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domingo, 5 de julio de 2020

Berni es Cristina… @dealgunamanera...

Berni es Cristina…

Berni oliva. Dibujo: Pablo Temes

El kirchnerismo condiciona a AF, mientras trabaja para sofocar la causa de los cuadernos. 
Dice la leyenda que, en los tiempos en los que eran amigos, Mario Vargas Llosa le dijo a Gabriel García Márquez: “Querido Gabo, estamos en problemas: la realidad de nuestros países supera a cualquiera de nuestras novelas”.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 04/07/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


El asesinato de Fabián Gutiérrez, ex secretario privado del matrimonio Kirchner, se inscribe en esa dinámica letal. En medio de los intentos denodados y groseros del kirchnerismo de darle vuelo a la causa por actos de espionaje ocurridos durante el gobierno de Mauricio Macri, la muerte de Gutiérrez, sucedida en El Calafate, vuelve a poner en el centro de la escena a la corrupción galopante que existió durante los 12 años del kirchnerato. Gutiérrez era uno de los involucrados en la causa de los cuadernos de Centeno, quien, en su condición de arrepentido, aportó con minuciosidad un testimonio clave acerca de cómo funcionaba esa maquinaria armada con el objetivo de delinquir.

En su relato, habló de los bolsos que eran transportados desde Buenos Aires hacia El Calafate y de los “espacios destinados a guardar los bolsos que eran inaccesibles para todos” y a los que “solo ingresaba Néstor Kirchner”. No fue ese su único aporte. Tan significativa como la narración acerca de la mecánica utilizada para el transporte de los bolsos fue su descripción de las conductas y de la psicología del matrimonio Kirchner y de lo que se vivió a lo largo de esos años.

“Entre los secretarios la apodábamos ‘la loca’, ‘la yegua’ y otros términos que no quiero mencionar por razones de género”, declaró Gutiérrez, quien, al referirse a Néstor Kirchner, señaló que “Néstor era más humano, era diferente; a veces Néstor pegaba en broma pero hacía sangrar”.

La causa de los cuadernos –increíblemente adormilada por la misma Justicia– pierde así un eslabón importante. Recuérdese que tanto la vicepresidenta como el resto de los involucrados en este caso resonante y escandaloso comparten un único objetivo: la impunidad.

Los claroscuros de la cuarentena. Este ítem, que ya tiene rasgos de sección, tuvo en la semana hechos que produjeron estrépito. La pendencia entre el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, y su par de la Nación, Sabrina Frederic, erizó los ánimos en el gobierno nacional. “Alberto se enojó mucho”, señaló un miembro del Gabinete.

Está claro que a Berni no lo para nadie. “Cruzó una raya”, fue la frase con la cual lo fustigaron desde la Casa Rosada. Eso es así. Normalmente, en una circunstancia como esa, lo que hubiera sobrevenido habría sido la renuncia del ministro provincial. Pero quedó claro que a Alberto Fernández le está vedada esa determinación. Berni es CFK y, mientras ella lo sostenga, será intocable.    
   
El Gobierno también recogió adversidades en al caso Vicentin. La ratificación del juez Fabián Lorenzini por parte de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Reconquista dejó sin aire al intento del kirchnerismo de quedarse con la empresa través de la intervención primero y la expropiación después.


Por otra parte, la interna del Gabinete tiene algunos rasgos inquietantes. Se sabe que CFK está insatisfecha con el desempeño de algunos ministros. El descontento abarca al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Por eso produjo inquietud la aparición de Aníbal Fernández hablando de los funcionarios que no acompañan al Presidente.

De ahí a los rumores sobre su incorporación al Gobierno no pasaron más que segundos. En los pasillos del poder, no son pocas las voces que en la semana hablaban del pedido que recibió el actual interventor de Yacimientos Carboníferos Fiscales a fin de estar preparado para eventualmente ocupar un cargo en el Gabinete.

El incorregible kirchnerismo.  Las obsesiones del kirchnnerismo son –como todas las obsesiones– permanentes. Al tope de ellas están los medios y los periodistas que son críticos de ese submundo de antinomias e intolerancia en el que habita buena parte de la dirigencia K. Por eso resulta siempre paradojal escuchar hablar a la vicepresidenta de “medios hegemónicos”. Si hay quienes, a través de la fallida Ley de Medios, intentaron imponer un modelo hegemónico, fueron CFK y Néstor Kirchner.

El caso de espionaje hacia dirigentes políticos del kirchnerismo, de Juntos por el Cambio, empresarios y periodistas ocurrido durante el gobierno de Mauricio Macri y denunciado por la actual interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) está siendo usado por el kirchnerismo no solo para intimidar sino también para intentar llevar a prisión a periodistas. Luis Majul ha venido denunciando con todo detalle las maniobras que buscan someterlo a un proceso penal desgastante.

No hay ninguna evidencia de que Majul haya cometido un delito. Las tentativas del kirchnerismo de acceder a sus mails implican una flagrante violación del secreto profesional con el objetivo de acceder a sus fuentes de información. Hay que recordar que la reserva de las fuentes de un periodista es un derecho que está garantizado por la Constitución Nacional.

