domingo, 1 de julio de 2012

CFK contra ella y Scioli... De Alguna Manera...

Pistas de desmesuras...

 Silencio Oficial. Dibujo: Pablo Temes.

La estabilidad personal y política de la Presidenta. Por qué derrapa. “Operativo Demolición” directo a La Plata.

CFK contra ella y Scioli. El domingo anterior informé con responsabilidad sobre los problemas anímicos y de salud que tienen la Presidenta y su hijo. De las fuertes discusiones entre ambos y sugerí, con prudencia, ciertos descontroles que tienen que ver con la intimidad de las personas. Ella misma se refirió al tema en la cadena nacional de setenta minutos. Se despidió quebrada en llanto y salió rápido de la escena diciendo: “El dolor (por la muerte de Néstor) afecta mi salud y la de mi familia”.

Definió psicoanalíticamente como una “negación” no recordar el nombre de la glándula tiroides y hasta pareció pasarle a Moyano la factura por lo “estimulado” que estaba pese a haber sufrido (el camionero) un dolor similar al de ella con la muerte de su hijo Emiliano. Los pronunciados picos y caídas emocionales y el aislamiento cargado de mal humor descolocan a los pocos funcionarios que hablan con ella. Y ven a Máximo Kirchner como ausente, desinteresado en la política, esperando que llegue el 2015 para irse a su casa.

Ese discurso aportó pistas de desmesuras que no hay que dejar pasar. Cristina desafió a la Justicia a que la procese y se mostró como propietaria de la Gendarmería. Se felicitó porque el G20 está copiando las medidas que ella tomó hace mucho: “Lástima que no nos escucharon antes”. En el éxtasis de la malversación de la realidad acusó a Los Dragones, a los Bulgheroni y al gobernador Martín Buzzi, ultracristinista como buen converso, de haber sido los responsables de la muerte de los gendarmes en un accidente a 465 kilómetros del campo petrolero. Incluso se contradijo y anunció que se debió a que el chofer se durmió doblado por el cansancio. De todos modos avanzó con su teoría alterada: “Querían un muerto, ahí lo tienen”. Fue la primera en sugerir que la protesta moyanista tenía un componente destituyente tipo paraguayo: “No creo en las brujas, pero que las hay, las hay”. La medicación impacta en cuerpo y alma.

Lo realmente grave es que uno de los hombres que más cerca y durante más tiempo estuvo al lado del matrimonio K teme que Cristina patee el tablero. Que si las turbulencias económicas y sociales siguen aumentando, la Presidenta amenace con irse en forma heroica acusando a las corporaciones de no dejarla gobernar o directamente de derrocarla. En ese registro hay que leer las declaraciones de cde que “quieren voltear a Cristina como hicieron con Lugo y Zelaya”. Tiene un tufillo a expresión de deseo. Una forma de preparar el terreno y abrir el paraguas. Una cosa es confesar incompetencia para pilotear la crisis que se viene y pagar la fiesta que fogonearon durante nueve años, y otra es el relato épico de un presunto golpe institucional. Es muy delicado y peligroso que algunos kirchneristas bobos estén jugando con el fuego de esta irracionalidad. Dicen que durante la 125 estuvieron Néstor y Alberto Fernández (y hasta Lula en el teléfono) para frenar la renuncia de Cristina cuando ella planteaba que “este pueblo no nos merece”. Hoy ninguno de los tres está a su lado.

Los que realmente quieren a Cristina deberán fortalecerla para que utilice el inmenso poder que tiene para evitar toda inestabilidad y consolidar institucionalmente este momento. Sólo un grupúsculo de delincuentes y golpistas puede estar pensando en una locura semejante. Es imposible que ocurra, salvo que se desate un proceso de veloz autovictimización desde la cima del poder. Los 12 millones de votos de una paliza electoral legal y legítima, las mayorías parlamentarias, la camiseta partidaria en un sector de la Justicia, los gobernadores disciplinados y la ausencia de alternativa opositora, convierten a Cristina en todo lo contrario que representa la fragilidad solitaria de Fernando Lugo. Aunque Timerman haya levantado ese fantasma, que ojalá no sea una forma de lavarse las manos. O una manera de liquidar competidores.

Cristina desató la parte medular del “Operativo Demolición” contra Daniel Scioli. La metodología consiste en el hostigamiento permanente y la intervención virtual y progresiva de la provincia para vaciarlo de poder. El primer paso se concretó en la Legislatura. El vice Gabriel Mariotto y los muchachos de La Cámpora pusieron a la mayoría de las bancas en contra del Ejecutivo. Esta semana le tocó el turno a la economía. La Presidenta no anduvo con eufemismos. Se sabe que detesta a Scioli igual que a otros cientos. Pero, en un hecho inédito, lo acusó públicamente de malgastar el dinero que ella le da. Le recriminó que sólo ponga la cara. Fue como anticiparle que no le van a permitir que paute publicidad en los medios no adictos ni que invierta en festivales populares, parte del mecanismo con el que Scioli instaló su figura.

La última gota fue que Hernán Lorenzino, formalmente ministro de Economía, también retó al Gobernador mientras le daba una tercera parte de los fondos que Scioli había pedido y lo convocaba a rendir examen mensualmente para que explique dónde va el dinero cristinista. Lorenzino se autoproclamó auditor e interventor de la contabilidad bonaerense. Fue tragicómico. Scioli tiene 75% de imagen positiva, la soberanía popular lo eligió dos veces gobernador y una vicepresidente. Kirchner lo designó en cinco ocasiones en puestos clave. Hay una gran desproporción de trayectorias. Lorenzino y Scioli son boxeadores de muy distinto peso. Hace unos días recién se conoció la voz de Lorenzino, quien sólo militó en “La Gran Makro”,  pero en la “Unidad Básica Jorge Brito”.

