domingo, 5 de julio de 2020

Cruz La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate... @dealgunamanera...

El heroico valor en combate…


Una guerra: Malvinas. Situaciones extraordinarias. La acción inigualable de un puñado de hombres que fueron más allá de sus propios límites en la defensa de la Patria.

© Publicado el jueves 02/07/2020 por el Periódico Digital Gaceta Marinera de la Ciudad de Punta Alta, Provincia de Buenos Aires, República de los Argentinos.
En 74 jornadas de acción, algunos cayeron. Otros siguen velando por la memoria de aquellos días de guerra. Todos son parte del selecto grupo de los máximos héroes contemporáneos de la Nación, quienes se hicieron merecedores de la “Cruz La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”.

Las condecoraciones por méritos adquiridos ante la Patria existen desde tiempos remotos. Fueron conocidas por los egipcios, los griegos y los romanos, por mencionar sólo algunos ejemplos antiguos. Podían otorgarse en forma de collares, cintos, medallones. Y debían llevarse ostensiblemente sobre la vestimenta. Este mandato de lucirlo no era arbitrario, sino que respondía al reconocimiento merecido por parte del pueblo de la persona que la portara, y también del portador, para brindar el ejemplo.


Sin querer entrar en un análisis falerístico, debemos mencionar que en los pueblos cristianos las condecoraciones han tenido comúnmente la forma de cruz ornamental, casi siempre dorada y esmaltada, con figuras e inscripciones alusivas y que se porta pendiendo de algún lazo, collar o cordón precioso.

En Argentina fueron comunes en distintos conflictos como la Guerra contra el Paraguay o campañas como la denominada Del Desierto o las de diversas exploraciones del territorio. Sin embargo, las condecoraciones más contemporáneas por una situación de combate pertenecen a la Guerra por las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, la cual dejó muchas páginas destacadas escritas en el libro de la defensa de nuestra soberanía. Algunos párrafos están colmados de heroísmo, coraje, inteligencia, entrega y un profundo amor por la Nación y por esa helada turba malvinense.

Desde el desembarco en las islas durante la Operación Rosario y hasta el mismo día del cese de fuego, aquel helado lunes 14 de junio de 1982, Argentina desplegó todos los medios disponibles para recuperar las islas Malvinas, usurpadas por el Reino Unido de Gran Bretaña en 1833. Fueron más de 23.000 combatientes. Más de 23.000 historias que componen la historia misma de la guerra.


Después de aquellos 74 días, después de los 649 caídos en combate y las heridas incurables de la batalla, todos los combatientes fueron condecorados por el Congreso de la Nación por haber defendido a la Patria. Algunos recibieron más de una distinción, esta vez otorgada por la Nación Argentina: al valor en combate, al muerto y al herido en combate. También medallas de cada Fuerza y de las Legislaturas de cada provincia.

Pero hubo sólo 20 guerreros argentinos que fueron reconocidos por la República con la más alta condecoración: “Cruz La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”. Esta condecoración fue promovida por la Ley N° 22.607 del 15 de junio de 1982. Un día después de finalizada la guerra. Luego la normativa sería reemplazada por otras hasta la Ley N° 24.229. Ninguna de esas modificaciones cambió el reconocimiento de esos hombres.

El texto establece que “será concedida al personal militar, de las Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Policiales, civiles, argentinos o extranjeros, que en combate motivado por acontecimientos extraordinarios revistan carácter de función de guerra, realicen aislados o en el ejercicio del mando, una acción ponderable que se destaque considerablemente de las pautas de conducta normalmente consideradas correctas”.

De los veinte condecorados de las Fuerzas Armadas que recibieron esta particular distinción, seis son de la Armada Argentina: cinco de sus filas orgánicas regulares y un conscripto que estaba destinado en el Batallón de Infantería de Marina Nº5 (BIM5). Estas son sus hazañas de guerra.

· Capitán de Fragata (post mortem) Pedro Edgardo Giachino, Agrupación Comandos Anfibios: condecorado por su valentía, heroísmo y liderazgo demostrados durante la Operación Rosario, mediante la cual se recuperaron las islas Malvinas. En dicha ocasión, el Capitán Giachino lideró sin abrir fuego ante las tropas británicas el asalto a la casa del Gobernador, donde al entrar por la fuerza fue recibido por intenso fuego de fusiles de Royal Marines, cayendo gravemente herido. Murió en el hospital de la localidad de Puerto Argentino el mismo 2 de abril de 1982, convirtiéndose en el primer caído de la guerra.


