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domingo, 10 de diciembre de 2023

Nueva Etapa. Comienza un camino incierto...

Comienza un camino incierto...

Gótico vernáculo. Dibujo: Pablo Temes.

Será muy difícil 2024. Pero después de veinte años de kirchnerismo, el país merece una nueva oportunidad.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 10/12/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Finalmente –y por fortuna– el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner terminó. Esa es una muy buena noticia. El daño que la dupla de los Fernández le ha hecho al país es inconmensurable. Sus efectos y consecuencias se sentirán por años. 


El discurso de despedida del Presidente fue, sencillamente, patético. El mensaje subyacente a lo largo de los interminables minutos que duró su insoportable perorata fue el de presentarse como víctima. En lo que ha sido una cantilena repetida durante todo su mandato, su fracaso fue producto de causas ajenas, comenzando por el gobierno de 
Mauricio Macri
, siguiendo por el Fondo Monetario Internacional, la pandemia de coronavirus, la guerra en Ucrania y la sequía. La asunción de responsabilidades por el fiasco rotundo de su gobierno fue tenue. AF pretendió presentarse como un hombre bueno y lleno de intenciones nobles a quien el destino y la suerte no lo acompañaron. Por supuesto que nada de eso es verdad. He ahí el caso de los países de la región, que también sufrieron sequías severas y no padecen la crisis económica de la Argentina, y ninguno de ellos ha padecido ningún efecto colateral causado por la guerra en Ucrania.

El discurso de despedida de Alberto Fernández fue sencillamente patético.

En los cuatro años de este gobierno aumentaron los índices de inflación y de pobreza, la educación empeoró, la inseguridad creció, la corrupción continuó y a todo esto hay que sumarle la situación desesperante vinculada a la subocupación. El presidente  que se va habló de la creación de puestos de trabajo, lo que no dijo fue que, en muchísimos casos, los salarios para la gente que tiene un trabajo formal –en blanco– los condena a vivir bajo la línea de pobreza. Vale decir que un trabajo ya no alcanza para vivir dignamente, y eso se ha transformado en uno de los grandes problemas que dejó el gobierno saliente. 

La lista no se agota allí. La Cámpora copó las cajas del poder –Anses, PAMI, Aerolíneas Argentinas, YPF–, las reservas del banco Central se esfumaron, la salud pública continuó su imparable deterioro, se reabrieron ramales ferroviarios con trenes que cubren trayectos a velocidades del siglo XIX, los jubilados siguieron cobrando haberes miserables, mientras que a 
CFK le convalidaron el cobro de una jubilación privilegiada varias veces millonaria. 

A esta serie de hechos escandalosos hay que agregarle el de la decisión de no comprar las vacunas contra el Covid 19 de Pfizer –que fueron las primeras que autorizó el Anmat– por razones que resultaron ser falaces que –hay que recordar– fueron desde la pretensión por parte del laboratorio de quedarse con prácticamente medio país, hecho que significó la muerte de decenas de miles de personas. 

La inmoralidad de Alberto Fernández no tiene límites. La vergüenza la perdió hace rato. 

Así las cosas, a 
Javier Milei le tocará asumir en medio de una crisis sin precedentes. La forma en que logre explicar de manera clara para la mayoría la herencia recibida determinará en gran medida la suerte del inicio de su mandato. Milei es un hombre inteligente que ha demostrado saber plantarse ante los excesos de quienes quisieron abusar de su debilidad territorial y legislativa. Hubo puertas adentro de La Libertad Avanza discusiones acaloradas por los nombramientos y las presiones para ceder cargos a supuestos aliados. Un hombre que conoce la génesis de esas internas lo describió así: “Están todos operando de una manera asquerosa. Interna y externamente. Cada vez que Javier hizo público un nombre para tal o cual cargo, tenías a la gente de Marra –por Ramiro– levantando el teléfono para bajar o subir al candidato. Lo mismo ocurrió con el PRO y, especialmente, con Mauricio Macri. El nivel de presión para colocar gente dentro del Gobierno fue y es insoportable”, cerró la fuente que integra los equipos técnicos del gobierno electo. 