Scioli descansa sobre una encuesta de Julio Aurelio que dice que el 68% de los argentinos cree que la Presidenta es la responsable de sus penurias. Lo victimizaron y lo fortalecieron. ¿Terminó la luna de miel del efecto luto? El célebre “vamos por todo” empujó a otros a hacer lo mismo. ¿A quién van a responsabilizar los padres bonaerenses si los docentes hacen una seguidilla de paros para reclamar el cobro unificado del aguinaldo? ¿Van a ir a La Plata o a Balcarce 50 a protestar los beneficiarios de planes sociales con cada vez menor poder adquisitivo? En ese sentido, Hugo Moyano marcó el camino y dio el primer paso.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 30 de Junio de 2012.

San Lorenzo de Almagro... De Alguna Manera...

La revelación de Varsky…

Audio del programa No somos Nadie de Juan Pablo Varsky.

En los últimos días de mayo, el periodista Juan Pablo Varsky reveló una charla con un importante dirigente de San Lorenzo.

El comentario lo hizo desde su programa radial "No somos Nadie", por FM Metro. Varsky dijo lo siguiente:

"Me contaron que un encumbrado dirigente de San Lorenzo habló en un vuelo con hinchas de River, sin saber que había hinchas de San Lorenzo. Y este dirigente dice: lo de la vuelta a Boedo sabemos que es humo, sabemos que no hay manera. Y además, nosotros tenemos arreglada la Promoción con San Lorenzo.

Este amigo que me lo contó, me dijo que era capaz de salir en un juicio a demostrarlo". Luego, desde su cuenta de Twitter, escribió que "el apellido del dirigente empieza con las dos primeras letras del abecedario". Ahí, todas las miradas apuntaron al presidente Carlos Abdo.

Este jueves, el Ciclón jugará ante Instituto el partido de ida de la Promoción, tras salvarse del descenso directo con un 3-1 ante San Martín de San Juan.

© Publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 25 de Junio de 2012. 


El aviso de Abdo a última hora…


El presidente Carlos Abdo destacó en la última semana que le "dijeron que desde hace rato están especulando contra San Lorenzo". 

"A mí me dijeron que desde hace tiempo están especulando contra San Lorenzo. Pero eso, como el tema de la incentivación, no puede probarse. Lo que sí puedo decir es que si cuando hablamos de AFA lo hacemos puntualmente de su su presidente, Julio Grondona, él no manda al descenso a nadie", disparó Abdo. Después, el día previo a la definición, disparó, en diálogo con el diario Olé, que "en la AFA me dicen que vamos a zafar". 

© Publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 25 de Junio de 2012.





Los 80 conceptos esenciales de marketing de la A a la Z... De Alguna Manera...

Los 80 conceptos esenciales de marketing 
de la A a la Z...


El famoso autor Philip Kotler, conocido por su libro dirección de marketing, manual indispensable para todos los estudiantes que comienzan a introducirse en la materia, además de ser lectura obligada para Directivos, personal de marketing y demás, nos vuelca su experiencia de cuarenta años de carrera profesional, con la descripción de un listado de 80 conceptos actuales de Marketing acompañados con ejemplos de situaciones de empresas, que debieron adoptar diferentes maneras de llevar a cabo estrategias de desarrollo.

Algunos de los temas desarrollados son por ejemplo: “competencia”, “desarrollo de nuevos productos”, comunicación y promoción”, “imagen y marketing emocional”, “liderazgo”, etc., etc.

Aquí desarrollaremos el primer ítem donde el autor comienza diciendo:

Todas las empresas tienen competencia. Por ejemplo, aunque sólo hubiera una aerolínea, ésta tendría que observar los servicios ofrecidos por trenes, autobuses, coches, bicicletas, y hasta la satisfacción percibida por las personas que prefieran ir caminando a su destino.

Roberto Goizuela, ex gerente de Coca-Cola, definió a su competencia de forma especial. Cuando sus ejecutivos afirmaban que su cuota de mercado era la máxima, él les contestaba diciéndoles que el consumo de Coca-Cola era tan solo de 1/34 de los cerca de dos litros de liquido que cada persona del planeta (4,4 billones) bebía cada día. “El enemigo es el café, la leche, el té y el agua”, les contestó. En la actualidad, Coca-Cola es uno de los mayores vendedores de agua embotellada.

Cuanto mayor éxito tiene una compañía, más competencia atrae y con suerte su empresa atraerá sólo a los buenos competidores.

Ellos son una bendición como los buenos maestros que afilan y aumentan nuestras habilidades. Los competidores mediocres son molestos. Los malos competidores son un dolor de cabeza para todos los demás.

Las compañías nunca deberían ignorar a su competencia.

Permanezca en alerta. Sun Tzu, en el siglo IV a. C., decía: “El tiempo invertido en observar, rara vez es tiempo perdido”. Conviene que sus aliados estén también alerta. Si quiere ser un competidor eficiente debe ser también un eficiente cooperante. Las empresas no están solas en los negocios sino que existen asociaciones, redes, cadenas y empresas colaboradoras. 

La competencia, hoy en día, se produce cada vez más, entre redes de cooperación que entre compañías aisladas.

La clave para obtener ventajas competitivas reside en la habilidad de ser el primero en identificar oportunidades, ser el más rápido, aprender más velozmente, y trabajar en la red de cooperación más eficaz.

A corto plazo, los competidores más peligrosos son los que más se parecen a su compañía. Los consumidores no pueden ver diferencias entre las marcas. Su empresa es una más. La clave está en diferenciarse, diferenciarse, diferenciarse.

Según el gurú del marketing Theodore Levitt: “La nueva competencia no se da entre los productos físicos que las empresas producen en sus fábricas, sino entre los valores que añaden a sus ofertas en forma de envase, servicio, publicidad, consejos al cliente, financiación, plazos de entrega, almacenamiento y otras cosas que la gente valora”.