No es que sorprenda esta actitud persecutoria por parte del kirchnerismo hacia los periodistas. Lo inquietante es que, en este caso, se sumó a esa avanzada nada menos que un juez federal. Se trata de Federico Villena, juez federal de Lomas de Zamora, a quien la Cámara Federal de La Plata apartó del caso a través de un dictamen muy duro en el que lo acusó de parcialidad.

El juez Villena alcanzó su nombramiento con el padrinazgo de Silvia Majdalani, la número 2 de la AFI durante la presidencia de Mauricio Macri. Quienes en tiempo del anterior gobierno frecuentaban la Casa Rosada recuerdan haber escuchado a varios de sus miembros haciendo alusión a la funcionalidad del juez. El caso de Villena es un ejemplo más que debería hacer reflexionar a todos aquellos políticos que, una vez alcanzado el poder, batallan para designar jueces afines sin advertir que esos malos magistrados serán oficialistas de todos los turnos.

La avanzada del kirchnerismo contra un grupo de periodistas obliga a estar alerta no solo a quienes ejercemos la profesión sino también a la sociedad toda. “El periodismo honesto es un instrumento esencial para hacer a las sociedades democráticas más plurales y honestas”. Es esa condición fundamental, que al kirchnerismo le resulta intolerable, la que está en juego en esta hora de tribulaciones. 





sábado, 6 de junio de 2020

Los espías de Mauricio... @dealgunamanera...

Nueva denuncia: 403 periodistas espiados por la Agencia Federal de Inteligencia macrista…

Macri y Arribas, durante el juramento de 2016. Fotografía: Archivo N.A.

Según el expediente judicial, el presunto espionaje ilegal se habría realizado además sobre 28 académicos, 58 empresarios y personalidades de la sociedad civil.

© Escrito por Rosario Ayerdi el  viernes 05/06/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


El espionaje ilegal durante la gestión de Mauricio Macri suma un capítulo con una nueva denuncia judicial que da cuenta de la vigilancia que hacía la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) sobre 403 periodistas, 28 académicos, 58 empresarios y personalidades de la sociedad civil, y distintos dirigentes del Partido de los Trabajadores Socialistas. Estos nombres surgen del seguimiento realizado a partir dos eventos que se llevaron a cabo en nuestro país como la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio de 2017 y la Cumbre del G20 de 2018.

En la AFI el sistema de “escritorio limpio” por el cual el personal no puede dejar papeles y material de trabajo a la vista hace que cada oficina cuente con cajas fuertes. El 24 de enero, personal de la actual intervención a cargo de Cristina Caamaño realizó una inspección ocular en la oficina ocupada por el entonces director operacional del Área de Contrainteligencia de la Agencia. Allí encontró tres sobres con las leyendas “2017”, “Periodistas G20'” y “Varios”. Se trataba de planillas que contienen fotografías, datos de las actividades en redes sociales, y referencias sobre si los investigados tienen afinidades políticas, sociales y culturales, participaciones societarias. En algunos casos hasta hay información sobre su familia y empleadas domésticas.

Estos folios son parte de una denuncia presentada ayer por Caamaño por “producción de inteligencia ilegal” que quedó a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 11 de Marcelo Martínez de Giorgi. Allí se solicita la declaración indagatoria de los agentes involucrados (cuyos nombres se mantienen en reserva por la Ley de Nacional de Inteligencia); del ex director general de la AFI Gustavo Arribas; de la ex subdirectora, Silvia Majdalani, y del ex presidente Mauricio Macri, “en su calidad de responsable de fijar los lineamientos estratégicos y objetivos generales de la política de Inteligencia Nacional”.


“He tomado conocimiento de la producción de inteligencia ilegal respecto a periodistas, académicos, organizaciones sociales, partidos políticos, entre otros, ello vulnerando manifiesta los términos contenidos en los artículos 4 inciso 2 de la ley 25.520”, dice parte de la denuncia. 

Cristina Caamaño, actual titular de la AFI, junto al jefe de Gabinete Santiago Cafiero (Foto: NA)

Periodistas.

En el expediente hay 403 fichas confeccionadas por la Dirección de Eventos Especiales y visadas por el área de contrainteligencia que tendrían que ver con los trabajadores de distintos medios acreditados para la Cumbre del G20 que se llevó a cabo en la Argentina durante 2018. “Las fichas contienen información de todo tipo y color: vinculaciones en los medios de comunicación, preferencias políticas, publicaciones en redes sociales, simpatía respecto a grupos feministas o de contenido político y/o cultural, entre otras cuestiones que nada tienen que ver con el contenido del evento para el cuál supuestamente se estaban realizando este tipo de tareas sin control ni orden jurisdiccional”, se detalla en la denuncia. Entre ellos hay periodistas y fotógrafos de la editorial Perfil.

