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domingo, 17 de septiembre de 2017

CFK... Falsa verdades... @dealgunamanera...

Los “olvidos” de CFK…

Mentiras verdaderas. Cristina Kirchner. Dibujo: Pablo Temes

Lo que la ex presidenta argumentó en el reportaje sobre su gestión no fue la realidad.

© Escrito el domingo 17/09/2017 por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A lo largo de las dos horas que duró la entrevista que le realizó Luis Novaresio a Cristina Fernández de Kirchner quedaron expuestas sus actitudes manipuladoras, la selectividad de sus recuerdos y de su apreciación de la realidad, su carencia de autocrítica, sus contradicciones y sus falacias. Su Hubris no ha cambiado en lo más mínimo. Cuando, hace unos años, quien esto escribe le preguntó a uno de los médicos de nota que atendieron a la ex presidenta de qué hablaba en la conversación cotidiana, su respuesta fue categórica: “Cristina habla sólo de ella y de su percepción de la realidad; la de los demás no importa”. Es lo que se vio y se escuchó en la tarde del jueves último. De las muchas cosas que dijo, nos detendremos aquí sólo en tres.

Perlitas. 

La primera fue cuando señaló que si ella fuera un factor de división del peronismo se autoexcluiría de la candidatura presidencial en 2019. En verdad, esa afirmación dejó en claro dos cosas: una, que su real voluntad es volver a la presidencia, objetivo para cuya concreción el triunfo en la elección de octubre es clave; la otra, su apreciación distorsionada de la realidad; ¿quién, si no ella, es la principal responsable de que no haya hoy la unidad en el peronismo bonaerense por la que ahora clama y que necesita? “Las encuestas nos dicen que ganamos con el 50% de los votos” fue la respuesta que, a manera de negativa, obtuvo Florencio Randazzo cuando le pidió a CFK ir a una interna, según declaró el senador Juan Manuel Abal Medina en una entrevista por Radio Continental.

La segunda respuesta sobre la que nos detendremos fue cuando, al ser interrogada por el caso Venezuela, dijo que en la Argentina no hay Estado de derecho y tomó como uno de los casos para dar fundamento a su inexacta afirmación el referido a las intenciones del gobierno de Mauricio Macri de desplazar a la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó. Olvidó –como olvidó a las 51 personas fallecidas en la Tragedia de Once, y como olvidó también decir que la patota que asesinó a Mariano Ferreyra respondía a José Pedraza, hombre de cercanía con su gobierno, en una zona liberada por la Policía Federal– mencionar el caso del desplazamiento del ex procurador Esteban Righi. Vale la pena recordar el hecho que nos retrotrae al caso Ciccone, que en poco tiempo más tendrá en el banquillo de los acusados a Amado Boudou.


#enelmientrastanto... ¿Dónde está Santiago Maldonado...?

Todo comenzó el 4 de abril de 2012 con un allanamiento ordenado por el fiscal federal Carlos Rívolo en un departamento del piso 25 del edifico ubicado en Juana Manso 740, en las torres River View, propiedad del entonces vicepresidente, que le alquilaba Alejandro Vandenbroele, uno de los acusados en este escándalo por haber estado a cargo de la planificación de la maniobra que buscó sacar de la quiebra a Ciccone. En el procedimiento se encontraron evidencias documentales –pagos de expensas– que pusieron al descubierto las relaciones entre ambos. Recuérdese que Boudou negaba conocer a Vandenbroele. El día en que se realizó el allanamiento, el vicepresidente se encontraba en San Carlos de Bariloche con CFK.

Furioso ante este hecho, el 5 de abril de 2012 –Jueves Santo–, en una sonada conferencia de prensa que dio en el Congreso, el entonces vicepresidente acusó a Righi de estar relacionado con el hecho del allanamiento como represalia por no haber contratado a su estudio en ocasión de una oferta que dijo le habían hecho durante su desempeño en la Anses y como ministro de Economía, para “aceitar” a jueces federales.