El presidente libertario construyó su propia fortaleza. Supo desde el comienzo que no le sería tan rentable cerrar filas con el ala dura del PRO, porque, en última instancia, contaría con su apoyo natural por cercanía ideológica y pragmática. De ahí que se concentró en tender puentes sólidos con figuras del peronismo como Florencio Randazzo y el cordobés Juan Schiaretti. El límite es el kirchnerismo que, por otra parte, se ha esforzado en hacerle la vida imposible desde los pequeños gestos como bloquearle las autoridades del Senado hasta las amenazas de sectores marginales del gremialismo K y las organizaciones sociales. Es inaceptable que alguien crea que tiene el poder de salir a disputar en “la calle” la legitimidad de un gobierno elegido por el pueblo. La concepción fuertemente antidemocrática del kirchnerismo es un lastre que tendrá consecuencias en la vida institucional del país que viene.  


La reconfiguración del poder en la oposición es una discusión que apenas comienza.

La reconfiguración del poder dentro de la oposición es también una discusión que apenas comienza. La implosión de No tan Juntos por el Cambio ha dejado heridos en todas sus filas. Los 92 diputados con los que cuenta en la Cámara baja y los 24 senadores de la Cámara alta son a todas luces testimoniales. Miguel Ángel Pichetto, Emilio Monzó y Ricardo López Murphy ya avisaron que conformarán un bloque propio en Diputados. Tampoco es seguro que los radicales de Evolución o la línea que responde al gobernador Gerardo Morales voten acompañando la bancada. La reconfiguración es total y obligará a los alfiles de La Libertad Avanza a negociar punto por punto de cada ley con un bloque fragmentado. De ahí que cobra aún más valor el acercamiento de Milei a los sectores más potables del peronismo. 

La Argentina inicia un camino incierto; 2024 será un año muy difícil. Queda en el sentir de los ciudadanos sostener con un voto de confianza los tiempos que vendrán. Luego de veinte años de kirchnerismo, el país merece una nueva oportunidad.



   

domingo, 17 de julio de 2022

Una agonía premeditada... @dealgunamaneraok...

 Una agonía premeditada... 

Propaladora del odio. Dibujo: Pablo Temes. 

El plan Batakis y su ortodoxia solo buscan calmar a los mercados y ganar tiempo. A la jefa no le conviene un colapso prematuro. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 16/07/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.


La realidad demuestra con precisión quirúrgica los detalles del plan de subsistencia del Gobierno para llegar lo mejor posible a 2023. El plan Batakis consiste en dar señales de coherencia cercanas a la ortodoxia económica para corregir el rumbo del Titanic. Así lo acordó la ministra de Economía no solo con el presidente nominal, Alberto Fernández, sino, sobre todo, con la ex presidenta en funciones, Cristina Fernández de Kirchner. Batakis y CFK hablaron al menos en dos oportunidades. Sin embargo, está claro que la “excelentísima” tiene otros planes.

 

CFK es un animal político sin un pelo de ingenuidad. A la ministra de Economía la enviaron a dar las señales correctas a los mercados con la finalidad de ganar tiempo. A la jefa no le conviene el colapso prematuro. Una agonía premeditada cargada sobre las espaldas del presidente nominal sería un escenario viable, siempre y cuando la ex presidenta en funciones pueda resurgir durante los meses claves de la campaña electoral como la única líder política capaz de ordenar el desastre autoprovocado. “Ya lo tiene todo calculado. Está siempre un paso adelante, más activa que nunca, y sabe que todos la miran, no importa lo que diga el resto. Va a regular sus mensajes en el momento adecuado. La preocupación por su silencio y el de los suyos es siempre una señal de centralidad que la mantiene vigente”, apunta un peronista que sabe hacer equilibrio entre ambos lados del oficialismo.

