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viernes, 26 de mayo de 2023

Cambios en la Iglesia Católica de Argentina. ¿Quién es Jorge García Cuerva? ... @dealgunamaneraok...

 Quién es Jorge García Cuerva, el cura villero que reemplazará al arzobispo Mario Poli… 

Su vínculo con los más desposeídos lo llevaron a formar parte del movimiento de sacerdotes de la Iglesia Católica denominado "curas villeros"

Con 55 años y varias particularidades que lo hacen novedoso, el monseñor Jorge Ignacio García Cuerva fue nombrado por el papa Francisco como nuevo arzobispo de Buenos Aires. Se trata de quien se desempeñó hasta entonces como obispo de Río Gallegos, su ciudad natal, bajo nombramiento del Sumo Pontífice, y será el encargado de suceder a Mario Poli.

© Publicado el 25/05/2026 por el Periódico Digital iProfesional de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Nació el 12 de abril de 1968 y, además de su vocación religiosa, dedicó gran parte de su vida a los estudios: cursó Filosofía y Teología en el seminario de la diócesis de San Isidro y recibió su ordenación sacerdotal el 24 de octubre de 1997.

Es licenciado en Teología con especialización en Historia de la Iglesia y en Derecho Canónico por la Universidad Católica Argentina (UCA). También obtuvo el título de abogado en la Universidad Católica de Salta.

Fue vicario parroquial de Nuestra Señora de la Cava (1997-2005); párroco de Santa Clara de Asís (2005-2014) y de Nuestra Señora de la Cava en Béccar.

Además, estuvo al frente de la vicepresidencia de Cáritas diocesana de San Isidro, se desempeñó como asesor regional de la Pastoral Carcelaria, también fue secretario de la Comisión Episcopal de Pastoral Carcelaria de la Conferencia Episcopal Argentina y capellán de varios centros penitenciarios de la provincia de Buenos Aires. 

El monseñor Jorge Ignacio García Cuerva fue nombrado por el papa Francisco como nuevo arzobispo de Buenos Aires.

Gran parte de su vida, vivió en una casilla en La Cava, un barrio popular de San Isidro. Allí fue primero vicario y luego párroco. 

Su vínculo con los más desposeídos llevaron a "El Gallego" -como le dicen sus amigos- a formar parte del movimiento de sacerdotes de la Iglesia Católica denominado "curas villeros", surgido a fines de la década de 1960. "La parroquia es el barrio. Dios me volvió a sorprender, lo vivo en carne propia. Lo mejor está por venir. Hay mucho por hacer, juntos. Todos juntos", supo expresar García Cuerva. 


Sus vínculos con la política.

De muy buena relación con el ministro de Economía, Sergio Massa, al que conoció en sus épocas al frente de la intendencia de Tigre, el sucesor de Mario Poli deberá instalarse en el arzobispado porteño, ubicado frente a la Plaza de Mayo, en Rivadavia 415, pleno microcentro.

El nuevo arzobispo de Buenos Aires tiene muy buena relación con el ministro de Economía, Sergio Massa. 

En marzo de 2019, el actual titular del Palacio de Hacienda estuvo presente en la asunción del religioso en Río Gallegos, donde fue encumbrado obispo. "Jorge entiende lo que es luchar contra la trata de personas porque lo hizo con nosotros en el conurbano bonaerense. Sabe lo que es pelear contra las adicciones porque trabajamos juntos para dar pelea y sabe lo que es transformar una villa en un barrio", lo supo definir.

El canciller Santiago Cafiero también hizo referencia a quien fue el obispo del Municipio que lo vio nacer y desarrollarse políticamente. El ex jefe de Gabinete reveló que sus primeros pasos en política fueron en La Cava, en un comedor social, a sus 15 años, junto al padre Aníbal Filippini y el padre Jorge García Cuerva.

"Empecé a militar ahí, trabajando socialmente. Esa desigualdad es la que te va convocando. A algunos los destina a tener compromisos distintos. Algunos se vuelcan a la política y otros a tareas sociales exclusivamente, y otros, incluso, al periodismo", indicó.



   

domingo, 3 de junio de 2018

Padre Luis Farinello (1937-2018) Q.E.P.D. @dealgunamanera...

Padre Luis Farinello (1937-2018) Q.E.P.D.

