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domingo, 24 de abril de 2022

Bailando al ritmo de CFK... @dealgunamaneraok...

Bailando al ritmo de CFK...

Gristina. Dibujo: Pablo Temes

En sectores de la sociedad se viven aires de lo que fue la crisis de autoridad asociada a la catástrofe de 2002.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 24/04/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Es cierto que, sometida a la retahíla incesante de sus enojos, disgustos y ansiedades y otros avatares de su permanente mal humor, la calidad de los ardides político-institucionales de la ex presidenta en funciones viene en picada. Cristina Fernández de Kirchner no se toma recreos. No bien da por terminado un capítulo de su pelea contra el presidente Alberto Fernández –su elegido– se apresta a preparar el siguiente y, al mismo tiempo, sostiene a viva voz su pelea contra la Justicia. Es, en rigor de verdad, lo único que le interesa. Mantener el control férreo sobre el Poder Judicial para escapar al destino de condena y posible cárcel la desvela. El crescendo de ese desvelo ha llegado a tal extremo que ya ni siquiera le interesa cuidar las formas.

En la órbita del Senado se ha cometido lisa y llanamente un fraude por orden de CFK. Se trata de la pueril jugada de fracturar el bloque del Frente de Todos contra Todos –denominación que ha dejado de ser una ironía para transformarse en una cruda realidad– para quedarse con un senador por la segunda minoría en la composición del Consejo de la Magistratura. Ese espacio correspondía al senador Luis Juez. El oficialismo pretende colocar así dos senadores afines por la mayoría y uno por la segunda minoría en el órgano encargado de la selección, nombramiento y proceso disciplinario de jueces y fiscales. Hubo un detalle que hizo aún más endeble la maniobra a todas luces espuria: el incumplimiento de los plazos establecidos para hacerlo.

La experiencia indica que del Frente de Todos contra Todos se puede esperar cualquier cosa. Lo curioso fue la tibia y tardía reacción de varios miembros de la oposición. “Hubo senadores de diferente color político, incluidos los radicales, que retrocedieron a la hora de ir contra CFK. Era el momento de programar una acción conjunta e inequívoca para marcarle la falta a la vice. Muchos se asustaron. Se derritieron ante el poder”. El autor de esas durísimas palabras fue el propio Luis Juez de acuerdo a lo confirmado por al menos tres fuentes parlamentarias. La indignación del legislador cordobés no pasaba tanto por el ardid kirchnerista sino por la falta de un apoyo contundente desde su bloque que se tradujera en acciones concretas y efectivas para detener la maniobra K.

En la Cámara baja ocurrió algo similar. Reuniones de bloque, idas y venidas incesantes que le dieron tiempo a Sergio Massa para negociar e intentar diferenciarse de la vicepresidenta. Accedió a la propuesta de Juntos por el Cambio y designó a la diputada de la UCR Roxana Reyes para integrar el Consejo de la Magistratura ampliado. La reacción de repudio para con el presidente de la Cámara baja debió haber sido inmediata.

De todos modos, la decisión de Massa enfureció a la ex presidenta en funciones, que se sintió abandonada en su cruzada por controlar el Consejo.

Ensañamiento K contra Alberto

“El único plan que desde el Gobierno se aplica sin descanso es el que busca la impunidad de CFK. En este caso la intención también tiene que ver con la suma de poderes para moverse con el desparpajo que necesitan para pisotear las instituciones”, aseguró otro legislador que no terminaba de digerir la medida.

En ese tren, la movida que rumia ahora la vicepresidenta es la ampliación de la Corte Suprema. Es una medida que busca replicar la realizada por el ex presidente Carlos Menem con el mismo afán que persigue hoy CFK: lograr una Corte adicta. Hoy es altamente improbable que esto pueda suceder. La composición de las cámaras legislativas ha dejado de estar bajo el dominio K. Habrá pues mucho ruido y pocas nueces. Lo mismo es probable que suceda con el proyecto del impuesto a la renta inesperada. Esta iniciativa va a ser agitada por el oficialismo en pos de un objetivo: la creación de un enemigo.