 

Es una jugada de riesgo, ante la cual siempre está a mano el recurso de echarle la culpa a su criatura. La pelea política con el presidente nominal –fuente de toda desconfianza– no se ha resuelto y, especulaciones al margen, está claro que no se resolverá jamás. El furibundo tuit de CFK en la mañana del jueves, utilizando la cuenta del Senado, por medio del cual intentó desmentir la reunión del miércoles por la noche en la quinta de Olivos, en la que junto a AF y Sergio Massa se habló del tema de los ajustes tarifarios, fue producto de su enojo, causado por la filtración de la información cuya fuente todos coinciden en atribuirle al doctor Fernández. 

 

 

Todo esto no hace más que ahondar la falta de confianza hacia el Gobierno. Este es el principal problema que afecta la gestión de Batakis. En su peregrinar por ayuda y comprensión, hubo tensión en uno de los encuentros más dramáticos, como el que tuvo con los representantes de los bancos. Ahí se sinceró y expuso con crudeza que el iceberg forma parte del horizonte cercano del presente. Se topó allí con cuestionamientos y, principalmente, dudas. En el balance final, se llevó un apoyo que fue clave para sortear la licitación del miércoles pasado. Fue un auxilio que la ministra necesitaba para darle oxígeno al plan “vamos viendo” que viene ejecutando el Gobierno desde el momento mismo de su llegada al poder. 


 

En el kirchnerismo duro las opiniones hacia Batakis vienen siendo críticas. “Al final esto es lo mismo que quería hacer Guzmán. Ahora tenemos una ‘Guzmanita’”. Esto es algo de lo que se escucha por los pasillos del Instituto Patria.

 

Las consecuencias políticas del ajuste van erosionando la cohesión interna del Frente de Todos contra Todos. La necesidad de CFK de despegarse de este devenir cuesta abajo, que se ve reflejado en varios frentes, es desesperante. Uno de esos coletazos es el que se observa en el variopinto universo de las organizaciones sociales cooptadas por dirigentes políticos afines al oficialismo. La calle habrá de ser el escenario en donde se despliegue esa conflictividad creciente. Empujada por esta circunstancia, la misma CGT se ha visto obligada a ordenar una movilización para el 17 de agosto.    

 

El dólar blue rozando los 300 y el riesgo país por las nubes son un síntoma de esta realidad. El 5,3% de inflación de junio será anecdótico dentro de un mes, cuando el Indec publique los números de julio, mes clave por la disparada de precios y del dólar luego de la renuncia de Martín Guzmán. “En el Gobierno ya lo tienen claro. Pero esta vez tienen al culpable perfecto. Van a volver a cargar contra el ex ministro por su supuesta irresponsabilidad, al que tildaron de conspirativo y destituyente”, aseguró un economista que conoce al dedillo la película. Hicieron todo lo posible para limarlo, cansarlo, vaciarlo de poder y vencerlo; sin embargo, su rendición también será su culpa.


 

Sergio Massa, hábil piloto de tormentas, volvió a recobrar cierto grado de centralidad política al recuperar su silla en el triunvirato del poder, más parecido a una monarquía. Alberto Fernández resiste los cambios en el gabinete pero el tiempo lo empujará a lo inevitable. Massa, al igual que CFK, juega su propio partido. Un poco de orden para el caos para alimentar la ilusión de llegar mejor posicionado a 2023.

 

Los efectos nocivos de toda esta crisis los está sintiendo, como siempre, el ciudadano de a pie. Surge de esa realidad un nivel creciente de rechazo no solo hacia el oficialismo sino también hacia la dirigencia política en general. Una de las medidas que más indignación han producido en estas horas es el aumento salarial del 69% dispuesto por CFK y Sergio Massa para los empleados del Congreso. Además de consagrar un privilegio, esta disposición impacta en el salario de los legisladores, para cuyo cálculo se toma el cargo de director de alguna de las áreas del Congreso, que está encuadrado en la categoría 1, la más alta del escalafón. 