Righi, que había sido designado como procurador general de la Nación por el ex presidente Néstor Kirchner el 23 junio de 2004, negó que esto hubiera sido así. La reunión existió y, según narran sus allegados, se hizo a pedido expreso de Boudou. El entonces procurador reaccionó con indignación y, conocedor de la trastienda política y de los personajes del momento, comprendió rápidamente que Boudou jamás podría haber dicho lo que dijo sin el apoyo de la ex presidenta. Por lo tanto, renunció.

No se recuerda que CFK haya hecho algo para apoyarlo ni dicho que semejante reacción de su vice era ultrajante para el Estado de derecho. Era claro que él hubiera pretendido que el procurador frenase la investigación del fiscal.

Por otra parte, si hay algo que ha protegido a Gils Carbó de ser removida de su cargo más allá de los deseos del Gobierno, es la plena existencia de un Estado de derecho.

CFK tampoco se acordó de mencionar la brutal embestida contra el fallecido ministro de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Fayt, a quien, como a tanta otra gente que no se le sometía, detestaba. A Fayt, un magistrado a quien mucho le debe la República, se lo intentó remover a través de un juicio por insania.

Cuando habló de la libertad en su gobierno –en verdad es un todo que abarca al de su difunto esposo–, olvidó también mencionar hechos que la desmienten absolutamente. Al siempre recordado Pepe Eliaschev se lo echó de Radio Nacional por orden expresa de Néstor Kirchner. Luis Juez fue testigo presencial de esa orden.

A PERFIL, el ex presidente buscó ahogarlo económicamente para lograr su cierre. Lo hizo a través no sólo de la supresión de la publicidad oficial sino también de la presión sobre las empresas privadas para que no anunciaran en el diario.

La Ley de Medios tuvo como único objetivo la destrucción de Clarín y, específicamente, de TN. A Daniel Hadad lo forzaron a vender su grupo de radios y el canal C5N a Cristóbal López, quien no bien concretó la compra dispuso el despido de Marcelo Longobardi, el líder de la primera mañana radial, por expreso pedido de CFK. También se utilizó la AFIP para perseguir a los periodistas a los que la ex presidenta detesta –entre los que estamos–.

Todas éstas son muestras de lo que fue un gobierno intolerante y autoritario.

Ante tantos “olvidos”, me permito un humilde consejo a quien va a ser nuevamente senadora de la Nación con aspiraciones presidenciales: tal vez no le vendría mal una consulta con el doctor Facundo Manes, especialista en temas de memoria de renombre internacional, que supo ser uno de sus muy buenos médicos.

Producción periodística: Santiago Serra.



domingo, 20 de agosto de 2017

Rumbo a Octubre… @dealgunamanera...

Puentes de campaña...

Randazzo se muestra autocrítico en esta campaña electoral. Foto: Twitter Randazzo.

Gobernadores e intendentes parecen ser los hombres clave de la elección que viene. Los caminos del PJ.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 20/08/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El oficialismo está exultante. El resultado a nivel país consolidó el modelo de Cambiemos a nivel nacional y lo coloca como el principal partido político de cara a octubre. Mauricio Macri está demostrando que puede haber un gobierno no peronista con poder y con capacidad de gestión. Luego de una campaña en donde se instaló –intencionadamente– que se elegía entre dos modelos de país diferentes, el oficialismo fue respaldado por el voto de la gente. Desde el riñón del macrismo sostienen que el resultado no fue una sorpresa. En la semana anterior a las PASO ya sabían que iban a encontrarse con una elección pareja en la Provincia. En el camino hacia octubre la estrategia proselitista seguirá de la misma manera. Se hará una campaña corta con María Eugenia Vidal a la cabeza. 

Las conversaciones con los intendentes no alarman demasiado al oficialismo; confían en que van a priorizar la relación con el gobierno provincial y que la figura de Cristina Fernández de Kirchner marcha hacia su inexorable ocaso en octubre, por lo que los intendentes del PJ no la apoyarían. “Están tratando de subirse el precio, pero quedaron desdibujados” sostienen desde el riñón del PRO, y agregan que “la ex presidenta podrá sacar un punto más, pero no más de eso; tiene un techo. Nosotros vamos a caminar las comunas donde obtuvimos resultados más flojos y apuntamos a sumar tres o cuatro puntos más”.

