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domingo, 22 de diciembre de 2024

La cuarta experiencia histórica del neoliberalismo financiero… @dealgunamanera...

La cuarta experiencia histórica del neoliberalismo financiero…

Tasa de rentabilidad en dólares. Infografía: GP

© Escrito por Santiago Fraschina (*) el domingo 22/12/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Argentina transita por un período de exaltación en el mercado financiero por el rally en los precios de bonos y acciones de los últimos meses. Desvinculado de la economía real y la malaria socioeconómica, este sector registra ganancias extraordinarias por un modelo económico dispuesto para valorizar el capital en dólares a corto plazo. Javier Milei y Luis Caputo creen haber descubierto un método infalible para generar una narrativa de éxito, favorecer a su base de sustentación y, a su vez, comprar tiempo. Sin embargo, el programa de Gobierno tiene bases endebles y depende crucialmente de la confianza del mercado, que es siempre una variable gelatinosa.  

La devaluación inicial del peso fue de una magnitud excesiva. Eso aceleró dramáticamente la dinámica de precios, hasta alcanzar un 51% de inflación en el primer cuatrimestre de este año. A partir de entonces, Caputo implementó un programa más pragmático que se alejó de los dogmas del paradigma “liberal libertario”. Aplicó un ajuste tradicional puro y duro. Se centró en una contracción fiscal y monetaria muy severa, tanto ajustando el gasto como haciendo uso de la “licuadora” sobre las partidas presupuestarias. Mantuvo cepos y todo tipo de intervenciones para generar un ancla cambiaria. De su fracaso previo en 2018 Caputo al menos comprendió que “las fuerzas del mercado” se lo pueden llevar puesto si abre de par en par la economía. Por esto, planchar ficticiamente al dólar hoy sigue siendo el eje de su política anti inflacionaria.  

¿Cómo funciona el “carry trade” que hoy es la columna vertebral del modelo macro? Se diseña un esquema basado en garantizar una tasa de interés en pesos por encima de la tasa de devaluación. De esa forma, se alinean los incentivos para que los grandes jugadores del “mercado” se posicionen en activos en pesos, a sabiendas de que su inversión va a crecer valuada en dólares. ¿Qué permite que los “pedaleros” nunca pierdan? El virtual seguro que garantiza el Banco Central a través de la fijación del tipo de cambio. Un simple cálculo matemático marca que la ganancia financiera por la bicicleta acumula 41,6% en el año. Son rentabilidades que no se obtienen en ningún país del mundo en tan corto período de tiempo. Constituye, por tanto, un caramelo muy tentador para los grandes jugadores del mercado, que conocen muy bien este mecanismo y siempre cuentan con información privilegiada para salir más rápido, en caso de eventuales turbulencias. Tal es la sofisticación del dispositivo de valorización financiera, que en los últimos meses empezó a tener lugar el mecanismo que se conoce como “carry exportador”. Se conoce de esta forma al cambio de temporalidad en el comercio exterior con el propósito de aprovechar el diferencial entre tasa de interés y ritmo de devaluación. Así, los exportadores anticipan sus operaciones futuras de ventas fronteras afuera, cambian esos dólares por pesos y ponen “a trabajar” esa liquidez a tasa de interés. Claro que los importadores también se suben a esta bicicleta. En ese caso se retrasan lo más posible los pagos al exterior, mientras se valorizan los pesos montados sobre la tasa de interés. En el corto plazo ambos efectos son positivos para la posición de reservas: se anticipa el ingreso de dólares y se retrasan las erogaciones. Claro que es solo pan para hoy y hambre para mañana. Cuando la bicicleta empieza a mostrar las primeras señales de desgaste, este flujo se da vuelta y corre a presionar sobre la posición de reservas internacionales del Banco Central.  


Los riesgos del esquema de valorización financiera son múltiples. Al igual que un esquema Ponzi, su sostenibilidad depende de la confianza en el funcionamiento del sistema. Cuando todo va para arriba y las ganancias no dejan de crecer, cada vez más participantes se acercan. A medida que el jugo del modelo se va exprimiendo, el margen de rentabilidad se acota. Los últimos que ingresan solo terminan pagando cara la salida de los ganadores. Mientras el financiamiento de capital está presente cubriendo ese bache, las señales de alarma no se encienden y la fiesta continúa. Pero las experiencias previas en los otros tres ciclos liberales marcan que el flujo de dólares “golondrina” no es infinito. Conforme los grandes fondos de inversión internacionales comienzan a desarrollar un proceso de toma de ganancia, las piezas caen como un dominó: el riesgo país rebota, la tasa de interés vuelve a aumentar y resurgen las presiones devaluatorias.  