 

Hasta el momento de escribir esta columna, no se ha escuchado ninguna voz crítica hacia esta medida por parte de ninguno de los bloques opositores, con la excepción del diputado Florencio Randazzo y la diputada Graciela Ocaña. Es notable observar la disociación de la realidad de penuria por la que atraviesa la mayoría de la ciudadanía que exhibe la clase política en general. En un tiempo de ajuste drástico como el que se vive, el gasto político, que en la Argentina es muy alto, no deja de crecer. Que CFK siga cobrando su pensión como ex presidenta simultáneamente a la pensión de su difunto esposo, Néstor Kirchner, habla de una inmoralidad sin límites ahondada por el contraste con aquellos jubilados y pensionados sumidos en la miseria.

 

“Nadie piensa donde todos lucran, nadie sueña donde todos tragan” (José Ingenieros).



 

domingo, 26 de junio de 2022

Cristina se puso a gobernar… @dealgunamaneraok...

 Cristina se puso a gobernar… 

Cristina se puso a gobernar… 

¿Alberto, toma nota? 

El duro presente del oficialismo ha puesto otra vez sobre el ajedrez de su interna política la candidatura de la vicepresidenta.

© Escrito por Nelson Castro y publicado el sábado 25/06/2022 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.



Cristina Fernández de Kirchner atacó de nuevo. No fue casual. Nada es casual en lo que hace o dice la ex presidenta en funciones. Hubo un cambio en su accionar. Es producto de la realidad: ve que la elección del 2023 está perdida y ha decidido dar batalla. Por lo tanto se ha puesto a gobernar. Eso significa levantar el perfil, señalar los errores del Presidente, contactarse con intendentes, gobernadores y economistas. Su objetivo es intentar revertir esta situación adversa como sea. La reunión con Carlos Melconian, cuyos detalles esenciales el economista hizo públicos, responden a esta decisión táctica y estratégica que, además, implícitamente representa un cuestionamiento severo para el ministro de Economía. Algo similar viene haciendo Sergio Massa.

 

Para eso necesita darle volumen político a sus secuaces. A esa categoría han dejado de pertenecer las principales organizaciones sociales que ya no comanda. El Movimiento Evita está a la cabeza. No debería sorprender. Es consecuencia de una larga historia. En la elección de 2017 el Evita apoyó la candidatura de Florencio Randazzo y se apartó de CFK, lo que a la postre significó su derrota. Rencorosa como es, la ex presidenta en funciones nada de esto ha olvidado y mucho menos perdonado. No obstante, las críticas los abarcan a todos, a pesar que los que le son afines trataron de desmarcarse por medio de un comunicado que hicieron público el jueves. “Con este nivel de desocupación hay muchos planes sociales”, dijo CFK en su discurso del lunes en el acto que le organizó la CTA en Avellaneda en donde los destinatarios habituales de su ira recibieron la pincelada semanal. A falta del ex ministro de Producción Matías Kulfas –entregado por su mentor Alberto Fernández– el titular del Banco Central, Miguel Pesce, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, sirvieron otra vez de sparrings. Esta vez por el “Festival de importaciones” y la consiguiente salida de divisas. El encono de la vice con el titular del Central continúa en aumento al igual que los descalificativos que le dedica en privado ante sus interlocutores. A esta nómina hay que agregar a la titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Mercedes Marcó del Pont. 

 

Bailando al ritmo de CFK

 

¿Cuáles son los planes de la vicepresidenta? Los aplausos y la arenga de sus acólitos no alcanzaron para teñir de épica y buenas intenciones el motor real de sus palabras. “Por la plata baila el mono”, dice el viejo dicho popular. Fue ella misma quien, junto a su difunto marido, construyeron poder a base de dádivas y del reparto de planes sociales, la forma más cínica y desalmada de privar a la gente de su libertad. El clientelismo como una forma de toma de rehenes para mantener el voto cautivo. El problema principal es que desde hace un tiempo las organizaciones sociales no le responden. La caja de la ayuda social es una de las pocas que no está en sus manos y, la madre de Máximo, reclama ese botín para su hijo y para el resto de La Cámpora. “Los planes sociales otorgan control territorial y el reclamo de CFK no es más que un nuevo capítulo de su pelea con Alberto F. Si hay una cosa que el Presidente ha hecho indiscutiblemente bien es incorporar al Gobierno con cargo y función a los principales líderes sociales. Blanqueó el manejo de una estructura de poder que siempre estuvo a la sombra del poder. Hoy esas organizaciones responden al Presidente y eso Cristina no lo puede tolerar” –describió de manera certera un ex dirigente de la vieja guardia.

