano. No solo de ellos. Grandes actores políticos de Europa jugaron el mismo partido. La mayoría de los cardenales detectó esta movida y coincidió con que no era el hombre adecuado por su falta de contacto con la gente y su falta de experiencia pastoral y parroquial. Así se elevó el nombre de Prevost, no por su origen estadounidense sino por su perfil y condición de misionero en Perú y su trabajo en favor de los pobres. Cada sector del establishment dibujará la interpretación que más le convenga; lo cierto es que –más pronto que tarde– aparecerán señales inequívocas que habrá que saber mirar y escuchar.   

La juventud volvió a decir presente en la Plaza de San Pedro. Los fieles le dieron la bienvenida a su nuevo guía. Así las cosas, una nueva página ha comenzado a escribirse en la historia de la Iglesia Católica. Una etapa que ilusiona y que podría completar el legado del querido papa Francisco. Que así sea.




martes, 29 de abril de 2025

La Iglesia de hoy es mejor... @dealgunamanera...

Un Papa cercano a la gente. La Iglesia de hoy es mejor…

Dibujo: Pablo Temes

En Roma hay mucho lío... lío del bueno. Los libros recordarán a Francisco como un Papa excepcional.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 26/04/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

El pontificado del papa Francisco comenzó pocos días después de su elección el 13 de marzo de 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI. Jorge Mario Bergoglio fue elegido durante un cónclave cargado de intrigas y emociones.

Todo, desde el primer momento, fue extraordinario. La primera votación en la tarde del 12 de marzo en la Capilla Sixtina tuvo un resultado llamativo: el arzobispo de Milán, Angelo Scola –señalado como favorito– había sido el más votado con treinta sufragios. Sin embargo, ese número fue menor al que efectivamente se esperaba. El segundo lugar, con 26 votos, resultó para Jorge Bergoglio. El resto de la historia ya es conocida. La fumata blanca sorprendió a los miles de asistentes que aguardaban con paciencia en la Plaza de San Pedro hasta que el cardenal Jean Louis Tauran anunció desde el balcón de la basílica homónima la decisión final con la clásica fórmula en latín: “Annuntio vobis Gaudium Magnum: Habemus Papam”. Como todos sabemos ya, el papado de Francisco duró hasta su fallecimiento el pasado 21 de abril, fecha que quedará grabada para siempre en mi carrera periodística y en mi vida.

Los libros recordarán a Francisco como un papa excepcional, muy lejos de la frialdad de los datos clásicos del párrafo precedente y las efemérides. Bergoglio –el hombre– se ha ganado a pulso y con acciones concretas el corazón de sus fieles, el de personas agnósticas y el respeto de los líderes religiosos de distintos credos alrededor del mundo. Será por mucho tiempo, el argentino más importante de la historia.

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El ejercicio de la profesión periodística señala la necesidad de tomar distancia de los hechos para alcanzar la tan declamada objetividad; ejercicio que –en la columna de este domingo– me pone un una verdadera encrucijada como periodista, como católico y como amigo de Francisco. Apelaré entonces a mi honestidad intelectual para narrarles lo que estoy viviendo aquí, desde Roma, en un entorno convulsionado. El pontificado de Francisco es y será mucho más grande de lo que podemos imaginar. Toda la ciudad está de cabeza. Hay lío, mucho lío… y del bueno. Es que Jorge Bergoglio ejerció su rol como conductor de la Iglesia de forma muy cercana a la gente. Se mezcló entre todos para predicar con el ejemplo. Supo guiar a su rebaño y enfrentar las presiones terribles del ala conservadora de la Iglesia. Dios sabe bien que no fueron pocas. Nadie debe olvidar que el Vaticano es un Estado y Francisco se condujo como un verdadero estadista. He visto a varios presidentes desfilando estos días para despedirlo, incluyendo diplomáticos y grandes comitivas. A Francisco no le sorprendería pero tampoco le quitaría el sueño ninguna ausencia de renombre.