En el plano productivo, los resultados son aún más aciagos. La actividad económica sufre las consecuencias de un modelo de ajuste brutal, sin ningún tipo de contemplación sobre la salud de las empresas ni el empleo local. El PBI, como medida sintética del ingreso nacional, va a caer más de 3% este año. Esto se da a pesar del agro, que crece en contraste a un año de sequía dramática por mero rebote estadístico. Neteando este efecto, el PBI caería más de 6% en 2024. Una recesión de magnitud no muy lejana al desastre de la pandemia o la crisis del 2001. En el detalle, todos los sectores mano obra intensivos presentan resultados peores al promedio. La industria y la construcción marcan los peores registros, con mermas que superan los dos dígitos. El comercio interno tampoco se destaca, con salarios famélicos y cada vez más competencia importadora. Cuesta ver cuáles serán los motores de la recuperación de cara al 2025. La economía argentina es muy dependiente del consumo privado, sobre el cual no se espera una recuperación firme dada la continuidad del programa de austeridad.  

Para que Argentina crezca con bases sólidas se necesita un programa radicalmente opuesto al que propone Milei. Un modelo que ponga el foco en el mercado interno, fortalezca ingresos y promueva una mejor distribución del ingreso. Con los mismos artífices que ya chocaron la economía hace solo cinco años es difícil que se puedan encontrar soluciones superadoras.  

(*) Director de la carrera de Economía y de la especialización en Estructura Económica Argentina de la Universidad Nacional de Avellaneda.



domingo, 24 de noviembre de 2024

Riesgosa apuesta a tomar más deuda... @dealgunamanera...

Riesgosa apuesta a tomar más deuda...​​​​​​​

FMI. El ministro Luis Caputo con Kristalina Georgieva, directora del organismo: en busca de un nuevo acuerdo. Fotografía: argentina.gob.ar


Al Gobierno nacional le bastan, tal parece, algunos datos aislados para afirmar que la recuperación productiva es un hecho. El Estimador Mensual de Actividad (EMAE) que publica el INDEC no respalda ese optimismo. Al contrario, el indicador mostró para septiembre una caída interanual del 3,3%, mientras el retroceso frente al mes anterior fue de 0,3%.  
 

© Escrito por Carlos Heller el sábado 23/11/2024 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Lo que puede verse es una gran disparidad entre sectores, con once de ellos por debajo de los niveles de un año atrás. Por ejemplo, Industria manufacturera (-6,2%), Construcción (-16,6%) y Comercio mayorista y minorista (-8,3%).

El propio INDEC admite la relevancia de estos tres rubros, al punto que sus caídas le restan 2,7 puntos porcentuales a la variación interanual del Estimador de Actividad.

Desde luego, el resultado general no es peor debido a la buena  performance de cuatro sectores, entre ellos, particularmente Explotación de minas y canteras (que incluye combustibles, +7,6%) y Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (+3,1%). Es decir, ganadores ligados al sector primario (beneficiado por el mejor clima respecto al ciclo anterior) y al extractivismo.

Entre otras afirmaciones y sin datos que lo corroboren, el presidente Javier Milei dijo en una entrevista reciente: «No sufrimos en actividad ni empleo, los salarios básicos reales están encima que cuando asumimos».

De nuevo, las estadísticas del propio Gobierno y del INDEC refutan estas declaraciones. Hasta septiembre, los salarios registrados reales estaban un 6,8% debajo del valor que tenían en noviembre de 2023 y los del sector público perdían un 16,1%. Solo algunos trabajadores registrados, con convenio, le empatan a la inflación en los últimos meses, pero nadie les devuelve lo que perdieron desde diciembre.

El impacto de la recesión puede observarse, por ejemplo, en el proyecto de presupuesto nacional, que estima para este año una caída del PBI del 3,8%. El INDEC, por su parte, muestra que la tasa de desocupación aumentó del 6,2% en el segundo trimestre de 2023 al 7,6% en el mismo período de 2024. 

Lo cierto es que el Gobierno ratifica su rumbo, más allá de las verdaderas consecuencias en términos productivos o sociales. En ese sentido, sostiene que la meta de déficit fiscal cero no se negocia. El gran problema de estas políticas es que el sacrificio termina siendo en vano, porque en vez de cumplir el objetivo propuesto, terminan por agravarlo. 

La experiencia indica que cuanto más se achica el gasto público para cumplir el equilibrio entre ingresos y egresos del Estado, hay menos actividad, menos recaudación y vuelve a aparecer el déficit.