 

La explotación política de la pobreza representa una inmoralidad mayúscula. El 2% que los dirigentes del Polo Obrero le quitan a cada beneficiario no es el único ejemplo de extorsión. La obligatoriedad de asistencia a los actos, el uso de los chicos como barrera de protección para frenar cualquier intento de las fuerzas de seguridad para evitar los cortes de calles y rutas que perjudican a miles de trabajadores son muestras de ese sometimiento. El Movimiento Evita y Barrios de Pie le disputan poder territorial a La Cámpora, en el conurbano bonaerense. Un bastión demasiado grande para dejarlo librado a la suerte. Sus líderes ya no son dirigentes sociales sino funcionarios públicos. Emilio Pérsico es el secretario de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación; Fernando “Chino” Navarro es secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete y Daniel Menéndez es subsecretario de Políticas de Integración en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Todos atienden desde ambos lados del mostrador. 

 

La mano que mueve la lapicera

 

¿Qué quiere CFK? En relación a los planes sociales, quitarles el manejo a las organizaciones y traspasarlas a los intendentes, hecho que va a generar un problema con los gobernadores. El otro proyecto es el del salario mínimo universal. Esta idea disparatada, que tiene el acompañamiento de Juan Grabois, representa, además, un instrumento que regenera la expectativa electoral de CFK. Tiene un ancla en un hecho del pasado: la Asignación Universal por Hijo. La AUH, que se hizo efectiva a partir del 29 de octubre de 2009 y fue complementada por la Asignación Universal por Embarazo (AUE), tuvo un impacto electoral muy fuerte que fue decisivo para la apabullante victoria de CFK en la elección presidencial de 2011.

 

El duro presente del oficialismo ha puesto otra vez sobre el ajedrez de su interna política la candidatura de la vicepresidenta. La Cámpora le ha puesto los motores a esto. Por eso se está mirando atentamente lo que pase en la elección de Brasil prevista para el 2 de octubre próximo. Un eventual triunfo de Lula, quien hoy encabeza los sondeos, sería la señal esperada.

 

A todo esto, el Gobierno se mueve en un zafarrancho que va desde el banal fallido de Alberto Fernández en su mención a Garganta Profunda –que no fue casualidad–, hasta su desdén ante la gravedad del caso aún no esclarecido del avión venezolano con tripulación iraní encabezada por el comandante Gholamreza Ghasemi, un integrante de las fuerzas Quds, brazo paramilitar de la Guardia Revolucionaria y ejecutora de atentados terroristas.

 

¡Patético!




 

domingo, 22 de mayo de 2022

Desgobierno. Un fracaso de Cristina… @dealgunamaneraok...

 Un fracaso de Cristina… 

¡Campana! Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

El Presidente suma y la vice se “corre” de la gestión, pero Alberto F es un invento de ella.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 21/05/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentinos.


Fue un viernes de pesadilla para Alberto Fernández del cual tal vez no tenga registro, algo que se ha transformado en habitual en sus conductas. Comenzó temprano, con la entrevista radial que le concedió a Ernesto Tenembaum. Las falencias que exhibió el Presidente bien podrían servir como material de estudio para explicar con lujo de detalles que la comunicación política debe estar en manos de profesionales y que no se debe subestimar a los medios. 

