Cristina tiene un plan…
Ante la caída de su imagen, suspendió las hostilidades con
Scioli, cambió voceros y prepara nuevos relatos. ¿Alcanzará?
Por cada punto que bajó Daniel Scioli, la Presidenta perdió
dos. Así fue la crueldad de las encuestas. Cuesta abajo, Cristina demostró que
no come vidrio e hizo sonar todas las alarmas. Exhibió una vez más su
extraordinaria capacidad de refundación y, en una semana, con un par de
colaboradores, diseñó un plan para recuperar la iniciativa y frenar la caída de
su imagen. PERFIL reconstruyó ese rompecabezas:
Armisticio urgente. Cristina decretó el cese de las
hostilidades porque fue derrotada en su intento de asaltar el poder de Buenos
Aires. Le resulta indescifrable el comportamiento de un Scioli que pone la otra
mejilla. La inmensa mayoría identificó a CFK como la que disparaba los misiles,
y eso potenció el lugar de Scioli como víctima. Gabriel Mariotto, (a) Craviotto
al decir de Maradona, bajó su perfil porque fue asociado a la figura del
conspirador, algo que en democracia nadie valora. El sentido común de Diego fue
la gota que llenó el vaso. “Mátense si quieren, pero no perjudiquen al
laburante, que quiere cobrar el aguinaldo. Yo banco a Cristina, pero Scioli es
un amigo”. Fue suficiente: Cristina llamó a Hernán Lorenzino, lo resucitó y le
ordenó que arrugara a paso redoblado.
Scioli: el mal ejemplo. De la Sota respaldó a Scioli, Gioja
se negó a criticarlo y hubo un sonoro silencio del resto de los gobernadores.
El cristinismo comprendió que se había metido en una trampa cazabobos: si
derrocaba a Scioli, le abría la puerta al vale todo institucional y, al no
matarlo, lo fortalecía. Le servía en bandeja un candidato taquillero al
peronismo no K. Scioli estuvo a punto de pagar los aguinaldos con recursos
provinciales. Era la confirmación de que es posible gobernar con autonomía y
que hay vida después de Cristina. Fue tan sorpresivo el volantazo de la
Presidenta que dejó colgados del pincel a los gurkas que ya habían satanizado a
Scioli. Hasta Mariotto tuvo que desmentir que lo comparó con De la Rúa. La
batalla contra Scioli seguirá más adelante. Mejor confrontar con quienes no se
presentan a elecciones: los medios, por ejemplo.
Lavar la cara con ¿‘mani pulite’? Se resolvió cambiar los
comunicadores. Sacar del medio a los más desprestigiados: Boudou, Aníbal
Fernández, Julio De Vido y Nilda Garré, y colocar en su lugar a Florencio
Randazzo, Lorenzino, Sergio Berni y Axel Kicillof. Hasta la propia Cristina dio
un paso al costado para no fatigar. Simultáneamente, se estudia un esquema para
quebrar el sello de corrupción que se instaló en el oficialismo. Carlos Zannini
explora el mejor atajo para sacar a Boudou del chiquero en el que cada día se
entierra más. La opción menos cruenta sería “estatizar” la ex Ciccone y tratar
de enviar la causa a un agujero negro. Dos ministros piensan que es hora de
entregar la cabeza de los que manchan al Gobierno. Una especie de mani pulite
(manos limpias, el proceso que encabezó en Italia en 1992 el fiscal Antonio Di
Pietro) en línea con lo que hizo Dilma Rousseff. En dos palabras: arrojar
lastre.
No son los únicos, pero casi todos los números del talonario los tienen
Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi. El siniestro accidente de Once, el olor
nauseabundo que despiden los manejos corruptos del transporte y la confirmación
de una estafa en el control de la tarjeta SUBE justifican la movida. Randazzo
dio una clara señal. Utilizó el eufemismo de “anomalías” pero congeló todo.
Cristina le ordenó ir a fondo contra “los delincuentes”. ¿Hasta dónde? ¿Logrará
ella recuperar una imagen de transparencia cortando negocios que vienen desde
la época de Néstor? Lo mismo hizo con el APE en el campo sindical. ¿Son cajas que
se clausuran para siempre o sólo les cambian la cerradura? ¿Se quedarán
callados los perjudicados o prenderán el ventilador para repartir la mugre? La
Presidenta no salió favorecida después de su encuentro con el tren fantasma de
los 90, tripulado por Oscar Lescano, Armando Cavalieri y otros menemistas
millonarios y propatronales.
Más oscuro que Moreno. El “príncipe” Guillermo Moreno perdió
la impunidad de su blindaje. Sus enemigos del gabinete contaron que la
Presidenta lo retó. Toda una señal. Es que los peores dramas económicos fueron
agravados por la primitiva actuación de Moreno. La inflación es el cáncer que
contamina todo y, ahora que bajan las aguas y la actividad económica retrocede,
impacta con más fuerza en el malhumor social entre los más pobres. Por algo se
destruyeron 360 mil puestos de trabajo. Y la variable del dólar sigue el mismo
camino. Los remedios de Moreno fueron peores que la enfermedad. Nadie hizo
tanto para que se fugaran a tanta velocidad tantos millones de dólares.
Federico Sturzenegger, presidente del Banco Ciudad, fue muy didáctico para
explicar la desconfianza: “A Néstor no le dolarizaban”. Argumenta que el ex
presidente mantuvo los tres pilares que su esposa destruyó: superávit fiscal,
inflación baja y tipo de cambio competitivo. Y con una anécdota dinamitó la
excusa oficial de que se trata de un mercado marginal que no afecta la economía
real. El Ciudad está construyendo la primera sucursal en una villa miseria de
toda la Argentina.
Es en Los Piletones, frente a la cancha de San Lorenzo.
Mientras Sturzenegger les comentaba a los vecinos que iban a tener cajas de
ahorro gratis y otros beneficios, uno de ellos, que es paraguayo y cartonero,
le preguntó: “¿Vamos a poder ahorrar en dólares? Yo le mando 50 por mes a mi
familia en Asunción”. Eso demuestra que el dólar es un escudo simbólico que se
utiliza para protegerse del impuesto inflacionario. No se puede modificar con
cuchillos de carnicero ni de la noche a la mañana. Como contrapartida, apuestan
a los planes de vivienda y obras públicas en el Conurbano, con demanda
intensiva de trabajo, la tercerización hacia las provincias del ajuste y el
aumento al salario mínimo que se viene. Y la puesta en escena de una especie de
segunda independencia económica para el 3 de agosto, cuando cancelen los Boden
2012. El fin del corralito será traducido como “nosotros pagamos lo que la
oposición rompió cuando fue gobierno”. ¿Le alcanzará a Cristina para recuperar
el doble de puntos que perdió Scioli?
© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 21 de Julio de 2012.