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martes, 19 de enero de 2021

Dólar, soja y fuga… @dealgunamanera...

 Dólar, soja y fuga… 


 Fotografía: Pablo Anelli

Informe especial: Cómo opera el circuito del contrabando y la simulación de importaciones de la oleaginosa. En 2020 la Argentina perdió 1.900 millones de dólares por el rulo de importar soja para su procesamiento y exportación. Doscientos camiones semanales, sin embargo, llevan previamente los granos desde la Argentina a Paraguay y a Brasil para su reingreso posterior. Las sospechas de la UIF. Por qué no se sostienen los argumentos de productores y exportadores del complejo sojero sobre una maniobra que les reditúa fortunas y al país le provoca una sangría de divisas.  

© Escrito por Rubén Manasés Achdjian (*) y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

“En casa de herrero, cuchillo de palo” es un viejo refrán que alude a la paradoja de un bien que debería abundar en cierto lugar y que, muy por el contrario, escasea. Tal parece ser el caso de la economía argentina, considerada como la tercera productora mundial de porotos de soja pero que aun así debe importar desde terceros países esos mismos porotos que sus tierras producen en abundancia.  

Si esta paradoja ocurriera en nuestra economía solo de manera excepcional -por ejemplo, ante una disminución coyuntural de la producción agrícola por causas estacionales o por emergencias climáticas- o en contextos donde la existencia de importantes stocks de divisas disipara cualquier expectativa devaluatoria, no habría mayor motivo de preocupación. Sin embargo, la economía argentina no transita por ninguna de estas dos situaciones.  

Por el momento, el gobierno logró superar con éxito la tormenta cambiaria que se desató hacia fines de octubre cuando el dólar ilegal, el CCL y MEP iniciaron una escalada que parecía no tener techo. En esos días, los habituales voceros del establishment vaticinaban una inminente y brutal devaluación que, por otra parte, asumían como inevitable. Finalmente, ello felizmente no ocurrió y hoy la situación del mercado de divisas pareciera estar controlada.  

Claro que la estrategia de intervención para tranquilizar al mercado cambiario no fue gratuita y tuvo su trade off: el precio de esta tranquilidad se pagó con reservas del BCRA que, como ya todos sabemos, son escasas. El stock bruto de reservas al cierre de diciembre (39.216 millones de dólares) mostró que, durante la última turbulencia, el Central debió desprenderse de poco más de 2.100 millones en divisas para lograr que volviera cierta calma al mercado.  

Por su parte, el último balance cambiario publicado por la entidad señalaba que, al cierre de noviembre, se registró un nuevo déficit de 753 millones de dólares y que, a esa altura del año, la economía acumuló un “rojo” de 5.795 millones, lo que pone en relieve la clásica evidencia de que la economía argentina consume muchos más dólares que los que logra producir.  

La magnitud de déficit no es grave en sí -hablamos de un punto del PBI- sino que la gravedad que hoy representa se debe al contexto económico en el que tiene lugar. Por ejemplo, durante la gestión del macrismo en el Banco Central (2016-2019) se registró en el balance cambiario un déficit acumulado en cuatro años de 57.983 millones de dólares, a un ritmo promedio de casi 14.500 millones por año que fue cubierto a través de un gigantesco endeudamiento, de mayores liquidaciones de agrodólares y del ingreso masivo de capitales especulativos. Hoy, el actual directorio debe enfrentar una situación menos relevante en términos cuantitativos pero seriamente agravada por el hecho de no poder contar con ninguna de las alternativas mencionadas.  

La soja es hoy el “cuchillo de palo” del sector externo. Según datos del Indec, entre febrero y noviembre de 2020 se importaron poco más de 5 millones de toneladas de porotos de soja por un valor total de 1.900 millones de dólares, una cifra que tampoco sería relevante si no fuera por el contexto crítico que atraviesan las posiciones cambiarias. 