En un momento, el jefe de Estado habló de las retenciones a las exportaciones agrícolas a las que calificó como “el instrumento con el que más fácilmente se desacoplan los precios internos de los internacionales”. Fernández luego dijo: “Ahora, las retenciones son un tema legislativo y necesito que el Congreso entienda el problema y llegado el caso acompañe una decisión de esa naturaleza”. Diferentes actores del Gobierno –funcionarios cercanos al Presidente– venían batallando para alejar cualquier tipo de conflictividad con el campo y han descartado, en más de una oportunidad, aquel instrumento de “desacople”. 

Retenciones ¿sí o no? Luego de las declaraciones del Presidente sonaron todas las alarmas y revivieron viejas rencillas. El secretario de Comercio Interior Roberto Feletti –ahora bajo la órbita de Economía– promovía las retenciones y empujaba todo tipo de inquinas contra el campo para cumplir con los deseos de Cristina Fernández de Kirchner. Anida en ella y los suyos la sed de revancha desde los tiempos de la 125. Del otro lado de la grieta del Frente de Todos Contra Todos, el ministro de Economía, Martín Guzmán, las rechaza. Tanto fue el revuelo que generaron las declaraciones del primer mandatario, que el propio ministro de Agricultura, Julián Domínguez, tuvo que salir a desmentir al Presidente y descartó también el envío de un proyecto de ley al Congreso destinado a la suba de ese instrumento distorsivo. ¿Qué le pasa a Alberto Fernández?  

Quienes lo conocen manifiestan estar “hartos” de que se corte solo en los diálogos con la prensa. “No es que la entrevista no haya estado pautada, pero no hay manera de hacerle entender que, con todos los temas que tiene en su cabeza, es necesario repasar y consensuar ciertos aspectos con su equipo de comunicación”. Otra voz fue mucho más tajante: “Cree que se maneja bien, que puede sostener el vínculo con los periodistas de memoria, pero una cosa es la repercusión de lo que puedas decir como opositor, y otra muy distinta la dimensión que toman sus palabras al ser el Presidente”.

 

CFK es la mejor posicionada en el peronismo, pero los votos no le alcanzarían.

Con todo, no fue éste el único traspié que sufrió AF en la aciaga jornada del viernes. El otro lo padeció en el acto de apoyo a su gestión que organizó la Unión Obrera de la Construcción. La escasez de la concurrencia, la ausencia de la mayoría de los gobernadores peronistas –el único que asistió fue el gobernador de San Juan, Sergio Uñac– el faltazo de varios ministros y secretarios de Estado, el discurso crítico del secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez y los silbidos del final terminaron de exponer la falta de apoyo al Presidente y su gestión. Supuestamente, la convocatoria de marras tuvo como objetivo el relanzamiento del Gobierno. Lo que ocurrió quedó a años luz de tal propósito. “Ese acto nunca debió hacerse”, expresaba a modo de amarga queja una voz que habita un despacho de importancia en la Casa Rosada.   

Asoma la fecha del 25 de mayo como símbolo para encarar la revitalización del Gobierno, algo que nadie cree posible. Una de las acciones que el Presidente está llevando adelante es la de convocar a distintos personajes del ámbito político para invitarlos a incorporarse a su gobierno. Uno de los últimos fue Florencio Randazzo, cuya respuesta fue negativa. Nadie quiere subirse a este Titanic. 

Lo que está sucediendo en este presente aciago es algo que nunca se había vivido en nuestro país desde la recuperación de la democracia: al peronismo en el poder nunca le había estallado la bomba que el mismo peronismo contribuyó a configurar con un presidente carente de liderazgo. Las consecuencias de esto son fatales. La más evidente es la emergencia a la superficie de una interna feroz. “Cristina se corrió de la gestión” dijo con todas las letras Aníbal Fernández. Es la descripción de su conducta frente a lo que está pasando. CFK nunca se hace responsable de sus fracasos.  

Porque AF es un fracaso suyo. Y lo que sucede en cada una de las áreas en la que gestiona su gente –PAMI, Anses, YPF– también. La vicepresidenta da por perdida la posibilidad de alcanzar logros de aquí a agosto del año que viene, mes en el que se harán las PASO.  