Este es un punto táctico clave en la estrategia para entender lo que vendrá. Lo único que puede mantener unido al oficialismo es la existencia de un enemigo. El fracaso de la gestión de AF y compañía aleja cualquier posibilidad de éxito alrededor del cual surjan coincidencias internas. La cotidianidad del Gobierno transita por un estrecho callejón en el que unos se dedican a hablar mal de los otros y viceversa. Es mucho el tiempo que se dedica a este quehacer desgastante e inútil.    

De aquí a las elecciones de 2023 todo será así, es decir, la exacerbación y la búsqueda de una Argentina binaria, de supuestos buenos contra supuestos malos.

Lo mismo sucederá en los sectores más duros de la oposición.

Sobre esto, cabalga un estado del humor social que gran parte de la dirigencia no solo política no llega a detectar. La marcha del campo organizada por la Asociación Argentina de Productores Autoconvocados –de reciente creación– es un llamado de atención. Representa no solo una protesta contra las malas políticas del Gobierno, sino también un llamado de atención a la conducción de entidades como la Mesa de Enlace que se ha visto superada por sus bases.

Se vive en muchos sectores de la sociedad un estado de situación con aires de lo que fue la gran crisis de autoridad asociada a la catástrofe socioeconómica de 2002.  

Fue el tiempo en el que el eslogan “que se vayan todos” se enseñoreó en cientos de marchas y asambleas barriales que durante meses fueron parte de aquel tiempo de angustia, indignación e impotencia de una sociedad que se sintió estafada en lo económico y defraudada en lo moral. Asistimos por entonces a la materialización de un verdadero estado pre anárquico que, en general, es el caldo de cultivo del cual emergen gobiernos de sesgo autoritario y opuestos al régimen republicano que consagra la división de poderes como lo demuestra día a día el kirchnerismo que nació de esa crisis.







domingo, 17 de abril de 2022

No soy yo, sos vos... @dealgunamaneraok...

 No soy yo, sos vos...


Tango feroz, los Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

No cejan los mensajes envenenados entre el Presidente y la Vice, en una crisis creciente.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 16/04/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinas/os


Jugar con fuego siempre es peligroso. Pero la ex presidenta en funciones no puede con sus propias frustraciones y es capaz de empujar al país al precipicio con tal de someter a su designado presidente a la humillación y a una eventual rendición. Los ejemplos sobran. El último episodio de una saga que continuará ocurrió esta última semana en el Centro Cultural Kirchner en el marco de la apertura de sesiones parlamentarias de EuroLat 2022, que tuvo a Cristina Fernández de Kirchner como principal oradora: “Hablamos de poder cuando alguien toma una decisión y esa decisión es respetada por el conjunto. Que te pongan la banda y te den el bastón, créanme, no significa que tengas el poder, sólo un poquito de eso. Y lo digo por experiencia. Y ni te cuento si además no se hacen las cosas que hay que hacer, dejémoslo ahí”, sentenció. El inicio y el final de la frase tuvieron el mismo destinatario: la figura presidencial.

El reclamo podría traducirse como falta de capacidad ejecutiva, pero quien define las cosas que hay que hacer para la vice, es ella misma. Era tan evidente que la alusión apuntaba directamente hacia Alberto Fernández que, para que no quedaran dudas, varios de los secuaces de CFK se encargaron de hablar con los periodistas que estoicamente debieron cubrir ese bochornoso acto para aclararles que no era así. Una de las características del kirchnerismo es que cuando afirman una cosa en verdad quieren decir exactamente lo contrario.  

El Dr. Fernández resiste como puede. Así como la “reina” envió a sus laderos al ataque con dardos envenenados la última semana, ahora él hizo lo mismo en las voces de Martín Guzmán y Aníbal Fernández. La diferencia es que la vicepresidenta finalmente salió a confrontar a pelo y sin intermediarios en las últimas horas. ¿Qué hará, pues, el Presidente? Los suyos le reclaman acción. El anuncio de los casi 7 puntos de inflación del mes de marzo hicieron ascender el ruego. En el entorno de AF hicieron saber que “no entregará a Guzmán mientras dure su asedio” y que, incluso, “se busca liberar al ministro de Daniel Martínez y Federico Basualdo, la cúpula de la Secretaría de Energía que abiertamente sale a confrontarlo”.