· Teniente de Navío Owen Guillermo Crippa, piloto de Aermacchi MB-339, Primera Escuadrilla Aeronaval de Ataque: condecorado por su heroísmo y arrojo demostrado en el primer ataque aéreo al desembarco británico en Puerto San Carlos, donde en solitario y con una aeronave liviana realizó un ataque al centro de la Flota británica allí basada, conformada por catorce navíos fuertemente defendidos por artillería antiaérea y misiles. Enfrentándose a todo el dispositivo abrumadoramente superior, el Teniente Crippa atacó exitosamente con cohetes no guiados a la fragata británica HMS “Argonaut”, dejándola fuera de servicio, para luego regresar mediante maniobras evasivas y un denso fuego antiaéreo del enemigo a su base operativa en Puerto Argentino.


· Teniente de Corbeta Héctor Omar Miño, Compañía de Ingenieros Anfibios: condecorado por ejecutar voluntariosamente delante de la posición misiones de alto nivel de riesgo y, cumplidas sus tareas específicas como ingeniero de combate, armarse como infante y rechazar a un enemigo numéricamente superior mediante cinco contrachoques conducidos personalmente, resultando herido al intentar proteger a un camarada cuya vida corría inminente peligro. Luego de reorganizar a su personal y dejarlo en posiciones seguras, se replegó 6 kilómetros por sus propios medios, con un proyectil alojado en una pierna, para luego negarse a ser atendido hasta que lo hubieran sido los subordinados heridos que lo acompañaban.

· Teniente de Corbeta Carlos Daniel Vázquez, Batallón de Infantería de Marina Nº 5, Compañía Nacar, 4ª Sección: condecorado por conducir su sección de tiradores con vigor y acierto en la defensa del monte Tumbledown contra el ataque de toda una unidad británica, recurriendo al fuego de la propia artillería y morteros sobre su posición, a fin de producir bajas al adversario sin reparar en su propia seguridad y recién resignar su posición después de resistir por tercera vez ataque enemigo, luego de haber agotado su munición y estar su sección prácticamente aniquilada.

· Suboficial Primero (post mortem) Julio Saturnino Castillo, Batallón de Infantería de Marina Nº 5, Compañía Nacar, 4ª Sección: condecorado por desempeñarse como Jefe de Grupo de la 4ª Sección de Tiradores, tener reiteradas actitudes de entrega al servicio y valor personal, lealtad y devoción hacia sus subalternos y superiores, antes y durante el combate final, combatiendo con fiereza y dando permanente ejemplo de valor personal. Supo conducir a sus hombres hasta caer abatido por el fuego adversario cuando trataba de salvar a un subordinado que estaba siendo muerto a bayonetazos por el enemigo. Un buque de la Armada Argentina recibió su nombre en su honor.

· Conscripto Clase 1962 Félix Ernesto Aguirre, Batallón de Infantería de Marina Nº 5, Compañía Nacar, 4ª Sección: formando parte de la 4ª Sección de Tiradores de la Compañía Nacar del BIM5, combate a distancia cuerpo a cuerpo, soportando una abrumadora superioridad del enemigo y el fuego de la propia artillería sobre su posición, resistiendo dos asaltos británicos. Es herido inicialmente en las piernas y, pese a ello, intenta auxiliar al Subteniente Silva herido mortalmente cerca suyo hasta que, finalmente, es nuevamente herido y muere en su posición de combate. Su conducta constituye un claro ejemplo de soldado y camarada.

Las máximas condecoraciones otorgadas al personal de la Armada Argentina recorren hechos heroicos que van desde aquel 2 de abril en que se recuperaron las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, hasta el mismo 14 de junio en que se estableció el cese de fuego.



Las máximas condecoraciones otorgadas al personal de la Armada Argentina recorren hechos heroicos que van desde aquel 2 de abril en que se recuperaron las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, hasta el mismo 14 de junio en que se estableció el cese de fuego.

Las historias de estos seis guerreros de la Nación no componen hechos aislados, sino que se enmarcan en un sinnúmero de acciones colmadas de valor, entrega y sentido de propósito llevadas a cabo por integrantes de la Armada en el mar o sobrevolando el cielo malvinense, junto a los miles de combatientes de los distintos batallones y fuerzas especiales.

Son muchas y valiosas, cargadas de coraje y amor por la Patria, las páginas gloriosas que dejó a la Armada Argentina el accionar de sus hombres durante la Guerra de Malvinas, junto a integrantes del Ejército Argentino y la Fuerza Aérea Argentina. También algunos aprendizajes que luego trazaron los lineamientos para nuevas doctrinas y adiestramientos.

Por eso la Armada Argentina agradece, en las historias de estos seis héroes sobresalientes, a todos los Veteranos de Guerra que formaron parte de aquella gesta. Son héroes de la Patria y tendrán por siempre un cálido y privilegiado lugar en nuestra Fuerza.






Berni es Cristina… @dealgunamanera...