Su preocupación es la elección del próximo año ante la posibilidad cierta de una derrota. Por lo tanto, su mente está puesta en torcer ese destino. La búsqueda de candidatos es decepcionante para ella. Ninguno despunta la posibilidad de alcanzar una victoria. Jorge Capitanich, uno de los señalados como alternativa, es humo. 

El espejo de la realidad le devuelve una imagen preocupante: al día de hoy, la mejor posicionada dentro del peronismo para la elección presidencial es ella, pero con los votos que obtiene queda lejos de cualquier chance de triunfo. 

La adversidad y la evidencia de un horizonte de derrota generan una situación de zafarrancho en la que cada cual atiende su juego.

A este mundo de internas tampoco le escapa la oposición. Mauricio Macri le da a entender a cada una de las personas con las que habla que su voluntad es la de ser candidato a la presidencia en 2023. Está esperando el segundo tiempo. Quienes lo han visto últimamente lo han escuchado decir cosas críticas y despreciativas de Horacio Rodríguez Larreta. También de Elisa Carrió y del radicalismo. Su nivel de autocrítica es mínimo, casi nulo. En las encuestas que se han conocido esta semana referidas a la interna de No Tan Juntos por el Cambio los candidatos del PRO superan a los del radicalismo.  

“La política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular”, reza una frase del escritor y filósofo francés Edmond Thiaudière. Es la Argentina del presente.




domingo, 5 de septiembre de 2021

Alguien habló de traición… @dealgunamaneraok...

 Alguien habló de traición… 


Paso a Paso… Dibujo. Pablo Temes

Si los ánimos no fueran casi de ruptura, no hubiera sido necesario un mensaje presidencial jurando lealtad. 

© Escrito el sábado 04/09/2021  por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Fue el presidente Alberto Fernández. Lo dijo al encabezar un acto del Frente Contra Todos en Tecnópolis. “No voy a traicionar a Cristina, no voy a traicionar a Máximo, no voy a traicionar a Massa, ni a ninguno de ustedes, no voy a traicionar al pueblo que me votó”, aseguró. 

 

Es cierto que la frase que soltó tuvo como puntapié un tuit del ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés “Cuervo” Larroque, que rezaba: “No nos confundamos, lo que el poder no le perdona a @alferdez es no haber traicionado a @CFKArgentina”. ¿Qué lo llevó al Presidente a decir esto con tono gritón y voz destemplada? La respuesta es simple y unívoca: si los ánimos no estuvieran tomando un tinte casi de ruptura, AF no hubiera reparado en ese mensaje para reafirmar su “lealtad”. Donde hubo ya una traición por parte del jefe de Estado es a los millones de ciudadanos y ciudadanas que lo votaron creyendo que cumpliría con su promesa de acabar con la grieta. Es una traición flagrante que representa una oportunidad perdida –otra más– para la Argentina. 

 

“Es una coalición compleja sí, pero que sabe que tiene que trabajar para mantener la unidad”, señala una voz del oficialismo. En esas aguas se hizo un gran esfuerzo para leer de manera taxativa el tuit de Larroque, atribuyendo las interpretaciones “a la subjetividad de quien opina”. Tras cumplir con ese momento de “sarasa”, no hubo más remedio que reconocer que el Gobierno atravesó el peor momento de su mandato. “Según nuestros sondeos hace seis días se frenó el drenaje que veníamos teniendo y de a poco comenzamos a levantar otra vez”, detalló un funcionario con despacho en la Rosada respecto a la intención de voto para las PASO del próximo domingo.

 

El Presidente ha quedado vaciado de liderazgo político dentro de su propio espacio político.

 

Sin embargo, puertas adentro de la Casa de Gobierno la realidad es otra. En ese ámbito tóxico hubo quienes no fueron tan generosos en la evaluación de lo que está sucediendo al interior del Frente Contra Todos y revelaron que la sangría anímica no para. Es que “el albertismo más laburante, ‘bancador’ y representativo”  dentro y fuera del gabinete está “dolido y desilusionado” con su jefe. “Después de lo del Olivosgate hubo ministros que se chocaron contra una pared a los que se les cortó su carrera política. Hubo otros que salieron a poner la cara sin saber la verdad, a los que el Presidente envió a mentir sin importarle las consecuencias, porque se sentía tan impune que nunca creyó que esas imágenes se filtrarían”, dijo con la voz quebrada un miembro del entorno cercano. 