Farinello realizó la mayor parte de su obra en Quilmes. Fotografía: Agencia Télam 

"Qué solo andaría Jesús si estuviera hoy por acá, o viniera a un casamiento" Los restos del padre Luis Farinello serán velado este domingo desde las 14 en Quilmes. Su lenguaje sin dobleces hacía crujir a los sectores ortodoxos. La muerte del padre Luis Farinello, a los 81, terminó este sábado con una voz muy particular dentro de la iglesia católica.

© Publicado el sábado 02/06/2018 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El estilo ameno, cariñoso y alejado de hipocresías del sacerdote de Quilmes contrastaba con las posturas más ortodoxas, y así sus habituales apariciones en los medios podían incluir desde autocríticas del propio accionar de la iglesia, hasta la admisión de que estaba a favor de terminar con el celibato sacerdotal, posturas que erizaban muchos oídos y lo situaban tantas veces a contramano de sus pares.

Farinello había nacido en Villa Domínico y vivió casi toda su vida en Quilmes, el mismo lugar en el que será velado desde las 14. Según se indicó, los restos del sacerdote serán despedidos en la Iglesia Nuestra Señora de Luján, para todos en la zona "la iglesia caracol", por su curiosa forma arquitectónica, templo del centro de Quilmes (Primera Junta al 200) ligado con la actividad pastoral de Farinello.

La ceremonia de sepelio está prevista para el lunes a las 10 de la mañana. Ayer poco después de conocida la triste noticia de su fallecimiento, el intendente de Quilmes, Emiliano Molina lamentó el deceso de Farinello y envió sus condolencias a  familiares y allegados.

"Era un gran referente social y político de nuestro país", dijo el jefe comunal, señalando que "es una triste pérdida para todos los quilmeños y siempre lo vamos a recordar por su gran trabajo social y compromiso por ayudar fundamentalmente a los que menos tienen". 

Con una obra realizada durante años en ese partido del Gran Buenos Aires, Farinello fue durante años uno de los integrantes de la Iglesia Católica que se mostró públicamente a favor de algunos cambios en la estructura eclesiástica, por ejemplo, pidiendo en varias ocasiones el celibato optativo.

Nacido en 1937, se definía a sí mismo como "peronista" y fanático de San Lorenzo. Defensor de los curas del Tercer Mundo, Farinello reivindicó siempre al padre Carlos Mujica y al obispo Enrique Angelelli, ambos representantes de esa corriente.

Fue uno de los creadores del partido político Polo Social y candidato a senador bonaerense en 2001. Vocación. El cura quilmeño recordaba ser tartamudo en su infancia, razón por la cual, según él, disfrutaba del Seminario Mayor de La Plata: "Era un lugar donde podía hablar poco y rezar mucho".

Durante las décadas del '90 y el 2000, Farinello se convirtió en uno de los curas con mayor exposición en los medios, tanto por apariciones ocasionales como por su programa de TV, El Kairós del Padre Farinello. Ante las cámaras, abogó por el celibato optativo y hasta reconoció haber sufrido "por amor" luego de su ordenación. 




(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a perfilcom@perfil.com

miércoles, 14 de marzo de 2018

5 Años del Papa Francisco… @dealgunamanera...

5 Años del Papa Francisco…

El primer Papa argentino retratado mientras tomaba mate. Foto: AP

Este martes 13, Jorge Mario Bergoglio celebra sus cinco años de pontificado al frente del Vaticano. Las imágenes en los 5 años del Papa Francisco.

© Publicado el miércoles 13/03/2018 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El 13 de marzo de 2013, hace exactamente cinco años, el Papa Francisco asumió al frente del Vaticano. Por eso, este martes celebra su quinto año de pontificado.





domingo, 10 de julio de 2016

El tercer siglo… @dealgunamanera...

El tercer siglo…

Los presidentes y el Papa, principales actores. Fotografía: Cedoc

Bergoglio, Cristina y Macri son los principales significantes de la pugna ideológica entre dos modelos: uno supuestamente anticuado y otro supuestamente moderno.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 10/07/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Bergoglio se siente tan incomprendido en su país como Messi. La cancelación de su visita en 2017, adelantada por Perfil el domingo pasado, y el mensaje conciliador que le envió a Macri en el reportaje de Joaquín Morales Solá en La Nación ese mismo día, fueron interpretados en el Gobierno como un replegarse de Francisco al constatar que su propia tierra es el único lugar donde lo que dice el Papa genera conflictos políticos.