Berni es Cristina…

Berni oliva. Dibujo: Pablo Temes

El kirchnerismo condiciona a AF, mientras trabaja para sofocar la causa de los cuadernos. 
Dice la leyenda que, en los tiempos en los que eran amigos, Mario Vargas Llosa le dijo a Gabriel García Márquez: “Querido Gabo, estamos en problemas: la realidad de nuestros países supera a cualquiera de nuestras novelas”.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 04/07/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


El asesinato de Fabián Gutiérrez, ex secretario privado del matrimonio Kirchner, se inscribe en esa dinámica letal. En medio de los intentos denodados y groseros del kirchnerismo de darle vuelo a la causa por actos de espionaje ocurridos durante el gobierno de Mauricio Macri, la muerte de Gutiérrez, sucedida en El Calafate, vuelve a poner en el centro de la escena a la corrupción galopante que existió durante los 12 años del kirchnerato. Gutiérrez era uno de los involucrados en la causa de los cuadernos de Centeno, quien, en su condición de arrepentido, aportó con minuciosidad un testimonio clave acerca de cómo funcionaba esa maquinaria armada con el objetivo de delinquir.

En su relato, habló de los bolsos que eran transportados desde Buenos Aires hacia El Calafate y de los “espacios destinados a guardar los bolsos que eran inaccesibles para todos” y a los que “solo ingresaba Néstor Kirchner”. No fue ese su único aporte. Tan significativa como la narración acerca de la mecánica utilizada para el transporte de los bolsos fue su descripción de las conductas y de la psicología del matrimonio Kirchner y de lo que se vivió a lo largo de esos años.

“Entre los secretarios la apodábamos ‘la loca’, ‘la yegua’ y otros términos que no quiero mencionar por razones de género”, declaró Gutiérrez, quien, al referirse a Néstor Kirchner, señaló que “Néstor era más humano, era diferente; a veces Néstor pegaba en broma pero hacía sangrar”.

La causa de los cuadernos –increíblemente adormilada por la misma Justicia– pierde así un eslabón importante. Recuérdese que tanto la vicepresidenta como el resto de los involucrados en este caso resonante y escandaloso comparten un único objetivo: la impunidad.

Los claroscuros de la cuarentena. Este ítem, que ya tiene rasgos de sección, tuvo en la semana hechos que produjeron estrépito. La pendencia entre el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, y su par de la Nación, Sabrina Frederic, erizó los ánimos en el gobierno nacional. “Alberto se enojó mucho”, señaló un miembro del Gabinete.

Está claro que a Berni no lo para nadie. “Cruzó una raya”, fue la frase con la cual lo fustigaron desde la Casa Rosada. Eso es así. Normalmente, en una circunstancia como esa, lo que hubiera sobrevenido habría sido la renuncia del ministro provincial. Pero quedó claro que a Alberto Fernández le está vedada esa determinación. Berni es CFK y, mientras ella lo sostenga, será intocable.    
   
El Gobierno también recogió adversidades en al caso Vicentin. La ratificación del juez Fabián Lorenzini por parte de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Reconquista dejó sin aire al intento del kirchnerismo de quedarse con la empresa través de la intervención primero y la expropiación después.


Por otra parte, la interna del Gabinete tiene algunos rasgos inquietantes. Se sabe que CFK está insatisfecha con el desempeño de algunos ministros. El descontento abarca al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Por eso produjo inquietud la aparición de Aníbal Fernández hablando de los funcionarios que no acompañan al Presidente.

De ahí a los rumores sobre su incorporación al Gobierno no pasaron más que segundos. En los pasillos del poder, no son pocas las voces que en la semana hablaban del pedido que recibió el actual interventor de Yacimientos Carboníferos Fiscales a fin de estar preparado para eventualmente ocupar un cargo en el Gabinete.

El incorregible kirchnerismo.  Las obsesiones del kirchnnerismo son –como todas las obsesiones– permanentes. Al tope de ellas están los medios y los periodistas que son críticos de ese submundo de antinomias e intolerancia en el que habita buena parte de la dirigencia K. Por eso resulta siempre paradojal escuchar hablar a la vicepresidenta de “medios hegemónicos”. Si hay quienes, a través de la fallida Ley de Medios, intentaron imponer un modelo hegemónico, fueron CFK y Néstor Kirchner.

El caso de espionaje hacia dirigentes políticos del kirchnerismo, de Juntos por el Cambio, empresarios y periodistas ocurrido durante el gobierno de Mauricio Macri y denunciado por la actual interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) está siendo usado por el kirchnerismo no solo para intimidar sino también para intentar llevar a prisión a periodistas. Luis Majul ha venido denunciando con todo detalle las maniobras que buscan someterlo a un proceso penal desgastante.

No hay ninguna evidencia de que Majul haya cometido un delito. Las tentativas del kirchnerismo de acceder a sus mails implican una flagrante violación del secreto profesional con el objetivo de acceder a sus fuentes de información. Hay que recordar que la reserva de las fuentes de un periodista es un derecho que está garantizado por la Constitución Nacional.

