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martes, 17 de junio de 2025

Unidad para poner límites... @dealgunamanera...

Unidad para poner límites...


El «Sistema Judicial Argentino» (que no es lo mismo que la Justicia) actuó esta semana, como en muchas otras ocasiones, en representación de un sector, minoritario pero poderoso, que pretende edificar un país sin el protagonismo político y social de los sectores populares, es decir, un país para muy pocos y con una mayoría de excluidos.

© Escrito por Carlos Heller, Dirigente Cooperativista, el sábado 14/06/2025 y publicado por la © Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Tal es el contexto en el que debe ser interpretada la decisión de la Corte Suprema al confirmar la condena a la expresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.

En rigor, a Cristina no la están condenando por la causa Vialidad, sino por lo que se hizo durante 12 años de gobierno, cuando modificó –en la medida de lo permitido por la correlación de fuerzas– la estructura productiva y distributiva, entre muchos otros avances que beneficiaron a amplios sectores de la sociedad.  
 

Denominadores comunes.

Los procesos políticos, sin embargo, nunca son lineales. Siempre se está frente a la oportunidad de crear construcciones lo más amplias posibles que le puedan poner un límite a este cruel experimento anarco capitalista.  

Por lo pronto, los que alientan ese proyecto deben sortear una serie de obstáculos. Entre ellos, el Congreso y sus espacios de debate; los movimientos sociales que cuestionan el orden injusto; la resistencia de las organizaciones de trabajadores. También los periodistas que honran su profesión; los dirigentes políticos que se mantienen fieles a la representación de sus bases; sin olvidar la labor esclarecedora de intelectuales y artistas críticos. 

Es Cristina Fernández quien sintetiza y le puede dar una dirección común a ese conjunto amplio y diverso de actores movilizados. La pretensión de hacerla a un lado, por lo demás, está en consonancia con la búsqueda de consolidar un modelo económico y social inviable. Como lo mencionó en una de sus intervenciones recientes la expresidenta: «Esto ya lo vivimos». Lo intentaron en los 70 con José Alfredo Martínez de Hoz; en los 90 con Carlos Menem; y a partir del 2015 con Mauricio Macri. Ahora lo ensayan con Javier Milei. 

Acaso la única diferencia es que el actual presidente lo dice con todas las letras: «Amo ser el topo dentro del Estado, yo soy el que destruye el Estado desde adentro», o «la justicia social es una idea aberrante (…) lo primero que hace es violentar la igualdad ante la ley, porque a algunos les quita y a otros les da, y eso antes está precedido de un robo, porque los impuestos no se pagan voluntariamente, se pagan a punta de pistola, a cambio de que si no los paga uno, va preso». 
 

El plan, está claro, es dejar todo en manos del mercado, lo cual implica necesariamente la apropiación de la riqueza por parte de unos pocos.

En la vereda opuesta pude observarse como denominador común, en los diversos encuentros de los últimos días en los que participé, un clima de unidad ante la injusticia de la proscripción electoral de Cristina y frente a las políticas del Gobierno.  

Coinciden gobernadores, representantes de todas las provincias, dirigentes y legisladores de diversos partidos, movimientos sociales, sindicales, entre otros.

Mientras, puertas afuera se dieron movilizaciones espontáneas que no cesan. Son multitudes como las reunidas hace unos días, cuando los y las diputadas debatíamos en el Congreso de la Nación temas de suma importancia para los segmentos más vulnerables de la sociedad, como los jubilados y las personas con discapacidad. 
 

Debilidades.

Mientras tanto, la economía real sigue mostrando signos de debilidad. La actividad industrial, uno de los sectores más castigados desde el comienzo de la era Milei, se ubicó durante el primer cuatrimestre de 2025 casi un 10% por debajo de igual periodo de 2023.  

Si bien registró un crecimiento del 7,4% interanual, hay que tener en cuenta que en 2024 la industria estaba en su peor momento desde la pandemia sanitaria.  

A nivel sectorial, y también comparando con 2023, todos los rubros se encuentran por debajo de ese año, excepto «otros vehículos de transporte», que excluye automotores y «productos del tabaco», dos sectores de poca envergadura y volátiles.  

Por otro lado, en la última encuesta de expectativas de la industria, un 29% respondió que planea reducir su dotación, 8 puntos porcentuales más que en el informe del mes pasado. 

El registro de 1,5% de inflación de mayo, en tanto, tiene como inocultables costos la caída de la actividad económica y la pérdida de bienestar de millones de personas, además de la importante hipoteca que se está gestando. Esto último, en particular, por la vuelta a la dinámica de endeudamiento en dólares y la salida de capitales, en el marco de una significativa apreciación del peso.

Según datos del Balance Cambiario del Banco Central, la formación de activos externos de las personas físicas ascendió en abril a 2.247 millones de dólares, un reflejo del impacto de las medidas de liberalización respecto del dólar, implementadas a mitad de ese mes.
 