Recesión. El comercio registró una caída del 8,3% en septiembre de este año comparando con 2023. Fotografía: Jorge Aloy.

El paso siguiente. 

Por el momento, en la Casa Rosada plantean que a las bajas del gasto, los subsidios, los pasivos del Banco Central, la emisión monetaria y la brecha cambiaria (todo eso que llaman la normalización de la economía, obviando la fuerte caída que experimentan la producción y el consumo), le seguirá la posibilidad de refinanciar deuda con bonistas privados que comienza a vencer a partir de 2025.

Por otra parte, el Gobierno anunció que está tomando nuevas deudas con organismos multilaterales. El miércoles pasado, el Banco Interamericano de Desarrollo anunció un préstamo por 2.000 millones de dólares, al día siguiente el Banco Mundial sumó otros 1.000 millones. También se hizo público que se busca un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que según las expectativas oficiales debería incluir el aporte de fondos frescos.

Para el sector privado, en tanto, se procura facilitar ese proceso mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia 846/24, de septiembre pasado, que permite que se puedan canjear instrumentos de deuda en pesos por otros en moneda extranjera, o viceversa. 

¿Cuál sería el beneficio de canjear deuda en pesos por nuevos instrumentos en moneda extranjera? ¿O la urgencia para que una decisión tan importante, con canjes «a precios de mercado», no pase por el Congreso? Teniendo en cuenta, además, que se elimina la condición de que se obtenga la mejora de al menos dos de tres variables: tasa, plazo o monto. 

Ante esta especie de anormalidad institucional severa, legisladores y legisladoras de varios bloques políticos logramos que la presidencia de la Cámara de Diputados convoque a una sesión especial que tendrá lugar el próximo martes 26 con el objetivo de rechazar. 

Está claro que el mayor endeudamiento no es una solución, es un verdadero problema. En rigor, los mejores momentos de la Argentina fueron cuando le pagamos al FMI y nos libramos de su tutela, no cuando nos dieron 45.000 millones de dólares, ese fue el peor momento. 

Por eso, se deberían ir construyendo coincidencias en el plano legislativo para formar los consensos necesarios e ir poniendo frenos a los intentos del Poder Ejecutivo de obviar los procesos parlamentarios necesarios.  

El Congreso Nacional es un ámbito privilegiado para ir tejiendo esos consensos, buscando las coincidencias entre aquellos que tenemos la voluntad de poner límites a la avanzada neoliberal o anarco capitalista, como se la quiera definir.

domingo, 9 de octubre de 2022

Debatir el Presupuesto… @dealgunamaneraok...

 Debatir el Presupuesto


Durante la semana se inició el debate sobre el proyecto de Presupuesto 2023 en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados de la Nación con la presentación realizada por el ministro de Economía, Sergio Massa, y los secretarios de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, de Hacienda, Raúl Rigo, y de Finanzas, Eduardo Setti.
 

Escrito por Carlos Heller (*) el sábado 1º/10/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


 

Fue el paso inicial de una larga lista de ministros, secretarios y funcionarios de distintas áreas que pasarán por el Congreso y a quienes los diputados y las diputadas podrán hacer sus preguntas para aclarar o ampliar sus informes. Hacia mediados de octubre vamos a intentar generar dictamen para después poder llevar el tema al recinto. 

En su presentación, el ministro de Economía hizo un llamado a todos los bloques de la Cámara de Diputados a “trabajar juntos en un acuerdo político” para conseguir la aprobación del Presupuesto 2023. Agregó que “si de alguna manera una contribución podemos hacer para mejorar la calidad democrática, la convivencia democrática y el trabajo de cara a la sociedad argentina es sin dudas buscar mecanismos de acuerdo más allá de nuestras diferencias, de las distintas visiones de país reflejadas en el Congreso”. 

También enumeró los datos centrales del proyecto, que contempla un gasto total de casi 29 billones de pesos, un crecimiento del PBI del 2%, una inflación promedio del 60%, y reducir el déficit fiscal primario del 2,5 al 1,9%. Esta disminución se basará en un incremento proyectado de los ingresos del 77,8%, mientras que el gasto (corriente y de capital) subirá algo menos (71,2%). Lo importante es que este sendero se conseguirá de forma virtuosa, con ambos rubros creciendo por encima de la inflación. 