Confieso que me llamó la atención la gran cantidad de jóvenes que han venido a darle su último adiós. Tuve la oportunidad de hablar con ellos y de muy variadas nacionalidades. La opinión y los motivos fueron unánimes; todos señalaron prácticamente lo mismo: su humildad, su honestidad, su preocupación y acción por los pobres, su interés y desvelo por los inmigrantes y su prédica a favor del cuidado del medio ambiente. Francisco también se interesó por los niños y adolescentes, les encomendó que salgan a la calle a revolucionar las diócesis y hoy ellos están aquí devolviéndole el mismo cariño.Todos aquí tienen una anécdota con su santidad. Enfermeros, ópticos, zapateros, mozos, dueños de pequeños y grandes comercios, habitantes de la ciudad y turistas que lo conocieron de paso y por casualidad en alguna de sus recorridas. El Papa no quería vivir ni predicar entre cuatro paredes. Su alma seguirá en estas calles para siempre.

Francisco llevó la Iglesia al mundo y, aunque todavía muchos le reprochan su visita trunca a la Argentina, su tarea está cumplida. Bergoglio –el hombre– ha cometido errores como cualquiera de nosotros. No quiso ser utilizado políticamente pero, al mismo tiempo, no lo evitó por completo. Lo dije públicamente en mis editoriales, y él –a pesar de escuchar mis críticas algunas veces muy duras– jamás me hizo un comentario al respecto en las más de veinte cartas que intercambiamos a lo largo de estos años.

El libro La salud de los papas ha catapultado mi nombre en estos días de duelo a lo largo del mundo. Muchos colegas han querido hablar conmigo por la singular entrevista que versa sobre su propia salud y que ha estado en boca de todos. El propio Francisco fue quien me pidió que todos los detalles se conserven en esas páginas y que no haga pública la grabación por radio o televisión hasta después de su muerte. Conocedor del medio, no quería que fuese editada. Así lo he hecho. Parte de lo que hoy soy como profesional y como persona se lo debo a él.

Estoy seguro de que el tiempo se encargará de darle su justo lugar en la historia. Es difícil saber si el futuro pontífice será un continuador de la labor de Francisco pero una cosa es indiscutible: la Iglesia de hoy es mejor que la de hace 12 años. Nuestra tarea será continuar su legado en cada metro cuadrado que pisemos. En casa, en la oficina, en nuestras familias. Su amor y su entrega nos guiarán a la eternidad.



sábado, 6 de enero de 2024

El fascismo libertario… @dealgunamaneraok...

El fascismo libertario… 

Entender las razones profundas que posibilitaron la irrupción de Javier Milei como opción de “salvación” de nuestra sociedad en crisis, es una tarea compleja pero imprescindible. Igualmente necesario es preguntarse cómo un personaje de esas características, que anunciaba tragedias, sufrimiento, y sobre todo, violencia, pudo llegar a ganar una elección presidencial. Finalmente hay que interrogarse acerca de los espacios en los que pudo insertarse el grupo de inadaptados que hoy ocupan la casa rosada y que abrevaron en los principios más estereotipados del racismo y la discriminación.

© Escrito por Carlos Alberto Rozanski el 06/01/2024 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Se trata de un nuevo y peligroso escenario político-social que intentan instalar en el corazón mismo de la comunidad. Es aquel en el cual los hoy gobernantes diferencian dos sectores muy marcados: “la gente de bien” (los libertarios) y “el resto”. 

Es bueno recordar que el grupo negacionista libertario comenzó su actividad pública hace poco más de dos años con apariciones esporádicas durante la pandemia. Desde la apología de la dictadura genocida, la negación de la existencia del virus covid 19 y la denostación de la vacuna hasta la quema de barbijos en alguna vereda, el grupo inició el camino hacia el actual discurso único de los “unos” y “los otros”. En esa primera etapa, los actos aparentaron desvinculación entre sí, asemejándose más a un producto del azar o la casualidad que a un plan organizado. 