Es lógico, Bergoglio, Cristina y Macri son los principales significantes de la pugna ideológica entre dos modelos: uno supuestamente anticuado y otro supuestamente moderno, con el que comienza este tercer siglo de vida del país al celebrarse ayer en Tucumán el Bicentenario del 9 de Julio de 1816.

Lo de Macri no es nuevo, el conflicto siempre fue entre modernización y tradicionalismo

Las causas del afecto que Francisco le dispensó a Cristina y la frialdad con que trató a Macri, en contraste con el maltrato que recibió del kirchnerismo siendo cardenal en Argentina, son una buena síntesis de las contradicciones entre esos dos modelos en pugna, que se recrearon con distintos nombres este segundo siglo de nuestra patria que dejamos atrás pero que en el fondo fueron siempre los mismos.

La teoría general de la acción, del sociólogo Talcott Parsons, explica que los valores compartidos modelan la conducta individual y motivan la acción social. Hubo en nuestro último siglo como país dos pares dicotómicos que orientaron el sentido de la acción: el polo de lo racional-impersonal-universal (el liberalismo, el socialismo, la mayor parte del radicalismo y ahora el PRO) por un lado, y el polo afectivo-personalista-particularista (el peronismo) por el otro. El conflicto siempre ha sido entre la modernización y la tradición.

Violencia epistemológica. La mirada anticapitalista cree que este sistema produce “especialistas sin espíritu” y “vividores sin corazón”; los primeros saben todo de su pequeño mundo sin querer saber cómo afecta a los demás; y el segundo, empobrecido sentimental y emocionalmente, sólo busca placeres momentáneos e inmediatos. Y que como “los ricos no sólo quieren ser felices, sino que quieren tener el derecho a ser ricos y felices”, para legitimar sus privilegios convierten a la economía en algo sagrado para justificar sus privilegios como algo  funcional al bien común. Usando la ciencia y la palabra del especialista para producir una violencia epistemológica que enmascara las relaciones de poder que permiten la reproducción de ese statu quo.

Para hacer ingresar a la Iglesia Católica en esta tensión de valores vale introducir el pensamiento de Max Weber y su célebre La ética protestante y el espíritu del capitalismo, el mayor tratado sobre la relación del desarrollo económico con la religión, donde se plantea al catolicismo como un entorno menos favorable al capitalismo. Y también el libro Max Weber en Iberoamérica aún no editado en Argentina pero sí en México por Fondo de Cultura Económica, donde se profundiza en el papel de la Iglesia Católica y la cultura hispánica en la evolución económica de Latinoamérica.

El conflicto de fondo entre Bergoglio y Macri (o lo que Macri representa más allá de su propia conciencia) reside en la característica “a-ética” del capitalismo al que Max Weber llamaba esclavitud sin amo: “Toda relación personal entre individuos, incluso la más completa esclavitud, puede ser éticamente reglamentada”, mientras que el carácter racional de las relaciones puramente de negocios dentro del cosmos capitalista crea dependencias impersonales. Hay afinidad negativa porque la ética católica –donde la piedad, la solidaridad  y especialmente la fraternidad (que sólo puede darse entre quienes comparten vínculos) ocupan un lugar central– se desestructura en las relaciones impersonales que se contraen en la economía capitalista, arrancándole a la Iglesia su posibilidad de influencia en la relación entre personas. Esa es la causa originaria de su aversión y su antipatía cultural. La Teología de la Liberación latinoamericana sublima ese rechazo al capitalismo de la Iglesia Católica que en su conjunto no pretende abolir el capitalismo pero sí corregir sus aspectos más negativos. El peronismo tampoco aspira eliminar el capitalismo, pero sí a reformarlo.

El conflicto con la tecnocracia macrista no es por ateísmo o la existencia de Dios, sino por la eventual adoración de falsos dioses expresada en la idolatría del mercado o de la ciencia. Un combate entre el verdadero dios de la vida y el dios del dinero. En esa lucha de dioses la economía pasa a ser una teología del mercado y el capitalismo, una especie de falsa religión.