No es que sorprenda esta actitud persecutoria por parte del kirchnerismo hacia los periodistas. Lo inquietante es que, en este caso, se sumó a esa avanzada nada menos que un juez federal. Se trata de Federico Villena, juez federal de Lomas de Zamora, a quien la Cámara Federal de La Plata apartó del caso a través de un dictamen muy duro en el que lo acusó de parcialidad.

El juez Villena alcanzó su nombramiento con el padrinazgo de Silvia Majdalani, la número 2 de la AFI durante la presidencia de Mauricio Macri. Quienes en tiempo del anterior gobierno frecuentaban la Casa Rosada recuerdan haber escuchado a varios de sus miembros haciendo alusión a la funcionalidad del juez. El caso de Villena es un ejemplo más que debería hacer reflexionar a todos aquellos políticos que, una vez alcanzado el poder, batallan para designar jueces afines sin advertir que esos malos magistrados serán oficialistas de todos los turnos.

La avanzada del kirchnerismo contra un grupo de periodistas obliga a estar alerta no solo a quienes ejercemos la profesión sino también a la sociedad toda. “El periodismo honesto es un instrumento esencial para hacer a las sociedades democráticas más plurales y honestas”. Es esa condición fundamental, que al kirchnerismo le resulta intolerable, la que está en juego en esta hora de tribulaciones. 





lunes, 29 de junio de 2020

¿Se evita el colapso?. “El último esfuerzo”... @dealgunamanera...

¿Se evita el colapso?. "El último esfuerzo”

Sin título. Dibujo: Pablo Temes

Se llega al retroceso en materia de aislamiento luego de una larga cadena de errores de cálculo.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 28/06/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


No pudo haber peor forma de presentación de la nueva fase –restrictiva– que la elegida por el Presidente. La postergación del jueves para el viernes, las demoras horarias ocurridas el mismo viernes y la decisión de hacerlo a través de un mensaje grabado y no de una conferencia de prensa fue producto de una situación muy clara: los desacuerdos entre Alberto Fernández y Axel Kicillof con Horacio Rodríguez Larreta, y la necesidad de evitar eventuales preguntas incómodas que seguramente no hubieran tenido respuestas satisfactorias. “Si seguimos así, colapsa el sistema en unas semanas”; esa frase resume la única coincidencia plena que hubo y hay entre los tres. Después, lo que abunda es el recelo y la chicana. Hay que decir con todas las letras que quien mucho hizo para eso fue Axel Kicillof.

“Hemos decretado una cuarentena prematura para preparar al sistema de salud (…) Creemos tener dominado al virus. Lo estamos controlando”, le dijo el Presidente al famoso cantautor puertorriqueño René Pérez durante un reportaje el 30 de marzo pasado. Hoy sabemos que, lamentablemente, eso no es así.

Las Unidades de Terapia Intensiva del sistema público corren el riesgo de colapsar en el ámbito del AMBA. Se podría pensar que ello es resultado de una avalancha de casos. Afortunadamente no es así. Con 472 casos, el sistema en el AMBA está ocupado en más de un 50%. ¿Esa fue la preparación?

La cantidad de casos no sorprende. Están dentro de los parámetros esperados. Se suponía que esto se tendría en cuenta para armar la infraestructura de equipamiento y  personal para enfrentar esta demanda que incluye a los pacientes que, por la gravedad de su cuadro, requieren ser derivados a terapia intensiva.

Ahora sabemos que, más allá de lo que se dijo en las diferentes conferencias de prensa referido al aumento del número de estas unidades, lo hecho fue sorprendentemente insuficiente. Ahora nos enteramos también de que lo de Tecnópolis, exhibido como una evidencia de previsión, ha tenido errores de cálculo que tornan todo eso en inservible.
 
¿Y entonces? Es evidente que el Gobierno cayó en un triunfalismo vacuo sostenido por encuestas que, hace un mes y medio, le daban a Alberto Fernández altísimos niveles de aprobación.

Esta semana se generó un nuevo conflicto entre el gobierno de la provincia de Buenos Aires y los intendentes del interior, a causa de un convenio para el traslado de pacientes Covid-19 positivos desde el AMBA hacia el resto de los distritos que adhieran a ese convenio. Se acordaba el pago de 2 mil pesos diarios por paciente.


El punto de conflicto se dio por la falta de información de Provincia y la ambigüedad del convenio. Finalmente todo terminó mal, que es como acaban siempre estas iniciativas manejadas con impericia. Por lo tanto, el jefe de Gabinete, Carlos Bianco, afirmó que no va a haber traslado de pacientes del AMBA al interior.

Este convenio fue pedido por intendentes de la Primera y Tercera sección.
Estuvo mal hecho el convenio, con una redacción y un contenido para nada  amigable y sin consulta previa. Los intendentes del interior que adhirieron lo hicieron por obediencia. Eso les generó, a su vez, muchos problemas en sus localidades porque, en términos de salud, la gente no distingue peronismo de radicalismo; la lectura es que van a mandar gente infectada del Conurbano.