La mejor forma de superar a sus competidores es atacarse a uno mismo. Trabajar duro para que su línea de producto se quede obsoleta, antes que sus competidores lo consigan.

Vigile tanto a sus competidores latentes como inmediatos. Pienso que es más fuerte la amenaza de una nueva tecnología que la similar que utiliza una compañía próxima. La competencia más peligrosa es la de pequeñas empresas, apasionadas en cambiar las reglas de juego.

IBM hizo mal en preocuparse por Fujitsu en lugar de un don nadie llamado Bill Gates, que estaba desarrollando un software, en el garaje de su casa.

Si bien es importante vigilar a la competencia, lo es todavía más estar obsesionado por los clientes. Son los clientes y no la competencia quienes, en último término, determinan quién gana la guerra. La mayoría de los mercados están ocupados con demasiados pescadores atacando a muy pocos peces. El mejor pescador es aquél que entiende el comportamiento de la pesca mejor que cualquiera de sus competidores.

© Escrito por Diego Ciurleo, y publicado por Revista Facultades.


"Cosita"... De Alguna Manera...

Cosita...

Amado Boudou, Hugo Moyano y Daniel Scioli.

Todos son lo que eran. Todos saben lo que sabían. Serán lo que son. Sabrán lo que saben. Así, nada cambia. El país sigue abocado a la repelente tarea de catar sustancias indigeribles. Más de lo mismo. Nueve años después de haber llegado al poder, el Gobierno promete la revalorización del ferrocarril. No titubea ni tartamudea, como si hubiera desembarcado ayer, como si otro hubiese sido el gobierno que fogoneó el negocio del transporte por ruta, descuidando y terminando de empobrecer la ya escuálida red ferroviaria que recibió al asumir.

Moyano tampoco trepida: ahora (y sólo ahora) esos “exiliados en el Sur” durante los años militares son unos usureros que se hicieron ricos mientras la militancia moría en las mazmorras castrenses. Ambas partes hablan como si hubiesen nacido ayer. Antiguos de toda antigüedad, operan con criterios arcaicos. Ignoran que, ahora mismo y más que nunca, todo queda registrado y es sencilla y fácilmente recuperable. Ya no es un tema de memoria o caprichos de la nostalgia. La tecnología más despiadada digitaliza y resucita archivos. Las palabras regresan. Las fotos denuncian. Debe estar desesperadamente flaca de voluntad esta sociedad argentina para hacerse la que no ve.

La Presidenta confesaba que le dan “cosita” los chanchos, horas después de que ella se llevara puestos la ley y el orden al sacar a la policía de la calle sólo para arruinarles la fiesta a Moyano y sus raleados cofrades. ¿Cómo es que saca a la policía de la calle? ¿Cómo es que prepotea a los jueces pidiendo que la procesen? ¿Cómo es que declara duelo nacional por los gendarmes muertos en Chubut esta semana, cuando no hubo similar pesar estatal para las víctimas fatales del desastre ferroviario de Once en febrero? Es un vacío descomunal: por default, a la Argentina ya no se le mueve un pelo por nada. Las expresiones de rechazo y protesta existen, claro. Pero son parciales, limitadas, relativamente anónimas o, al menos, incapaces de generar un replanteo total del estado de cosas.

Lo de los chanchos es fenomenal. Imperturbable como sólo pueden serlo quienes han asumido de modo terminal su condición de infalibles, Cristina Fernández se pega un salto aéreo a una población de San Luis para seguir con su cháchara porcina y mojarle la oreja a la dirigencia nucleada en torno de Moyano. No explica (¿para qué?) por qué ni su marido ni ella pusieron los pies en San Luis desde 2003, única provincia rigurosamente ninguneada por ser gobernada por el raro peronismo de los hermanos Rodríguez Saá, quienes –pecado capital– nunca le pidieron plata a la Casa Rosada. La leyenda de las ejecuciones hipotecarias en las que se afanaban los treintañeros Kirchner de los años 80 es difusa, pero es evidente que siempre constituyó su abigarrado músculo dominante la opción de prestar para dominar, entregar algo para conducir todo, con o sin 1050.

Amnesia y amnistía son vocablos de raíces comunes y se patentizan en la carga de la artillería moyanista contra una gestión que compartieron y de la que el jefe sindical se benefició mientras pudo. Si a la Presidenta le encanta extasiarse con los fastos de un pasado mítico y sobredimensionado (Felipe Varela, la vuelta de Obligado), el jefe sindical no suena en un pentagrama demasiado diferente. En su cascoteado discurso del miércoles volvió a embelesarse con los años 40 del siglo XX y con las cosas que Perón les “dio” a los trabajadores. Si, como lúcidamente apunta Matilde Sánchez, el camionero y sus seguidores practican una “crispación viril” (Clarín, 28 de junio), desde el Gobierno se siguen infatuando con la letanía retro-progresista. Ahí anda la Presidenta abrazándose y besándose con cada retoño de los años 70 que encuentre, para insistir en que sólo trata de serle fiel a sus compañeros de esa época y a su marido muerto el 27 de octubre de 2010. A esa muerte, acaecida hace ya veinte meses, ella la sigue evocando con un luto de estirpe tradicional, como si en ese caso la coqueta y siempre producida primera ciudadana de este país se comportara como una de esas mujeres de negro eterno que se ven, por ejemplo, en las imágenes sicilianas de El Padrino II.

Epoca de ligerezas insoportables: hasta los verbos fallan, porque se los usa mal, para decir lo que ni corresponde insinuar ante las damas. “Quieren voltear a Cristina”, declara Héctor Timerman, ex director del diario procesista La Tarde y el canciller argentino más políticamente devaluado de los últimos 29 años, en su vano intento de asociar lo que ocurrió en Paraguay con la protesta de una jornada de huelga parcial. Exageraciones, paroxismo, mandobles retóricos y, sobre todo (nunca falla), la reiteración de los más arcaicos mecanismos.