​​​​​​​Respecto de los anuncios de la profundización de la fase de endeudamiento en dólares, en la semana se realizó una operación de REPO con un conjunto de bancos internacionales de primera línea por 2.000 millones de dólares. Además, el 28 de mayo se adjudicaron 1.000 millones de dólares del BONTE 2030 exclusivos para inversores extranjeros (por primera vez después de siete años), y se amplió la emisión el viernes pasado en 500 millones, habilitándose también la participación a residentes.


Este rumbo económico y político, con todo, no es ineluctable. No se deben descartar, al contrario, las chances de un «dique de contención» ante los avances de este modelo aperturista, desregulador y de destrucción de lo público.

Un límite material concreto, a mi juicio, es el comicio de octubre. Un buen resultado en las urnas sería aquel que como mínimo garantice dos pilares democráticos hoy soslayados. Por un lado, que no se puede gobernar por decreto; por otro, que las leyes que propone el Congreso no pueden ser vetadas. En ese caso, habremos ganado una batalla importantísima.​​​​​​​



domingo, 15 de junio de 2025

El fin de la impunidad… @dealgunamanera...

 El fin de la impunidad…


Supremos. Dibujo: Pablo Temes.

Con la Corte firme en su decisión, Cristina Kirchner enfrenta una condena ineludible tras 17 años de maniobras judiciales.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el domingo 15/06/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El desarrollo de los hechos y su cronología fueron inexorables. Cuando el 4 de junio la Corte Suprema rechazó la recusación que los abogados de Cristina Fernández de Kirchner habían presentado contra el Dr. Ricardo Lorenzetti en la CFP 5048/2016 sobre incidente de recurso extraordinario, la expresidenta supo que su suerte estaba echada. De acuerdo con la presentación de los letrados del 5 de mayo, se había invocado como razón una alegada falta de imparcialidad del ministro del alto tribunal. Los fundamentos de tal reclamo fueron sus fallos en disidencia con los otros dos miembros del cuerpo, algunas declaraciones públicas en televisión y una denuncia de la senadora Anabel Fernández Sagasti ante el Senado de la Nación. Tales comportamientos de Lorenzetti –esgrimía el pedido de recusación– violarían los parámetros de imparcialidad de los magistrados que establecen los principios de Bangalore relativos a la independencia de la Justicia y en el caso “Llerena” del año 2005, en que la Corte sostuvo que la jueza que había participado durante la instrucción de la causa no podía ser la misma que intervenía en la etapa de juicio, ya que ello violaba el principio de imparcialidad.

La respuesta del alto tribunal fue contundente: primero consideró que el planteo había sido presentado fuera de término y estaba falto de las necesarias fundamentaciones jurídicas y, después, sostuvo que la mayoría de los hechos mencionados ya habían sido conocidos antes de la presentación del recurso extraordinario del 13 de febrero, momento en que no se habían planteado.

La autodefinida “abogada exitosa” –tal como lo expresara el 12 de septiembre de 2012 durante su exposición en la Kennedy School of Government ante estudiantes de la Universidad de Harvard– vio venir todo esto con antelación. Por eso –rápida de reflejos– se dio cuenta de que lo único que la podía salvar de ir presa era tener fueros. Por eso decidió hacer la entrevista en el programa de Gustavo Sylvestre en C5N en la que, de forma absolutamente personal y unilateral, hizo el anuncio del lanzamiento de su candidatura a diputada provincial por la tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires, hecho verdaderamente insólito porque los diputados no se eligen por circunscripciones.

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Los tres miembros de la Corte se vieron así ante un verdadero reto de la historia: repetir la lamentable conducta que el alto cuerpo adoptó de no tratar la condena del expresidente Carlos Menem, al que, de esa manera, le garantizó impunidad o la de actuar con responsabilidad y celeridad ante una causa que ya llevaba 17 años desde que fue impulsada por las entonces diputadas Elisa Carrió y Mariana Zuvic.

A esa celeridad llevaba, además, el hecho sucedido el 29 de mayo, día en que la Corte dejó firme la condena a diez años de prisión contra el empresario Lázaro Báez y contra sus hijos varones por el delito de lavado de dinero en la causa conocida como “La ruta del dinero K”, en la que se comprobó que Báez blanqueó fondos por alrededor de 60 millones de dólares provenientes del delito de evasión al fisco. A ese veredicto, para el cual debieron incorporarse a la Corte los conjueces Mario Lozano, de la Cámara Federal de General Roca, y Luis Ramón González, de la Cámara Federal de Corrientes, que sumaron sus respectivos votos a los de los ministros Horacio Rosatti Y Ricardo Lorenzetti –Carlos Rosenkranz votó en disidencia–, se llegó en tan solo diez días.

La contundencia de las pruebas y la mala calidad técnica de los abogados defensores de la expresidenta no dejaban lugar a dudas sobre cuál sería el fallo de la Corte: dejar firme la condena. Llegados a este punto, no hay que olvidar algo sumamente importante: de haber estado vivo, Néstor Kirchner también habría sido condenado.

