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jueves, 24 de julio de 2014

Dos caras de la moneda del periodismo... De Alguna Manera...

Lanata vs Víctor Hugo: las dos caras de la moneda del periodismo...

Alfredo Leuco opina sobre el conflicto Lanata-Víctor Hugo. Foto: Cedoc

La editorial de Alfredo Leuco después de que #MostraElContrato con Telesur fuera trending topic por el programa De Zurda.

El domingo pasado el periodista Jorge Lanata en su programa Periodismo Para Todos de Canal 13 reveló que el periodista oficialista Víctor Hugo Morales habría cobrado un 1 millón de dólares por la conducción del programa “De Zurda”, junto con Diego Armando Maradona, que se emitió durante el mundial por un mes en Telesur. Víctor Hugo respondió a las acusaciones afirmando que era todo mentira y ofreció a Lanata la posibilidad de encontrarse y mostrarle el contrato. Así se produjo un tire y afloje entre ambos periodistas respecto de esta cuestión.

Editorial de Alfredo Leuco

Son las dos caras de la moneda del periodismo en la era del hielo. Son los representantes de las dos posturas éticas frente a nuestro maravilloso oficio. Cada uno encarna un lado de la grieta que se abrió en la sociedad.

Jorge Lanata tuvo el coraje y la independencia de investigar a fondo la matriz corrupta del estado. Con rigurosidad destapó todas las ollas con olor a podrido y dejó en evidencia a varios funcionarios. A Felisa Miceli, condenada porque le descubrieron una inexplicable bolsa de dinero escondida en el baño de su ministerio. A Amado Boudou, procesado por recibir una megacoima. A Lázaro Báez y el lavado de dinero de quien fue amigo, socio, cómplice y testaferro de la familia presidencial y muchos otros casos como los de Ricardo Jaime o el general Cesar Milani. Hizo lo que siempre tiene que hacer un periodista. Tener una mirada crítica. Ser fiscal de ese poder.

Víctor Hugo Morales malversó nuestro trabajo y se convirtió en el abogado defensor de todos los corruptos y en el justificador ideológico de todos los autoritarismos de Néstor y Cristina. Castigó a los dueños de los medios pero fue feroz descalificando a colegas periodistas que se ganan la vida con dignidad y que hacen su trabajo con excelencia y que ganan un uno por ciento de lo que gana el megamillonario relator del relato inmoral.

Hoy Lanata y Víctor Hugo están protagonizando una polémica pública sobre la fortuna que el uruguayo cobró junto a Maradona por hacer el programa “De Zurda” por Telesur. No se trata de un sueldo mínimo o simbólico. Se trata de miles de dólares que los dos amantes del Che Guevara cobraron por derecha a un canal que tiene fondos públicos de Venezuela, Cuba y Argentina. Lanata dice que todos los argentinos hicimos un aporte para pagar esos mega sueldos y que por eso tenemos derecho a saber cuánto nos costó. Muchos pensamos que esas cifras descomunales hubieran sido muy útiles para atender a los más pobres de los pobres de esos países y que tanto Víctor Hugo como Diego podrían haber trabajado gratis para la causa. Pueden hacerlo, ambos están salvados para toda la vida.

Lanata no es el único pero es uno de los responsables de que radio Mitre lidere con mucha amplitud las mediciones de audiencia. Más del 46 % escuchan esta querida emisora en ese horario. Y eso es un beneficio para todos los que trabajamos en estos micrófonos.

Víctor Hugo no es el único, pero es uno de los responsables de que radio Continental se haya caído a pedazos en sus mediciones. Con suerte y viento a favor supera en algo el 9% de share contra el 46 % de Lanata. Y eso perjudica a grandes profesionales como a Nelson Castro y Fernando Bravo. Lo mismo pasa en televisión.

Jorge Lanata conduce uno de los programas más vistos de canal 13. En al comienzo, tuvo niveles impresionantes de audiencia. Todo bancado con el riesgo de la publicidad privada. Víctor Hugo conduce un programa en canal 9 que casi no acusa peso en la balanza y que si no fuera por su carácter de propagandista de las ideas del estado y la publicidad oficial, ya lo hubieran levantado por su fracaso.

Lanata gana casi todos los años la votación del mejor periodista de la revista Noticias, acaba de aparecer en el décimo lugar entre los personajes más honestos junto al Papa Francisco, Favaloro y Belgrano, entre otros. Y en el festival de Nueva York su investigación sobre la ruta del dinero K fue premiada con la medalla de plata en competencia contra producciones de 60 países.

Víctor Hugo fue el elegido en más de una ocasión en Noticias como el peor periodista del año, generó una gran desilusión y frustración entre muchos oyentes que lo apreciaban y se sintieron traicionados por su panquequismo borocotizador y ganó el premio que La Campora otorga a través de la Facultad de Periodismo de La Plata. El mismo que recibió Hugo Chávez rodeado de Hebe de Bonafini y Fernando Esteche quien fue profesor de esa casa de estudios hasta que lo metieron en la cárcel por encabezar junto a Quebracho diversos hechos vandálicos.