Constatar este vacío no recauda rating, no mide, no altera amperímetros. La pobreza de la oferta opositora se relaciona y potencia con la endeblez de la demanda social. El denominador común del columnista promedio en diarios y revistas fustiga a los hasta ahora fallidos candidatos a ser opción, pero no se subraya el raquitismo de la demanda. Todo sucede como si esta noble, virtuosa y meritoria sociedad fuese diariamente frustrada por una dirigencia política oblicua, mediocre y atolondrada. Es el vacío esencial del cuerpo político argentino lo que plaga de oscuridad el diagnóstico de lo que ocurre.

Del poder actual pocos cambios se pueden aguardar ya. La Presidenta ya ha ratificado hasta el hastío a quienes la obedecen en silencio que cambiar no está en sus proyectos. No lo hizo en 2007, cuando su marido la puso en funciones. No lo hizo en 2011, cuando la ceremonia presidencial fue un trámite hogareño. Este poder K no renueva de manera sana y fuerte sus cuadros. Los tritura de a poco mientras los deja en funciones como mamotretos inanimados, castigados de por vida. Cambiar es un pecado en el modo de pensar de un sistema de poder que maquilla su archi-conservadurismo esencial disfrazándolo de audacia transgresora. El cambio, en serio, le da “cosita” a la Presidenta de la Argentina.

© Escrito por Pepe Elivaschev y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 30 de Junio de 2012.



Daniel Scioli... Inclinarse, jamás... De alguna Manera...

Inclinarse, jamás...

Gestos.  Daniel Scioli. Dibujo: Pablo Temes.

La Presidenta sigue su marcha contra Moyano y Scioli. Debilidades de una estrategia peligrosa.

La anécdota ocurrió hace unos días en un programa periodístico. Antes de la salida al aire conversaban dos hombres relevantes de este momento: uno tuvo un papel determinante en la génesis K, el otro, un senador oficialista que está a cargo de los aspectos clave de la administración de su castigada provincia patagónica. Hablaba entonces el legislador de sus preocupaciones: “La situación es delicadísima. La economía no está bien. La Presidenta vive encerrada en su mundo y no escucha. Todo es improvisación”. Minutos después de esta descripción, el senador fue al aire y dijo que no era verdad que el modelo estuviera en crisis, que la Presidenta tiene un perfecto dominio de la situación y que nada es improvisado.

Azorado, el hombre que supo ser ladero inseparable de Néstor Kirchner no pudo callar su desconcierto y le preguntó: ¿a cuál de tus dos versiones debo creer? “A la primera”, respondió el legislador.

Esa es la radiografía de lo que sucede hoy. Ministros y secretarios de Estado con tradición peronista, que no tienen chance de hablar con la Presidenta, se desahogan y cuentan sus penas con sus compañeros de militancia que supieron estar en el Gobierno.

El “Aló Presidenta” del martes dejó a muchos muy preocupados. Allí se la vio a Cristina desencajada y dejando al desnudo no sólo su falta de contacto con muchos aspectos de la realidad sino también las falencias del “modelo”. Para ella, quien gana un salario de $8.000 mensuales es alguien rico que debe dejar de lado su egoísmo y pagar el impuesto a las ganancias. Sonó grotesco. En ese extenso monólogo con aires de “stand-up”, en el que habló de todo un poco con un abusivo uso del yo, quedó expuesta, entre otras cosas, su concepción monárquica: “He dispuesto que la Gendarmería Nacional no actúe más en los conflictos provinciales”. La Presidenta, que es abogada, debería recordar que las fuerzas de seguridad no son estructuras puestas al servicio de su antojo sino que son auxiliares de la justicia. Lo mismo representó su decisión de dejar sin custodia policial la movilización a Plaza de Mayo del miércoles, transformando el lugar y sus adyacencias en una zona liberada. Esta actitud está en las antípodas de la organización republicana consagrada por la Constitución que la Presidenta juró respetar y hacer respetar.

El interminable monólogo presidencial dejó en evidencia cuáles son los dos enemigos políticos a los que hoy el Gobierno tiene en la mira: Daniel Scioli y Hugo Moyano.

El paro dispuesto por el jefe de la CGT fue un fracaso, pero la marcha a la Plaza no. De lo sucedido ahí queda claro que hay una significativa pérdida de poder que ha sufrido Moyano. Así y todo, el Gobierno sabe que esa merma de poder no es suficiente para lograr desplazar al camionero de su poltrona  de la calle Azopardo en forma atraumática. Al kirchnerismo le están faltando líderes sindicales con el carisma y el poder necesario para borrar a Moyano del mapa. Con los gremialistas opositores a él pasa algo parecido a lo que pasa con los dirigentes políticos opositores al Gobierno: están tan divididos que, parafraseando a Hermes Binner, dan lugar a una suma que resta. Encima la mayoría de ellos son exponentes conspicuos de la década menemista, en la que este gobierno abreva cada vez más.

La Presidenta estuvo muy bien cuando fustigó la metodología del apriete y la patota utilizada muchas veces por el gremio de Moyano. Lo que no dijo CFK fue que tanto su gobierno como el de su difunto esposo convalidaron y estimularon esa misma metodología. Fernández de Kirchner, que para algunas cosas es impredecible, no lo es para otras. Una de ellas es la de disponer su poder y los recursos del Estado a fin de destruir a sus enemigos. Esa maquinaria ya se ha puesto en marcha contra Moyano. Así el Gobierno buscará impedir por todos los medios legales la elección en la CGT del próximo 12 de julio, los camiones pasarán a ser considerados una plaga que asuela las rutas argentinas y a la que hay que reemplazar por el tren, y los beneficios destinados a la obra social del gremio –pensar que CFK estuvo en el acto de apertura de las obras de remodelación de su nave insignia, el ex sanatorio Antártida– y se presentarán nuevas denuncias penales contra el líder camionero.