Terminó así un largo período de 17 años en los que, con chicanas y presiones sobre jueces y fiscales, CFK buscó frenar el trabajo de la Justicia. Lo intentó de una y mil maneras. En 2013 ordenó elaborar aquel proyecto de reforma judicial, un mamotreto presentado con el pomposo nombre de Ley de Democratización de la Justicia, la mayoría de cuyos artículos fueron declarados inconstitucionales por la Corte. Presionó e intentó descalificar a cada uno de los jueces y fiscales de la causa, esgrimiendo –entre otras cosas– cercanía de algunos de ellos a Mauricio Macri. Lo curioso es que el fiscal del caso, Diego Luciani, fue nombrado en septiembre de 2013; los jueces Jorge Gorini y Rodrigo Giménez Uriburu, en septiembre de 2011, y André Basso, en septiembre de 2015. Es decir, todos fueron nombrados por la hoy condenada Cristina Fernández de Kirchner durante sus dos mandatos, previa aprobación de sus pliegos por el Senado, de mayoría peronista kirchnerista.

Las espasmódicas reacciones del peronismo en estas horas posteriores marcan su declive. Más allá de lo que pueda pasar en la marcha convocada para acompañarla a los tribunales de la avenida Comodoro Py, en caso de que se mantenga firme la decisión del juez Gorini –que es quien debe instrumentar la ejecución de la pena– de que ese trámite inevitablemente se deba realizar allí y no en el domicilio de la condenada, el tiempo electoral obligará al PJ a dedicarse a armar sus listas de candidatos y definir su estrategia. Y, más allá de esta puesta en escena, son muchos los dirigentes peronistas que están ya hartos de CFK, quien, luego de denostar durante años al Partido Justicialista, se apropió de él con un único objetivo ligado a sus intereses personales: en este caso, la búsqueda de impunidad.

Cuando pase todo este tiempo de efervescencia, CFK tomará verdadera dimensión de los alcances de la condena que, además, conlleva una pena económica monumental, como monumental fue la corrupción pergeñada y practicada durante los años del kirchnerato.

A la Justicia le llevó diecisiete años arribar a un fallo definitivo sobre uno de los hechos de corrupción más bochornosos sucedidos en la historia del país. A lo largo de esos años hubo protagonistas que aportaron evidencias claves para dar sustento a las denuncias de esta causa.

Aquí es donde aparece el rol fundamental del periodismo honesto. Corresponde por lo tanto destacar el protagonismo de Luis Majul con su libro El dueño y el de Jorge Lanata y su equipo de PPT, cuyos aportes fueron importantísimos para hacer conocer a la opinión pública cada uno de los detalles de las distintas maniobras urdidas por la expresidenta durante sus dos mandatos, en los que persiguió a periodistas y medios críticos en su afán de establecer un régimen autoritario y permanecer indefinidamente en el poder.

El periodismo honesto es un instrumento esencial para hacer a las sociedades más plurales y transparentes.





jueves, 12 de junio de 2025

Francisco. El enemigo de los Kirchner... @dealgunamanera...

 El enemigo de los Kirchner...

¡Hagan lío... pero no tanto!” Papa Francisco-RIP. Dibujo: Pablo Temes.

De los micrófonos ocultos al “diablo con sotana”: el detrás de escena de una guerra silenciosa que terminó en derrota.


© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 07/06/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.



Si hay algo que ha caracterizado a Cristina y a Néstor Kirchner es la corrupción, la mentira y el egoísmo. A eso hay que agregarle el transfuguismo: estuvieron al lado de Carlos Menem, con Domingo Cavallo y con Eduardo Duhalde, a quienes traicionaron y denostaron.   

En este marco de mentiras y de uso de las personas para su propia conveniencia se ubica la relación del matrimonio Kirchner con Jorge Mario Bergoglio. “El mundo extraña a Francisco”, dijo CFK durante el reportaje con Gustavo Sylvestre por C5N en el que anunció su candidatura a diputada provincial por la tercera sección electoral del primer estado argentino, para agregar que “no había lugar para dos grandes hombres como su esposo, y el entonces arzobispo de Buenos Aires”. La verdad es absolutamente diferente: los Kirchner consideraron a Bergoglio un enemigo al que persiguieron en forma sistemática y obsesiva. Néstor Kirchner –un corrupto y un déspota– lo llamó “el diablo con sotana”.    

La inquina de los Kirchner se hizo manifiesta en toda su dimensión cuando en 2005 decidieron no asistir al tradicional Te Deum del 25 de mayo para no escuchar la homilía crítica del arzobispo de Buenos Aires. Tanto lo detestaban que, durante el cónclave que eligió Papa a Joseph Ratzinger, habían intentado operar para bloquear las chances de Bergoglio quien, siendo uno de los más votados, decidió declinar su postulación en aras de la unidad de la Iglesia.   