Jorge Lanata era un pibe durante la dictadura pero desde Página 12 fue uno de los principales luchadores por los derechos humanos. Instaló en su diario los reclamos con foto y nombres y apellidos y convocó a trabajar a Horacio Verbitsky y Osvaldo Soriano, entre otros. Sin embargo fue atacado ferozmente por el aparato propagandístico del gobierno y comparado con Videla.

Víctor Hugo tuvo que pedir perdón por carta a las Abuelas de Plaza de Mayo por haber elogiado a los genocidas de Videla en 1978. Fue muy amigo de varios militares y jugaba al fútbol y bailaba tangos en un cuartel de la dictadura uruguaya. Sin embargo es endiosado por el cártel de Gvirtz que se enriqueció con los dineros públicos y que tampoco muestra sus contratos con el estado. Ambos ganan muy buenos sueldos con su trabajo.

Pero Víctor Hugo dijo que seguramente fue uno de los que más ganó en la historia de la radio, tiene un departamento que cuesta una montaña de dólares en Nueva York y se la pasa viajando a Paris y Madrid pese a que se llena la boca hablando bien de Fidel Castro y la isla de Cuba a donde también viaja de vez en cuando. El chofer que le maneja su auto llegó a facturar una charla que dio Víctor Hugo, seguramente para evadir impuestos. Converso, tituló su gran libro, Pablo Siven.

Víctor Hugo es la hipocresía, es el doble discurso. Es jugar de zurda pero con nuestro bolsillo. Víctor Hugo es culturalmente kirchnerista. Un fabulador y millonario culposo que de la boca para afuera defiende a los pobres de la Patria Grande pero que le cobra una carretilla de dólares para trabajar en Telesur. Se lo digo en términos futbolísticos: se la pasa amagando por izquierda pero siempre sale por derecha.

© Publicado el Jueves 24/07/2014 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


 

sábado, 30 de junio de 2012

Todo lo bueno hoy vuelve multiplicado... De Alguna Manera...



Todo lo bueno hoy vuelve multiplicado...


El recuerdo de un Amigo. Era la imagen de la radio. Era la imaginación de Los Beatles en el éter. Uno más de ellos que salió de Ramos Mejía y aterrizó en Liverpool.

Imagina que no hay paraíso
Es fácil si lo intentas
Ningún infierno debajo de nosotros
Arriba de nosotros, solamente cielo
Imagina a toda la gente
Viviendo al día...

Imaginate Beto que hay mucho dolor aquí abajo. Que los músicos argentinos se sienten huérfanos. Que todas las radios están de luto por tu ausencia. Que los oyentes esperan que termine la tanda para volver a escucharte. Que Fernando Bravo, tu amigo del alma, no puede con su alma.

Todavía recuerdo tu cálida voz en el teléfono en febrero del año pasado, el día que recé una columna que decía que Badía tiene compañía. Una vez más me contaste cuando fuiste a Colombia con Bravito y juntos hicieron los comentarios de aquel partido en donde River se jugaba la vida. Por suerte pude confesarte toda mi admiración. Yo te miraba en silencio mientras hacíamos el pase en Radio del Plata y vos me trataste como si fuéramos compinches. Hasta fuimos a jugar al básquet al Club Palermo. ¿Te acordás de las picadas que comíamos en el buffet? Después supe que hacías eso con todos. Que no hay nadie en el mundo de la radio que no te quiera. Que no tenés enemigos. Que te la pasaste acercando posiciones, cerrando brechas, reconciliando gente, valorando la diversidad en el más amplio sentido de la palabra.

Para mí, vos, Bravito, Carrizo y Cacho Fontana estaban en el olimpo de los próceres de la radio. De los que reinventaron la magia de la comunicación. Primero me atravesó tu Flecha Juventud mientras yo celebraba la rebeldía del pelo largo, los vaqueros gastados y los dedos en ve. Con la música de Los Beatles, por supuesto. Y el asombro por la filosofía pacifista cargada de humanismo de John Lennon que modeló nuestra ética de la solidaridad. Con todo eso crecimos juntos. Con tu extraordinaria capacidad para crear climas, para establecer una atmósfera de buena onda con el entrevistado. A veces pienso que con Juan Ramón, con semejante viejo, con ese maestro de locutores, no tenías otro destino que aferrarte a los micrófonos y vivir entre auriculares. Hijo de tigre. Hijo del ISER.

Seguimos de cerca esa batalla desigual que diste contra ese maldito cáncer que seguramente debe odiar la música, los medios y la alegría. ¿Quién lo hubiera dicho? Meterse con Juan Alberto Badía, que hijoputez. Con ese locutor gigantesco que formó generaciones y que jamás apeló al escándalo ni al trazo grueso. ¿Te acordás del día que empezaste en la radio? ¿De tu primer aviso? ¿Del furcio que más te avergonzó? De tus grandes éxitos. Escuché que dijiste que era increíble la cantidad de gente que defendía tu vida como si fuera propia. Es cosecha merecida de tu siembra. Todo lo bueno que hiciste hoy te vuelve multiplicado.