Por otra parte, el ministro se refirió a las versiones sobre recortes en el Presupuesto de este año, por ejemplo, en el programa Conectar Igualdad, para el que se anunciaron 121 mil millones de pesos destinados a la adquisición y distribución de un millón de computadoras y la extensión de la conectividad y piso tecnológico en el 90% de los establecimientos educativos del país para el 2023. En ese marco sostuvo que “recorte no es lo mismo que diferimiento” y señaló que la diferencia en los montos ocurrió por el atraso de una de las licitaciones que estaba contemplada para mayo y fue demorada a noviembre. 

Nuestra tarea, durante el tiempo que dure el debate, consistirá en explicar y tratar de construir una mayoría y, por supuesto, ello incluirá numerosas negociaciones. En ese marco, aparece la diversidad de intereses propios de un país. Por ejemplo, suelen irrumpir las conveniencias regionales o sectoriales que generan criterios propios más allá de los alineamientos partidarios. 

Tal como fue enviado, el proyecto de Presupuesto 2023 plantea, entre muchas otras cosas, “propender a la estabilidad macroeconómica”, juntamente con la recomposición del “poder adquisitivo de los ingresos” y el “fortalecimiento del mercado interno”. 

Además propone “profundizar la política industrial y científico-tecnológica para estimular la inversión privada, generar más y mejor empleo y fortalecer el sector externo, por la vía del aumento de las exportaciones de bienes y servicios”. 

Por otro lado, ya se conocen los primeros resultados del Programa de Incremento Exportador que fue bautizado por algunos medios como “dólar soja”. ¿Cuál ha sido el balance? A mediados de semana ya se llevaban liquidados más de 6.500 millones de dólares. Por lo cual, antes de que termine su período de aplicación ya se han superado los objetivos de la iniciativa. El Ministerio de Economía aseguró que “es la mayor liquidación de divisas de los últimos diez años”. 

El Banco Central, en el marco de la implementación de esta medida, decidió que los agentes económicos (exceptuadas las personas humanas) que hayan vendido soja favoreciéndose con este programa no podrán acceder al mercado de cambio ni realizar operaciones con títulos y valores con liquidaciones de moneda extranjera. 

Las próximas semanas serán de intenso debate parlamentario para dotar al Gobierno de un Presupuesto con el cual poder seguir avanzando en su modelo de crecimiento con distribución e inclusión. 

* Diputado nacional por el Frente de Todos y presidente del Partido Solidario.



   

 

jueves, 18 de julio de 2019

Economía Argentina: deuda externa y fuga de capitales… @dealgunamanera...

Economía Argentina: deuda externa y fuga de capitales…
Dólares. Fotografía: Nikolay Frolochkin en Pixabay.

Los capitales argentinos fugados o en cajas fuertes ascienden los 300 mil millones de dólares, aproximadamente el monto que le debe al FMI.

© Escrito por el Diputado Nacional Eduardo Conesa el jueves 18/07/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Desde fines del decenio de los setentas del siglo XX nuestro país cayó en la trampa de contratar enormes deudas públicas externas que han servido para financiar la fuga de capitales arruinar la mecánica del desarrollo económico argentino. La trampa comienza de la siguiente manera: el gobierno nacional emite bonos en los mercados internacionales de capital con el asesoramiento de diferentes bancos de inversión como Credit Suisse First Boston, JPMorgan, Goldman and Sachs, etc, etc. La selección de estos bancos varía según las preferencias de los ministros de economía. Estos bancos cobran jugosas comisiones para colocar dichos bonos en los mercados internacionales de capital y son seleccionados a dedo, sin licitación pública.

Luego las deudas así contratadas sirven para enjugar déficit fiscales de los distintos gobiernos ineptos que supimos conseguir. Pero el exceso de oferta de dólares artificiales, provenientes de la deuda externa en el mercado local de cambios, sirve también al propósito no querido de sobrevaluar nuestra moneda y abaratar el dólar. En efecto, al ofrecer los dólares en el mercado de cambios para hacerse de pesos y poder así enjugar los déficit fiscales en pesos, nuestros gobiernos, sin querer, rebajan artificialmente el valor del dólar en nuestro mercado de cambios, y de esta manera alientan la compra de dólares por parte del sector privado argentino, que no es tonto, y compra lo que está barato. Estos dólares se envían al exterior, o se guardan en cajas fuertes, o en el colchón. Por eso es que los capitales argentinos fugados al exterior, o en las cajas fuertes del país, alcanzan a más de 300 mil millones de dólares, suma que es aproximadamente equivalente al monto de la deuda externa argentina.