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A pesar de los embates que recibía desde la Casa Rosada, el entonces cardenal que, como todo jesuita era un cerebro político, siguió alzando la voz crítica contra las conductas autoritarias del expresidente y de su esposa. Por lo tanto, decidió no permanecer indiferente ante el proyecto de reforma de la Constitución de la provincia de Misiones presentado en 2006 para habilitar la reelección indefinida del entonces gobernador Carlos Rovira. Ese proyecto era fuertemente apoyado por Kirchner quien buscaba posibilitar una segunda reelección del gobernador de la provincia de Buenos Aires Felipe Solá. Así, el 29 de octubre se desarrollaron los comicios para elegir la Convención Constituyente que debatiría la modificación de un solo artículo de la Constitución provincial: el que impedía la reelección indefinida del gobernador. Fue en ese momento que irrumpió en la escena política monseñor Joaquín Piña, un jesuita español que fue el primer obispo de la Diócesis de Puerto Iguazú, quien se puso al frente de una coalición que se opuso a ese proyecto. El arzobispo de Buenos Aires avaló la candidatura de Piña quien terminó ganando la elección por amplio margen, sepultando así no sólo las aspiraciones de perpetuación en el poder de Rovira sino también, por carácter transitivo, el proyecto de reelección indefinida no sólo de Solá y el del gobernador jujeño Eduardo Fellner. El hecho ahondó aún más la bronca del kirchnerismo contra Bergoglio.  

En medio de esas tensiones crecientes se llegó así en 2008 a la crisis con el campo desencadenada por la Resolución 125. Allí se alzó nuevamente la voz del arzobispo quien tuvo una postura absolutamente crítica hacia el Gobierno. Tras la derrota del kirchnerismo producida por el voto no positivo de Julio Cobos, sobrevino una tormenta política que forzó la renuncia de Alberto Fernández a su cargo de jefe de Gabinete. Su reemplazante fue Sergio Massa, quien convocó como colaborador a Jorge O’Reilly, abogado y empresario, miembro supernumerario del Opus Dei quien, obviamente, era opuesto a Bergoglio. Corría el mes de agosto de 2008 y la relación con la Iglesia atravesaba un momento crítico que se veía agravado por el hecho de que El Vaticano no terminaba de conceder el plácet para la designación del Dr. Alberto Iribarren como embajador ante la Santa Sede a causa de su condición de divorciado. En ese contexto, Massa y O’Reilly pergeñaron un plan para mejorar la relación con Roma que incluía un acuerdo de desplazamiento del arzobispo de Buenos Aires, iniciativa que contó con el apoyo de sectores conservadores de la Iglesia en la Argentina y en El Vaticano. Los que conocen al detalle esta maniobra coinciden en señalar que el elegido por el kirchnerismo para sustituir a Bergoglio era el obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar Domingo Sarlinga. La orden de llevar adelante esa intrépida maniobra fue de Néstor Kirchner. La embestida contra el futuro Papa –que estaba convencido de que tenía todos los teléfonos pinchados y de que la SIDE, manejada en ese tiempo por Antonio Jaime Stiuso había colocado micrófonos ocultos en todo el edificio del arzobispado– fue brutal. Los que lo visitaban en su despacho recuerdan que ponía música para que los micrófonos no captaran el contenido de las conversaciones.  

Como se dijo más arriba, los sectores conservadores de la Iglesia de la Argentina y del Vaticano también tuvieron un protagonismo relevante en este episodio. Entre los mencionados como partícipes de esta maniobra aparecen Esteban Caselli y el ex-Nuncio Apostólico, monseñor Adriano Bernardini.   

Cuando Bergoglio se enteró de esto reaccionó con su típico buen humor y con acción. Entre los que lo anoticiaron de esta maniobra estuvieron el canciller Jorge Taiana y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri. Testigos privilegiados de esta historia indican que, ante esta circunstancia, el arzobispo le hizo llegar a Massa, quien nunca terminó por desmentir el hecho en forma contundente, documentación comprometedora acerca de monseñor Sarlinga quien, en 2015, debió renunciar a su cargo ante numerosas acusaciones que incluían malversación de fondos, abuso de poder e inconductas.    

Ante estas complicaciones, la maniobra fue abortada. Bergoglio nunca olvidó esto y por ello no asistió a la despedida de monseñor Benardini, quien fue trasladado a Roma en diciembre de 2011 –ni tampoco recibió, ya siendo Papa, a Massa. El 13 de marzo de 2013, día de la elección de Bergoglio como Sumo Pontífice, fue para el kirchnerismo una gran derrota. El 20 de marzo CFK, luego de asistir a la Misa de Iniciación, fue recibida por el papa Francisco. En esa larga reunión, en la que ridículamente pretendió explicarle cómo usar el cuero de ante que le había llevado de regalo, le pidió ayuda. Fue ese el momento en que el Santo Padre, que nunca la quiso, la perdonó.





domingo, 16 de febrero de 2025

Papelón sin precedentes… @dealgunamanera...