Mutaciones. Saben que el votante de Massa en general es un votante antikirchnerista, los votantes peronistas se quedarán con él y los que no, migrarán al PRO. En cuanto a los votantes de Florencio Randazzo, en el Gobierno creen que no tiene mucho más para caer; “podrá perder un punto como mucho” sostienen con convicción.

Desde el randazzismo, por su parte, aseguran que el proyecto sigue firme: “Es ridículo darle crédito a las versiones de que nos bajamos. Desde el principio iniciamos una carrera larga: la renovación del peronismo sin apuros electorales”, aseguran las principales espadas de “Cumplir”. Randazzo se quedó conforme; tenía expectativas de superar su número, pero sabía que las cartas con las que jugaba estaban lejos de ser las mejores.

Ahora viene la estrategia de cara a octubre. En ese derrotero son conscientes de que corren el riesgo de que se busquen sus votos y aseguran que “existen muchas operaciones dando vueltas”. De esto habló por estas horas –confirmándolo sin tapujos– Juan Manuel Abal Medina. “Los intendentes están preocupados por su propio futuro, la caja mueve más que las convicciones y saben que a fin de cuentas, una buena relación con la Provincia se traduce en ejecución de presupuesto y obras”, sostiene una fuente allegada a Randazzo. Dos intendentes del PJ (Mariano Cascallares de Almirante Brown y Martín Insaurralde de Lomas de Zamora) estarían negociando ayudar a Vidal, manteniendo su propia mayoría a cambio de que Cristina no gane en sus municipios, facilitando el corte de boletas.

Una de las espadas de Randazzo en la Provincia, intendente de una de las zonas más calientes, aseguró que sigue pensando que hay que renovar el peronismo, hacer autocrítica, democratizarlo, pensar propuestas para el futuro de la gente y que, si bien “CFK es una referente para un sector duro, no puede ser un tapón que impida la renovación”.

Cómo se lee. La ex presidenta plantea mediáticamente como un triunfo el resultado de las PASO, pero dentro del partido saben que la elección fue mala y que puede ser peor. Las proyecciones indican que al término del recuento definitivo se impondrá por una diferencia que va de medio a dos puntos. En verdad, ella está enojada con las consultoras que le auguraban un triunfo por un margen de diez puntos. Se confió, y los resultados hablaron por sí solos. Algunos sectores dentro de Unión Ciudadana hacen por estas horas una autocrítica. “Si Cristina hubiera aceptado una interna con Randazzo, teníamos el triunfo asegurado”, señalan con pesadumbre. Es que, una vez más, CFK aplicó la lógica de la ilógica. Ese es uno de sus males.

Existe el rumor de que los intendentes, ex socios del Movimiento Evita, pidieron una reunión con el cristinismo duro para acercarse a la ex presidenta, pero desde el entorno de Fernando  “Chino” Navarro lo desmienten y sostienen lo contrario. Fue Jorge Taiana quien pidió una reunión con ex socios del Movimiento Evita para acercarse y replantearse la estrategia de cara a octubre.Hay señales del massismo de querer peronizar la campaña PASO 2019 con Randazzo, pero –por ahora– el ex ministro del Interior no quiere saber nada de eso.

En Massa. En las huestes de Sergio Massa hubo replanteos y reproches por el rumbo que tomó la campaña: allí se coincide en que haberse centrado en propuestas como “Bajemos los precios”, o la lucha contra la corrupción sin proponer ninguna medida concreta, los llevó a caer en la misma bolsa que el resto. “Nos acusaron de que Massa no es creíble, pero con libretos armados. Hay que volver a las apariciones viscerales, reales y emotivas” –sentenció una fuente del Frente Renovador.