Y eso, sin información y preparación adecuada, es literalmente explosivo.
Las grandes ausentes en estas jornadas han sido las provincias. Muchos gobernadores están molestos porque están queriendo realizar más testeos y se encuentran con que el Gobierno no les envía suficiente cantidad de kits. Es un tema del que no se habla pero que preocupa.  

Estas son falencias garrafales que complican el manejo de la situación a futuro. Es indiscutible que, ante la precariedad de la infraestructura del AMBA, la única decisión posible es la restricción. El problema es cómo lograrla cuando a la gente se le viene pidiendo un “último esfuerzo” desde hace meses. Se hace necesario un gran trabajo de contención y una gran capacidad de convencimiento para que la gente cumpla. El enojo y la adjudicación de culpas no sirven. Discutir “runners” sí “runners” no ha sido una pérdida de tiempo.    

Y la República. Cristina Fernández de Kirchner está ausente de este debate. No ha habido de su parte prácticamente ninguna alusión a la pandemia, la prolongada cuarentena y sus consecuencias nocivas o los fallecidos. Su interés pasa por otro lado. El enorme impacto de esta catástrofe la ayuda en la consecución de su proyecto de acaparar espacios dentro del gobierno en pos de sus objetivos: impunidad y permanencia. El objetivo de esta semana fue Vicentin. Bloqueado –por el momento– por la jueza Lorenzini el tema de la eventual intervención, esta semana se produjo la creación de la comisión bicameral para investigar los préstamos que, por parte del Banco Nación, le fueron otorgados a la empresa durante el gobierno de Mauricio Macri.

Más allá de esa máxima del general Perón –“si quieren que algo no se investigue, creen una comisión”– que CFK parece haber olvidado –o nunca aprendido–, la vicepresidenta cometió una violación severa de las normas que, supuestamente, debe respetar. Como bien lo expresaron constitucionalistas de prestigio, la creación de una comisión debe ser aprobada por los dos tercios de la Cámara de Senadores. Para así lograrlo necesitaba 48 votos a favor. Tuvo 41.

Pero no terminó todo ahí. Las cámaras registraron en detalle el momento en que CFK le cortó el micrófono al senador Luis Naidenoff cuando este intentaba  presentar una moción de queja por esa irregularidad. Nada que sorprenda en la vicepresidenta. Su autoritarismo lo sufren no solo los opositores, sino también muchos dentro del oficialismo.

Y hay más. Esto le ha generado un enorme problema a Sergio Massa, que la semana que viene deberá salir a reunir 130 diputados para que aprueben un proyecto que no comparte.

La lectura de los mensajes que la vicepresidenta emite en las redes son prueba de lo incorregible de su conducta patológica, de sus obsesiones, de su tergiversada visión de muchos aspectos de la realidad, de su necesidad de crear enemigos por doquier todo el tiempo y de su resentimiento. “Nada en la Tierra consume a una persona más rápidamente que la pasión del resentimiento”. Friedrich Nietzsche.





domingo, 28 de junio de 2020

Chau Hermes, chau… @dealgunamanera...

Chau Hermes, chau…

Hermes Binner

No puedo hablar de Hermes Binner sin referir sus pasos a los de toda una generación que, sobre 1960, irrumpió en la vida universitaria y después, por obvia decantación, en la vida política Argentina.

© Escrito por Raúl Emilio Acosta “Bigote Acosta” el viernes 26/06/2020 y publicado en su página web Bigote Acosta Periodismo de Autor de la Ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe.

Es inevitable la referencia. Estudios secundarios en la década ’50 a ’60 pone a todos en este sitio. Herederos de una educación  laica, gratuita y obligatoria, en la que la clase obrera soñaba con hijos que fuesen más que obreros. Muchos de los que allí nos encontramos formamos parte de un sueño familiar que igualaba.

Sus años son los de muchos. Su militancia la de todos. La primera imagen que guardo de “el alemán Binner” es la de un flaquito, rubio, con el mechón sobre la frente llevando el largo tubo (como de dentífrico) con la tinta para los rodillos del mimeógrafo (Gestetner) en la casa del Centro de Estudiantes de la Facultad de Medicina. Militancia elemental.

Llegué a Rosario siendo un peronista que se juntaba con los de “la Fede”, el flaco Leonhardt y otros, de Santa Fe, mi ciudad El  “alemán” empezaba a reunirse con los del APRI. Asociación Pueblo y Reforma Indoamericana. Demasiado para una agrupación de Medicina en una Facultad que era parte de una Universidad muy potente. UNL. La desmembrarían en 1966 los militares. El APRI era el brazo socialista en aquella Universidad. Yo, mínimo, estaba en Humanismo Renovador, cueva de peronistas.