Pero además, el dólar barato desalienta las exportaciones e impulsa las importaciones provocando así fuertes déficit en nuestra balanza de pagos con el exterior. Estos déficits de balanza de pagos requieren, para ser enjugados, más endeudamiento externo todavía y así caemos en la trampa de una deuda externa inmensa e impagable que nos trae toda clase de conflictos, tales como los juicios que incorporaron contra nuestro país los fondos buitres de Nueva York.

Peor aún: para los países en desarrollo, un motor esencial del crecimiento económico necesario para salir de la pobreza es el aumento sostenido de las exportaciones. Pero si éstas se desalientan por el dólar barato, no hay desarrollo económico ni mejoramiento del nivel de vida popular. 

Pero además, cuando el dólar está barato, las tasas de interés en el mercado interno de capitales se tornan altísimas. Se trata de una conocida e inexorable ley de la economía política. Por ejemplo, en estos días las tasas de las Lelics del Banco Central rinden un interés del 59% anual y las PYMES pagan más del 80% de interés por el crédito bancario, todo ello contra una tasa de inflación prevista del 30%. A su vez, las altas tasas de interés reales desalientan la inversión, provocan quiebras de empresas y retroceso de nuestra economía. Consecuentemente, en el primer trimestre del año en curso, el PBI cayó en un 5,8% y la tasa de inversión en nuestro país no llegó al 15%, la más baja de América Latina. Y por ello también la desocupación superó el 10%.


Las enormes y frecuentes variaciones en el tipo de cambio real y en la tasa de interés real han transformado a la economía argentina en un casino. Al respecto es bueno recordar que Keynes afirmaba que lo peor que se puede hacer con la economía de un país es transformarla en un casino. Un casino es la economía argentina desde hace 70 años. Por esta razón no crecemos

Por el contrario, toda buena política de desarrollo económico debe mantener constante el tipo de cambio real a un nivel competitivo mediante la indexación del tipo de cambio con el índice de precios al consumidor. Por otra parte, la tasa de interés debe mantenerse baja en términos reales para alentar la inversión. La recomendación de indexar el tipo de cambio con el índice de precios al consumidor es especialmente válida para la Argentina, si pretendemos integrarla a Europa, a  América y al Asia, como añora el Presidente Macri. La indexación del tipo de cambio fue precisamente la gran recomendación de Bela Balassa para los países en desarrollo que sufrían procesos inflacionarios. Cabe recordar que este economista fue quizá el más importante experto en integración económica de finales del siglo XX.

Algunos temen que la indexación formal del tipo de cambio y de los ahorros que propiciamos acelere la inflación, pero se equivocan pues desde hace ya 70 años, la economía argentina está indexada, pero desordenada e irracionalmente. Milton Friedman, el reconocido premio Nobel, afirmaba que lo peor de la inflación es la distorsión de los precios relativos que ella provoca, pero que una inflación pareja y previsible es inocua. Sostenemos que el ataque a la inflación debe hacerse mediante el superávit fiscal y el aumento del ahorro privado, inducido precisamente por la indexación de los depósitos bancarios a plazo fijo en pesos. Nunca por la vía de retrasar el tipo de cambio.


Por el contrario, en nuestro país se puso de moda la falsa teoría que sostiene que el dólar barato mejora el nivel de vida de la población y permite ganar las elecciones. Esta trampa puede llevarse a cabo en el muy corto plazo con grandes riesgos y a costa de la fuga de capitales y del verdadero crecimiento de largo plazo. Desde 2007 a 2015 la ex Presidenta Cristina Kirchner ensayó esta falsa teoría con falsos índices, controles de cambio y cepos, y el casino fracasó.

Lamentablemente, el actual ministro de economía, Nicolás Dujovne, adoptó la misma falsa teoría como estrategia nacional, pero por la vía del endeudamiento externo, sin cepos. Su predilección por el endeudamiento puede apreciarse leyendo sus artículos periodísticos publicados en el diario La Nación, en 2016.

Lamentablemente, Dujovne embaucó al Presidente Macri con su falsa teoría. Al ponerla en práctica, el ministro, terminó agotando la capacidad de endeudamiento del país hacia abril de 2018. Luego consiguió el salvavidas del Fondo Monetario Internacional, prestamista de última instancia, con cuya ayuda logró sobrevaluar y estabilizar momentáneamente el tipo de cambio a 43 pesos por dólar, con tasas de interés por las nubes y más casino. La dificultad vendrá después, cuando haya que repagar toda esa deuda externa inútil e innecesaria


martes, 5 de marzo de 2019

Anestesia o muerte, el dilema de la política económica de Cambiemos... @dealgunamanera...