Una diputada massista agregó: “El Gobierno va a agitar el fantasma de la debilidad de nuestro frente y de las peleas internas y posibles fugas”. Ante esta perspectiva, el objetivo de Massa es mantener la unidad y definir nuevas estrategias.  “Acusamos el golpe, pero estamos fuertes. Vamos por la cristalización del núcleo duro”, sostiene otra fuente de 1País que no pierde el entusiasmo al analizar los datos de los resultados del domingo y compararlos con los de 2015. “Mantuvimos y superamos los números del 2015. En octubre de 2015, en plena polarización para elegir presidente, Scioli sacó 36; Macri 32 y nosotros 23”.

Massa impulsa avanzar hacia un contacto con gobernadores justicialistas que necesitan que exista un perfil peronista en la provincia de Buenos Aires para que CFK no vuelva a concentrar poder. Busca sacar provecho del enojo y la decepción que muchos de ellos tienen con Randazzo por su escasa cosecha de votos. Juan Manzur llegó a decir que “Randazzo puso el último clavo del cajón del PJ”. El resultado de las PASO demuestra que el peronismo se debe aún un debate interno serio que abra el camino a una renovación aún ausente.

Producción periodística: Santiago Serra con la contribución de Lucía Lopreiato.


domingo, 24 de abril de 2016

Fin de pendientes… @dealgunamanera...

Fin de pendientes…

Vía Libre. Alfonso Prat-Gay. Dibujo: Pablo Temes

El pago a los holdouts alivia y elimina obstáculos y excusas. Cristina, complicada.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/04/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Hasta que no arreglemos con los holdouts, no habrá plan económico”. Esa es la frase que se venía escuchando en el Gobierno desde el Presidente para abajo. Ese objetivo se logró y se terminó de concretar el viernes pasado, es decir, 14 años y cuatro meses después de aquel infausto día en que el presidente brevis Adolfo Rodríguez Saá lo había decretado entre los aplausos y vítores de legisladores que no se supo bien qué festejaban.

Cuando se escriba toda la historia de estos 14 años en default, se hará mucho más evidente –entre otras cosas– el grosero error que cometió Cristina Fernández de Kirchner cuando, mal aconsejada por su ministro de Economía, Axel Kicillof, y llevada por los arrebatos fantasiosos del así llamado “relato”, decidió frenar el último día de julio de 2014 un acuerdo en marcha con los fondos buitre que le hubiera permitido a su gobierno acceder a una solución a este litigio por muchísima menos plata de la que ahora debió erogarse.

En esa negociación dramática –contada con todo detalle por el entonces presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega–, un grupo de banqueros había decidido aportar gran parte del dinero requerido para llevar adelante la operación. “Si Cristina hubiese arreglado con los holdouts, habríamos podido enfrentar las elecciones con una realidad económica mejor y con mayores chances de ganar las elecciones”, se lamentaba por estas horas un hombre que fue parte importante del equipo de campaña de Daniel Scioli.

El cierre del conflicto con los holdouts representa una gran oportunidad para el país y un enorme desafío para el Gobierno. El viernes se vivía en el corazón de la City porteña un clima de euforia que no se experimentaba desde hace años. El reto de aquí en más es que esa euforia se traduzca en mayores niveles de inversión y no quede limitada a una circunstancia financiera que beneficie a unos pocos y deje en un limbo de penurias a millones de argentinos.

El gobierno de Mauricio Macri enfrenta una realidad económica compleja. La luna de miel ya pasó. La inflación está en el centro de los problemas que hacen difícil la vida de la mayoría de los argentinos. El aumento de las tarifas y la caída del consumo representan una combinación que está haciendo crujir al sector de las pequeñas y medianas empresas, que son los principales dadores de trabajo en el sector privado. Con tasas de interés al 30% y con negociaciones paritarias aún pendientes, se les hace muy complicado mantenerse a flote a muchas de ellas. Las inversiones llegarán. Pero no ocurrirá de un día para el otro. Eso genera impaciencia en el Gobierno.