El otro enemigo es Scioli. No hay antecedentes desde la reapertura democrática en los que el Presidente de la Nación haya procurado tan abiertamente la destrucción de la imagen de un gobernador perteneciente a su mismo partido. En los 90, la disputa entre Carlos Menem y Eduardo Duhalde fue feroz, pero nunca llegó a estos niveles. Es decir, nunca usó Menem la Cadena Nacional para destruir a Duhalde. A esta altura no queda claro si lo que CFK quiere es que Scioli se vaya a su casa o que enmiende su administración. Por mucho menos de lo que desde el Gobierno le hacen a Scioli, en el oficialismo se han cansado de usar la palabra  “destituyente”. Es verdad que la gestión del gobernador está muy lejos de ser óptima y que se hace a los ponchazos tratando de tapar agujeros sin un plan estratégico claro y previsible. Pero ¿acaso no es eso lo mismo que sucede en el gobierno nacional?

“La Presidenta quiere destruir a Scioli y no se da cuenta que logra lo contrario”, señala una voz que supo ser parte del gobierno de Kirchner. El gobernador no habrá de responder. Seguirá en la suya. Hasta el momento no le ha ido mal: las tendencias muestran que su imagen positiva creció en unos 10 puntos según lo reflejan las últimas mediciones de consultoras creíbles.

CFK está convencida que todo lo que ella hace, dice y decide es perfecto. Rodeada de un coro de aplaudidores, reidores y obsecuentes, desdeña a las voces que dentro del mismo gobierno advierten las consecuencias de esos errores pero no se atreven a hacer oír sus voces. “La democracia es la necesidad de inclinarse de cuando en cuando ante la opinión de los demás”, es una célebre frase de Winston Churchill, que a la Presidenta le vendría bien leer.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 30 de Junio de 2012.



Juan Alberto Badía, Un consejero con toda la humildad... De Alguna Manera...

Un consejero con toda la humildad...
Tuve la suerte de compartir programación con Juan Alberto Badía. Fue en la inolvidable y fenomenal Radio Del Plata que armó Marcelo Tinelli y que destruyó en forma fulminante Electroingeniería. Durante algunas mañanas en las que reemplazó a Mónica y César Mascetti compartimos el pase. Recordaré por siempre esos momentos. Yo le pedía que me contara anécdotas sobre los Beatles –acerca de quienes sabía todo– y él me sorprendía con su creciente interés por la música

clásica. No olvidaré nunca el día que se emocionó hasta las lágrimas con el aria Di quella pira de la escena segunda del tercer acto de la ópera Il Trovatore de Giuseppe Verdi.
No es novedad decir que Juan Alberto fue un maestro. Pero hay que decirlo porque es la verdad.

Tampoco es novedad decir que fue un pionero. Pero es necesario señalarlo para el presente y para las nuevas generaciones de locutores y periodistas.

Badía conocía los secretos de la radio y la televisión hasta en sus más mínimos detalles.

Era un muy buen consejero, y en condición de tal todo lo hacía con humildad. Tenía el don de reconocer los méritos del otro, algo siempre poco frecuente en cualquier actividad humana. Era generoso. Admiraba a los músicos –famosos y desconocidos– a quienes ayudó con pasión y desinterés. Todos ellos se lo agradecieron en vida y hoy lo lloran con desconsuelo.
Enfrentó el cáncer con admirable fortaleza.

Nunca ocultó su enfermedad y se allanó a compartir sus vivencias con la gente, consciente de que al hacerlo ayudó a muchos que, en su lucha, encontraron un estímulo para llevar adelante las suyas.

Juan Alberto Badía fue una gran persona. Su discurso de hace un mes, al recibir el Martín Fierro, me emocionó.

A la manera de un legado, sus palabras fueron un himno de agradecimiento a la vida y, a la vez, una despedida.

Una despedida que hoy entristece a la sociedad y a todos los que, a la manera de un regalo de la vida, tuvimos el privilegio de su consideración, su respeto y su afecto.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 29 de Junio de 2012.

Los Beatles. Yesterday.

CFK, Evanescencia emocional... De Alguna Manera...

Evanescencia emocional...

 La Presidenta de la Nación en su creciente retórica gestual refleja tensiones sintomáticas.

Pocas veces la psicología fue tan importante para la política. Y no porque lo haya sido poco en el pasado: Argentina fue muchas veces un país políticamente enloquecido. Lo es ahora porque todo el poder está concentrado en una sola persona, viuda, con un vicepresidente políticamente discapacitado, un jefe de Gabinete anónimo, ministros sin autonomía y un partido de gobierno vacío.

Por ejemplo, hace un año Scioli aceptó a Mariotto de vice confiado en que no le “incendiarían la provincia” porque también se dañaría el Gobierno nacional. Hoy, debe preguntarse si no es posible que Cristina lo odie tanto como para estar dispuesta a producirse algo de dolor a sí misma.

Hay un gen misógino en la sociedad argentina con el que la Presidenta tiene que convivir. Ser loca es la acusación paradigmática para las mujeres (la Inquisición quemaba brujas, no brujos). Pero a los prejuicios, Cristina aporta sus propias acciones con una verborragia cada vez más extendida y una gestualidad facial crecientemente llamativa. La lucha contra los años crea rictus artificiales pero la Presidenta tiene algunas expresiones que no parecen surgir de la superficie del cuerpo, sino reflejar cuestiones más hondas del orden de las creencias y los deseos.