Hermes cumplía dos rituales particulares. Era de más allá del Río Salado. Era callado. Nunca fue de discursos, sino de opiniones sencillas pero rotundas. Entendía las dos provincias de Santa Fe.

Lo acompañé en muchos viajes por el país y sólo puedo imaginar algo parecido a lo que sucedía con “el viejito” Illía. Don Arturo Umberto tenía la misma particularidad, el mismo imán. Un paso tranquilo y un suceso:” como le va doctor…” Con Hermes pasaba eso. Saludos y reconocimiento.

Pocas veces me dijo…” ustedes los peronistas”… y trataba de encontrar un punto de unión entre mis disparates y su solidez para gestionar, porque de eso se trataba.

Binner siempre supo cómo gestionar… y cómo manejar un partido infiltrado de teóricos y cismáticos. Para ambas cuestiones era cortante, serio, sin gritos y sin dudas. Ante la pregunta de los “porqué” su respuesta deslumbraba, atravesaba la cohetería y decidía, o había decidido, según lo conveniente para el día y para el mañana.

Compartíamos una risa socarrona ante los disparates de la Carrió o del “loco” Chávez y no creo traicionarlo al contar que no creía ni en esta ni en aquel. El tiempo estuvo de su lado.

“Alemán, estás yendo contra Cristina…”… – Si, fíjate, nos quedamos con los que de ningún modo la aceptarán…y que, además, quieren un pensamiento progresista. No sé cuántos seremos, pero no habrá insultos ni enojos….-

…”tampoco habrá plata Alemán, poca gente apoyará una campaña contra esa mujer…”- Todos los dineros tendrán un recibo, eso es la almohada para dormir bien todas las noches…

Ahora sí que lo voy a delatar. En su casa, mientras él preparaba el mate que tomaríamos, amargo y en calabaza grande, espié muchas veces su cajón de los cubiertos. De diversos colores el mango de los cuchillos, de diversos tamaños los tenedores. Los platos limpios y pocos. La heladera común. La pava sobre el borde del fuego, para seguir tomando con agua caliente, pero sin hervir.

Cuando alguno, en algún sitio, habla de los dineros públicos y los hombres públicos queda la frase de Don Arturo…” quien va a pagar todo esto…” (Cuando lo llevaban a internar y él, como médico, sabía los costos de la salud, porque – además – sabía que no tenía los dineros para pagar esa internación) y queda, junto a esa frase, al menos para mí, una de Binner cuando asumió la derrota contra CFK: “Bueno, tenemos una agenda llena de buenos militantes por todo el país… habrá que recorrerlo otra vez… de a poco… porque cuesta plata viajar tanto y tan seguido…”

Sorprendía esa honestidad. Si esto fuese un partido de truco diría un canto de los que se corresponden con el juego: falta envido… y tal vez sea un canto contra el silencio.





sábado, 27 de junio de 2020

No pienso escribir tu obituario, Hermes... @dealgunamanera...

No pienso escribir tu obituario, Hermes... 

Hermes Binner. Crédito: Pablo Aguirre

No es cierto, Hermes. Ya te dije que no voy a escribir tu obituario. Hace frío afuera. Hace diez minutos que no paran de llegar mensajes en el teléfono.

© Escrito por Osvaldo Coni Cherep el viernes 26/06/2020 y publicado por el Diario El Litoral de la Ciudad de Santa Fe de la Veracruz, Provincia de Santa Fe, República de los Argentinos.

Todos me cuentan lo mismo y yo no paro de llorar. Por momentos no sé qué hacer. El alma duele, no sé cómo explicarlo. No sé si sentarme o no a escribir, porque no puedo creer que te hayas muerto. Lo esperábamos, si, estábamos esperando que dejaras de sufrir, pero nadie se puso a pensar en serio sobre este asunto de tu muerte. Hay que explicarles a muchos que no entienden, que no, que no estás muerto, y que somos miles los que no vamos a dejar que te mueras. 

Salgo a la cocina y mi hija más chica me ve con los ojos hinchados. Y le dije: Murió Binner. ¿Y sabés qué hizo? Corrió a darme un abrazo. Y cuando vió que yo le sonreía con lágrimas, te recordó en el patio de la madera. Fuiste, dice ella, el que mejor la trató de todos los que la saludaban. Tiene 13, Hermes. Y eso pasó cuando tenía seis. Ella se acuerda de vos. Y tuvo La Redonda, la Fábrica, la Esquina encendida. Ella me habla de la Plaza de la Casa, ¿Te acordás?

¿Cómo hacemos para acomodarnos a tu ausencia definitiva? Vos sos el que nos juntó a todos. El que nos enseñó la dimensión de los sueños, el valor de la palabra empeñada, la demostración de que era posible. Ahí están las obras, Hermes. Hace un rato pasé por el CEMAFE. ¿Cómo querés que te dejemos morir, justo a vos? Yo no puedo escribir tu obituario. Me niego a aceptar que estás muerto. Porque los tipos como vos no se pueden morir, no se mueren nunca, sencillamente porque son vida pura.