Me consuela saber que nunca estarás solo. Que millones te estarán sintonizando porque igual que Bravito, tu domicilio es el aire. Que te esperan John Lennon y el Flaco Spinetta. Ahí va el capitán Beto, Flaco. Cuidalo. Te lleva una noticia como para dar la vuelta olímpica en el cielo. Volvieron a primera. Hay una banda roja que los envuelve. Un estadio de fiesta. Celebrando la vida de Badía y sus 64 años de ejemplo. Tal vez eso sea lo que más duele. Fue demasiado pronto, Juan Alberto. Cuando tenga 64 años, aún me seguirás necesitando, todavía me seguirás alimentando. Cuando sea más viejo y se me caiga el pelo. A los 64 lloramos tu despedida que es bien arriba, con la luz roja encendida eterna en tu homenaje:

Imagina
Tú puedes decir que soy un soñador
Pero no soy el único
Espero que algún día te nos unas
Y el mundo vivirá como uno solo, Beto querido.

© Escrito por  Alfredo Leuco (*) y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 30 de Junio de 2012.

(*) Periodista, trabajó junto a Juan Alberto Badía en Radio del Plata.


Badía tiene compañía...

Hola Beto. ¿Cómo estas? No te asustes. No te voy a cargar por el gol de Palermo. Ya lo gasté a tu amigo del alma, Fernando Bravo. ¿Te acordás cuando fueron juntos a Colombia a ver a River y a transmitir por la radio? ¿Te acordas de cuando hacíamos el pase en radio del Plata? Yo te miraba con admiración y vos me trataste de entrada como si fuéramos compinches de toda la vida. Para mi, vos, Bravito, Carrizo y Cacho Fontana estaban en el olimpo de los próceres de la radio.

De los que reinventaron la magia de la comunicación. Primero me atravesó tu Flecha Juventud mientras yo celebraba la rebeldía del pelo largo, los vaqueros gastados y los dedos en ve. Con la música de los Beatles., por supuesto. Y el asombro por la filosofía pacifista cargada de humanismo de John Lennon que modeló nuestra etica de la solidaridad. Con todo eso crecimos juntos. Con tu extraordinaria capacidad para crear climas, para establecer una atmósfera de buena onda con el entrevistado.

A veces pienso que con semejante viejo, con ese maestro de locutores, no tenías otro destino que aferrarte a los micrófonos y vivir entre auriculares. Disculpá que sea tan franco. Pero cuando me enteré de tu enfermedad de inmediato pensé en como podía ayudarte. Esas boludeces que uno piensa como si fuera médico, esa desesperación por dar una mano sin saber como. Al principio no quise ni preguntar detalles.

Pero ayer me enteré que estás entero. Que te sentís un soldado para dar la gran batalla contra ese maldito cáncer que seguramente debe odiar la música, los medios y la alegría. ¿Quién lo hubiera dicho? Meterse con Juan Alberto Badía, que hijoputez. Con ese tipo que se hizo buena gente en las calles de la infancia de Ramos Mejía. Con ese locutor gigantesco que salió del ISER hace 40 años con su título. ¿Te acordás del día que empezaste en la radio? ¿De tu primer aviso? ¿Del furcio que mas te avergonzó? De tus grandes éxitos. De tu apuesta a la cultura pero nunca al elitismo, siempre a lo popular. De esa Imagen de Radio que mezclaste con la tele potenciando lo mejor de cada medio.

Fue “Una Buena Idea”, diríamos imitándote para cargarte y reírnos un rato. Vamos Beto, carajo. Tenés que volver a unir el país con tu estudio, hay cientos de músicos jóvenes que esperan tu respaldo, hay periodistas que quieren debutar a tu lado y conocer esa llama maravillosa de la libertad creativa.

Hay tanto por hacer, Beto querido. Me hablan de inyecciones, de glóbulos blancos, de etapa inmunodeprimida y no quiero saber nada. Solo se que ese mal bicho te atacó por la espalda, que el muy traicionero se metió entre el esternón y la columna vertebral. Pobre de él. Ese tumor no sabe con quien se metió. Con todos nosotros. Con el apoyo de todos los que te queremos y admiramos.

Con el aguante que te queremos hacer llegar. Escuché que dijiste que era increíble la cantidad de gente que defendía tu vida como si fuera propia. Que tu hija dijo que no hay metástasis. Es un manantial de energía y afecto que podes recoger ahora por todo lo que sembraste. Es el mejor de tus capitales, la mayor de tus fortalezas. En cada pasito adelante que des vamos a estar todos para festejar.Para celebrar desde la tribuna como si fuera el gol del campeonato. Para que sientas que todo lo bueno que hiciste hoy te vuelve multiplicado. Te esperamos pronto. En los estudios de radio y de tele siempre esta la luz roja prendida para vos. Aguante Beto, cabezón y gallina. No es ninguna primicia periodística de mi parte, ya lo se, todos lo sabemos : Badía tiene compañía.

© Escrito por  Alfredo Leuco