Anestesia o muerte: el dilema de la política económica de Cambiemos…


Ante la suba de la inflación, el Banco Central endureció su meta monetaria y calmó el dólar, a costa de prolongar la recesión.

© Escrito poAlejandro Rebossio el lunes 04/03/2019 y publicado por la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A la directora ejecutiva de la consultora Eco Go, Marina Dal Poggetto, le sucedió como Walter, aquel personaje de la publicidad de Telefónica que llegaba de los 80 al año 2000 y no entendía los cambios. Dal Poggetto, una de las economistas más pesimistas sobre la actividad y la inflación para 2019, se fue de vacaciones el 28 de diciembre pasado con un riesgo país por encima de los 800 puntos básicos, que reflejaba un escenario turbulento, y volvió a mediados de enero, cuando bajaba de los 700. Incluso a principios de febrero llegó a 630, mientras el dólar entonces estabilizado permitía que la tasa de interés de referencia bajara del 73% en octubre al 43%.

“Ya está bajando la inflación y lentamente va a mejorar la economía”, proclamó el presidente Mauricio Macri el 13 de febrero. “Hoy es el momento para volver a poner el foco en el desafío del crecimiento”, amaneció al día siguiente el jefe de Estado anunciando beneficios en grageas para ciertas exportaciones del interior. Pero a la tarde pasaron cosas: el INDEC anunció que la inflación de enero fue más alta que la prevista, del 2,9%, y que la interanual se acercaba al 50%. 

Algunos economistas comenzaron a predecir un febrero y un marzo peores en términos de precios y un 2019 con un índice más cerca del 35% que del 30%. A partir de entonces, el dólar comenzó a resucitar, el riesgo país traspasó otra vez los 700 puntos y el presidente del Central, Guido Sandleris, endureció la meta de la base monetaria, con lo que el mercado le exigió una tasa del 49%. Dal Poggetto observó que la realidad volvía a acomodarse.


“En enero, la Reserva Federal (Banco Central de EE.UU.) anunció que subiría más lentamente la tasa y vinieron fondos para los mercados emergentes, incluida la Argentina”, explica la economista.

“Se alineaban los planetas. El viento de cola internacional mataba la incertidumbre electoral. Ahora no cambió el viento de afuera, pero volvió a aparecer la economía real y empezaron a subir el dólar y la tasa”, completa la directora ejecutiva de Eco Go.

Dilema. Y es así como la política económica de Cambiemos vuelve a enfrentarse al dilema de sedación o muerte súbita. Esta última es la devaluación descontrolada del peso, que encendería más la inflación y hundiría aún más la actividad económica. Sería como lo que sufrió la Argentina en abril y septiembre de 2018. Macri quiere evitar ese escenario a toda costa en el año en que buscará la reelección, sin la economía como emblema, pero al menos sin caos. Por eso prefiere la sedación, los cuidados paliativos.

Es decir, el endurecimiento de la meta monetaria, que eleva la tasa de interés, calmar el dólar y la inflación, aun a costa de prolongar la recesion. Mientras, se suceden noticias de despidos, convocatorias de acreedores y cierres (ver recuadro).

En la autoridad monetaria no ven aquel dilema: “Nuestra meta es ser estrictos en la base monetaria para atacar la inflación de base, y reaccionamos tras el inesperado dato de enero. No intervenimos con el dólar mientras esté en la zona de no intervención (entre $ 38 y 49). Y el endurecimiento de la meta tiene un impacto hasta ahí en la actividad, en un país con poco crédito. Afecta más a las colocaciones financieras”.


“Sin el acuerdo de septiembre con el FMI hoy el derrape de la actividad sería más grande y habría más inflacion”, reconoce Dal Poggetto. “Ese acuerdo te alejó del precipicio, que contagiaba a bancos y la deuda. Pero tenés una recesión muy pronunciada y en poco tiempo, lo que se ve en mercado de trabajo, y tenés una inflación alta.

La pregunta es si la economía pegará la vuelta, pero es difícil con las elecciones por delante. No tenés ‘drivers’ (impulsores) de crecimiento: la política fiscal y la monetaria son contractivas, sólo tira para adelante la cosecha y la intención del Gobierno de que los salarios le ganen un poco a la inflación, pero esto lleva a que empresas despidan gente”, advierte la economista, que igualmente valora algunos logros, como la reducción de la deuda pública en manos privadas (reemplazada por la del FMI), la mejora del balance del Central por la licuación de sus pasivos ante la devaluación y la reducción de los desequilibrios fiscal y de divisas.