 Papelón sin precedentes…

Javier Miley. Dibujo: Pablo Temes.

La vorágine vertiginosa del ritmo de vida de Milei le jugó una mala pasada en el escándalo de la estafa cripto.

© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 15/02/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.




El Gobierno terminó la semana envuelto en un halo de euforia. Tuvo razones para hacerlo: el 2,2% de inflación de enero que publicó el Indec –el índice más bajo desde julio de 2020, en plena pandemia–, la media sanción del proyecto de ley de Ficha Limpia por parte de la Cámara de Diputados luego de un debate –si es que se puede llamar así a lo que pasó el miércoles en el recinto de la Cámara, que dio vergüenza– y el avance en las gestiones en el Senado para lograr el nombramiento del juez federal Ariel Lijo como ministro de la Corte Suprema. Sin embargo, no todo el transcurrir interno del Gobierno fue lineal.


El martes, tanto el ministro de Economía como también el Gobierno en general estuvieron en el centro de una ola de rumores que sacudieron incluso a varias usinas de operaciones que anidan en el poder, en donde circuló con fuerza la versión que hablaba de la renuncia de Luis Caputo. En realidad, las versiones eran muchos más brutales –que es como son en general las cosas en este gobierno–: no se hablaba de una renuncia, sino que lo que se decía era que Milei lo había echado por propiciar –se entiende que en algún diálogo privado cuyos ecos habían llegado a oídos del jefe de Estado– la evaluación del peso frente al dólar.

Coincidentemente, durante esas horas Caputo estaba visitando la sede de la Unión Industrial Argentina en donde, con elegancia y firmeza, rechazó todas las insinuaciones destinadas a obtener algún guiño a favor de la depreciación del peso.

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El ministerio supo de esta operación. Por eso, después se encargó de tirar por tierra esta versión que algunos creen que fue fogoneada por sectores internos del mismo oficialismo, en donde no todo es amor. Por lo pronto, ese día ya habían volado el titular de la Anses, Mariano de los Heros, que ya venía malherido por un carpetazo que le había propinado Cristina Fernández de Kirchner a causa de su viaje a México en tren de vacaciones, y Sonia Cavallo por ser la hija del Domingo Cavallo, caído en desgracia por haber criticado al Presidente.

La tarde-noche de furia que se vivió en la Cámara de Diputados en la sesión del miércoles, en la que se le dio media sanción al proyecto de ley de Ficha Limpia explica el porqué del desprestigio imparable de la dirigencia política, hecho que también afecta al oficialismo. Nadie prestó la más mínima atención a lo que se debatía y lo que se decía. Poner en duda el valor y la importancia de la ficha limpia es como discutir el sexo de los ángeles. ¿Quién, sensatamente, discutiría que los aspirantes a ejercer cargos públicos deben ser personas honestas? Solo la intención de la clase política de convertirse en una casta posibilitó que Carlos Menem hubiera sido senador por siempre. Solo una actitud de casta hizo que Cristina Fernández de Kirchner, la condenada, no hubiese sido desaforada cuando fue sentenciada. Para los condenados, el destino, según marca la ley, es la cárcel.

Fue notable ver cómo todo el bloque de Unión por la Patria se abroqueló para votar en contra del proyecto. Fue indignante ver cómo algunos diputados, que no tienen una pátina de honestidad, votaron en contra del proyecto. Si entre los condenados hubiese habido gente de La Libertad Avanza o de otro partido, seguramente su voto hubiera sido favorable. Por otra parte, el oficialismo se adueñó de un proyecto que originalmente no le pertenecía. Ficha Limpia es una iniciativa de la sociedad civil que ya había tenido varias batallas en el recinto y que, curiosamente, ya había fracasado a fines del año pasado sin el apoyo de los legisladores libertarios. Como se ve, nada es lo que parece y todos intentan desesperadamente llevar agua para su molino.

Lo que sí se vio es la pérdida de poder progresivo de la expresidenta. Por eso su bastión es el Gran Buenos Aires. De ahí su encarnizada pelea con Axel Kicillof, su ex delfín, que hoy le ha dado vuelta la cara. La señora condenada necesita imperiosamente sostener su circo de acólitos en el Conurbano para subsistir. No le importa llevarse puesto al peronismo –al que objetivamente siempre despreció–, la mueven el resentimiento y el dolor de ya no ser. La soledad y la vuelta al llano es algo que atormenta a los líderes mesiánicos que no han sabido o no han querido preparar un sucesor.