Es que saben que necesitan que estos beneficios comiencen a ser experimentados por la población lo antes posible. Por eso, la obra pública jugará un rol fundamental. Lo primero que vendrá será la reactivación de muchas que estaban paradas ya desde los últimos meses del gobierno de CFK.

Desnuda. Hablando de la ex presidenta, la semana que pasó la puso en una realidad que inquieta al kirchnerismo duro: la paulatina declinación de su liderazgo. Su mejor momento lo vivió con los diputados del Frente para la Victoria que aún le son leales. Ya con los intendentes del Gran Buenos Aires las cosas fueron un poco más heterogéneas.

El faltazo de muchos senadores, en cambio, la puso frente a la realidad de su pérdida de poder. La decisión de retirase antes de la finalización del encuentro adoptada por Juan Manuel Abal Medina habla del mal clima que hubo allí.

“La reunión fue mala”, confesó uno de los asistentes que supo ser una de las espadas de la ex presidenta. Cuando se le pidió hacer una autocrítica por la derrota electoral de noviembre, CFK fue terminante: “Scioli perdió por no haberme escuchado más a mí” (sic).

Se cierne alrededor del entorno de la ex mandataria una situación judicial cada vez más complicada. El episodio protagonizado por Jorge Chueco, el abogado que armó toda la trama legal del lavado de dinero obtenido por Lázaro Báez a partir de los sobreprecios pagados por la obra pública que se le adjudicó, habla de la debacle que se vive en esa verdadera organización que se montó para beneficiarse de la corrupción.

Es importante señalar que, además de la declaración judicial de Leonardo Fariña –que “el valijero” amplió en la semana–, en la que se alude a Chueco, está la investigación del fiscal federal José María Campagnoli, que determinó con precisión el rol clave de este personaje en esta trama delictiva.

Tan exacta y bien fundamentada había sido esa investigación del fiscal que el kirchnerismo buscó sacarlo de la cancha de cualquier manera. Por eso fue el juicio político que montó la procuradora Alejandra Gils Carbó en el que, insólitamente, uno de los testigos fue el mismísimo Chueco.

Nadie puede asegurar a ciencia cierta cuántas cosas más se sabrán de este caso llamado “la ruta del dinero K”. Lo que sí queda claro es que “la ruta del dinero K” significará el camino de la cárcel para Lázaro Báez, Martín Báez, Daniel Pérez Gadín, Sebastián Pérez Gadín, el ya mencionado Jorge Chueco y otros. La pregunta es: en el rubro otros, ¿estarán Cristina Fernández de Kirchner y su hijo Máximo?

Producción periodística: Guido Baistrocchi.


domingo, 3 de marzo de 2013

Malas intenciones… De Alguna Manera...

Malas intenciones… 

  “SERE BREVE...”. Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

Hay que reformar el Poder Judicial, pero CFK sólo busca disciplinarlo. Cada día, más menemismo.

En el largo discurso pronunciado por la Presidenta ante la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso hubo omisiones notorias. No habló de la inflación. No habló del cepo cambiario. No habló del creciente déficit fiscal. No habló de la caída de la actividad industrial. No habló del “acuerdo de precios”. No habló de las demandas salariales. No habló de los conflictos con los docentes. No habló del pago a los jubilados que han ganado juicios y esperan que la Anses cumpla con esas sentencias. No habló de la tragedia de la estación de Once.

La larga perorata presidencial, en la que la palabra “yo” fue dicha ochenta veces, tuvo dos objetivos: el primero, describir un país atravesado por una realidad paradisíaca que no es tal; el otro, el de avanzar en la conformación de un Poder Judicial adicto. En eso consiste la llamada “democratización de la Justicia”. Como siempre hace el kirchnerismo para ocultar las reales intenciones que subyacen en estos proyectos, se toman aspiraciones legítimas y necesarias para avanzar en el sentido opuesto al que se postula. Un ejemplo de ello es la Ley de Medios. Allí, el oficialismo esgrimió como premisa el loable objetivo de generar mayor pluralismo. La realidad muestra lo contrario: hay más medios en manos de grupos empresariales afines al oficialismo a los que se sostiene con la generosa y discrecional pauta gubernamental que pagamos todos.

