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domingo, 26 de marzo de 2023

Ellos son la Patria... @dealgunamaneraok...

Ellos son la Patria…

El Cámpora. Dibujo: Pablo Temes.

El componente fascista del kirchnerismo sigue en su camino hacia el sueño alocado del poder total.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Si alguien se enoja, vamos a elecciones y es la sociedad la que define” dijo Máximo Kirchner el viernes pasado en medio de la marcha del operativo clamor que, con la excusa de una nueva conmemoración del “Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia” organizó La Cámpora, a la que nada le importó el reclamo de Estela de Carlotto que no se utilizara el 24 con una finalidad electoralista. Nada, absolutamente nada le importó a la agrupación que ahora lidera Lucía Cámpora, sobrina nieta del expresidente Héctor J. Cámpora.

Esta afirmación del diputado Kirchner representa una claudicación respecto de la exigencia de la expresidenta en funciones de desplazar a Alberto Fernández y evitar una interna.

Los voceros de esta campaña son no sólo el hijo de la vicepresidenta, sino también Andrés “Cuervo” Larroque, quien una vez por semana concede reportajes en los medios K y los medios públicos transformados en algo más parecido a una topadora, para demoler la figura del primer mandatario.


De persistir en su actitud, el Presidente le habrá asestado un duro golpe a Cristina Fernández de Kirchner, quien está ejerciendo toda la presión que le es posible para que Alberto Fernández decline su postulación a la Presidencia. Su criatura política lo disfruta en silencio y se ilusiona con dejar sin opciones a su mentora. El enfrentamiento es total.


Todo lo que viene haciendo el Gobierno en materia económica es fallido. “Si tengo que devaluar, renuncio”, se supo que dijo el ministro de Economía en medio de las presiones para que así lo hiciera. Lo curioso es que hay devaluaciones todos los días. Y son devaluaciones que ocurren no solo del dólar blue sino también del dólar oficial. Forma parte del humo que vende Massa en su presumido papel de “salvador” del Gobierno. La realidad lo viene castigando duro.


La medida adoptada esta semana de obligar a los organismos públicos a pesificar sus bonos en dólares es un manotazo de ahogado. Se sabe que el ministro de Economía consultó la medida con CFK quien, obviamente, dio su visto bueno. Es una demostración que a la vicepresidenta –una jubilada vip que con su doble pensión de privilegio se lleva más de $ 9 millones– mide las cosas con doble vara. Nada que sorprenda.


Si esta medida hubiera sido tomada por la oposición, la jubilada vip hubiera castigado a ese eventual gobierno en palabras y acciones.

El país estaría incendiado. Para la colección personal de los vaivenes del ministro de Economía quedan sus declaraciones públicas de archivo: “Soy el único que puede ir a un centro de jubilados y mirarlos a los ojos”. Habría que avisarle que esto ya no sería así.


Haga lo que haga el Gobierno en materia económica dispone de un horizonte que no va más allá del corto plazo. Cortísimo. La palabra clave es confianza. La polémica medida fogoneada por Massa que incluyó la venta de títulos en dólares del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses –nadie escuchó a Fernanda Raverta quejarse al respecto– es un ejemplo claro de que importa más el “quién” que el “qué” o el “cómo”.


Un economista que conoce al dedillo cómo piensan en el mercado lo describe así: “Técnicamente la medida no fue incorrecta si lo que se busca es estabilizar los dólares financieros. El problema es que nadie confía en los actores de este gobierno y todo lo que se haga genera falta de confianza. En este contexto los efectos positivos resultan efímeros. Con suerte se puede ganar un mes de tiempo” –sentenció.


Nada más se puede esperar de un gobierno quebrado desde su génesis y que hoy ya no oculta el descontrol de su mala praxis empujada por el todos contra todos. De arriba hacia abajo y viceversa. No hay gestión. El plan se resume drásticamente a aguantar.


Alberto Fernández está decidido a perturbar a CFK con su candidatura. Ésta vive azuzándolo y tratándolo de “pelotudo” en privado. Aníbal Fernández envió fuerzas federales a la Provincia y le mojó la oreja a su par de Seguridad Sergio Berni y al propio gobernador Axel Kicillof, quien teme que Nación descubra el descalabro y los negocios que pululan entre las fuerzas bonaerenses.


La ministra de Trabajo Kelly Olmos le asestó un duro golpe a Wado de Pedro luego de la discusión por el otorgamiento de una suma fija a los trabajadores. Le dijo a su par de Interior que mejor ponga la mirada sobre los sueldos que cobran los municipales de la Provincia de Buenos Aires: “Es el sector salarial más retrasado”. Teléfono para Kicillof.