Es injusto quedarse con una foto desencajada. Cualquiera que estuviera todo el tiempo rodeada de cámaras caería en algún momento en una imagen poco feliz como la que acompaña esta columna. Pero no es tan sólo su rostro o la entonación de su voz lo que alimenta las desconfianzas. Sus dichos –entre varios otros últimos–  sobre que en Europa sus colegas no pueden creer que en Argentina se den aumentos del 20%, como si fuera un elogio al país y su gestión, intranquilizó a la mayoría.

La extracción de su tiroides agrega argumentos a quienes quieren ver que “algo pasó” con la capacidad de entendimiento de la Presidenta, sumado a quienes ya desde antes les resultaba verosímil que padeciera tendencias bipolares. Parte de esas convicciones son alentadas por la inexistencia de una oposición, institucionalizada electoralmente, que genere razonables expectativas de cambio por la lógica de una competencia política por una oferta superadora. Les queda sólo la posibilidad de imaginar una implosión de la propia Presidenta.

El libro Psychology of economics decisions, publicado por la editorial de la Universidad de Oxford, explica el fenómeno de la evanescencia emocional y por qué las personas no pueden estar eufóricas o disfóricas demasiado tiempo. “Los seres humanos –dice– fuimos construidos de una manera que limita la duración de las experiencias emocionales”.

La evanescencia sería funcional a la necesidad de reducir el poder emocional que los acontecimientos tienen sobre nosotros. Cuando ocurre algo de mucha intensidad, nuestro aparato cognitivo trata de explicarlo para transformarlo en algo previsible. Se “ordinariza” al suceso para quitarle su poder emocional y permitir al organismo recuperarse más rápidamente de su efectos.

Tiene lógica: “Un evento pierde algo de su poder emocional cuando se experimenta en varias ocasiones, ya que establece una nueva comparación de nivel; las personas se adaptan a experiencias repetidas de un mismo acontecimiento”. Una simplificación diría que Scioli puede resistir, sin padecer las consecuencias, un contexto de presiones donde otro político ya habría renunciado, porque comparado con las emociones negativas a las que lo expuso la pérdida de su brazo, no resultan tan intolerables. En términos del libro: “Lo que parece ordinario y predecible provoca una reacción emocional menos intensa que lo que parece novedoso e impredecible”.

La existencia de un sistema inmunológico psicológico también conlleva una mala noticia. Los efectos de los acontecimientos emocionales positivos desaparecen con la misma rapidez. Algo aplicable a la relación de Cristina con Camioneros sería el olvido de los aumentos de sueldos reales en los años de bonanza.

La tesis del libro es que el mecanismo emocional es homeostático, como en el caso de la alimentación (“la felicidad es como la comida”), y en casos más extremos sería alostático, como el de la presión arterial. “Las personas están motivadas a ingerir alimentos, pero al hacerlo el cuerpo humano activa una serie de mecanismos diseñados para minimizar su impacto, por ejemplo la secreción de insulina para reducir la cantidad de azúcar en la sangre. Así como las personas aprenden a tolerar la administración de drogas peligrosas, aprenden a tolerar la ingesta de alimentos.”

El sistema que controla la presión arterial es aún más sofisticado. El homeostático “corta” en un  punto de ajuste óptimo único, el alostático lo mantiene dentro de un rango variable, en función de las demandas ambientales y la de la propia actividad (más en estado de euforia o haciendo ejercicio, por ejemplo).

Quizás Cristina y Scioli tengan su sistema alostático acostumbrado a procesar emociones de una extraordinaria intensidad como si se tratasen de eventos ordinarios y repetitivos. Faltaría ver si el sistema alostático de los empleados estatales de la provincia de Buenos Aires puede acostumbrarse a digerir dosis crecientes de presión.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 20 de Junio de 2012.




sábado, 30 de junio de 2012

Todo lo bueno hoy vuelve multiplicado... De Alguna Manera...



Todo lo bueno hoy vuelve multiplicado...


El recuerdo de un Amigo. Era la imagen de la radio. Era la imaginación de Los Beatles en el éter. Uno más de ellos que salió de Ramos Mejía y aterrizó en Liverpool.

Imagina que no hay paraíso
Es fácil si lo intentas
Ningún infierno debajo de nosotros
Arriba de nosotros, solamente cielo
Imagina a toda la gente
Viviendo al día...

Imaginate Beto que hay mucho dolor aquí abajo. Que los músicos argentinos se sienten huérfanos. Que todas las radios están de luto por tu ausencia. Que los oyentes esperan que termine la tanda para volver a escucharte. Que Fernando Bravo, tu amigo del alma, no puede con su alma.

Todavía recuerdo tu cálida voz en el teléfono en febrero del año pasado, el día que recé una columna que decía que Badía tiene compañía. Una vez más me contaste cuando fuiste a Colombia con Bravito y juntos hicieron los comentarios de aquel partido en donde River se jugaba la vida. Por suerte pude confesarte toda mi admiración. Yo te miraba en silencio mientras hacíamos el pase en Radio del Plata y vos me trataste como si fuéramos compinches. Hasta fuimos a jugar al básquet al Club Palermo. ¿Te acordás de las picadas que comíamos en el buffet? Después supe que hacías eso con todos. Que no hay nadie en el mundo de la radio que no te quiera. Que no tenés enemigos. Que te la pasaste acercando posiciones, cerrando brechas, reconciliando gente, valorando la diversidad en el más amplio sentido de la palabra.

Para mí, vos, Bravito, Carrizo y Cacho Fontana estaban en el olimpo de los próceres de la radio. De los que reinventaron la magia de la comunicación. Primero me atravesó tu Flecha Juventud mientras yo celebraba la rebeldía del pelo largo, los vaqueros gastados y los dedos en ve. Con la música de Los Beatles, por supuesto. Y el asombro por la filosofía pacifista cargada de humanismo de John Lennon que modeló nuestra ética de la solidaridad. Con todo eso crecimos juntos. Con tu extraordinaria capacidad para crear climas, para establecer una atmósfera de buena onda con el entrevistado. A veces pienso que con Juan Ramón, con semejante viejo, con ese maestro de locutores, no tenías otro destino que aferrarte a los micrófonos y vivir entre auriculares. Hijo de tigre. Hijo del ISER.