Para entender apropiadamente esta cruzada “democratizadora” de la Justicia, hay que remontarse a sus orígenes, que no son lejanos. La fecha clave fue el 7 de diciembre de 2012, es decir, el ya cuasi olvidado 7D, cuando Cristina Fernández de Kirchner enfureció ante fallos que frenaron su propósito de arrasar con Clarín. En esos días, el Gobierno no dejó atropello sin cometer: intrusión del Consejo de la Magistratura por parte del ministro de Justicia, Julio Alak; apriete al juez Raúl Tettamanti para que renunciara a su subrogancia en el Juzgado en lo Civil y Comercial Federal Nº 1 en el que se ventilaba la disputa por la constitucionalidad o no de los artículos 161 y 45 de la Ley de Medios; avasallamiento de ese fuero; descalificaciones a la Corte y la aprobación exprés del per saltum. A partir de allí, comenzó todo este proceso que pivota sobre demandas legítimas acerca de falencias de la Justicia que deben ser enmendadas.

¿Quién puede oponerse a que deje de haber en los ámbitos tribunalicios hijos y entenados? ¿O a que los nombramientos de los jueces se hagan por concursos transparentes? ¿O a que los jueces paguen impuestos como lo hacemos todos los demás ciudadanos? ¿O a acabar con una Justicia corporativa? ¿O a la puesta en vigencia de mecanismos que doten de celeridad a los procesos judiciales? ¿O a la implementación de mecanismos que posibiliten un acceso amplio que permita conocer lo que sucede en ese mundo complejo de la ley y sus interpretaciones?

Sin embargo, la verdad de lo que persigue el Gobierno es opuesta a la de las nobles postulaciones enunciadas por la Presidenta en su discurso. Hay que recordar que este gobierno es señero en desobedecer a la Justicia. Es lo que hizo cuando se negó a reincorporar al procurador de Santa Cruz, Eduardo Sosa, desalojado intempestivamente de su cargo por Néstor Kirchner cuando era gobernador de esa provincia. Es lo que hace sistemáticamente cuando se niega a cumplir con los fallos de la Corte Suprema a favor de los jubilados. Por otra parte, no debe olvidarse que en varias de las designaciones de nuevos jueces, la Presidenta no dudó en ignorar el orden de mérito establecido por los puntajes obtenidos en los exámenes por cada uno de los aspirantes, con el objeto de nombrar a aquel que le fuera adicto aun cuando su calificación fuera magra.

Tiene razón la Presidenta cuando se queja de cautelares que duran una eternidad. Lo contradictorio es que lo hace cuando las cautelares le son adversas y no cuando le son favorables.

Tiene razón también la Presidenta cuando alerta sobre lo injusto que es que un funcionario sea rehén de causas que nunca se terminan. Lo lamentable es que recién se haya quejado de esto cuando el incriminado es Amado Boudou –el vicepresidente que ella eligió– y no cuando eso mismo les ocurrió y les ocurre a sus adversarios.

Tiene razón Fernández cuando proclama la necesidad de consolidar una Justicia más independiente, tanto del poder económico como del Estado. Lo curioso es que cuando el poder económico demuestra pleitesía con el Gobierno, se le convalida todo y desde el Gobierno se lo protege.

Tiene razón la Presidenta cuando apunta a terminar con los favoritismos hacia los poderosos que pesan a la hora de muchos fallos judiciales. ¿Cómo compatibilizarlo, entonces, con el hecho de que a cargo de la investigación de la escandalosa compra de terrenos fiscales a precio vil hecha por Fernández de Kirchner esté Natalia Mercado, su propia sobrina?