Bolsas mortuorias en el frente de la Casa de Gobierno con nombre de personalidades y guillotinas en la Plaza de Mayo, eran noticias en algunos medios, las que, aún dispersas, comenzaban a impregnarse en la mente de los telespectadores. Se trataba aún de una primera etapa en la cual las agresiones aparecen fragmentadas simulando agotarse en cada acto. 

En esos momentos -2021-, irrumpió en esa escena el personaje de Javier Milei que terminaría canalizando esos impulsos aparentemente dispersos, hacia un verdadero movimiento político. En ese contexto el 1 de septiembre de 2022, se produjo el intento de magnicidio a Cristina Fernández de Kirchner. Así, las manifestaciones esporádicas y en apariencia desconectadas pasaron a la etapa siguiente de la secuencia, lo cual se materializó en un partido político (La Libertad Avanza) cuyo fundador luego ganaría las elecciones presidenciales en el Balotaje de 2023. 

Se trataba de un personaje extraño, de cabellos revueltos y labia agresiva que desde su particular desaliño personal anunciaba la superioridad “moral, productiva y estética” de su agrupación libertaria. A partir de allí, la demonización de un sector variado y creciente de la comunidad monopolizó la mayor parte de su discurso político. 

Una vez instalado en las redes sociales y mediáticas, Milei comenzó de ese modo una brutal agresión expresiva hacia objetivos específicos. Calificó de “imbécil” y de “representante del maligno en la tierra” al Papa Francisco y de “zurdos de mierda” a los militantes y dirigentes de la izquierda política de quienes dijo reiteradamente que había que destruir. Sin embargo, el objetivo central y obsesivo de Javier Milei fue el movimiento nacional justicialista. Comenzando por su figura más representativa, la primera etapa de estigmatización se centró en Cristina Fernández de Kirchner, en ese momento vicepresidenta de la nación y en el “Kirchnerismo” a quienes tanto Milei como sus socios atribuyeron la mayor parte de los males del universo. Ese espectro demonizante se fue ampliando al resto del partido político mayoritario en nuestro país y al mismo tiempo el que mayores conquistas sociales logró a través de leyes que ahora el presidente se propone derogar. 

Es útil recordar que el peronismo ha basado su doctrina y lucha política en el concepto de “justicia social”. La mejor síntesis de ese principio trascendente es la idea de equidad, solidaridad, bien común, igualdad de oportunidades, en suma, el respeto por la dignidad humana. 

En sentido opuesto y como parte de su estrategia destructiva, Milei ha definido reiteradamente la justicia social como una “aberración”. Con ese sustantivo, el presidente intenta demoler aquello que durante muchas décadas ha encabezado las luchas no sólo del peronismo, sino de toda la clase política progresista argentina. De hecho que la extensa lista de víctimas del genocidio de la última dictadura se ha nutrido de un colectivo políticamente heterogéneo en un abanico que va desde el radicalismo hasta la izquierda trotskista pasando, por supuesto, por el peronismo. 

Actualmente, a escasas semanas de haber asumido el nuevo presidente, estamos entrando en una tercera etapa de avance de la extrema derecha que excede la actividad específica partidaria. Milei está tratando de instalar los conceptos centrales de su discurso reaccionario y violento, en el corazón mismo de gestión comunitaria que es el propio Estado. Ese Estado que cínicamente demonizó en cada discurso, anunciando su desaparición al igual que la de la mayoría de las dependencias ministeriales desde las que en los gobiernos anteriores -exceptuando el de Macri-, se impulsaban las políticas de contención y ayuda social. Su real intención al respecto nunca fue la de extinción del Estado. El objetivo real de Javier Milei y de quienes están detrás, es el reemplazo de un Estado presente y solidario por uno prebendario y orientado a una entrega de recursos humanos y naturales como nunca se vio en la historia de nuestro país. 

Esta tercera etapa en marcha prevé un estado organizado en base a la exclusión absoluta del sector social que los libertarios consideren que no son “argentinos de bien”. 