El 92 por ciento de la oleaginosa sin procesar proviene de Paraguay, el resto de Brasil y, en muy menor medida, de Uruguay. ¿Cuál es la razón que justificaría que Argentina les compre porotos de soja a los países vecinos cuando es capaz de producir 50 millones de toneladas al año? Los productores y exportadores del complejo sojero suelen recurrir a los siguientes argumentos.  

En primer lugar, destacan la necesidad del sector aceitero de cumplir en tiempo con sus compromisos de producción. Esto lo lleva a aprovisionarse en otros mercados de suficiente materia prima que ingresa al país en calidad de importaciones temporarias para, luego, procesarlo y exportarlo al mundo bajo la forma de aceite, harinas y pellets. Hasta aquí la respuesta parece más que atendible, si no fuera por algunas otras evidencias que la tornan inconsistente.  

Entre febrero y noviembre, mientras el sector aceitero importaba un promedio mensual de poco más de medio millón de toneladas de soja sin procesar, no se registraban faltantes que justificaran estas compras. Tampoco se interrumpió la exportación, lo que hubiese sido aconsejable para abastecer a la industria local en vez de importar.  

El ejemplo más claro para graficar esta situación tuvo lugar en agosto pasado: mientras los productores informaban la existencia de un stock de 14 millones de toneladas de porotos de soja, las aceiteras importaron 471.400 toneladas. Los agroexportadores, por su parte, declaraban ese mismo mes ventas al exterior por 250.150 toneladas que, de haber permanecido en el mercado local, hubiesen servido para absorber más de la mitad de los suministros externos demandados por las aceiteras. 

Estas operaciones cruzadas y aparentemente descoordinadas tienen, por cierto, nombre y apellido. En agosto, más de la mitad de las exportaciones de soja a granel (132.000 toneladas) fue realizada por la cerealera santafesina Díaz y Forti SA, firma que también exportó en el mismo mes 25.000 toneladas de aceite de soja. Recordemos al lector que hace un mes el BCRA suspendió las operaciones de cambio de Díaz y Forti SA, una módica empresa que creció exponencialmente gracias a vínculos bastante opacos -hoy minuciosamente investigados- con la intervenida aceitera Vicentin.  

Otra razón aducida por el complejo aceitero en favor de la importación es que la soja sin procesar de origen paraguayo posee un mayor contenido en proteínas que la que se cosecha en Argentina. Ello permite un proceso más eficiente de la molienda del poroto y, por ende, una mejor colocación del producto final en los mercados internacionales. Este problema planteado como una falta de aptitud de la naturaleza parecería no tener solución. 

Sin embargo, un estudio producido por Martha Cuniberti y Rosana Herrero, investigadoras del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) muestra que, entre 1997 y 2018, la soja cultivada en la Zona Núcleo (conformada por los principales departamentos agrícolas de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba) perdió 5 puntos porcentuales de valor proteico y que esta pérdida podría haber sido corregida con una adecuada rotación de cultivos y combinando, durante el proceso de industrialización, cantidades adecuadas de soja de 1ª (que tiene mayor contenido de aceite) con soja de 2ª (con mayor contenido proteico). “Estas pérdidas -señala este interesante estudio que el sector sojero parece haber ignorado- se trasladan al productor que recibe un precio menor, a la industria que disminuye su capacidad de molienda y al país por disminución de las primas de harina argentina implicando una caída importante en los ingresos por exportación, como primer exportador mundial de harinas proteicas”. De modo que no se trataría, entonces, de la falta de una aptitud natural de nuestros suelos ya que, luego de leer el informe, queda bien claro que “lo que natura non da, el INTA sí presta”.  

Una tercera respuesta al fenómeno de la importación de soja es la que el propio sector evita comentar. Recientemente, las autoridades policiales y tributarias misioneras detuvieron y decomisaron en la localidad de San Vicente una decena de camiones cargados con soja (aproximadamente 250 toneladas) que se dirigían a Colonia Alicia, en la frontera con Brasil. La fuga de soja argentina desde Misiones al Paraguay y Brasil para eludir el pago de derechos de exportación es una modalidad recurrente del contrabando y, según algunas fuentes, moviliza cerca de 200 camiones semanales que se desplazan desde Chaco, Santa Fe e, incluso, de Buenos Aires hacia la frontera noreste.  