Guzmán por su parte le exige a AF que eche al secretario de Comercio, Roberto Feletti, convertido en un quinta columna. La Cancillería e Interior son los otros ministerios de la discordia. El Presidente ya sabe que no puede confiar la relación con los gobernadores a Wado de Pedro y sigue sosteniendo a Santiago Cafiero contra viento y marea. En el kirchnerismo duro se lo toman a risa: “Hay que dejarlo que se envalentone por un ratito, sino se va a terminar quebrando y eso no le sirve a nadie. Va a terminar consensuando los cambios, él mismo o con emisarios. Da igual. Si se mira el tablero es fácil darse cuenta de que no le quedan muchas fichas propias”, resumen voces afines al Instituto Patria con sarcasmo.

Respecto a la Secretaría de Energía cabe recordar que, desde tiempos de Néstor Kirchner, siempre fue un lugar estratégico para el kirchnerismo. “Reúne dos condiciones fundamentales, la posibilidad de cuidar la caja y la de hacer política populista mediante precios y subsidios de tarifas. Es un área que difícilmente quede en manos del Presidente sin que se desate una pelea de consecuencias impredecibles”, aseguró una fuente parlamentaria.

El discurso de la vicepresidenta no fue el único dato político del bochornoso acto en el que CFK desató la repulsa de gran cantidad de parlamentarios europeos que se vieron sometidos a tener que ser parte de una arenga partidaria. El otro dato significativo lo dieron los cánticos de la claque kirchnerista cuando con notoria desafinación entonaron el estribillo “de la mano de la jefa vamos a volver”. He ahí el indicio de algo que no hay que descartar: la eventual candidatura presidencial de la vicepresidenta. Está claro que no hay hoy ninguna otra alternativa en su necesidad de mantenerse en el poder. A ninguno de sus delfines, Axel Kicillof y Máximo Kirchner, les da el piné.  

¿Nuevo viento de cola?

El clima que se vive puertas adentro del oficialismo es de tanta tensión que ya nadie oculta las conversaciones y escenarios eventuales si se llegara a un punto de no retorno, es decir, la convocatoria a la Asamblea Legislativa. Los opositores que aluden al tema son tratados como golpistas y destituyentes “pero ahora el tema está instalado en casa” reconoce una fuente oficialista con preocupación. “Son conversaciones informales que no le hacen bien a nadie pero sería necio negarlo, cada vez son más los que hacen cálculos y no se puede tapar el sol con las manos”.

Los que conocen el detalle de la conversación, que el ministro intentó mantener en secreto, sostienen que ese tema fue central durante la reunión de noventa minutos que el Papa Francisco le concedió a Wado de Pedro. Los que saben lo que sucede al interior de la residencia de Santa Marta señalan que habrá más reuniones del Sumo Pontífice con funcionarios del Gobierno. Cafiero será uno de ellos?

En la cúpula del Episcopado argentino hay una honda y creciente preocupación, que le fue transmitida al Papa, por la ferocidad de la interna gubernamental en el contexto del creciente deterioro socioeconómico que sigue experimentando nuestro país.

Hervor opositor. Wado de Pedro volvió a mostrarse activo y desató un hervidero dentro de No Tan Juntos Por el Cambio. La feroz interna kirchnerista todavía ayuda a disimular la tormenta que pasa bajo radar pero los problemas ya no son con los radicales díscolos. En el entorno del Gobernador de Jujuy Gerardo Morales se frotan las manos y se preguntan: “¿Qué van a decir ahora ante la intransigencia de su jefe? Parece que el segundo tiempo se va a jugar con unos cuantos lesionados.”

La mala imagen del ex presidente que registran todas las encuestas genera incomodidad en todos los integrantes de la coalición.