El Consejo de la Magistratura es un órgano que está sometido, no sólo aquí, a un profundo debate. No hay dudas de que su funcionamiento debe ser objeto de una amplia revisión. Son muchos los que, con honestidad, le critican un tufillo corporativo. Pero la verdad es que lo que le molestó a la Presidenta fue el rechazo por parte de la minoría de María Lorena Gagliardi para ocupar la vacante del Juzgado en lo Civil y Comercial N° 1 donde se debía fallar la controversia por los artículos objetados por Clarín. Gagliardi había sido funcionaria en la gestión de Juan Manuel Abal Medina y su veredicto a favor del Gobierno era vox pópuli. Si se hubiese producido esa designación, nada de esta cruzada por la “democratización judicial” habría ocurrido.

Queda claro que el Gobierno busca instalar afanosamente una Justicia adicta. Es lo que hizo el menemismo, al que el kirchnerismo se va pareciendo cada día un poco más.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 02/03/2012 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



domingo, 23 de diciembre de 2012

¿Qué hay detras de los Saqueos?... De Alguna Manera...


Y fueron por todo...
 
"LAS VACAS SON DE NOSOTROS, LAS PENITAS SON AJENAS". Abal Medina. Dibujo: Pablo Temes.

¿Que hay detras de los Saqueos? Por acción u omisión, el Gobierno es autor intelectual de la violencia social. Revancha de los pibes sin poder.
 
El gobierno de Cristina es el principal responsable de los saqueos que generaron tanta angustia. No es políticamente correcto, pero hay que decir que los dramáticos sucesos fueron producto de las tres “I”: inflación, inseguridad e inequidad. Son tres realidades sistemáticamente negadas por un discurso oficial blindado. Juan Manuel Abal Medina fue irrespetuoso con los más humildes con tanta fanfarronería de Estado. Dijo que Moyano, Micheli y sus muchachos querían “quebrar la paz social y el gran momento que vive la Argentina”, y que “nunca estuvimos mejor”. Tiene razón el ex funcionario de Fernando de la Rúa: él nunca estuvo mejor. 

Me hizo acordar de un viejo chiste-chicana sobre la corrupción de los gobiernos. Dice que Cristina y sus ministros son ateos porque no pueden creer que haya una vida mejor después de ésta. Insisto, en el caso de muchos integrantes del oficialismo es rigurosamente cierto. De hecho, Puerto Madero tiene la mayor cantidad de funcionarios por metro cuadrado. El caso más emblemático, además de la Presidenta, es el de Amado Boudou, que tuiteó: “Seguimos trabajando para quien más lo necesita. Ellos no saquean ni se llevan plasmas en 4x4. Saben que hay una presidenta que trabaja para ellos”.

¿Tanto compraron su propio discurso que son incapaces de reconocer que en la Argentina todavía hay pobres, desocupados, excluidos y marginales? ¿Tan ciegos están en la defensa cerrada de sus privilegios que ignoran que hay un promedio de un millón de jóvenes “ni”, que ni trabajan ni estudian? ¿No pueden comprender que es cierto que hubo una gran mejora en el empleo, en el crecimiento vigoroso de la economía y en la ampliación de los derechos, pero que todavía falta muchísimo? ¿Creen que ésas son mentiras de la corpo? ¿No salen a la calle? ¿Se tragan el verso de que en Chaco no hay más pobres? ¿No se dan cuenta de que los problemas estructurales siguen vivitos y coleando? ¿Viven para engañar o se autoengañan?

Más lastimoso fue eso de que no tienen hambre porque roban plasmas. Son humildes pero no boludos. No sean hipócritas. Un LCD de 32 pulgadas con HD Ready y sintonizador digital vale igual que 375 panes dulces Festiva de 400 gramos, que están en oferta. Nadie come plasmas, pero tampoco vidrio. No se puede incitar a cometer delitos, pero tampoco masturbarse con el librito de Laclau donde dice que el pueblo es bueno, revolucionario y ama a Cristina y los vándalos son los que roban en forma organizada para Magnetto y los golpistas.