En torno a este problema, el presidente de la Unidad de Información Financiera (UIF), Carlos Cruz, señaló que “cuando los granos no se liquidan oportunamente, no es sólo que quedan en el silo, sino que son objeto de contrabando”. Precisamente, parte de la soja que se fuga por la canaleta del contrabando es la misma que vuelve a ingresar al país bajo la modalidad de importación temporaria para ser procesada en las plantas de molienda locales.  

Es importante recordar, además, que el régimen de importación temporaria permite que el industrial aceitero pueda deducir el valor de la importación de la materia prima de la base imponible sobre la que se aplican los derechos de exportación que debe pagarle al fisco argentino, de modo tal que solo debe abonar el gravamen por el valor agregado del procesamiento industrial. Ahora bien: ¿qué sucede en términos tributarios si una empresa lograra pasar de contrabando soja a granel a través de alguna de nuestras fronteras con destino a una filial o empresa asociada, por ejemplo, en Brasil o Paraguay para, luego, importar legalmente esa misma soja, en carácter temporario, para producir aceite, venderlo al exterior y pagar derechos de exportación solo por la diferencia de precios existentes entre el aceite y la materia prima? La respuesta es bien sencilla. Tan sencilla, que obliga a mencionarla en voz baja.  

En muchos meses consecutivos de esta larga pandemia y sus consecuencias más evidentes (retracción económica, caída de reservas y restricción cambiaria), las miradas del gobierno y de los principales medios estuvieron puestas en el goteo incesante de reservas para satisfacer el deseo de atesoramiento de los pequeños ahorristas, habilitados a comprar de a 200 dólares por mes con el fin de preservar sus ingresos o para obtener una pequeña renta diferencial haciéndolos puré en el mercado ilegal. No intento minimizar este fenómeno sino señalar apenas que, mientras esto ocurría, también sucedían estas otras fugas más relevantes y sofisticadas, sin duda. Fugas sobre las que se habla muy poco y distorsionadas con operaciones mediáticas e infundadas denuncias sobre un supuesto avance del gobierno sobre la propiedad privada. 

Una decidida estrategia de intervención pública en el mercado de granos, que no se agote en su aspecto exclusivamente cambiario y que se proponga coordinar la demanda y la oferta, evitando faltantes para el proceso industrial y, al mismo tiempo, combatiendo el contrabando y otras operaciones más complejas de evasión o elusión impositiva, aconsejan a todas luces que la cuestión un lugar de primer orden en la agenda pública. Sin estridencias ni anuncios oficiales que luego deben ser retrotraídos.  

En nuestra economía el complejo agroexportador en general -y el complejo sojero en particular- es, tradicionalmente, el principal generador de divisas. Es razonable pensar entonces que el control, la regulación y la transparencia en todas estas actividades merecen una acción coordinada y efectiva de numerosas agencias gubernamentales, y no solo de la cartera económica o del Banco Central de manera aislada.  

Por lo pronto, el esfuerzo público por frenar el drenaje de más de 1.900 millones de dólares anuales que van a parar a otras economías en vez de reinvertirse en el país bien vale la pena.  

(*) Politólogo (UBA). Director de la consultora Tramas & Tendencias.  

CLAVES: contrabando dólares 

* El 92 por ciento de la soja sin procesar proviene de Paraguay, el resto de Brasil y, en muy menor medida, de Uruguay. 

*  La fuga de soja para eludir el pago de derechos de exportación es una modalidad recurrente del contrabando. 

* En agosto, más de la mitad de las exportaciones de soja a granel fue realizada por la santafesina Díaz y Forti SA, vinculada a la intervenida Vicentin. 

* El control, la regulación y la transparencia del complejo sojero merece una acción coordinada de las agencias gubernamentales.




sábado, 25 de julio de 2020

La Armada Argentina y el Municipio de Campana llevan a cabo un operativo de asistencia a familias isleñas... @dealgunamanera...