Para aportar un nuevo disparate a este verdadero todos contra todos, la vocera presidencial Gabriela Cerruti, habló de “depurar” al periodismo y a la Justicia luego de los hechos sucedidos durante la dictadura militar. Entre los sinónimos más comunes de ese vocablo se encuentran: purificar, limpiar, eliminar. La portavoz con sus comentarios y deseos de “depuración” no hace más que confirmar el enorme componente fascista que anida en el corazón del kirchnerismo.


Son ellos o el enemigo. Ellos son los mejores. Ellos son la Patria. El resto, somos objetos prescindibles en el camino al sueño alocado del poder total. Una idea y una fijación inaceptables para todo país que pretenda vivir en libertad y en democracia.



   


domingo, 6 de diciembre de 2020

Donde manda capitán... @dealgunamanera...

 Donde manda capitán... 


 

"Amado blues" Amado Boudou. Dibujo: Pablo Temes

 

Otra irrupción explícita y autoritaria de Cristina, que pone en entredicho el liderazgo del Presidente.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 05/12/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


 

Las idas y vueltas del proyecto de ley de movilidad jubilatoria tienen la mezcla de acción y devenir casi bizarro de una película de Tarantino. Calendario mediante, la reconstrucción de esta historia muestra con crudeza que quien manda en este gobierno es Cristina Kirchner.

 

Miércoles 18 de noviembre: el anuncio. La titular de Anses, Fernanda Raverta; y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, anunciaron un aumento por decreto del 5% en diciembre para jubilados, pensionados y beneficiarios de planes sociales y asignaciones familiares. Raverta: “Queremos transmitirles a los jubilados una buena noticia: anunciamos el último aumento por decreto del presidente AF ya que enviamos al Congreso el proyecto de reforma de movilidad jubilatoria”.

 

¿Valía la pena un anuncio conjunto con bombos y platillos para un aumento que –de bolsillo– representaba menos de $ 900? El ombudsman de la tercera edad, Eugenio Semino, lapidó la medida: “Se trató de una actitud casi miserable. Son $ 30 por día que equivale al valor de una galletita Tita”. Recuérdese que el valor de un litro de leche de segunda marca oscila entre 43 y 48 pesos.  

 

Sábado 28 de noviembre: la sorpresa. Esa mañana los matutinos dieron cuenta de un hecho lamentable: el Gobierno descontaría a los adultos mayores el aumento del 5% estipulado para diciembre en el reajuste de marzo de 2021. Así, contrariando la expectativa y el espíritu con que fue anunciado, el incremento sería solo un anticipo o pago a cuenta de las recomposiciones de haberes a otorgar al año siguiente. La oposición en bloque salió a criticar la medida. A esa crítica se le agregó un “sentimiento de vergüenza dentro del propio Frente de Todos.

 

Miércoles 2 de diciembre: donde manda capitán... De manera unilateral e inconsulta la ex presidenta en funciones determinó que el aumento a jubilados no sería a cuenta de lo que se otorgará en marzo y pidió  volver al esquema de movilidad vigente en su gobierno. Palabra de jefa. Lo que fue destacado por parte del oficialismo como “un acto de justicia y generosidad” tuvo, en realidad, la necesidad de capitalizar esa movida política y aquietar las aguas de cara al debate en el Congreso. Varios legisladores y referentes del FdT habían dejado sentado su disgusto por lo ocurrido.

 

Jueves 3 de diciembre: el papelón presidencial. En un intento vano por enmendar la mamarrachada, el Presidente dijo que los cambios fueron idea de él y no de CFK. “Con Claudio Moroni y Fernanda Raverta se nos ocurrió volver a la fórmula original de Cristina y hacer actualizaciones trimestrales”. Hubiese sido mejor no aclarar nada y evitar agregar deterioro a la ya devaluada palabra presidencial.

 

Un dato más: este mes los más de 4 millones de jubilados que cobran la mínima recibirán $ 19 mil, lo mismo que cobraron hace un año: $ 14 mil de la mínima de aquel entonces más un bono de $ 5 mil. Esto evidencia que nadie en la clase dirigente se preocupa por nuestros adultos mayores.

 

Desde el punto de vista de los ingresos de los jubilados, la movida de la ex presidenta en funciones tiene un efecto nimio. “Es todo humo”, como lo afirmó un especialista en el tema.  El efecto más importante es el político. Una voz albertista: “Cada vez que AF busca encarrilar un poco los números de la economía,  aparece Cristina y, de un plumazo, desbarajusta todo”.

 

La Justicia que molesta al kirchnerismo. Fue una buena semana para la República. La Justicia hizo valer su independencia y falló de acuerdo con la lógica de la evidencia. En un caso fue la Sala I de la Cámara de Casación que confirmó la validez de la Ley del Arrepentido, sentencia que puso a buen resguardo la causa de los Cuadernos de Centeno que la vicepresidenta busca voltear afanosamente. 