La Argentina navega por las procelosas aguas de la disputa política interminable de incertidumbre. “Allí donde el mando es codiciado y disputado no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia” (Platón).




sábado, 12 de diciembre de 2015

Simbolismos de una transición agitada… @dealgunamanera...

Simbolismos De Una Transición Agitada…


Macri deshace con gestos el discurso oficial. A veces, un gesto puede más que mil palabras. La política no se hace con gestos, pero previo a asumir un cargo de tan alta responsabilidad como el de Presidente de la Nación, las pequeñas y no tan pequeñas decisiones del futuro Jefe de Estado pueden poner a la luz un estilo y una determinada escala de valores y jerarquía de prioridades.

© Escrito en jueves 10/12/2015 por Rafael Eduardo Micheletti y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Así como en su momento se habló mucho de los gestos del Papa Francisco en los primeros días de su pontificado, sin ánimo de equiparar ámbitos ni personalidades, se pueden analizar los gestos que ha tenido hasta ahora Macri en el muy breve pero a la vez intenso tiempo intermedio entre su triunfo electoral y su asunción. Los mismos no han servido sólo para marcar un estilo personal, sino también para pulverizar en un muy breve período de tiempo el andamiaje simbólico que quedaba en pie de lo que ha sido el discurso oficial en la última década.

¿Se puede decir que unos cuantos gestos del presidente electo han bastado para demoler lo poco que quedaba del famoso “relato”?

Para empezar, más allá de algunas pocas excepciones, Macri ha conformado un gabinete con muy alta capacidad técnica. De esta manera, destruyó en un abrir y cerrar de ojos el mito oficialista de que la política es siempre y solamente sinónimo de militancia. Macri no designó militantes, no se cerró en su círculo íntimo ni se rodeó de incondicionales. Pensó en poner al frente de la Argentina los que para él eran los mejores. Demostró que su discurso sobre el “trabajo en equipo” no es un simple eslogan.

Otro gesto importante del flamante presidente electo fue realizar de inmediato una conferencia de prensa de verdad, con preguntas libres, y prometer (habrá que ver si lo sostiene) que se lleven a cabo en forma regular durante su mandato. Este pequeño pero poderoso gesto marca una ruptura importante con el populismo: el gobernante no es dueño de la verdad y su poder no le confiere derechos sino obligaciones. Debe rendir cuentas al detalle de cada cosa que hace con el poder que el pueblo soberano le presta.

Con una movida magistral, Macri dinamitó el discurso según el cual él venía a destruir todo lo hecho por el gobierno saliente, a romper en todos los frentes y a instalar un retorno al pasado. Mantuvo en su puesto al ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, prestigioso científico artífice de uno de los pocos aciertos que puede mostrar Cristina en medio de tanta pérdida de credibilidad. Esto va de la mano con el desarrollismo predicado por Cambiemos, muy lejos de la suerte de elitismo materialista que pretendieron endilgarle.

Como si todo lo anterior fuera poco, el líder Qom, Félix Díaz, con quien Macri se había reunido durante la campaña firmando un acta compromiso, decidió levantar el ya legendario acampe en la 9 de Julio cuya persistencia se debía a la iracunda negativa de Cristina a recibirlo. Lo hizo en medio de una fuerte crítica al kirchnerismo, al cual tildó de “discriminador”. ¿No era acaso que la líder populista tenía una conexión especial con los excluidos, que el populismo era el mejor vehículo para procesar demandas sociales insatisfechas y que Macri era sinónimo de represión, exclusión y discriminación? ¿Tan rápido se dieron vuelta los papeles?

Otra ruptura con Cristina fue el fuerte ritmo de trabajo que ya le imprimió Macri a su gestión, incluso antes de asumir. A pesar del muy escaso tiempo que tuvo luego de la ardua campaña antes de la asunción, ya se puso a trabajar a toda máquina, reuniéndose con su gabinete, dando conferencias de prensa y viajando a países vecinos como Brasil y Chile al efecto de restaurar relaciones bilaterales tan deterioradas durante el kirchnerismo. La política ya no se trata de quedarse con los brazos cruzados, negar los problemas (como la inseguridad y la inflación) y victimizarse echando culpas para afuera, sino de arremangarse y trabajar; de no perder el tiempo que es del pueblo.