La Armada Argentina y el Municipio de Campana llevan a cabo un operativo de asistencia a familias isleñas.

A.R.A. KING (P-21) en el puerto de la Ciudad de Campana, Provincia de Buenos Aires.


Unidades de la Escuadrilla de Ríos y del Batallón de Infantería de Marina N°3 acercan alimentos y elementos de limpieza a los habitantes de las islas del delta campanense.

© Publicado el viernes 24/07/2020 por el Periódico Digital Gaceta Marinera de la Ciudad de Punta Alta, Provincia de Buenos Aires, República de los Argentinos.

En el marco de la emergencia sanitaria por la propagación del COVID-19, en un operativo conjunto llevado a cabo por la Armada Argentina y la Municipalidad de Campana, se están entregando alimentos, productos de limpieza, pañales, ropa y medicamentos a 60 familias habitantes de las islas del delta campanense.

Además, enfermeras de la Secretaría de Salud local realizan controles médicos y se entregan pastillas potabilizadoras aportadas por la Dirección General de Islas.

Luego del arribo del patrullero A.R.A. King (P-21) y la lancha patrullera A.R.A. Río Santiago (P-66) al muelle provincial de Campana, comenzó ayer el embarco de los elementos que están siendo distribuidos. Participó del mismo personal de la Municipalidad y de Defensa Civil.

Allí, el A.R.A. King (P-21) fue visitado por el intendente Sebastián Abella, junto al secretario de Desarrollo Económico, Sergio Roses, quienes fueron recibidos por el Comandante de Escuadrilla de Ríos, Capitán de Fragata Ariel Gómez Mombello. El mandatario municipal declaró que “este operativo es sumamente importante porque se desarrolla de manera integral, con la participación de distintas áreas municipales, e implica una logística que solo es posible con el apoyo que nos brinda la Armada Argentina”.

En el día de hoy se sumaron también otras dos unidades de la Escuadrilla de Ríos, los multipropósito A.R.A. Zárate (Q-61) y A.R.A. Ciudad de Rosario (Q-62), provenientes de Rosario, donde estaban participando de las acciones para sofocar los incendios forestales que afectaban la zona.

Los buques de la Escuadrilla de Ríos trasladan los elementos al área de las islas y, una vez allí, medios de la Compañía de Embarcaciones Menores del Batallón de Infantería de Marina N°3 se adentran en los canales para acercar los alimentos a las familias.

El operativo, además, cuenta con la participación de Prefectura Naval Argentina, INTA, Parques Nacionales y Cruz Roja, y la colaboración de la empresa DEPSA. “Es un operativo inédito que podemos concretar gracias a la oportunidad que nos brinda la Armada Argentina de llegar a lugares que habitualmente no podemos por deficiencia de equipamiento. Es una oportunidad que queremos aprovechar muy bien”, concluyeron los participantes.






lunes, 15 de enero de 2018

Macri: “Prácticamente duplicamos el presupuesto del Ministerio de Ciencia y Tecnología”... @dealgunamanera...

Macri: “Prácticamente duplicamos el presupuesto del Ministerio de Ciencia y Tecnología”...

Presidente Mauricio Macri.

El presupuesto de la cartera que dirige Lino Barañao aumentó su participación en el total del gasto estatal y sus fondos subieron nominalmente casi 100% en lo que va de la gestión de Cambiemos. Sin embargo, si se cuenta la inflación de ese período, la ejecución real aumentó entre un 1 y un 10 por ciento.

© Escrito por Martín Slipczuk y Miguel Szejnblum el viernes 12/01/2018 y publicado por el sitio Chequead0.com



El presidente de la Nación, Mauricio Macri, brindó un discurso durante la ceremonia de los premios Houssay, que entrega galardones y homenajea a investigadores y científicos de nuestro país. Luego de referirse a la importancia de la Ciencia y Tecnología para el desarrollo del país, el Presidente remarcó que “prácticamente se duplicó el presupuesto del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva”.