Al respecto, con la claridad que lo caracteriza Rocco Carbone señaló que “…cuando se nos dice que se gobernará para “los argentinos de bien” se está trazando un límite que va a separar a millones de seres del reconocimiento de su condición humana. En ese gesto segregatorio yace un núcleo del pensamiento fascista”. Agrega sobre el poder que ganó las elecciones que “… Está animado por lógicas mafiosas y por un catalizador fascista”. (1) 

Esa vinculación estrecha que Carbone plantea entre la mafia -representada por Mauricio Macri- y el fascismo en la lógica de los discursos y actos de Javier Milei, resulta esencial para comprender el momento actual. 

Es bueno recordar también que Milei afirmó públicamente por televisión: “Entre el Estado y la Mafia me quedo con la Mafia. Porque la mafia tiene códigos, la mafia cumple” (SIC). (2) 

Y en esa disyuntiva planteada, Milei optó por la construcción de un Estado mafioso. Se convirtió así en el primer presidente electo en un país luego de afirmar su devoción por una organización criminal como es la mafia. 

Macri, a su vez, fue denunciado por citas textuales de “mi Lucha” de Adolfo Hitler. El ex presidente definió públicamente a los alemanes como “raza superior” (SIC). Como señala un reconocido autor, Mauricio Macri es el primer político en el mundo fuertemente sospechado de pertenecer de manera orgánica a una organización mafiosa (la ‘Ndrangheta calabresa) que llega a la presidencia de un país. (3) 

En el actual escenario, hay cuestiones que por su aparente extravagancia deben llamar nuestra atención y sobre todo la de nuestros dirigentes responsables de dar respuesta. Así, en el programa de la televisión chilena antes citado, Milei propuso privatizar las calles de nuestras ciudades para que quienes viven en cada cuadra puedan tener ingresos cobrando peaje. Igualmente, sus pintorescos diputados se han manifestado públicamente impulsando por ejemplo alambrar y privatizar los océanos o asegurando que los hombres que tuvieron relaciones sexuales con una mujer, deberían tener 15 dias de tiempo después de notificados del embarazo de sus parejas, para decidir si se harán cargo o no de las obligaciones parentales respecto del futuro hijo recien concebido. Por su parte, la actual canciller propuso la creación de un “mercado de órganos” (sic). 

Baste para completar la idea recordar que el presidente eligió como Procurador del Tesoro (abogado del país) a un ex Nazi que participó del ataque a una sinagoga. 

Como se sintetizó, la estrategia libertaria tanto para llegar al gobierno como para intentar sostenerse en él se erige sobre una sucesión de propuestas tan violentas como inverosímiles. La alianza mafioso-fascisita que describe Carbone es inédita en el país y eso explica algunas de las situaciones extrañas que se están viviendo. La magnitud del absurdo y lo bizarro de los personajes, permiten pensar que estamos ante la posibilidad de un saqueo sin precedentes con final abierto. 

El actual escenario representa un desafío tan grave como la alianza que lo nutre. En él, es muy difícil determinar si la Argentina está presidida por un perverso, un desequilibrado o simplemente un megalómano. Lo que sí es posible afirmar es que los riesgos a los que el personaje en cuestión está sometiendo a una nación de 47 millones de habitantes, son superlativos. 

La esperanza está hoy depositada en aquel sector de la política que supo luchar contra la dictadura genocida hasta recuperar la democracia. En aquellos jueces y fiscales decentes que no se doblegan ante la corrupción más reaccionaria de la corporación. En ese maravilloso pueblo que en las calles y sin vacilar, va a seguir poniendo el cuerpo para apoyar a sus dirigentes e impedir nuevos y brutales atropellos. 

(1) La Tecl@ Eñe, 30/11/2023. 
(2) Programa Vía Pública Santiago de Chile 18/12/2019. 
(3) “El lado oculto de la Famiglia Macri”. Edit. Ciccus. Jorge Beinstein, Daniel Cieza, 2019.



   

viernes, 26 de mayo de 2023

Cambios en la Iglesia Católica de Argentina. ¿Quién es Jorge García Cuerva? ... @dealgunamaneraok...