Seguimos de cerca esa batalla desigual que diste contra ese maldito cáncer que seguramente debe odiar la música, los medios y la alegría. ¿Quién lo hubiera dicho? Meterse con Juan Alberto Badía, que hijoputez. Con ese locutor gigantesco que formó generaciones y que jamás apeló al escándalo ni al trazo grueso. ¿Te acordás del día que empezaste en la radio? ¿De tu primer aviso? ¿Del furcio que más te avergonzó? De tus grandes éxitos. Escuché que dijiste que era increíble la cantidad de gente que defendía tu vida como si fuera propia. Es cosecha merecida de tu siembra. Todo lo bueno que hiciste hoy te vuelve multiplicado.

Me consuela saber que nunca estarás solo. Que millones te estarán sintonizando porque igual que Bravito, tu domicilio es el aire. Que te esperan John Lennon y el Flaco Spinetta. Ahí va el capitán Beto, Flaco. Cuidalo. Te lleva una noticia como para dar la vuelta olímpica en el cielo. Volvieron a primera. Hay una banda roja que los envuelve. Un estadio de fiesta. Celebrando la vida de Badía y sus 64 años de ejemplo. Tal vez eso sea lo que más duele. Fue demasiado pronto, Juan Alberto. Cuando tenga 64 años, aún me seguirás necesitando, todavía me seguirás alimentando. Cuando sea más viejo y se me caiga el pelo. A los 64 lloramos tu despedida que es bien arriba, con la luz roja encendida eterna en tu homenaje:

Imagina
Tú puedes decir que soy un soñador
Pero no soy el único
Espero que algún día te nos unas
Y el mundo vivirá como uno solo, Beto querido.

© Escrito por  Alfredo Leuco (*) y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 30 de Junio de 2012.

(*) Periodista, trabajó junto a Juan Alberto Badía en Radio del Plata.


Badía tiene compañía...

Hola Beto. ¿Cómo estas? No te asustes. No te voy a cargar por el gol de Palermo. Ya lo gasté a tu amigo del alma, Fernando Bravo. ¿Te acordás cuando fueron juntos a Colombia a ver a River y a transmitir por la radio? ¿Te acordas de cuando hacíamos el pase en radio del Plata? Yo te miraba con admiración y vos me trataste de entrada como si fuéramos compinches de toda la vida. Para mi, vos, Bravito, Carrizo y Cacho Fontana estaban en el olimpo de los próceres de la radio.

De los que reinventaron la magia de la comunicación. Primero me atravesó tu Flecha Juventud mientras yo celebraba la rebeldía del pelo largo, los vaqueros gastados y los dedos en ve. Con la música de los Beatles., por supuesto. Y el asombro por la filosofía pacifista cargada de humanismo de John Lennon que modeló nuestra etica de la solidaridad. Con todo eso crecimos juntos. Con tu extraordinaria capacidad para crear climas, para establecer una atmósfera de buena onda con el entrevistado.

A veces pienso que con semejante viejo, con ese maestro de locutores, no tenías otro destino que aferrarte a los micrófonos y vivir entre auriculares. Disculpá que sea tan franco. Pero cuando me enteré de tu enfermedad de inmediato pensé en como podía ayudarte. Esas boludeces que uno piensa como si fuera médico, esa desesperación por dar una mano sin saber como. Al principio no quise ni preguntar detalles.

Pero ayer me enteré que estás entero. Que te sentís un soldado para dar la gran batalla contra ese maldito cáncer que seguramente debe odiar la música, los medios y la alegría. ¿Quién lo hubiera dicho? Meterse con Juan Alberto Badía, que hijoputez. Con ese tipo que se hizo buena gente en las calles de la infancia de Ramos Mejía. Con ese locutor gigantesco que salió del ISER hace 40 años con su título. ¿Te acordás del día que empezaste en la radio? ¿De tu primer aviso? ¿Del furcio que mas te avergonzó? De tus grandes éxitos. De tu apuesta a la cultura pero nunca al elitismo, siempre a lo popular. De esa Imagen de Radio que mezclaste con la tele potenciando lo mejor de cada medio.

Fue “Una Buena Idea”, diríamos imitándote para cargarte y reírnos un rato. Vamos Beto, carajo. Tenés que volver a unir el país con tu estudio, hay cientos de músicos jóvenes que esperan tu respaldo, hay periodistas que quieren debutar a tu lado y conocer esa llama maravillosa de la libertad creativa.

Hay tanto por hacer, Beto querido. Me hablan de inyecciones, de glóbulos blancos, de etapa inmunodeprimida y no quiero saber nada. Solo se que ese mal bicho te atacó por la espalda, que el muy traicionero se metió entre el esternón y la columna vertebral. Pobre de él. Ese tumor no sabe con quien se metió. Con todos nosotros. Con el apoyo de todos los que te queremos y admiramos.

Con el aguante que te queremos hacer llegar. Escuché que dijiste que era increíble la cantidad de gente que defendía tu vida como si fuera propia. Que tu hija dijo que no hay metástasis. Es un manantial de energía y afecto que podes recoger ahora por todo lo que sembraste. Es el mejor de tus capitales, la mayor de tus fortalezas. En cada pasito adelante que des vamos a estar todos para festejar.Para celebrar desde la tribuna como si fuera el gol del campeonato. Para que sientas que todo lo bueno que hiciste hoy te vuelve multiplicado. Te esperamos pronto. En los estudios de radio y de tele siempre esta la luz roja prendida para vos. Aguante Beto, cabezón y gallina. No es ninguna primicia periodística de mi parte, ya lo se, todos lo sabemos : Badía tiene compañía.