Esta información registrada viola el artículo 4 inciso 2 de la ley 25.520 de Inteligencia que detalla que ningún organismo de inteligencia podrá “obtener información, producir inteligencia o almacenar datos sobre personas, por el solo hecho de su raza, fe religiosa, acciones privadas, u opinión política, o de adhesión o pertenencia a organizaciones partidarias, sociales, sindicales, comunitarias, cooperativas, asistenciales, culturales o laborales, así como por la actividad lícita que desarrollen en cualquier esfera de acción”.

En la denuncia, Caamaño detalló: “Si un periodista es o no opositor del gobierno de turno no influye en lo más mínimo respecto a las condiciones de seguridad que debían brindarse desde el Estado nacional para llevar a cabo un evento internacional de la envergadura del G-20. Lo mismo respecto a si el periodista publica o no fotos de sus viajes en Instagram o a quien sigue en Twitter, o si milita en el movimiento social ‘Ni Una Menos’”.

Las descripciones incluyen calificaciones como "siempre con posturas contra el Gobierno", "Se opone fuertemente al kirchnerismo", "Hay una foto con Estela de Carlotto", "Utiliza las redes como herramienta de viralización de contenido feminista", "Se destaca en FB la única página de políticos a la que le dio "Me Gusta" es la de Laura Alonso", "En las elecciones presidenciales de 2015 apoyó a Cambiemos".


Más espiados.

La lista de vigilados también tuvo que ver con la XI Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio que se hizo en la Ciudad de Buenos Aires entre los días 10 al 13 de diciembre de 2017. Allí figuran distintos empresarios y personalidades de la sociedad civil que participaron y otros a los que se les negó su participación. “Adjunto también a la presente, un informe elaborado titulado ‘Informe sobre inscriptos a la reunión ministerial de la OMC’, calificado como SECRETO, de donde se desprende el análisis de inteligencia ilegal efectuado en relación al Transnational Institute y del Instituto del Mundo del Trabajo Julio Godio”, dice la denuncia.

Según consta allí, “respecto al Instituto del Mundo del Trabajo ‘Julio Godio’, el informe también reúne datos que dejan de llamarnos la atención. En este sentido, posee un párrafo especial titulado ‘Vinculación con la UNTREF’, ¿qué medidas de seguridad puede vulnerar un Instituto cuyo trabajo se enmarca en las tareas académicas llevadas a cabo en una casa de estudios? ¿Cómo es posible pensar que el trabajo académico llevado a cabo -e incluso publicado- por una universidad pública puede alterar el orden o la seguridad en un evento internacional? ¿Qué es lo que en definitiva motivó que se realizara o encomendara este tipo de tareas clandestinas e ilegales? Muchas preguntas, pocas respuestas”.

Entre el seguimiento también aparecen dirigentes de distintas entidades como varios miembros de la Sociedad Rural Argentina, de quienes se detallan información privada como datos bancarios, vínculos familiares, propiedades y automóviles. Así como su participación en sociedades y hasta el salario de empleadas domésticas.

“Tal como puede observarse de las fichas acompañadas se desprende la cantidad de información reunida en forma ilegal de personas del mundo académico: información básica, distintos domicilios, grupos de pertenencia, redes sociales, vínculos importantes (sin precisar a qué hacer referencia el término ‘importantes’), y al final -en información adicional- todo tipo de información de inteligencia de corte político como por ejemplo lo que surge de la ficha de Federico Wahlberg: ‘Actualmente se desempeña en la Secretaría de Medioambiente de la Nación. Grupo de economistas de izquierda con fuerte presencia en medios de comunicación y de corte kirchnerista como Página/12.

Asimismo, ha realizado publicaciones en el portal de ‘Agencia Paco Urondo’, en las cuales se ha manifestado en contra del libre comercio. Ha tenido participación activa en las actividades previas a la OMC que organizó el colectivo Argentina Mejor sin TLC. Pregonan presencia en la Universidad General Sarmiento, donde Luciana Ghiotto expuso en sus jornadas de SEP17, en conjunto con otros miembros de la SEC”, detalla la denuncia.

Las pruebas se presentaran este lunes en el juzgado de Martínez de Giorgi cuando también se exhiba un informe cuyo asunto reza “OMC”, el cual contiene información de inteligencia vinculada al Partido de los Trabajadores Socialistas por actividades contra los eventos de la OMC y el G20.

“A partir de la producción de inteligencia ilegal llevada a cabo por las áreas mencionadas, se negó el acceso a los eventos internacionales mencionados a las personas que subjetiva y arbitrariamente no cumplían con los requisitos políticos, sociales o incluso de vínculos, que desde la Agencia entendían como los correctos para poder asistir a este tipo de eventos. Ello, como V.S. recordará, trajo aparejado innumerables reclamos judiciales por parte de quienes se veían restringidos en el acceso sin entender cuál era el motivo real; incluso se presentaron también reclamos a nivel internacional, generando de esta manera un conflicto diplomático entre nuestro país y los distintos países participantes de estos eventos”, concluye la denuncia.

Esta será la segunda presentación judicial que hace la actual interventora ya que a fines de mayo presentó una lista de 86 personas que habrían sido espiadas y que derivó en la imputación de Macri, Arribas y Majdalani.