El peronismo también es una “religión”. Que las sociedades se hayan secularizado durante el último siglo no quiere decir que el pensamiento religioso se haya reducido en esa proporción, sino que desplazó las emociones religiosas a la política y en especial al sistema de liderazgo carismático populista, donde se apela más recurrentemente a los sentimientos.

El líder carismático pareciera tener capacidades sobrenaturales que permitirán la redención del pueblo bajo la guía de un salvador. El propio mesianismo marca el carácter religioso de este tipo de liderazgos que no precisa de la mediación de las instituciones para llegar al pueblo, generando una democracia inorgánica y movimientista.

Los líderes carismáticos no son vistos como políticos normales sometidos a las reglas del sistema y limitados por un período determinado, sino que son portadores de una misión mítica. El peronismo fue la forma que tomó en la Argentina, pero en toda Latinoamérica se dieron fenómenos comparables durante el último siglo. Tampoco es una cualidad única del peronismo la maleabilidad doctrinal que le permitió hacer populismo de “derecha” y de “izquierda” mientras articuló demandas dispersas. Hubo un populismo clásico hace más de medio siglo con Perón, Velazco Ibarra en Ecuador, Gaitán en Colombia y Getulio Vargas en Brasil. Un neopopulismo neoliberal con Menem y Fujimori en Perú. Y un populismo radical con Chávez, Morales, Correa y Kirchner recientemente. El Papa no sólo mostró consideración por Cristina, sino también por Maduro, Dilma, Morales y Correa, y cuando visitó México puso énfasis en visitar la rebelde Chiapas.

Lo que tienen en común los populismos es su anti institucionalismo, son ajenos a rendir cuentas y a los tribunales porque sus conductores no se ven a sí mismos como el político tradicional que estará un tiempo limitado en el poder, todo conflicto es dramatizado como una lucha moral y no creen en los derechos de las minorías. Perón dijo: “El pueblo nos ha elegido, por tanto se hace lo que decimos”. Y Cristina provocaba a sus críticos llamándolos a hacer un partido político y ganar las elecciones o mantenerse callados. En su reportaje el domingo pasado en C5N dijo que no se puede liderar aquello que el pueblo no quiere, explicando por qué no volvió a la conducción.

Para el populismo, el pueblo, debido precisamente a sus privaciones, es el depositario de la virtud, de lo auténtico y de lo moral. Que se enfrenta a la oligarquía, que también debido a su riqueza, es lo injusto y lo malo (en ocasiones asimilado también a lo extranjero de países ricos). Otro punto de contacto con Francisco, quien pone especial foco en la Iglesia de los pobres siguiendo la tradición de esperar más virtud en la pobreza y viceversa en la riqueza.

El populismo asume la política como un sacerdocio, un darse a los otros, y no pocas veces el líder pareciera consumir literalmente su vida atribuyendo la causa de enfermedades a ese suplicio, como fue en los casos del cáncer de Evita y Chávez o el infarto de Néstor Kirchner: alguien que muere para que otros renazcan. Chávez, el año antes de su muerte, dijo por cadena nacional: “Dame tu corona, Cristo, dámela, que yo sangro. Dame tu cruz. Cien cruces, que yo las llevo”.

El discurso político es distinto al discurso de la técnica porque las argumentaciones son menos útiles a la hora de impulsar la acción que las apelaciones emotivas. Pero si el líder populista no les aporta bienestar a sus seguidores, más tarde o más temprano su autoridad se disipará. Por eso el populismo surge en los momentos en que la economía permite mejorar contundentemente la calidad de vida de las personas y se agota al acabarse esas condiciones.

La singularidad del peronismo entre todos los populismos latinoamericanos está en su durabilidad fundada en la organización sindical que creó. Pero los cambios en la forma de producir de este próximo siglo, sumado a que la mayoría de los líderes sindicales emotivamente peronistas conforman una gerontocracia que la sola biología superará, ponen en duda la perdurabilidad de ese sistema en el futuro.

El populismo se asume como portador de una ética caritativa, por tanto la distribución de la renta es más importante que la creación de valor. Y su conflicto con la economía se hace inevitable en la medida en que se acaban los recursos.