© Escrito por  Alfredo Leuco

 

Badía, en primera persona... De Alguna Manera...

Badía, en primera persona...

 Marcelo Tinelli, Pepe Eliaschev, Juan Alberto Badía y Silvia Fernández Barrio.

Esperame, me dijo. No tomes una decisión antes de charlar conmigo, me encareció. Era diciembre de 1979. El tenía 32 años y yo 34. Lo esperé. El venía de Buenos Aires y yo vivía en Nueva York. Se tomó un avión y se vino. Lo fui a buscar al aeropuerto Kennedy y lo traje a mi departamento de la calle 43. Estuvo sólo doce horas en Manhattan y regresó a Buenos Aires. Vino sólo para pedirme que me quedara junto a él en Radio Mitre y que no me fuera a Radio El Mundo, a donde me quería llevar Julio Lagos. Era nuestro primer encuentro cara a cara, pero ya éramos compinches de cada mañana, cuando él me llamaba desde la radio porteña y yo lo atendía desde Tudor City, frente a las Naciones Unidas.

Tras aquel pedido de 1979 me quedé con él en 1980, claro. Nueve meses más tarde, tras salir al aire cada día hasta cinco veces por mañana, por esa misma Radio Mitre que hoy me alberga, me cayó la prohibición. Era septiembre de 1980 y sólo recuperé el aire tras la guerra en Malvinas, gracias a la audacia de Cacho Fontana, que me “desprohibió” de hecho desde Radio Argentina, cuando yo ya vivía en México, última etapa de mi exilio. No más tocar la Argentina, fue Badía quien me convidó a debutar en TV. Cumplió y la idea se concretó al comenzar abril de 1984, cuando arrancamos en Badía y compañía por Canal 13.

Esta historia, que no es personal, habla de él, de su generosidad, de su sencillez, de su decencia. Juan Alberto no era un tipo politizado. Ni mucho menos. Pero tenía un candor y una apertura mental que desarmaban. Entendía que esa democracia recuperada en 1983 era una forma superior de vida y era maravillosa, pero se sobreentendía que no se le podían exigir a él pormenores conceptuales.

Badía iba por otro lado. Le importaba sobremanera reconocer a los veteranos y abrirles puertas a los novatos. Caso raro y atípico, él huía del ruido y de la notoriedad. Perseveraba en su cariño por la herramienta expresiva, mimaba el habla, no gritaba, no exageraba, era prudente en su respeto por el medio. No aspiraba a marcar épocas, ni a dictar cátedra. Nada le suscitaba más entusiasmo que abrirle caminos a quienes aportaran lo que él admiraba, o sea pensamiento, revelaciones, contenidos bien expresados, conocimiento del mundo.

En Imagen de radio, un programa único que llevó a la TV la intimidad y la autenticidad de la radiofonía, todo discurría como en un ballet. Las palabras iban y venían con una fluidez y un respeto que maravillaban. Badía era un conductor que sabía quién era, pero también quién no era. Eso lo hacía diferente. Locutor orgulloso de su oficio, no se pretendía periodista y eso le permitía una distancia y una generosidad notables a la hora de apreciar contenidos y respetar pensamientos ajenos.

La última vez que hablamos fue la noche de las elecciones de 2009, cuando la derrota política del kirchnerismo sacudió al país. Yo entraba al estudio de Canal 26 aquel domingo cuando apareció él en mi celular para pedirme unas reflexiones para su radio. Creo que me llamaba desde Bariloche. Me escuchó sin interrumpirme. Yo no tenía palabras demasiado lisonjeras para el kirchnerismo, y Badía claramente nunca fue un hombre de alineamientos políticos. Pero me dejó hablar sin ensuciar el aire.

Fue leal y recto en su vida cotidiana, dos de sus atributos más evidentes, que directamente incidían en su tarea profesional. Así fue siempre.

Ahora que ha muerto, ese recuerdo es ya imborrable. Pertenece al patrimonio común de quienes ven en la radio y en la televisión una responsabilidad y un desafío. Nadie como él simbolizó con tanta justeza lo contrario a todo lo que encarna el repelente mundo de la farándula. Pocos como él han edificado una carrera apoyada en el respeto al buen gusto y a la mesura, esos valores hoy inasibles. Murió Beto y tal vez alcanzó a enterarse o a intuir que River volvía a primera. Se merecía esa alegría.

© Escrito por Pepe Eliaschev y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma d Buenos Aires eñ sábado 30 de Junio de 2012.

Pakapaka se vuelve cátedra en la UBA... De Alguna Manera...

Pakapaka se vuelve cátedra en la UBA...


Será para la carrera de Diseño de Imágen y Sonido, y tratará sobre contenidos infantiles.

La carrera de Diseño de Imágen y Sonido tendrá una nueva cátedra que se llamará Pakapaka de Realización y Producción de Cine y Televisión para niños. Así lo dispusieron a través de un convenio el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, junto con el decano de la facultad Eduardo Cajide.

La propuesta está orientada a profundizar los contenidos infantiles en los estudiantes de la carrera y tiene como objetivo que los alumnos puedan realizar producciones audiovisuales de calidad orientadas al público infantil de entre 2 y 12 años, a través del formato documental, animación, ficción o docu-ficción.

Será una materia optativa dentro de la carrera con 60 horas por cuatrimestre, lo que equivale a 4 horas semanales, informó el sitio del canal Encuentro.

La Cátedra Pakapaka será presentada oficialmente el lunes 2 de julio a las 11:00 en la sede del Palacio Pizzurno.

Pakapaka es la señal de programación infantil del Ministerio de Educación, que nació como un desprendimiento del canal Encuentro.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 30 de Junio de 2012.