Según los datos de la plataforma “Presupuesto Abierto” elaborados por el Ministerio de Hacienda de la Nación, para el 2016 (último presupuesto aprobado en la gestión de Cristina Fernández de Kirchner) la cartera que lidera Lino Barañao tenía un presupuesto de casi $10 mil millones, mientras que el último presupuesto 2018 le otorga $19 mil millones a dicho ministerio. Así, en los dos años de gestión de Cambiemos el Ministerio de Ciencia tuvo un aumento nominal del 94%, cercano al 100% marcado por Macri.

De todas maneras, el presupuesto de un ministerio puede sufrir cambios en el año, ya sea porque se le aumenten los fondos o se los disminuyan. Si se consideran los fondos efectivamente ejecutados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, a la última semana de diciembre de 2017 estos alcanzaron los $16 mil millones, mientras que en 2015 -último año del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner- ese monto habían sido de $9 mil millones. Se trata de un aumento del 80%, también cercano al mencionado por Macri.

Sin embargo, estos datos de ejecución presupuestaria no tienen en cuenta la inflación que hubo durante los dos últimos años. Al incluir la evolución de los precios, los gastos ejecutados del ministerio que lidera Lino Barañao crecieron aproximadamente un 1% entre 2015 y 2017, tomando el IPC realizado por la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires. Si se toma el otro índice de inflación que fue considerado oficial durante la “emergencia estadística” del INDEC, como es el IPC de San Luis, el aumento es cercano al 10%, lejos de duplicarse como sostuvo el Presidente.

La gran mayoría de los gastos de este ministerio se destinan a dos grandes organismos: por un lado, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), encargado de promover la ciencia y el desarrollo tecnológico en el país, y en menor medida a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), responsable de los proyectos espaciales.

“De cualquier forma, para entender cuántos recursos destinó el Estado a la Ciencia en general, es preferible analizar la función ‘Ciencia y Técnica’ que no sólo incluye los montos que van hacia el Ministerio sino también incorpora a otros organismos que nuclean a gran parte de los investigadores del país, como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el de Tecnología Industrial (INTI) o a las universidades”, explicó a Chequeado Fernando Peirano, investigador de la Universidad Nacional de Quilmes y ex subsecretario de Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio entre 2011 y 2015.

Si se analiza la evolución en términos reales de la función “Ciencia y Técnica”, se observa un declive presupuestario durante los dos años de la Presidencia de Macri: entre 2015 y 2017 la ejecución real de esta función (o sea, teniendo en cuenta la inflación) cayó entre un 18% y 10%, según el IPC CABA o el de San Luis, respectivamente. Una fuente alternativa, como es el IPC 9 Provincias -que calcula el Centro CIFRA de la CTA- arroja una caída del 16 por ciento.

“De cualquier manera, generalmente se termina incrementando el presupuesto inicial”, recordó Pablo Kreimer, investigador principal del Conicet. En 2017, el presupuesto se reforzó a lo largo del año en más de $3,5 mil millones, mientras que en 2016 se incrementó en casi $5 mil millones. “Esto es algo que también podría ocurrir en 2018 o no”, concluyó.

Si se toman los números del presupuesto 2018 y se los compara con el presupuesto inicial para 2017, los fondos iniciales para el Ministerio de Ciencia y Tecnología crecerán un 38%, por encima del aumento del total del gasto (18%) y de la meta inflacionaria que propuso el Gobierno del 15% para el 2018. Lo contrario sucede con la función de “Ciencia y Técnica”, cuyos fondos inciales aumentarán un 12%, por debajo de la suba del gasto total y de la inflación esperada.

Finalmente, si se tiene en cuenta relación del gasto ejecutado relacionado con la Ciencia en relación con el gasto total estatal o el tamaño de la economía -PBI-, la relación mejoró bajo la gestión de Cambiemos si se tiene en cuenta el Ministerio de Ciencia y Tecnología, aunque empeoró si se tiene en cuenta la función “Ciencia y Técnica”. Igualmente, en ningún caso duplicó su participación como marcó el Presidente.

Este chequeo surgió de un pedido de nuestros lectores en WhatsApp. Contactanos en el (011) 3679-0690.