Siguen llegando mensajes. Todos lloramos, Hermes. Andrea no puede hablar, Roderick tampoco. Mis compañeros de laburo me dicen que están devastados. Me llaman amigos desde Paraná, Buenos Aires, Córdoba. Todos estamos quebrados. Porque nunca creímos del todo en esta broma de tu salud. Nunca nos acostumbramos, ni lo haremos, a la idea de que no vas a volver con tus pasos largos y tus manos torpes, a darnos ese abrazo apretado. 

De tu militancia que hablen tus compañeros. El 5 de junio te aplaudimos todos. Ahí aprovecharon para recordarnos tu historia de médico de barrio, fundador de Centros de Salud, cuando nadie fundaba nada. Y tus sueños de Salud Pública. Y tu compromiso con los que menos tenían. A Rubén Galassi que la va de duro, se le llenaron los ojos de lágrimas cuando te recordaba caminando por los barrios con ellos. 

¿Qué puedo contar yo que no sepan mucho mejor muchos otros? Ahí andan Juan Carlos Zabalza, Antonio Bonfatti, La Chiqui, Miguel Lifschitz, y un montón de radicales llamándose entre ellos. Gente de todos los partidos y de todos los pueblos y las ciudades de la Provincia, resistiendo a los agujeros en las almas, que sí, que están rotas. Partidas en pedazos. Se cayeron todas las armaduras. Lloran, cuando hablan. 

¿Qué quieren que escriba, Hermes? 

Sólo puedo dar fe de tu obra. De tu decencia. De tus proyectos. De las maquetas que se convirtieron en Salud Pública. De tu decisión de no separar nunca más a la gente de la Casa Gris. Y cumpliste, Hermes. Cumpliste. En un mundo donde casi nadie cumple con la palabra, vos lo hiciste.

Y cuando «El Ángel de la Bicicleta» sonaba en tus actos, todos nos imaginábamos una sociedad mejor de la que era. Y fue mejor. Al menos los policías ya no mataban a los ciudadanos indefensos. Y nunca más se levantaron en armas contra una movilización popular. 

León Gieco y la Banda Sinfónica de Ciegos: El ángel de la bicicleta | La Ballena Azul

Y entonces proyectaste para curar más. Y hoy somos una provincia que se siente orgullosa de tus hospitales, de tus centros de salud. De todos los espacios culturales que fuiste sembrando en Rosario, como intendente. Y después en el resto de la provincia, con la Chiqui de la mano, siendo gobernador.

¿Cómo pensás que te podés morir así nomás? 

No, Hermes, no. Vos no te vas a morir nunca. Porque te van a recordar siempre los docentes. Porque les devolviste la dignidad, el derecho a discutir los salarios, les devolviste los concursos, las titularizaciones. El respeto que le habían quitado durante años. 

¿Cómo podés creer que te podés morir? Al revés. Cada minuto que pasa, cada llanto que escucho, cada mensaje que me llega, da cuenta de tu vida, no de tu muerte.

Yo fui testigo de tu obra, de tu capacidad para unir lo que nunca se unía. Y espero que no dejes de hacerlo. Que sigas siendo esa prenda de unidad que los junta a los integrantes del Frente para seguir peleando por la provincia que nos prometiste. 

Que va, Hermes, que va. Si te encargaste de devolvernos la fe en la política a centenares de miles de santafesinos que comprobamos que era posible gestionar con decencia. Que era posible echar a los empresarios corruptos de la obra pública. ¿Te acordás cuando lo echaste a los de Odebrecht? ¿Te acordás que nadie los conocía y vos te plantaste, y dijiste que no? Que acá no. Que en Santa Fe se acababan los negocios. Y así fue, Hermes. 

Y te fuiste del gobierno sin una sola denuncia por corrupción. Y además, llamaste a todos los ex gobernadores, a todos, y les pediste que te acompañen a la Corte para reclamar lo que la Nación nos debía. Y lo conseguiste, Hermes. Lo conseguiste. Y aunque hoy nos deban esa plata, y los que están en tu lugar se hagan los distraídos, todos sabemos que fue gracias a vos. Porque vos sí, defendiste a los santafesinos. Sin cacarear. Yendo a la justicia y reclamando lo que nos correspondía. Y ganaste. Y ganamos. 

Hermes hace frío. El sol empezó a aparecer raramente entre las nubes. Los mensajes no paran de llegar. Todos nos consolamos y nos mandamos abrazos. ¿Cómo se muere alguien que genera tanto afecto, tanta complicidad, tanta comunión entre seres distintos, que hasta vos, eran desconocidos? 

No, Hermes, no. Yo no pienso escribir tu obituario. No voy a andar repitiendo esta fake news de tu muerte. 