Manejar los fondos públicos para mantener la lealtad de sus seguidores le impone no tener en cuenta la racionalidad económica cuando escasean los recursos y lo obliga a instrumentar medidas cada vez más cortoplacistas e inviables a largo plazo.

Pero religiosidad no quiere decir irracionalidad, y éste es el punto donde el pensamiento carismático y mítico en la política se separa netamente de la Iglesia. Max Weber no representó a la ética religiosa como irracional en contraposición con el racionalismo económico del capitalismo, sino que distinguió dos tipos diferentes de racionalidad: una formal y otra material, lo que décadas después la escuela de Frankfurt llamó “sustancial” e “instrumental”. Este puede ser el punto de encuentro de la tecnocracia que representa Macri con el Papa, siendo el PRO instrumento de lo material al servicio de lo sustancial y formal, dejando espacio para alguna forma de metafísica que vaya surgiendo de un nuevo relato nacional que le quite la levedad que hoy tiene el macrismo. Y viceversa, la Doctrina Social de la Iglesia podrá ir mutando con las décadas, adecuándose a las problemáticas de la economía de cada época, pero manteniendo inalterable el fin de promover la fraternidad de los que tienen con los que no tienen.

Macri dijo que si terminara su mandato sin haber reducido la pobreza se consideraría fracasado. A la Iglesia le preocupan aquellos que estén en el decil más bajo de la pirámide, no importa cuánto haya progresado el promedio de todos los deciles.

El populismo carece de la previsibilidad y la calculabilidad que el capitalismo precisa para desarrollarse.

El patrimonialismo.

Para Max Weber había tres formas legítimas de dominación social: la tradicional, la carismática y la legal-burocrática. Estos tres tipos ideales se podrían resumir en dos: el patrimonial y el legal-burocrático. Simplificadamente, distintas formas del tipo patrimonialista se dan en los países en vías de desarrollo, mientras que los países desarrollados lo son, en gran medida, porque alcanzaron el tipo legal-burocrático.

En el patrimonialismo hay una expectativa de cierta reciprocidad en el vínculo, mientras que el legal-burocrático es impersonal. El capitalismo requiere la calculabilidad de las reglas y la previsibilidad que no son capaces de sostener los sistemas basados en una resolución de conflictos no mediados por instituciones. La democracia sería esa competencia civilizada entre intereses.

Una de las características de la dominación carismática (populismo) es la poca profesionalización de su burocracia, donde no existen criterios de carrera, jurisdicción, competencias o reglamentos, lo que hace menos efectiva la administración de sus gobiernos. Cuando Macri coloca tanto énfasis en “el equipo”, el “mejor” equipo, y hace gala de su propia falta de carisma, contrapone el carácter efímero y extraordinario del líder irremplazable frente a la estabilidad de lo rutinario y de la continuidad en una especialización del experto. Un sistema patrimonialista es pre burocrático porque no obedece a reglas abstractas puestas al servicio de una finalidad objetiva e impersonal sino que se entrega a la arbitrariedad del momento. Imperfecciones que, entonces, sólo pueden terminar siendo resueltas por un líder paternalista. Si no se puede delegar, el poder se centraliza.

El patrimonialismo se apoya en un ejercicio del poder propio del clientelismo, donde se producen relaciones verticales y asimétricas. Ese sistema de intercambio de favores difusos e informales incluye también al Estado con los más poderosos produciendo ineficiencia ante la falta de competencia por calidad/precio y hasta la más temida corrupción estructural. 

Lo que hoy vemos en  Argentina más que nunca y que se promete cambiar.


martes, 9 de febrero de 2016

José "Pepe" Di Paola, Cura Villero si los hay... @dealgunamanera...

Pepe Di Paola: "Si un cura hizo una cadena contra Aníbal, no tiene nada que ver con el Vaticano"… 

El padre Pepe Di Paola, en su parroquia en 2009. Foto: AFP/Patricio Pidal

El cura villero, muy cercano al Papa Francisco, negó que Bergoglio sea un operador político y avisó: "el próximo presidente debe mantener los logros adquiridos"

En una entrevista con el diario El País de España, José "Pepe" Di Paola analizó la situación de las villas en la Argentina y afirmó que es un fenómeno que crece en todo el país. Desde su parroquia en la villa La Cárcova, en la localidad de San Martín, en el conurbano bonarense, el cura villero defendió la asistencia social y aseguró que quienes critican los planes sociales, "es porque no sufrieron hambre".