Tanto pasó en tan corta transición, que también hubo tiempo para la polémica. Casi como queriendo darle crédito a la teoría de Nelson Castro sobre la enfermedad del poder de Cristina, la mandataria saliente se enfrascó en un inexplicable capricho al pretender alterar dos tradiciones institucionales: que el paso de mando se hace en la Casa Rosada (como incluso lo ha reconocido el propio kirchnerismo a través de su lamentable dibujo animado “Paka-Paka” orientado a adoctrinar a los chicos) y que, en todo caso, se le reconoce al presidente entrante la facultad de elegir los pormenores de la ceremonia que lo inviste. Frente a este desquicio y atropello, Macri se plantó, transmitiendo y quizás adelantando una suerte de firmeza en lo tocante a la defensa de las instituciones tan vapuleadas por el gobierno saliente. Al parecer, si Cristina persiste en su sinsentido, la entrega del bastón de mando será protagonizada por la Corte Suprema.

Además de rodearse de ministros probos con peso y criterio propio, Macri también hizo su primera reunión de gabinete, demostrando un cierto estilo de diálogo y colegialidad que había brillado por su ausencia con Cristina y con los caudillismos en general. De nuevo, el presidente no es el dueño de la verdad y más importante que hablar es saber escuchar.

Por último, sin pretensión de exhaustividad, se puede mencionar como gesto de peso el hecho de que el primer viaje de Macri fue a Brasil, donde mantuvo un diálogo muy cordial con Dilma Rousseff, quien lo recibió en su despacho como si se tratara de un presidente en funciones. Macri ha generado una gran expectativa en la región en relación a la posibilidad de restaurar relaciones amistosas y constructivas de Argentina con sus vecinos. Otra vez, ¿no era que el kirchnerismo bregaba por la unidad latinoamericana y Macri por el imperialismo y el colonialismo?

Claro que todos estos son apenas gestos de alguien que ni siquiera asumió, pero si son tantos en tan poco tiempo y resultan consistentes, bien puede tratarse de un adelanto de lo que será la gestión de Macri al frente del Estado nacional. Lo que sí está claro, más allá del grado de confianza o esperanza que el presidente electo nos genere a cada uno, es que, si quedaba algo en pie del discurso oficial, Macri lo barrió con apenas un simple soplido causado por una seguidilla de decisiones de sentido común en una muy corta transición de mandatos presidenciales.





jueves, 6 de diciembre de 2012

No todo lo que brilla es oro... De Alguna Manera...


Relato engañoso…

 CLARINBOXING. Dibujo: Pablo Temes.

No todo lo que brilla es oro. La prudencia oficial evitó el default. Pero la guerra por el 7D nubla la mirada del Gobierno.

La situación fue dramática. Por suerte, ante tanto dramatismo, la Presidenta por una vez escuchó; finalmente  comprendió lo imprescindible de actuar con prudencia, de dejar de lado los gestos tribuneros y de evitar expresiones más propias de patoteros que de un estadista. Todo ello, agregado a un cambio de 180 grados en las proposiciones hacia los fondos buitre, constituyó los ingredientes fundamentales que permitieron obtener un fallo favorable en la Corte de Apelaciones de Nueva York que dispuso dejar en suspenso hasta el 27 de febrero de 2013 el fallo del juez Thomas Griesa. De no haber ocurrido eso, lo que hubiera sucedido habría puesto al país en una situación de default técnico de consecuencias catastróficas para nuestra economía. 

La decrepitud moral de los fondos buitre está fuera de toda discusión. Sin embargo, el problema no es la calificación moral de lo que representan sino los fundamentos legales sobre los que asientan sus reclamos. Pues es sobre ellos que fundan sus demandas en las cortes en las que se ventilan este y otros casos. El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha creído hasta aquí que la mejor manera de pulverizar esas demandas era ignorándolas. Ese fue un grueso error, como también lo fue creer que gritando aquí y allá que nunca les pagarían un solo dólar los obligarían a un destino de resignación, sin darse cuenta de que al decir eso lo que se estaba anunciando, en verdad, era que se desoiría un fallo de un juez.