Para el Gobierno no todo ha sido color de rosa. La noche de San Valentín le ha dejado al Presidente un sabor amargo con tintes de papelón internacional. Javier Milei promocionó desde su cuenta en la red social X una criptomoneda llamada $Libra. Veamos qué decía la publicación:

¡¡¡“La Argentina Liberal crece!!! Este proyecto privado se dedicará a incentivar el crecimiento de la economía argentina, fondeando pequeñas empresas y emprendimientos argentinos. El mundo quiere invertir en nuestro país”.

Esto provocó la suba inmediata en su cotización y el posterior derrumbe en el mercado cripto. ¿Qué es lo que lo ha convertido en un papelón sin precedentes? A diferencia de las criptomonedas consolidadas, $Libra es solo un token creado dentro de la blockchain de la plataforma Solana, como uno de los tantos proyectos denominados en la jerga como “meme coin”. Es decir, una moneda virtual que puede ser creada por tres o cuatro personas sin esfuerzo alguno con fines especulativos y carente de respaldo en un proyecto anclado en la realidad.

Basura.

Lo tremendo es que, luego del tuit del Presidente, dicha meme coin llegó a una capitalización de casi 4 mil millones de dólares y se transaccionaron más de 1.000 millones en apenas cuatro horas desde su lanzamiento. Para tener una noción comparativa, cifras de este calibre son las que representan la cotización –por ejemplo– de un banco consolidado de la Argentina. La polémica escaló rápidamente cuando economistas y analistas advirtieron sobre una posible estafa, señalando que el 80% de los tokens estaban concentrados en solo cinco billeteras y que el dominio del proyecto había sido registrado el mismo día. Alguien hizo un tremendo negocio y luego de tomar ganancia su valor se desplomó.

El presidente Milei es un hombre honesto. No se trata de subirse al tren de los que quieren acusarlo de un presunto hecho de corrupción. Lo grave de la situación es que el primer mandatario se haya embarcado de lleno en la promoción de un proyecto desconocido sin antes chequear si tenía cimientos sólidos. Cae de maduro que alguien de su entorno –con buenas o malas intenciones– impulsó a Milei a una acción semejante. Por mucho menos, varios funcionarios de peso han volado por los aires.

Poco tiempo antes de convertirse en el presidente de los Estados Unidos, los hijos de Donald Trump lanzaron la cripto $Trump, que escaló rápidamente pero que todo el mundo sabía que se trataba de un meme. El caso del líder libertario es bien distinto. Un presidente no puede cometer la imprudencia de quedar enredado en semejante papelón, que fue reflejado por los diarios de todo el mundo. La vorágine vertiginosa del ritmo de vida de Milei y su avasallante personalidad le han jugado una mala pasada. Esta vez no ha sabido pisar el freno antes de estrellarse contra la pared. Queda claro que la cadencia adecuada, la reflexión y la pausa también deben ser atributos esenciales de cualquier jefe de Estado.





domingo, 5 de enero de 2025

Desafío - Desgastar para no ceder... @dealgunamanera...

Desgastar para no ceder...


Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes.

Esa parece seer la estrategia del oficialismo con sus aliados políticos para las próximas elecciones, en las que la clave volverá a ser la economía. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 04/05/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Fue un fin de año tranquilo. Todos los presagios de desbordes sociales fracasaron. “La gente que vive de planes sociales ahora los recibe en su totalidad sin tener que dejar el diezmo a los punteros. No es que su situación haya cambiado en lo económico. Lo que sí pasa es que se liberaron de ese yugo”, narraba un integrante de la jerarquía eclesiástica que no deja de expresar su preocupación por los altos índices de pobreza que exhibe la Argentina. Un hombre que conoce la actividad de los punteros y recaudadores del conurbano profundo se expresó en el mismo sentido: “No hay con qué presionarlos. En bastiones como La Matanza ya no es tan fácil arrear a la gente para llevarla a una marcha organizada por algún dirigente ya sea opositor u oficialista. Se ha perdido ese brazo de choque que se utilizó durante años para ganar la calle”, reconoció.

El nivel de tolerancia social puesto de manifiesto a lo largo de este año no deja de sorprender tanto puertas adentro como afuera del país. Como ejemplo vale mencionar lo que está sucediendo en el período electoral por el que está atravesando Alemania. Se habla allí del “efecto Milei” y de la motosierra como objetivos que encarna la Alternative für Deutschland (AFD), el partido de extrema derecha que viene de obtener victorias resonantes en algunas de las elecciones estaduales de ese país.

El Gobierno arrancó un año lleno de desafíos. Sin dudas, el desafío clave serán las elecciones legislativas de medio término que se desarrollarán en octubre. Habrá en el medio varias elecciones provinciales que servirán de termómetro para apreciar cuánta es la aprobación de La Libertad Avanza. Habrá que ver si Milei decide enfrentar el test electoral unido a Mauricio Macri o separado de él. La evidencia matemática –que ya se vio en 2023 en la segunda vuelta electoral– demuestra que unidos ganan, mientras que separados, no. Por consiguiente, resultan inentendibles los roces constantes que se vienen produciendo entre el Presidente y el ex. Hay –en realidad– una intención velada del oficialismo de desgastar a sus hasta ahora socios políticos, para no tener que ceder a sus demandas a la hora de conformar las listas. La intención de Milei es clara e incluye la cooptación de nombres propios de peso para vaciar de poder al partido amarillo.