A Rodrigo Álvarez, CEO de la consultora Analytica, no le sorprendió la alta inflación de enero: “La baja no iba a ser automática, sumado a los aumentos de tarifas de este año”. “La recesión es muy fuerte, lo que te genera una caída muy grande en la demanda de dinero. La gente sólo quería pesos en enero y a principios de febrero por especulación, porque mejoró el humor hacia los mercados emergentes, pero en la Argentina este componente es muy volátil y, cuando cambió la percepción por un elemento que preocupa, cambió la demanda y el Central sobrerreacionó con lógica para evitar otro cimbronazo como los de 2018, no lo puede permitir.

La contracara es la falta de financiamiento por el costo de fondeo altísimo, lo que trae muchas complicaciones para las empresas. Acá se va a discutir el empleo. No veo que vaya a mejorar el salario, al contrario, y eso te contrae más el consumo.

El Gobierno no tiene activos económicos para poner sobre la mesa, más que la estabilidad cambiaria, que puede atender la aspiración de la clase media de ganar más en dólares.

Terminás haciendo lo que el FMI te deja”, analiza Álvarez. Sólo ve brotes verdes en el agro y la construcción privada de quienes tenían dólares y vieron abaratados los costos, mientras prevé que en el segundo semestre los jubilados le ganarán a la inflación. Claro que lo harán después de haber perdido en 2018, de que a unos les quiten el reintegro del IVA y a otros les impongan el impuesto a las ganancias.






viernes, 8 de diciembre de 2017

Lluvia de dólares, atraso cambiario y shock a jubilados… @dealgunamanera...

Lluvia de dólares, atraso cambiario y shock a jubilados…

El atraso cambiario favorece a la desaceleración de la inflación pero afecta la competitividad de la producción nacional (Adrián Escandar)

Si a fin de año el tipo de cambio cotiza a $17,80 tal como indica el REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado) del Banco Central, la divisa habrá aumentado en 2017 exactamente 10%. Eso es bastante menos de la mitad que la inflación anual.

© Escrito por Marcelo Zlotogwiazda el viernes 08/12/2017 y publicado por el Diario Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Cuando hace unos días le preguntaron su opinión sobre el tema Nicolás Dujovne dijo que "el tipo de cambio relevante es el multilateral".

El ministro de Hacienda tiene razón: para evaluar si hay o no atraso cambiario no sólo hay que tomar en cuenta lo que sucede con el dólar y los precios locales, sino también lo que ocurre con las monedas y con los precios de los otros países que comercian con la Argentina. De esa manera se captaría, por ejemplo, el impacto negativo de una devaluación del Real sobre la competitividad cambiaria local. El indicador que incorpora todo eso es el tipo de cambio real multilateral (TCRM).

Pero el ministro de equivocó al afirmar que "el tipo de cambio multilateral este año no se atrasó". La medición diaria que realiza el Banco Central muestra que ese índice está casi un 5% por debajo al del último día de 2016.


Ese atraso cambiario se suma al que hubo el año pasado. Si sólo se compara dólar vs. Inflación, se observa que en 2016 el primero aumentó 21%, pasó de $13,40 a $16,20, y los precios alrededor del doble. Si se lo mide con el TCRM, la caída o atraso fue de un 10 por ciento.

En resumen, el retraso cambiario acumulado en los dos últimos años hace que el TCRM sea actualmente apenas 17% más alto que el día previo al levantamiento del cepo cambiario, cuando el dólar cotizó a $9,75, para delicia de los que podían aprovechar esa ganga.

En el Gobierno hay conciencia y preocupación por el nivel del tipo de cambio, por los déficits comercial, de turismo y por el atesoramiento por parte de particulares y empresas

Más allá del desliz de Nicolás Dujovne, en el Gobierno hay conciencia y preocupación de que eso es un problema. No es para menos: el retraso cambiario es causa clave de que la balanza comercial vaya a cerrar el año con un déficit que será récord histórico, porque las exportaciones están estancadas y las importaciones suben aceleradamente; de que el gasto en viajes y turismo no para de subir; y de la inmensa compra de dólares para atesoramiento por parte de particulares y empresas.

Paradójicamente, las principales causas del retraso cambiario las genera la política económica del Gobierno. Si a pesar de todo el drenaje de divisas que se va por el déficit comercial, por viajes y turismo, por compras para ahorrar y por el creciente pago de intereses de la deuda externa, el dólar no sube ni hay pérdida de reservas, la razón es que simultáneamente la economía está recibiendo una lluvia de dólares del exterior.