La Presidenta está mal acostumbrada a que esto sea posible en este presente por el que atraviesa nuestro país. Lo que no advirtió es que Nueva York no pertenece a la Argentina y que allí las cosas son diferentes. El fallo de la Corte de Apelaciones de ese distrito le ha dado tiempo al Gobierno para reiniciar las negociaciones con esos fondos. Por lo tanto, la reapertura del canje habrá de ser un hecho. Eso es lo que debió haberse planteado hace mucho tiempo. Como señaló Roberto Lavagna, todo esto sucedió porque la Presidenta no cumplió con los pasos que se habían establecido en el canje de 2005. Hay ahora una nueva oportunidad para el país que el Gobierno no debe desaprovechar. ¿Habrá aprendido la lección?

Con todo, el episodio de mayor gravedad institucional en la semana fue la presentación formalizada por los camaristas del fuero Civil y Comercial –algunos de los cuales tienen una conocida afinidad con el Gobierno– en la que denunciaron, ante la Comisión Permanente de Protección de la Independencia Judicial de la Corte Suprema, las presiones a las que vienen siendo sometidos por el Gobierno a través de la larga serie de recusaciones que ha paralizado a esa rama del sistema judicial. 

Esta denuncia, inédita en los casi treinta años transcurridos desde la recuperación de la democracia, se ve agravada por el documento anexo que la acompaña, en el que se lee un memorándum del ministro de Justicia, Julio Alak, con un instructivo destinado a señalarles a los magistrados cómo deben fallar. Esta es la concreción de uno de los actos de avasallamiento de la independencia de los jueces más escandaloso de los que se tenga memoria. Ello ha dado origen a una situación de denegatoria de Justicia que la Corte ha reconocido, que es consecuencia de la guerra del Gobierno contra Clarín, y que tiene implicancias ominosas que van más allá de este caso. Sin una Justicia independiente no hay República. 

Este es el contexo en el cual se entra a la semana decisiva que lleva al 7D, a la que el Gobierno ha presentado como una fecha en la que se refundaría la Argentina. En la Corte hay quienes esperan que el juez Horacio Alfonso emita su veredicto esta semana. Otros lo ven dudoso y piensan que eso ocurrirá después de la feria judicial. De todas maneras, los que conocen lo que se dice en los pasillos ubican al juez como cercano al Gobierno y, por lo tanto, descuentan que su fallo será adverso a Clarín. 

Ese fallo, sea cual fuere su contenido, no será firme y, por ende, dará pie a una apelación que llegará inexorablemente a la Corte. Por lo tanto, el 7D nada debería suceder. Sin embargo, en la Corte hay quienes creen que el Gobierno no respetará esta premisa elemental de cualquier Estado de derecho y actuará de oficio, procediendo a dar comienzo al desguace del Grupo Clarín. De ser así, la Presidenta habrá visto concretado su anhelado sueño de destruir TN, uno de los objetivos clave de la Ley de Medios. Será ése, además, el momento en el que el Gobierno habrá dado un paso más en su cruzada por hacer de la Argentina un país lo más parecido posible a la Venezuela de Chávez.

El último Aló Presidente debería ser motivo de un análisis profundo por parte del numeroso equipo de burócratas que manejan la comunicación presidencial. Algo raro, difícil de definir, le está sucediendo a la Presidenta. Llama la atención la falta de conciencia del real significado de algunas cosas que allí dijo. Básicamente dos, relacionadas con su embate contra los jubilados que reclaman que se les pague ni más ni menos que lo que les corresponde. La primera, cuando Fernández de Kirchner señaló que “es muy fácil hacer justicia social con la plata del Estado”. Pregunta: ¿Y con qué plata, si no la del Estado, hace justicia social la jefa de Estado? 