En el otro caso, fue la Corte Suprema de Justicia que, en fallo unánime, confirmó la condena al ex vicepresidente Amado Boudou por la causa de la adquisición de la empresa Ciccone Calcográfica. En ambos procesos, el peso de las evidencias es de tal magnitud que, si los fallos hubiesen sido distintos, habrían significado un escándalo.  

 

Hubo cacareo en el kirchnerismo por el fallo adverso a Boudou. Desde ese punto de vista, las críticas de Andrés Larroque y Axel Kicillof no sorprendieron. Lo que sí resultó sorpresiva fue la defensa que del ex vicepresidente hizo el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que dijo que Boudou “merece que sus derechos no sean pisoteados” y sostuvo que la Corte Suprema de Justicia debe “hacerse cargo de un proceso plagado de irregularidades y arbitrariedades”. Curiosa la crítica de Cafiero, que no tiene la más mínima idea acerca de la causa. Se ve que no leyó el artículo sobre el caso que Alberto Fernández escribió para el diario La Nación, publicado el 30 de mayo de 2014, en el que decía: Todas las excusas dadas por él hasta aquí se han ido desvaneciendo con la misma velocidad con la que el agua se escapa entre los dedos. Boudou ya no tiene coartadas. 


Los argentinos saben cuánto ha mentido en su alocada carrera por escapar de los hechos que se le atribuyen”. Tan sobreactuado y poco inteligente fue lo de Cafiero que generó reacciones negativas dentro del mismo del kirchnerismo. La confirmación de la condena a Boudou generó, además, una disconformidad con el Presidente por parte de los secuaces de CFK que la mano del Poder Ejecutivo sobre la Justicia hubiera derribado todas en su contra.

 

Mientras tanto, la realidad. “Logramos que no haya argentinos con hambre”, afirmó sin sonrojarse Alberto Fernández en la conferencia de la Unión Industrial Argentina.  Lo dijo el mismo día en que se conoció el nuevo índice de pobreza elaborado por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina. El número –44%– y los datos sobre la niñez –6 de cada 10 menores son pobres– no son solo alarmantes sino también sobrecogedores. ¿En dónde quedó el Consejo Federal contra el Hambre?

 

Son números que condenan a la Argentina a un futuro de fracaso. La única manera de cambiar ese destino es generar acuerdos políticos sólidos y duraderos. Eso es lo que el Presidente prometió y evidentemente olvidó. 






domingo, 22 de noviembre de 2020

Las mentiras de siempre… @dealgunamanera...

 Las mentiras de siempre…  

Cuando la mentira es la verdad. Dibujo: Pablo Temes.

La burla del ajuste a los jubilados, búsqueda de impunidad en la Justicia y un impuesto irritante: kirchnerismo puro. 

© Escrito por Nelson Castro el domingo 22/11/2020 y publicado por el Diario Perfil  de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

Como cada uno de los gobiernos precedentes, este llegó al poder con la promesa de mejorar la triste e indigna situación de los jubilados.

 

Y, como todos los otros, miente. El anuncio del aumento a los jubilados tuvo una puesta en escena que terminó transformándolo en algo obsceno. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la titular de la Anses, Fernanda Raverta, actuaron como si estuvieran dando una gran noticia.

 

“Los jubilados le están ganando a la inflación”, dijo Cafiero, en una exhibición de ignorancia o de cinismo. El aumento fue del 5% para quienes ganan la mínima, es decir, de 900 pesos, o 30 pesos por día. Un litro de leche de segunda marca está en 48 pesos.

 

El otro hecho curioso ante esta ignominia fue el silencio absoluto de los sectores afines al Gobierno que hacen de la defensa de los pobres –ser jubilado en la Argentina es sinónimo de pobreza– un supuesto dogma. Ni la CGT, ni Hugo Moyano, ni Juan Grabois, ni La Cámpora, ni el Partido Justicialista, ni Sergio Massa, ni Axel Kicillof –y la nómina sigue– esbozaron la más leve crítica. De haberlo hecho Macri, habrían puesto el grito en el cielo.   

 

Impunidad. La modificación de las reglas que enmarcan el funcionamiento de la Procuraduría General de la Nación es un objetivo clave para Cristina Kirchner y sus secuaces. En ese contexto, la postulación de Daniel Rafecas para ocupar el cargo de procurador ya no importa.

 

En poco tiempo, el denominado sistema de justicia acusatorio llegará a los tribunales. Bajo esta modalidad son los fiscales quienes impulsan, acusan o congelan las causas que arriban a sus despachos. De ahí el revuelo político y mediático por la elección del nuevo procurador y el intento de modificar las normas para su elección. Un procurador –que es el jefe de los fiscales–, permeable al poder podría ser la llave para controlar el ritmo y el avance de las causas que más inquietan a una parte significativa de la dirigencia política.