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Claramente hay una mengua del poder de Macri dentro del PRO que significa, además, una verdadera lucha por mantener la existencia del partido político fundado por el ingeniero. La prueba más clara de esa situación es la decisión que tomó Jorge Macri de separar las elecciones porteñas de las nacionales. El jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sabe que, hoy por hoy, ese es el único bastión propio que tiene el PRO, atravesado por una lucha sin cuartel entre Patricia Bullrich y su antiguo jefe. Se ha tomado verdadera conciencia de que una mala elección en territorio porteño podría terminar con el partido en el suelo que lo vio nacer. Un hecho que también afecta al PRO y al expresidente es la situación que pone en la mira a Cristian Ritondo, afectado fuertemente por las sospechas de corrupción que se centran en su esposa, la abogada Romina Aldana Diago, denunciada por el abogado Jeremías Rodríguez. El Dr. Rodríguez presentó un escrito según el cual Ritondo habría incumplido la Ley de Ética Pública al omitir información ante la Oficina Anticorrupción sobre bienes que incluyen propiedades por más de dos millones de dólares adquiridas a lo largo de su matrimonio, caso que quedó a cargo del juez federal Sebastián Ramos y del fiscal federal Eduardo Taiano.

Sin duda que la suerte del desafío electoral que enfrenta el Gobierno dependerá de la marcha de la economía. Diciembre fue mejor que lo esperado. Pero tuvo puntos grises. El Banco Central, por ejemplo, tuvo que salir a vender dólares para evitar una subida mayor de la que hubo. El último jueves del año tuvo que desprenderse de más de 600 millones de la divisa estadounidense. “Fua a causa de la eliminación del impuesto PAIS”, informó el Gobierno. El hecho dejó expuesta una contradicción de Milei, que por una parte pregona la necesidad de eliminar el Banco Central y por otra recurre a él para mantener la pax cambiaria. ¿Y entonces? (sic). Sin ir más lejos, la entidad anunció esta semana que consiguió financiamiento por mil millones de dólares para reforzar las reservas. La otra gran contradicción es la fortaleza del peso, que pasó de ser considerado “excremento” a convertirse en la moneda que más se apreció en el mundo durante 2024. Vale la pena recordar la famosa frase de Carlos Menem: “Si decía en campaña lo que iba a hacer, no me hubieran votado”.

El punto clave de inflexión para la economía será el levantamiento del cepo. Es esa una condición sine qua non para ilusionarse con la posible lluvia de inversiones a la que aspira y necesita el país. No se puede caer en el mismo error que cometió el macrismo de esperar y anunciar la llegada de los famosos “brotes verdes” que nunca terminaron de germinar. ¡Atención! Eso no garantiza que, ipso facto, la Argentina se transforme en la meca de las inversiones mundiales y que esas inversiones generen el bienestar necesario para combatir la desesperante pobreza imperante a lo largo y a lo ancho del país. Hace falta que haya efecto derrame, cosa que, en el pasado, lamentablemente nunca ocurrió. El atraso de los salarios es el otro problema que preocupa –y mucho– a la administración mileísta. De la clase media hacia abajo no hay plata en el bolsillo más allá del alivio que produjo la caída de la inflación. Por eso la narrativa del Gobierno buscó instalar un espíritu triunfalista para cerrar 2024 haciendo hincapié en todas sus conquistas. Ahora busca recrear un relato similar para el primer trimestre de 2025 que le permita ganar tiempo hasta la recuperación de la economía de cara a las elecciones. Veremos si la realidad sostiene con hechos a los escribas del cambio cultural.



domingo, 17 de noviembre de 2024

 Algarabía oficialista…

"Let’s dance", Donald Trump y Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes.

Los libertarios festejan la caída de la inflación y la condena a CFK. Pero el salario sigue en el fondo del pozo.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 17/11/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Lo ocurrido en Mar-a-Lago, en la noche del jueves pasado, quedará en los anales. Nunca antes un presidente electo de los Estados Unidos había recibido a un presidente argentino. No solo eso: Javier Milei fue el primer mandatario extranjero con el que Donald Trump se encontró desde que fue electo por una mayoría abrumadora en las elecciones del 5 de noviembre.

La relación de afecto nacida entre ambos se extendió por carácter transitivo a todo su entorno y a sus más fanáticos seguidores. No es habitual que en esos círculos haya un conocimiento tan detallado y extendido de lo que hace un presidente argentino. Ni siquiera ocurrió algo así con Carlos Menem ni con Arturo Frondizi ni con Mauricio Macri, que fueron los presidentes argentinos que más estrechas relaciones tuvieron con las administraciones estadounidenses. West Palm Beach, el lugar en donde se encuentra la residencia de Mar-a-Lago, trae reminiscencias de otra cumbre presidencial histórica. Ocurrió cuando, en la Navidad de 1961, John Fitzgerald Kennedy recibió en su residencia a Arturo Frondizi, por quien sentía un profundo respeto. En aquella ocasión, el encuentro tuvo como tema excluyente el análisis de la situación en Cuba.