En realidad habría que decir que el Gobierno lleva adelante una política de injusticia social cuando, en lugar de destinar la plata de la Anses a pagar las sentencias favorables a los jubilados, desvía esos fondos a propósitos de propaganda política como, por ejemplo, el Fútbol para Todos. La segunda, cuando equiparó esos reclamos justos de los jubilados a los de los fondos buitre. ¿Considerará, pues, que su madre, Ofelia Wilhelm, actuó como un fondo buitre cuando demandó a la Anses por las deudas que el organismo tenía con ella, demanda que tuvo un fallo favorable que, además, se pagó sin demoras?

Uno de los rasgos de la enfermedad de poder es que quien lo padece cree que puede hacer o decir cualquier cosa sin que ello tenga consecuencia alguna. Esa es la idea que subyace en el “relato” en el cual sustenta la Presidenta buena parte de su gestión. Hay que reconocer que hasta aquí la ha acompañado el éxito. Sin embargo, debería tener en cuenta la famosa frase de Abraham Lincoln que dice: “Se puede engañar a todos durante algún tiempo; se puede engañar a algunos todo el tiempo; pero lo que no se puede es engañar a todos todo el tiempo.”

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

 © Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 1º de Diciembre de 2012.


martes, 9 de octubre de 2012

Hay que ayudarla… De Alguna Manera...


Hay que ayudarla…

 ¿JUAN DOMINGO FERNÁNDEZ? Dibujo: Pablo Temes.

¿Cristina lo permitirá? Los problemas del neofrepasismo light. El círculo que daña a la Presidenta. Y las trampas K a la ley.

Astuto, el senador Ernesto Sanz afirmó que el gobierno de Cristina está destruyendo el mito de que el peronismo sabe gobernar. Y puso mega ejemplos en los que la mala praxis nos hizo retroceder años y colapsar, como en el esquema energético y de transporte, con la delirante cifra de 76.205 millones en subsidios. Sugiero un debate todavía más provocador y pregunto: ¿Es el peronismo el que está gobernando? Si los problemas más graves fueron generados por Nilda Garré, Héctor Timerman, Juan Manuel Abal Medina, Axel Kicillof, y si el comandante de la madre de todas las batallas es Martín Sabbatella, el entorno de Cristina se parece más a un neofrepasismo testimonial y livianito que al poderoso y flexible justicialismo, capaz de anticipar conflictos y encauzarlos posteriormente con su pragmatismo genético.

Si los principales voceros de Cristina contra los imaginarios golpistas son Edgardo Depetri, Hebe de Bonafini, Luis D’Elía y Juan Cabandié, y si sus soportes culturales son Fito Páez y José Pablo Feinmann, se confirma que hay una preferencia presidencial por los que expresan el 10% de los votos.

Tal vez Cristina haya pretendido mejorar al peronismo. Convertirlo en un partido menos corrupto y corporativo y más republicano era una buena acción. Pero lo que está logrando es reemplazar el justicialismo por una fuerza propia temerosa de cuestionarla, infinitamente más débil, inexperta e ingenua, que todo lo explica como un complot de Magnetto. La política, la administración de las diversidades y el disciplinamiento de las corporaciones son algo mucho más complejo y sofisticado que el blanco y negro como única bandera. El verso conspirativo se vació de contenido, se agotó. Sólo produce risa cuando llega al paroxismo de Julio Alak, que atribuyó la rebelión “caradespintada” a Clarín. Ni hablar de los papelones con nombre y apellido: Leandro Despouy y el juez Raúl Tettamanti.

¿Se han erosionado aquellos históricos 12 millones de votos de la reelección? Es difícil asegurarlo. Sólo las urnas tienen la verdad, y para eso hay que esperar hasta 2013. Pero la fortaleza de un gobierno también se mide por lo que es capaz de construir y destruir. La fragilidad actual no ha logrado siquiera poner en caja a Daniel Peralta, que los desafía tal como está desafiándolos medio mundo. Ocurrió lo que tenía que ocurrirle a un gobierno que atacó con inédita ferocidad a sus adversarios. Apenas tuvo un tropiezo, todos los maltratados le saltaron a la yugular. Ya utilizaron la más vigorosa batería de operaciones contra el gobernador de Santa Cruz y ahí está, vivito y coleando, chicaneando al mismísimo Máximo Kirchner, que es la segunda persona más poderosa del país. El Gobierno sigue castigando como siempre, pero ahora sus golpes casi no duelen.