El cura villero, muy cercano al Papa Francisco, recordó que después de la crisis del 2001, los planes sociales crearon "una economía popular" en la villa, a través del "auge de la construcción y más trabajo".
A pesar de ello, aseguró que los planes deben ser "un medio y no el fin del camino".
"El Papa tiene un montón de problemas, no es un operador político de la Argentina. Si un cura hizo una oración (contra Fernández), no tiene nada que ver con los curas de las villas ni con el Vaticano"

"Cuando se van perpetuando planes, uno se pregunta qué pasa, hay algo que no está bien". Di Paola destacó el cambio de óptica que hay respecto de las villas, tanto en el Estado como en la sociedad.

"Antes de la crisis de 2001, las villas parecían invisibles para el resto de la sociedad. Se consideraba al villero como un no ciudadano. Hay muchos grupos que van a ayudar a las villas, cosa que antes no ocurría", dijo. 

El sacerdote, que en 2009 cambió el conurbano bonaerense por Santiago del Estero, luego de una serie de amenazas narco en su contra, describió la compleja situación que se vive en algunas villas. Con ese análisis, aseguró, se descartan los rumores que indican que hubo una campaña proselitista orgánica desde la Iglesia en contra de la fallida candidatura de Aníbal Fernández en la provincia de Buenos Aires.

"El próximo presidente debe mantener los logros adquiridos en este tiempo, sobre todo para las clases populares"

"El Papa tiene un montón de problemas y están pensando que es un operador político en Argentina. No es así. Si hay un cura que a lo mejor hizo una oración (contra Fernández), es un problema de ese cura, que no tiene nada que ver con los curas de las villas ni con el Vaticano. Acá tenemos problemas mucho más serios: la violencia, las drogas, la muerte", señaló.

Di Paola aseguró que por su parroquia han pasado tanto políticos oficialistas como opositores y que incluso ha tomado mate con Aníbal Fernández en la Casa Rosada, en dos ocasiones. "Eso significa que hay una Iglesia que quiere transmitir cuáles son los problemas de la villa ya que nosotros vivimos dentro de ellas".

"Los planes deben ser un medio, no el fin del camino. Cuando se van perpetuando planes, uno se pregunta qué pasa, hay algo que no está bien"

Por eso, Di Paola aseguró que el próximo presidente "debe mantener los logros adquiridos en este tiempo, sobre todo para las clases populares" y que a menudo "los argentinos tiramos todo abajo y empezamos de nuevo, pero acá hay que seguir un camino y sumar otras cosas que no están".

En la misma entrevista con El País, Di Paola dijo que el de las villas "es un fenómeno que crece en todo el país" y consideró que "la mejor forma de urbanizar es poner en la villa el mejor club, la mejor escuela, la mejor parroquia". Además, desmintió que en la Argentina haya un clima de crispación.

"En la villa no veo a los argentinos enfrentados. Puede haber una discusión, como en cualquier lado, pero no hay un enfrentamiento. En la clase media y en la clase intelectual hay sectores tanto conservadores como progresistas que no reflejan al pueblo argentino sino a una pequeña parte. En el pueblo que vive en los barrios obreros más bien veo un clima de paz", cerró.

De toda América latina a las villas argentinas.

Di Paola, durante la inauguración de un secundario en su parroquia, en 2013. Foto: AFP/Patricio Pidal

El cura villero se permitió una expresión no exenta de polémica, con respecto a los países vecinos, en el que se refirió a las "posibilidades reales" presentes en Chile, Bolivia, Perú y Paraguay, y afirmó que "el crecimiento vegetativo de las villas es mayor que el de la clase media".

"Mucha gente abandona el campo, al no tener modo de subsistir, y viene a las grandes ciudades. También vienen del resto de Latinoamérica. Por más que te digan que Chile estuvo muy bien, vas a las villas de la Patagonia argentina y la mayoría son chilenos. 

Tenés hermanos paraguayos, bolivianos y peruanos que vienen a vivir a Argentina. Las villas crecen también porque no hay posibilidades reales para todos en esos países. 

Además, el crecimiento vegetativo de las villas es mucho mayor que el de clase media: en la villa tenés padre, madre y siete hijos".