La vida real es un poco más compleja y mezclada. Es cierto que en su inmensa mayoría los pobres son honrados. Pero no se podría decir lo mismo de los más altos funcionarios. El que saquea a un saqueador, ¿tiene cien años de perdón? ¿Amado Boudou hubiera arrebatado el pan dulce o el plasma? “Plasmas para todos” es un lema que irónicamente hicieron correr los pibes que robaron todo lo que encontraron. Esos también son argentinos. Los de La Cámpora suelen cantar “Cristina corazón/ acá están los pibes/ para la liberación”. Los que sacudieron los supermercados y todo tipo de negocios también son pibes. Los saqueadores pusieron en acto la orden de Cristina de ir por todo. Y tampoco se detuvieron ante la ley.

Es que son los nuevos desaparecidos. Fueron ignorados por el triunfalismo del discurso oficial que sólo ve Tecnópolis y Bicentenarios delante de sus narices. Son muchachos que fueron borrados del mapa. No existen en la palabra ni en los números. No tienen trabajo ni paritarias, no tienen cajita de fin de año con sidra ni tienen futuro y, encima, los ignoran y todo el tiempo les están refregando en la cara que “nunca estuvimos mejor en este gran momento de la Argentina”. Ojo con esa provocación. Ambas cosas son ciertas: el bienvenido aumento del consumo y la malvenida presencia de la exclusión. Es la cara oculta de la Argentina. Es el subsuelo sublevado de la patria. No son lúmpenes al servicio de la oposición.

Son hijos de esas tres “I” negadas obsesivamente.

La “inflación” de los alimentos supera el 35% y es una piraña que se deglute los ingresos de los que hacen changas o trabajos no registrados. El Gobierno reconoce que son cuatro de cada diez argentinos. Para las consultoras privadas, el número es todavía más grave.

La “inseguridad” crece en esa tierra fértil de los que no tienen nada para perder. La vida no vale nada para ellos y por eso el paco, los narcos y las barras bravas de los clubes reclutan su tropa en esos lugares. Eso lo sabe cualquier vecino honesto de las barriadas populares y de las villas. ¿El Gobierno? Bien, gracias. Habla de sensación y en la práctica deja zonas liberadas porque congela a las fuerzas de seguridad por temor al gatillo fácil. Ningún gobierno democrático debería fomentar la mano dura jamás. Pero tampoco mirar para otro lado, porque multiplica el crimen que también mata al pueblo trabajador.

La “inequidad” es la que no se ha modificado, pese a la década de hipercrecimiento. Mejoró el empleo, bajó la pobreza y abrieron fábricas, pero la diferencia entre los más ricos y los más pobres sigue siendo la misma. Y ver cómo muchos consumen y a muchos otros ni se les reconoce la existencia produce un gran resentimiento.

Es un plan sistemático para olvidarlos. Los matan todos los días con la indiferencia. Por eso, cuando pueden se toman revancha. Asoman la cabeza y se hacen ver. Unos se beneficiaron con las tasas chinas y otros eligieron saquear los supermercados chinos.

Hugo Moyano dijo que Abal Medina, según el manual oficial para crisis, buscó culpables en lugar de soluciones y acusó sin pruebas, flojo de papeles, “al más puro estilo de la dictadura militar”. Otros voceros del Gobierno ya lo habían hecho en su momento. Aníbal Fernández contra los militantes de Pino y el PO por la quema de trenes, y Horacio Verbitsky contra Néstor Pitrola por los desmanes de la estación Constitución.

Nunca hubo una prueba. Esta vez fue tanta la sobreactuación que militantes kirchneristas fueron a los supermercados a defender el modelo al lado de la Gendarmería. Infantilismo irracional y peligroso.

La Justicia determinará quiénes fueron los autores materiales, pero los autores intelectuales fueron los del Gobierno nacional, por acción u omisión.

Un Estado ausente que niega la existencia de la inflación, la inseguridad y la inequidad social. 

Un Estado ausente incluso a la hora de garantizar la paz social. Un doloroso fin del año de las oportunidades perdidas.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 23 de Diciembre de 2012.