Vos te quedás acá, adentro del corazón y las cabezas de todos nosotros. Y vas a seguir enseñándonos con tus anécdotas, tus discursos, tus apelaciones al sentido común, tu formación permanente y constante. Y vas a obligarlos a todos a juntarse para volver a ocuparse de lo que realmente importa: los que vienen. Los hijos de nuestros hijos. 

Qué se yo, Hermes. Te juro que no paro de llorar. Que tengo una sensación oscura en el pecho. Unas ganas de soltar patadas contra la pared. De gritar de furia. Pero prefiero dejarlo acá. Maldita sea la enfermedad que te alejó, maldita sea la vida humana que tiene límites y detiene corazones.

Es probable que hayas muerto, lo confirman los diarios de todo el país, sí. Pero no te vas a morir nunca, Hermes. Es imposible que eso ocurra. No lo vamos a permitir nunca. Nunca te vamos a olvidar. Nunca vamos a dejar de recordarte. Nunca vamos a permitir que lo intenten. 

Ahí está mi hija más grande lagrimeando, todos nuestros hijos con mueca de tristeza. Ellos tampoco van a permitir que esto se termine. Tu vida es un regalo ejemplar. Sabremos recordarte para que ellos enseñen a hacerlo con los que vengan detrás. 

Abrazo eterno amigo y maestro, Hermes. GRACIAS POR TU VIDA.




Hermes Binner. Un hombre normal… @dealgunamanera...


Q.E.P.D. Hermes Binner. Un hombre normal…

Hermes Binner, es gobernador socialista por Santa Fe. Fotografía: Andrés Acciarri.

A los 77 años, el ex gobernador socialista falleció por un cuadro de neumonía.

© Escrito por Miguel Roig el sábado 27/06/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Una tarde, tomando mate, Hermes Binner me contó que, en los días del rosariazo, en mayo de 1969, él cursaba el último año de medicina y junto con los estudiantes de otras facultades participaban de una asamblea en el comedor universitario, que entonces estaba en la calle Corrientes donde hoy hay uno de los accesos a la Facultad de Humanidades y Artes de Rosario. La asamblea deliberaba de manera acalorada, pidiendo la lucha y la unidad de los obreros y los estudiantes contra el onganiato.

Después, salieron todos a la calle, cortaron el tránsito y la policía los rodeó, armas en mano, repartiendo garrotazos. Los tiros al aire empezaron a sonar y el grupo corrió unos cincuenta metros, hacia la calle Córdoba, esquivando como podían a los agentes. Hermes y algunos compañeros se refugiaron en la galería Melipal, sobre la Peatonal y enseguida se dieron cuenta de que ahí no había ningún refugio ni tampoco una salida alternativa, con lo cual, subieron por las escaleras los pisos de oficinas quedando atrapados en el último. Desde allí, bien alto, por el hueco de esas escaleras, escucharon el eco del disparo con el que un oficial de la policía le quitó la vida al estudiante Adolfo Ramón Bello.


Hermes volvió más de una vez a mencionar esta historia. Si dijera que era con cierta culpa, sería una exageración, pero, estoy seguro, las veces que la repitió, dolido siempre, demuestran que la resignación nunca formó parte de su carácter.

Es por eso que su horma política, alimentada por una conciencia social que adquiere ya de chico en su formación con los curas Maristas de Rafaela, se puede observar a pie de calle, siendo intendente, más de treinta años después, en las asambleas populares de 2001 que reunían a los ciudadanos de Rosario, en las que él participó activamente cuando casi ningún político podía salir a la calle.

Hermes, con su activismo permanente, de algún modo fue uno de los argentinos que también contribuyeron a que se pudiera juzgar a las Juntas Militares y a que se bajaran los cuadros de los dictadores.


Si la acción política es un ejercicio que intenta con la dialéctica superar las contradicciones y ofrecer, cada día, una vida un poco mejor, Hermes lo hizo desde la defensa de unas ideas cuya praxis se puede ver en Rosario al mirar un río que antes estaba oculto por un muro que tiró abajo al igual que quitó el cerco de la Casa Gris de Santa Fe que separaba al pueblo de la gobernación, al asumir como el primer gobernador socialista del país.

Es posible que algunos de estos gestos puedan parecer poéticos, pero también hay poesía en una criatura, sin otro recurso que la propia vida, atendida en los hospitales que forman parte de un plan de salud público único no ya en Argentina, sino en la región.

Es una paradoja que se vaya cuando su ciudad y su provincia eluden a la covid-19 gracias, en parte, a esa estructura sanitaria que creó e implantó, propia del Estado de bienestar europeo. Lo hizo aquí, donde él pretendía algo que parece poca cosa: un país normal.

Chau, Hermes.

Hermes Binner, la persona detrás del candidato. Video: Diario La Nación.