 

Daniel Rafecas ha picado en punta como el candidato del Presidente. Perdido en la memoria de muchos está el episodio que le debió haber valido su cesantía del cargo de juez, por el cual, siendo el juez instructor de la causa, le daba consejos a Fabián Carosso Donatiello que supuestamente le había alquilado a Amado Boudou el departamento de Puerto Madero en que vivía Alejandro Vanderbroele.

 

Desde la oposición, Elisa Carrió postula a Rafecas como “el mal menor”. El mismo argumento podría también ser aplicado por la ex presidenta en funciones. CFK no guarda simpatía alguna por Rafecas, pero el pragmatismo es su manera de hacer política. Rafecas podría ser anecdótico si se logra modificar parte del sistema.

 

El viernes, la Comisión de Justicia y Asuntos Penales del Senado emitió dictamen del proyecto que establece que la elección del procurador será con mayoría simple y le pone plazo de cinco años a la duración del cargo, que hoy es vitalicio. Es un proyecto del senador por Río Negro Alberto Weretilneck, quien, con su alianza con el Frente de Todos, ha demostrado la vigencia que el panquequismo tiene en la vida política vernácula. La mayoría simple se logra con 37 votos (algo bastante probable para el oficialismo) en lugar de los dos tercios que implican las lejanas 48 voluntades.

 

La ecuación es sencilla: si el jefe de los fiscales no es amable con el poder de turno, se reemplaza por otro más amigable.

 

La Carta al FMI (Episodio II) y el poder del Senado.  El Senado es el territorio por excelencia de CFK. Fuentes del bloque del FdT así lo confirmaron: “La carta tuvo por objetivo plantear una visión del tipo de relación que queremos, o que no queremos, con el FMI.

 

No buscó condicionar la negociación en curso. Al contrario, fue un acto de respaldo al Presidente. Pero no olvidamos lo que pasó con Mauricio Claver, entonces asesor de Trump que representaba a Estados Unidos en el FMI. Ese funcionario tenía vínculos con Nicolás Dujovne y facilitó el apoyo del Fondo a la Argentina para que Cambiemos lograra la reelección y el país colabore con los intereses norteamericanos en la región alejándose del eje Venezuela”.

 

Entre los enviados del Fondo a Buenos Aires la carta produjo hilaridad y desconcierto. Hilaridad por el hecho anacrónico de recibir una carta en tiempos en que todas las comunicaciones de ese tipo circulan por email. “Hasta en eso atrasa el kirchnerismo”, decía un funcionario del FMI en Washington que sigue la negociación con el gobierno de AF. Y desconcierto por lo mal parado que lo dejó al ministro de Economía, Martín Guzmán. “Lo deberían cuidar un poco más”, afirmó la misma fuente.   

 

Las internas dentro del oficialismo y el mal humor de la ex presidenta en funciones no son secreto ni novedad. “Lo que hay no es enojo es cierta impotencia. El tiempo, la forma y la falta de impronta de la gestión es lo que exaspera a Cristina. Pero no solo a ella sino también a muchos dentro del Frente. No hay contundencia”, dice un kirchnerista, que agrega: “El manejo de la pandemia como hecho político no dio resultado y ya está agotado.

 

El anuncio del acuerdo para la vacuna rusa fue tan mal manejado que casi se nos viene en contra. A ver cómo se mueven con el ajuste. Ya hubo ruido con el nuevo cálculo de los haberes de los jubilados. Sin Cristina, la épica del día a día no tiene consistencia, no saben cómo sostener la iniciativa”.

 

Impuesto. 


El impuesto a las grandes fortunas volvió a dinamitar los puentes que AF había construido con los empresarios. Las críticas llegaron desde AEA y la UIA y de sectores de las pymes.


“Nos volvimos a equivocar. Creímos que habría correcciones. Pensamos que habíamos establecido un diálogo sincero y con visión de futuro pero, con este tipo de medidas, no hay futuro posible”, dijo uno de ellos.

 

El trágicamente fallecido Jorge Brito –el banquero del peronismo y del kirchnerismo– que hace poco había organizado un encuentro entre Máximo Kirchner y los empresarios más importantes del país, intentó entre el lunes y el martes hablar con el hijo de Cristina para advertirle los efectos negativos de la iniciativa en la economía. Fracasó en su intento. Máximo no le atendió el teléfono; el Presidente, tampoco.  

 

El difunto banquero, de contacto frecuente con Alberto vía WhatsApp, advirtió  que vendrá “una rebelión fiscal como nunca se ha visto”.

 

Esa es la esencia del kirchnerismo: donde no lo hay, crear un conflicto.