 Quién es Jorge García Cuerva, el cura villero que reemplazará al arzobispo Mario Poli… 

Su vínculo con los más desposeídos lo llevaron a formar parte del movimiento de sacerdotes de la Iglesia Católica denominado "curas villeros"

Con 55 años y varias particularidades que lo hacen novedoso, el monseñor Jorge Ignacio García Cuerva fue nombrado por el papa Francisco como nuevo arzobispo de Buenos Aires. Se trata de quien se desempeñó hasta entonces como obispo de Río Gallegos, su ciudad natal, bajo nombramiento del Sumo Pontífice, y será el encargado de suceder a Mario Poli.

© Publicado el 25/05/2026 por el Periódico Digital iProfesional de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Nació el 12 de abril de 1968 y, además de su vocación religiosa, dedicó gran parte de su vida a los estudios: cursó Filosofía y Teología en el seminario de la diócesis de San Isidro y recibió su ordenación sacerdotal el 24 de octubre de 1997.

Es licenciado en Teología con especialización en Historia de la Iglesia y en Derecho Canónico por la Universidad Católica Argentina (UCA). También obtuvo el título de abogado en la Universidad Católica de Salta.

Fue vicario parroquial de Nuestra Señora de la Cava (1997-2005); párroco de Santa Clara de Asís (2005-2014) y de Nuestra Señora de la Cava en Béccar.

Además, estuvo al frente de la vicepresidencia de Cáritas diocesana de San Isidro, se desempeñó como asesor regional de la Pastoral Carcelaria, también fue secretario de la Comisión Episcopal de Pastoral Carcelaria de la Conferencia Episcopal Argentina y capellán de varios centros penitenciarios de la provincia de Buenos Aires. 

El monseñor Jorge Ignacio García Cuerva fue nombrado por el papa Francisco como nuevo arzobispo de Buenos Aires.

Gran parte de su vida, vivió en una casilla en La Cava, un barrio popular de San Isidro. Allí fue primero vicario y luego párroco. 

Su vínculo con los más desposeídos llevaron a "El Gallego" -como le dicen sus amigos- a formar parte del movimiento de sacerdotes de la Iglesia Católica denominado "curas villeros", surgido a fines de la década de 1960. "La parroquia es el barrio. Dios me volvió a sorprender, lo vivo en carne propia. Lo mejor está por venir. Hay mucho por hacer, juntos. Todos juntos", supo expresar García Cuerva. 


Sus vínculos con la política.

De muy buena relación con el ministro de Economía, Sergio Massa, al que conoció en sus épocas al frente de la intendencia de Tigre, el sucesor de Mario Poli deberá instalarse en el arzobispado porteño, ubicado frente a la Plaza de Mayo, en Rivadavia 415, pleno microcentro.

El nuevo arzobispo de Buenos Aires tiene muy buena relación con el ministro de Economía, Sergio Massa. 

En marzo de 2019, el actual titular del Palacio de Hacienda estuvo presente en la asunción del religioso en Río Gallegos, donde fue encumbrado obispo. "Jorge entiende lo que es luchar contra la trata de personas porque lo hizo con nosotros en el conurbano bonaerense. Sabe lo que es pelear contra las adicciones porque trabajamos juntos para dar pelea y sabe lo que es transformar una villa en un barrio", lo supo definir.

El canciller Santiago Cafiero también hizo referencia a quien fue el obispo del Municipio que lo vio nacer y desarrollarse políticamente. El ex jefe de Gabinete reveló que sus primeros pasos en política fueron en La Cava, en un comedor social, a sus 15 años, junto al padre Aníbal Filippini y el padre Jorge García Cuerva.

"Empecé a militar ahí, trabajando socialmente. Esa desigualdad es la que te va convocando. A algunos los destina a tener compromisos distintos. Algunos se vuelcan a la política y otros a tareas sociales exclusivamente, y otros, incluso, al periodismo", indicó.