El nivel de popularidad que tiene Milei en la militancia trumpista es notable. La motosierra se ha convertido en un símbolo que encuentra emulación en la decisión del presidente electo en la designación de Elon Musk y de Vivek Ramaswamy para hacerse cargo del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Serán los Federico Sturzenegger del nuevo gobierno.

No obstante esta corriente fervorosamente elogiosa hacia él, sería bueno que Milei hiciese una lectura adecuada de lo que, en términos prácticos, pudiera traducirse en acciones concretas por parte de Trump. Hay que recordar que, durante su primera presidencia, no hubo para Jair Bolsonaro, con quien la afinidad también fue muchísima, beneficios extraordinarios de parte de Trump. Como ya se expresó en esta columna, Mauricio Macri sí tuvo una ayuda muy concreta y crucial: el apoyo de los Estados Unidos que llevó al directorio del Fondo Monetario Internacional a aprobar los préstamos de magnitud nunca vistos antes que recibió la Argentina. Al respecto, hay que decir que la aspiración primigenia del ministro Luis Caputo es que ese apoyo se repita para poder acceder a un acuerdo que le permita llegar a obtener los dólares necesarios para poder levantar el cepo cmbiario. Esos dólares hoy faltan y eso crea un problema porque, más allá de las declaraciones tanto de Caputo como de Milei en las que tratan de minimizar su impacto, el cepo representa un obstáculo a las inversiones extranjeras que nuestro país tanto necesita.

El 2,7% de inflación de octubre fue la mejor carta de presentación que, al partir, Milei llevó a su reunión con Trump. En las recorridas periodísticas que se hicieron, la mayoría de los comerciantes de distintos rubros reconoció que las remarcaciones habían disminuido sensiblemente. Sin embargo, esta estabilidad –que no es uniforme– no redunda en un aumento del consumo. La razón es muy simple: la caída del salario. Muchas familias con un trabajo formal no logran esquivar la línea de la pobreza.

Por eso, el Presidente debería ser más prudente cuando habla de la recuperación de los ingresos. Ningún salario se ha acercado ni remotamente al nivel de inflación de este año, que ronda el 107%. Pudo haberse frenado la recesión pero aún queda un largo camino por recorrer para que la actividad económica despegue a niveles que generen un derrame que pueda ser percibido por la mayoría de la gente. “El Presidente es consciente del esfuerzo que está haciendo el pueblo argentino para poder acompañar las medidas que nos llevarán a estabilizar el país pero también sabe que a poco menos de un año de gestión los resultados obtenidos han sido superlativos. Nos decían que íbamos a durar tres meses y hoy estamos siendo reconocidos a nivel mundial”, se jactó un libertario de la primera hora.

Existe otro motivo para la algarabía oficialista. Es el pasado que vuelve y les recuerda a los argentinos lo peor de los veinte años de kirchnerismo. La Cámara de Casación Penal confirmó la condena contra Cristina Kirchner por el caso Vialidad a seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Aún le queda la opción de ir hasta la Corte Suprema, que no tiene un plazo temporal para resolver el caso. Por eso CFK no irá a prisión y, de no aprobarse el proyecto de ley de Ficha Limpia en el Congreso Nacional, podrá competir en las elecciones del año entrante.

Vale la pena hacer un paréntesis para desarticular la insostenible perorata de la expresidenta. Como buena oradora, Cristina intenta justificar todo lo que le sucede por un supuesto intento de proscripción y misoginia. “Como no me pueden pegar una piña, hacen lo que están haciendo desde Comodoro Py”, se la escuchó decir en su impostada aparición en territorio amigo luego de ratificada la condena. Sabe perfectamente que es el segundo tribunal que falla en el mismo sentido y que la maniobra de corrupción para desviar fondos del Estado en triangulación con Lázaro Baez a sus propias cuentas fue tan pero tan burda que no quedó la más mínima duda de aquel procedimiento.

No existe proscripción y, por si quedaran dudas, es bueno recordar que Ficha Limpia surgió hace varios años por iniciativa ciudadana. No podrán ser candidatos a cargos públicos quienes tengan una condena por corrupción contra el Estado ratificada por un tribunal de alzada. Es lógica pura y un intento por mejorar la calidad institucional y evitar que el Estado se convierta en un aguantadero para quienes se refugian en los fueros de manera indefinida para eludir la Justicia. Argentina se merece, de una vez por todas, un salto de calidad en su sistema democrático. Boleta única es ley. Ficha limpia es una deuda pendiente que ya debería quedar saldada.