Pocos han dañado tanto a la Presidenta como los que le hicieron el regalito del Decreto-Mamarracho 1.307. Son los que parieron un motín tan inédito como peligroso. No porque la intención de los prefectos y los gendarmes sea derrocar a Cristina. Jamás se manifestaron como golpistas, pero su sola presencia insubordinada fue un alerta inquietante que destruyó la cadena de mando, la columna vertebral de toda fuerza jerárquica. Ellos reclaman mejor trato y más salario. Pero es riesgoso para el sistema democrático porque algunos grupúsculos fascistas se montaron sobre esa protesta y reaparecieron dinosaurios del terrorismo de Estado como Cosme Beccar Varela, Alejandro Biondini, o el apellido Seineldín como pancarta.

Se necesita ahora una operación quirúrgica muy prudente para recomponer lo que el Gobierno dinamitó con impericia y soberbia. Es correcta la idea de que los jefes sean los encargados de satisfacer algunas demandas de sus subordinados. Todo lentamente y con mucho cuidado, para no contagiar la protesta a otra fuerza y sin sanciones brutales que multipliquen la cantidad de uniformados indignados.

Es incorrecta la intención de patear la pelota hacia delante para deshilachar los planteos de las fuerzas de seguridad. En lo físico y anímico son muchachos que no se desgastan fácilmente. Están acostumbrados a la intemperie territorial y afectiva. Pero es una bomba de tiempo que gente que no sabe negociar y no tiene tradición de debate y asamblea se sienta acorralada. Puede salir un tiro para cualquier lado, y nunca para el lado bueno. Esta es una alerta roja que supieron ver Julián Domínguez y los diputados opositores que dejaron por escrito lo básico: dentro de la democracia, todo; fuera de ella, nada.

La sucesión de torpezas oficialistas nace de la imposibilidad de reconocer el mínimo error o escuchar alguna crítica. El senador Luis Juez dijo, escatológico pero eficaz, que “los cristinistas parecen bioquímicos: siempre están analizando las cagadas ajenas y nunca las propias”. Conoce el tema: es hijo de un suboficial del Ejército que murió sin la sentencia de la Justicia que certificara la ilegalidad de los pagos en negro. Otra vez: ¿cómo combatir la ilegalidad del trabajo informal desde un Estado que es el que más negro utiliza?

Esa presunta picardía de gambetear o directamente violar las normas es uno de los grandes fracasos del Gobierno. Todo por izquierda y no “de izquierda”. Siempre la trampita. Dividir todo lo que se mueve, “puentear” a gobernadores, poner doble comando en todos los organismos, desconocer los fallos de la Corte. ¿De qué le sirvió al Gobierno pagar con el eufemismo encubridor de los aumentos no remunerativos? El resultado fueron juicios por todos lados y una distorsión en las nóminas salariales que potenció la bronca entre integrantes de la misma fuerza, donde uno cobraba el doble que el otro con iguales tarea y cargo. El fin de ahorrarse unos pesos y castigar a los retirados porque “son todos golpistas” fue un remedio peor que la enfermedad. Lo mismo ocurrió en varios planos. ¿O la piolada del que se las sabe todas y malversa las estadísticas del Indec dio algún beneficio a Cristina?

¿Y la ficción de decir que la Ley de Medios es para democratizar la palabra cuando en realidad es para monopolizarla? La farsa se evaporó en el aire el día del cacerolazo que el amigopolio ignoró, y eso produjo que TN trepara hasta los diez puntos de rating. En lugar de diversificar las voces, hasta ahora achicaron todos los espacios de la libertad de expresión. Ir por todo es arriesgarse a quedarse sin nada. No se puede pedir respeto por la autopista de la ley si el Gobierno es el primero que va por la colectora y todo el tiempo busca atajos que rompen las reglas. Hay que ayudar a Cristina y rogar que se deje ayudar.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 6 de Octubre de 2012.