 

He aquí un punto clave del cual, evidentemente, AF no ha tomado o no ha querido tomar conciencia. El episodio de la Fiesta de Olivos y el Vacunatorio Vip han impactado negativamente dentro mismo del oficialismo porque exhiben situaciones de privilegio en desmedro del ciudadano común que no pudo celebrar cumpleaños, no pudo despedir a sus familiares fallecidos ni pudo acceder a las vacunas en tiempo y forma. 

 

El Presidente ha quedado vaciado de liderazgo político dentro de su propio espacio político. Los comentarios acerca del disgusto de Cristina Fernández de Kirchner son diarios y expresados en alta voz. De los cambios de ministros y de un nuevo gabinete se habla con total naturalidad en más de un despacho oficial. 

 

“La unidad se mantiene porque no nos queda otra. El resultado de las elecciones determinará todo. Sabemos que del otro lado de la coalición – el kirchnerismo– vienen por nosotros y nos van a eyectar por cosas en las que no tuvimos nada que ver. Nosotros creímos”, concluyó la fuente. El destinatario de estas palabras es el Presidente.

 

En ese grupo de desilusionados y quebrados militan, entre otros, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; la vicejefa del Gabinete de Ministros, Cecilia Todesca; el ministro de Educación, Nicolás Trotta; el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; y el ministro de Turismo, Matías Lammens. Todos estos, más el ministro de Economía, Martín Guzmán, gozan de la antipatía creciente de la ex presidenta en funciones. Por eso, el Dr. Fernández debería estar más preocupado por contener el ánimo de los propios que por jurarles lealtad a CFK, Máximo y Sergio Masa. Acaso, tal vez, ya no le quede otra opción. 

 

En el Instituto Patria afinan la lapicera. “Se mandó todas las cagadas – el preciosismo en el lenguaje es otra de las carencias del kirchnerismo– juntas. Está claro que hay que hacer un cambio o varios. Falta casi medio mandato y ya perdió todas sus fichas”, afirman  con la certeza de que ya nada ni nadie puede señalarlos de duros, halcones o desestabilizadores. 

 

En el transcurrir de esta campaña de la nada, todo lo que hay es estrépito.

 

En el Gobierno había alegría por la alusión al goce sexual hecho por Victoria Tolosa Paz. “Saca del foco el Olivosgate”, afirmaron varias voces del oficialismo envueltas en una nube de irrealidad. A este devenir, la oposición también se ha esmerado en hacer su aporte. María Eugenia Vidal exhibiendo un accionar desangelado que no deja de sorprender. Sus frases sobre el porro fueron tan malas que la obligaron a reconocer que había cometido un error. Horacio Rodríguez Larreta hablando de Diego Santilli como “candidato de la Ciudad”. Diego Santilli que, como propuesta de campaña, invita a “subirse a la Santileta” que el jueves tuvo un desperfecto en el embrague y terminó en el taller mecánico. Facundo Manes, que ha despertado el enojo de más de un dirigente radical de peso, y cuyo principal aporte son sus frases vacías de contenido que le aportan material diario a Ariel Tarico para sus geniales imitaciones.

 

Tampoco escapan a esta regla Javier Milei –la polémica que mantuvo con Leandro Santoro los mostró a los dos tan retumbantes como irrelevantes–, José Luis Espert y el grotesco que protagoniza en su alusión al increíble Hulk, y Florencio Randazzo, cuyo aporte más significativo de la semana –en verdad, el único– fue hacernos conocer a su mamá, Gladys.   

 

Es lo que hay. Es como si todos estos dirigentes hubieran conformado una Sociedad de las Ideas Muertas.