No se trata de una lluvia de dólares de compañías internacionales interesadas en invertir en proyectos productivos o en infraestructura. El grueso de los dólares que llegan es por el endeudamiento público y por los capitales especulativos atraídos por la fenomenal rentabilidad de la bicicleta que les proporciona una política monetaria de altísimas tasas de interés, que tiene a las Lebac como figura estelar. "La plata que viene es la de la bicicleta financiera, que es una plata transitoria que ya la vivimos con Martínez de Hoz", dijo… Miguel Angel Broda.

El grueso de los dólares que llegan es por el endeudamiento público y por los capitales especulativos atraídos por la fenomenal rentabilidad de la bicicleta que les proporciona una política monetaria de altísimas tasas de interés

"El retraso cambiario es la contracara de las Lebac al 30% anual", reconoce un funcionario con mayor cargo jerárquico que Dujovne, que si bien considera que Federico Sturzenegger exagera con la tasa de interés, sabe y se resigna a que el titular del Banco Central va a seguir teniendo el respaldo de Mauricio Macri para mantener la tasa bien alta por dos o tres meses más, en los que se espera un salto inflacionario como consecuencia de los aumentos en tarifas y combustibles.

Nicolás Dujovne lo expresó en público: "Nos queda por delante un tiempo donde la política monetaria tiene que ser dura para acomodar los precios". Monetarismo explícito.

El atraso cambiario tiene claras consecuencias en el perfil productivo. En una reunión con periodistas de anteayer le preguntaron al CEO del grupo Newsan, Luis Galli, cómo impacta el atraso cambiario en las actividades del holding. Respondió que eso les conviene para la unidad de negocios de importación de electrodomésticos y electrónica (Noblex, Atma, Philco, Siam, celulares, etc.), pero complica a la unidad de negocios de exportación de pesca, que en muy poco tiempo ya les genera ingresos por cerca de USD 300 millones, que de todas maneras es mucho menos de la mitad que lo que importan de insumos y productos finales.

El peso del déficit fiscal

En el Gobierno también son conscientes de que la estrategia de cubrir déficit fiscal con endeudamiento tiene un horizonte limitado, y es por eso que a la política de reducción del desequilibrio fiscal que caracterizan como gradualista la quieren complementar con un shock de ajuste sobre los jubilados.

Por más que el Presidente afirme que los jubilados no van a perder respecto a la inflación, y por más que el diputado Pablo Tonelli apele al sofisma de que perder plata no es perder poder adquisitivo, no hay ningún lugar a duda de que la fórmula de movilidad que impulsa el Poder Ejecutivo y que ya fue aprobada en el Senado les recorta, hasta el fin de sus días, el haber que los jubilados hubieran cobrado con la fórmula vigente. Sólo para el año próximo la pérdida ronda los $70.000 millones, a lo que hay que agregar la rebaja en la AUH.

No hay ningún lugar a duda de que la fórmula de movilidad que impulsa el Poder Ejecutivo y que ya fue aprobada en el Senado les recorta, hasta el fin de sus días, el haber que los jubilados hubieran cobrado con la fórmula vigente

Para que la votación de la reforma previsional no les resulte tan "ingrata" como a Miguel Ángel Pichetto y a los otros senadores peronistas que aprobaron un drástico recorte, diputados del bloque del PJ y también algunos radicales están analizando modificaciones que suavizarían el impacto de la ley que tuvo media sanción en la Cámara alta. Es un intento que tiene poca probabilidad de prosperar, porque el Gobierno considera que el ahorro previsional es un objetivo imprescindible, y porque con el nuevo reparto de bancas en Diputados y con la ayuda de los gobernadores que firmaron el acuerdo fiscal con la Nación, el oficialismo tiene altas chances de obtener entre los 35 peronistas del nuevo interbloque federal los votos que le faltan para llegar a la mayoría.

Es curioso que el "gradualismo fiscal" se sustente en dos shocks. El que perjudica a los jubilados y el de las tarifas de servicios públicos.

El primero es social y políticamente indefendible. La recuperación tarifaria era necesaria e inevitable, aunque su implementación es discutible.

Con ese combo el Gobierno aspira a que el déficit fiscal primario de 2018 y 2019 baje a 3,2 y 2,2 puntos porcentuales del PBI, respectivamente, y sean inferiores al crecimiento proyectado de 3,5% en la actividad agregada, de forma tal de que se vaya achicando las necesidades de endeudamiento en proporción al tamaño de la economía.

Aunque precisamente el menor ingreso disponible para consumir que implican esos dos shocks alimenta dudas sobre el nivel de crecimiento de 2018. El último relevamiento del Banco Central achicó el pronóstico promedio a 3,1 por ciento.